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Número 313-314

Serie XXXII

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Estados Unidos: un país que se balcaniza

ESTADOS UNIDOS: UN.PAIS QUE SE BALCANIZA
POR
. ALFREDO SÁNCHEZ BELLA
El Presidente Bill Clinton ha sido elegido por las clases medias
blancas,
con el apoyo de una parte del electorado negro y de las
mincirfas llamadas «étnicas». En un país donde los ciudadanos de
origen europeo són 200 millones sobre un total de 250, el Presi­
dente
no es, pues, matemáticamente rehén de las minorías. Pero
deberá dirigir una sociedad cada vez más mulrirracial. Y está pro­
cédiendo en consecuencia ; la composici6n de su gabinete así lo
indica.
Los
Estados Unidos no tienen lengua oficial. El consenso se
ha
logrado en las décadas anteriores, más sobre la eficacia de las
comunicaciones que sobre una lengua común. Las instrucciones y
boletines
de voto son bilingües, como ciertos Estados: inglés y
español en Caliíornia, Texas, Florida y Nueva
York; inglés y fran:
cés en Lusiana y en New Hamphsire, vecino. al Canadá. Es el re­
sultado de admitir
el diverso origen· de sus habitantes.
El origen de los emigrantes ha evolucionado notablemente en
los últimos tiempos. Europa facilit6 el 10
% en la década de los 80,
contra el 40 % en la década de los 60. El aumento procede de
los negros, los emigrantes de orig"'1 asiático y, sobre todo, de los
hispanoamericanos. Estos, que a comienzos de
la II Guerra Mun­
dial
apenas si representaban dos millones de · residentes y en el
inicio de los años 80 ascendían a nueve, hoy son en algunos Esta­
dos
-como en Nuevo México, Texas y California-una cuarta
parte de la población.
En otros seis Estados, los «hispanos» ya
han logrado constituirse como «minoría influyente», que aspira a
regir su propio destind.
Esta
profunda mutaci6n sociológica en extensas zonas del país
Verbo, núm. 313-314 (1993), 249-253 249
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ha dado origen a dos modelos de sociedad: el del «melting pot»
tradicional,
un ideal unificador alrededor de la democracia y de la
igualdad de oportunidades tal como son concebidas por los anglo­
sajones. Este principio, ardorosamente defendido durante gran
parte del siglo
xx, debería permitir olvidar el pasado para ser
sustituido por la llamada. «oportunidad americana». América era
la nueva tierra
de promisión, la que ofrecía mayor posibilidad de
truinfo en la vida, en donde cualquiera puede llegar a escalar en
breve tiempo, desde el puesto más humilde, el más alto.
El segundo modelo,
que recientemente se está imponiendo en
algunos Estados,
es el originado por la afirmación de las entida­
das étnicas en nombre
de la tolerancia e incluso de la exaltación
de las raíces
.. Está expresado en un principio aparentemente sim­
ple: « Usted puede cambiar de nombre, cambiar de esposa,
pero
jamás podrá cambiar de ascendencia. Usted seguirá formando par­
te
de la familia de donde procede». En un país que ha pretendido
abolir la segregación, esta insistencia sobre las etnias curiosamente
tiende a restablecerse. Y sus resultados son imprevisibles.
Por de pronto, el censo de 1990 registra 24,4 millones de his­
panoamericanos, con
un aumento del 53 % en diez años. Y 7 ,3 mi­
llones de asiáticos, con un alza del 107 % en el mismo período.
Si las tendencias actuales se mantuvieran, los demógrafos prevén
que los americanos de raíz europea, en el año 2016, no constitui­
rían más que el 45 % de la población, mientras que el 25 % serán
hispanos; el 10
%, asiáticos; el 15 %, negros y el 5 % indios o
de Oriente Medio.
Sobre los 3,4 millones
de habitantes de Los Angeles, los anglos
de origen europeo no son más qne el 37 % de la población, mien­
tras que los
hispanos ascienden al 40 % . Es por ello que el pro­
nóstico, aunque parezca arriesgado, no carece de fundamento: «por
las venas del
50 % de los norteamericanos correrá sangre hispana
en el año 3000». Un «pequeño gigante» ha irrumpido en el sueño
americano.
La importancia de esa evolución ha llevado a Clinton a incluir
en
su Gobierno a cuatro ministros negros y dos. hispanos: Henry
Cisneros, ex-Alcalde de San Antonio de Texas, nuevo Secretario
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de Vívienda y Desarrollo Urbano y· Federico Peña, nuevo, Secre­
tario de Transportes. Sólo en Texas más de 2.000 hispanos ocupan
cargos electos ; en Nuevo México más de medio millar han sido
elegidos.
Existen en
Norteamél:ica redactadas en español más de 130 re.
vistas y periódicos, 221 emisoras de radio, 22 canales de televi­
sión y otras seis,
vía satélite, procedentes de México.
Por otro lado, los
anglos no forman una casta homogénea. El
origen británico, holandés o irlandés es el más cotizado, pero en
la costa Este también existen grandes núcleos ·:de italian& y en
Chicago de polacos y alemanes. California se ha convertido en un
laboratorio de
la sociedad multirtacial. El «cocktail» dista mucho
de ser homogéneo,
ya que está disociado en cuatro comunidades
que, por orden de
· oportunidades de éxito social, serían las si­
guientes: anglos, asiáticos, hispanos y negros. El ideal de los chi­
nos, coreanos y japoneses es integrarse, merced a su trabajo, en
la clase media blanca; los japoneses practican ampliamente el ca­
samiento con blancas. Por contraste, la mayoría de hispánicos · se
resiste a la integración;
prefiere continuar segregado, aferrado a
sus costumbres, culturas, lengua y formas de
vida.
En la escuela los alumnos se agrupan por etnias y por la len­
gua de origen. El lenguaje español familiar está convirtiéndose. en
un signo de identidad
cuando no de resistencia. El inglés sólo se
usa en
las relaciones necesarias fuera del grupo.
Es evidente que
el bilingüismo cierra muchas puertas, pues
incita a constituirse en «ghetto» desde donde se
alitnenta el anta­
gonismo racial.
La comunidad mexicana que constituye el 63 % de la población
«hispana» en los Estados Unidos, al. amparo de sus 3.100 kilóme­
tros de frontera común con su gran vecino, tiende a atraer con­
tinuamente un· mayor·· nWilero de compatriotas, no -menos· .de
800 .000 de flujo anual.
El Tratado de Libre Comercio que México intenta
poner en
marcha
el año pr6ximo con los Estados Unidos y Canadá, pretende
justamente
frenar esa irresistible presión· demográfica,. tratando de
fijar a
las nuevas generaciones en sus fronteras de origen. Pero
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la atracción del éxito, los mejores precios salariales y la esperanza
de obtener más favorable situación económico-social al norte del
Río Grande, son atractivos muy difíciles de frenar. Así es como
se está creando
una forma de expansión histórica del Sur hacia. el
Norte de los mejicanos hacia sus antiguos dominios perdidos en el
siglo
XIX. Es una reconquista por las nuevas generaciones de te­
rritorios que en su fuero interno siguen considerando suyos. Con­
secuencia de
todo ello es que la América anglófona sufre una fuer­
te. presión hispanófona procedente del Sur.
En Canadá se contempla, por el contrario, un fenómeno de
aparente retroceso de
la historia. Pierre Trudeau definía la situa­
ción de los
francófonoo .adosados al mundo anglófono como la
obligación de «dormir cort un elefante». Los anglófonos; que pier­
den su exclusividad con los
Estados Unido,;, ¿podrán dormir tran-
quilos?
.
El Anuario Estadístico oficial norteamericano de 1990 registra
implicitamente esta nueva situación. En su último informe de
1990 descompone del siguiente modo
Jo,; porcentajes étnicos:
80,3
% de blancos, 12,1 % de negro,;, 0,8 % de indios y 2,9 % de
asiáticos. Y agrega: 9 % de origen hispánico. Como el total hace
105,1
% precisa: «las gentes de origen hispánico pueden ser no
importa
de qué raza». Esto lleva a reconocer una autonomia cul­
tural, como si los criterios étnicos de los anglófonos no se apli­
caran a este grupo.
Es lógico que los «hispano,;» sólo mínima­
mente aparecen registrados oficialmente, porque en la mayor parte
de los casos proceden .de entradas ilegales y por su natural ten­
dencia a la segregación.
El pasado 26 de octubre, seis provincias canadienses sobre
diez han votado «no»,
por razones distintas, a un proyecto emiti­
do por la Confederación. El gran proyecto de seguir unidos por
tener conciencia de un destino común está siendo puesto en tela
de juicio. El Canadá sufre las consecuencias de ctener «excesiva
Geografía y poca
Historia»,
Los Estados Unidos también en parte sufren . males. Pero la
Historia cambia más rápidamente
que la Geografía. ·
La presión de los «hispanos» puebla lo,; Estado,; Unido,; de
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ESTADOS UNIDOS: UN PAIS QUE SE BALCANIZA
nuevos ciudadanos que tienen, por primera vez en la historia de
la Unión, los medios culturales y demográficos de oponerse al
«melting pot».
Quinientos años después del Descubrimiento, la conquista de
América no
ha terminado. La ironía de la Historia quiere que los
nuevds emigrantes sean mestizos con sangre española.
Por causas múltiples, las fronteras horizontales que estructuran
políticamente
la América del Norte son cada vez menos significa­
tivas, El Continente norteamericano, prolongado hasta México, no
pretende ser ya
la yustaposición de tres Estados, sino un vasto
conjwitd multirracial
cada día más fluido e impredecible. Si se
dejara a su aire, sin acción centrípeta equilibradora,
podría existir
el riesgo de la. balcanización, por pérdida de identidad unificadora.
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