Índice de contenidos

Número 319-320

Serie XXXII

Volver
  • Índice

Homilía del P. Pedro Suñer, S. J. [ XXXII Reunión de amigos de la Ciudad Católica]

CRONICA DE U XXXII REUNION DE AMIGOS DE LA CIUDAD CATOLICA
ticismo y derecho. El último día, el catedrático de Metafísica,
don
Eudaldo Forment Giralt, desarrolló el tema de el resentimiento
romántico
y postmoderno y en la tarde de ese día doña Elisa Ra­
mírez Garbajosa, catedrática de Historia, habló de la liberación
de la
mu¡er, cerrando las intervenciones el profesor don Francisco
Canals con
· sn intervención de la modernidad a la postmodernidad:
inflexión
dél psettdoprofeti:rmo.
, .. En t~ce;. lugar, . los foros, que resultaron con inte;esantes y
animados debates tras las exposición del ponente y que fueron los
siguientes: Don Angel Maestro:
La España actual, ¿antltesis del
romanticismo? ;
don José María Regas y don Xavier Batllc¡rí Bás:
La ¡uventud, ¿debe ser rebelde?; doña Araceli Herrera Pedreira:
La importancia de la virtud en el conocimiento moral; doña María
José Fernández de la Cigoña: La actividad· de ún circulo de estu­
dios;
don .Mateo Argerich González: Romanticismo, nacio.nalismo
y bilingüismo; don Luis María Sandoval: La confe~ionalidad ca­
tólica del Estado en el Catecismo y don Javier Barraicoa: Triunfo
dr,l feminismo y muerte de la feminidád.
Terminamds este apunte sobre la Reunión, cuyas conferencias
y foros
principales se publicarán durante el siguiente año en un
número monográfico de Verbo, deseando que continúen celebrán­
dose
y animando a aquellos de nuestros lectores que no las conoz­
can a que acudan a la que, si Dios quiere, se celebrará el próximo
año en Madrid. No quedarán defraudados.
C.M.
HOMILIA DEL P. PEDRO SUJ'il'ER, S. J.
Mis queridos .amigos de la Cfudad Cat6lica: La 'palabra de Dios siem­
pre tiene algo que decirnos a prop6sito de _ca4a situación. Nuestra si­
tuación, hoy, en este inicio de la XXXII Reunión de Amigos de la
Ciudad Católica. Veamos. pues, qué nos dice el Señor a través de las
lecturas que
la liturgia de hoy, sábado de la 30." semana del tiempo or­
dinario, nos ha. propuesto.
En la primera lectura (Rom 11,1-2a,11-12.25-29) San Pablo habla de
la apostasia de su pueblo, Isarel. Era el pueblo de la promesa, pero no
supo reconocer el cumplimiento de las prdniesas en Jesucristo, que es el
si de Dios. a todas· ellas. Ante esta
_defección de su pueblo San Pablo no
cae en el pesimismo ni en la-· desesperanza, sino que .nos da una lección
de
confianza en_ Dios. .
Hoy nosotros vivimos una situación comparable a la de San Pablo.
Naestro pueblp, nu_estra vieia Europa cristiana, ha caldo también en -la
apostasía de la fe. Ante esta situaci6n, ciertamente -dolorosa y humana­
mef!te desalentadora,. esta lectura nos anima .a la esperanza. En primer
lugar, nos enseña_ a ver que Dios puede per.mitir males para sacar
bienes: la caida de Israel «es riqueza para el mundo». También ·nosotros
1256
Fundaci\363n Speiro

CRONICA DÉ LA -i{XXII REUNION DE AMIGOS DE -LA. CIUI)AD CATOUCA
hemos de ver la Calda de nuestra civilizcición cat6lica.. ·como algo-~-nos
ha de enriquecer a través ;de los misteriosCJS, .i4icios--' .de· .Dios: «Dios · no
ha desechado al pueblo, que El eligw». Dios 'quiere enriquecernos con la
esperanza en sus promesas· in1initamente· misericordiosas.· ·
La ésperanza exige, en primer lugar, el deseo de lo espertidó. _ Y én­
·tonces lo primero q_ue-debemos fomentar: deseos, -grandes. ·deseó8'·de la
cristianizaci6n del mundo;· ·empezando. pór nostras mismos; Deseos de· ser
cristianos cabales
Bn la fe y en la conducta, para poder ser instrumentos
del
-Reino de Cristo, cuyo advenimiento debemos ardientemente desear.
En segun_do lugar, la esperanza· implica confianza. A'f/uella erecci6n
fiducial
que nos hace: levantar por encima. de las evidentes-dificultades
de nuestra empi:esa,, apoyándonos no en nuestras fuerzas, sino en ·la in­
finita potencia de la -misericordia de· Dios.
Pasemos
ya al evangelio (Le 14,1.7-11). El euangelio nos habla de la
humildad: «Todo el" que se enaltece será humillado; y el que se humilla
será enaltecido». La humildad. es una virtud típicámente -cristiana, como
antes se nos ha dicho.
Ef cristiano sabe que su. vida y labor se mueven
en
un ámbito sobrenatural en el que nada puede sin el favor· de Dios, su
·gracia~ Hemos de ser humildes. si queremos ·-ser salvados e instrumentos
de la voluntad salvtfica de Dios en· Cristo.
, Estamos en sábado, día dedicado a la Santísima, Virgen. Ella ha sido
e} gran instrumento colaborador en la redenci6n, cor,edentora, porque
erf:i la humilde por 'excelencia, la esclava del Señor. Mejor dicho;· porque
el Señor la quiso corredentora, par esto la hizo tan· humilde, totalmente
·reéeptiva de su Palabra: «¡Hágase en mi·según tu palabra!».
-Ella, que nos dio ejemplo, nos obtenga del Señor el don de la humil­
dad. Y también el de la esperanza. Ella supo ésperar contra toda eS¡,e.
ranza, al sufrir, como nadie, la experiencia de,que-su divino-Hijo es signo
de contradicci6n. Qué ella, desde la experiencia gozosa de su victoria_.
nos aliente en nuestra lucha. Amén~
HOMILIA DEL P. MANUEL M.AllTINEZ CANO
Desconocida pero querida ComUnidad de Monjas "Mínimas .de este San­
to-monasterio de Jesús-María, empiezo· con esta aparente· contradicción en
mi~ palabras -pues no se puede amar lo qrie no se "'conoce-· ·porque.
aunque es la primera vez_ que vengo a este OasiS de paz, -desde qile la
Madre
S. M. T. Alonso publicó la vida de Sonia Díaz Parga, joven mi­
litante de nuestra Uni6n Seglar de San Antonio María Claret, de quien ha
dicho el Cardenal Narciso Yubany que
eS una santa de nuestros tiempos,
·mi pensamiento ha volado muchas veces por este santo nionastério.
Qu~idos amigos de la Ciudad Cat6lica y he~inanos en los purisimos
Corazones de /esús y Maria. Este año nos ·hemos· reunido para conocer,
estudiar y desenmascarar al Romanticismo. ·El -tema no p'uede ·ser md&
sugestivo: ·de la modernidad romántica a la postmodernidad anticriStiana..
En otras ocasiones nos reunimos para analizar el naturalismo, liberalisino-,
socialismo, COmunismo, democratismó
... , «ismos» qúe siempre desenibD­
can en rabiosos ataques contra la Iglesia de Cristo, movimientos inferna­
les que culminan ·en agnosti.cismo. atetsmo o antiteismo.
No puede ser de otra manera, hermanós, ·porque el hombre no puéde
conocer la realidad objetiva de las , Cosas, no puede ni · conoééfse a st
mismo, si no conoce y acepta la revelación divina, la Verdad absoluta. Has
'1257
Fundaci\363n Speiro