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Número 327-328

Serie XXXIII

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La filosofía católica de Marcel de Corte

LA FILOSOFIA CATOLICA DE :LUARCEL DE CORTE
POR:
DANILO CAST~_LANO
El 19 de junio de 1994, a la edad de 89 años, ha pasado a la
«otra orilla» Marce! De Corte, uno de los mayores filósofos católi­
cos contemporáneos ( 1
). Había nacido en Genappe (Bélgica) el 20
de abril
de 1905. Estudió filosofía en la Universidad «laica» de Bru­
selas,
pero, como dice el profesor Dupréel, director de su tesis, la
filosofía que le ensefíaron había resbalado sobre
él como si de un
caparazón se tratase. Así, podríamos decir que la ensefíanza que
recibió le estimuló a continuar
el redescubrimiento del tomismo al
que se habla acercado leyendo, en 1921, la primera edición de Le
Thomisme de Etienne Gilson. En efecto,. Eugene Dupréel le había
dado como tema de su tesis de · doctorado la evolución del pensa­
miento de Aristóteles, con
1.a f!!l_per¡mza de que demostrara que
que el estarigita
«émanait dé pÍ~siew:s philosophes différents et
m"1l!e divisés entre eux». El resultado fue exactamente el con­
trario: Marce!
De Corte sostiene 18 tesis de la indudable coherencia
de Aristóteles. Desde entonces
su adhesión al realismo aristoté­
lico fue definitiva, pero taml:,ién .fue definitiva su ruptura con la
filosofía kantiana y sús derivados, con el sociologismo radical y
con
él positivismo matérialista que le habían propuesto insisten-
(1) Nadie es profeta en st{ tierra. Sin embargo, la noticia de la muerte
de Marcel De Corte ha impresionado a los belgas. De él han hablado Le
Soir del .22 de junio de 1994, y L'Actioti Franfaise Hebdo del 7 de julio
de 1994. La Libre Belgique del 22 de junio de 1994 dice: «Par exci:s d'hu­
m.ilté_ nationale, nous tardons souvent a reconnaitte celles de nos figures. qui
Iaisseront l~u,r emprcinte dans l'histoire de l'intelligence. -Ains_i faut-il ·enca­
re, a l'heure · oU · vient de le rappler le Pére, se rendre a "l'etrangcer pour
mesurer l'importance et l'étendue du rayonnem~nt de Marcel -~ -Cotte».
Verbo, núm. 327-328 (1994), 779-790
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'DANILO CASTELLANO
temente en la Universidad de Bruselas. Efectivamente, su profe­
sor, aunque reconoció el valor de su tesis ( fue votado doctor con
la calificación máxima) declaró públicamente -casi como si
quisiera distanciarse de su alumno-- que a partir de entonces
Dé Corte debería continuar su camino ~olo. Y Marcel · De Corte
así lo hizo. Consiguió una
beca. para proseguir sus estudios en el
extranjero (2), donde continuó su investigación aristotélica, y con­
solidó su crítica del ideálismo y el subjetivismo. Tan pronto re­
gresó a su patria, el profesor Edgard Jannsens, para su sorpresa,
le ofreció
el puesto de asistente en la Universidad de Lieja, y le
~ugirió que preparara una tesis de «Agrégation · en Pbilosophie de
l'Enseignement supérieur». Marce!
De Corte se puso a trabajar.
El resultado fue el libro La Dotrine de l'lntelligence chez Aristo­
te, en el que demostró que la exégesis de Santo Tomás era la única
interpretación auténtica del
realismo aristotélico. Dicha obra im­
presionó tanto a Etienne Gilson, · que escribió que el análisis de
De Corte se debía considerar definitivo, y dio lugar a que le
otorgaran
el puesto de profeso~ en la Universidad de Lieja. Cuatro
años después «venció»
la cátedra en la Facultad de Filosofía y
Letras en esa misma
universidad.
* * *
En la autopresentación que le pidió y publicó la revista Filo­
s.ofia oggi ( 1985), Marce! De Corte insiste en que existe una es­
trecha relación entre la «filosofía campesina» y el «sentido común».
Y efectivamente una característica de
la cultura francófona es la
presencia de este vínculo que, en ocasiones, ha llegado
a. adquirir
un significado polémico (por ejemplo, en
el último Maritain, para
entendemos, de Le paysan de la Gatonne ). De todos modos, dicha
1:elación tiende a poner de manifiesto el vínculo existente entre
10ealismo y sentido común. Un claro ejemplo lo encontramos en
(2) Marcel De Corte se licenció en 1928. Un afio. después, tras superar
-un examen, "fue admitido cómo alumno extranjero en la Ecole Normale
.Supérieure de París. En 1930 y 1931 vivió por motivos de estudio en Italia
~Milán, Venecia, Florencia y Ronia).
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LA FILOSOFIA CATOLICA DE_ -MA.RCEL DB CORTE
el pensamiento y la ·figura . de un amigo de De Corte,. Gustave
Thibon.
Es obvio que no existe una filosofía campesina, como tampoco
existe una filosofía burguesa,
obrera, etc. En efecto, la filosofía
no se caracteriza sociológicamente; Así, cuando Marce! de Corte
subraya esta relación,
lo que intenta es afirmar la esencia de la
filosofía que el paysan
-'-el1 .su opinión-debe reconocer, al me­
nos prácticamente, para su particular comportamiento frente a lo
creado:
el aunpesind está lejos (está obligado a permanecer· lejos)
del espíritu cartesiano de dominio sobre el mundo
y del ·mundo,
y tiende, sobre todo, a· respetar su orden. Respetar el orden de
lo creado
significa respetar la realidad objetiva que· revelan los
sentidos
y la inteligencia. En otras palabras, significa huir del es­
píritu subjetivista (ideología) y de la utopía, y reconocer la reali·
dad
y sus razones. En suma, significa reconocer el· realismo que
la filosofía griega destacó fundamentalmente con Aristóteles, y
que la filosofía cristiana, concretamente
con Santd Tomás, hizo
suyo.
El realismo no es fenomenismo; no es· aceptación ciega de
lo que los sentidos separados de la inteligencia pretenden presen­
tamos como verdad; por tanto, no. es materialismo, como ria es
ingenua aceptación de creencias o puntos de vista (ideología). Para
De Corte, el aristotelismo
y el tomismo han expresado magistral­
mente lo que es el realismo. El tomismo es continuidad en la
profundizaci6n del pensamiento griego, no ruptura.
Augusto Del Noce, cuando presentó mi primer libro, que
es
también la primera monografía dedicada al filósofo de Lieja
(L'aristotelismo cristiano di Marcel De Corte. Firenze, Pucci
Ca­
priani, 1975) sintetizó con evidente lucidez el significado de la
contribución lústórica y teorética
de · Marce! De Corte, y del re­
descubrimiento del tomismo que, en la primera mitad de nuestro
siglo, han llevado a cabo «pensadores vestidos
de laicos que ha­
bían realizado sus estudios en universidades laicas no sólo en el
vestido».
Del Noce afirma que «para De Corte, Santo Tomás es
aristotélico, ya que Aristóteles, siguiendo a Platón, frena el desa­
rrollo hacia
el neoplatonismo y la dialéctica idealista al mismo
TI!l
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DA.NILO CASTELLANO
·tiempo». «Por tanto, representa el pensamiento griego en su (más
absoluta) pureza, y en su separación del emanantismo oriental
que, para usar las palabras de De Corte, ha experimentado una
primera refracción a través del
intelectµalismo griego, y experi­
mentará
otra refracción decisiva muchos siglos después a través
del
pensamiento de Spinoza acerca del intelectualismo cartesiano».
«Por consiguiente
c--COntinúa Augusto Del Nace-, por una parte,
el pensamiento griego
es el único que puede integrarse en el cris­
tianismo; por otra, la supuesta oposición entre pensamiento an~
tiguo y cristianismd, que se refleja en los mismos filósofos y
teólogos católicos del esquema historiográfico racionalista que
opone el antropocentrismo de
la filosofía moderna al cosmocen­
trismo de la filosofía antigua, se revela infundada,
ya que la filo­
sofía moderna ha desarrollado elementos ya presentes ·en el pen­
samiento antiguo».
Todo esto explica por qué Marce! De Corte estudió con idén­
tico interés tanto la historia de la filosofía antigua ( sobre este
argumento, es inevitable citar, entre otras, las siguientes obras del
filósofo de Lieja:
Le Commentaire de Jean Philopon sur le troi­
sieme Livre du «De anima» d'Aristote y Aristote ét Plotin. Etude
d'Histoire de
la.Philosophie ancienne, ambas publicadas en 1935),
como la historia de
la filosofía moderna (hay que recordar, al
menos,
el libro La Philosophíe de Gabriel Marce! de 1938). Este
doble interés nació en
él de la exigencia de recoger la esencia
misma de la filosofía que se manifiesta toda explícita y comple­
tamente
en las consecuencias prácticas. De ahí la intensa dedica­
ción de Mároel
De. Corte· a la filosofía moral (cfr. las obras:
Inaarnation de l'Homme, de: 1942; Pbilosophie des Moeurs con­
temporaines, de 1944; · Essai sur le fin d'une civilisation, de
1949;
L'Homme contre lui-memé, de 1963'; y, finalmente, los
cuatro
trabajos dedicados a la virtudes cardinales De la Justice,
1973; De la Prudence, la plus humaine des Vertus, 1974; De
la Force, 1980; y De la Temperance, 1982), disciplina esencial­
mente teorético
y,,por ratito, ligada a los problemas metafísicos
y
gnoseológicos · de todas las 'épocas, pero especialmente vivos en
un
período como el· moderno y contemporáneo en el que se con-
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LA FILOSOF!A CATOLICA DE .MARCE!., DE .(:()R_TE
funde inteligencia con razón, y . se reduce esta última a facultad
calculadora, dejando
en segundo. plano la racionalidad entendida
en el sentido clásico. Este peligro ha sido denunciado insistente,­
mente por el mismo De Corte, y es el tema central de su libro
L'lntelligence en
péril de mort, de 1969 (3 ).
La «denuncia» de Marcel De Corte podría parecer .. una posi­
ción «defensiva» ; a algunos incluso les ha parecido «irracional»
(Felice Battaglia)
y «apocalíptica» (Luigi Stefanni). En realidad,
tales etiquetas
y definiciones son inaceptables, no sólo potque
cada «defensa» ... defiende algo, es decir, contiene en sí (al me­
rios implícitamente) una propuesta, sino, sobre todo, porque Marcel
De Corte se ha propuesto defender la filosofía del ser, d realismo
al que hemos aludido antes, no sólo indagandó en
.el pensamiento
de Aristóteles, sino también poniéndose a prueba con estudios
estéticos (cfr. L'essence de
la Poésie. Etude philosophique de l'Acte
poétíque, de 1942),
y con una obra pedagógica, Deviens ce que
tu es, Léon notre fils, de 1956, escrita en colaboración con _su es­
posa Marie Panier, en memoria de uno de sus hijos ( 4 ). En la
primera de las dos obras citadas, De Cotte pretende demostrar
que «escuchándose como sujeto que existe, al mismo tiempo
.el
espíritu se descubre reconciliado . existencialmente con el univer­
so». En suma,-la existencia es cqexistencia, nd en. el senticÍ~
idealista, sino en el sentido de la pluralidad .actual de la~ criatu­
ras sustanciales. Sin embargo, en
la segunda obra mencionada,
recoge la problemática del ser en
e_l marco de la reflexión sobre
el proceso educativo que, lejos de abandonar el sujeto existente
a
la inmediación del naturalismo pedagógi.,;,, impone la «media­
ción» racional
para recuperar las raíces de la. propia esencia y l~
propia dignidad (5).
(3) Este libro tuvo una segunda .edición en 1987, en la que Marce1 De
Corte incluyó un nuevo Prólogo que representa, en lo que se refiere a su
última obra, casi un testamento espiritual.
(4). Marce! De Corte y Maria Panier tuvieron cinco hijos. 'lJno de ellos,
León, murió de poliomielitis a los dieciocho añoa, ·
(5). Acerca del pensamiento pedag6gico del filósofo de Lieja, dr. D. CAS­
TELLANO, «L'itinerario di Marcel De Corte, dall' antimodernismo filOSOficó
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DÁNÍLO 'CASTELLANO.
Las" obras de Marce! De"Corte suscitaron interés incluso a ni­
vel internacional, y" no sólo entre especialistas y estudiosos de la
filosofía," Así, Incarnation de l'Homme se tradujo a italiano y
español. Essai sur le fin d'une civilisation tuvo una edición espa•
ñola y otra alemana. L'Homme contre lui-méme y L'lntelligence
en péril de mort cuentan con" una traducción en italiano. Deviens
ce que tu es, Léon notre fils se editó varias veces y se tradujo al
español. En italiano apareció
un volumen con la ¡raducción de
varios ensayos suyos con
el título La grande eresia. La Facultad
de Derecho de la Universidad de Navarra, y la revista Persona. y
Derecho" publicaron en España, en francés, el volumen Economie
et morale ( 1977), con el que De Corte pretendía afrontar el pro­
blema del «humanismo económico».
* ·*· *
En los primeros años de la segunda postguerra, es decir, a
partir
de 1945; el pensamiento de Marce! De Corte, sobre todo
su pensamiento moral, fue objeto de una atenta consideración en
toda Europa. Las vicisitudes de
la Segunda guerra mundial, "que
terminaron no sólo con la derrota del nazismo y del fascismo, sino
también con
la destrucción de la filosofía idealista { sobre todo
en su versión
hegeliana y neo-hegeliana), hicieron posible la apari­
ción de
una atención particular" por la persona, que también de.
fiende
De Corte, "anclándola al personalismo clásico, pero sin
olvidarse de ninguriá de las avanzadas instancias del existencia­
lismo
religioso, al que se denomina «existencialismo de dere­
chas». Sin
embargo; hay que dejar claro que la posición de De
Corte no tiene nada que ver con las tesis del personalismo con­
temporáneo, el cual ha sufrido la influencia del «existencialismo
de izquierdas», de los derivados del neo-hegelianismo, del libe-
al ·-reali:smo pedagogic.o»,-in Miscellanea, núm.; 3, UniversitA degli · Studi di
Trieste, Facolta di Lingue e Lettel:ature Straniere, Pisa, ·pacini editore, 1974,
págs. 1 n-20(1 Trad. ·al francés. en Jt¡néraires,· París,-núm. 1%, -septiembre
1975.
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LA FILOSOFIA CATOLICA DE MARCEL DE CORTE
ralismo filosófico, y de su evolución hacia formas de socialismo
más. o menos ·_acentuadas.
Sin embargo, cuanda . .irunediatamente después prevalecieron
las filosofías neo-iluministas, empíricas, existenciales «de izquier­
das», el marxismo (es decir, las «filosofías. burguesas»}, De Corte
no tuvo mucho éxito. Europa, o mejor dicho,
la mayoría de los
europeos ya había elegido:
no estaba dispuesta a compartir el
análisis del filósofo de Lieja, según el cual la crisis de la civiliza­
ción contemporánea
se debía fundamentalmente a la infidelidad
del hombre a
.sí mismo, a su naruraleza de animal racional ( en
el sentidodásico}. Su análisis volverá a estar de actualidad varioo
años más tarde, cuando estalle un movimiento contestatario·· en
la parte occidental del Viejo Continente, es decir, en el momento
en. el que aparezca con fuerza el nihilismo del «pensamiento mo­
derno», Ahora bien, su filosofía vuelve a ser actual, sobre todo,
porque
-cop.tratiamente a la Escuela de Ftankfurt o

a
Marcuse-­
presentaba
la denuncia y la propuesta, el momento negativo y la
parte constructiva. En algunas universidades europeas se esrudió
de
nuevo el pensamento de De, Corte, cy se convirtió en objeto
de tesis, de licenciarura. Pero era
·demasiado tarde para subit la
pendiente, en breve tiempo y sin grandes sacrificios, desde 'el fon­
do al que las Jdeologías habían llevado a
la cultura, y,· sobre todo,
a la juventud europea.
En realidad, es entonces cuando se propaga la impresión de
que la «filosofía moderna»
· había conseguido penetrar incluso· en
la Iglesia Católica, y tener influencia suficiente en
el Concilio
Vaticano
II que, según Marcel De Corte, se caracteriza por la
discontinuidad con la
docrrina enseñada eri el pasado, por la «rup­
tura» con la tradición {et1tendida en sentido teológico), por el
abandono del depósito. . que la Iglesia 'debe bistodiar. Esta im-. . . . .
presión podría estar fundada en el «cambio antropológico». de la
teología ( 6 ), tan ~borotadora y difundida;. frente a la aplicación
· (.6} Sobre esté tema se puedé ·coosu1tar, por ejemplo, C. FABRO, La
s.volta antropolOgica di Karl Rahner~0Milán;··RUSCOni,·1974; y ID., L'aVVen­
tura della teol.ogia ¡,rogressista, Milán, Rusconi.' ..
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DANILO CASTELLANO
precipitada de las novedades litúrgicas y catequéticas que favo­
recieron enteros Episcopados ( 7) ; frente al elogio de la u top fa
que altas jerarquías de la Iglesia.Católica de entonces (8) pronun­
ciaron imprudentemente; frente
.a las «filosofías» de moda (como,
por ejemplo, el teilhardismo) que prestigiosas revistas católicas ·e
incluso obispos difundían a. manos llenas entre los católicos.
Marce! De Corte reaccionó intensificando sus . publicaciones y
colaboración, sobre todo en la revista
Itinéraires de París, que le
dedicará un número especial en 1975 (9).
Como
ya señalé en 1975, De Corte no siempre hace una dis­
tinción clara entre una interpretación de hecho, y una interpre­
tación
de derecho de los Actos del Concilio Vaticano II. Sin eme
bargo, no hay duda de que la cristiandad contemporánea ha roto
-para usar la terminología del filósofo de Lieja-la solidaridad
entre el
·realismo sobrenatutal de' la fe, y el realismo natural de
la inteligencia humana,
y de este modo ha establecido al . menos
las premisas para la apostasía y .la irracionalidad individual y de
masa.
· Esta «rúptuta» marca un cambio importante, incluso decisi­
vo:
fe y razón son incompatibles. A la primera perjudicaría la
segunda, y la autonomía y poderes de ésta se verían amenazados
por
la primera. Así, resurge, y no sólo ·a nivel de disputa teórica
( en
el debate celebrado en los años treinta bajo el título «¿Es
posible una filosofía cristiana?»
también participó Marce! De Cor­
te); una vieja querelle que, sin embargo, sufrió la influencia de la
(7) BaSta pensar, por ejemplo, én -e1 'catecismo holandés.
(8) Pablo VI pronunció d dogio de la utap(a. Sin embargo, no siempre
:los v~blos-ttansmiten_ conceptos. -,Por-esp:-es necesário siempre «teoons·
truir» su sei;itido para extraer su a1:1,téntico sígnifi_cado. En_ efecto, a menudo,
y aunque sea err6neamen:ti, se i~tifica utopJa con ideal.
(9) La revista Itinlráires. (Párls, núm. 196; septiembre 1975) quiso de­
dicar ~ Marcel--De Corte un tlúmerd éspecia.l, -en él que incluye su biblio­
grafía.
Cuando cumplió ochenta años, varios amigos y admiradotes le dedicaron
un volumen de estudios titulado, -significativamente, Aristotelica ( cfr: Aris~
totelica. Mélanges offerts li Marce! De Corte, Bruselas-Lieja, Edirons OUSIA­
Presses Universitaires, 1985).
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LA FILOSOFIA CATOLICA DE, MARCEL DE CORTE
cultura teológica y política de origen protestante · en los años . del
post-Concilio. Así, la
fe se convierte en fideísmo, y el uso de la
razón en racionalismo ; los dos se caractetizan por una opción
injustificada, subjetiva, ideológica, que pretende ser reconocida
como válida por
el mero hecho de haber sido hecha. Aunque sea
in nuce, ya está presente el «pensamiento debil» que defiende la
primacía de la democracia (relativista) sobre la filosofía, y la
primacía de la ideología religiosa ( es decir, de cualquier elección
considerada religiosa) sobre
la. religión revelada, En resumen, es
la primacía del indiferentismo sobre la verdad, . de la opWón so­
bre el . ser, del relativismo sobre el bien.
Todo ello
es causa y efecto a la vez de la «filosofía moderna»,
entendida desde
el. punto de vista axiológico. Se ha confundido
la filosofía con la ciencia (de Galileo) y, así, el universo ha.perso­
nificado
su inteligibilidad. En lugar de intentar. humildemente, y
en
la medida de lo
posible, entender el proyecto de Dios, el hom­
bre elabora sus propios proyi:ctos ahernativos, que a Marce! De
Corte le parecen las utopías racionalistas de nuestro tiempo: la
humanidad en sí de Kant, el contrato. social de Rousseau,
los (mo­
dernos) derechos humanos, etc.
En una dirección opuesta_ parece moverse un contemporáneo
que Marce! De Corle considera un pensador político atento a la
única realidad de los
seres y las cosas, humilde delante de la ob­
jetividad, y, por tanto, «abierto» a la verdad. se trata de Charles
Maurtas,
cuyo pensamiento impresionó al filósofo de Lieja ya
desde sú juventud, y que 6'te · liga a principios metafísicos, · puti­
ficándolo de cualquier aspecto revolucionario o nacionalista. El
mismo De Corte dirá que ha hecho suya la «philosophie du ro­
yalisme» de Maurras, y que la ha «defendido» después de la crisis
institucional de Bélgica a . finales . de la Segunda guerra mundial
( crisis que motivó una. apasionada controversia en

la que también
participó Marce! De Corte).
Sin
duda es un error definir a Marce! De Corte como· un
l:ombre «de derechas», sin acordar previamente qué
se entiende
por la
Derecha ( aunque él mismo no se. preocupó de aclarar esta
eqµ(voca etiqueta). No tenemos ningún estudio específico sobre
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DA.NILO CASTELLANO
este tema, así como .tampoco existe un estudio. sobre su original
tesis acerca de la posible recuperación aristotélica de Comte, sólo
aclarada en parte
por el ensayo Essai sur la morale d' Auguste
Comte (París, Les Belles Lettres, 1972), de su discípulo Christian
Rutten.
El equívoco se convierte en error, sobre todo si se aceptaran
algunas definiciones de Derecha (como,
por ejemplo, las de Bobbio,
Maritain y Mancini), ya que impiden, por ejemplo, comprender
el significado de la polémica de Marcel De Corte contra el Estado
moderno y
contra la moderna democracia, cuya «religión» es el
origen de muchas guerras contemporáneas. El filósofo de Lieja
sentía una gran admiración
por el pensamiento político clásico
( tanto que hay quien le acusa casi de culto al paganismo) ( 1
O),
porque consideraba que los antiguos, al haber vislumbrado la ver­
dad de la política, habían descubierto
el arte de hacer perdurar
la comunidad, y con ello habían establecido las premisas para con­
seguir el bien común que
--como sabemos-no es el bien público.
• • *
Marce! De Corte declaró humildemente que. su . pensamiento
no poseía «originalidad» alguna, que no
tenia una filosofía suya,
sino que su trabajo había consistido en pensar y repensar los
problemas de siempre y los de .nuestro tiempo, a
partir de Santo
Tomás y Aristóteles; se había limitado a revivir las ramas de
la
antigua planta del realismo. De ahí su critica a Platón y, sobre
todo, a Plotino en lo que se refiere al pensamiento antiguo y a
(lÓ) André Motte, al pronunciar el discurso fúnebre en calidad de
antiguo alumno de De Corte; y decano de la Facultad de Filosofía y Letras.
de la Universidad de Lieja, recordó que al mismo De Corte le gustaba mucho
decir, provocativamente, «Je suis un vieux pa.ien». Sin embargo, sería un
error atribuir a esta frase un sentido polémico contra d cristianismo. De
Corte ha sido cit6lico hasta la ··médula. De hecho, quiso destacar su adhesión
al catolicismo también cori la elección del rito dé su Mísa 'fúnebre que s~
celebró según el rito 'romano antiguo, llamado de Pío V o «tridentino». ·
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LA FILOSOFIA CATOLICA DE MARCEL DE CORTE
la «filosofía moderna»; cuyo. origen, según ,el filósofo de Lieja,
hay que. buscarlo en Descartes·.
Sin embargo, cualquier revisión implica un modo de pensar
personal.
La verdad, a pesar de estar en sí misma, sólo emerge en
el momento en el que es pensada, y en la parte que es conocida.
Por
taoto, todo pensar auténtico es siempre un filosofar original,
ya que la originalidad no reside en la novedad o en el sistema,
sino, más bien, en saber extraer la verdad, es decir, en ese cono­
cer por conocer que sirve, después, para regular también la ma­
nera de reaccionar y obrar del hombre.
Es por todo ello que la filosofía no está reservada, bajo
nin·
gún aspecto, a los iniciados; es, al menos virtualmente, propia de
todos los hombres, en cuanto hombres,
es decir, de los hombres
que no renuncian a serlo'.
Marce! De Corte, al proponer de nuevo el realismo, ha puesto
de manifiesto la necesidad de «abrirse» al
ente, es decir, a una
esencia nnida al ser que
la hace existente, como hizo Aristóteles,
aunque
-tal y como ha señalado Gilson-el filósofo griego no
definió el ser, sino que simplemente lo identificó, encontraodd,
de este modo, dificultades no inferiores a las que encontró Platón
con su ontología de la participación. Además, Aristóteles, aunque
se plaote6 la pregunta sobre el origen de la vida, no pudo dar
una respuesta filosófica adecuada, ya que le faltaba, al final, «una
intuición potentemente realista» que, según De Corte, le habría
permitido ver que «el ser de las cosas estaba suspendido en el
Ipsum esse subsistens». Y todo ello se debe a los límites de la
ciencia de su tiempo, y también a
la que ha sido definida como
impostación esencialista y formalista del problema.
Santo Tomás
se plaoteará y, en algunos aspectos, solucionará
este problema,
tal y como lo demuestra la «lectura intensiva» del
Aquinate por parte
de Cornelio Fabro. Sin embargo, no parece
que se pueda compartir la tesis de la absoluta originalidad del
tomismd respecto del aristotelismo, a pesar de
las innumerables
y radicales innovaciones que
aporta. En efecto, en la «problemá­
tica» dd ens in actu está presente la del esse ut actus.
Marce! De Corte, influido por el «primer» Maritain y Gilson,
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DA.NILO CASTELLANO.
ha leido a Santo Tomás de Aquino siguieodo la intetpretación
que
le dieron eo la «escuela de los domioicos». Sin cembargo, al
estudiar sobre todo a Aristóteles, se
·ha convencido de la.identidad
del comportamiento espiritual.
de .dos pensadores que están,' y
seguirán estando, entre los. mejores filósofos de la historia. Y esto
le ha
· bastado para oponer a las modernas ideologías la perenne
actualidad de la filosofía clásica.
(Traducción
de Coral García).
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