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Número 337-338

Serie XXXIV

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El totalitarismo y sus formas

CRONICAS:
EL TOTALITARISMO Y SUS FORMAS
Las cátedras de Filosofía política e Historia moderna, inclui­
das en el Departamento de Filosofía
y ciencia sociales, de.la Uni­
vetsidad de Cassino, han desarrollado a lo largo del curso 1994-
1995 un seminario sobre «los modos antiguos
y nuevos del
totalitarismo». Los profesores Salvatore Azzaro
y Robetto de
Mattei
-este último bien conocido por los lectores de Verbo, re­
vista de la que es colaborador, aunque no frecuente, desde hace
muchos
años-, responsables respectivamente de las cátedras or­
ganizadoras, han pretendido con ello aportar una setie de
suge­
rencias para la aproximación interdisciplinar a un fenómeno que
se encuentra entre los nucleares de la contemporaneidad, con la
intención de depurarlo de ciertos contornos simplistas
y de apre­
henderlo en su radicalidad.
La primera ponencia correspondió al profesor de La Sorbona
Claude Polin, que trató del tema que rubricó uno de sus libros
más famosos hace quince años («El espíritu totalitario»), elogiosa
al tiempo que críticamente evaluado por el llorado Marce! de
Corte. Polin ha salido últimamente a la palestra de las polémicas
intelectuales con el provocador
y demoledor libro, escrito en co­
laboración con el también profesor Claude Rousseau, Les illusions
republicaines.
Los profesores Georges Cottier y Ernst Nolte, en dos sesio­
nes distintas, se ocuparon de un· mismo tema, con claras resonan­
cias, cuando menos tetminológicas, del también desaparecido
Augusto del Noce: «La interpretación traspolitica de la historia
contemporánea». Interesante contrapunto
el de dos petspectivas
distintas, aunque en absoluto encontradas, sino más bien conver­
gentes: por un lado la del reputado teólogo del papa y profesor
de la
Universidad suiza de Friburgo; por otro, la del historiador
alemán, profesor de la Universidad Libre de Berlín. Del primeto
son conocidos sobre todo
sus estudios de filosofía tomista y de
doctrina social de la Iglesia. Del segundo, un conjunto de ensa­
yos renovadores de la interpretación de la categoría inanne - Verbo, núm. 337-338 (1995), 887-897 887
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CRONICAS
de el ángulo politológico-del fascismo y, recientemente, la
reonión de sus aportaciones a la interpretación de la historia del
siglo xx en el volumen titulado
Lehrstück oder Tragodie?, un
tanto insustancialmente traducido al castellano como Después del
comunismo
en este mismo año de 1995.
Fue el profesor René Pillorget, de la Univetsidad de Lille,
el
cuarto ponente, que historió cuidadosa y delicadamente el proce­
so de surgimiento de la categoría cultural que conocemos como
Europa, cotejándola con
la encarnación institucional de los idea­
les cristianos que conocemos como Cristiandad. De manera que
el fenómeno totalitario quedó inserto en un proceso histórico en
el que
la secularización y el liberalismo desempeñan un papel no
despreciable. (Pillorget ha destacado por una serie de estudios
sobre
la contrarrevolución y, así, en el recién aparecido libro co­
lectivo La contrarrevolucí6n legitimista (1688-1876), dirigido por
Joaquim Verissimo
Serríio y AHonso Bullón de Mendoza, se ocupa
de la contrarrevolución en
el Mediodía francés).
Quien, sin embargo, más profundizó en ese filón interpreta­
tivo del totalitarismo fue el último ponente, el profesor español de
la Univetsidad Pontificia de Comillas Miguel Ayuso.
El profesor
Ayuso, tan ligado a
Verbo, de cuyo consejo de redacción es miem­
bro, habló de «La esencia y las formas en el fenómeno totalitario»,
con particular atención a la cuestión del «totalitarismo democrá­
tico».
Su conclusión, que en buena medida sirve para todo el
seminario, fue la signiente: «Realizada la anatomía del totalitaris­
mo, hemos podido comprobar que
sus rasgos se compadecen pet­
fectamente con
los que caracterizan la democracia que, previa­
mente, hemos definido como moderna frente a la clásica, y que
hemos dicho constituye una forma de Estado
más que de gobietno.
Lejos de existir oposición entre totalitarismo y democracia, su
identidad es, más que sorprendente, impresionante. Quizá sin
atisbarlo lo señaló Raymon Aron cuando escribió que "los regí­
menes no
se han hecho totalitarios en base a una especie de en­
trenamiento progresivo, sino a partir de una intención, un pro­
pósito original, la voluntad de transformar fundamentalmente el
orden existente en función de una ideología". Intención inma­
nentista que abraza las aparentes dos orillas del mar político,
democracias y dictaduras, y que hace que la democracia
-entre
la anarquía y el despotismo, en la lección de Tocqueville--haya
resultado cronológicamente primero un antecedente lógico del to­
talitarismo, para devenir luego en una simple expresión particu­
lar del mismo. Sólo
el pensamiento tradicional cristiano, en otro
plano del de la política secularizada moderna,
es la verdadeta
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CRONICAS
contrafigura del totalitarismo, en cualquiera de sus formas, ya
dictatoriales, ya democráticas. No en vano escribió Donoso Cor­
tés que "dad
la forma que queráis a la doctrina católica, y a pesar
de
la forma que le déis, todo será cambiado en un punto y veréis
renovada la
faz de la tierra"».
Gumo VIGNELLI.
EL RESURGIR DE LA HISTORIOGRAFIA
TRADICIONALISTA NAPOLITANA
A principios de los años sesenta comenzaba a publicarse en
Nápoles una revista que llevaba por subtítulo explicativo de sus
designios «publicación napolitana tradicionalista» y que tomó por
nombre
L' Alfiere. La dirección pronto habría de recaer en la per­
sona de Silvio Vitale, abogado y estudioso napolitano, uno de
los grandes amigos de nuestro llorado Francisco
Ellas de Tejada.
Andando el tiempo lo sería también de quien escribe estas líneas.
Con interrupciones más o menos prolongadas, _ y con mayor o
menor puntualidad, pero siempre con fidelidad a las mismas
ideas, al día de hoy Silvio Vitale continúa al timón de una
re­
vista ciertamente significada en el plano de los estudios .históricos
sobre
el viejo reioo de Nápoles y bien asentada en los principios
del tradicionalismo católico. Por su parte, mi también viejo amigo
Maurizio Dente, profesor de Historia del derecho en la univer­
sidad de su Nápoles natal y activo periodista, organizaba hace
cerca de diez años
-prolongando, eso sí, un quehaoer muy an­
terior en el tiempo-una Fraternita Cattolica, volcada· no sólo
sobre la teoría y la praxis contrarrevolucionarias
in genere, sino
también, en concreto, con preocupaciones napolitanas. Hará dos
años que ambos grupos, junto con aportes individuales no menos
valiosos, convergían en
la fundación de una cooperativa editorial,
Il Giglio, destinada a trabajar en el campo de la invesrigación y
de
la reedición de antiguos documentos, en buena parte imposi­
bles de encontrar, de la historia del Reioo de
las Dos Sicilias y
de la tradición católica europea. Al mismo tiempo que
otros edi­
tores han comenzado a incluir en sus catálogos diversos títulos
de semejante inspiración.
Hasta
el momento dos son las obras que han visto la luz
gracias a esta cooperativa de nuestros amigos napolitanos. La pri­
mera
es La tragicommedia, de Giacinto de'Sivd, en edición de
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