Consuelo Martínez-Sicluna: Del poder y la justicia

INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
histórico sobre la filosofía escolástica, o su visión de Maritain y
Una1nuno, etc.
El repaso de los artículos ensamblados en estas, pocas pági­
nas, mueven al lector interesado a preguntarse por la empresa de
las opera omnia del sabio maestro. ¿Cuándo podrá emprenderse
una tal tarea? Desde la otra orilla, hoy la más menguada, de la
hispanidad, sólo nos
queda soñar con su acabamiento.
A. T.
Consuelo Martí11ez-Sicluna: DEL PODER
Y LA JUSTICIA e)
Consuelo Martínez-Sicluna, a quien los lectores de Verbo
conocen por sus notables colaboraciones, es profesora de Filo­
sofía del Derecho
en la Universidad Complutense de Madrid.
Tanto
en su docencia como en su línea de investigación cultiva
un iusnaturalismo sugestivo y renovado que no ha podido por
menos que influir en quienes en un mo1nento u otro nos hemos
lucrado de su magisterio. Su libro Legalidad y legitimidad· la teo­
ría del poder (1991), muy bien recibido en los sectores estudio­
sos inconfonnistas y
no sectarios, ya mostraba una predisposición
por las temáticas y las fuentes clásicas. Ahora, el volumen pri­
mero
de Del poder y la justicia, confirma, desde la propia rúbri­
ca,
esa predilección por lo decididamente cardinal en su discipli­
na iusfilosófica.
Se trata -explica-de una reflexión sobre la posibilidad y
las vías para llegar a
un orden justo, entendiendo éste no sólo
como
un anhelo por parte del hombre, una pregunta fundamen­
tal que afecta a su propia esencia, sino también co1no una exi­
gencia racional entroncada directan1ente con aquello que nos
permite dar una definición uniforme de la cualidad humana y,
finalmente, un lítnite al poder, un in1perativo que surge de la con-
(*) Ed. Actas, Madrid, 1997, _645 págs.
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ciencia del individuo, que obliga allí donde la autoridad política
no puede llegar y que, por lo n1isn10, nos sitúa en la tensión agó­
nica del enfrentamiento con ésta cuando la necesidad de vivir
según la justicia no responde al modelo esbozado por quien
ostenta el poder.
Consta la obra, desarrollada
en cerca de seiscientas cincuen­
ta páginas, que sólo pode1nos anin1ar a leer en una nota de estas
características, de cinco
cat)ítulos, seguidos de sendos índices
onomástico y bibliográfico. Se abre el libro, auténtico tratado por
su extensión y disposición, con un capítulo sobre el sentilniento
de la justicia, donde se examinan tanto las teorías sobre la justi­
cia co1no su consideración como "valor", así como la separación
moral-derecho como antecendente del relativismo jurídico. El
segundo bloque temático aborda desde distintos ángulos la rela­
ción entre el derecho natural
y el positivo. Así, a partir de la con­
sideración del derecho natural como anterior
y superior al posi­
tivo,
se aborda la crítica positivista al derecho natural y la supues­
ta oposición entre atnbos, destacando el vínculo entre derecho
natural y justicia. Es precisamente ésta, como fin del derecho, la
que centra el tercero de los capítulos, con trata1niento de la cues­
tión de si
sólo cabe un derecho justo o, por el contrario, tiene
algún sentido hablar de derecho injusto. La justicia como proble­
ma histórico
y como virtud son el objeto, respectivo, de los capí­
tulos cuarto
y quinto.
El simple repaso del que acabamos de dejar nota, sirve, me
parece, para mostrar la trascendencia del
empeño de la profeso­
ra Martínez-Sicluna. Su rigor y valor nos eran de sobra conocidos,
y, por lo 1nismo,
no requieren tnayor con1entario. Esperan1os tan
sólo la culminación pronta de la obra.
JUAN CAYÓN
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