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Número 377-378

Serie XXXVIII

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Nueva versión de «Los intereses creados»: los homosexuales y el SIDA

NUEVA VERSIÓN DE "LOS iNTERESES CREADOS":
LOS HOMOSEXUALES Y
EL SIDA
POR
F. l'ERNÁNDEZ ARQUEO
SUMARIO: Los mentores de las Parejas de Hecho.-Los homoxesuales como cos­
movisión enemiga de la Familia.-Sus organizaciones están ofreciendo.-La
pericia empresarial.-Las jerarquías paralelas.-La lucha contra el SIDA.­
¿Qué hacer?
Los mentores de las "Parejas de Hecho"
Los proyectos de Ley de Parejas de Hecho, siempre al ace­
cho, variadísimos,
son uno de los mayores ataques al matrimonio
y a la familia de todos los tiempos. Detenerlos, es
un trabajo mul­
tidisciplinar. Pero a
poco que se mire el asunto, se ve que uno
de sus motores principales son los colectivos de homosexuales.
Ellos
son el deus ex machina de todo este tinglado, en España y
en el extranjero. Una de las principales batallas de la defensa del
matrimonio y de
la familia, debe darse, pues, contra los colecti­
vos
de los homosexuales y sus pretensiones políticas.
Los
homosexuales como cosmovisión enemiga
de la Familia
La homosexualidad, no es solamente un error de fontanerla
genital, sino
que además, tanto individual como colectivamente,
es una amplia cosmovisión peculiar que, como todas, busca
una
encarnación legal, política, y es una contracultura. Rasgo sobre-
Verbo, núm. 377-378 (1999), 629-638. 629
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F FERNÁNDEZ ARQUEO
saliente de esa cosmovisión es un odio vivísimo a la familia. Esto
ya fue señalado hace mucho tiempo, antes
de que se hablara de
las Parejas de Hecho. Entre otros, por Mauricio Carlavilla, cuan­
do la Segunda República,
en su libro Sodomitas.
Hay, además, que decir, para de aquí en adelante, aunque no
lo
repetiremos, que a muchas organizaciones de homosexuales
acuden como a puntos de encuentro, practicantes
de otras abe­
rraciones sexuales, variadísimas. No es raro que a la homosexua­
lidad se llegue partiendo de otros desórdenes sexuales y que
desde
una homosexualidad inicialmente pura se derive a otros
trastornos. De lo cual resulta que muchas organizaciones de
homosexuales y sus publicaciones y servicios, apoyan y sirven
con toda naturalidad a esas otras aficiones aberrantes; para esa
prolongación buscan
una justificación en las invocaciones a la
libertad sexual que las engloba a todas por igual.
Sus organi7.aciones están creciendo
En estos últimos años la presencia de la homosexualidad en
los periódicos es casi diaria, sin contar con las secciones de anun­
cios. Tienen, además, publicaciones suyas especializadas de
cir­
culación más restringida, diñamos que como de mantenimiento.
Para la conquista y expansión les sirve generosamente la prensa
diaria, aunque no sea más que con ocuparse de ellos asidua­
mente y con talante neutral.
Es un fenómeno mundial. Lo que avanzan en el extranjero les
sirve aquí de apoyo y confirmación.
Más en general, todas las
cosas malas que quieren arraigar en España, invocan sistemática­
mente para ello que ya están reconocidas en Europa y en gran
parte del mundo.
Los éxitos de las pretensiones políticas que
mantienen
en todas partes, son inmediatamente comunicados por
la prensa a todos los españoles. Dentro de este amplio fenóme­
no, los homosexuales destacan.
Al impulso que sus pretensiones sociopolíticas reciben de su
propia actividad, de la prensa y del extranjero, se suma la indi­
ferencia de muchos heterosexuales, incluso católicos: minimizan
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el tema, haciéndole objeto de chistes y bromas; o lo encuadran
dentro
de las libertades de perdición del liberalismo, de la demo­
cracia, de los derechos humanos, de la libertad religiosa, y de la
sociedad
"pennisivista", que en poco tiempo se han constituido
en una especie de nueva superreligión mundial, que, además, se
ha infiltrado muy dentro de la Verdadera.
Pero estas libertades que garantizan sus actividades públicas
ya existían cuando la Segunda República,
y, sin embargo, el fenó­
meno homosexual
no parecía tan grande como ahora. ¿Qué ha
sucedido? ¿Ha aumentado reahnente la homosexualidad?
Es difícil saber con precisión y seguridad si ha aumentado o
no, y cuánto, la homosexualidad
en nuestros días. Las estadísti­
cas, más difíciles de hacer
en esta materia, han conocido a la vez
un nuevo fenómeno, como las encuestas, el de ser maquilladas y
manipuladas tendenciosamente.
La impresión unánime de los
que se acercan
al tema, más intuitiva que analitica, es que si, que
ha aumentado, y además, notablemente, la homosexualidad
en
España. Especulativamente se puede suponer la misma conclu­
sión, porque la propaganda
que ahora se les hace como nunca
desde la prensa diaria tiene
que dar naturalmente sus frutos, en
ésta y en cualesquiera materias. Y además, el aumento de otras
aberraciones sexuales,
en función igualmente de su propaganda,
genera
un aumento de la homosexualidad, que es una parte de
ellas.
La pericia empresarial
Esta propaganda en la prensa diaria es una novedad cuanti­
tativa, importantísima. Pero hay una novedad cualitativa
no
menos importante, que es la aparición en la sociedad española,
y también
en la internacional, de profesionales expertos en orga­
nización
de empresas, que están a disposición de los homose­
xuales como de cualquier otra actividad, mercantil o no.
Los
homosexuales de los años treinta, los únicos beneficios que
sacaban de las incipientes libertades que les daba la Segunda
República, eran la constitución
de tertulias de grupos pequeños
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y balbucientes y de organizaciones de factura artesanal. Hoy,
aquellos grupos de amigos cuentan
con ordenadores, interne!,
etc., y con la asistencia profesionalizada
de técnicos en cada una
de las numerosas subespecialidades que constituyen la organiza­
ción de cualquier especialidad.
La Universidad, con la prepara­
ción de estos nuevos técnicos de gestión les está potenciando
mucho, involuntariamente, claro está.
Vemos algunas consecuencias y manifestaciones de esta técni­
ficación:
la mera presencia abrumadora en los medios de comuni­
cación es
ya una de ellas. La floración de organizaciones, es otra.
La tendencia inmanente de cualquier organización a crecer les lleva
a subdividirse y especializarse; y
así, hemos visto que de los grupos
homosexuales clásicos, se
han desgajado otros de lesbianas, traves­
tís, etc., antes aficiones poco menos que desconocidas. De los cafés
y cabarets propicios para encuentros y tertulias se ha pasado a las
saunas y espectáculos especializados,
striptease, etc. Estas nuevas
organizaciones tecnificadas a la última, están constituyendo
un sis­
tema de jerarquías paralelas que les proporciona seguridad y bie­
nestar, y que además, promociona eficazmente su proselitismo.
Las jerarquías paralelas
Recordamos, brevísimamente, qué son jerarquías paralelas.
De factura artesanal desde hace mucho tiempo, hoy han tomado
conciencia de su importancia y forman parte de la doctrina de
la
guerra psicológica. Son organizaciones conjuntadas, que prestan
servicios y desarrollan actividades análogos a los
que las institu­
ciones oficiales o privadas ofrecen al ciudadano, pero
al servicio
de µna ideología, encamada, o no, en una comunidad. Forman
quistes o guettos dentro de la sociedad general, en los cuales los
miembros de la ideología o comunidad a cuyo servicio están
encuentran,
de una parte, unos refugios que les acogen cuando
huyen de
una sociedad hostil o indiferente, pero no adicta; y, por
otra parte, son base de lanzamiento de ideas sobre organizacio­
nes ajenas, a las
que tratan de colonizar y absorber, y de acogi­
da para otras personas objeto de su proselitismo.
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Asi, los homosexuales están tejiendo en España, ahora, toda
una red de servicios, agencias de viajes y hoteles para homose­
xuales; oficinas de compra-venta de pisos
en barrios de homose­
xuales; librerias y centros de ocio para ellos; asistencia sanitaria
para los mismos, etc.
Algunas jerarquías paralelas estan cerradas a los de fuera del
grupo, y a los
no socios, lo cual no quiere decir que sean clan­
destinas. Otras,
en cambio, están bastante abiertas a todo el
mundo en función de su proselitismo. Otras hay que se montan
accidentalmente sobre organizaciones esencialmente ajenas
que
les sirven de camuflaje. Es lo que está sucediendo con algunas
organizaciones contra el
SIDA, cuya interpretación y valoración
es a veces muy dificil e impregnada de sutilezas, como vamos a
señalar. Digamos antes dos palabras sobre el concepto de
zona base
como variedad topográfica de las jerarquías paralelas. Es un
barrio de una ciudad, o un territorio de un país, donde la densi­
dad de una clase de personas o de actividad es muy superior a
la normal, de manera que esos elementos cuya presencia la defi­
nen, se encuentran potenciados y
con facilidad de comunicacio­
nes entre ellos mismos, tanto a la defensiva como en la ofensiva;
constituyen asi un entramado que ya de por si es un factor de
poder. Hay zonas base silvestres, de surgimiento espontáneo,
debido a
la afinidad natural de los semejantes para buscarse y tra­
tarse. Hay otras creadas deliberada y artificialmente. Entre las pri­
meras, son paradigmáticas
el Paralelo, de Barcelona; el Soho, de
Londres, y el Brome, de Nueva York; hay también barrios de
negros, de gitanos, y los llamados barrios "chinos".
Es paradigmática de una zona base creada deliberada y arti­
ficialmente
por y para homosexuales, recientemente, el barrio de
Chueca, de Madrid.
Es una obra de arte de planificación socioló­
gica y de acción psicológica. Contrasta
con la pasividad con que
el resto de la población ha ido ingiriendo la propaganda de su
constitución, como
la cosa más natural del mundo, sin la menor
resistencia ni alarma.
Se ha discutido mucho si deben, o no, respetar y fomentar, o
aventar, las zonas base. Uno· de los principales argumentos a
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favor de su existencia, es que asi se controlan mejor sus elemen­
tos. Pero hoy dia,
en España, ese control no tiene ninguna fina­
lidad
en el caso de los homosexuales de Chueca, porque la legis­
lación y el ambiente democrático les tienen a salvo de cualquier
injerencia. Ellos corresponden con el "voto rosa"
en las eleccio­
nes a favor de los candidatos democráticos y otros
que les pro­
meten previamente su apoyo, como
don Alberto Ruiz Gallardón.
Asi se cierra un nuevo circulo vicioso. En la confrontación de los
años
1931 a 1939, los homosexuales estuvieron masivamente a
favor de la Segunda República y del Gobierno
Rojo.
La lucha contra el SIDA
Me parece benemérita y digna de elogio y de ayuda, en line­
as generales, como cualquier otra lucha sanitaria, antituberculo­
sa, etc. Pero no se libra de algunas reticencias, algunas risibles.
Una cosa
es la lucha contra el SIDA y otra, teóricamente bien
distinta,
el apoyo a la homosexualidad y a otras aberraciones
sexuales, englobadas todas
en la frase "libertad sexual". Entre
una y otro,
en la existencia real hoy en España, y también en el
extranjero, no hay fronteras, y se funden en una maraña inextri­
cable que pretendo señalar. No todos los
que padecen SIDA son
homosexuales, ni todos los homosexuales padecen SIDA, pero
estos dos asuntos son como dos círculos secantes con una zona
de superposición variable, aunque siempre importante. Hay, ade­
más, otras actividades que
se podrian representar también como
círculos secantes con los anteriores.
Unos hechos consumados,
y unos intereses creados, han ser­
vido de argamasa para una trama o una red complicadisima, for­
mada
en parte por circulos viciosos entre sus elementos; y ade­
más de constituirla, la hacen crecer como
un alud imparable. Es
evidente que todos los que la forman o tienen algun contacto con
ella no son homosexuales, pero sí se encuentran comprometidos,
por lo menos, a no atacar a los homosexuales, a aceptarlos, a
silenciarlos; cuando
no a justificar su actitud y sus aficiones con
más explicitas adhesiones,
so pretexto de talante liberal.
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NUEVA VERSIÓN DE "LOS INTERESES CREADOS", LOS HOMOSEXUALES Y EL SIDA
Las grandes compañías de productos farmacéuticos, naciona­
les y multinacionales,
que venden medicamentos contra el SIDA
facturan anualmente, en España, entre todas, no menos de trein­
ta y cinco mil millones de pesetas anuales.
La investigación, en
permanente actividad, aumenta el número y variedad de las
medicinas de ese grupo; ultimamente, se
han extendido a corre­
gir
la desnutrición de esos enfermos con un conjunto, también
creciente, llamado de "los nutrientes".
Es comprensible, aunque
no plausible, que estas grandes firmas se abstengan en su pro­
paganda de producir la
menor molestia psicológica a sus clien­
tes,
que no son todos homosexuales, pero sí en alto porcentaje.
Lo mismo sucede en las grandes redes de distribución comercial
que terminan en las farmacias de barrio.
Las grandes firmas de la industria y distribución farmacéuti­
ca, y lo mismo debemos decir de las artes gráficas, que imprimen
miles de toneladas
de papel al año, están amenazadas con sabla­
zos
de guante blanco; peticiones de "sponsor" -izaciones de acti­
vidades periféricas
no oficialmente de homosexuales; comisiones
y descuentos,
por parte de sus clientes o de quienes dicen repre­
sentarles y
de quienes manejan medios de comunicación con
ellos. No llegan a los extremos de la
ETA con los empresarios
vascos, pero los recuerdan. No
son escandalosos, descarados ni
frontales, sino sutiles y camuflados. Las grandes empresas resis­
ten bien, salvo cuando hay
en sus centros de decisión algún
"santo" o criptocolaborador de los pedigüeños. Otras veces,
hacen números y todavía les salen las cuentas. Esta sutil y blan­
da manera de proceder hace a estas recaudaciones perfectamen­
te legales.
Las ONGs
¡Qué plaga! En España, actualmente, son más de cien las
ONGs
que tienen alguna relación o contacto con la lucha contra
el
SIDA.
Hago gracia al lector de todo el asunto, en general, de las
ONGs,
que son una falsificación de los cuerpos intermedios, por-
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que en vez de vivir de las cuotas y recursos de los afiliados, que
serían expresión natural de su espontaneidad, viven de subven­
ciones oficiales y
de sablazos.
Salvo alguna,
en Cataluña, las asociaciones interesadas en el
SIDA no están declaramente constituidas por homosexuales, pero
la densidad de
éstos en sus filas es llamativa; constituyen enlaces
informales pero eficacísimos con el núcleo duro del embrollo,
homosexual, y también con los temas fronterizos, a saber: luchas
contra la droga, aborto, anticonceptivos, tolerancia y antimargi­
nación. Para no marginar a los homosexuales, no hay que mar­
ginar a nadie, y
aqul la maraña conecta con el antirracismo, la
antixenofobia, los derechos humanos, el igualitarismo, y la "cili­
vilización permisiva",
que incluye la "libertad sexual". No es raro
encontrar reflejos de estos otros temas
en los boletines anti SIDA,
y viceversa.
Las asociaciones, ONGs u otras, interesadas en el SIDA
desarrollan su aportación en tres Hneas preferentes, a saber: la
propaganda impresa, a toneladas, las mesas
de información y
el reparto de condones, a millares.
Las mesas de información
colocadas
en plena vía pública con ocasión de alguna fiesta
local o conmemoración, recuerdan a los piquetes informati­
vos de los huelguistas;
porque informan, sl, pero también ...
invitan.
Los repartos masivos, gratuitos y con pública desenvoltura de
condones
son una propaganda para su uso y de la libertad
sexual.
Es una propaganda directa, activa y sin la menor reticen­
cia. Contrasta con la leyenda
que llevan impresa, obligatoria­
mente, los paquetes
de tabaco: "Las autoridades sanitarias advier­
ten
que el uso del tabaco perjudica seriamente a la salud". Los
condones y la propaganda de la libertad sexual perjudican seria­
mente a la
psicologla sexual.
He revisado
una montaña de impresos sobre los homose­
xuales, el
SIDA y los temas fronterizos con éstos, y hago dos
observaciones genéricas: una, que tratan
por todos los medios de
envolver a la homosexualidad con
un halo de aceptación, de
naturalidad, de familiaridad y de confort. No se encuentra ni
una
sombra de censura, ni de insinuación de corregirse de esas ali-
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NUEVA VERSIÓN DE ·ws INTERESES CREADOS".-LOS HOMOSEXUALES y EL SIDA
dones. Otra observación, evidente y encadenada a la anterior, es
que en ese océano de psicologismo no se encuentra ni una sola
palabra religiosa, ni aún
de religiones falsas, ni aún de la religión
natural. Todo esto ya fue advertido y recogido
por el arzobispo de
Pamplona, don Fernando Sebastián, en un articulo que publicó
en agosto de 1998, en el Diario de Navarra, titulado "SIDA: Pre­
venir o pervertir".
Lo que no dijo es que todo eso sucede por las
libertades de los Derechos del Hombre y
de la democracia que
él y sus colegas tanto aplauden.
En los tiempos
de la postguerra, bastante mejores para la reli­
giosidad de los españoles, el jesuita, padre Francisco Peiró, y
don
Luis Alonso Muñoyerro, después arzobispo, decian siempre en
sus conferencias y libros de Deontología Médica y Farmacéutica,
que el médico católico que atiende enfermedades de transmisión
sexual no debe dejar pasar su intervención como si tal cosa, sin
importancia, sin añadir
una prudente censura y admonición pas­
toral.
¿Qué hacer?-NOTAS PARA LA ACCIÓN
Entender que el crecimiento de la propaganda homosexual
y
de otras aberraciones sexuales y de sus pretensiones y
conquistas politicas tiene
un apoyo logístico financiero
muy amplio, con ramificaciones profundas y
en gran parte
desconocido. Hay que evitar las cooperaciones necesarias
y también,
en lo posible, las accidentales.
-Desenmascarar las ONGs y otras asociaciones que son
pantallas de ocultación de actividades distintas de las de­
claradas y subvencionadas.
-Deslindar los campos entre la prevención y el tratamiento
del
SIDA de la propaganda de la homosexualidad y de la
libertad sexual, y poner los primeros al servicio de la pro­
paganda de la castidad.
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F. FERNÁNDEZ ARQUEO
Fomentar el santo temor de Dios y el cumplimiento de los
Mandamientos, y
no limitar la propaganda de la castidad a
consideraciones meramente naturales.
Precisar
que los deberes religiosos imponen lúnites a las
libertades
que el liberalismo y la democracia regulan sola­
mente
por el sufragio universal.
• • •
Non. DHL AUl'OR.-Después de enviado lo que antecede a la redacción
de Verbo la homosexualidad colectiva y pública ha seguido su tra­
yectoria cuantitativamente ascendente prevista. Y ha aparecido una
variante cualitativa nueva e importante. El voto "rosa", que siempre
ha estado vinculado a los partidos de izquierda, se ha extendido e
invadido el "centro reformista" o Partido Popular, al que votan
algunos católicos. En la lista del PP para las elecciones catalanas del
17-X-1999
ha figurado un homosexual declarado. Y se ha presenta­
do una "Plataforma Popular Gay" formada por unos quinientos
afiliados al Partido Popular, sin
que el partido les haya expulsado;
por el contrario, varios altos dirigentes del mismo les han apoyado.
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