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Número 377-378

Serie XXXVIII

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Una tesis de Juan Cayón sobre la democracia moderna. Actualidad de un análisis de permanente vigencia

UNA TESIS DE JUAN CAYÓN SOBRE LA
DEMOCRACIA MODERNA
CRÓNICAS
ACTUALIDAD DE UN ANÁLISIS DE PERMANENTE VIGENCIA •.
Aunque no fuera el primero, fue, sin duda, Maurras el critico
más demoledor de la democracia moderna. Sus razonamientos se
plasmaron
en sentencias rotundas con las que la describió, cali­
ficó y juzgó: "No se organiza la democracia¡ no se democratiza la
organización. Organizar la democracia es destruirla". "La demo­
cracia
es una idea falsa" .... Pero, sin duda, la más célebre y apo­
díctica fue la que tomó de Edmond i)eschaumes:
"La democracia
es el mal, la democracia es la muerte". Entre nosotros, Eugenio
Vegas fue igualmente intransigente con la democracia moderna.
La doctrina pontificia, en su magisterio social, a través de la
doctrina social de la Iglesia también ha sido unánime y constan­
te
en su rechazo de la democracia moderna, por antinatural y
contraria a
la religión. Así, últimamente, Juan Pablo II en las encí­
clicas
Centesimus annus (núm. 46) y Evangelium vitae (núms. 19
y 20). Desde estas páginas de Verbo no hemos cesado en su
denuncia, mostrando su incompatibilidad con
un régimen politi­
co natural y humano,
y, por ende, con la doctrina de la Iglesia,
como
puede verse consultando los indices anuales y de lo que
es botón de muestra el artículo de Federico Cantero, "La demo­
cracia y la doctrina pontificia" (
Verbo, núm. 225-226, mayo-junio
1984, págs. 645-678).
Por
tal motivo, nos satisface enormemente la tesis doctoral de
Juan Cayón, defendida a finales del pasado año
en la Facultad de
Derecho
(ICADE) de la Universidad Pontificia Comillas de
Madrid, titulada
Un análisis iusfilosóftco de la demacrada moder­
na desde el humanismo cristiano tradicional ( 465 págs.), y que
obtuvo por unanimidad la máxima calificación.
Su autor se ha propuesto el análisis de la democracia moder­
na desde las bases del pensamiento cristiano. Para ello ha dividi­
do su trabajo en tres partes. En la primera (págs. 21-96) se ocupa
de ver si la democracia actual, la vigente, tiene algo
que ver con
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CRÓNICAS
la democracia antigua, clásica. Para ello se sirve de dos concep­
tos principales: régimen político y forma de gobierno.
La conclu­
sión
es que se trata de dos conceptos antagónicos y de dos rea­
lidades
no sólo diferentes, sino contrarias en lo formal, lo mate­
rial, lo conceptual y lo filosófico: ambas democracias
no tienen
en común más que el nombre. La primera era una forma de
gobierno
que presuponía un régimen politíco con finalidad pro­
pia: el bien común.
La segunda es una forma de Estado, una
forma de vida con pretensiones totalizadoras
que todo lo abarca,
principio de toda legitimación y hasta sustitutivo de toda religión.
En la segunda parte (págs. 97-229), al referirse a cuál es el
sentido
en el que la democracia es compatible y plenamente
asumible
por el pensamiento católico, sienta las bases desde
donde se realizará el examen
critico del análisis que efectuará en
la tercera parte. Asi, se ocupa de algunos de los fundamentos de
la democracia clásica a la luz del pensamiento cristiano, desarro­
llando
la cuestión y centrándola sobre cuatro conceptos capita­
les: el hombre, la sociedad, la política y el Estado.
En la tercera parte (págs. 230-407) trata de los presupuestos
filosóficos de la democracia moderna: teológicos, metafísicos,
gnoseológicos, antropológicos, sociológicos, políticos y econó­
micos. Presupuestos que no son asépticamente expuestos, sino
que, además, son analizados criticamente desde las bases del
pensamiento del realismo católico.
Sus conclusiones (págs. 408-421) muestran el cáracter exclu­
yente de
la democracia moderna, su incompatibilidad con el pen­
samiento y
la vida cristiana, su tendencia totalitaria, en definitiva,
ser contraria
al orden natural de las cosas.
Entre los muchos aciertos de este trabajo,
uno de los más
logrados consiste
en que, a lo largo de toda la obra, se desvela
uno de los efectos más perniciosos de la democracia moderna
como
es su equivocidad polisémica, que se traduce, con fre­
cuencia,
en la justificación de la democracia moderna con argu­
mentos que acuden a elementos, carácteres, conceptos que sólo
son predicables de la democracia clásica.
En este sentido, se
podria haber prolongado la tesis, con una
cuarta parte
en la que se hubiera analizado, a modo de ejemplo,
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CRÓNICAS
un elenco de autores contemporáneos que conscientemente
incurren en ese equívoco, así como los motivos
de ese compor­
tamiento.
La ausencia de congruencia con unos principios teóri­
cos quizá tenga su explicación psicológica
en el deseo de aco­
modación
al mundo moderno. En el fondo, revelarla la asimila­
ción del pensamiento de la modernidad, naturalmente,
no en
sentido meramente temporal sino cualitativo y axiológico.
En el campo de las ciencias humanas,
al menos en lo que
se refiere a algunas materias de los estudios de derecho, se pue­
den hacer tesis doctorales de muchos tipos. Desde aquellas que
consisten
en el mero acopio de datos sistematizados y ordenados,
suministrados
por autores anteriores sobre alguna cuestión, hasta
las
que consisten en el resumen del autor investigado o en el
análisis de alguna cuestión
por él tratada. Desde las que, real­
mente
no presentan tesis alguna, hasta en las que el doctorando
se arriesga a hacerlo. Desde las totalmente asépticas hasta aque­
llas en las que el autor se atreve a comprometerse. Las tesis con
tesis
no son frecuentes, y, menos aún, con tesis comprometida.
En cierto sentido la tesis comentada no es original, puesto
que no lo es ni por su contenido ni por la propia proposición
mantenida. Pero es original
en otro sentido más valioso, pues
reúne dos de las mejores caracterlsticas de una tesis doctoral.
Es
una tesis porque contiene una proposición, aunque sea tradicio­
nal, y es una tesis en la que el autor se compromete. Es, además,
una tesis valiente, a contracorriente, dada la materia tratada.
Desde estas páginas felicitamos cordialmente a su autor y desea­
mos verla pronto publicada.
ESTANISLAO CANTERO
LA UNIVERSIDAD CATÓLICA ARGENTINA ACOGE
EL DERECHO NATURAL HISPÁNICO
Casi al filo de cumplirse un año de las II Jornadas Hispáni­
cas
de Derecho Natural, celebradas en Córdoba, merced a diver­
sos mecenazgos entre los
que debe destacarse el de CajaSur, y
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