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Número 387-388

Serie XXXIX

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¿Qué gobierno para Europa?

CRÓNICAS
eraria a la verdad histórica, producto del parti pri ideológico
--- causa esa desolación a que líneas atrás me refería, pues la vio­
lencia
narrativa, amén de la temática, es feroz, casi inhumana, sin
momentos de alegria o calma. Como quiera que sea, una pelicu­
la que cuenta la historia que no se cuenta y una heroicidad jamás
nombrada.
El día 1 de octubre, finalmente, tras asistir a la Santa Misa, se
celebró
la clausura del Congreso con la entrega, por parte de la
concejal de cultura del Ayuntamiento de Modugno, Stella Sanse­
verino, de los anuales premios "Giglio del Sud", que este
año
recayeron, entre otros, en el director de cine Pascuale Squitieri y
los profesores Miguel Ayuso y Paolo Caucci
von Sauken.
JUAN CAYÓN
¿QUÉ GOBIERNO PARA EUROPA?
En la primera quincena de octubre, como viene siendo habi­
tual desde hace largos años, se ha celebrado en la ciudad surti­
rolesa de Bozen, Bolzano
en italiano, el anual congreso de estu­
dios del
Jnstitut Jnternational d'Études Européennes "Antonio
Rosmíni", en su edición trigésimo novena. El tema de este año,
prolongación de los que han congregado a un nutrido y selecto
grupo de profesores de diversas universidades principalmente
italianas, bávaras, austriacas y españolas a lo largo de los últimos
años, ha sido el de
¿Qué gobierno para Europa? El día 4, tras las
palabras de salutación iniciales del presidente del Instituto, pro­
fesor Pietro Giuseppe Grasso, de
la Universidad de Pavia, y la
conmemoración por parte del director, profesor Danilo Castella­
no, de los socios y colaboradores del Instituto fallecidos el últi­
mo año (entre los que recordamos particularmente a nuestros
amigos Aldo Penasa y Giancarlo Giurovich, así como a Vera
Passeri Pignone y Marco Balzarini), desarrolló la primera ponen­
cia nuestro ilustre compatriota el profesor y académico Dalmacio
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Negro. El texto de su intervención, de extraordinario interés por la
cantidad de cuestiones que levantaba y la inteligencia con que se
abordaban, y también por la intensa discusión que suscitó, versó
sobre el problema del gobierno
en la filosofia política contempo­
ránea y en la experiencia comunitaria. El punto de partida, expre­
sivo del interés recién dicho, fue el de la confusión entre gobier­
no y Estado típica del modo de pensamiento estatal, consolidado
con la soberanía y que produce una verdadera
-en sentido pro­
fundo--"despolitización", en el sentido de que arruina la sustan­
cia política de
la comunidad con la neutralidad estatal. En este cua­
dro teórico, enfocó a continuación el problema del Estado de dere­
cho,
en el que el soberano es aparentemente el derecho, pero al
tratarse
en verdad no del derecho sino propiamente de la legisla­
ción, que depende del Estado,
no acertamos a salir del círculo de
la despolitización estatista. Para, finalmente, referirse a la expe­
riencia europea entre el gobierno y el Estado.
Las intervenciones
que provocó fueron muchas y muy interesantes: Grasso, Gentile,
Scholler, Chiodi, Ayuso, Tamassia, etc. Imposible, pues, dar siquie­
ra nota de lo discutido,
en buena medida porque el mensaje de
Dalmacio Negro, lleno de incitaciones, en ocasiones_ en un len­
guaje distante del habitual, y siempre políticamente incorrecto, no
era siempre fácil de captar en una primera aproximación.
Al día siguiente, en la sesión matinal, el profesor Luca Anto­
nini, de la Universidad de Turín, centró su ponencia en los prin­
cipios inspiradores del ordenamiento jurídico comunitario y de la
actividad del gobierno europeo. Especial interés tuvo su estudio
del principio de subsidiariedad, siguiendo las consideraciones
inteligentes e incisivas del profesor Francesco Gentile, según las
cuales la inclusión del principio de subsidiariedad
en el ordena­
miento jurídico europeo
por medio de los Tratados de Mastrique
y Amsterdam, al introducir
ratlone substantlae el criterio de la
pluralidad de las fuentes normativas, resquebraja e incluso anula
el principio de soberanía,
que constituye el centro neurálgico del
sistema jurídico positivista. Más aún, sostiene el profesor patavi­
no en una tesis que le escuchamos por primera vez en las II Jor­
nadas Hispánicas de Derecho Natural, y sobre la que tendremos
que volver,
un tal planteamiento no puede sino reabrir el pro-
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blema de la relación entre derecho y naturaleza, en una suerte de
nueva vía de la
pedagogía del derecho natural. La segunda
ponencia de
la mañana, leída in absentia, fue la del profesor y
académico Juan Velarde Fuertes, que desarrolló
en un texto de
cuño histórico y amplios vuelos el tema
¿Gobierno para la eco­
nomía o economía para el gobierno?En su extenso repaso afron­
tó cuestiones como cristianismo y globalización, el problema de
la corrupción y la alternativa ante el mercado, concluyendo:
"A
mi juicio los vientos no empujan hacia una econonúa europea
férreamente y continuamente orientada por esa mezcla de admi­
nistraciones que podríamos denominar Gobierno europeo. Antes
bien, vemos a éste muy cuidadoso con
no infringir los mandatos
derivados de la ciencia económica.
Es cada vez más un gobierno
para la
economía, esto es, preocupado con el mantenimiento de
la ortodoxia económica". Esta ponencia del profesor Velarde, fue
completada con
la comunicación del también profesor y econo­
mista, de la Universidad de Insbruck, Joachim Fraenkel.
La discu­
sión posterior, vivísima, por momentos apasionada, con interven­
ciones de Grasso, Fracanzani, Chiodi, Gentile o Scholler, permitió
volver sobre algunas de las cuestiones abiertas el
día anterior.
La tarde se destinó a una mesa redonda con representantes
de distintos entes locales y regionales
Oos presidentes de las
regiones Trentino-Alto Adigio y Salzburgo, el vicepresidente de
la
provincia de Bolzano, el secretario general del Ayuntamiento de
Bolzano y el consejero
de la Cámara de Diputados Ugo Rossi
Merighi) a propósito del tema
Gobierno y administración en las
comunidades locales
y regionales. Lo moderó magistralmente el
profesor Francesco Gentile y provocó abundantes intervenciones,
entre las que recordamos las
de Miguel Ayuso, Danilo Castellano,
Giulio Chiodi y Franco Tamassia.
Finalmente,
en la última sesión, la mañana del día 7, tras
anunciar el profesor Danilo Castellano la elección como nuevos
socios
de Gonzalo Fernández de la Mora, Dalmacio Negro, Giulio
Chiodi, Claudia Bonvecchio, Ugo Rossi Merighi, Pier Luigi Zanini,
Lucio Franzese y Claudia Finzi, se desarrollaron las dos últimas
ponencias, respectivamente del general Giovanni Marizza y del
profesor de la Universidad de Munich Heinrich Scholler.
El gene-
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ral Marizza se ocupó de la nueva defensa militar en el ámbito del
gobierno europeo, señalando las dificultades de articulación de la
política de defensa comunitaria con otras organizaciones como la
NA1D. El profesor Scholler se ocupó, por su parte, de la globali­
zación del derecho
en Europa, distinguiendo entre la globalización
intraeuropea,
en función de las distintas familias juridicas que coe­
xisten en nuestro continente, y globalización extraeuropea, con
particular referencia a las tendencias que vienen de los Estados
Unidos de América.
Ya en el seno de ésta, insertó el derecho en el
cuadro de las que llamó las partes
hard (la econonúa) y solt (la cul­
tura) de la globalización, concluyendo que comienza siendo
solt
para terminar actuando sobre el hard. En concreto, entre muchas
observaciones interesantes, también
-¿cómo no?-discutibles,
guardamos
la relativa al éxito del derecho romano en la cultura
china,
por fundarse aquél en el deber, al tiempo que el carácter
disolvente de
la misma por la ideología de los derechos humanos.
En el coloquio, también muy animado, pudimos escuchar los mati­
ces introducidos
por Ayuso, Gentile, Chiodi, Ancona y Castellano.
En
fin, una reunión muy interesante y estimulante, por los días
de convivencia amistosa y
por la serena discusión intelectual. Con
amplio espacio para las posiciones de la doctrina social de la
Iglesia y del pensamiento tradicional. No es poco mérito de este
Instituto permitir el diálogo
de éstos con la cultura ambiente, que
tantas veces
-pese a las protestas de tolerancia-los excluye de
la ciudadanía intelectual. Una vez más, resulta de toda justicia des­
tacar
la labor del profesor Danilo Castellano, director del Instituto,
y su
alma, como la del secretario general, Michele de Luca, sobre
quien recae la pesada carga del trabajo diario y silencioso.
Tampoco puede quedar sin mención el papel del presidente, el
prestigioso constitucionalista Pietro Grasso, y del ilustre profesor
Francesco Gentile. Ambos, buenos amigos de esta casa que es
Verbo, con sus descollantes personalidades, con sus escuelas y sus
círculos de influencia, enriquecen el instituto hasta hacer de él ese
confortable hogar intelectual y ese laboratorio de pensamiento que
se halla protegido por las cumbres de los Alpes dolomitas.
A. T.
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