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Número 389-390

Serie XXXIX

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Ángel Fernández Collado: Obispos de la provincia de Toledo: 1500-2000

INFORMACIÓN BIBLIOCRÁFICA
zábal ( Guerntca), O layo Morales (La gran estafa), Luis Suárez
(Francisco Franco y su tiempo), ejemplos todos ellos de verda­
dera investigación histórica; y los de Tusell
(La guerra civil),
Preston (Franco, caudillo de España), Koltzov (Diario de la gue­
rra de España) repletos de torcidas interpretaciones. A estos últi­
mos, y a muchos otros como estos, se les
puede aplicar el análi­
sis que García Escudero hizo del clásico libro de Hugh Thomas
sobre la guerra y el de Ramón Támones
(la era de Franco):
"Serían necesarias muchas páginas para señalar errores y afirma­
ciones gratuitas".
Y es
que hay muchas "historias" que falseando palabras igno­
ran los hechos.
JAVIER NAGORE YÁRNOZ
Ángel Fernández Collado: OBISPOS DE LA PROVINCIA
DE TOLEDO,
1500-2000'"
Ángel Fernández Collado, profesor de Historia de la Iglesia
en el Seminario Conciliar de Toledo, ha escrito un libro intere­
sante, aunque adscribir los obispos a sus provincias de origen,
en
vez de a las diócesis que rigierOn, es un criterio, ciertamente legí­
timo, pero de menos utilidad historiográfica.
Las biograffas de los obispos de una diócesis son imprescin­
dibles para el conocimiento
de la historia de ésta. Las de los que
han nacido en la provincia de Toledo apenas sirven para satisfa­
cer la vanidad de los toledanos, o
la decepción de los mismos, al
conocer las carreras, más o menos brillantes, de algunos
de los
hijos de aquella tierra. Que, además, marcharon fuera y dejaron
constancia de su valia
en otros lugares. Para Toledo fueron
importantes, en estos quinientos años, Cisneros, Fonseca, Tavera1
Martínez Siliceo, Carranza, Quíroga, Loaysa, Sandoval, Moscoso,
("') Estudio Teológico de San Ildefonso, Toledo, 2000, 205 págs.
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
Portocarrero, Valero y Losa, Astorga, Femández de Córdoba, Lo­
renzana, Inguanzo, Alameda, Moreno, Payá, Monesdllo, Sancha,
Aguirre, Guisasola, Reig, Segura, Gomá, Pla y González Martín.
Nacieran donde nacieran. Ellos hicieron Toledo, la historia de
Toledo y la de la Iglesia primada. No Gabino Díaz Merchán o
Dorado Soto.
Aun así, el libro contiene importantes noticias que serán úti­
les sobre todo en otras diócesis, en aquellas en las que estos obis­
pos, toledanos de nacimiento, ejercieron su ministerio pastoral. Y
en ese ejercicio, malo, bueno o excelente, casi lo de menos es el
lugar de nacimiento.
Como suelo hacer siempre, mi comentario se linútará a la
época sobre la que tengo algunos conocimientos, es decir,
desde finales del siglo
XVIII hasta hoy. Antes hubo toledanos
verdaderamente importantes, alguno incluso
en la archidiócesis
primada: Juan García de Loaysa, Pedro Pacheco de Guevara,
Diego de Covarrubias y Leiva, García Loaysa y Girón, Femando
Niño de Guevara, Gil Carrillo de Albornoz ... Después parece
extinguirse la capacidad
de la provincia en producir hijos ilus­
tres. No quiero decir
que no produjera santos obispos, en el
sentido habitual de la palabra,
que no en el oficial, pues nin­
guno ha llegado a los altares. Tal vez alguno, o bastantes, lo
fueran. Pero
no se enteró nadie, o casi nadie. Tampoco desta­
caron
por otras virtudes de gobierno u otro tipo y casi ninguno
llegó al arzobispado.
Me estoy refiriendo,
de los 101 obispos que reseña el autor,
del que hace el número 78 hasta el último.
Que hayan pasado a
la historia de la Iglesia española, apenas Carvajal y Lancaster,
obispo de Cuenca,
por su valiente denuncia de la opresión rega­
lista,
que le valió mil disgustos con Carlos m, y Álvarez de Castro,
obispo de Corla, asesinado
por los franceses en 1809, que abrió
as! una triste página que continuarían Fray Raimundo Strauch,
asesinado
por los liberales en el Trienio, Martínez Izquierdo,
muerto
en las puertas de su catedral de Madrid por un cura loco,
el cardenal Soldevila, víctima de un atentado anarquista en 1923
y los doce obispos martirizados en nuestra última guerra civil.
Pero ninguno de ellos era toledano.
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
Al arzobispado solamente llegaron Fernández Vallejo (Santia­
go), Díaz Merchán (Oviedo) y
Garda Gaseo (Valencia). Tres entre
veintitrés no son muchos.
Femández Collado se vale sobre todo de la Hierarchia
Catholica,
de Ritzler y Sefrin, y de los episcopologios españoles
de
Guitarte y Echevenfa. Pero también ha consultado los archi­
vos parroquiales
y otras fuentes que penniten unas breves pero
interesantes semblanzas de los prelados.
Los errores que hemos detectado ---<:onfundir, por lo menos
dos veces, el segundo apellido de San Antonio María Claret,
y
algún otro--, son intrascendentes. Más grave nos parece el omi­
tir, en la cálida semblanza que dedica a Díaz Merchán, que su
padre
y su madre fueron asesinados por los rojos cuando el .hoy
arzobispo tema diez años. No nos parece un detalle sin impor­
tancia. Creemos
que tiene mucho más interés que el saber que el
cura
que le bautizó se llamaba Eustaquio Torija.
FRANCISCO JOSÉ FERNÁNDEZ DE LA CIGOí'IA
Gwvanni Cantoni: ASPETTI IN OMBRA DELLA LEGGE
SOCIALE DELL'ISLAM ('l
Nuestro amigo Giovanni Cantoni, fundador y Regente Nacio­
nal de
Alleanza Cattolica, que humildemente se define a sí mismo
como "un cultivador privado de la Doctrina Social de la Iglesia de
declarada pertenencia a
la escuela católica contrarrevolucionaria"
acaba de publicar
un importante libro sobre el Islam.
Cantoni inicia su obra recordando los múltiples motivos
por
los que el islam es un tema candente desde el último cuarto del
siglo xx a
partir del estallido de la guerra del Líbano en 1975
(poco después de que los países árabes productores de petróleo,
t) G1ovANNI CANrONI, Aspetti In ombra della Jegge sodale dell'fslam. Per una
critica della vulgata "Jslamicamente corretta", S, Cataldo (Caltanissetta), Centro.
studi sulla Corporazione "A. Canunarata", 2000, 174 págs.
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