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Número 393-394

Serie XL

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Yves Chiron: El Padre Pío

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Yves Chiron: EL PADRE PÍO<'l
Al leer la magnifica biografia del hoy beato Pio de Pietralcina,
escrita por Yves Chiron, editada
en castellano por Ediciones Pa­
labra, Madrid, nos viene
el recuerdo de la promesa evangélica,
"Bienaventurados seréis cuando os injurien y
os persigan y digan
con mentira toda clase
de mal contra vosotros por mi causa.
Alegraos y regocijaos,
porque vuestra recompensa será grande en
los cielos" (Mateo 5, 11/12).
El Padre Pío de Pietralcina fue un regalo de Dios al siglo xx.
Durante medio siglo llevó con dolor los estigmas de Cristo y a
imitación de Cristo pasó sus
días y sus noches sufrientes, hacien­
do el bien.
A sus dolores fisicos y los espirituales
por el destino de tantas
almas humanas, se les añadieron los causados
por la incompren­
sión, la calumnia, la hostilidad, la persecución de algunos her­
manos de su Orden y de ciertos sacerdotes influyentes y digna­
tarios de la Iglesia.
Así lo denunció el Cardenal Giacomo Lercaro, arzobispo de
Bolonia
en un discurso pronunciado el 8 de diciembre de 1968
que vale la
pena transcribir con amplitud: "El Padre Pío vivió en
su pasión dos momentos de particular intensidad, uno cuando su
nombre había empezado a circular ampliamente.. . entre el pue­
blo de Dios y se habían puesto
en duda los fenómenos extraor­
dinarios que atraían la atención sobre el capuchino de Gárgano,
mientras que la austeridad de su humilde vida y
el celo de su
palabra y de su ministerio callado molestaban a los pastores indí­
genas y provocaban la crisis de la Iglesia de Manfredonia, enve­
nenada por la infidelidad, manchada
por -abominaciones come­
tidas
en el lugar santo• y encubiertas por monstruosas infideli­
dades y connivencias interesadas".
(*) Palabra, Madrid, 2000.
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"Estos seres despreciables, puestos al descubierto por la luz
de
una vida santa y de un ministerio inmaculado, eran por des­
gracia escuchados cuando denunciaban
al hwnilde hermano
como hipócrita exhibicionista y declaraban que los hechos mila­
grosos ... no sólo eran ilusión sino además eran una estafa".
"Se habló de él, se escribió sobre él. .. Se le condenó y se
hizo burla de él.. .
Él callaba".
"Así llegó la segunda sesión ... antiguas amarguras de hom­
bres desbordados
por vida ... también nuevos apetitos de dinero,
provocaron la nueva persecución contra el justo desarmado ... ".
"Sintió la amargura de procedimientos arbitrarios, de medidas
muy duras, injuriosas, malignas, sin reaccionar y sin protestar ...
Se le aisló de sus amigos ... En su lugar acudieron los adversarios,
alentados
por poderosos apoyos, en el miserable rencor de lo
mediocre, que no soporta la superioridad de la virtud.
Sus her­
manos fueron sus torturadores y el que, conforme a la tradición
de los capuchinos, le fue dado como bastón de su vejez, fue su
miserable traidor ... Hasta la Providencia callaba ... Y callaba, él
también ...
Su humildad no faltó nunca, ni su obediencia, ni su
caridad ... y nunca perdió
la confianza".
El Padre ·río lo soportó todo, alimentado por la oración y
siguió haciendo el bien. Era
un sacerdote, un pontífice, hacedor
de puentes entre Dios y los hombres, sólo preocupado
por unir
el tiempo con la eternidad.
Una vez le preguntaron: ¿quién es usted para nosotros? Y les
contestó: "Entre vosotros soy
un hermano, en el altar soy la víc­
tima; en el confesionario, el juez".
Hermano, víctima, juez. Como hermano
se ocupó de sus pró­
jimos sufrientes,
en especial de los enfermos pobres y su gran
obra material
la "Casa Sollievo della Sofferenza" (Casa de Alivio
del Sufrimiento),
un hogar para el alivio del dolor, fue su res­
puesta contundente.
Víctima, juez,
Los dos ejes de su vida sacerdotal fueron el
Sacrificio de la Misa y el Confesionario.
Hace un tiempo, un ex alumno nos comentaba con pena la
deserción de su hermano, joven sacerdote, y agreg':1-ba un comen-
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tario significativo: "es que son curas de guitarra y campamento",
con lo cual quería decir que no estaban preparados para sopor­
tar las acechanzas del demonio, el mundo y la carne, nuestros
tres amigos.
Y
no es que la guitarra, noble y criollo instrumento y el cam­
pamento, que
puede más allá del desierto urbano, ayudamos a
través del contacto con las bellezas
de la creación acercarnos a
su Artífice, sean malos, sino que al perderse las claves que ali­
mentan la vida sacerdotal, la Misa
y la administración de los
Sacramentos,
en especial la penitencia, se generan sacerdotes
enclenques, débiles, confundidos con
lo mundano.
Después
de su muerte, el Papa Pablo VI, lo ponía de ejem­
plo a los capuchinos: "Seguid el ejemplo
de vuestro santo her­
mano fallecido hace poco, el Padre Pio. ¡Mirad
que fama ha teni­
do! ¡Qué multitud de todo el mundo ha reunido a su alrededor!
¿Y por qué? ¿Era filósofo, sabio? ¿Dispoiúa de medios enormes?
No.
Decía Misa humildemente, confesaba desde la mañana a la
noche y era -es dificil decirlo--el representante de Nuestro
Señor, marcado
por las llagas de nuestra Redención. Un hombre
de oración y de sufrimiento. Ésa es la razón por la que sentimos
hacia él
un agradecido afecto" (20-2-71).
Era el mismo sacerdote
que inquieto ante la reforma litúrgica
pidió el
17 de febrero de 1965 poder seguir celebrando la Misa
según el rito tridentino.
El Papa accedió al pedido y el 9 de marzo
envió al Cardenal Bacci para que le llevara el indulto
para poder
celebrar hasta su muerte el rito tradicional. También preocupaban
al Padre Pio las reformas y novedades que agitaban la Iglesia, y
es por eso, que después de haberle agradecido al Cardenal por
el indulto, le dijo como dándole un consejo: "El Concilio, por pie­
dad, terminadlo pronto".
El Papa Juan Pablo II, en el discurso de acción de gracias al
millón de peregrinos que habían concurrido a la beatificación,
afirmaba: "La divina Providencia ha querido que el padre Pío sea
proclamado beato
en vísperas del gran jubileo del año 2000, al
concluir
un siglo dramático. ¿Cuál es el mensaje? El testimonio del
padre Pio legible
en su vida y en su misma persona fisica, nos
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induce a creer que este mensaje coincide con el contenido esen­
cial del jubileo
ya cercano: Jesucristo es el único Salvador el
mundo ...
Los grupos de oración y la Casa de Alivio del Sufri­
miento son dos ·dones-significativos que el padre P!o nos ha
dejado. Hoy. toda la Iglesia le da gracias por esta valiosa heren­
cia, admira la santidad de este hijo suyo e invita a todos a seguir
su ejemplo".
Después del reinado de las tinieblas,
al fin se hizo la luz.
BERNARDINO MONTEJANO
Pere Fullana Puigserver: EL CATOLICISME SOCIAL
A MALLORCA
(1877-1902)"'
Podriamos calificar este libro como el intento de sacar agua de
un pozo seco. Absurdo empeño de buscar lo que no hay y, ade­
más, cuando es normal que
no lo haya. Lejos de nú el negar la
importancia de la ruestión obrera, cuando comenzaron a existir los
obreros y a partir de entonces. Los problemas de los esclavos, los
colonos, los aparceros, los campesinos pobres, aunque fueran pro­
pietarios de sus minifundios, son otros, aunque la pobreza abraza­
ra a todos. Y la caridad de la Iglesia
es una tercera cuestión que
existió desde los dfas de Jesucristo: la multiplicación de los panes
y los peces, el perfume de
la Magdalena ... Una cuarta es la justicia
social,
que apareció cuando podfa aparecer y, naturalmente, des­
pués del problema. A nadie se le ocurrió buscar
una vacuna con­
tra el Sida hasta que surgió la enfermedad. A nadie, excepto a estos
investigadores de "lo social" que parece es lo único importante
en
la historia. Y dispuestos a publicar libros para concluir que apenas
hubo
"lo social" en la época investigada.
Sin embargo, el libro
de Fullana es interesante pues, en torno
a "lo social" cuasi inexistente, aparece un catolicismo vivo, acti-
r) Publicacions de l'Abadia de Montserrat, Barcelona, 1990, 256 págs.
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