Índice de contenidos
Número 407-408
Serie XLI
- Textos Pontificios
- In memoriam
-
Estudios
-
Anatomía y fisiología del Estado moderno en comparación con el Estado tradicional
-
Liberalismo y persecución religiosa: Una visión española
-
Investigación con células madre: Una cuestión jurídica
-
¿Debe ser católica la acción política?
-
La sociedad multiétnica: (Pluralismo, multiculturalismo y extranjeros)
-
- Crónicas
-
Información bibliográfica
-
Juan Bms. Vallet de Goytisolo: Metodología de la ciencia expositiva y explicativa del derecho. II Elaboración sistemática
-
H. H. Oblatas de Cristo Sacerdote: Don José María García Lahiguera
-
Henri Peña-Ruiz y Jean-Paul Scot: Un poète en politique. Les combats de Victor Hugo
-
José García Oro (coord.): Historia de las diócesis españolas: XIV. Iglesias de Santiago de Compostela y Tuy-Vigo
-
François Hartog: Le XIX siècle et l'histoire. Le cas Fustel de Coulanges
-
Gonzalo Puente Ojea: Mi embajada anta la Santa Sede
-
José Díaz Nieva: Chile: De la Falange Nacional a la Democracia Cristiana
-
Jaime Tovar Patrón: Los curas de la última cruzada
-
Mª Rosa Madariaga: Los moros que trajo Franco
-
Elena Calderón Cuervo: El discurso del nuevo mundo: entre el mito y la historia
-
Unión Europea: Prospettive e problema
-
Raúl Leguizamón: En torno al origen de la vida
-
Autores
2002
Henri Peña-Ruiz y Jean-Paul Scot: Un poète en politique. Les combats de Victor Hugo
INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
sentir del arzobispo aquello debió ser una verdadera agoaja. Su
carta al nuncio Dadaglio, valentísima en ~aquellos tiempos (pág.
211), contra la vía libre a las secularizaciones réfleja un sufri
miento mayúsculo
en persona en quien 1a obediencia y la fideli
dad a la Santa Sede er¡m norma suprema. .
El fracaso de los curas obreros (pág. 205), el caso Lefebvre
(pág. 221), los incidentes
con algunos sacerdotes en quien los
amaba entrañablemente,
el disgusto final valenciano que casi
hasta le privó del habla
en un anticipo de lo que serian sus últi
mos días (págs. 278-279),
requerian más precisiones y más nom-
bres. Porque, o hacemos historia o no la hacemos. ·
Más que ante un hermoso, libro, estamos antfr un hermoso
santo. Que el texto ayuda a con_ocer pero se queda corto. Creo
que no me equivoco al decir que monseñor García Lahiguera
será el próximo obispo español,
no mártir, que ascenderá a los
altares.
El trabajo de sus hijas contribuirá, sin duda, a conocerle
mejor. Y en ese sentido es muy recomendable. Pero, repito, se
nos antoja corto. Antes de leerlo yo tenía la impresión de que en
El Vedat de Valencia había besado la mano de un santo. Después
de su lectura no me cabe la menor duda.
FRANcrsoo JosÉ FERNANDEZ DE LA CIGo&A
Henri Peña-Ruiz y ]ean-Paul Scot: UN POETE
EN POLITIQUE. LES COMBATS DE VICTOR HUGO<'>
El bicentanario del nacimiento de Victor Hugo (1802-1885) se
ha cumplido el 26 de febrero de este año. No han faltado las
obras para celebrarlo y ésta
es una de ellas.
Victor Hugo fue
un paradigma de versatilidad pplítica, tanto
con
la pluma -desde sus odas en elogio de la monarquía res
tatirada a sus diatribas contra los reyes y a favor de todas las
revoluciones-, como con su actividad parlamentaria, primero
(•) Flammarlon, Parí.s, 2002 (15 x 24 eros.), 450 págs.
652
Fundaci\363n Speiro
INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
como par de Francia en la Monarquía de Julio, después como
diputado de
la 2.')kpública y, finalmente, como Senador de la 3.'.
También
·socialmente evolucionó deséle el liberalismo hacia la
revolución, cada vez más a la izquierda. Religiósamente
pa,só de
un catolicismo partidario de la alianza ·del Altar y el Trono a un
anticatolicismo visceral y enfermizo; a .una especie de religiosi
dad, sin dogmas, clero o iglesia, identificando su deismo, bien
con la Naturaleza, bien con la Humanidad. De todos modos, a
pesar de sus odios a los reyes y
'a la Iglesia católica, rechazaría el
comutúsmo y el ateísmo.
La obra, que se enmarca plenamente en la literatura hugóla
tra, está construida sobre los textos
de Hugo, al que se presenta
como la conciencia crítica,
no sólo de su siglo, sipo de la poste
ridad,
pues se le considera un profeta clarividente. En realidad,
Hugo, que
careáa propiamente de filosofía y, desde luego, no
fue un filósofo, políticamente no fue más allá de ser un politico
fracasado. Y si buena parte de las ideas que defendió "triunfaron"
en la 3.' República, fue porque tales ideas eran las propias de los
politicos republicanos
que fueron sus artífices.
Los autores justifican su versatilidad y alaban sus ideas en
tanto mayor grado cuanto más radicales aparecen. Su anticatoli
dsmo se difumina en un anticlericalismo presentado como justo
y necesario. Y es que los autores, profesor de filosofía el prime
ro y
de historia el segundo, elaboran su obra desde un partidis
mo que aflora continuamente, especialmente en sus comentarios
contra el Antiguo Régimen y la Iglesia, propio del ideal republi
cano laicista,
al que se añade el socialismo. Por ello, práctica
mente
no hay más reproche que, por no haber comprendido la
lucba de clases,
no haber sido auténticamente socialista y no
haber/participado en la Comuna, la insurrección parisina de 1871.
Obra, pues, partidista y escasamente crítica, escrita a la mayor
gloria de \lictor Hugo, en la que, no obstante, aparece continua
mente la realidad del poeta ególatra, antimonárquico, anticatóli
co y revolucionario. Si como indican los autores, Rugo fue siem
pre fiel a su conciencia -lo que me parece suponer demasia
do--, nada hay en ello de extraño ni parece que pueda conside
rarse un elogio, pues carecía de toda referencia trascendente, de
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Fundaci\363n Speiro
INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
tal modo que ser fiel a su conciencia no era otra cosa que ser fiel
a lo que su versatilidad, en cada caso, requería. Menos en una
cuestión, en la que, todo hay que decirlo, no cambió: su defen
sa de la abolición de la
pena de muerte.
ESTA!"]SLAO CANrERo
José García Oro, O. F. M. (Coord.): HISTORIA
DE
LAS DIÓCESIS ESPAÑOLAS: XIV. IGLESIAS DE
SANTIAGO DE COMPOSTELA Y TUY-VIGO
Acaba de aparecer el primero de los veinticinco volúmenes
anunciados
que pretenden dar a conocer la historia de las dióce
sis españolas que vendría a ser lo mismo que la historia de la
Iglesia de España. Y lo
que se anunciaba como la gran obra de
actualización
de la España Sagrada del P. Flórez parece revelar
se como el parto de los montes. Porque si el resto va a ser como
este primer volumen podían haberse ahorrado esfuerzo intelec
tual y económico. Pues
el resultado es verdaderamente decep
cionante.
Todos los defectos de muchos de los diccionarios o enciclo
pedias al uso están presentes
en este libro. Un coordinador, que
en este caso es el franciscano José García Oro, que no coordina
nada. Cada
uno de los autores escribe de lo que quiere y como
quiere.
El tratamiento de las distintas diócesis, en este caso
Santiago y Tuy-Vigo,
no es homogéneo. Faltan demasiadas cosas
y sobran no pocas. Algunos de los autores no parecen grandes
conocedores del tema. Todo ello da lugar a un libro verdadera
mente decepcionante.
Como acostumbro a hacer tampoco voy a comentar lo refe
rente a siglos sobre los
que no tengo muchos conocimientos pero
he de hacer referencia a la tomadura de pelo de que nos hace
objeto Baudilio Barreiro, autor del epígrafe
La diócesis de Santia-
(') BAC, Madrid, 2002, 745 págs.
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Fundaci\363n Speiro
sentir del arzobispo aquello debió ser una verdadera agoaja. Su
carta al nuncio Dadaglio, valentísima en ~aquellos tiempos (pág.
211), contra la vía libre a las secularizaciones réfleja un sufri
miento mayúsculo
en persona en quien 1a obediencia y la fideli
dad a la Santa Sede er¡m norma suprema. .
El fracaso de los curas obreros (pág. 205), el caso Lefebvre
(pág. 221), los incidentes
con algunos sacerdotes en quien los
amaba entrañablemente,
el disgusto final valenciano que casi
hasta le privó del habla
en un anticipo de lo que serian sus últi
mos días (págs. 278-279),
requerian más precisiones y más nom-
bres. Porque, o hacemos historia o no la hacemos. ·
Más que ante un hermoso, libro, estamos antfr un hermoso
santo. Que el texto ayuda a con_ocer pero se queda corto. Creo
que no me equivoco al decir que monseñor García Lahiguera
será el próximo obispo español,
no mártir, que ascenderá a los
altares.
El trabajo de sus hijas contribuirá, sin duda, a conocerle
mejor. Y en ese sentido es muy recomendable. Pero, repito, se
nos antoja corto. Antes de leerlo yo tenía la impresión de que en
El Vedat de Valencia había besado la mano de un santo. Después
de su lectura no me cabe la menor duda.
FRANcrsoo JosÉ FERNANDEZ DE LA CIGo&A
Henri Peña-Ruiz y ]ean-Paul Scot: UN POETE
EN POLITIQUE. LES COMBATS DE VICTOR HUGO<'>
El bicentanario del nacimiento de Victor Hugo (1802-1885) se
ha cumplido el 26 de febrero de este año. No han faltado las
obras para celebrarlo y ésta
es una de ellas.
Victor Hugo fue
un paradigma de versatilidad pplítica, tanto
con
la pluma -desde sus odas en elogio de la monarquía res
tatirada a sus diatribas contra los reyes y a favor de todas las
revoluciones-, como con su actividad parlamentaria, primero
(•) Flammarlon, Parí.s, 2002 (15 x 24 eros.), 450 págs.
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Fundaci\363n Speiro
INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
como par de Francia en la Monarquía de Julio, después como
diputado de
la 2.')kpública y, finalmente, como Senador de la 3.'.
También
·socialmente evolucionó deséle el liberalismo hacia la
revolución, cada vez más a la izquierda. Religiósamente
pa,só de
un catolicismo partidario de la alianza ·del Altar y el Trono a un
anticatolicismo visceral y enfermizo; a .una especie de religiosi
dad, sin dogmas, clero o iglesia, identificando su deismo, bien
con la Naturaleza, bien con la Humanidad. De todos modos, a
pesar de sus odios a los reyes y
'a la Iglesia católica, rechazaría el
comutúsmo y el ateísmo.
La obra, que se enmarca plenamente en la literatura hugóla
tra, está construida sobre los textos
de Hugo, al que se presenta
como la conciencia crítica,
no sólo de su siglo, sipo de la poste
ridad,
pues se le considera un profeta clarividente. En realidad,
Hugo, que
careáa propiamente de filosofía y, desde luego, no
fue un filósofo, políticamente no fue más allá de ser un politico
fracasado. Y si buena parte de las ideas que defendió "triunfaron"
en la 3.' República, fue porque tales ideas eran las propias de los
politicos republicanos
que fueron sus artífices.
Los autores justifican su versatilidad y alaban sus ideas en
tanto mayor grado cuanto más radicales aparecen. Su anticatoli
dsmo se difumina en un anticlericalismo presentado como justo
y necesario. Y es que los autores, profesor de filosofía el prime
ro y
de historia el segundo, elaboran su obra desde un partidis
mo que aflora continuamente, especialmente en sus comentarios
contra el Antiguo Régimen y la Iglesia, propio del ideal republi
cano laicista,
al que se añade el socialismo. Por ello, práctica
mente
no hay más reproche que, por no haber comprendido la
lucba de clases,
no haber sido auténticamente socialista y no
haber/participado en la Comuna, la insurrección parisina de 1871.
Obra, pues, partidista y escasamente crítica, escrita a la mayor
gloria de \lictor Hugo, en la que, no obstante, aparece continua
mente la realidad del poeta ególatra, antimonárquico, anticatóli
co y revolucionario. Si como indican los autores, Rugo fue siem
pre fiel a su conciencia -lo que me parece suponer demasia
do--, nada hay en ello de extraño ni parece que pueda conside
rarse un elogio, pues carecía de toda referencia trascendente, de
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tal modo que ser fiel a su conciencia no era otra cosa que ser fiel
a lo que su versatilidad, en cada caso, requería. Menos en una
cuestión, en la que, todo hay que decirlo, no cambió: su defen
sa de la abolición de la
pena de muerte.
ESTA!"]SLAO CANrERo
José García Oro, O. F. M. (Coord.): HISTORIA
DE
LAS DIÓCESIS ESPAÑOLAS: XIV. IGLESIAS DE
SANTIAGO DE COMPOSTELA Y TUY-VIGO
Acaba de aparecer el primero de los veinticinco volúmenes
anunciados
que pretenden dar a conocer la historia de las dióce
sis españolas que vendría a ser lo mismo que la historia de la
Iglesia de España. Y lo
que se anunciaba como la gran obra de
actualización
de la España Sagrada del P. Flórez parece revelar
se como el parto de los montes. Porque si el resto va a ser como
este primer volumen podían haberse ahorrado esfuerzo intelec
tual y económico. Pues
el resultado es verdaderamente decep
cionante.
Todos los defectos de muchos de los diccionarios o enciclo
pedias al uso están presentes
en este libro. Un coordinador, que
en este caso es el franciscano José García Oro, que no coordina
nada. Cada
uno de los autores escribe de lo que quiere y como
quiere.
El tratamiento de las distintas diócesis, en este caso
Santiago y Tuy-Vigo,
no es homogéneo. Faltan demasiadas cosas
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conocedores del tema. Todo ello da lugar a un libro verdadera
mente decepcionante.
Como acostumbro a hacer tampoco voy a comentar lo refe
rente a siglos sobre los
que no tengo muchos conocimientos pero
he de hacer referencia a la tomadura de pelo de que nos hace
objeto Baudilio Barreiro, autor del epígrafe
La diócesis de Santia-
(') BAC, Madrid, 2002, 745 págs.
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Fundaci\363n Speiro