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Número 411-412

Serie XLII

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Conferencia Episcopal Española: Mil nombres de la Iglesia en España

INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
OticJna de Información: CONFERENCIA EPISCOPAL
ESPAÑOLA: MIL NOMBRES DE LA IGLESIA
EN ESPAÑA <·i
La Conferencia Episcopal acaba de publicar un Who is who?
de la Iglesia española que tiene todas las ventajas y todos los
inconvenientes de las obras de este tipo. Aparece quince años
después
de aquel primer intento de Joaquín Luis Ortega que evi­
dentemente estaba ampliamente superado
por el simple paso de
los años. En
1987 era, por ejemplo, presidente de la Conferencia
Episcopal Gabino Dfaz Merchán,
hoy ya jubilado, cardenales de
Toledo, Madrid y Barcelona, Don Marcelo González, don Angel
Suquía y
don Narciso Jubany, jubilados los dos primeros y ya sin
derecho
de acudir al Cónclave y fallecido el tercero ... Era pues
necesaria una nueva edición y a ello ha atendido la Conferencia
Episcopal con el voluminoso libro que presentamos. Contiene
1070 reseñas biográficas y bibliográficas
de 127 obispos españo­
les, incluido el nuncio Monteiro, portugués, unos en activo y
otros eméritos, 583 miembros del Clero secular, 187 religiosos
y 77 seglares, entre los varones, más
% mujeres, religiosas o
seglares.
El mérito de la obra es claro: conocer edades, estudios, car­
gos, actividades y publicaciones de todos los
que aparecen en la
obra.
En lo negativo hay que considerar que, si bien pueden ser
todos los que están, no están todos los que son. Hay bastan­
tes más nombres importantes
en la Iglesia hispana, tanto en el
e) Edición actualizada. CEE, Madrid, 2002, 648 págs.
Verbo, núm. 411-412 (2003), 147-196.
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
mundo clerical como en el seglar que no aparecen. Y ciertamen­
te tendrían los mismos o más motivos, excluidos los obispos, que
muchos de los que figuran.
Ello se
debe al sistema de inclusión utilizado que no es otro
que el de dirigirse a unas determinadas categorias: obispos, vica­
rios generales, vicarios episcopales1 rectores de seminarios, dea­
nes, superiores generales ... , enviándoles
un cuestionario al que
cada
uno contesta como quiere. Con lo que unos contestan y
otros no. Y además, los hay vanidosillos que hasta nos cuentan
si han ganado una partida de mus -evidentemente es una ca­
ricatura-y otros tan 1nodestos que apenas tienen currículo.
Podriamos citar como ejemplos de uno y otro caso al obispo de
Canarias Echarren, que ocupa dos columnas enteras, al abad de
Santa Maria de Huerta que apenas llena media o al seglar Angel
Alás que no ocupa ni cuarta. Como la modestia es 11na virtud,
nada diremos de ella. La vanidad resulta tan excesiva que un pro­
fano podria creer que ha sido y es mucho más importante en la
Iglesia
el obispo de Canarias que el cardenal emérito de Toledo
Don Marcelo González Martín o el cardenal de Madrid Don
Antonio Maria Rouco Varela, actual presidente de la Conferencia
Episcopal. Por lo menos sus títulos, cargos y actividades
ocupan
mucho más espacio.
Falta un coordinador, con sentido crítico, que sepa, primero
a quien se debe incluir, personalmente y no sólo por el cargo
actual,
que reclame o sustituya los cuestionarios que no han lle­
gado,
que uniformice los recibidos, que incluso corrija la orto­
grafía
pues no es normal que en el libro aparezcan Alaquás y
Alacuás, Onteniente y Ontinyent, Bizkaia y Vizcaya o Barakaldo
y Baracaldo.
Aunque quizá indiquen no poco respecto a la per­
sonalidad de
quien lo escribe.
Tampoco es normal que, por ejemplo, figure el Provincial
de una determinada Orden o Congregación Religiosa que está
al frente
de una de las Provincias de España y no figuren los de
las restantes Provincias o que figure la Superiora General de
una Congregación de escasos efectivos y no aparezcan las de
otras mucho más numerosas y de bastante más peso en la
Iglesia española.
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
La reseña de cada uno comienza por una fotografía y esto
debió ser requisito
sine qua non pues no falta en ningún caso. Es
algo más propio del Hola que de una Guía de la Iglesia pues el
aspecto físico del individuo tiene bastante poco
que ver para sus
méritos eclesiales. Además, al
no responder en algunos casos la
fotografía al momento actual, todo parecido con el interfecto es
en ocasiones pura coincidencia. Porque los/las hay coquetos que
se rejuvenecen diez o veinte años. También los hay que, o tan
despreocupados por su aspecto físico o teniendo éste tan poco
arreglo, no tienen el menor reparo en comparecer como si fue­
ran miembros de la Familia Monster. Porque los hay que, si son
así, como uno se los encuentre en la calle 11or la noche, cruza
aterrado de acera temiéndose lo peor.
Pero las fotografías tienen algo mucbo más importante
que la
fotogenia del retratado.
Las fotografías de los clérigos aseglara­
dos, es decir, que no llevan sotana ni clergyman, superan apro­
:ximada1nente
en una cuarta parte a los que en su indumentaria
reflejan su carácter sacerdotal. En una España secularizada tam­
bién sus sacerdotes están secularizados. ¿Es lo primero causa de
lo segundo o lo segundo causa de lo primero? A mí no me cabe
la menor duda
pero que cada lector saque las consecuencias que
quiera. En las Órdenes religiosas la proporción de aseglaramiento es
todavía mayor. Es raro ver a un religioso con hábito, sotana o
clergytnan. Hay excepciones, por supuesto, pero la mayoría
se
muestra con traje y corbata, generalmente horteras, o en camisa,
generalmente a cuadros o a rayas, que si coinciden con la barba,
todo parecido
con un camionero no es mera coincidencia. Dicho
por supuesto con el mayor respeto hacia los camioneros.
El Opus Dei es ciertamente una isla en el mar de la seculari­
zación general. Y
en la Compañía de Jesús, que está perdiendo
efectivos
a raudales, qué casualidad, los jesuitas más egregios, el
P. Pozo, el P. Valverde, el P. Navarrete ... , son los que no ocultan
su condición sacerdotal.
En las monjas ya es de pena. Son más del doble las
que se
retratan como seglares. ¿Tendrá algo
que ver en que no tengan
vocaciones? Pues, a lo peor, sí.
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
Ni que decir tiene que, en las regiones más secularizadas, con
menos seminaristas, es abrumadora la presencia de camisas y
corbatas. Y, curiosamente, entre los más jóvenes, aparece más el
alzacuello. Un motivo de esperanza.
Después figura
en todos lugar y fecha de nacimiento y día de
la ordenación. Y
en los religiosos cuando ingresaron en la Orden.
En los jesuitas se
ven fechas contradictorias por lo que me incli­
no a pensar que unos dan el día de ingreso en el noviciado y
otros la de la tercera probación.
Y ahora
un dato verdaderamente curioso. El de la profesión
de sus padres. Parece que es un dato irrelevante pero se ve que
al coordinador le pareció de gran importancia. Hasta lo subraya
con negritas mayúsculas.
Hubo una época en la que los enemi­
gos de la Iglesia calificaban a los sacerdotes de "desertores del
arado". Huyendo del hambre y la miseria parecía
que abrazaban
un estado no por vocación religiosa sino en busca de una vida
mejor.
Es impresionante la cantidad de labradores, agricultores,
aparceros
... padres del clero español. Y, aunque no se hace cons­
tar su nivel social, podemos imaginarnos que salvo contadísimas
excepciones éste era bajísimo. Salvo en Opus Dei y jesuitas, la
extracción social del clero español es, actualmente, mínima.
Cuando figura un maestro o una maestra entre los progenitores
parece que ya
se pone una pica en Flandes. Y no digamos ya si
aparece un ingeniero, un médico o un abogado. Antes, las fami­
lias rurales eran mayoría y tenían muchos hijos. Además eran
pobres, sanas y católicas. Hoy son escasas, tienen pocos hijos y,
desgraciadamente, la secularización ha hecho también mella en
ellas. El gran vivero se agota. Algunos piensan que ello explica
la carencia de vocaciones.
Me parece la constatación fácil. En los
buenos seminarios, donde hay
un buen obispo -el caso de Don
Marcelo en Toledo fue paradigmático-afluyen las vocaciones,
que ya no son del campo sino de ambientes urbanos y burgue­
ses. Hoy hay ya muchos jóvenes,
en los Seminarios que tienen
vocaciones, que, a los ojos del Mundo tendrían unas perspectivas
mucho más halagüeñas
si se quedaran en él. Y que sin embargo
renuncian a todo
por seguir a Jesús. Verdaderamente es un signo
de esperanza.
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
Los estudios que han seguido no cabe duda de que es dato
de interés. Y sus cargos y actividades. Aunque en ello, como
hemos dicho, prima mucho la vanidad del relator. Observamos
también
la aparición de no pocos eclesialmente amortizados, por
la edad, que fueron más que son. No sobran.
Por último, y éste sf que me parece un dato importantísimo,
apenas aparecen ya los que vengo llamando diplodocus del
Parque Jurásico progresista
que tanto contribuyó en sus días a la
secularización
de España y de su Iglesia. No voy a referirme a los
obispos, bastantes ya eméritos y otros a
punto de serlo, sobre los
que he escrito mucho en otros lugares. Mencionaré solamente a
los sacerdotes que aparecen
en este elenco. Y, naturalmente, a
aquellos de quienes tengo referencias. Pero casi puedo asegurar
que,
de aquellos que no las tengo, es porque no tuvieron actua­
ciones que recogiera la prensa nacional. La local, evidentemente,
no he podido seguirla.
El primer progresista que me encuentro es el jesuita Jesús
Maria Alemany Briz, naturalmente fotografiado de paisano y con
barba, seguramente
por seguir el ejemplo de San Ignacio por lo
de la barba. Es, o fue, miembro de la Asociación de Teólogos
Juan XXIII, que hoy preside Miret Magdalena (Cfr. Hernández,
Abe!: Crónica de la cruz y de la rosa, Argos-Vergara, Barcelona,
1984, 87). Como dicha Asociación a
mí me parece absolutamen­
te antieclesial sigo sin
entender cómo la Compañía de Jesús,
antes
de Arrupe y ahora de Kolvenbach, permite a sus hijos per­
tenecer a
una entidad para la que el Papa es un espanto y todo
lo
que manda un anacronismo. Hasta que la fundación de San
Ignacio de Loyola
no vuelva al carisma de su egregio fundador,
las esperanzas
de regeneración eclesial llevan plomo en el ala.
Según confiesa la propia
Guía (pág. 647), iba a ser incluido en la
misma
su hermano José Joaquín Alemany, todavía más progre­
sista
que él, pero falleció cuando se estaba elaborando. Que
Dios, misericordioso, le haya acogido en su seno. Y no deja de
tener importancia que Enrique Miret no aparezca en la Guía.
Alfonso Alvarez Bolado es otro jesuita, también fotografiado
de paisano
-el padre del anterior era médico y el de éste, inge­
niero
de Camino&-, que figura con todo merecimiento en el cua-
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
dro de honor del progresismo español. Sería larguísimo enume­
rar todos sus "1néritos" con la "causa". Al menos los que yo
conozco, que seguro son muclúsimos más. Pero, si el primero,
que cumplirá sesenta y cuatro años a finales de 2002, aun puede
dar alguna guerra, Álvarez Bolado, ya con setenta y cuatro, ape­
nas tiene
ya tiempo de seguir haciendo daño. Tras desempeñar
muy importantes cargos docentes ahora apenas figura,
en la men­
ción de "cargo actual", como director de tesis doctorales
en la
Facultad de Teología de la Universidad Pontificia
de Comillas.
¡Pobres doctorandos!
De Francisco Javier Bastida Canal, actual Vicario Judicial de
Barcelona, también a
punto de jubilación pues ya ha cumplido
setenta y dos años., recuerdo
un articulo publicado en Ya (3-II-
1977)
en el que deáa que "no corresponde a la Iglesia oponerse
sistemáticamente a cualquier ley de divorcio". Pues a nú me pare­
ce que sí. ¿Se ha arrepentido de aquella afirmación? A mí no me
consta. Aunque supongo que, para que el cardenal Caries le
mantenga
en ese puesto estará más prudente. También de paisa­
no en la fotografia.
Del
P. Batllori, acabo de escribir para Verbo mucho y no bo­
nito. A esas páginas me remito. Va a cumplir este año los noven­
ta y tres de su edad por lo que más que ocuparse de él debemos
pedir para su persona la misericordia de Dios.
Juan Bosch Navarro, de la Orden de Predicadores, nacido en
Valencia hace sesenta y dos años, es actualmente Profesor de
Ecumenismo
en la Facultad de Teología de Valencia y en el
Centro de Teología de Santo Tomás
en la República Dominicana.
Contrario
al Opus Dei (Vida Nueva, 1-XII-1979), solidario con el
"Documento de Colonia" contra Juan Pablo
II, vetado algún tiem­
po por la Congregación de Universidades para la docencia en la
Facultad de Teología valenciana, autor del sospechosfsimo libro
Panorama de la Teología Española (Tiempo, 15-III-1999), apo­
yado
por la todavía más sospechosa Asociación de Teólogos
Juan XXIII (El País, 13-II-1998), opina que la posición de la Iglesia
sobre demasiadas cuestiones es "repetitiva y carente de autocriti­
ca" (El País, 21-IX-1998). Y, con otros teólogos, se manifiesta con­
tra la
Ad tuendam fidem y la prohibición del sacerdocio femeni-
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
no (El País, 23-VII-1999). Pienso, y lo he afirmado públicamen­
te en más de una ocasión, que el arzobispo de Valencia, don
Agustín García-Gaseo es un buen obispo. Pero, mantener a este
"profesor" en su Facultad de Teologia parece demasiada toleran­
cia. Y
de los pobres dominicanos, ¡qué voy a decir! La Iglesia
tiene que ser de fundación divina. No podria sobrevivir, en otro
caso, a
estos "profesores". Su atuendo es una chaqueta a cuadros
que rechina a los ojos. Por supuesto sin alzacuello.
Enrique Castells
Mas, Enrie según él, es un capuchino. Y,
nada menos que el Provincial de su Orden en Catalunya (sic) y
presidente
de la Unión de religiosos de aquella región. A punto
de cumplir los sesenta y cuatro años ha cambiado la estameña
por una camisa de cuadros. Le tocó, como padre provincial, pre­
sidir el funeral por el recientemente fallecido padre Llimona, uno
de los curas más emblemáticos del progresismo hispánico. No
voy a relatar aquí su historia pero hnagínense lo peor. En la ora­
ción fúnebre
se refirió al 1nuerto como "un a1nigo, un compañe­
ro, un hermano, un 1naestro". ¿Maestro de qué? Porque Llilnona
enseñaba lo peor. También destacó el compromiso político del
fallecido, que era un compromiso marxista, "para recuperar las
libertades democráticas, arrasadas por la despiadada e inacabable
dictadura franquista"
(La Vanguardia, 14-IX-1999). Reahnente todo
un seráfico sermón.
José
María Delclaux Echevarña, nació en Bilbao, "Bizkaia", el
3 de abril de 1945 y también viste de paisano. Es Vicario Epis­
copal
de las Vicarías I y II de Bilbao nombrado en 1996 por el
actual obispo
de aquella diócesis Ricardo Blázquez. Cuando el
párroco de Ermua negó un responso por el asesinado Miguel
Ángel Blanco, el Vicario Delclaux salió
en su defensa (ABC, 19-
VII-2001
y La Razón, 29-VII-2001).
Alfonso Fernández-Casamayor Palacio (Málaga,
9-VI!Ial945)
es el actual Rector del Seminario Mayor de Málaga, nombrado en
1989 por Ramón Buxarrais y mantenido por Fernando Sebastián
en su etapa de Administrador Apostólico y por el actual obispo
malagueño Dorado. Naturalmente viste
de paisano y sin corbata.
La fotograffa parece de sus años de se1ninarista o de recién orde­
nado. Por los tiempos de la fotografia debía sentir notables sim-
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
palías marxistas pues le vemos de ponente en unos coloquios
sobre marxismo y cristianismo que se celebraron eri el Museo
Diocesano de Málaga y cuyo cartel anunciador era típicamente
marxista y lo hallaremos después, junto con Santiago Carrillo y
otros
eyusdem furfuris firmando un escrito de solidaridad con El
Salvador o, para entendemos, con su guerrilla (El País, 27-III-
1982). Méritos más que suficientes para
que Buxarrais le enco­
miende el Seminario. Repito, sin la mano activísima de Dios, la
Iglesia no existiria.
José Maria Fernández Martos y Bermúdez Cañete
es otro
jesuita,
de paisano y de padre que también desentona de lo habi­
tual. Fue diputado a Cortes y comandante. Pues cuando Díez
Alegria tuvo graves problemas con
la Compañía de Jesús que ter­
minarían acarreando la salida
de la Orden, este entonces relati­
vamente joven jesuita,
que había nacido en Córdoba el 22 de
junio de 1935, se solidariza con el más que sospechoso compa­
ñero
en contra de sus superiores (Informaciones, 8-II-1973 y El
Ciervo,
l.' quincena, abril, 1975). Fue Rector de Teólogos (1989-
1993), Provincial
de Toledo (1993-1999), Profesor de Psicoanálisis
y Psicología Evolutiva
(!!!) y actuahnente es "Rector (Seminario)
Colegio Mayor Comillas" Como para echarse a temblar.
Felipe Fernández Ramos (Almanza, León, 1927),
de paisano
también, es el actual
deán de la catedral de León, nombrado por
el recientísimarnente jubilado obispo diocesano Antonio Vilapla­
na
en 2001. La golosina del deanato al muchos años profesor de
Sagrada Escritura parecía recompensa a una prolongada docen­
cia. Pero
si lo que enseñaba es lo que se refleja en un artículo y
en una conferencia aparecidos en Studium Legionense [42 (2001),
29-57 y 324-329]
no merecía el deanato sino la destitución.
Jesús Maria Gallego Díez (Valladolid, 25-III-1933) es otro do­
minico sin hábito ni
clergyman, hoy Director del Centro Médico­
Psicológico de la
CONFER, que logró una dudosa popularidad,
con otros compañeros de Orden, al firmar un escrito contra cua­
tro verdaderas lumbreras de los dominicos de entonces, los
Padres Fraile, García Cordero, Alonso Lobo y Victorino Rodríguez
(Nuevo Diario, 24-VI-1969). Comparar a estos, en méritos cientí­
ficos,
en virtudes personales, en categoria en la Orden de Predi-
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
cadores, es casi, valga el dicho, como comparar a Dios con un
gitano. Pues uno de los gitanos era Gallego Diez. Con perdón de
los gitanos contra los que nada tengo y a uno de los cuales, el
beato "Pelé",
me encomiendo frecuentemente. Ese lamentable
escrito le valió probablemente ser Director del Colegio Mayor
Aquinas y Profesor
de Moral Sexual en San Esteban.
Andrés García
de la Cuerda (Madrid, 3-V-1944) que, salvo
error, es el primero
de los mencionados que aparece de dergy­
man, fue uno de los 50 "teólogos" españoles que firmaron en
1979 un escrito solidarizándose con Hans Küng (El País, 23-XII-
1979).
Es decir, con lo peor. En 1987 el cardenal Suquía le nom­
bró Rector del Seminario
de Madrid, en sustitución de Martin
Velasco, cargo en el que le mantiene el cardenal Rouco. Teniendo
en cuenta que el seminario madrileño funciona bien y que tanto
don Ángel cómo don Antonio no son sospechosos cabe suponer
una rectificación por parte de García de la Cuerda de sus más que
dudosas posiciones juveniles.
Juan García Pérez es otro jesuita, de paisano y barba -los
hijos de San Ignacio suelen preferir la corbata a ir en camisa-,
nacido en Palencia el 15 de octubre de 1934, que el acrual direc­
tor
de ABC se empeña en darle espacios en su periódico después
de echar al sacerdote secular Santiago Martin. El cambio ha sido
penoso para los lectores y
para la religión. Los articulos de Martin
solían ser buenos o excelentes. Los de García Pérez suelen ser
anodinos, malos o pésimos. Es Profesor de Teología en Comillas.
Si las clases son como los artículos, además de plúmbeas serán
también doctrinalmente malas.
Francisco Gil Delgado (Riotinto, Huelva, 13-VIII-1929), canó­
nigo
de la catedral hispalense, Vicario Judicial y Juez Presidente
del Tribunal Interdiocesano
de Primera Instancia de aquella
Archidiócesis,
en puertas de la jubilación, se distinguió, a fines de
la década de los sesenta por manifestarse a favor de la píldora
anticonceptiva y del sacerdocio femenino
(¿Qué Pasa?, 13-1-1968
y 24-1-1970). Creo recordar que de lo primero se retractó motu
propio.
José Gómez Caffarena (Madrid, 5-11-1925) es otro jesuita, tam­
bién de paisano, famosísimo en los anales del progresismo.
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
Próximo a los ochenta años no se entiende su presencia en la
Guía. No vale la pena hablar de él
José María Imízcoz Barriola (8-IX-1920) fue uno de los curas
progresistas
que contribuyeron a hundir aquel paraíso eclesial
que fue en su día la diócesis de Pamplona. Nacido en lrurita
(Navarra),
el 8 de septiembre de 1920 es hoy un anciano sin peso
alguno en aquel obispado en el que tanto tuvo como profesor
del Seminario, miembro del Equipo de Dirección Espiritual del
mismo, Delegado
Diocesano del Clero y Vicario general de
Pastoral. Yo le recuerdo escribiendo contra el Concordato ( Ya,
12-VI-1971) y viajando a Madrid para presionar en el nombra­
miento
ele un obispo auxiliar progresista (El Pensamiento Nava­
rro, 14-II-1974). Es figura ya totalmente ammtizada que ni debe­
rla figurar en esta nómina. Aunque la fotografía está cortada y no
se puede apreciar alzacuello da la impresión de que no lo lleva.
José Luis Iza lraurgui, (Ceánuri, Vizcaya, 29-1-1950), él dice
Zeanuri, Bizkaia, era aquel cura de Ennua que negó el respon­
so
por Miguel Ángel Blanco (La Razón,13, 17, 20, 24 y 29-VII-
2001;
ABC, 14, 17, 19 y 20-VII-2001; Alfa y Omega, 19-VII-2001;
El Mundo, 23-VII-2001). Pues el obispo ele Bilbao, Ricardo Bláz­
quez,
poco después le recompensó con una Vicaría Episcopal. En
la fotograña en mangas de ca1nisa y aspecto de cortatroncos.
Casiano María
Just Riba, de la Orden de San Benito, nacido
en Barcelona el 22 de agosto de 1926, ha sido una de las prime­
ras figuras del progresismo y del catalanismo. Digno
sucesor de
aquel abad antiespañol que fue Aurelio María Escarré, también él
tuvo
que dejar la dirección del monasterio de Montserrat y ambos
lo sumieron en una decadencia que estalló, con indecible escán­
dalo, a finales
cid año 2000. Hoy, a punto de cumplir setenta y
seis años
es apenas un recuerdo estéril de un penoso 1nandato.
Pedro Miguel Lamet Moreno (Cádiz, 13-III-1941), de la Com­
pañía de Jesús,
es de los más jóvenes de este conjunto, aunque
ya
ha cumplido sesenta y un años. Dedicado a los medios de
comunicación social y autor de numerosos libros, sus hitos más
destacados
como notorio progresista fueron su destitución como
director de Vida Nueva (Ya, 20-XI-1987 y 19-1-1988; El País, 20 y
21-XI y 4 y 8-XII-1987), su
postura militante contra las carmelitas
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INFORMACIÓN BIBLIOGRAFICA
descalzas observantes, seguidoras de la Madre Maravillas (Diario
16, 17-XII-1990), su oposición a la beatificación de monseñor
Escrivá
de Balaguer (Tiempo, 20-IV-1992) y unas infonnaciones
sobre la salud del
Papa que le suponen la prohibición jerárquica
de escribir en la prensa sobre temas religiosos (El País, 17-V y
7-VI-1996; ABC, 12-V-1996). La recensión que publicó Olegario
González
de Cardedal sobre su biografía de Juan Pablo II (ABC,
26-I-1996) es notablemente crítica y no procede precisamente de
un integrista. Si su "cargo actual" es el de director de la revista
A vivir, de la que doy mi palabra de honor que es la primera vez
en mi vida que la oigo 1nencionar, poden1os suponer que stl
misma Orden lo tiene un tanto marginado. Como ustedes se pue­
den imaginar se fotografía de paisano.
Juan José de León Lastra (Quirós, Asturias, 15-IV-1937) es
otro de los dominicos que se iniciaron rebatiendo a sus herma­
nos los Padres Victorino Rodríguez, Alonso Lobo, Garcia Cordero
y Fraile. No repetiremos, pues, lo
ya dicho respecto a aquel otro
que mostraba el mismo currículo. Provincial de España y profe­
sor
de Teología en nuestra patria y en la República Dominicana
-¡que habrán hecho los pobres dominicanos para que les envie­
mos estos maestros-, seguramente estos superiores explican el
languideciente estado actual de una de las más gloriosas Órdenes
de la Iglesia.
Julio Lozano Rodriguez (Villamantilla, Madrid, 17-IV-1942),
Vicario Episcopal del cardenal Rauco, comenzó sus días como
cléligo revolucionado y en 1975 fue detenido por encabezar una
alteración del orden público (Informaciones, 21-II-1975). Aun no
llevaba seis años de sacerdote y era párroco de San Juan María
Vianney
en Madrid. Muy posiblemente haya olvidado aquellas
fiebres juveniles. En la fotografía se muestra
de clergyman y con
una cuidada barba entrecana. No termino yo de entender esto de
las barbas clericales. ¿Se las dejan porque se encuentran 1nás
apuestos y atractivos? ¿Es por lo contrario, por mortificación per­
sonal para resultar con aspecto más descuidado? Si quieren resul­
tar más guapos, o al menos eso se lo creen, ¿para quién? ¿Para
sus superiores, para sus co1npañeros, para sus feligreses, para sus
feligresas? Me gustaría que si alguien tiene una explicación tuvie-
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
rala amabilidad de comunicármela para poder salir asi de mi per­
plejidad. Porque confieso
que hasta el momento, todas las razo­
nes que se me han ocurrido son de estupidez o banalidad.
José
Maria Martín Patino (Lumbrales, Salamanca, 30-III-1975),
mano derecha del cardenal Tarancón,
de quien fue Provicario
General
es ya otra reliquia del pasado. Próximo ya a los ochenta
aftas espera el retiro o el más allá desde la presidencia
de la
Fundación Encuentro. Ha
pasado de factotum a la casi nada. Por
la fotografia
no podemos decir como va vestido.
Juan de Dios Martín Velasco (Santa Cruz del Valle, Ávila, 8-
III-1934) fue el Rector del Seminario
de Madrid en los dfas más
aciagos
de este Centro (1977-1987) hasta que lo sustituyó el car­
denal Suquía. Viste
de paisano. Referirnos a todos sus escritos de
protesta o de apoyo, a las denuncias de doctrinas sospechosas en
sus obras, a sus filias: la Asamblea Conjunta, Arbeloa, las secula­
rizaciones, Küng... y a sus fobias:
Juan Pablo II, el cardenal
González Martín, el Concordato
con la Santa Sede, el cardenal
Suquia, el beato Escrivá
... , de lo que podemos dar cumplida
referencia documental,
seria alargar demasiado estas líneas. ¡Y
diez aftas Rector del Seminario de Madrid! Hoy, creemos que ya
por breve tiempo con sus sesenta y ocho años cumplidos, es
Director del Instituto Superior de Pastoral de Madrid, dependien­
te
de la Universidad Pontificia de Salamanca. No creo que tenga
demasiados alumnos el tal Instituto pero,
aun así...
Antonio Matabosch Soler (Barcelona, 15-V-1935), actual Dele­
gado General
de Apostolado Seglar de Barcelona y Director del
Instituto Superior de Ciencias Religiosas de aquella ciudad,
es un
ecumenista que, en más de una ocasión, se pasó varios pueblos
en esas cuestiones (Vida Nueva, 26-Vl-1971). Por supuesto que
de paisano.
Luis
Maria Oroz Arraiza, actual hombre de confianza de
Femando Sebastián en la archidiócesis de Pamplona, del que es
Vicario General de Pastoral (Beriain, Navarra, 14-XII-1944) era de
los sacerdotes multados en tiempos de Franco (Informaciones,
27-1-1975; Ya, 4-II-1975). También de paisano.
José Antonio Pagola Elorza (San Sebastián, 16-Vl-1937) fue el
hombre
de confianza durante muchos aftas del obispo de aque-
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
lla diócesis José Maña Setién, de quien fue Vicario General (1979-
2001) hasta
que lo sustituyó el nuevo obispo Uriarte. Hoy dirige
el Instituto de Teología y Pastoral
de la Diócesis. De paisano.
Andrés Pardo
Rodñguez (Aguilar de Campóo, Palencia, 26-
XI-1939), actual Delegado Diocesano
de Liturgia de Madrid,
Director
de la Escuela Diocesana de Agentes de Pastoral y de la
Escuela Superior
de Liturgia de Madrid, estuvo en el ojo del
huracán con motivo
de un controvertido misal que fue denun­
ciado
por varios obispos. Y notabilisimos teólogos como el cla­
retiano Joaquin Maña onso o
el jesuita Aldama hicieron públi­
cas importantes rese
as. El Concordato le irritaba profunda­
mente. Cabia
pensar ue la proximidad al cardenal Rouco, es el
sacerdote que suele e tar a su lado en las celebraciones litúrgi­
cas, le
habla cambiad algo pero su fondo debe ser el mismo
por cuanto, recientem nte, le hemos visto expresarse con mucha
comprensión sobre la absoluciones colectivas (Ecclesia, 17-II-
2001). También
de p ·sano, atuendo que debe considerar más
"litúrgico".
Gerardo Pastor os (Zamora, 2-VIII-1939) es un claretiano
que dimitió el Rectora o de la Universidad Pontificia de Salaman­
ca
por discrepancias on el cardenal Suquía (ABC, 4-X-1989; El
País,
3 y 11-XI-1989). i se tratara de un concurso y yo les pre­
guntara a ustedes, ¿có o va vestido?} seguro que acertaban. Pues
han acertado.
Antonio Pelayo
Bo bin (Valladolid, 11-I-1944), actual corres­
ponsal
de COPE en R ma, es un sacerdote periodista que si no
ha alcanzado la fama e un José Luis Martin Descalzo ha publi­
cado
muclúsimos artíc los en diferentes periódicos y revistas que
siempre dejan traslucir su sentir progresista. Sus simpatías por el
celibato opcional
(Vid Nueva, 21-II-1970), por la Iglesia holande­
sa
(Vida Nueva, 28-III 18-N-1970), su escaso aprecio por el Opus
Dei (Ilustración del Cle o, octubre, 1971), sus ataques al excelente
libro del
CIO sobre la arta Colectiva del Episcopado español de
1937 (Ya, 7/1/1973), su escasa, por decir algo suave, fe en el infier­
no (Vida Nueva, 28-N-973) ... y mil asuntos más, aunque expues­
tos siempre con una ci rta cautela por si acaso, hacen que verda­
deramente desentone n la COPE actual. De paisano.
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
Pascual Piles Ferrando (Benifayó, Valencia, 8-IX-1944), éste
vestido
de riguroso hábito de Hermano de San Juan de Dios,
Orden de la que es actual Superior General, fue uno de los fir­
mantes de un escrito dirigido a Juan Pablo IJ pidiéndole la rea­
pertura
de las seculaiizaciones que el Papa habla paralizado.
¡Como
andan tan sobrados de vocaciones, pues a dar facilidades!
Rafael Prieto Ramiro (Romangordo, Cáceres, 10-XII-1934) fue
multado con 50.000 pesetas
cuando era párroco de El Salvador de
Plasencia
(ABC, 2-IX-1975). Hoy es Profesor del Seminario y Dele­
gado Episcopal
de Cáritas en la diócesis placentina. De paisano.
José Maria Rovira Belloso (Barcelona, 10-III-1926) fue otra de
las cabezas del progresismo catalán, firmante de cuanto escrito
de protesta se producfa, responsable de la famosa sentada ante
el palacio arzobispal
de Barcelona con la que obsequiaron a don
Marcelo cuando padeció la cruz de regir aquella archidiócesis,
muy próximo al marxismo ... , parece
que últimamente ha mode­
rado algo sus posiciones. En el traje sigue igual, de paisano. Es
también
una figura ya amortizada.
José Luis Sicre Díaz (Cádiz, 23-II-1940), de la Compañía de
Jesús -su padre era marino de guerra-, declaró que donaba la
mitad
de su sueldo a los guerrilleros del Frente Farabundo Martí
(ABC, 4-N-1985), apoyó a sus compañeros de Orden destituidos
como profesores de Granada, Castillo y Estrada
(El País, 17-V-
1988;
Ya, 11-V-1988). Con estos antecedentes no pudo ser reele­
gido Rector de la Facultad Teológica
de Granada por vetarle el
arzobispo Fernando Sebastián (Ya, 16-X-1988). Pero sigue siendo
profesor
de Exégesis del Antiguo Testatnento en aquella Facultad.
Como
era previsible, de paisano.
Oriol Tuñí Vancells (Canet
de Mar, Barcelona, 1938) es otro
jesuita aficionado a las firmas.
Que sepamos añadió la suya a la
protesta de numerosos clérigos contra el Concordato (Ya, 12-VI-
1971). Ello
no fue óbice para que llegara a Decano de la Facultad
de Teología de Barcelona San Cugat (1977-1984), cargo para el
que volvió a ser nombrado el 2000, después de haber sido
Provincial
de la Tarraconense (1988-1995). También de paisano.
José Ángel Ubieta López (Bilbao, éste escribe Vizcaya, 21-III-
1926) fue
el vicario general de José Maria Cirarda mientras fue
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INFORMACIÓN BIBLIOCRÁFICA
Administrador Apostólico de la Diócesis de Bilbao y del ya obis­
po residencial Antonio Añoveros. Aun permanecería en el cargo
en los inicios del pontificado de Larrea de Legarreta. Fue acusa­
do de complicidad con ETA por el asesinato de un taxista e inclu­
so estuvo detenido algún tiempo en el Hospital Militar en condi­
ción
de prisión preventiva. Cirarda, amparándose en el Concor­
dato que
por otra parte rechazaban numerosos clérigos, no per­
mitió
su procesamiento por lo que nos hemos quedado sin cono­
cer los argumentos
de la acusación y la defensa. Cirarda en todo
momento defendió la inocencia de su vicario. Es fácil compren­
der que todo ello dio lugar a numerosos escritos, generalmente
poco favorables a Ubieta. Algún año después -los primeros
sucesos
son de 1969--, volvió a estar el vicario en las primeras
páginas de los periódicos, al estar junto a su obispo Añoveros en
los difíciles momentos de 1974 que estuvieron a punto de cos­
tarle al obispo y a
su vicario la expulsión de España. Ambos estu­
vieron algún tiempo retenidos
por la autoridad en su domicilio.
Y, si en .el caso anterior hemos dicho que fueron nurrierosos los
artículos que con tal motivo aparecieron, ahora fue ya cuestión
de primera página y grandes titulares. En 1985 fue nombrado
deán de la catedral bilbaína, cargo que aun ocupa en la actuali­
dad. Tiene setenta y seis años cumplidos y es también
una reli­
quia del pasado.
Ángel Unanue Larrucea (Bérriz, Vizcaya
-naturalmente Biz­
kaia-, 21-I-1941) es un antiguo vicario territorial, desde 1979,
diciendo
la Guía que dejará el cargo en 2001. En los años 1974
y 1975 fue
uno de los clérigos más activistas siendo multado en
varias ocasiones y arrestado en Carabanchel (Pueblo, 25-X-1974;
Ya, 17-1-1975; Vida Nueva, 8-III-1975; Sábado GráJico, 26-N-
1975). Sin duda
por ello el obispo Larrea no vaciló en promo­
cionarle. También
de paisano.
Ángel María Unzueta Zamalloa (Durango, Vizcaya, 4-XII-
1952) fue
uno de los cuatro nombres propuestos por el Consejo
Pastoral
de Bilbao para suceder como obispo a Larrea (El Mundo,
24-VI!I-1995). Aun no habla cumplido cuarenta y tres años.
Blázquez le nombrará vicario tenitorial, cargo que ocupa en la
actualidad. En la fotografia, en mangas de camisa.
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
Luis Vela Sánchez (Llanes, Asturias, 1929) es otro jesuita que,
especialista
en Derecho Marrimonial ha sostenido arriesgadas doc­
trinas
en temas como la concepción in vitro o el divorcio (Pueblo,
19-II-1969 y 26-II-1970; Fuerza Nueva, 19-JI-1977). Hoy no pasa
de catedrático emérito de Comillas. Naturalmente, de paisano.
Evangelista Vilanova Bosch
(Rubí, Barcelona, 1927), otro pro­
gresista y catalanista
enragé, es un conocido benedictino de Mont­
serrat, firmante de cuanto escrito se tramó
en tomo a la Asociación
de Teólogos
Juan XXIII de la que es miembro destacado. Cumple
este año setenta y cinco y va ya
de retirada. Seguirá haciendo daño
pero cada vez menos. Por supuesto que
de riguroso paisano.
Alguien pensará que
son muchísimos los progresistas que
hemos encontrado. Nosotros creemos que no. Hac.e veinte o
treinta años eran diez veces más. Buena parte de los nombrados
están ya fuera
de combate o lo van a estar enseguida. La Iglesia
de España ya
no está en manos de aquel progresismo extrafron­
terizo qµe la
ha llevado a unas cotas de secularización verdade­
ramente impensables. Son,
lo he dicho muchas veces, los últimos
diplodocus de un Parque Jurásico que se extingue. El peor post­
concilio se va. Y ello se ve, entre líneas en esta Guía que evi­
dentemente tiene un propósito más modesto. Decimos quienes
son bastantes de los personajes más importantes de nuestra
Iglesia. Cosa que cumple de modo bastante aceptable.
FRANCISCO JOSÉ FERNÁNDEZ DE LA CIGOI'l'A
María Dommgo: LAS TÉCNICAS PROCREATIVAS
Y
EL DERECHO DE FAMILIA
INCIDENCIA DE LA REPRODUCCIÓN ASISTIDA EN EL
MATRIMONIO CANÓNICO¡•¡
Nos encontramos con una obra de gran actualidad vista
desde varios ángulos: el biológico, el ético y el juñdico, si bien
la atención se focaliza en el Derecho de Familia por la repercu-
(') Edsorral CIVITAS, Madrid 2002, 309. p:ígs.
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