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Número 413-414

Serie XLII

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XXXIII Incontro tradizionalista di Civitella del Tronto

CRÓNICAS
fundamente entrelazado con el fenómeno de la secularización
de la vida política, así como que la democracia cristiana, por
medio del llamado "personalismo", que no es la persona
humana
en sentido clásico, ha sido el gran agente que ha pro­
movido
la misma en los países católicos (Italia, España, etc.)
durante el siglo
xx. Tras su desarrollo, intervinieron los profe­
sores Almoguera, Martínez-Sicluna, Cayón, Palomar, Gaslini, De
Anna, y finalmente Ayuso y Grasso.
Todos los participantes destacaron el interés de los temas
y la riqueza de la discusión, deseando se prolongue en el futu­
ro en otras sesiones del mismo género y con idéntica meto­
dología. Además de los mencionados participaron, entre otros,
los profesores Diaz Nieva, Pérez de Francisco, Jerez Calderón,
el doctor Estanislao Cantero, los doctorandos Antonio Sánchez
y Eva María Sánchez, así como estudiantes de la licenciatura,
hasta completar una larga veintena de personas. La iniciativa,
además de por las instituciones mencionadas, la Facultad de
Derecho (ICADE) de la Universidad de Comillas y el Seminario
de Derecho Natural de la Real Academia de Jurisprudencia y
Legislación, ha contado
con el patrocinio del Instituto Rosrnini
y las unidades de investigación de las Universidades de Pavía
y Udine. No pudieron acudir, en cambio, por distintos motivos,
aunque se había anunciado su asistencia, los profesores
Gentile, Scholler
y Bigotte Choriio, respectivamente de Padua,
Munich
y Lisboa.
PEDRO MANCHA
XXXIII INCONTRO TRADIZIONALISTA
DI CIVITELLA DEL TRONTO
Los dlas 29 y 30 de marzo pasados se ha celebrado el
XXXIII Encuentro Tradicionalista de Civitella del Tronto. Su ori­
gen se remonta a 1970, cuando el profesor de la Universidad
de Perugia, Paolo Caucci von Saucken, que algunos años antes
habla conocido a Francisco Ellas de Tejada y tomado contacto
con la Comunión Tradicionalista española, tras acudir a
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CRÓNICAS
Montejurra a fines de los años sesenta, decidiera iniciar una
suerte de
"Montejurra napolitana", esto es, una romería tradi­
cionalista que sirviese de conmemoración del viejo Reino de
las Dos Sicilias, desaparecido a cuenta de la impuesta unidad
italiana tras el llamado
Risorgimento. Civitella del Tronto, ciu­
dad-fortaleza situada
en el confin entre el Reino y los Estados
Pontificios,
en los Abruzzos, el último bastión del primero, tras
haber caído antes Gaeta y Messina, fue el lugar elegido para
la reunión. Con el gran hispanista y su maestro, Giovanni
Allegra,
y un pequeño grupo de amigos, así empezó esta aven­
tura, ligada desde el inicio al carlismo, con un vínculo que el
paso del tiempo
no ha disminuido un ápice. Muy pronto, en
la tercera edición, acudió el profesor Elías de Tejada, así como
también lo harían a
lo largo del tiempo José Arturo Márquez
de Prado, Alexandra Wilhelmsen y Miguel Ayuso. Pronto el
número
de participantes fue creciendo, a la subida a la forta­
leza y posterior misa se fueron añadiendo discursos en los
almuerzos
y cenas e incluso, hace pocos años, se comenzó a
celebrar
la víspera un convegno, con diversas conferencias.
Este año, a los veinticinco años de la muerte de Elías de
Tejada, y cercanos los treinta de su participación en Civitella,
de nuevo ha acudido el profesor Miguel Ayuso, invitado a
renovar la cordial relación de cerca de veinte años con algu­
nos de los organizadores
y a reforzar los vínculos con los ami­
gos
y correligionarios napolitanos.
El terna central del congreso celebrado el sábado 29 fue
este año el de ''Bien común y memoria hiStórica". Abrió el acto
el hlstoriador Mauricio di Giovine,
con un saludo a los pre­
sentes, dando la palabra inmediatamente al abogado Silvio
Vitale, verdadero maestro
de lo que lato sensu y un tanto
metafóricamente podríamos llamar "revisionismo" histórico
napolitano, pues a él se debe, con su revista L 'A!fiere, la recu­
peración historiográfica del periodo del Reino
de las Dos
Sicilias, durante mucho tiempo denigrado
en las explicaciones
oficiales. Amigo del alma
de Elías de Tejada, se hace difícil
hablar
de cualquier iniciativa tradicionalista napolitana en que
no haya estado implicado. Su intervención, espléndida, con un
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CRÓNICAS
estilo oral espontáneo y hasta intimista, recordó la vida y la
obra del Principe de Canosa, como ejemplo de la contrarrevo­
lución
en Nápoles. Después, el profesor Miguel Ayuso trató del
tema "Tradicionalismo e Hispanidad". Comenzó su intervención
llevando el saludo
de S. A. R. Don Sixto Enrique de Barbón,
Regente
de la Comunión Tradicionalista, que fue recibido con
una ovación cerrada. Recordó luego al profesor Ellas de
Tejada, en el vigésimo quinto aniversario de su fallecimiento,
y el] el trigésimo de su participación en el Incontro de
Civitella. Finalmente desarrolló la tesis de la originalidad del
tradicionalismo español, que no es una ideología, sino una
doctrina, y que
no es puro conservatismo, ni mera reacción, ni
simple contrarrevolución, ya que no es sino la expresión del
orden, de la naturaleza de las cosas, que la filosofia busca cap­
tar, y
que la ideologia pretende desconocer y recrear. Dijo lue­
go que en la tradición, y no en la nación, reside la verdadera
causa
de diferenciación entre los pueblos. Y concluyó afir­
mando que la hispanidad fue un conjunto de pueblos unidos
por la tradición de la monarquía federativa y misionera. En ter­
cer lugar, el profesor Giovanni Turco,
de Nápoles, trató del
tema central de la reunión "bien común y memoria histórica",
con una interpretación axiológica de la historia en la que la
memoria histórica se enlaza con la tradición.
La tradición se
divisa precisamente a través de esa memoria histórica, que nos
permite acceder a aquélla, que es el alma de la comunidad.
Por eso, sin tradición
no puede haber bien común. El padre
Ignacio Barreiro, finalmente, habló
de los cristeros mejicanos,
pues el motivo de la postal que todos los años se imprime
especialmente para la reunión, y
al que se refiere alguna de
las conferencias, era este año de la guerra cristera. El padre
Barreiro, uruguayo, y por ello español, según dijo, recordó
muy precisamente los distintos momentos del conflicto, subra­
yando las complicidades
de las jerarquías eclesiásticas y la
generosidad y heroísmo del
pueblo católico.
Terminadas las ponencias, Maurizio di Giovine presentó
algunas publicaciones aparecidas desde
la reunión anterior. De
entre las muchas de que se dio noticia, conviene destacar los
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CRÓNICAS
cuadernos, pulcramente impresos, que recogen las conferencias
del año anterior. Uno del propio Di Giovine, sobre el pensa­
miento tradicionalista
de Elías de Tejada, con prólogo de
Miguel Ayuso y el manifiesto de S. A. R. Don Sixto Enrique
de Barbón de 17 de julio de 2001, que en la edición anterior de
Civitella se leyó y comentó, como apéndice. Otro, de la pro­
fesora Dianella Gambini, sobre Valle-Inclán.
El profesor Caucci,
presidente del comité organizador, cerró el acto dando las gra­
cias a todos y animando a acudir el próximo
año con más ami­
gos a
una celebración que se ha convertido en una de las
grandes del calendario tradicionalista italiano. Una cena
de her­
mandad, amenizada a los postres por un recital de canzone
napolitana, cerró la jornada, llena de emociones.
La mañana del domingo comenzó con la reunión en la pla­
za de Civitella a los sones de diversos himnos, que una sim­
pática banda tocaba. A continuación se depositó una corona
de flores en honor "al soldado napolitano", en recuerdo de la
heroica resistencia
de Civitella del Tronto, para iniciarse la
ascensión hasta la fortaleza.
De cuando en cuando una para­
da, con alocuciones
de distintos amigos: de Maurizio di
Giovine,
de Silvia Vitale, de una colaboradora del fallecido
Pino Tosca
... Hasta llegar a la plaza de armas e izar la ban­
dera
de las Dos Sicilias. La Santa Misa, celebrada según el rito
romano tradicional, por el padre Barreiro, que pronunció una
espléndida homilía, tuvo lugar en la Iglesia de Santiago, en la
propia fortaleza, construida
en el período hispánico. Tras visi­
tar la fortaleza y los cañones que en la misma se conservan,
una comida cerró las jornadas. Paolo Caucci pidió a Silvia
Vitale
que hiciera el brindis que, en napolitano, según una fór­
mula tradicional, se refirió a los reyes, la patria
y la buena
compañía. Magnífica, en verdad, la reunión, con la presencia
de numerosas asociaciones y muchos amigos. Ya se ha men­
cionado a Silvia Vitale, director de L 'A!ftere, el profesor Paolo
Caucci, el historiador Maurizio di Giovine, con Arma, su encan­
tadora mujer, la profesora Dianella Gambini. También debe
añadirse la del nutrido grupo de la Cooperativa Il Giglio, de
Nápoles, con el también citado profesor Giovanni Turco, y la
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CRÓNICAS
siempre eficaz e inteligente Marina Carrese, y la profesora cala­
bresa Mariolina Spadaro, otro
de los pilares del grupo, y el
mítico Enzo Esposito, verdadero arquetipo
de la napolitanidad.
También el almirante Montalto, la cantante Niela, los directivos
de la Asociación de Antiguos Alumnos de La Nunziatella, el
Colegio Militar partenopeo,
y tantos otros amigos, entre los que
debe señalarse a los del Movimiento Neoborbónico, con
Gennaro
De Crescenzo a la cabeza. De Modugno, el Centro
Tradizione e
Comunitií, del inolvidable Pino Tosca, estuvo
representado
por un buen equipo, dirigido por Daniele Cursoli,
con el inefable Canio entre otros. Y muchos más, que no men­
cionamos, por el temor de olvidar a algún querido amigo.
]VAN CAYÓN
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