Claudio Sánchez Albornoz: Orígenes del Reino de Pamplona. Su vinculación con el Valle del Ebro

INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
Claudio Sánchez Albornoz: ORÍGENES DEL REINO
DE PAMPLONA.
SU VINCULACIÓN
CON EL
VALLE DEL EBRO (*)
En 1981, Francisco Javier de Llzarza, siempre en primera
línea
de la defensa de Navarra, de su españolidad, de la con­
tinua refutación
de las falsificaciones "euzcadianas" y con su
generosa aportación de todo tipo, desde la intelectual a la del
mecenazgo, preparó, bajo la dirección y consejo
de Sáncbez
Albornoz, ésta su obra póstuma. Claudia Sánchez Albornoz es
uno de nuestros grandes historiadores, autor de centenares de
libros, estudios y artículos, que nunca, sin embargo, dedicó
uno especialmente a Navarra, a su nacimiento, a su formación.
Pero el denodado tesón de Llzarza y su entendimiento con
Sánchez Albornoz y la pasión del historiador
por Navarra hicie­
ron
que fuese posible el que con la supervisión personal de
D. Claudia se recopilase todo lo que el historiador había escri­
to sobre el origen de Navarra y su más lejana historia, disper­
so en su inmensa obra.
Obra de enorme profusión de datos y de investigación,
desde el itinerario
de la conquista de España por los musul­
manes a comienzos del siglo
VIII como base para la compren­
sión de los hechos históricos posteriores; comenzando por el
estudio del primer siglo del reino de Pamplona, el desfile de
personajes como los Aristas y los Muzas, los Jimenos, las dos
dinastías navarras. A sucesos cual la desctipción
de la auténti­
ca batalla
de Clavija, se añade el estudio de monarcas musul­
manes enraizados en la primitiva historia de Navarra como los
Banu Qasi, de los que fue figura destacada Musá ibn Musá ibn
Qasi, al
que califica de "Tercer Rey de España".
En el estudio
de la trayectoria histórica de Vasconia y el
destino de Navarra incide Sánchez Albornoz en temas que hoy
en día revisten una desgraciada actualidad, fruto de la ense-
(•) Fundación Diario de Navarra, Pamplona, 2003, 284 págs.
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ñanza falaz y de la torticera visión histórica de matiz separa­
tista. Sánchez Albornoz
afll'llla con su autoridad el nacimiento
del pueblo castellano de la matriz vasco-cantábrica, tesis sus­
tentada ya
en el idioma de Menéndez Pida!. Sánchez Albornoz
amplía su tesis
de lo lingüístico a lo social y a lo vital. Aunque
la romanización alcanzó
en Vasconia una profundidad y una
extensión mucho mayor de lo que suele suponerse, rotunda­
mente afirma que quienes hoy se llaman vascos, no son -mal
que les pese a algunos ignorantes-sino españoles no romani­
zados de manera integral. ¿Qué podrán decir los seguidores de
esa demencial falsificación histórica pergeñada por Sabino
Arana, si conociesen que los vascones de Navarra y Aragón
fueron invasores y colonizadores de las actuales Provincias
Vascongadas, pobladas entonces no por la mítica raza vasca,
realidad sólo
en la delirante fantasía de la historia inventada
en las "ikastolas", sino por várdulos, caristios y autrigones de
origen celta? Los vascos de hoy, como otros súbditos de
Alfonso II, gallegos, astures y cántabros, resistieron las acome­
tidas sarracenas; los vizcaínos y alaveses resistieron
unidos a
los castellanos los
ataques de los últimos cachorros de los
Banu Musa, razona Sánchez Albornoz, fallecido en Ávila el 8
de julio de 1984. Al finalizar abril de aquel año, dos meses y
pocos días antes de su muerte, escribe lo que es el epílogo a
esta obra, titulado
con un emocionante y sentido "Adiós a los
navarros", instándoles, animándoles a seguir luchando, "a resis­
tirse a la incorporación a 'Euzkadi', a
hacer honor a la Historia
dentro de la adorada Madre España". Enhorabuena a la
Fundación editora
de Navarra y al autor, nuestro querido ami­
go Francisco Javier Lizarza.
ÁNGEL MAESTRO
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