Patricio Jobbé-Duval

INMEMORIAM
PATRICIO JOBBÉ-DUVAL
El 21 de junio de este año 2003, en la localidad de Monguerre,
no lejos de Bayona, entregó su alma a Dios nuestro amigo PATRICK
JOBBE-DlNAL.
Recuerdo muy bien cuándo conocí a Patricio, que formaba
parte de una célula de
la Cité Catholique que dirigía en Madrid
el Padre GRASsET. Con éste y con sus compañeros acudió a nues­
ta tercera Reunión de amigos
de la Ciudad Católica, celebrada en
el Monasterio de Santa Maria de El Paular.
En
uno de los foros subió al estrado con un maletín que abrió
y esparció
por la mesa los primeros libros editados por la edito­
rial Montalza
en Paris: Pour qu 'll regne de JEAN OussET, Jntroduc­
tion a la polltlque,
La famille, Corps intermedieres, L 'actlon, y
explicó el modo de divulgarlos y venderlos.
Su natural simpatía se adueñó de todos nosotros. El grupo
francés de Madrid fue disolviéndose al marchar muchos
de ellos
a Francia y
no perseverar otros. Pero PATRICIO JoBB8-DlNAL se
mantuvo e incorporó a nuestras células semanales
y asistió a
todas nuestras Reuniones celebráranse
donde fuera, no sólo
mientras siguió a España, sino inclus'o cuando retomó a Francia.
Era ingeniero de Cristalera Española, filial de la Saint Gobeng,
que después de ocupar los mas altos cargos en Madrid, volvió a
destinarle a Francia.
En
Verbo se han publicado varias colaboraciones suyas, algu­
nas de las cuales corresponden a foros
en los que él participó, y
que, en homenaje suyo, conviene recordemos.
N.º 52: Acción práctica: Fundonamiento de las células y
creadón de nuevas células, foro de la V Reunión de amigos de
Verbo, núm. 419-420 (2003), 743-746.
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la Ciudad Católica, del que con él fueron ponentes ARNAUD DE
LAssus y XAVIER p AZAT.
N. • 78-79: Una palabra mito ¿Qué tiene de recomendable o
qué de peligroso
la participación?, foro en la VII Reunión en el
cual colaboraron
con él LUIS REvnuEGO, J. L. GUERRERO y GONZALO
CUESTA.
N.º 97-98: La calidad: un hecho y un espíritu, en la que aboga
por crear un espíritu-calidad en el equipo de producción de la
empresa y en todos sus peldaños.
N. • 133-134: La empresa, célula del orden social; foro de la
XIII Reunión de amigos de la Ciudad Católica.
N. • 163-164: La ley del aborto en Fran.cia, foro de nuestra
XVI Reunión.
,-N. • 165-166: La acción en la empresa frente a la subversión,
foro de la misma XVI Reunión.
N. • 233-234: La empresa francesa en el momento actual,
cortmnicación a nuestra XXIII Reunión.
N. • 247-248: Liberación en las relaciones laborales, comu­
nicción a la
XXIV Reunión.
N.º
255-256: La solución, la participación, comunicación a la
XXV Reunión. Notemos que para él, como para el Centre d'Étu­
des
sur l'entreprise, del que formaba parte, el tipb de participa­
ción
por ellos propugnado nada tiene que ver con las formas de
participación aireadas en otros sectores; sino que se trata de una
participación solidaria en la que cada cual ocupa en la empresa
el lugar
que le corresponde.
N. • 255-256: La doctrina social de la Iglesia y la empresa,
comunicación a la XVI Reunión.
N. • 265-266: Las libertades en la empresa, comunicación a la
XXVI Reunión.
N.º 277-278:
El poder en la empresa, comunicación a la
XXVII Reunión. Esta comunicación también se publicó en el se-
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gundo folleto azul de la acción del CEE, que publicamos en cas­
tellano,
en el que colaboró con otros amigos franceses.
Los últimos años de su vida no podia asistir por razones de
salud,
pero no faltaba su donativo para la reunión y para Verbo
ni sus palabras de aliento.
Perdemos
con él, y muy especialmente yo, un gran amigo.
Reciba Madame
PATRICK JoBBE-DUVAL y sus hijos, nuestro más
sentido pésame y la expresión del recuerdo imperecedero que
guardamos de nuestro gran amigo PATRICIO .
. JUAN BMs. VAil.ET DE GoYTJSOLO
EUGENIO MAZÓN VERDEJO
Conocí a Eugenio Mazón en 1955, en una tertulia que un
grupo de tradicionalistas tenla los sábados en la cafetería "La
Tropical", en la calle de Alcalá, a la altura de Peligros. Nosotros
éramos de ·ios jóvenes, relativamente. E'staba presidida, informal­
mente pero con eficacia, por el padre de Eugenio, don José
Maña; conservaba la aureola de hombre valiente que le habia
dado su actuación en su La Rioja natal el 18 de julio de 1936, con­
solidando el incipiente Alzamiento.
A Eugenio y a
mí nos interesaban mucho las batallitas que
contaban los viejos; mantenían en nosotros un gran entusiasmo.
Pero estábamos un poco como cojos, porque nuestros conoci­
mientos del pensamiento político tradicional eran menores que
los de las aventuras conspiratorias y militares. Por otra parte, no
anhelábamos un protagonismo político y nos preocupaba más
prosperar
en nuestras profesiones; él acababa de abrir un despa­
cho de abogado y buscaba relaciones públicas.
Así pasaron
varios años hasta
que un buen día me llamó para presentarme a
un notario famoso, amigo suyo, don Juan Vallet de Goytisolo.
Éste estaba aún
más alejado que nosotros de la política ofi7
cial, pero, con algunos amigos en postura análoga, era el alma de
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