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Número 435-436

Serie XLIII

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Pedro Miguel Lamet: Como lámpara encendida

1NFORMAC!ON BIBLIOGRÁFICA
sas tendencias políticas en cada uno de los dos bandos militares
en conflicto (págs. 147-159). Le sigue un análisis de las afirma­
ciones del profesor Ricardo Miralles sobre
Negrin{págs. 161-lSl),
pudiendo en ello Moa tener más en cuenta las aportaciones del
libro
fa gran estafa (1996) de Francisco Olaya. El capitulo 7 rea­
liza
un interesante análisis del libro Víctimas de la guerra ciyt/
· coordinado por Santos Juliá, al final· del cual se inserta un re­
sumen
de cinco artículos de Libertaddigital. com y La Razón
(págs. 183-232). Al análisis de la oposición al Régimen de Franco,
efectuada básicamente
por comunistas (págs. 233,248), le sigue
-estamos ya en el capitulo 9--la narración de un caso particu­
lar sobre la oposición .terrorista
al régimen de Franco, especial­
mente doloroso para el autor
por ser parte directamente implica­
da (págs.
249-280).
En este libro de sintesis, los capitulos centrales son una criti­
ca a Moradiell9s y al libro
c9ordinado por Santos Juliá. Todo él
mantiene el gusto
por la lectura, capta la atención del. lector,
supone
una clarificación histOriográfica, e incluso .se atreve a
demostrar afirmaciones
mal vistas pOf algunos autores y diversos
historiadores.
Jost FERM!N GARRAIDA A)uzCUN
Pedro Miguel Lamet: COMO LÁMPARA
ENCENDIDA<'>
En su última visita apostólica a España, en mayo de 2003, Su
Santidad el Papa Juan P·ablo Il canonizó a cinco españoles en una
Misa celebrada en. la Plaza de Colón de Madrid. Uno de ellos era
el Padre José Maria Rubio, de la Compañia de Jesús. Con motivo
de esta canonización, el también jesuita Pedro Miguel Lamet publi­
có una nueva· edición
de · su biografía del santo, . "De Madrid al
Cielo", ampliada y con nuevo título: "Como lámpara encendida".
(") Belacqua, Barcelona, 20031 251 págs.
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Siempre he sido devota del Padre Rubio, devoción heredada
del Padre Rafael Ceñ.tl, ru que debo mucho de mi formación cris­
tiana. Fueron tmichos sábados a lo largo de mi infancia y mi
juventud los que pasamos en la Congregación del Carmen,
muchos Padrenuestros rezados ante
la tumba del santo jesuita en
Maldonado 1; el padre Ceñal siempre tuvo muy a gala haberse
confesado una vez Con el Padre Rubio. Eh fin, hace dos años leí
el
nuevo libro .de Lamet, _y lo cotejé con el antiguo, para com­
probar los cambios, los añadidos, las mejoras. Ahora; que se
cumplen dos años
de la canonización, que la muerte de Juan
Pablo II nos ha hecho recordar su última visita, y que reaparece
en las librerías la biografía de Lamet sobre el Papa difunto, pien­
so en aquél "Como lámpara encendida" y me decido a escribir
esta nota, consciente de que viene uh poco a deshora, porque no
es, desde luego, una novedad editorial.
· Co1no todas las vidas de sa11tos, es un libro de recon1endable
lectura. Sie1npre
es un buen ejercicio dé piedad informarse de la
vida ele aquellas personas que la Iglesia nos propone como ejem­
plo a ·seguir
.. Y los cinco santos proclamados aquel cuatro de
mayo de 2003 (por cierto, festividad de San José M.' Rubio) son
personas del siglo xx (¡qué extraño se hace decir el siglo pasa­
do!), 1nás ·cercanas ·a nosotros y, en cierto sentido, 1nás fáciles de
comprender y de identificar con nuestra propia vid_a. Además el
Padre Rubio, aunque murió
en el año 29 y no llegó a ver el adve­
nimiento de la Segunda República, sí vivió una época dificil, y
tuvo que suft.ir en carne propia el co1niénzo·del sentimiento anti­
clerical y anticristiano que ac.abaría en la quema de conventos y
la guerra del
36. A este respecto, hay un capítulo particularmen­
te significativo, el que se titula "¡MU:eran los Jesuitas!", y que narra
unos hechos sucedidos en 190 l. Una ho puede evitar encontrar
los parecidos entre los dos principios
de siglo.
Ahora bien, aunque la vida del santo configura absolutamen­
te la obra, y
es esto Jo que la hace recomendable, también, cómo
no, el autor tiene mucho
que decir en el tono, el enfoque, la opi­
nión. Y aquí no podemos dejar de plantear rugunas reservas.
Ya nos sorprende que en ninguna parte de la obra publicada
por Belacqua (ni en la nota biográfica de. la solapa de la sobre-
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cubierta, ni en la presentación, ni, desde. luego1 en la firma)
encontremos una referencia a la condición de jesuita de Lamet.
Por lo visto
no se considera que este detalle sea tan significativo
como el de haber sido director de Vida Nueva o colutnnista de
Diario 16. Lo 1nás cercano que hemos encontrado al reconoci­
miento de . pertenencia a la Compañía por parte del autor es el
copyright, que es, además del autor y de la editorial, de la
Compañía de Jesús, Provincia de Toledo. Ésta es, después del
título, la primera diferencia que se observa entre las dos biogra­
fías, la del beato
de 1985 y ésta del santo de 2003. Porque la
"Biografia del Beato José M.' Rubio, S. J. De Madrid al Cielo" la
firmaba Pedro Miguel Lamet,
S. J.
Alguna de las perlas del autor la encontramos en la presen­
tación; nos sorprende, ya
en la página 14, con la siguiente afir­
mación: "Ignacio
de Loyola centra su búsqueda espiritual en bus­
car la voluntad
de Dios en la propia vida, y el jesuita Teilhard de
Chardin, desde
una perspectiva misticocientífica, cuatro siglos
después, afirma:
«Todo cuanto ocurre es adorable,: El Padre
Rubio, muy en zapatillas, sin~tiza. ambos aspectos en su famosa
frase: «Hacer lo que Dios quiere, querer lo que Dios· hace»." En
fin, sobra casi cualquier comentario, pero no nos resistünos. En
prin1ef lugíl.r, la trasnochada referencia a Teilhard, a estas alturas,
resulta chocante. Pero además, en este contexto, pretendiendo
hacer del Padre Rubio
un discípulo, voluntario o no, del jesuita
francés. No cree1nos aventurado conjeturar que al santo le gusta­
ría poco el paralelismo establecido. entre su padre y su hermano
misticocientíflco.
El autor, a lo largo de toda la _obra, nos 1nuestra al Padre
Rubio
como un ho1nbre extraordinariamente sencillo. En la cita
que acabamos de referir ya lo refleja con ese "muy en zapatillas".
Ta1nbién en la presentación se refiere a.su biografiado co1no "un
canal vacío por donde pasaba como una tromba la gracia de
Dios", y en nutnerosas ocasiones lo vuelve a _expresar de nlil_
maneras. Especialmente gráfica es la frase que toma prest;,d;, del
padre Alfonso Torres, jesuita compañero del -santo en la calle de
la Flor, y que al parecer decía de él que era "más bien poca cosa"
(pág. 189). Este juicio era, al parecer, compartido
por otros jesui-
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tas. En la página 126 está el testimonio de Felipe Díaz Hidalgo
que oyó decir al Padre Varela, hablando del Padre Rubio: "¡Dios
riúo, Dios núo! Si yo·predicara así me moriría de vergüenza".Y,
sin embargo, a pesar de su sencillez, o, como sugiere Lam~t, gra­
das pfedsamente a ella, gracias á-esa vaciedad que le permitía
llenarse sólo
de Dios, era· un predicador- excepcion_al, qrie _acu­
dían a escuchar de todo Madrid, y del.que muy pronto comenzó
a extenderse la
fama de santidad. En la página 64 se cuenta una
anécdota referida
por Julián Jiménez, que fue asistente del Padre
Rubio y de su protector
don Joaquín Torres Asensio, su protec­
tor:
''Y recuerdo. que en una ocasión, al regresar de la vicaria,
pasaba un grupo de obreros a nuestro lado y uno dijo: •Aquél
sacerdote es santo•. Estas palabras las oí
yo y las oyó don José
María, y se volvió diciéndoles a los obreros: •No tanto, no tanto,".
De hecho, no sólo adquirió, ya desde los tiempos de Chinchón,
esa fama de hombre santo, sino que
también corría de boca en
boca una serie de hechos prodigiosos protagonizados. por el
jesuita. Lamet dedi.ca
un capítulo, precisamente el que titula "Más
bien poca cosa', a narrar estós milagros, profecías y signos del
poder de Dios
que se realizaron por medio del Padre Rubio. Pero
parece
un poco avergonzado de ellos, y como necesitado de bus­
car otra explicación,. sin advertir que la
que encuentra es igual­
mente inaceptable para creyentes y agnósticos, con
tal de que
posean un poco de sentido crítico: "¿Dónde comenzaba la verdad
y dónde
temlinaba la mentira, el milagro y el hambre popular de
maravillosismo? Hoy, algunos de estos prodigios
pueden tener
una explicación parapsicÜlógica, como fenómenos de proyección
del pensamiento, viajes astrales, concentración., curación
a· dis­
tancia, etc.
Sin embargo, los tratados que. analizan· seriamente
estos hechos coinciden en que sólo a través de Ja·meditación, de
un profundo desarrollo psiquico que conduce a la ilunlinación o
«conciencia
cósnrica,,, es posible llevar a cabo estos aparentes
prodigios,
que pueden estar latentes en las facultades humanas
sin desarrollar" (pág. 181). De hecho, una de las escasísimas
onli­
siones que hemos encontrado en esta versión respecto a la anti­
gua es
la narración de un "hecho sorprendente", en palabras del
autor, referido a la curación de la
!lija de Rofer, el autor de la
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cubierta del libro. Posiblemente no se haya establecido la condi­
ción
de milagro de tal curación, pero es fácil ver en ella la inter­
vención
de la Gracia. Lamentamos que haya desaparecido del
libro
de Belacqua, y lamentamos que el autor se vea necesitado
de explicar lo que por definición no tiene más explicación posi­
ble que el
poder providente y misericordioso de Dios.
No quiero en cualquier caso dejar de reconocer que se ad­
vierte en el biógrafo abierto catiño por el biografiado, y, con todas
las reservas 1nencionadas, resulta un libro digno, respetuoso, an1e­
no, y una buena aproximación a la figura de San José M.' Rubio ..
En cuanto al resto de diferencias entre las dos ediciones,
aparte de
un apéndice final que .incluye una carta autógrafa del
Padre Rubio y
un cuadro cronológico que pone en paralelo efe­
mérides
de la vida del santo con los principales acontecimientos
históricos que le tocó vivir, consisten, sobre todo, en la inclusión
en la nueva versión de gran número de notas a pie de página que
nos rentiten a testin1onios de la época, escritos del santo y diver­
sas citas, sobre todo, del Sumario del proceso de beatificación y
canonización. Indudablen1ente todas esas citas resultan muy enri­
quecedoras a la obra. Hay alg,.ma que considero digna de ser
señalada aquí, como. la nota 74 (pág.
96) que cita una carta del
Padre Rubio a
su hermano Serafín fechada en Bauzas (Ponte­
vedra) el 6
de septiembre de 1905, y en la que le dice: "Cuando
llegue esta carta estarán
en apogeo las elecciones. Me alegraré de
que tít no hayas ton1ado parte en ninguna obra tan 1nala co1no
es hacer diputados liberales; sobre todo votando diputados de
este M.in.isterio, que tan lejos están de Dios y su santa Iglesia .. ,".
Es reconfortante ver a un santo sacerdote, sin n1ás preocupación
que las ahnas que Je han sido encomendadas, sin ninguna voca­
ción política, pero
que no Je duelen prendas por aconsejar en
contra de los políticos liberales. No parece que la "opción pre­
ferenci;tl por lbs ¡jabres", que en él es indisetttible, ciegue su
razón como ha cegado lamentablemente la de tantos que han
venido detrás de él, no pocos de ellos hijos como él de San
Ignacio.
Para los que vivimos en Madrid es un p1ivilegio contar con el
sepulcro del Padre Rubio
en un lugar tan céntrico como es la
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Casa Profesa de la Compañía, para acercarnos a rezar en cual­
quier momento.
Vale la pena conocer a este santo, tan de andar
por casa, como dice Lamet,
pero tan gran predicador, · tan em­
prendedor,
tan preocupado por lo social en su más verdadero
· sentido y, sobre todo, de t.m profunda ,vida de fe. ·Este libro es
una forma fácil y amable de . acercarse a él,. y en este sentido lo
valoramos
·y lo agradecemos.
MARlA JOSÉ FERNÁNDEZ DE LA CIG01'iA
' . GuiHfll'IIJo Herrero Maté: LIBERALISMO Y MILICIA
NACIONAL EN PAMPLONA DURANTE
EL SIGLO XIX<•i
Era neéesario el estudio sistemático de una de las principa­
les instituciones liberales como la Milicia Nacional
en el siglo
XIX. En él, el profesor Guillermo Herrero. ofrece un detallado
análisis
de la Milicia Nacional de Pamplona, en una investiga­
ción meticulosa y sistemática,
que abarca fas etapas siguientes:
el ensayo
constitucionalde!Trienio Liberal (120 págs.), el pe­
riodo de 1834 a 1843 (!)7 págs.), el paréntesis del füenio Pro­
gresista (37 págs.), y el Sexenio Democrático o revolucionario
(73 págs.).
Las interesantes conclusiones generales (págs: 363-371)
que
sintetizan las de cada etapa estudiada, van acompañadas de
una relación de las fuentes documentales e impresas, y una
completa bibliografia .. Los. apéndices tienen un induda.ble va­
lor, porque recoge~ interesantes documentos., y ofreceri -a
partir de una elaboración propia-los listados nominales y
alfabéticos de los Milicianos Nacionales de cada
etapa estu­
diada,
con su empleo miliciano, edad, año de alistamiento, y
profesión.
· ·
(') Pamplona, UPNA, 2003, 502 págs., 1~9 x 240 mm.
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