Índice de contenidos

Número 445-446

Serie XLIV

Volver
  • Índice

Literatura, religión y política en la Francia del siglo XIX: Emile Littré y Pierre Larousse

LITERATURA, RELIGIÓN Y POLÍTICA
EN LA FRANCIA DEL SIGLO XIX:
EMILE LITTRÉ Y PIERRE LAROUSSE
POR
ESTANISLAOCANTERO
Emile Littré (1801-1881), de origen humilde y de escasos
recursos económicos, alcanzó la fama, sobre todo, por su celebé-
rrimo D i c c i o n a r i o. Educado por sus padres –él, “ n o m i n a l m e n t e
c a t ó l i c o ”, ella “p rotestante de escaso celo”(1)— en los principios
de la R e volución francesa y en las ideas republicanas (2), hasta el
punto que dijo de si mismo: “Mi infancia pasó sin ninguna edu-
cación re l i g i o s a ” (3). Fue durante los años del liceo donde pe rd i ó
la fe católica que, a pesar del mal ambiente del propio liceo, había
recibido en dicho centro, al cuestionarse los fundamentos racio-
nales de su fe (4), si bien Six entiende que sus creencias ju ve n i l e s
eran las propias del deísmo: Dios, el alma, la inmortalidad (5).
Seducido en su madurez por el positivismo de Comte (6) y su ley
de los tres estados, supuestamente explicativa del cambio social (7),
____________
(1) E mile L
ITTRÉ, “Pour la dernière fois ”, citado por Jean HAMBURGER,Monsieur
Littré, F rance Loisirs, P arís, 1989, pág. 238.
(2) J. H
AMBURGER,M onsieur Littré, ed. cit., pág. 14.
(3) E. L
ITTRÉ, “Pou la dernière fois ”, citado por Gabriel Desiré LAVERDANT,Aux
positivistes. Seconde èpitr e. La mort de Monsieur Littré, T yp. De L’oeuvre de Saint P aul,
L. P hilipona et Cie., Bar Le Duc, 1881, pág. 58.
(4) E. L
ITTRÉ, “Pour la dernière fois”, citado por J. HAMBURGER,M onsieur L ittré,
ed. cit., pág. 238. (5) Jean-F rançois S
IX,Littré devant Dieu , Éditions du Seuil, P arís, 1962, pág. 19.
(6) Estanislao C
ANTERO, “Literatura, religión y política en la F rancia del siglo
XIX: A ugusto Comte”, Verbo, núm. 443-444, marzo-abril 2006, págs. 293-315.
(7) E. L
ITTRÉ,Conservation, Révolution et P ositivisme, Librairie Philosophique de
Ladrange, P arís, 1852, pág. 18; J. H
AMBURGER,Monsieur L ittré, ed. cit., págs. 71 y 88.
Verbo,núm. 445-446 (2006), 459-469. 459
Fundaci\363n Speiro

su entusiasmo por el maestro (8) desaparecería posteriormente en
1852, alegando los delirios de la religión de la humanidad que
aquél propugnaba en su Catecismo positivista, aunque nunca deja-
rá de ser positivista (9).
Según su testimonio, desde que en 1840 leyó a Comte se con-
virtió en discípulo de la “ filosofía positiva” que le “ transformó” (10)
y permaneció fiel a ella, aunque se separó de su maestro cuando
éste cambió de método, adoptando el subjetivo respecto a las con-
secuencias de esa filosofía —cambio negado por los positivistas
fieles a Comte (11)—, por lo que rechazó la “política positiva”
que Comte pretendió “ d e d u c i r” de la “filosofía positiva” (12),
aunque tal separación, como puso de re l i e ve Six, tuvo mucho que
ver con la adhesión de Comte al golpe de estado de diciembre de
1851, inaceptable para el republicanismo de Littré (13); de
hecho, la “política positiva” se expone, ya, en el Discours sur l’ e n-
semble du positivisme , publicado en 1848.
Divulgador del positivismo, más inteligible que Comte, Littré
se cerró, con tal pensamiento, a toda posibilidad de conocimien-
to auténticamente filosófico al reducir la filosofía (positiva) a con-
junto sistemático y ordenado de conocimientos pr o p o rc i o n a d o s
por las ciencias (14). Para este erudito, el conocimiento sólo
puede abarcar lo fenomenológico y experimentable, que es lo
único susceptible de demostración (15): “Todo lo que podemos
saber queda evidentemente encerrado en las nociones geométricas
____________
(8) J. H
AMBURGER,M onsieur Littré, ed. cit., pág. 84.
(9) J. H
AMBURGER,M onsieur Littré, ed. cit., págs. 131-133, 158 y 219.
(10) E. L
ITTRÉ,Auguste Comte et la philosophie positiv e, Librairie de L. Hachette
et Cie., P arís, 1863, pág. 663.
(11) Así, P oëy, que acusa a Littré, en combinación con la viuda de Comte, de
malquerencia hacia éste, y de no haber compr endido el método positivo, que mal inter-
pr eta (André P
OEY,M. L ittré et Auguste Comte , Librairie Germer Baillièr e et Cie., París,
1879, págs. 97 y passim; 137-182).
(12) E. L
ITTRÉ,Auguste Comte et la philosophie positiv e, Librairie de L. Hachette
et Cie., P arís, 1863, págs. I, III, IV ,VI, 527-537.
(13) J. F. S
IX,Littré dev ant Dieu, ed. cit., pág. 30; Henri GOHUIER,La vie
d ’Auguste Comte, Librairie Gallimar d, París, 3.ª ed., 1931, pág. 270.
(14) E. L
ITTRÉ,Conservation…, ed. cit., pág. 50.
(15) E. L
ITTRÉ,Conservation…, ed. cit., págs. 5 y sigs.
E S TA N I S L A O CA N T E R O
460
Fundaci\363n Speiro

de la extensión y del mov i m i e n t o” (16); “las nociones re l a t i va s
c o n s t i t u y en el único objeto real de nuestras especulaciones” (17).
Excluida toda metafísica por inverificable (18) —la cual corr e s-
ponde al segundo estado de la humanidad—, porque “los objetos
de los que se ocupa la metafísica están fuera de la experiencia” y
“las nociones absolutas son indemostrables, al contrario que las
re l a t i va s ”, “la búsqueda de las causas primeras y de las causas fina-
les es inaccesible” (19). Por ello, “hay que limitarse a lo contin-
gente y re l a t i vo (...) y abandonar toda indagación sobre la esencia
de las cosas” (20). Littré se enorgullecía de que, a su juicio, el
positivismo había introducido la noción de inconoscible (i n c o n-
n a i s s a b l e ) (21), que aplicaba a las causas primeras, a las finales y a
los orígenes de las cosas, ya que “las ideas de causas primeras y de
u n i v erso nos son absolutamente inaccesibles; no conocemos más
que causas segundas” (22). Al igual que Comte, defendía la existencia de un orden natu-
ral que nada tenía que ver con su homónimo iusnaturalista y cató-
lico: la filosofía positiva “ d e v u e l ve a la idea de orden una consa-
gración solemne al fundarla en el conjunto de leyes naturales que
gobiernan el mundo, la vida y la sociedad” (23). De un lado se
trata de leyes mecánicas, como la de la gravitación universal, y, de
o t r o, de leyes un tanto re l a t i vas que, si son conocidas, permiten
c i e r ta modificación mediante la acción humana: “los aconteci-
mientos históricos, al igual que el resto de las cosas, no pueden
liberarse de leyes determinadas” (24). “El orden natural no es
absoluto y dependiente de una voluntad sobrenatural, sino re l a t i-
vo y dependiente de los esfuerzos de la sociedad humana” (25);
____________
(16) E. L
ITTRÉ,Conservation…, ed. cit., pág. 53.
(17) E. L
ITTRÉ,Conservation…, ed. cit., pág. 48.
(18) E. L
ITTRÉ,Fr agments de P hilosophie Positive et de Sociologie contempor aine.
A ux Bur eaux de la P hilosophie P ositive, París, 1876, pág. VIII.
(19) E. L
ITTRÉ,Conservation…, ed. cit., págs. 42, 40 y 52.
(20) E. L
ITTRÉ,Conservation…, ed. cit., pág. 39.
(21) E. L
ITTRÉ,Fragments …, ed. cit., pág. XV .
(22) E. L
ITTRÉ,Fragments …, ed. cit., pág. 327.
(23) E. L
ITTRÉ,Conservation…, ed. cit., pág. IX.
(24) E. L
ITTRÉ,Conservation…, ed. cit., pág. 15.
(25) E. L
ITTRÉ,Fragments …, ed. cit., pág. 297.
L I T E R ATU R A , RE L I G I Ó N Y P O L Í T IC A … : E M I L E LI T T RÉ Y P IE RR E L A R O U S S E
461
Fundaci\363n Speiro

“las leyes naturales son modificables en algo por la acción huma-
na y en otra parte son inmutables” (26); se trata de dominar las
l e yes de la naturaleza (27) a fin de que “el nuevo dogma” enseñe
“lo que se puede hacer y no se puede hacer en la rectificación del
o rden natural y para la perfección de nuestra situación” (28).
Todo está, pues, en “conocer las leyes naturales que presiden los
fenómenos sociales” (29). Su traducción, en 1839, de la Vida de Je s ú sde Strauss, p re c e-
dente de la de Renan, que alcanzaría mayor fama, no puede ser
considerada como un acto de neutralidad, a pesar de lo que diga
Hamburger (30), puesto que tal obra era, ciertamente, “de demo-
lición de la fe cristiana”, como, justamente, fue calificada por los
católicos de entonces. Littré decía no creer porque, argumentaba,
que racionalmente no se puede demostrar la existencia de Dios ni
tampoco probar los dogmas de la Iglesia (31). P e ro no se quedó
en un mero agnosticismo: nadie ha encontrado “nada que sea
s o b r enatural, ningún ser supremo, o cualquier otro, fuera del
mundo y que tenga existencia separada”; la “filosofía positiva ” ,
“ e x c l u y e rigurosamente de la trama de las cosas una causa prime-
ra que ya no se muestra, si es que se mostró alguna vez, y un ser
s o b r enatural que huye ante la observación seria y p re c i s a” (32).
Sin embargo, como buena parte de estos autores incrédulos,
con total falta de lógica, c re ye ro nen o t ros dioses que fabricaron a
su medida según supuestos, no sólo indemostrables, sino ac re d i-
tados como falsos, y, así, cayó en la exaltación de una nueva divi-
nidad constituída por la Humanidad. Littré no admitía la compa-
tibilidad entre la fe y la ciencia. El cristianismo se derrumba al ser
“contradicho por la ciencia moderna” (33), pero “la destrucción
____________
(26) E. L
ITTRÉ,Fr agments…, ed. cit., pág. 601.
(27) E. L
ITTRÉ,Conservation…, ed. cit., pág. 33.
(28) E. L
ITTRÉ,Conservation…, ed. cit., pág. XXVIII.
(29) E. L
ITTRÉ,Conservation…, ed. cit., pág. XXX.
(30) J. H
AMBURGER,Monsieur L ittré, ed. cit., pág. 60.
(31) E. L
ITTRÉ,Fr agments…, ed. cit., pág. 518; J. HAMBURGER,M onsieur Littré ,
ed. cit., pág. 238. (32) E. L
ITTRÉ,Fr agments..., ed. cit., págs. 327 y 598.
(33) E. L
ITTRÉ,Conservation…, ed. cit., pág. XXV .
E S TA N I S LA O CA N T E R O
462
Fundaci\363n Speiro

no ha sido sin re c o n s t rucción. Se ha levantado la gran concepción
de las leyes naturales que gobiernan todas las cosas” (34) y “ e l
dogma moderno” “muestra que todo obedece a leyes naturales, es
d e c i r , a la propiedad inmanente de las cosas” (35). ¿Cuál era esta
n u e va creencia? “El dogma de la filosofía positiva: la evolución de
las sociedades es un fenómeno natural sometido a leyes propias y
sustraído, en cuanto tal, a la voluntad humana, pero no a la inte-
ligencia humana, que puede comprenderlo, y al comp re n d e r l o ,
modificarlo notablemente, aunque sin cambiar la tendencia y el
re s u l t a d o ” (36).
En cuanto a la “H u m a n i d a d”, es el “ideal nuevo que supera al
a n t i g u o ”, y que muestra la distancia que separa “el régimen teoló-
gico del régimen positivo”, gracias a “las nociones positivas que
s u g i e re la humanidad”. El sentimiento religioso, necesario al
h o m b r e, “necesita concretarse en algún ser que parezca o sea re a l
y del que nos sintamos seriamente dependientes. Antaño se con-
c retó en seres ficticios de los que la imaginación primitiva pobló
los cielos: en nuestros días, lo hace en la persona real de la huma-
n i d a d” (37). “El dogma nuevo nos re vela una gran y suprema exis-
tencia, que constituye nuestro ideal, nuestra poesía y nuestro
culto: la H u m a n i d a d” (38). Así, “la religión demostrada ocupa su
lugar (el del cristianismo). Las ciencias han derribado toda teolo-
gía; pero transformadas en una sola filosofía, establecen una
n u e va base religiosa para la sociedad futura. Esta base es la H u m a -
n i d a d” (39), en la que la moral está en la regla de las cosas (40) y
la conciencia “resulta de la suma de reglas morales que cada civi-
lización, cada época, hace pr e valecer en las sociedades” (41).
Este autor, filósofo mediocre pero sumamente influyente en
su época, “el primer evangelista del positivismo” (42), re p u b l i c a -
____________
(34) E. L
ITTRÉ,Fragments …, ed. cit., pág. 328.
(35) E. L
ITTRÉ,Conservation…, ed. cit., pág. XXVI.
(36) E. L
ITTRÉ,Conser vation…, ed. cit., pág. 325.
(37) E. L
ITTRÉ, cit. por J. HAMBURGER,M onsieur Littré , ed. cit., págs. 231 y 232.
(38) E. L
ITTRÉ,Conservation…, ed. cit., pág. XXXI.
(39) E. L
ITTRÉ,Conser vation…, ed. cit., pág. 327.
(40) E. L
ITTRÉ,Fragments …, ed. cit., pág. 594.
(41) E. L
ITTRÉ,Fragments …, ed. cit., pág. 602.
(42) J. F. S
IX,Littré devant Dieu, ed. cit., pág. 26.
L I T E R A TU R A , RE L I G I Ó N Y P O L Í T IC A … : E M I L E LI T T RÉ Y P IE RR E L A R O U S S E
463
Fundaci\363n Speiro

no toda su vida, diputado en 1871 y senador vitalicio en 1875 en
las filas del republicanismo conserva d o r, fue uno de los padres del
espíritu de la 3.ª República (43), laicista, anticlerical y anticatóli-
ca. Considerado materialista y ateo y por ello combatido por los
católicos —su candidatura a la Academia en 1863, fue re c h a z a d a ,
bajo el impulso del académico Obispo de Orleans (44), “ p o r
r a zon de ateísmo” y su elección en 1871 supuso que Du p a n l o u p,
que continuó oponiéndose a su ingreso, dejara de asistir a la
Academia (45)—, negó su ateísmo, argumentando que él no
tomaba partido, pues se limitaba a decir que no sabía si Dios exis-
tía o no (46). Sin embargo, los libr e p e n s a d o res pensaban como
los católicos, pues con motivo de su muerte, el periódico L’ An t i -
C l é r i c a l, le caracterizaba como “sabio materialista” y “ a t e o” (47).
Negó el libre arbitrio en su Du libre arbitre, se afilió a la masone-
ría en 1875 (48) y fue bautizado a las puertas de la muerte por su
esposa, Pauline Lacoste, “católica y piadosa” (49) con la que se
había casado en 1835. En los últimos años de su vida sufrió cierta evolución, desta-
cada por Six, en cuanto al aprecio por el cristianismo durante la
Edad Media, aunque fuera limitado a la perspectiva histórica, y en
su negativa en los últimos meses de su vida a recibir a sus antiguos
amigos positivistas (50). Su conversión de última hora, fue nega-
da y rechazada por sus correligionarios y defendida por quienes,
como L ave rdant, al margen de la alegría por tal suceso, conside-
raban que no había razón para dudar de los testimonios de la
____________
(43) Claude N
I C O L E T, L’idée républicaine en France (1789-1924 ), (1982),
Gallimar d, París, 2001, págs. 193-225 y passim.
(44) Emile F
AGUET, Mgr . Dupanloup. U n Grand E vêque, Librairie H achette et
Cie., P arís, 1914, págs. 79-80.
(45) J. F. S
IX,Littré devant Dieu , ed. cit., págs. 35 y 40; E. FAGUET,Mgr.
Dupanloup ..., ed. cit., págs. 111-112.
(46) J. H
AMBURGER,Monsieur L ittré, ed. cit., pág. 72.
(47) J acqueline L
ALOUETTE,La libr e pensée en F rance. 1848-1940, prólogo de
M aurice Agulhon, Albin Michel, (1997), París, 2001, 336.
(48) E. L
I T T R É. “Discours de Réception dans la F r a n ç - Ma ç o n n e r i e”, en
Fr agments..., ed. cit., págs. 596-603.
(49) J. H
AMBURGER,Monsieur L ittré, ed. cit., pág. 48.
(50) J. F. S
IX,Littré devant Dieu, ed. cit., págs. 130 y sigs.
E S TA N I S L A O CA N T E R O
464
Fundaci\363n Speiro

esposa y de la hija, ni del sacerdote Hu velin (51). Fuera como
fuese, es imposible saber, más allá del hecho de su “ a r re p e n t i m i e n -
to por sus pecados” y de su bautismo, lo que no es poco, si hubo
en su fuero interno auténtica conversión. Los positivistas deberí-
an haberse atenido al puro hecho y, en consecuencia, admitir que
hubo conversión ve rdadera, en cuanto debería presuponerse en
quien solicita el bautismo.
* * *
Pi e r re Larousse (1817-1875), no fue, desde luego, un literato,
ni, tampoco, un filósofo, ni un político, pero nadie podrá negar
que fue un escritor bien prolijo e influyente a través, sobre todo,
de su D i c c i o n a r i o. En tal concepto me parece, no sólo que no
podía faltar en estas páginas, sino que merece un lugar destacado
como el de otros autores de esta serie.
De familia provinciana de pequeños propietarios, su padre era
c o n s t r uctor de carros y he rre ro; su madre, hija de una antigua
familia de tejedores y fabricantes de paños, regentaba una posada
de su propiedad. Bautizado al mes de su nacimiento —lo que
podría indicar que sus padres no tenían una fe muy acusada, dado
que en aquellos años se bautizaba a los niños inmediatamente—,
fue educado en el seno de la religión católica, como cor re s p o n d í a
a la enseñanza de entonces en una escuela rural (52). Después de
obtener el correspondiente título, en 1838 es nombrado d ire c t o r
de una escuela primaria en su natal T o u c y, donde se llevará “ m u y
m a l” con las autoridades religiosas (53); dos años más tarde, en
1840, marcha a Paris en donde, durante ocho años asistirá a toda
clase de cursos y r e c o r rerá buena parte de las bibliotecas parisinas
l e y endo continuamente. En París se abrirá camino —tanto por
____________
(51) Gabriel D esiré L
AVERDANT,Aux positivistes. Seconde èpitr e. La mort de
M onsieur Littré, T yp. De l’Oeuvre de Saint P aul, L. Philipona et Cie., B ar Le Duc,
1881, págs. 17 y 15.
(52) T omo estos datos de André R
ETIF,Pierr e Larousse et son oeuvr e (1817-1875),
Librairie Larousse, P arís, 1975, págs. 14, 15, 19, 25, 26.
(53) Jean-Yves M
OLLIER, “Un sphinx bourgignon ”, en J. Y. MOLLIERy P ascal
O
RY, Pierre Larousse et son temps, Larousse, París, 1995 (págs. 9-27), pág. 12.
L I T E R A TU R A , RE L I G I Ó N Y P O L Í T IC A … : E M I L E LI T T RÉ Y P IE RR E L A R O U S S E
465
Fundaci\363n Speiro

motivos vocacionales como por deseos de enriquecimiento (54)—,
como creador y editor de dos revistas de enseñanza y pedagogía y
con obras sobre lexicología y lengua francesa para la enseñanza.
Fundador de la editorial de su nombre, su mayor fama le ve n d r í a
a consecuencia del Grand Dictionnaire univers el du XIXe siècle
(1864-1876), que fue “un monumento librepensador y anticleri-
c a l” (55 ), una “obra de combate” (56), atravesada por un “leitmo-
tiv obsesivo”, el anticlericalismo (57). En París conoció a Suzanne Caubel, con la que tras convivir
a b i e r tamente durante casi tres décadas, finalmente, en 1872, se
casó con ella, en matrimonio civil, siguiendo los consejos de su
sobrino Jules H o l l i e r - L a rousse (58). Desde mediados de los años
cincuenta vivió una vida cada vez más aburguesada con c re c i e n t e s
p rop iedades y frecuentes viajes.
Según Rétif, Larousse fue, al mismo tiempo, individualista,
socialista (59), positivista (60), libr e p e n s a d o r, moralista y morali-
zante, altruista, anticlerical y anticatólico, conjunto de caracte re s
compatibles entre sí en quien era “militante de las ideas de la
R e v o l u c i ó n ” (61). A juicio de este autor, “la rabia anticlerical y, a
veces, antir re l i g i o s a”, fue fruto de “una evolución hacia la i rre l i-
gión [que] se produjo en su espíritu bajo la influencia de Comte,
de Proudhon, de Michelet, de Quinet, de Renan, del positivismo
y del cientismo” (62). P e ro no se puede olvidar que también estu-
____________
(54) J. Y. M
OLLIER, “U n sphinx…”, ed. cit., pág. 15.
(55) J. L
ALOUETTE,La République anticlericale. XIXe-XXe siècles , Editions du
S euil, París, 2002, pág. 123.
(56) Michel V
OVELLE, “La Révolution de P ierre Larousse”, en J. Y. MOLLIERy P .
O
RY, Pierr e Larousse et son temps, ed. cit., (págs. 171-178), pág. 174.
(57) Alice G
ERARD, “L’Histoire ”, en J. Y. MOLLIERy P. ORY,P ierre Larousse et son
temps, ed. cit., (págs. 153-160), pág. 158. (58) A. R
ETIF,Pierre Lar ousse..., ed. cit., págs. 90 y 278.
(59) Su socialismo era “ opuesto al estatismo de Louis Blanc ”, Jacques S
EEBACHER,
“Le sujet P ierre Larousse ”, en J. Y. M
OLLIERy P. ORY, Pierre Lar ousse et son temps, ed.
cit., (págs. 77-84), pág. 78. (60) Su positivismo ex cluyó el aspecto “religioso” y estuvo mucho más inclinado
hacia Littré que hacia Comte (Annie P
ETIT, “Le positivisme ”, en J. Y. MOLLIERy P .
O
RY, Pierr e Larousse et son temps, ed. cit., págs. 265-272).
(61) A. R
ETIF,Pierre Lar ousse..., ed. cit., pág. 180.
(62) A. R
ETIF,Pierre Lar ousse..., ed. cit., pág. 229.
E S TA N I S L A O CA N T E R O
466
Fundaci\363n Speiro

vo causado por haber sido un “here d e ro” de la filosofía de las
luces (63). Por su parte, Ory ha ad ve rtido que “no sólo fue anti-
clerical, ni sólo anticatólico, sino, también anticristiano e, inclu-
so, contrario a toda re l i g i ó n” (64).
Como la mayoría de sus lectores de las revistas pedagógicas
eran c re yentes, en estas publicaciones no se mostró su auténtico
pensamiento, aunque en más de una ocasión tuvo que defenderse
haciendo profesión de fe católica (65). Fue durante la decadencia
del Segundo Imperio y tras la caída de Napoleón III, cuando se
mostró tal cual era, de tal forma que “su obra es un arsenal de irre-
l i g i ó n ” (66). El D i c c i o n a r i o, que dirigió personalmente y, en estos
temas autoritariamente, estaba cuajado de anticatolicismo en
múltiples artículos re l a t i vos a la cuestión: contra el celibato, con-
tra los jesuitas, contra los conventos, llenos de ignominias. El
catolicismo se caracteriza como contrario a la civilización y por no
buscar más que su propio interés y “la pasión es el punto culmi-
nante de la leyenda de J e s u c r i s t o”. Contrario a las creencias, a las
prácticas y a las devociones religiosas, como la Providencia, el
Sagrado Corazón, los santos, el limbo, las indulgencias, las re l i-
quias, el ayuno, las procesiones, los milagros, o las pe re g r i n a c i o-
nes, especialmente a Lourdes y a la Salette. Además, voces o ar t í-
culos, aparentemente más anodinos, sirven para esa batalla anti-
cristiana: prejuicio, rutina, superstición, refugio o tolerancia, así
como artículos sobre hechos históricos o literarios (67). Lalouette ha mostrado que prácticamente no hay cuestión
que afecte a la religión católica que no haya sido combatida o ridi-
culizada, especialmente, los dogmas de la Santísima Trinidad, de
la encarnación, de la presencia real, del pecado original, de la
redención, de la eternidad de las penas, de la Inmaculada Con-
____________
(63) M ona O
ZOUF, “L’Instituteur ”, en J. Y. MOLLIERy P. ORY, Pierre Larousse et
son temps, ed. cit., (págs. 95-102), pág. 100. (64) P ascal O
RY, “«Radical»: Introduction à la pensée de Larousse (P ierre) et de
Pierr e Larousse ”, en J. Y. M
OLLIERy P. ORY, Pierr e Larousse et son temps, ed. cit., (págs.
29-36), pág. 31. (65) A. R
ETIF,Pierre Larousse..., ed. cit., págs. 227-228.
(66) A. R
ETIF,Pierre Larousse..., ed. cit., pág. 230.
(67) A. R
ETIF,Pierre Larousse..., ed. cit., págs. 230-231.
L I T E R A TU R A , RE L I G I Ó N Y P O L Í T IC A … : E M I L E LI T T RÉ Y P IE RR E L A R O U S S E
467
Fundaci\363n Speiro

cepción (68). Los dogmas y lo sobrenatural son opuestos a la
razón y no cabe reconciliación con ella (69). El D i c c i o n a r i oe s
contrario a las órdenes religiosas —especialmente a los jesuitas
a u t o res de toda clase de males y de crímenes—, de las que sólo se
e xceptúa a las Hermanas de la Caridad (70). En sentido contra-
rio, “las amabilidades son escasas y fugaces” (71). Su concepción
ideológica de la historia, alimentada por todos los mitos y lug are s
comunes liberales y radicales, fue, desde luego, anticatólica, pues
para él, como ha indicado Alice Gérard resumiento la cuestión, la
religión católica “es la peor enemiga de la ve rdad histórica” (72).
En el prólogo del D i c c i o n a r i o, Larousse indicaba el p ro g r a m a
y la dirección que tendría la obra: se vive en una época en la que
“no se aceptan las opiniones ya hechas”, en la que “los p re j u i c i o s
han dejado el sitio al razonamiento y la crítica”, pues “los tiempos
de una fe ciega han pasado y no vo l verán; no se cree más que a
beneficio de inve n t a r i o” (73). Se proclama la objetividad: la his-
toria será tratada con imparcialidad (74), así como “las doctrinas
filosóficas, religiosas, políticas y económicas”, “dejando que con-
s e r ven su ve rdadera fisonomía”, aunque se añade que “los tiempos
de los dogmas e infalibilidades han terminado” (75). Bien ava n z a-
da la publicación, se confiesa, al tratar de la l i b re pensée , que el
l i b r epensamiento “ha tenido una gran importancia en el conjun-
to de nuestra obra puesto que resume una de las caras del espíri-
tu del siglo
X I X, que el Gran Diccionario debe recoger para la ense-
ñanza de las edades futuras” (76). Al concluir la obra, al final del
tomo quince, escrito por sus sucesores, se advierte a los lecto re s ,
repitiendo lo dicho en el prólogo, que “la historia se ha escrito
con la imparcialidad más completa, ajena a toda opinión precon-
____________
(68) J. L
ALOUETTE,La République anticlericale..., ed.cit., pág. 129.
(69) J. L
ALOUETTE,La République anticlericale..., ed.cit., pág. 130.
(70) J. L
ALOUETTE,La République anticlericale... , ed.cit., págs. 134-135.
(71) J. L
ALOUETTE,La République anticlericale..., ed.cit., pág. 137.
(72) A. G
ERARD, “L’Histoire ”, ed. cit., pág. 156.
(73) Grand Dictionnair e Universel du XIXe S iècle, Administration Du G rand
Dictionnair e Universel, P arís, 1866, tomo I, preface pág. LXV .
(74) Grand Dictionnair e Universel du XIXe S iècle, tomo I, preface, pág. LXVIII.
(75) Grand Dictionnair e Universel du XIXe S iècle, tomo I, preface, pág. LXX.
(76) Grand Dictionnair e Universel du XIX e Siècle, 1873, tomo X, pág. 480, col. 4ª.
E S TA N I S L A O CA N T E R O
468
Fundaci\363n Speiro

c e b i d a” (77) y que “las doctrinas filosóficas, religiosas, políticas y
económicas, incluso las más cont rove rtidas, se han presentado sin
más preocupación que conservar su ve rdadera fisonomía, dejando
a cada una de ellas el cuidado de defender su causa” (78). De s d e
luego que los católicos tenían una gran tarea ante sí, pues en
modo alguno era posible reconocerse, ni tampoco reconocer la
religión que profesaban, ni su doctrina, ni sus obras, en lo expues-
to en el D i c c i o n a r i o . Lalouette, que se pregunta si los editores cre-
ye ron haber compuesto una diccionario imparcial, responde, con
toda razón y absoluta lógica, que “es imposible c re e r l o” (79). En
efecto, en su carácter contrario a la religión, especialmente antica-
tólico, fue una obra sistemática, pensada y ejecutada para demo-
ler el cristianismo, quizá porque sus admiraciones iban hacia el
Diccionario histórico y crítico de Bayle y hacia la En c i c l o p e d i ad e
Di d e rot , a las que consideraba “obras inmor t a l e s” y a las que no
ahorra las alabanzas (80).
Al contrario que la mayoría de sus contemporáneos antica-
tólicos, Larousse no parece haber dado muestras de orgullo o de
n a rcisismo, o si las dio, la historia parece que no ha gu ard a d o
memoria de ello.
____________
(77) Grand Dictionnaire U niversel du XIXe S iècle, 1876, tomo XV , pág. 1525.
(78) Grand Dictionnaire U niversel du XIXe S iècle, 1876, tomo XV , pág. 1526.
(79) J. L
ALOUETTE, ed. cit., pág. 140.
(80) Grand Dictionnair e Universel du XIXe Siècle, tomo I, preface, pág. LXIV ;
véanse las páginas XXIII y LXV .
L I T E R ATU R A , RE L I G I Ó N Y P O L Í T IC A … : E M I L E LI T T RÉ Y P IE RR E L A R O U S S E
469
Fundaci\363n Speiro