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Número 467-468

Serie XLVI

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Influencias de Juan Vázquez de Mella sobre Jaime Guzmán

INFLUENCIAS DE JUAN VÁZQUEZ DE MELLASOBRE JAIME GUZMÁN
POR
JOSÉDÍAZNIEVA
Hace algunos meses en la hermana Chile, y en uno de sus
principales diarios, El Me rc u r i o, se desarrolló entre varios p ro f e s o-
res universitarios una interesante polémica acerca de la influencia
de Juan V á z q u ez de Mella sobre Jaime Guzmán Errázuriz, el his-
tórico líder de la derechista Unión Demócrata I n d e p e n d i e n t e
(UDI), asesinado el 1 de abril de 1991 por un comando del
Frente Patriótico Manuel Ro d r í g u ez, una organización de ex tre m a
i z q u i e r da que en algún momento mantuvo vinculaciones con la
banda terrorista ET A .
La polémica se desató a raíz de un artículo publicado en El
Me rcu rio por Carlos Peña, un conocido abogado, sociólogo y pro-
f e s o r , rector de la U n i versidad Diego P o rtales, y que preside el
Consejo Asesor Presidencial en Educación. En el artículo, titula-
do La UDI, esa r a re z a, afirmaba: “Los c re a d o res de la UDI coque-
t e a ron alguna vez con V á z q u ez de Mella (un tomista de hace un
siglo que propugnó el corporativismo como antídoto a la demo-
cracia, y cuyas ideas Guzmán repetía a la letra en sus clases); se
e m o c i o n a ron oyendo a Blas Piñar (el líder de F u e rza N u e va, un
g r upo surgido del franquismo que en los setenta visitó un par de
veces la Facultad de De recho de la UC) (1), y asistieron orgullo-
Verbo, núm. 467-468 (2008), 661-670. 661
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(1) En este punto el profesor P eña yerralos recuer dos. Es cier to que el señor P iñar
ha viajado a Chile en varias ocasiones. Desde 1973 estos viajes han sido cuatr o. El últi-
mo en septiembre del 2002, invitado por la Corporación 11 de Septiembre; el penúl-
timo en marz o de 1989; el anterior en agosto de 1988, meses antes del plebiscito, y al
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sos a la ceremonia de Chacarillas (2) (donde se hizo del autorita-
rismo un programa político de largo plazo)” (3).En respuesta a Carlos Peña un concejal de la UDI, de la
comuna de Puente Alto, Lucas Palacios, arremete, no sin falta de
razón, argumentando : “El señor Peña busca justificar el supuesto
sesgo intelectual gremialista, citando nombres, tales como los de
V á z q u e z de Mella o Blas Pi ñ a r, los cuales habrían despertado el
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que parece ser que hace r eferencia el señor Peña en mayo de 1979. Luego fue uno y no
dos los viajes r ealizados en la década de los setentas.
E n segundo lugar el señor P eña trata de vincular de alguna manera, ignoro por qué
oscuras raz ones, a la “ muy conservadora” Facultad de Der echo de la Universidad
Católica con la figura de B las Piñar; tal vez porque en ella daba clases J aime Guzmán.
P ero oculta que B las Piñar también dictó div ersas conferencias en la Universidad de
Chile y otr os centros educativos y militares.
F inalmente habría que recordar al señor P eña que no fueron los gremialistas los
que aplaudieron a B las Piñar, sino los “ nacionalistas ”: Pablo R odríguez, Guido P oli,
M ario Arnello o Sergio M iranda Carrington. Tal ve z habría que hacer la salv edad de
S ergio F ernánde z Fernández, que en esa época era Ministro del I nterior, motivo por el
cual se entrevistó con el r eferido líder español durante su primera estancia chilena; es
decir como r epresentante del gobierno y no como miembro de ninguna organización
gr emialista o próxima al gr emialismo.
Los gremialistas, ni como movimiento, ni como grupo de amigos destacado, acu-
dier on a ninguna de las actividades de Piñar en 1979, 1988 ó 1989.
Por otro lado habría que pr ecisar que la organización de P iñar mantenía vincula-
ciones con organizaciones tales como A vanzada Nacional o el Mo vimiento de Acción
N acional, pero no con la UDI, más interesada en acercarse a la primitiva Alianza
Popular , y posteriormente al P artido Popular, el mismo que en la actualidad mantiene
r elaciones con el P artido Demócrata Cristiano chileno y a cuya puerta la UDI no se
cansa de llamar .
En este sentido habría que recordar que Blas Piñar ya había sido entrevistado por
Guido P oli antes de su primera visita a Chile. Ver Avanzada, n.º 5, Santiago de Chile,
1977, págs. 8-12. En las memorias de Blas P iñar, Jaime Guzmán no aparece citado ni una sola vez.
Ver: Fuerza N ueva, n.º 645, Madrid, 19 de mayo de 1979, págs. 25-27; B las Piñar,
La pur a verdad. Tercera parte de “Escritos par a la historia”, Colección Denuncia, Madrid,
2002, págs. 366-368, 371 y 377-379. En todo caso, la acción política de P iñar se ha desenvuelto más en el ámbito del
neofascismo que del pensamiento tradicionalista hispánico .
(2) Discurso del general A ugusto Pinochet en cerro Chacarillas con ocasión del día
de la juv entud el 9 de julio de 1977. E n dicha ocasión el Presidente de la República,
fijó el itinerario institucional que desarrollaría el Gobierno M ilitar. Esta vez todo pare-
ce indicar que Jaime G uzmán participó de alguna manera en la elaboración de este dis-
curso. (3) El Mercurio ,1 de junio de 2008, pág. D19.
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interés de jóvenes universitarios, hoy en la UDI. Los saca de con-
texto histórico y así confunde a los lectore s”( 4 ) .
Carlos Peña volvía al ataque: “El gremialismo (la inspiración
original de la UDI) tuvo intensa cercanía con el corporativismo y
d e s p rovey ó a la democracia liberal de toda virtud intrínseca (con-
siderándola un simple medio). Que la figura d e V á z q u ez de Me l l a
influyó en eso no cabe duda. Es cosa de r e c o rdar las enseñanzas de
Guzmán o leer la Declaración de Principios de la Junta [ Mi l i t a r]
( redactada por Guzmán) para reconocer allí la huella de ese pen-
sador católico. Incluso en alguna regla de la Constitución de 1980
–influida por Guzmán– es todavía posible reconocer trazos del
pensamiento de V á z q u ez de Mella (a través de alguna obra de
O s val do Lira)” (5).
En esta ocasión sería el profesor Gonzalo Rojas, el director de
la revista Realidad, y una persona cercana a la figura de J a i m e
Guzmán, quien entraría en la polémica. Rojas niega, ro t u n d a-
mente, la afirmación del profesor Peña al aseverar que J a i m e
Guzmán siguió la influencia de V á z q u ez de Mella, tanto en lo
doctrinario como en la labor realizada por éste en la redacción de
la Constitución de 1980. Para tratar de plasmar la diferencia entre
las ideas de ambos contrapone –sin citar la fuente– dos textos en
relación al corporativismo, uno de Mella y otro de Guzmán (6): V á z q u e z de Mella: “Qu e remos nosotros el régimen corporati-
vo y el de clases porque entendemos que correspondiendo a la
misma triple división de la vida y de las facultades humanas, hay
en la sociedad, cualquiera que ella sea, una clase que r e p re s e n t a
principalmente el interés intelectual, como son las corporaciones
científicas, las U n i versidades y las Academias; una clase que re p re-
senta, antes que todo y principalmente, un interés religioso y
moral, como es el clero, y otras que, como el comercio, la agricul-
tura y la industria re p resentan el interés material (...). N o s o t r o s
q u e r emos que las U n i versidades, las Academias y las Corporacio-
nes científicas tengan sus propios re p resentantes, que tenga los
s u yos el Clero, que los tenga la industria, el comercio y la agricul-
tura, y sus especiales mandatarios, la aristocracia y el E j é rc i t o” (7).
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(4)El Mercurio ,3 de junio de 2008, pág. A2.
(5) El Mercurio ,11 de junio de 2008, pág. A2.
(6) El Mercurio ,12 de junio de 2008, pág. A2.
(7) El sistema r epresentativo tradicional. 31 de may o de 1893. Discurso en el con-
greso.
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Guzmán: “Si el Gremialismo busca la despolitización de las
agrupaciones regionales y gremiales, mal podría aceptar un sistema
que –como el corporativismo– incentivara su politización, por que
es evidente que al ser transformadas dichas entidades intermedias
en fuentes de generación de las autoridades políticas, r esultaría
explicable y hasta justo que sus integrantes procuraran orientar
todo su funcionamiento y decisiones conforme a la doctrina políti-
ca de cada cual. E l corporativismo acentuaría por tanto la politiza -
ción de las instituciones que el G remialismo busca despolitizar ” (8).
Por su parte Erwin Ro b e rtson, un conocido profesor de
Historia Antigua de la U n i versidad M e t ropolitana, y director de
la revista Ciudad de los Césares, a la que muchos tacharían de pró-
xima a los postulados de la N o u velle Dro i t e, también decide entrar
en la polémica. A Ro b e rtson no le interesa tanto la influencia de
V á z q u e z de Mella sobre Guzmán, sino más bien la recepción del
pensamiento corporativista en Chile, afirmando de forma tajante:
“V á z q u e z de Mella fue un político, un periodista y un orador,
p e ro no un gran pensador. Quienes escribieron sobre corporativis-
mo en Chile, como el senador Guillermo Iz q u i e rdo Araya, jamás
lo cit aro n” (9).
A partir de este momento la figura de Carl Schmitt entra en
escena, y esa es otra vieja polémica que ha producido diversos tra-
bajos académicos al respecto y que se escapa de lo que nos intere-
sa en estos momentos (10).
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(8) El gr emialismo y su postur a universitaria en 33 pr eguntas y respuestas, Separata
de la revista Realidad, Santiago de Chile, s/f, pág. 11.
(9) El Mercurio ,14 de junio de 2008, pág. A2.
(10) Renato C risti Becker,El pensamiento político de J aime Guzmán. Autoridad y
Libertad, Ediciones Lom, Santiago, 2000; Renato Cristi: “La noción de poder consti -
tuy ente en Carl Schmitt y la génesis de la Constitución de 1980”, en XXIV Jornadas de
Der echo Público, Revista Chilena de Der echo, vol. 20, n.º 2-3, S antiago de Chile, 1993,
págs. 229-250. R enato Cristi y Pablo R uiz-Tagle, La República en Chile. Teoría
y práctica del Constitucional ismo R e p u b l i c a n o, Santiago, LOM, 2006. Véase también
F rancisco Vega: “ Apuntes en torno al concepto de revolución en Hans Kelsen ”, en
T rigésimas J ornadas de D erecho Público , Ediciones Edeval, Valparaíso, 2000 (volumen II,
págs. 87 a 106). Este trabajo, en su parte final, contiene una inter\
esante r eflexión sobre
las tensiones entr e los seguidores de Kelsen y de Schmitt (con especial referencia al caso
de Chile) en lo r eferente a la instauración de un nuev o orden constitucional. De igual
modo véase el artículo de J osé Ignacio Vázquez: “La influencia de Carl Schmitt en
Chile ”, en Empresas P olíticas, n.º 4, M urcia, 1
ersemestre del 2004, págs. 167-170.
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Centrémonos, pues, en primer lugar sobre la influencia, o
posible influencia, de V á z q u ez de Mella en Jaime Guzmán. Este
último había estudiado sus cursos previos a la universidad en el
colegio de los Sagrados Corazones; allí conocería a dos sace rd o t e s
que marcarían su juventud: Fl o rencio Infante y O s valdo Lira; con
el primero mantendría su amistad hasta el día de su asesinato; con
el segundo la amistad se enfriaría con el paso del tiempo.
Ef e c t i v amente, Jaime Guzmán fue un discípulo del padre
Lira, tanto en el colegio como en la U n i versidad (11). Y fue, pre-
cisamente, el padre Lira uno de los máximos int ro d u c t o res del
pensamiento de Juan V á z q u ez de Mella en Chile; primero a tra-
vés de algunos artículos en la revis ta Es t u d i o s( 1 2 ), después en una
monografía titulada Nostalgia de Vázquez de Me l l a( 1 3 ). Es de
suponer que el padre Lira trasmitiría su pasión por el autor astu-
riano a sus alumnos y discípulos. Además, O s valdo Lira gustaba
de tener diversos cenáculos a los que acudía regularmente para
i m p a rtir charlas, y solía mantener reuniones en las casas de algu-
nas destacadas familias. En un ambiente tan pequeño y familiar
como el chileno, donde los grupos familiares se ent re c ruzan, es de
imaginar que la relación de Guzmán con el padre Lira sería si no
intensa sí, al menos, frecuente (14). Jaime Guzmán pertenecía a una de esas familias que en
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(11) El padre Lira comenzó, desde 1960, a dar clases en la P ontificia Universidad
Católica como profesor en el Departamento de F ilosofía.; enseñando metafísica, teodi-
cea, ontología, gnoseología y estética. (12) El padre Lira fue autor de dos trabajos para esta r evista: “La soberanía social
según Vázque z de Mella”, Estudios, n.º 100, abril de 1941, págs. 38-49 y “ Vázquez de
M ella enjuicia los partidos políticos ”, Estudios, n.º 115, agosto de 1942, págs. 21-33.
(13) N ostalgia de Vázquez de M ella, Difusión Chilena [Colección Verbo], Santiago
de Chile 1942. 2ª edición, Editorial Andrés Bello, S antiago de Chile 1979. Recien-
temente r eeditada por Nueva Hispanidad, B uenos Aires, 2006 [Introducción de M iguel
Ayuso Torres].
(14) Entre los que acudier on a estos círculos podemos destacar a Héctor H errera,
J osé Enrique Schroeder , Julio R etamal, J osé Joaquín Ugarte, J uan Antonio Widow, Juan
Carlos Ossandón, M ario Manríquez, Mario Correa Bascuñan, Alber to Cardemil,
Héctor Riesle Contreras, J ulio Retamal Feverau, Mario Góngora, J ulio Phillipi
Izquier do, Raúl I rarrázaval Lecar os, Hugo Hanisch, etc… Con ocasión de sus 50 años
como pr ofesor sus alumnos y conocidos le ofrecier on un pequeño homenaje referencia-
do en la pr ensa [El Mercurio,8 de julio de 1973, pág 11], el nombr e de Jaime Guzmán
no apar ece. Ver también las palabras de Rafael G andolfo en Tizona, Valparíso, julio de
1973, págs. 19-23.
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España no dudaríamos en tachar de católica y de derechas (15), y
es de imaginar que en una mentalidad infantil y sin formar toda-
vía las imágenes de V á z q u ez de Mella se ent re m ezclarían con las
de la España franquista, con sus mitos y su parafernalia. Esta inci-
piente devoción queda patente en una carta enviada a su madre en
un viaje de estudios realizado a Eu ropa cuando Jaime Gu z m á n
tenía 16 años y recogida, después de su muerte, perdón asesinato,
por su hermana Rosario: “Y bien…ya estoy en España. Ya estoy
que rebalso de hispanismo y franquismo. No hay nada semejante
a este país, el más hermoso del mundo y el que encierra un may o r
conjunto de va l o res. No podía ser de otra manera: un país que
poseyó a un Calderón o un Tirso, que tuvo a un Felipe II o a un
José Antonio Primo de Rivera, a un V e l á z q u ez o a un Ribera, no
tiene igual en el mundo. Y no es cosa del pasado: hoy España lleva
el pandero del Estado Corporativo, régimen nuevo y magnífico,
que el mundo retrógrado no quiere re c o n o c e r … E s t oy arc h i f r a n -
quista, porque he palpado que el Generalísimo es el Sa l vador de
España ...Y que conste que en España hoy hay libertad absoluta,
entendida y orientada al bien común y no a satisfacer el absu rd o
principio de la Re volución Francesa Li b e rt éque tiende al liber t i-
naje…Ahora bien, no puedo dejar de poner en un plano final de
gran r e l i e ve, el Valle de los Caídos, la más grande obra del S i g l o
XX” (16). Claro está que estas afirmaciones hay que tomarlas
como lo que son, exaltaciones de un joven de 16 años, y no deben
extrapolarse de forma alguna, como algunos han tratado de hacer. Cosa diferente son las afirmaciones realizadas por G o n z a l o
Rojas. Para ello hay que remontarse a los orígenes del m ov i m i e n-
to gremialista en la Pontificia U n i versidad Católica, allá por 1967.
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(15) Guzmán descendía, vía materna, de F rancisco Javier de Errázuriz y Larraín,
un nav arro nacido en Aranaz que llegaría a Chile en 1733. D e él descienden Presidentes
de la República [F ederico Marcos del Rosario E rrázuriz Zañartu (1871-1876), F ederico
E rrázuriz Echaurren (1896-1901), Germán Riesco Errázuriz (1901-1906)]; destacados
sacer dotes y r eligiosos [entre ellos Cr escente Errázuriz Valdivieso, Arzobispo de
S antiago entre 1920-1931] y un sin fin de diputados y senadores; entr e estos últimos
puede destacar la figura de su abuelo, el senador conservador M aximiano Errázuriz
Valdés.
(16) Rosario Guzmán Errázuriz: Mi hermano J a i m e, Editorial V e r, Santiago de
Chile, 1991, pp . 79-81. De aquella época es uno de sus primeros ar tículos: “Viva
F ranco, Arriba España ”, publicado en Revista Escolar [editada por el Colegio de los
SS.CC.], vol. 54, n.º 436, Santiago de Chile, 1962, págs. 15-18.
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¿Cómo se puede decir que el gremialismo huye de la politiza-
ción de los cuerpos intermedios? ¿Es que acaso el Mov i m i e n t o
g remial no nació en el seno de la PUC en unos tiempos convul-
sos por la fuerte presencia de organizaciones políticas de
i z q u i e r da y de la democracia cristiana? ¿Es que acaso Jaime no
logró arrebatar a los estudiantes demócrata-cristianos la pr e s i-
dencia del Centro de Alumnos de la Escuela de D e recho en un
p roceso con claros mat ices políticos? ¿Es que acaso no fue la
lista del gremialismo, encab ezada por Ernesto Illanes, la que
obtendría un triunfo espectacular, aunque por un estrecho mar-
gen, sobre los cabecillas de la reforma universitaria, poco tiem-
po después? ¿Es que acaso las organ izaciones gremialistas no
continúan haciendo política en el seno de los diferentes centr o s
u n i v ersitarios? (17).
Ahora bien, que Jaime Guzmán rechazara el modelo corpo-
rativista (en cualquiera de sus versiones) como alternativa al con-
cepto de sufragio universal en la gestación de las autoridades
parlamentarias, municipales o regionales es harina de otro costal.
Y en esto parece claro que Guzmán no sigue a V á z q u ez de Me l l a
en absoluto. Guzmán afirmaría: “Soy partidario del sufragio u nive r s a l
como método predominante para generar las autoridades políticas
del Estado”; aunque esta afirmación tan tajante sería matizada ya
que Guzmán no era del todo partidario de la soberanía popular,
es decir un hombre un vo t o. Guzmán proponía “ponderar cada
sufragio conforme al mérito de quien lo emite”, aclarando que
este mérito no tiene que hacer re f e rencia necesariamente al “n i ve l
educacional o cultural de la persona, sino con sus cualidades
m o r a l e s ”; pero reconoce que todo esto pareciera imposible de
plasmar en leyes: “Por todo ello, aun cuando social y políticamen-
te fuera viable un sistema de voto calificado, yo –afirmaba– me
inclinaría a favor del sufragio u nive r s a l” (18).
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(17) Gonzalo Rojas: “E l Movimiento Gr emial de la U niversidad Católica:
D octrina sobr e la participación política y R eforma Universitaria. 1966-1970”, en
F inisterrae, nº. 5, Santiago de Chile, diciembre de 1997, págs. 26-31; Alejandro San
F rancisco R eyes: La toma de la U niversidad Católica de Chile (agosto de 1967), Globo
E ditores, Santiago de Chile, 2007.
(18) Jaime G uzmán, Escritos personales, Zig-Zag, S antiago de Chile, 1992, págs.
118-120.
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En un documento de la UDI se lee: “UDI afirma que el régi-
men democrático propio de occidente es la forma de gobierno
i n h e r ente a la tradición e idiosincrasia chilena” (19). P a rece claro
que ni Guzmán ni sus discípulos plantean alternativa alguna al
modelo democrático que conocemos. Finalmente, nos quedan las afirmaciones del profesor Er w i n
R o b e r tson. La primera sobre V á z q u ez de Mella, al afirmar que
“fue un político, un periodista y un orador, pero no un gran pen-
s a d o r ”. Pa rec e difícil que un agitador social, un simple periodista,
un parlamentario cualquiera, pudiera completar 30 volúmenes de
sus obras completas. Y lo más sorprendente es explicar cómo esa
obra pudiera merecer su estudio, como son las tesis doctorales de
Juan Ramón Andrés M a r t í n ,El cisma mellista: historia de una
ambición política ; Juan Luis Orellana Gu t i é r rez de Te r á n ,Razón y
Fe en el catolicismo antiliberal español (1848-1898), o Rodrigo del
Val Ma r tín, La Filosofía Política de Juan Vázquez de Me l l a; y ello
por no reparar en los trabajos dedicados a su figura, como los re a-
lizados en la U n i versidad de P e rugia por María Anunciación P o l o
y Callejo, los de Boyd D. Cathey, en Estados Unidos, o los de
Raimundo de Miguel, desde una visión más política. Di f e rente es el tema del corporativismo. No me cabe ninguna
duda de que el corporativismo tiene una peculiar re p e rcusión en
Chile a través de la obra de Guillermo I z q u i e rdo Araya y algunas
de sus obras, tales como El gobierno re p re s e n t a t i v o (T i p. La
Gratitud Nacional, 1931, 2 vols), La racionalización de la demo -
c r acia ( Im p. U n i versitaria, 1934) o Política y De recho ( Im p.
U n i v ersitaria, 1945) (20). Pese a ello habría que aclarar que estas
obras, sin negar su posición política, han sido elaboradas desde el
d e r echo y no desde los postulados estrictamente político-corpora-
tivistas. En ellas examina las diferentes experiencias corporat iva s
en boga. Pe ro, por otro lado, no es menos cierto que el corporativismo
en Chile fue un modelo a seguir, siendo defendido y p ro p a g a d o
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(19) UDI. Declar ación de principios, [1991], pág. 4.
(20) José Díaz N ieva, “Guillermo Izquier do Araya y la defensa del Estado
Funcional ”, en La enseñanza de las ideas constitucionales en España e I beroamérica: actas
del congr eso internacional sobr e la enseñanza de las ideas constitucionales celebr ado en la
Univ ersitat de Valencia de 16 al 21 de octubr e de 2001,Ene Edicions, Valencia, 2001,
págs. 423-438.
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por otros intelectuales y políticos desde muy diferentes campos y
opciones políticas: el socialista Oscar Álva rez Andrews, el demó-
cratacristiano Manuel Antonio Ga r retón Wa l k e r, el conser va d o r
Jaime Larraín Ga rc í a - M o reno, el nacista Jorge G o n z á l ez vo n
Marées… No fue, pues, sólo Guillermo I z q u i e rdo el adalid del
corporativismo (21).
La ve rdad , y sin ánimo de alargar más, es que poco impor t a
que Jaime Guzmán leyera o no alguna vez a V á z q u ez de Mella; lo
único re l e van te es que en la poca obra que Jaime Guzmán nos
legó, el insigne autor asturiano brilla por su ausencia. Es cier t o
que en algunas de sus obras como los Apuntes de las clases del pro -
fesor Jaime Guzmán Er r á z u r i z( 2 2 ), a p a recen re f e rencias a V á z -
q u e z de Mella, como también aparecen al líder de la F a l a n g e
Española, mucho más extensas y elogiosas, y a nadie se le ha ocu-
rrido, por el momento, decir que Jaime Guzmán fue un nacional-
sindicalista nato. Es probable, es más, creo que es acertado afirmar que un
Jaime Guzmán con 16 años se vio deslumbrado por la España de
Franco, por la muerte de José Antonio Primo de Rivera, por
V á z q u e z de Mella, Donoso Cortés y el pensamiento del tradicio-
nalismo hispánico; pero lo cierto es que el legado de J a i m e
Guzmán se enmarca dentro de determinada visión del pensamien-
to liberal, y pese a algunas coincidencias, más bien casuales que
h e red adas, la obra del citado político chileno nada tiene que ve r
con el pensamiento de un autor, o autores, que desde el tradicio-
nalismo no dudaron en combatir el liberalismo en cualquiera de
sus manifestaciones, ya sean políticas o económicas. No cabe duda de que Jaime Guzmán fue un católico militan-
te, incluso se podría hablar de él como neo-tomista, pero un neo-
tomista liberal y como tal cercano a las posiciones de la
democracia-cristiana. Muchos podrían alegar que Guzmán no
dudó en combatir la formación política que en Chile r e p re s e n t a
esa corriente ideológica, pero también se podría afirmar que lo
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(21) Gonzalo Larios, La idea corporativa en Chile. 1931-1941, Memoria de
Licenciatura, Escuela de H istoria, Pontificia U niversidad Católica, S antiago de Chile,
1988. (22) P ontificia U niversidad de Chile, Santiago de Chile, 1996. Este trabajo fue
coordinado por Gonzalo R ojas, Marcela Achurra y P atricio Dussaillant.
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que realmente combatió fueron algunos de los desvíos de esa
democracia cristiana, esa tentación marxista (23) que dio lugar a
t e n t a t i vas de acercamiento al gobierno de Sa l vador Allende y a
trazar puentes de colaboración con las fuerzas políticas de la
i z q u i e rd a . Jaime Guzmán era de los que creían que era posible encontrar
l a zos de conciliación entre la tradición y la re volución (el libera-
lismo), y por lo tanto, se podría afirmar que defendía las mismas
posiciones que la democracia cristiana, y de ahí –tal vez– ese
intento por parte de algunos miembros de la UDI de recuperar el
espíritu de la Falange Nacional (24). Creo sinceramente que Jaime Guzmán nada tiene que ver con
Juan V á z q u e z de Mella, y que su paso por los círculos del padre
Lira no lograron que Guzmán mantuviera esos ideales de ju ve n-
tud, ideales que abandonó o transformó en una renacida adscrip-
ción al neoliberalismo. Las malas lenguas cuentan que en 1975 el viejo padre Lira se
encontró con su antiguo discípulo y le increpó sobre el abandono
de aquellas enseñanzas que él trató de trasmitirle, al igual que
ocurrió con motivo del reconocimiento que le hizo la P o n t i f i c i a
U n i v ersidad Católica de Chile a su larga trayectoria académica.
Todo parece indicar que el padre Lira no guardaba ningún apre-
cio por la figura de Jaime Guzmán; y es el padre Lira quien mejor
re p resenta los ideales del tradicionalismo hispánico en Chile, y no
la figura de un hombre que se movía en las tesis de F r i e d r i c h
August von Ha yek, o que se rodeó de los seguidores de M i l t o n
F r i d m a n .
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(23) J aime Guzmán E rrázuriz, “Análisis crítico de la D emocracia Cristiana”, en
R ealidad, n.º 53, Santiago de Chile, octubr e de 1983, págs, 29-45
(24) La F alange Nacional es el nombre que ostentaba la democracia cristiana en
Chile desde 1937 a 1957. en 1991. H ernán Larraín en una declaración realizada ya
hace tiempo aseguraba: “la F alange fue un grupo que se separó del P artido Conservador
y de la der echa, un gr upo generacional mo vido por una inspiración cristiana, con voca -
ción popular importante. En este sentido creo que quienes integraron la Falange si vol-
vieran a empezar , formarían la UDI” [ La Tercer a, 6 de octubr e de 1991, pág. 8]. En este
sentido resultan también interesantes los comentarios del historiador Gonzalo Vial dos
días antes al diario La Segunda [“En que se par ece la UDI a la F alange Nacional”].
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