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Número 483-484

Serie XLVIII

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Ramón Yzquierdo Perrín: San Salvador de Sobrado de Trives; Julio Vázquez Castro: San Munio de Veiga

Ramón Yzquierdo Perrín: San Salvador de Sobrado De Trives, Cuadernos Porta de Aira, 10, Grupo Francisco de Moure, Orense 2008, 98 págs.

Julio Vázquez Castro: San Munio de Veiga, Cuadernos Porta de Aira, 11, Grupo Francisco de Moure, Orense 2008, 97 págs.

Dos opúsculos de una colección ya consolidada que nos acercan al rico patrimonio de la Iglesia en la lamentablemente tan desconocida provincia de Orense que es sin duda la que contiene más arte de Galicia.

En mi tierra natal la impresionante belleza de Santiago de Compostela y su peso eclesial eclipsan muchísimos otros lugares que contienen obras de primera magnitud que sin embargo son disfrutadas por muy pocos. Y Orense, tan a desmano, es sin embargo una provincia privilegiada en el arte. Su catedral, los monasterios de Osera, San Esteban de Ribas de Sil y Celanova, las joyas visigoda y mozárabe de Santa Comba de Bande y San Miguel de Celanova, a la sombra este último del gran monasterio, son hitos del arte, de la historia y de la Iglesia. Y a su lado, ya más humildes, otros cien sitios que vale la pena visitar y recrearse en ellos. Todo, además, en un paisaje maravilloso.

Si la belleza acerca a Dios, aunque sea un pálido reflejo del mismo, en estos lugares se da la circunstancia de que se hicieron para Dios. Y si se admiran rezando el alma queda doblemente enriquecida.

Los Cuadernos Porta da Aira, que por lo menos han llegado ya a su número 11, se han ocupado de la Virgen abrideira de Allariz (1), del retablo pétreo de San Esteban de Ribas de Sil (2), del también retablo pétreo de Santa María de Monterrey (3), del pórtico del Paraíso de la catedral de Orense (4), tan opacado por el del Maestro Mateo pero tan digno de admirar, del frontal de Limoges de la catedral de Orense (5), del retablo mayor de la colegiata de Junquera de Ambía (6), de las figuras de cristal de roca de un ajedrez que se conserva en la catedral de Orense (7), del ya mencionado San Miguel de Celanova (8), de la iglesia de Santa Eufemia la Real del Norte de Orense (9), de la capilla del Santo Cristo de Orense (11, según se dice en uno de los opúsculos de los que ahora damos cuenta, que también asigna ese número al propio libro) y los dos de los que ahora nos ocupamos.

A juzgar por estos últimos nos encontramos ante unos textos muy apreciables que nos permiten un amplio conocimiento de las iglesias estudiadas tanto desde el punto de vista artístico como del histórico. Y que sirven tanto de completísima guía turística como de fuente de conocimiento de lo que fue la Iglesia y de lo que nos ha dejado.

Aunque lamentablemente si el lector, tras la lectura de estos beneméritos trabajos, se animara a visitar lo que en ellos se refleja estoy seguro de que regresaría sin lograrlo pues la mayoría de esos lugares estarían cerrados a cal y canto. Sigo sin entender cómo la Iglesia no hace catequesis de tantos lugares en los que no pocos de los que se acercaran a ellos también podrían acercarse a Dios. Es una asignatura eclesial pendiente que debería la Iglesia apresurarse a aprobar.

San Salvador de Sobrado de Trives y San Munio de Veiga son hoy dos iglesia rurales, de arquitectura románica como hay otras muchas en Galicia. Ciertamente ninguna de ellas es como para emprender un largo viaje para visitarlas. Pero otra cosa es tenerlas en la memoria para si en alguna ocasión, y por otro motivo, alguno para por las proximidades. En el caso de que se las encontrara abiertas.

Ambas fueron monasterios en su día, benedictino el uno, de la orden de Santiago el otro, y los respectivos autores nos relatan las vicisitudes históricas de los mismos. En San Salvador son notables algunos capiteles y canecillos y digno de verse el retablo mayor de la iglesia. Tiene también una Piedad ingenua y encantadora.

En San Munio tal vez lo más curioso sea ese desconocido santo, que allí se enterró y del que tan poco se sabe. Su joya es una bellísima cruz románica, hecha en Limoges, realmente digna de admirar.

Todos los amantes del arte leerán con gusto estos dos libritos y estoy seguro que después de haberlo hecho querrán conocer también los demás de la colección. Y si alguno se anima a conocer luego la olvidada provincia de Orense no se iba a arrepentir de la decisión. Os aseguro que vale la pena.

FRANCISCO JOSÉ FERNÁNDEZ DE LA CIGOÑA