Vladimir Lamsdorff, La herencia de la revolución rusa (1917-2017)

Vladimir Lamsdorff, La herencia de la revolución rusa (1917-2017), Madrid, Digital Reasons, 2017, 176 págs.

En puridad no habríamos de presentar al autor en esta sección, pues durante muchos años fue colaborador de estas páginas. Sin embargo, como hace muchos años a su vez de ese período de colaboración, no estará de más recordar algunos extremos de su trayectoria.

Vladimiro Lamsdorff-Galagane nació en París en una familia de rusos blancos emigrados tras la guerra civil. Su padre, que combatió en un Tercio de Requetés en la guerra civil española, volvería a España en 1950. Su hijo Vladimiro, así, estudió derecho y terminó siendo catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad Autónoma de Barcelona. Los profesores Agustín de Asís y Francisco Puy dirigieron su tesis doctoral, sobre la justicia en el marxismo soviético, y se integró en la escuela universitaria de Francisco Elías de Tejada. Quien lo trajo a las reuniones de la Ciudad Católica y las páginas de Verbo, así como al Centro de Estudios Históricos y Políticos General Zumalacárregui y la Asociación de Iusnaturalistas Hispánicos Felipe II. De nuestro mundo salió a causa de su aceptación de la presidencia de la Asociación Mundial de Profesores por la Paz, pieza de la estrategia de la Secta Moon, que nos pareció incompatible con la labor en pro del derecho natural y cristiano que es nuestra finalidad fundacional.

La agudeza e incisividad que mostró entonces, no se perdió con el correr de los años. Así, podemos destacar entre su producción reciente una muy interesante Historia sencilla de las ideas jurídicas (2003).

El libro del que ahora damos noticia es también de enorme interés. Escrito con desenfado, evita el andamiaje académico y ofrece un esqueleto verdaderamente esencial cubierto de carne verdaderamente sustanciosa. Los siete primeros capítulos nos ofrecen una historia de la revolución y sus secuelas a lo largo de los más de setenta años de régimen soviético: la revolución de octubre, el reinado de Lenin, el ascenso de Stalin, la economía planificada, el reinado de Stalin y sin Stalin son las rúbricas, suficientemente –a nuestro juicio– expresivas. El octavo y último se las ve con la herencia de la revolución, que es el título que precisamente lleva el trabajo. Es breve, como los anteriores, y particularmente problemático, lo que no es fácil aunque el autor lo resuelve con su conocida inteligencia. Por eso, los epígrafes llevan a menudo signos de interrogación. Y pasan revista a la democracia, el armamento, la privatización, la agricultura, los nuevos rusos y la ecología, concluyendo con un ¿qué ha quedado? Que responde, sintéticamente: una menor población de la que cabría esperar, una élite dirigente destruida, un nihilismo jurídico, la mentira, la desconfianza, la pobreza… Pero, pese a todo, existe un indiscutible renacer religioso.

Manuel ANAUT