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Número 569-570

Serie LVI

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Quentin Skinner y Martin van Gelderen (eds.), Freedom and the construction of Europe

Quentin Skinner y Martin van Gelderen (eds.), Freedom and the construction of Europe, 2 vol., Cambridge y Nueva York, Cambridge University Press, 2013.

Cuando se lee cómo llegó a ser este libro –tras una década de reuniones en diversas ciudades europeas financiadas y sostenidas por numerosas instituciones, fundaciones, universidades, etc., que subvencionaron encuentros, conferencias, investigaciones y publicaciones, según se expresa en los «Reconocimientos»– uno tiene el anhelo de que el resultado haya sido tan bueno como todo lo invertido en él auguraría. Pero procedamos con orden.

El inglés Quentin Skinner es Profesor de Humanidades en el Colegio Queen Mary de la Universidad de Londres; es, se sabe, uno de los adalides de la denominada Escuela de Cambridge de historia de las ideas. Especializado en el pensamiento político moderno, ha escrito numerosas obras que son de consulta obligada para los estudiosos de esos siglos, sobre Maquiavelo, Hobbes, el liberalismo y muchas más. Martin van Gelderen es holandés y actualmente revista como director del Lichtenberg Kolleg, en el Instituto para Estudios Avanzados en Humanidades y Ciencias Sociales de Gotinga. Entre sus libros destaca el que dedicara al pensamiento político de la revolución en Holanda (Cambridge, 1992).

Ambos escritores ya habían colaborado anteriormente, cuando coeditaron los dos volúmenes titulados Republicanismo. Una herencia europea compartida (Cambridge, 2005). Es este precedente el que motivó de manera directa la continuación del proyecto que plasma en los textos que reseñamos.

El primer volumen de La libertad y la construcción de Europa lleva por subtítulo: Las libertades religiosa y constitucional, subdividido a su vez en dos secciones, una sobre «Libertad de religión y libertad civil», otra acerca de «La libertad y las libertades en el pensamiento constitucional». El tomo segundo se subtitula: Personas libres y Estados libres, fraccionado en tres partes: la primera sobre «Personas libres y libertad de acción», seguida de otra que aborda «Los ciudadanos libres y el Estado», concluyendo con un apartado sobre «La libertad y los límites de Europa». Skinner introduce el segundo volumen y van Gelderen el primero.

El tomo uno reúne dieciséis colaboraciones y otras quince el volumen dos. Más de treinta trabajos individuales que tienen como autores a algunos reconocidos especialistas de amplia trayectoria, por caso Annabel Brett de la Universidad de Cambridge, John Coffey de la Universidad de Leicester, Michael Cook de la Universidad de Princeton, Iain Hampsher-Monk de la Universidad de Exeter, Thomas Kaufmann de la Universidad de Gotinga y Thomas Maissen de la Universidad de Heidelberg. Los restantes colaboradores son jóvenes docentes e investigadores de diversos puntos de Europa. Porque, se advierte, es un proyecto europeo. Y no sé si para vanagloria de Elías de Tejada o menosprecio de las Españas no hay ningún autor hispano. Sobre España se puede escribir pero siempre es mejor –académicamente mejor– que lo haga alguien que la mire con ojos ajenos y anteojos empañados, aunque en esta ocasión ni siquiera eso.

Las metodologías y las ideologías son variopintas. Hay liberales, liberals y hasta marxistas, la gran parte de ellos de un pensamiento de trasfondo protestante cuando no ateo (perdón, increyente), versados en los recursos propios de sus disciplinas y/o especialidades históricas. Todo lo cual contribuye a una obra polícroma, sumamente variada en enfoques y temáticas. Véase si no.

Lutero, Calvino y los arminianos, el catolicismo de Trento y sus críticos, el puritano Henry Jacob y los independientes, el socinianismo holandés e inglés, el erastianismo y el hebraísmo de Selden y Mendelssohn, el naturalismo religioso de Pufendorf y Locke, el liberalismo y las libertades religiosas en Hobbes y Locke, Maquiavelo y la libertad en el Estado, la libertad de las ciudades italianas (en especial Ragusa), las libertades en Polonia-Lituania, las libertades en las repúblicas federales europeas (Holanda y Suiza), formación del Estado y libertades en el Sacro Imperio Romano Germano, el debate sobre la libertad en la Hungría moderna, la libertad y el calvinismo, la teología moral de los jesuitas, Montaigne y el escepticismo, Lipsius y el estoicismo, Descartes, Milton, Vattel y Rousseau, el republicanismo inglés, Kant, la ilustración germana, Mary Wollstonecraft, las misiones en el Nuevo Mundo, el Islam y el cosmopolitismo europeo.

A caballo entre los siglos XVI y XVIII, se of rece un gran amasijo de materias, escritores y cuestiones, embrollo no siempre bien coordinado o enlazado. En general se tiene la sensación de dispersión y escasa concentración. En particular, hay otras sensaciones: una, la escasa profundidad de algunas colaboraciones que rayan lo discreto; otra, la repetición de los autores que se copian a sí mismos de anteriores escritos; además, la ínfima relevancia de algunas cuestiones (por caso, la sobrevalorada Wollstonecraft) y la inflación innecesaria de otras (como ocurre con los socinianos); además de las omisiones. Y aquí me detengo en dos casos: el primero, la ominosa desatención a toda referencia a la libertad hispánica, la libertad foral, de las libertades ciudadanas, más viejas por lo general que las de cualquier otro lugar de Europa; el segundo, la pobrísima, por ocasional, referencia a la anglosajona colonia de los Estados Unidos americanos, una suerte de trasplante europeo en suelo de América.

Como en otro libro que ya he comentado, Skinner pone su nombre y nada más. Y van Gelderen aporta un trabajito que no pasa de comedido y archiconocido. Si los popes encargados de la obra dan este perfil, ya se puede imaginar el lector qué podrá esperar de los demás autores. Hay excepciones, por cierto, unas buenas y otras malas. De las últimas, menciono solamente el trabajo de Thomas Kaufmann sobre Lutero y la libertad, que remata con una afirmación insólita: la libertad luterana es tan excéntrica por espiritual que nada puede aportar a la historia de la idea de la libertad (¿?). De las primeras, destaco dos, para no abundar: el muy buen artículo de Polly Ha sobre Henry Jacob y la eclesiología de los independientes ingleses, o la sencilla y erudita exposición de John Coffey sobre el ambiguo lenguaje de la libertad religiosa y política en el pensamiento político calvinista.

En suma, muchos lugares comunes que por repetidos se vuelven aburridos y ya no convencen; y escasos aportes originales ya por una nueva documentación ya por un diferente punto de vista. Esperanza frustrada de leer un buen libro. Lo que me lleva a pensar si estas obras colectivas tan voluminosas tienen algún sentido más allá del negocio editorial y más acá del prestigio académico. La verdad, no lo sé. Más claro: lo dudo.

Juan Fernando SEGOVIA