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Número 569-570

Serie LVI

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Friedrich Heinrich Tenbruck, L’homme aboli

Friedrich Heinrich Tenbruck, L’homme aboli, París, L’Homme Nouveau, 2017, 262 págs.

El sociólogo alemán Friedrich Heinrich Tenbruck (1919-1994), empezó estudiando con Martin Heidegger y se doctoró en 1944 con una tesis sobre la Crítica de la razón pura de Kant en la Universidad de Marburgo. En los años cincuenta dejó la filosofía por la sociología y, tras una estancia en los Estados Unidos de América, fue asistente de Martin Horkheimer en el Instituto de Investigaciones Sociales de Fráncfort. En 1963 se convierte en profesor de sociología de la Universidad de esta última ciudad y en 1967 sucedió a Ralf Dahrendorf en la cátedra de sociología de la Universidad de Tubinga.

Autor de numerosas obras, entre otras una (bien conocida) sobre la obra de Max Weber, su producción madura constituye, primero, una sociología de la modernidad, y luego, una crítica de la misma, en particular de la marxista. El presente libro, Die unbewältigten Sozialwissenschaften oder die Abschaffung des Menschen, aparecido en 1984, constituye en efecto una crítica radical de la sociología, que –a su juicio– constituye una forma de axiología profética que hace de lo observable lo que debe ser. Lejos de ser neutra, así, explica al individuo lo que debe hacer para ser un buen ciudadano, que se sitúa en el centro y evita los extremos. Porque hay en las ciencias sociales un deseo de discernir las leyes de la historia y de hacer del hombre y de la sociedad una forma mecánica que obedecería a ciertas leyes físicas.

En el prólogo explica el autor que no se trata de una obra para especialistas, sino que se limita a problematizar sencillamente la sociología y el conjunto de las llamadas ciencias sociales. Tras una introducción, encontramos seis capítulos y una «clave bibliográfica». Los títulos de los capítulos tienen garra y son descriptivos del contenido en gran parte provocador: la urgencia de frenar las ciencias sociales, la historia de la fe moderna, el auge de la sociología, el espíritu de la sociología, el dilema de las ciencias sociales y ¿qué ciencia de la sociedad?

La confusión de las ciencias humanas (y, en particular, las morales) con las ciencias sociales ha traído grandes males. Lo explicó el filósofo flamenco –que enseñaba en el Quebec– Charles de Koninck, inspirando a los franceses Madiran y Clément. A su modo lo trató Álvaro d’Ors. Y, antes que nada, le dio nombre al fenómeno –un nombre que el editor francés ha recuperado para esta edición– el escritor inglés C. S. Lewis.

Un libro que requeriría una edición castellana.

Vicente BERROCAL