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Vida campesina y progreso en el mundo moderno (Tercera parte: La vida campesina, factor de progreso en la Francia de mañana)

Vida campesina
y progreso en el mundo moderno
Tercera parte:
La vida campesina, factor de progreso en la Francia de mañana
por
ALAJN l HORANCHES y PIERRE BEVILLARD
Fundaci\363n Speiro

TERCERA PARTE
LA VIDA CAMPESINA, FACTOR DE PROGRESO
EN
LA FRANCIA DE MA}qANA
¿ Qué hacer? ¿ Los valores campesinos han perecido definitiva­
mente? Si así
fuese, ¿ para qué defender el campesinado simplemen­
te
porque ;pertenece "al pasado"? Nuestro siglo, que se dice
tendido hacia
el futuro, está maniático de los museos y los objetos
antiguos. Signo inquietante del envejecimiento
en los pueblos que
no saben insertarse en una tradición para crear de nuevo siu rup­
tura con el pasado.
Cuando Pisani propone conservar villas-campesinas con sus
costumbres ancestrales, -eomo renta turística, se ríe de la gente.
El campesino no es una "reserva de Indios". Es un tipo de vida.
un estado de vida que debe adaptarse a las condiciones modernas
de existencia, privada y pública. Es una concepción social VIVA
o que al menos hay que REVITALIZAR. Si está realmente conde­
nada a convertirse, dentro de poco, en un cadáver, si es bueno
---0 al menos aceptable u oportuno-que muera, ¿ por qué seguir
meciendo nuestros sueños con su vieja canción?
El sano realismo no es conservador a lo tonto. Un autor no
precisamente revolucionario, Charles Maurras escribía, en sustan­
cia: "Si la vieja puerta de la ciudad es demasiado estrecha para
que puedan pasar los carros de heno, hay que derribar la vieja
puerta
(!).
Lejos de estimar que el campesinado debe morir, pensamos,
por el contrtario, que es la OPORTUNIDAD de la agricnlura mo-
derna. í
Pensamos que es impulsando los valores permanentes que
representa
como mejor se podrán resolver los problemas plan­
teados por
la técnica y la economía en la Franciia de hoy y SOBRE
TODO EN LA Dlt MAÑANA.
Frente al totalitarismo, representa una concepción social de
supervivencia de
las libertades esenciales y, finalmente, de salva­
ción nacional.
(l) Del artículo "Progres" del Diction.noire potitiq,ue et critique.
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Lo mostraremos con los siguientes informes:
l. La rentabilidad de la empresa familiar agrícola compara­
da con
la de las explotaciones colectivistas.
2.
El concurso es indispensable del campesinado para el
despertar de los cuerpos intermedios y de la descentralización,
condición
de progreso social. ·
3. Las vastas posibilidades de adaptación de la vida campe­
sina al mundo moderno
·y a las prudentes planificaciones.
4.
El papel irreemplazable del campesinado en los países en
vía de
desarrollo.
Terminaremos señalando bajo qué condiciones los· organismos
profesionales agrícolas
·existentes pueden realizar este renacer y
hacer frente al totalitarismo invasor.
l. R.ENTABILIDAJ) DE LA , EMPRESA FAMILIAR ,;\GRÍCOLA.
Hemos señalado de pasada la pabreza de los argumentos tec­
nocráticos
y la vanidad de las soluciones propuestas por los "nue­
vos" ideólogos.
Sus utopías looas no tienen el resultado esperado en el plano
que ellos llaman
el más importante, el de la economía.
Fracaso del cokctivismo en China y en Cuba.
Cuando se ha visto, a través de la propia televisión francesa
en "Cinco columnas en
una", a los pequineses, obligados a cul­
tivar las aceras
de la antigua ciudad imperial para no morirse de
hambre después del ,duro fracaso de las "Comunas",.
no deja de
tener
humor la cita de este pasaje de René Dumont, escrito hace
algunos años
(2) :
·. "Dentro de una quincena de años veremos circular en la ver­
tiente
europea del Mediterráneo n1isiones de información .chinas
que, con tristeza, comprobarán que los ·procedimientos capitalistas
no han conseguido sacar
partidó de un suelo y de un clima par­
ticularmente favorables, mientras que China será la admiración
del n1undo entero".
(2) Estas líneas se citan en La France Catholique de1 28 de febrero
de 1964. Desde que fueron escritas, Dumont ha reconocido que 1as· cifras
proporciona-das por la Ohina sobre su economía fueron ¡ "sistemátiramen­
te falsas"!
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Después de oír la exaltación verificada por un "especialista''
del que cabra esperar más justicia en la apreciación, interrogue­
mos a los hechos.
Volvemos a Dumont. Pero hablando otro lenguaje:
En Cuba : "El ambiente de desorganización de una eeconomía
que se pretendía dirigir totalmente desde
la capital no era favo­
rable al sostenimiento --cuando hubiera sido necesario un refuer­
zo-de la disciplina de trabajo de la época anterior. .. " "Nadie
tiene interés material en que (las granjas del pueblo} sean renta­
bles; efectivamente ninguna de ellas ha sido."
"Los pequefios campesinos rutinarios del Rancho Maldito
(Pinar del Río) sin irrigación, sin .tractores, con suelos pobres de
colinas erosionadas recolectan cerca de siete toneladas de taras
por hectárea. En cambio, en suelos más· ricos con tractores e irri­
gación, las granjas del Estado no obtienen más que un tercio,
2,4 toneladas ... " "Por falta de µ-iano de obra y de esfuerzos, una
cuarta parte de la cosecha de algodón no ha podido ser reco­
gida ... " "En la cría de ganado la situación no es más brillante.
Cuando se habla entre granjeros de una. polluela socialista, se
quiere decir que es demasiado delgada. Y sin embargo necesita
mucho tiempo para llegar a este peso, insuficiente ... " "En con­
junto. la producción de trabajo en el sector estatal no sobrepasó,
en 1963, quizás la mitad de la del sector privado." "Monopolio
estatal de la distribución, necedad absurda ... "
El problema de Cuba, confiesa Dumont,
"nos obliga a tratar
de nuevo, a la luz de esta nueva experiencia, la difícil pero nece­
saria construcción del socialismo".
"Difícil... pero NECESARIA" ¿ Qué lenguaje deberán hablar
los hechos para que estos pretendidos apologistas del "hecho",
estos llamados "realistas", dejen de cabalgar sus yeguas ensan­
grentadas?
La experiencia argelina.
EJ. mismo juego en su balance· del socialismo agrario argeli­
no (3}. Hablando por ejemplo. de la "renovación rural", Dumont
escribe: "Se trata. de gastos enormes, y si esperamos que se· hagan
con el presupuesto del Estado argelino, tardaremos un siglo. Du­
rante este siglo la pablación argelina se multiplicará por 18 y la
(3) Jewn,e Afrique núm. 119, 28 de enero, 3-de febrero 1963, L'Al­
gerie : le diagnostique de Dumont.
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cadencia de -progreso de la producción no seguirá el mismo rum­
bo que el crecimiento de la población.
Es, pues, necesario que una
parte de
lás cargas de in:versión recaiga sobre las empresas de
producción, es decir, se deduzca de. los salarios''.
Singular forma de mejorar la suerte de las ''masas" y de es­
timular un ardor
ya problemático, si se juzga por el conjunto
del artículo ... , lo que- no -impide a D·umont concluir: "El socialis­
mo agrícola QUE HA FRACASADO EN TODAS PARTES, ¿ ¡xir qué no
ha de triunfar en Argelia?"
Podemos imaginar
cualtj_uier cosa, ¡ desde luego ! Pero mientras
esperamos
el balance definitivo del totalitarismo agrícola en la
república argelina, retengamos el diagnóstico de Dumont para
todas las experiencias similares : el socialismo agrícola "HA FRA­
CASADO -EN TODAS PARTES".
El kiboutz en l srael.
En Israel, a pesar de que la organizac1on de los agricultores.
en
k:iboutz fue voluntaria y de que gozó de ventajas excepciona­
les por parte del
Estado, algunos kiboutz han perdido hasta el
50 por 100 de sus efectivos. Ha sido necesario contratar asa­
lariados.
"La estructura colectiva instaurada para regular el pro­
blema de
la justicia social no regula el de la eficiencia económica
y quizá
haya aumentado las dificultades en este campo" (4).
En cambio, la institución. de los "Moshav ovdim" o coopera­
tivas agrícolas, a base de células familiares que ejercen una acti­
vidad solamente productiva bajo su propia responsabilidad,
y
recogiendo los frutos ha permitido obtener una renta por hectá­
rea doble
a la de los k:iboutz. En el plano social: los problemas
( 4) Estas críticas, de un tono voluntariamente moderado, aparecen
en
Le PUtYsan d'lsroel ;sera-til le paysan de demain? (Ed. Journal de
la
France· Agricole}. Un amigo rural que ha -visitado Israel nos decía:
"El que está en un kibou:tz no puede salir de él. El Estado :idelanta
su parte de aparcería y le compra su acción. El único medio de salir
de
un kiboutz era, haSta hace poco, hacerse cristiano para ser expulsado.
Por esta !'azón. tos Redentoristas han pedido un catecwnenado de un año
para evitar falsas conversiones. Lo mismo si vuestro hijo está sano que
si está enfermo, no podréis verle, en el kiboutz,
más que una hora por
día; no hay que cansar a los padres, ¡ por que se disminuiría la pro-
ducción l ·
"No podréis aunque dispongáis de medios, financiar la educación de
vuestro hijo. Es el consejo del kiboutz quien_ decide si debe, o no, con­
tinuar sus estudios.
El kiboutz es una verdadera esclavitud."
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sociales son en éstas menos agudos y a pesar de que los aspectos
socialistas no están -ausentes del sistema. Las ex.plotaciones indi­
viduales, a cambio de una parte de su independencia, parecen ha­
ber adquirido una niayor seguridad y un nivel de vida más ele­
vado que en las fórmulas colecti:vistas.
La experiencia israelí es tanto más interesa.rite· pgr haberse
intentado en un país nuevo, en el que una parte de las tierras
se ganó a la arena del desierto, en el que el ardor de los voluntarios
no faltó, pero en el que no se podía, so .pena de morir, tomarse
el lujo de mantener fórmulas poco rentables. Por ello se observa
un movimiento de vuelta-al campesino familiar y una desafección
creciente por la organización colectiva industrializada del kiboutz.
Detrás del "telón de acero".
En Hungría, el "pleno del comité central del partido comu­
nista", reunido
en Budapest el 20 y 22 de febrero de 1904, de­
plora "la actitud de los funcionaras de provincia que se esfuerzan
en no suministrar forraje y provisiones de grano a "las pequeñas
tierras- ·privadas"
-que tolera el gobierno. Estas representan sola­
mente el 10 por 100 de las tierras cultivables frente al 80 por
100 de las tierras colectivizadas. Y he aquí el resultado: "La re­
solución deploraba que la contribución de los lotes individuales
hubiese sido "subestima producen el 46 por 100 de aves de corral, 90 por 100. de los
huevos, 60 por 100
de leche y productos lácteos, 80 por 100 de
árboles frutales (salvo los manzanos)."
En Rusia, el 40 _por 100 de .la leche y el (,O por 100 de
la carne son prodücidos por· 1as parcelas HbreS: de los kolkhoses, o
sea una hectárea por trabajador.
¡ Una parte de éstos se las arre­
gla para hacer vivir su parcela libre a las espaldas del kolkhoz !
E,n Ukrania las mercancías vendidas por los trabajadores ile
las granjas colectivas en los mercados de las ciudades ... "no son
nunca suficiente, ya que son las más solicitadas
por los compra­
dores, con preferencia a las que se encuentran en los grandes al­
macenes nacionales, en los que la calidad deja a veces que
desear" (5).
Y
no hablamos ni del hambre de 1926 en la U. R. S. S.
(¿ no era ésta la causa?), ni de la más reciente, que la prensa ha
(5) "Un photographe en Ukrainé" en Temoignanges, -marzo-abril
1964, página 40. Mónaco.
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callado cuidadosamente, pero que obligó a Khrouchtchev a mo­
dificar la,política agrícola
de la Rusia soviética.
P.eUgros del centralismo agrícola.
Intencionalmente hemos citado a autores que tienen un pre­
juicio favorable al totalitarismo agrario y que aún le guardan
apego
.. , después de haber comprobado su derrota. Es una prue­
ba elocuente en favor de la economía campesina. Sin embargo,
no basta.
Ya que podemos objetar: "Estamos convencidos de los per­
juicios del colectivismo agrario, pero seguimos pensando, que las
grandes empresas agrícolas de tipo industrial son más rentables
que las pequeñas explotaciones familiares de estilo
campesino."
La respuesta la heroos dado parcialmente al demostrar que el
totalitarismo se caracteriza siempre:
-,por la dislocación del binomio propiedad territorial-explo­
tación agrícola,
-por la centralización de las propiedades y de las explota­
ciones que colocan
al agricultor en un estado de dependencia
"funcional" permanente.
Bajo este aspecto de la "vulnerabilidad", la centralización en
grandes empresas -"Yª sean industriales o agrícolas-no deja
de tener serios peligros.
Rentabilidndes comparadas de In& pequeñas y grande• expl,,­
tf.lCUJIWS.
"Pero ¿ y si la gran exp,lotación es ·más rentable que la peque­
ña ... ?", rearguyen los utilitarios de corta vista.
Incluso en este ¡,!ano el argumento que consiste en ahtbar el
rendimiento de los cultivadores industriales americanos para cri­
ticar la falta de pre¡,aradón (bricol~ge) de los campesinos fran­
ceses no es conveniente.
Por dos razones :
l.ª Los procedimientos estadísticos de comparaci6n son de un
alcance limitado. No pueden, en cualquier caso, aportar estas conclu-.
siones ,perentorias que la propaganda querría im·ponernos como da-
tos "científicos". ·
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VIDA CAMPESINA
Se señala, por ejemplo, que la productimwad-hombre (6) ame­
ricana en 1936 era casi equivalente a la de las mejores tierras
europeas (polders) cultivadas en explotación familiar.
El argumento no es convincente. En primer lugar porque las
cifras citadas no demuestran
una superioridad indiscutible de
la productividad por cabeza de trabajador agrícola, dato i.ndis­
pensable para que la
prueba anunciada tenga valor real.
Además, porque
el fin de la vida normal no es PRODUCIR
MUCHO -en absoluto--, sino conseguir un disfrute "sobrio y
honesto" (7) de los bienes producidos. Y esto para la mayoría.
La riqueza económica de un pueblo, observa Juan XXIII,
no resulta· solamente de la abundancia global de los bienes, sino
también
y sobre todo de su DISTRIBUCIÓN EFECTIVA SEGÚN LA
JUSTICIA con triiras a asegurar el desarrollo personal de los
miembros
de la comunidad: porque éste es el verdadero fin de la
comunidad nacional" (8).
¿ Qué interés pueden tener, para la mayoría de los que tra­
bajan la tierra, producir más "por hombre", si la suerte de
"este" hombre ya no es o apenas es mejor que la de "aquellos"
hombres que hacen falta para producir la misma cantidad?
¿ Es esto condenar al progreso? ¡ En absoluto ! Si la meca­
nización (bien entendida) permite
una productividad-hombre ma­
yor, el fin no será que los campesinos, conservando su libre ex­
plotación familiar, trabajen MENOS que antes y obtengan una
renta suficiente.
Se pretende, por el contrario, disminuir, a través
de
"planes" y de autoridad .política, el número de campesinos
a fin de que menos hon1bres trabajen tanto como antes
... para
obtener un beneficio que irá a parar SOBRE TODO a los que los
dirigen: "grandes patronos", industriales agrícolas, tecnócratas
de super-cooperativas ( o explotaciones colectivas agrícolas a lo
sumo).
La productividad-hombre es un criterio discutible. Implica
una concepción del ritmo del trabajo y del estilo de vida que
esJ con demasiada frecuencia, .perjudicial al hbm:bre, considerado
bajo
el solo aspecto de instrumento de producción (9).
(6) La productividad es la relación entre el riendimiento de una
explotación y sus cargas. La productividad-hombre es este porcentaje
por trabajador empleado
en la exp10t.aci6n.
(7) Según la fórmula de León XIII, Rerwm N ovarwni" aplicada al
obrero de la industria. (8) M a,ter et M agistra, TI parte.. .
(9) Un test nos parece significativo: la actividad febril observada
en ciertos agricultores que a.c'aban de comprar un aspirador de forra:­
j es. Normalmente este aparato debería aliviarles: en realidad, conoce-
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Así, pues, sin descuidar las indicaciones que pueden dar este
género de estadísticas, hay que evitar sacar de ellas conclusiones
demasiado precoces.
La productitvidad por unidad de superficie permite, según
nuestra opinión, comparaciones más exactas. Y estas estadísti­
cas de que hablamos se puede decir que son claramente favora­
bles
al tipo de e:x;plotaciones familiares (10). Pensamos en los
cultivos de huerta y en los viñedos minúsculos, pero muy ren­
tables, del Valais suizo; en los polders holandeses, cuyo ren­
dimiento
ha aumentado gracias a una inteligente explotación,
sobre todo desde que los Países Bajos han tenido que abandonar
sus colonias compensando las pérdidas económicas resultantes
de este abandono.
Gérard Rozes escribe en
La Dépeche du M&!i (13 de junio
de
1964, página 9).
"El Centro de economía rural y de gestión del Gers acaban
de constatar que las
=plotaciones de policultura que encuentran
actualmente las mayores dificultades no son las que tienen
15 ó
ZO hectáreas, sino aquellas cuya superficie está comprendida entre
50 y 150"
¡ ... !"He aquí, a título de ejemplo, algunas rentas agrí­
colas obtenidas según los tipos de explotaciones más corrientes :
-Tipo maíz-viña-cría de ganado :
14 hectáreas: 30.000 francos.
78 hectáreas. 30.000 francos.
22,30 hectáreas: 19.900 francos.
100 hectáreas: 15.000 francos.
-Tipo cereales-cría de ganado :
18 hectáreas:
7.720 francos.
65 hectáreas: 4.410 francos.
16,80 hectáreas:
8.380 francos.
-Tipo cría de ganados-cereales :
17,ZO hectáreas: 8.500 francos.
68 hectáreas :
8. 940 francos.
5,7 hectáreas: 8.920 francos
... "
mos a algunos que nunca se han agotado tanto como para alimentar rá­
pidamente a este aPllrato. Pues "gasta tma cantidad· de corriente eléc­
trica" ...
(10) El M,,,.;fiesto de Viena (1958), de la "Confederación Europea
de la Agricultura", declara: "Una atención muy especial debe dedicarse
a la peq_uefia explotaci6n familiar : su interés reside, en particular, en
una producción RltLA'I'IV.AMlW'I"Jt ELEVADA POR UNIDAD Dlt SUPERFICit CUL­
TIVADA, es decir, en la obtención de AI.'tOS ~lNDIMI:eNTOS y en el NÚME­
RO :itt.SVADO DE PE;RSONAS QUE HACJt VÍVIR. (Bulletin des Chambres
,J' Agriculure, 1 de octubre de 1963, núm. 277, 11 bis, calle Scn"be, Parls 9).
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VIDA CAMPESINA
Estas rentas están calculadas sobre la base de la unidad: tra­
bajador-hombre.
El B. T. I. (Boletín Técnico de Información (11}) de julio­
agosto de 1964
da resultados análogos ¡,ara las explotaciones de
frutales, ¡ animando a los agricultores a no abandonar la tierra
sin haber intentado todo!
Desde este punto de vista, la estructura
campesina de la agri­
cultura en Fran~ es ciertamente la que permite el mayor ren­
dimiento global, dada la diversidad de suelos y de producciones
de este país.
Por ejemplo, se ha ironizado mucho contra los setos valla­
dos de Bretagne. Vendeé, Charentes: individualismo, vestigioso
del
.pasado, barreras mezquinas que impiden útiles agrupacio­
nes, etc ...
Todo no es falso en estos reproches ; es una cuestión de casos
concretos. Pero no hay que olvidar el papel de estos setos valla­
dos contra el viento para conservar la humedad del suelo y co­
bijar a los pájaros destructores de parásitos.
¡ Así vemos en ellos
una
adaptación de las estructuras sociales agrícolas a las me­
jores condiciones
de utilización del terreno y no un parcelamien­
to arbitrario que hubiese impedido que
se realizasen estas mejo­
res condiciones
de rentabilidad!
En fin, este género de estadísticas, como el precedente, no
está exento de prejuicios materialistas y· de este economismo
estrecho, limitado, antisocial que resulta de él.
l. !Mira idealista, porque no tiene en cuenta los datos con­
cretos de fertilidad, que son los que importan en este terreno.
Es absurdo comparar los rendimientos del "famer" a los del
campesino de
las Causses o de Bretagne (¡ y todavía habría qne
precisar de qué región bretona!).
La indicación tiene un grado de
generalización que d'i.sminuye el interés.
2. M iraJ materialista, ya que la productividad por unidad de
superficie es una noción sin valor cuando se la saca ·de su con­
texto sociológico, político, moral y religioso.
Se alaba a
la productividad-superficie en la U. S. A. en el
momento en que. los Estados Unidos acusan ~n exceso de pro­
duccióu e inteutan frenar dicha productividad.
Al
mismo tiempo, países de Africa que podrían tener una
productividad por superficie incrementada por una labor tenaz e
inteligente
de su suelo, ven afluir a los agricultores hacia las
(11) Boletín de la unión de los ingenieros de los servicios agrícolas.
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hipertrofiadas ciudades, que son sus enormes capitales. Y las tie­
rras cultivables vuelven a la selva .por deficiencia política.
A la vez, la India, que .podría clasificarse entre los
n1ejores
productores de bovino, se mueren de hambre bajo el yugo en1-
brutecedor del hinduísmo con sus tabús, sus vacas sagradas, sus
ratas protegidas y
su cortejo de miseria. Aquí la productividad­
superficie
no PUEDE mejorarse mientras domine el fanatismo de
una moral antihumana.
En otros sitios vemos que para obtener, ·de momento, una
mayor productividad-superficie esquilman el suelo, descuidan la re­
constitución del humus, ya que la supresión de la cría de ganado
lleva consigo una falta de materias orgánicas que el abuso
de los
abonos químicos arruina el equilibrio biológico de los terrenos, etc
...
Digamos, para concluir, que lÜs datos económicos abstractos
que se nos presentan frecuentemente son de
poca utilidad si se
les interpreta con
un ESPÍRITU orientado exclusivamente hacia la
acumulación de bienes materiales.
i Qué ironía pensar que una época tan ávida de pr-oducir
sea precisameute aquella en la que un 15 por 100 (12) de la
humanidad esté subalimentada ! Producir siemp·re, cada vez más,
cuando no se es capaz de repartir, no es
"el Progreso" ... es
una regresión (13).
La noción de productividad es interesante ... cuando no está
aislada de otros factores
CUALITATIVA y ONTOLÓGICAMENTE SU­
PERIORES.
Así considerada, la economía agrícola de Estados Unidos no es
forzosamente
un ejemplo a seguir.
Por una parte, su agricultura está compuesta "de un peque­
ño número de grandes explotaciones subveucionadas" (14), lo
que la pone en dependencia constante de los sectores industria­
les y comerciales. Ahora bien, tal opción no deja de tener
pe­
ligros para el porvenir. Hoy se habla mucho de excedentes ali­
menticios ....:..._lo que es un escándalo cuando otros pueblos están
mal alimentados-, pero ya se prevé que en 1970 la situación
cambiará como con.secuencia del aumento demográfico general.
Por otra parte, esta política de una agricultura sostenida a
fuerza de subvenciones permite a U. S. A. realizar un verdadero
(12) Ver la puntualización de Colin Clark (France Catholique del
26 de enero de 1962) en nuestra anteúltima nota de la primera parte.
(13) Ejemplos célebres : las máquinas de va,por brasileñas quemando
café. Los melocotones y tomates de la región de A viñón tirados al
Ródaoo. Las alcachofas desp,arramadas por la calle en Saint-Pol-de-León.
(14) Cf. Paris-Match, 7 de noviembre de 1964.
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VIDA CAMPESINA
dumping sobre las .cotizaciones mundiales. Pues, observa muy bien
Lang)ade-Demoyen (15): "Existe allí una duplicidad que encu­
bre
ut escándalo ... A través de estos precios de áu,nping mun­
dial, impuestos que debilitan
.todo el mercado universal (los costos
de producción real no se expresan· en los precios), se mantienen
los países subdesarrollados (generalmente exportadores de pro­
ductos agrícolas) en un estado de miseria permanente y se
les so­
mete por una renta diferencial, que se les concede, por otra parte,
bajo forma de donativos generosos". Observamos así una espe­
cie de neo-colonialismo del dinero, tanto más hipócrita cuando no
deja de hablar de "el hambre en el mundo" y de pedir limos­
na a
las buenas gentes.
Es, pues, con legítima desconfianza como acogemos algunas
estadísticas sobre la productividad.
l. Tan pronto se nos dice que hay que aumentar la pro­
ductividad. Y por esto
las explotaciones familiares se declaran
no-rentables, obstinándose
en destruir el campesinado.
2. ITan pronto se nos dice que la producción agrícola es
excesiva. Y se mantienen así las cotizaciones agrícolas. extrema­
damente bajas, terminando con "reventar" a las pequeñas ex­
plotaciones.
Tenemos execedentes, pero son irregulares. Sería necesaria una
política a largo plazo, una previsión de los precios (que no se fija­
ran después de cada recolección, de prisa y corriendo), una previ­
sión de
las inversiones PRIVADAS en el sector agrícola ( que no es­
tuvieron ahogadas por el Estado), una previsión de los almacena­
mientos, etc, Pero, sobre todo, una posibilidad de abrir el merca­
do a cantidad de "subalimentados" que existen _:incluso en Fran­
cia----,-, pero de los que se habla poco, ya que no constituyen una
clientela electoral o sindical interesante.
Todo esto pediría otra cosa que establecer gráficas. Sería
necesaria una política de acuerdo entre los cuerpos intermedios
profesionales, de una parte, y el Estado, por otra.
El éxito de la agricultura y de la economía francesa depen­
den de este acuerdo.
Pero hace falta quererlo.
2. Bien dirigüla, la explotacwn campesina es rentabk,,
"No es el campesinado quien -está enfermo. es el campesino"
nos decía
un agricultor que desde hace veinte años, gracias a una
(15) L'Homtme NouveaJU, 1 de septiembre 1963.
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ALAIN THORANCHES Y PIERRE BEVILLARD
contabilidad precisa, nos demostraba que su propiedad de 25
hectáreas le
permitía vivir con su familia numerosa dignatilente,
sin privaciones, 25 hectáreas que nq son ni de viñas bordelesas
ni de tierras beauceronnas (pertenecientes a la Beauce), ni cul­
tivos de huerta, preeisémoslo (16).
Esta interesante experiencia no cambia en nada lo que de­
cimos sobre el anormal desequilibrio entre precios agrícolas y
precios industriales. Allí . donde nuestro a.migo se ve obligado a
"pasar estrecheces" ... debería vivir holgadamente. No hay que
negarlo. Todavía más, encontramos escandaloso que se planteen pro­
blemas agrícolas en términos de "reforma de las estructuras"
-lo que quiere decir en el espíritu de muchos oráculos: liqui­
dación del campesinado-, cuando se trata, en primer lugar,
de una reforma política · de la economía nacional y ante todo de
una repulsa de las
concepciones tecnocráticas, materialistas, tota­
litarias, antisociales,. sobre las que reposa actualmente esta econo­
mla, al menos en Francia (17).
El ejemplo de los países del Mercado Común debería alec-
cionarnos. • ' ' 1
Es gracias a sus explotaciones familiares por lo que su agri­
cultura ha progresado después de la guerra. Y hoy, el propio
Pisani se ha visto obliga_do a reconocer: "Cuando Un cons_umi­
dor paga 100 francos por un producto de la agricultura, el agrL
cultor danés recibe 72, el alemán 64,
el francés, 54. La diferen~
cia entre el" precio de las remolachas azucareras entregadas en
fábrica y el precio del azúcar es mayor en Francia que en cual­
quier otro país europeo.
La culpa se debe, sin duda, tanto a
nuestro sistema fiscal
con10 a las estructuras; pero el hecho brutal
(16) Ver el Anexo de este estudio.
(17)
"El golpe de gracia fue dado cuando el sindicalismo -oficial
consagró los
el:rores y perjuicios corrientes proclamando que el problema
campesino era no tanto
un asunto de dinero, _sino una necesidad de
«reformas de estructu·ra"
; en resmnen, que era el mismo estado campesinó
la concepción tradicional de la vida campesina, el oficio de campésino
la causa
-de todo el mal. Todo el mundo estuvo de acuerdo, y inuchos
jóvenes campesinos con el mundo ...
Pero las cosas no marcharon mejor.
Y los bellos te6ricos,
para reformar las estructuras no previeron más
que la destrocción del hombre campesino par la colectivización. Mientras
el
campesino se pregunta en la angustia y la tebeldía : ¿ es destruyén­
dome corno se me alivia?
¿ No existe un camino por el que yo pueda
seguir siendo campesino y vivir en este mundo inhumano?" Olivier
Dugon, Entre Paysan, pág. 5, número especial sobre la reforma del cam­
pesinado Bonnefamille,
IS'ere).
374
Fundaci\363n Speiro

VIDA CAMPESINA
que hay que tener en cuenta es que el productor francés se
perjudica con relación a los de los países vecinos" (18).
Ahora bien, Francia sola representa
la mitad de las superficies
cultivables
de Europa Occidental (34,S millones de hectáreas de
74 millones de para la comunidad europea) (19) ¡ Si quisié­
ramos ... !
Recientemente, La Dépech, du Midi (20), bajo la pluma de
Gérard Rozes, da:ba estas razones de "la superioridad de las
explotaciones familiares": "Numerosas razones permiten expli­
car estas diferencias de resultados entre las explotaciones familia­
res y las explotaciones más impürtantes. En primer lugar, el
aumento de la superficie conduce con frecuencia a un sistema
más extensivo, en
el que la productividad por hectárea es muy
inferior.
"Además, _es más difícil .efectuar los trabajos en el momento
oportuno en una explotación grande que en una pequeña; el ren­
dimiento de los cultivos se perjudica con esto.
"En fin, las cargas de la mano de obra asalariada son ma­
. yores que las de la
mano de obra familiar, y las grandes explo­
taci-anes acusan más la disparidad de precios entre los productos
agrícolas y los productos industriales (máquinas, etc ... )
"Por otra parte, asistin1os con frecuencia a una dispersión
de los medios finanqi:eros en las grandes explotaciones. Con
la falta de dinero se reducen las dosis de abono, por ejemplo, y
las cosechas son muy inferiores.
"Sn embargo, son muchos los agricultores qtie tratan de ex­
plotar cinco, diez o veinte hectáreas suplementarias
en arrenda­
miento.
Aparentemente, estos prevén un gasto de 10 a 150
francos por hectárea, precio
del arrendamiento. Pero de hecho,
deberán hacer frente a una inversión· diez veces mayor para
financiar la compra de abono, semillas, productos diversos, ma­
teriales, etc ... Sería, pues, preferible que
en lugar de tratar de
explotar el máximo de tierras,
TRABAJASEN MENOS, PERO EN M'.E­
JORES CONDICIONES.
"Por otra parte, más allá de ciertos límites, la extensión
de las superficies exigen grandes inversiones, YA QUE SE REEM­
PLAZAN MEDIOS HUMANOS POR MEDIOS FINANCIEROS. Es nece­
sario, además, pasar
de la explotación farrtiliar a la explotación
(18) Finance, 12 de noviembre. de 1964. (19) Cifra ·dada por los sindicatos independientes agrícolas bretones
y normandos. (20) Sábado 13 de junio de 1964, pág. 9.
375
Fundaci\363n Speiro

ALAIN THORANCHES Y PIERRE BEVILLARD
con asalariados, lo que plantea problemas a veces difíciles, en
particular para las organizaciones del trabajo."
"Por estas múltiples razones, y por otras sin duda, la ex­
plotación familiar parece ser el mejor sistema de revalorización
de las tierras en el Suroeste".
3. Resistendo, posibk a la destruccwn .del campesm,,d,o.
Sin embargo; la situación está lejos de ser de·sesperada para
el campesinado francés... a condición de que se nieguen a sui­
cidarse, personal y colectivamente.
Personalmente,
¡x:>r la falta de resistencia o la aceptación
demasiado fácil de los slogans de hoy en día.
Colectivamente,
por la anegación de sus organismos profe­
sionales.
Ahora bien, el campesino incluso frente a tal proceso puede
y debe resistir. Y en primer lugar rechazando el automatismo_
de reflejos colectivos provocados desde el exterior. Por ejemplo,
¿ por qué comprar un tractor cuando no es necesario INMEDIA­
TAMENT.Ie, si no se dispone del capital necesario?
¿ Por qué comprar un tractor grande cuando uno pequeño
bastaria?
¿ Por qué comprar un tractor NUEVO cuando "sirve", durante
diez años,
un tractor de ocasión· por poco que se cuide y se re­
pare .durante el invierno? (21).
Y cuando el cultivo exige un tractor grande, ¿ por qué no
constituir
una coqperativa privada· local para su compra y
utilización ?
Estos razonamientos sólo harán sonreír con ironía a los im­
béciles ... o a los explotadores de la credulidad campesina.
Si
el ejemplo del tractor parece en "el límite" de la demos­
tración (¡ y aún más!), ¿ qué agricultor no reconocerá que ciertas
máquinas agrícolas cuesta mucho amortizarlas
porque no se uti­
lizan_ más que algunos días o algunas semanas durante el afio?
Un material comprado de ocasión o n1enos perfecto haría, con
mucha frecuencia, el mismo papel y costaría mucho menos (22).
(21) Ver el Anexo de este estudio: ¡La explotación familiar agrícola
está conilenadar (22) Jean Maquet, en París-Match (7 de noviem.bre de 1964), recoge
la misma opinión de H ... agricultor del Suroeste: "se compra tractores
nuevos y demasiados
caros qque no se saben reparar, mientras que la
376
Fundaci\363n Speiro

VIDA CAMPESINA
En fin, se trata de una gama muy amplia de niveles entre
inversiones masivas a que se invita el campesino y la mejora
PROGRESIVA, prudente y rentable de su material y de sus pro­
cesos
de trabajo.
Los progresos técnicos en
el campo del pequeño material
agrícola son
inmensos. Deberían poder ofrecer a la explotación
campesina, incluso modesta e -incluso en la actual degradación
de
las rentas agrícolas, los medios de modernizarse, de vivir con
menos estrecheces, sin tener que envidiar nada al proletariado
urbano.
Sería necesario solamente un mayor DESEO en el campesino
de no abandonarse ciegamente a lo que le presentan como obra
del "sentido de la historia".
El mercantilismo no está sólo para hacer su agosto en este géne­
ro de operaciones. La mística-totalitaria se beneficia también (23).
¡ Presentando instrumentos destinados por naturaleza a las estruc­
turas agrícolas industrializadas, esperan
desencadenar, por este
medio, la evolución hacia estas estructuras! (24).
fórmula correcta es .comprar tractores de ocas1on por la cuarta parte
del valor
de uno nuevo y reparar los poniéndolos en condiciones de que
sirvan".
(23) ¿ Cómo se podría ignorar, en la génesis de esta mentalida.d
social totalitaria, la infuencia de técnicos de t'noda? Leemos, por ejemplo-,
en la obra de Claude Cuénot. Pier-re T eilhard de Chardin (París, Plon,
1958): "La humanidad, cualquiera que sea su régimen político, TIÉ,ND]i;
A COLECTIVIZARS:tt. La idea original de Pierre Teilha:rd, de acuerdo con
su ley de complejividad-conciencia, _ es que si la humanidad llega de
verdad
a organizarse colectivamente, esta constitución de un organis­
mo colectivo llevará consigo una conciencia más -elevada. En suma, la
socialización no es un epífenómeno, sino la auténtica prolongación de
la hominisación, o sea de la evolución humana ... ". Es con estos colecti­
vismos ideales
como se trata de llevar a la práctica la esclavitud tota­
litaria mundial soñada por los sinarcas.
(24) Así los cálculos de las estadísticas se fundan en un período
de amortización del material del orden de cinco años. En realidad -y esto
es cierto sobre todo
para las, explotaciones familiares, las cuales, como
el material,
se conservan con frecuencia mejor, se utiliza de forma menos
costosa_¡ la amortización puede repartirse sobre un período mucho
más largo (del orden· de diez a veinte años según la categoría del
material).
Con frecuencia las
normas se establecen por equipos de tecn.ócratas
que sé fundan en los datos de las grand-es explotaciones industriales y a
veces estatales
... , · con el despilfarro, la falta de cuidados asiduos y el des­
precio
.del obrero que realiza cua.lquier cometido, inherente a toda empresa
desde el momento que alcanza un estadio en el cual las relaciones ad­
ministrativas tienden a predominar sobre las relaciones humanas di~
rectas.
377
Fundaci\363n Speiro

ALAIN THORANCHBS Y PIERRE BEVIUARD
El campesino necesita ser aconsejado, ayndado, para discer­
nir dónde está sn interés más DURADERO (25).
De donde el papel capital de los cuerpos intermedios: or·
ganismos locales y profesionales. Memás es necesario que las
"cabezas" de estos cuerpos sociales naturales no estén pertur­
badas por los mitos totalitarios.
2. CAMPESINADO Y DESCENTRALIZACIÓN.
Devolver a los cuerpos locales y profesionales sus liberta·
des naturales, reservar al E.stado lo que únicamente él puede
hacer, he aCJ.uí la acción que reivindica el presente; he aquí,
para mañana, la esperanza de una sociedad más humana.
Esta vuelta
al orden natural se llama: descentralización. No
es el hecho de algunos retrógrados, sino que se manifiesta amplia­
mente, por el contrario, en· los pueblos en progreso. MientI'as
que en Europa, nos ·hacen tomar por construcciones de van­
guardia
las "jaulas de· conejo" de las enormes ciudades, la ur­
banización monstruosa, el monopolio estatal de la enseñanza, los
habitantes de los Estados U nidos abandonan las oficinas de los
rascacielos y
se desplazan a 80 kilómetros todas las tardes, para
volver a su casita
en el campo. Las escuelas y universidades,
lejos de estar bajo
la administración del Estado federal, ob·
tienen su rt,putación por los triunfos conseguidos, etc. Por su
parte, los suizos no sacrifican al utopismo centralizador las liber­
tades comunales y cantonales que han permitido sus progresos
en
la paz social.
Ciertamente,
los países a los que. envidiamos su pmpiedad, el
sentido de la organización, la conservación de su libertad, son
(25) Representa todavía tUla numerosa clientela, lo que le permitiría
exigir de la industria que adapte sus fabricaciones a las necesidades de
las empresas .familiares. En lugar de poner a la explotación familiar
en estado de inferioridad cuando quiere procurarse· material nuevo.
Esta adaptación de la industria a la variedad de nuestros suelos
podría ipe.rmitir a 1,a.s .empresas !fra.nce~ concurrir más eficazmente
con las del extranjero U. S. A., (U. R. S. S.) que venden sobre todo mate­
rial :pesado. El Estado podría, sin Salirse de su papel de coordinador
del bien común, estimular a las industrias mecánicas de nuestro país
en este sentid.o. Pero es cierto que, en el estad.o actual de las cosas
n:iuchos intereses extranjeros ejercen su poderosa influencia ...
378
Fundaci\363n Speiro

VIDA CAMPESINA
aquéllos que practican, desde' hace ,mucho tiempo, una política
de descentralizációrt (26) ..
l.' Descentralizaci6n local.
La ·aSpiraciiSil de las :ir1áBas camina en ~ste sentido.· Recien..:
tes estadísticas lo pr.ueban (Zl). El' movimiento del porvenir rto
es o,rganizar el campo, sino hacer',vivii ew el campo a los habi-
tantes
'dé las ciudades. , , , ,
Pór una parte, descongestionando' las grandes metrópolis, por
la imj:¡Iantación en zonas rurales de , fabri<:aciones que no exigen
una agrupación
unitaria. La electricidad lo, permite ampliamen,
te. ,La era paleotécóica ,nacida con la máqt¡iria de vapor ésta
ahofa
en plena transformación (28). , ,
Por otra parte, multiplicando las · ·zonas:···residehciales en el
campo 'cori las industrias y cámercios que deben funcionar necesii­
riamerite en la ciudad o al lado de industrias vecinas : caso de la
siderurgia, por ejemplo. ,
Es aquí donde los poderes públicos tienen un ·importante
papel
que' desempeñar, y sólo ellos pueden desempeñarlo.
Que
,no se' invoque la' falta ·de recursos para descentralizar
puesto que ·se encuentran los fOndos nécesariOS ... para centraliiar.
El ~tadci puede 'eximir de impuestos directos, pardal o total­
mente, 'por .Ún tiempo limitado o por rrn siglo, a las regiones
pobres, en las que se: instala_rán empreSas ind~striales. y comer-
ciales. ·
Pero, ¿ no son los impuestos. indirectos lós mas pesados? En
este ca.so será siempre posible desgn,var de tasas a los, produc­
tos
que lleguen a estas regiones y

a los que salen de ellas.
Cier­
tamente, esto obliga a romper ef monolitismo igualitario: Y a no
se podría ·'"'résolver" todo' désde parís". ' . ,
Las diferentes regio¡jes deberían gozar de' e.statutos diferentes,
tener
sús leyes y reglamentos particulares.' ¿ Quién verá en ello
una iriJ u~ticia? ' ' .
· {26) r;¿/ titie _llO'quiefe. ,i:iecir é¡ue este Sano: .realismó: no tenga, q~ luchar
contra. las ·modernas -influehcias' : -totaiita'r'ias. '
(ZT) Cf. segunda parte. •,J,. l,os hechos.
(28) Cf. Pbilippe Ribot, Los cuerpos intermedias condici6n del J>ro­
greso sociaJ. Anexo de la obra El Trabaja~ de J. Ousset y M. Creuzet.
Difusión: C. L. C .. París. Traducción espafiola publicada por SmRo,
S. A.,' en V,:i 379
*
Fundaci\363n Speiro

ALAIN THORANCHES Y PIERRE BEVILLARD
• Le desigualdad que se. deplora· en. estas sugerencias, ¿ no exis­
te en
el actual igualitarismo legal? ¿ Es que Bretaña, Auvernia, el
De1finado, no _se encuentran en una situación de parientes pobres
con respecto a la región parisina del norte y de la Lorena?
La única diferencia entre estas dos desigualdades es que la
una sería justa porque ayudaría a los que lo necesitan y resta­
Qle~ría el equilibrjo económico y. social entre las provincias,. mien­
tras que · la que existe actualmente destruye el conjunto del
país en beneficio de· algunos centros masificados.
La ley de los hechos, podemos decir, juega actualmente al
lado de la descentralización y del campesinado. Juega en sentido
n~tivo. H;abría _ que aceptar _ convertirnos en robots encerrados
en Ciudades sin aire, sin agua,-. sin cam¡x>, sin parques, nerviosos,
intoxicados, alimentados a. base de grasas. de recuperación y de
. trigo Sin germen. O bien, habrá _que volver a una descentraliza­
ción que la mayoría desea.
Hemos citad,o (informe Berrurier, 2.ª parte de nuestro estu­
dio) las reacciones de los .ciudadanos. Pero muchos campesinos
razonan de igual forma.
Jean Maque! en
París-Match (29), parece haber enfocado
bien
el problema: "Uno se va· del pueblo, dos se van, tanto
mejor. Esto. -es lo que se puede llamar· "la evaporación". Sin
embargo,. a Íuerza de evaporarse llega el momento en el que el
"umbral de sociabilidad" se siente afectado, en el que los arte­
sanos, los comerciantes, .el maestro, el cura, se -van, EN EL QUlt LÁ
VIDA SOClAL DtJA D~-SER POSIBL-S; entonces todo el inundo se
vá, es el éxodo puro y simple, y detrás del éxodo, el desierto.
Esto
en una época en que empieza a tener fuerza el reflujo de
los ciudadanos hacia el cam¡:,o .. ,Hay ·ya en Francia más de un
millón de residencias secun cipio.
La clie11,tela de las, estaciones de ski se dobla cada . cuatro
años. Dentro de algunos afi.os, si se dejan perecer las _estructu.ras
sociales del campo, habrá que volverlas a crear .a costa de grandes
gastos bajo
la presión ciudadana de los tur~tas y de los veranean­
tes. ¿ No strá más fácil, más humano y finalmente . más econó~
mico mantener la vida rural por encima del umbral de socia­
bilidad? . 1 , 1 : ,
Píen.so en un campesil)o del Alto Garona cuyo hijo es pro­
fesor de ski.
Pareee un bue!) eí emplo del paso del "primario"
al "terciario" corno dicen los eConorniStas.
' : .
(29) Payscms: c'et la fin de la pá.tiin.ce, 7 de noviembre de 1964.
380
Fundaci\363n Speiro

VIDA CAMPESINA
'" Pienso también ·en esta protesta de los agricultores , de Mon­
nes, en Ruy-de-Dóme, a los que se quiere privar de su maestra:
"Pero, señor, en lugar de cerrar la escuela, '¿JXlr qlté ·oo crear
aquí un preventorio para cuarenta niños deficientes , de Cler­
mont-Ferrand?
"Es· el mismo sentido común,. me parece. Quizás
esto sea "no retltable", antieconóm.ico~
"Pero quizá también' esto : cóstaria menos que una campiña
abandonada __ pór todos, . -a e:X:c~ión de los retrasados ·mentaleS,
y que los ciudadanos ·támbién _desertarían forzosamente, pues,
salvo excepciones, no se pasan las vacaciones . en el desierto. -·
"Este ya no es propiamente. el _problema agrícola. Sino que
es el problema de todos los franceses",
El problema de todos los franceses .. -. ·, Es que esto no tiene
fuerza suficiente
para: resistir a algunos tecnócratas de oficina?
Desde ahora,
es necesario que los cuadros rurales manten­
gan c6ntactós · con 'los cuadros urbanos en todós los uiveles: pa­
tronós, obreros, empleados,· n,presentantes locales... que. estudien
juntos
la descentralización que creen en todo el país un CLIMA
favorable y :poco a poco la mentalidad cambiará, la prensa, las
propagandas,
los arrivistas se verán obligados a tener en cuenta
esta "fuerza social".
Ciertamente, no _lo conseguiremos de la noche a la mañana,
ril.i~ntras el "aparato'-'-,-_ la st,iper-má(!uina,-nacional esté en ma­
nós de la subversión, Peto 'el calilpesinado tiene muchos tríunfos
en su mano, si sabe y ·quiere· servirse de ~llos. , Y qué hay más
frágil que
los_ sistemas centralizado_s g-igantes? ¡ Que los cam­
pesinos
y los ciudadanos· 'descubran las_ grietas del aparato tota..
litario ! . · !
¿Campesinado semi,..industrial o mela 1'U1'al más activa?
-Aqµí se plantea up_a G()ntroversia -que nosotros n9 resolvere­
mqs, pues según nuestra, opinión hay que ensayarlo todo y . "lle­
var adelante"
lo que tenga más posibilidades .de éxito, según los
lugares y las mentalidades_.
La ferretería en Savoya, la relojería en Haut-Dol!bs, )a
indústria .textil en algunas regiones del: Macizo Central, han
permitido conservar en -.. s,u -tierra· a campesinos condenados al
éxodo •
. :Urt ·ttabajó. de tipo artesarto;' a domicilio o en una pequeña
381
Fundaci\363n Speiro

ALAIN THORANCHES Y PIERRE BEVILLARD
ciudad j::ercana,: pro]_X)rciona al campesino una ganancia comple­
mentaria .
. Volviendú al ejemplo savoyano, el turismo y la ferretería han
reten.ido campesinos en su territorio permiténdoles vivir en el
eri buenas condiciones. . Arreglan una parte de la casa fumiliar
para alquilarla a veraneantes y skiadores. Los jóvenes se colo­
can -en hoteles,. garajes, comercios. En cuanto a la tierra, se
abandonaría totalmente si no quedasen algunos viejos y un pe­
queño número de jóvenes que aprecian bastante su libertad
para
no sácrificarl¡i a los salarios. más elevados del taller... hasta el
día en que quieren casarse. Existen todavía algunos campesinos,
pero apenas quedan campesinas.
La instalación de talleres en
eLcampo .,.--0 ,de comercios-encierra el peligro de llevar allí
el, instrumento ·que· arranca al hombre de su bien.
S~: pueden considerar. tres remedios:
1,· Remedf;() econ-ómko: revalorizar financieramente el tra­
baj.o dela tierra para ponerla en condiciones .. de competir con el
trabajo de taller. Y volvemos a la urgente necesidad de armoni"
zar las rentas agrícolas con las de los otros sectores, principal­
m_ente, a -través de confrontacione~ de representantes de las di­
versas profesiones. . ,
,· 2.: Remedio moral: dar a los jóvenes rurales -y sobre todo
a
las jóvenes-una educación moral y religiosa que les imbuya
el ·sentido exa.cto de la jerarquía de valores. Dar a a fumiJia.
campesina· una ,fecundidad que· pueda alimentar de hombres a la
vez a la tierra; y al taller.
3. J?.enwdio. · .po/iítico : dejar a las autoridades· locales. compe­
tentes
los poderes necesarios para limitar la instalación de; talle­
res a los que la población pueda abastecer de mano de obra sin
perjuicio de la que ya existe, en particular y en primer lugar:
la
agricultura.
Sugeridas estas g'arantía'.S; .hay que reconocer que la descen­
tralización seria, de todas formas, benéfica sobre el plan general
para el campesinado. Cuand9 una industria se instala en una
región pobre aporta una clientela .. Acercando el obrero al cam­
pesino,. esta situación trae consigo ·á.útomáticainente el comercio·
directo. . . y un anmen to de la renta para el campesino que
puede dar salida a sus productos sin tener que
pasar por la cas-
cada de· illterrhediarios. , ·
., Algunas -t'ierrás ábandOnadas se. '!recupe'tarán ,,-para Jardine-
ría o el pequeño rebaño para los obreros, · · · · ·
No hay que excluir que los hijos de los ciudadanos que• hau
conocido la pesadilla- de· Jas, "ciudades toncentiacionarias'~ pre-
382
Fundaci\363n Speiro

VIDA CAMPESINA
fieran instalarse a poco costo como campesinos o encuentren ven­
tajas en una actividad mitad agrícola, mitad industrial.
En fin, una renta agrícola suficiente y una elevación· del
"umbral de sociabilidad" en los pueblos
'harían menos dura la
situación de·
1a mujer en el camp:,. Y es de esperar:, sin-·utopía,
que los peligros señalados
en Savoya se desterrarían más fá,
cilmente si el conjunto de la economía .estuviese orientado en el
sentido que nosotros indicamos.
Pero,-·¿ cómo realizar esta descentralización cuando. los pode,
res ·totalitarios suprimen las comunidades naturales que la per­
mitirían?
Empobrecidos en hombres, en recursos y en autoridad por
la política de centralismo, los ayuntamientos r1.1.rales son inVita­
dos a fusionarse con atrayentes ·promesas... ¡ siempre oficiales!
No diremos que la desastrosa situación del campesinado no
les obligue a veces a ello.
·
Pero no hay que negar, por el contrario, que algunas colec­
tividades más amplias y numerosas permiten una
subida· más
fácil
de los partidos al poder, de las presiones más cómodas
para los prefectos,
un encuadramiento policial; ideológico, eco.:
nómico, m·ás eficaz. En fin, la defensa -de ·intereses reales,· cuando
no emana directamente de los cuerpos sociales "básicos", se Ve
anexionada y '-'corto-circuitada" por otros. intereses más poten­
tes pero sin relacióri con los que se quería representar.
Al defender sus cuerpos intermedios
focales (30) contra el
totalitarismo,
los campesinos defienden su inserción en la comu­
nidad nacional. ·Defienden sus derechos
políticos, mantienen en
sil pnesto los receptáculos para la descentralización -ineludí0
ble-de mañana. Es otra oportunidad que se les da y que va
directaménte
en. e-1 sentido de la descentralización· y de un rena­
cimiento
-del ca~pésinado~
2.-0 Descentralización profesional.
"Estamos persuadido¡, de que· los· promotores del desarrollo
econ§mico, del .progreso social, del aumento del nivel cultural
(30) "El ayuntamiento, nos escribe un alcalde rural, es el lugar de
convivencia natural de los campesinos.
Que comprendan · que les c0rres­
ponde a ellos su defensa y sostenimiento. :Más que a l0s "veraneantes"
corresponde
a ellos salvar sus "ayuntamientos".
·383
Fundaci\363n Speiro

ALAIN THORANCHES Y PIERRE BEVILLARD
en_ los medios rurales deben. ser LOS MISMOS INTltRESADOS: LOS
AGRrcuLToRis .. .'1-.,.¡. : 1_1,-; · r-.:,:. -
Juan XXIII desarrolló' esta observación (31): " . ., Eh el-sec­
tor agrícola, como ·'en· los· ·demás sectores ide 1a producción, -es
muy conVeniente .que'; los agricultores:·· se·,a"SoCien, Sobre todo· Si
se' tráta de EMPRESAS '.AGRf.COLAS DE c.ÁiRÁeTltR FAMlLIAR. Los
cultivadores del
campo deben sentirse solidarios los unos de los
otros y colaborar todos a una. en la creá:tión de en1presas Coope­
rativas-y asociaciones ·profesionales:·de todo púhto. necesarias. póf-que
facilitan al. agricultor las véntajas de . los. prcogresos científicos y
técnicos y contribuyen de m.odo decisivo a la defensa de los
predos de ·los productos del campo. Con la adopción· de estas
medidas, los agricultores.· quedarán situados, en. uh ,plano de
igualdád respecto a las categorías económicas profesiónales, g&
neralmente organizáda_s; ·. de los otros sectores ·productivos y po­
drán hacer sentir todo el peso de su · -importancia económica
en la vida política
y en fa: gestión · administrativa" (BAC­
IH-146) . _
¿ Quién -no susctibirá estas palabras tan sérisatas? En ,'.cuárifó
a sus pbs'ibilidades'· de aplicación; nunca han._ sid9 -·~ .graµdes
como hoy, sobre todo ··en" FranéüL .. : pót ·j}Oco qúe lós inte'resit­
dos no olviden que tienen que ser "ellos mismos.", los, "promoto­
res
''de sú desarrollo,'. ~unca, en" e"fecto, O.esde las -antiguaS~cor;..
poraciones, los organisinos profesionales habían sido tan fuertes;
habían estado tan bien onganizadós, tan aptos para realizar la
promoción
campesina. ,., il. :
, Pero todo depende; da.ro· ·está, de los ob¡etivos que se fijen;

la rectitud y del, 'espíritu de .)os hombres que los dirig fin, de la
orientación- doctrihii\,,que se les dé.
Frente-·
al totalitaiismo móderno, el hombre aislado, conib
observa Juan XXIII, es impotente, de donde, el papel .capital
de los cueqxi-s intermedios profesionales agrícolas. Como la len­
gua de Esopo pueden
lo mejor y lo peor.
Así, pues,
¿ sobre qué criterios podemos_ juzgar su acción,?
¿ qué línea de conducta deben · seguir para responder a sti fin?
Volvemos a la misma alternativa inevitable:
-Promoción de los valores campesinos· {tal_ como los· he­
mos
definido en la primera parte). Adaptación 'progresiva de
estos valores a las situaciones concretas ante las cuales nos colo­
ca un totalitarismo e11_~cción de~e los Jacob,inos. Esto exclu-
(31) Mater et Magistra, 3.ª parte.
384
Fundaci\363n Speiro

VIDA CAMPESINA
yendo µn conser:vatismo estrecho que hace con frecuencia ~1
juego a los totalitarios.
-Si 'llO los .organismos, profesionales se convertirán, tarde
o temprano, en cooperativas del Estado, de las administraciones
del Estado o la
"torre de crmtror• de algunos te.cnócratas ávi­
dos de
pod'cl', 11,iieo,tras tanto, ¡ "qué buenos . quesdS" para los
que sólo están
guiados por la ambición y el interés!
A
la luz del pasaje citado de la Mater et Magistra, las fun­
ciones principales de· lbs organismos agrícolas podrían resumir-
se así: ,.
-defensa y promoción de la explotación campe5in~ "de
base familiar", y principalmente de las peguefias explotaciones,
blanco de los ataques de
tanta gente;
-política de los precios agricolas:
....:__ consejo · y formación de ·sus Componentes con miras a
crear élites campesinas ;
-misión rural ;
-misión en el plano del crédito ;
-oo,pel cooperativo.
a) Defensa y promoción de la explotaci.6n campesina.
La colectivización e's uri frataso.
¿ Pero podemos volver a las estrnctnras únicamente fami­
liares de
· 1a explotación agricola? Este · tipo de vida rural ha
dado sus frutos; pero hQy, ¿ no nos vemos obligados por el pro­
greso a disociar: vidá familiar
·y empresa agrlcola?·'Más ·bien
que aferrarnos en defender el campesinado bajo este aspecto,
¿ no habría que encontrar soluciones que permitiesen al trabaja­
dor de
la tierra mantener lo· esencial de los valores campesinos
( con una tierra, su
casa, algunas bestias) y ál mismo tiempo
ganar más en las · estructuras agrícolas más industrializadas ?
Los
organismos ,profesionales deberían dedi6irse a buscar·

estas
fórmulas en lugar de caer
eo los excesos contrarios:
-el progresismo: con, al final, la colectivización de las tie­
rras y del material ;
-el pasadismo, defendiendo la explotación familiar que ya
no está adaptada a la economía moderna.
Estas "falsas,ventanas .. de simetria" no-están de acuerdo con
la realidad.
Existen
empresas familiares rentables cuando están bien ad­
ministradas;
,damos un ejempló en 'el ,Anexo. Desg¡-aéiadameote
,385
,,
Fundaci\363n Speiro

ALAIN THORANCHES Y PIERRE-BEVILLARD
se conocen .pocas; el sindicalismo ''.orientado'' y ''para-oficial.''-se
ríe de esto, ya que pretende lo contrario .a ·priw; j y quien sabe
"llevar su negocio", a pesar .de las embosca~s, no .,se -atreve a
proclamarlo: reserva,-desconfianza;-bien conocidas en el -.mundo
campesino.:. y no siempre. ittjustificadas !
Una encuesta seria_ revelaría que hay -más. de-las que se
cree y que bastaría con. una honesta revalorización de los precios·
agrícolas para ·que fuesen prósperas. Revelará quizá también
que muchas ·serían,_ rentables si su poseedor, mal aconsejado,
no hubiese comprado un material demasiado caro y no indis­
pensable de momento para "hacer como :el vecino".
· Revelaría- también. que, en tal caso preciso, tales explota,
dones familiares no pueden·.·vivir -de ,gur' renta. ¿-Nos atreveria­
mos a decir que no hay nada que. hacer? Por el contrario, es
en aquel momento. cuando hay que_, ingeniárselas -para-. encon­
trar las fórmulas más humanas, las más esfables, las cjtie ofre­
cerán las mejores garantías al campesino oblig~do a no contar
solamente con su ·inteligencia,·y
·su:-trabajo.·. ; -
Estas rórmulas pueden ir en dos direcciones y a veces com-
pletarse: · .
1.0 ·La incorporación· parcial de los 'agricultores a las empre­
sas agrícolas de ·tipo industrial puede ir pareja con el cultivo
de su pequeña propiedad. Se
le puede facilitar el uso del mate­
rial de
la empresa en su ,propiedad privada, etc ...
· ¿ Por qué las empresas ·agrícolas· de tipo industrial no buscan
soluciones que las empresa's de otros -sectore$1
• 1se· esfu'erzan en
poner en práctica
cuando se instalan en· el campo? ·
2.0 Sobre todo, los organismos profesionales Y· las colecti­
vidades !orales , deben ayudar a los culth,adores familiares a en·
cOnfrar ·rentas· ·Complementarias a través de ·acuerdos aptopia­
dos de tipo coperativista,' por·ejempló.
Estos acuerdos
pueden 'permitir la adquisición de material
en cOmún, ef ahriacenaje, la apertura hacia mere.idos que permi­
tan la mejor salidá' de los productos,· etc. Volveremos a hablar
después sobre fa . coopera:ción.
Pero lo que nos parece más importante es el ·estado de espí­
ritu que debe presidir estas investigaciones. No· hay que decir
nunca:
"La explotación familiar ya no ·es rentable, la prueba
es que tiende a desaparecer"·. ·
Esro no es una· prueba, és la constatación de un' hecho: j -Pero
un hecho no es forzosamente un bien!
Antes de decretar la ·muerte · dé' las'· explotaciones campesi­
nas habrá que Ver si es -irieludiblé;Y·si0,lo es' siempre, ·sr lo·és· en
386
Fundaci\363n Speiro

VIDA CAMPESINA
todas partes, si los,,n;tles que sufre n~ son curables, ~i los v~lores
tnota1es y sociales en juego merecen que se hága un esfuerzo de
imagirtacióh .c·en pro de la supervivericia de-las explotaciones,
etcétera (32). · . ··
-1 La primer ·tarea, ¿no consiste en remediar I:is injusticiaS que
peS tar que desaparezca, y de preveerlo todo como si ya no existie­
se? Los organismOs pr9fesiortales deben examinar, al menos, el pro­
blema antes de suprimir
su causa. Se sierite a veces la terrible im­
presión ·de que·
estos cuetj:>OS· agriColas ~tán movidos por grandes
y medianos cultivadores. Algnrios tienen sentido dé 'la justicia,
pero
otros se_-ríen de.-los "pequeños". No les interesan.
Otro
defecta es i¡uiia la péreza. Muchos están cotivenddós
del beneficio social de la ·civilización campesina. Saben que de
ningún mod.o···eshi "anticuaña" en sus ftin-cÍamentOS esenciales.
Pero el combate les parece demasiado largo, demasiado difícil,
frente a un enemigo aparentemente
poderoso. · Así piensan "evi"
tar-el comunísm6'1 · d"an-do "un paso hacia, _el "'S6cíalismo1'. Política
de-esos grandeS patronos· tJ.lle hacen publicidad eri -L'Humanité ...
para asegurarse el porvenir (33). ·
. ''Esta negligencia ·-es una. injustiti~. Las explotaciones cam­
pesinas no existen para permitir, a su expensas, el desarrollo de
los organismos agrícolas. Son los organismos agrícolas los que
existen• para· la defensa de · estas explotaciones campesinas que
_constitu}'en ,la mayor parte de sus 1ectivos.
b) PóUtica ·de'l()s -precios' awlcolas:
Hay que reconocer que los sindicatos de agricultores diri­
gen campañas--JXOlongadas para obtener la mejora del nivel de
vida agrícola, condición de la salvación del campesinado. Estas
luchas son hasta
espectaculares.
(32) No bástá · decir, con Pisan·i, "La fórmulá de explotación familiar
agrícola
ha perecido. Es tm inmenso hazmerrcir (expresión tomada: de
fEchr>· Agricole, -octubre-itóviefnhre de 1964).
(33) He leído este despropósito aturd~dor en la revista de una fede.:.
rá'.ción de cooperativas qué~ sin embargo, no pasa por mar?{ista: "Fran­
cia
y el muncto· occidentál se orientan inevitablemente hacia un capita­
lismo socialista.
La U. R. S. S. parece que ·hace un movimiento inVerso
tratando de "occidentalizarse" por un socialismo capitalizado.-Si estas
dos tendencias· llegasen a· uhá paz en el mundo más sólida -y Sonriente,
tendríamos
que felicitarnos de ello". ¿ Inconsciencia? ¿Propaganda?· Lo
cierto es qu.e la conjunción, tan bien -descrita, es·· exactamente·· el ·fin de
ta · barbarie tecriócrata, muy ¡"sonriente"!
387
Fundaci\363n Speiro

ALAIN THORANCHES Y PIERRE BEVILLARD
¿ Se puede decir, sin embargo, que haya una visión de con­
tinuidad suficiente más alfá de estas
reivindicacio:nes efímeras?
Mientras conceden a fuerza de comedia y palabras un au­
mento de un franco antiguo en la venta de un kilo de manzahe.s,
los Estados totalitarios minan los éuerpos profesionales y tienden
a anexionárselos.
¿Cómo?
Por el dinero, la politización, el fomento dialéctico
de sus divergencias internas. Y
-pronto--la inoculación de
la idea de -una necesaria concentración en favor de. la cual se
eliminará
a los que estorban. Jean Calbrette (34) cuenta que el
Cardenal Liénat rechazó hace tiempo
uu cheque entregado por
los industriales del N arte a ¡,esar de las dificultades financieras
de la diócesis. "Quiero seguir siendo
libre", les dijo.
Los organismos agrícolas no siempre son tan desinteresadás
y ¡ con razón! ¿ Dónde encontrar dinero cuando estatntariamen­
té están cóndenados
a la mendicidad, no teniendo "fines lucra­
tivos"? Su
eficacia se resiente.
Le journal Officiel el 13 de mayo de 1964 señala que 382
millones de antiguos francos han sido entregados por el Go­
bierno francés a diversos organismos agrícolas a título de
"finan­
ciamiento de las acciones de promoción social en agricultnra" (35).
(34) La crise actuelle ilu ca.tholicime frarncaises. Librerie franca'ise,
calle Mazarine, núm. 58, París 6, 1959.
(35) Entre paysans r:eproduce tas siguientes cifras según el J ournal
Of/iciel del 13 de mayo de 1964. Presupesto tfe 1a "promoci6n colectiva"
(cap.
43, 34, art. 5, del presupuesto). En este cuadro no figuran las sumas
asignadas a los organismos técnicos agr{colas. (Ver la nota sobre este Jnmto en la z.a 'frm'te de e3te estudio).
ORGANISMOS
Federaci6n nacional de los sindicatos
de cultivadores agrícolas : centro
de
innvestigaciones y estudios .agrícolas.
Centro
nacional de los 'j6venes agl"i-
cultores .................................... .
Instituto de formación para lós cua-
dros campesinos
....................... .
Centro de lo Jóvenes patronos.
Sindicato nacional de estudios, de
in­
vest,igaciones
para !as cooperativas
agr1oolas y sus un tones ............ .
Instituto nacional ·agrícola de estudios
e

· iniciativas cooperativas
y-mutua-
listas ..................................... ..
388
1961
232.000
186.000
406.000
406.000
12.000
6.000
1962
430.000
450.000
480.000
32.000
53.000
23.000
1963
547.000
450.000
557.000
45.000
76.000
74.000
Fundaci\363n Speiro

VIDA CAMPESINA
En , un clima distinto al del totalitarismo, esta ayuda sería
normal. Pero actualmente es muy raro que tal ayuda no exija,
a cambio, una alineación de
li-bertad (36), por .modesta (relati­
vamente) que sea permite -"amarrar" a
Iús · beneficiarios y
"orientarles".
La·· -"politizatjón" .. se opera introduciendo en las ruedas-mo­
trices:,de los sindicatos agrícolas a los hombres-incondicionales
de
los partidos totalitarios. Hombres "de fuste·", hombres fuer­
tes, hacen resaltar su influencia en las constelaciones supremas
y
obtienen así puestos sindicales desde los que puede efectuarse
la infiltración.
Una vez instalad<;>s callan, por dinero -o por honores, obte­
niendo siempre· ventajas peCtiniarias inmédiatas cuando 'éStán se­
guros de que
el poder ganará la segunda partida.
Federación gertetá.1 de la· agricultura.
FederáciOn generai de IoS -cuadros de
la agricultura ·. ·~ ............ , ...... , ... .
Sindicato· central de iniciativas ru-
rales .......... , ........................... .
Asoci3.ción naciónal" de emigración Y
de estableCiinientos rurales .. .' ....... · ..
Instituto de estudios superiores de de­
r~cho
.-U·!'a,1 y de economía agrí-cola ........................................ .
C.en.~ro de , investigaciones y de . estu-
d1os .. agr1colas ........ ;; ................ .
Federación nacional de los. centros
dfl
información y de vulgarizaciones
agrícolas
y económico-agrícolas ...
Centro nacional de la coopecación agrí-
cola ........................................ .
Centro de educación obrera
de la fede­
ración .
de . -los . trabajadores ae la
agricultura
y de los monte's
Confederación general del trabajo
Fuerza Obrera, federación de los
it'abajadoc""eS de ·ta ·airicultúta· .. ; ...
Federación-de los empleados y de los
~uadros: ... , ...... · ........................... .
Ju:ventud. ágricola catól~ca ..... ~·· ....... .
210.000
68.000
105.000
14.000
23.000
233.000
..
1.459.000
235.000
65.000
130.000
51.000
26.000
260.000
269.000
·"
2.512.000
349.000
83.000
135.000
58.000
35.000
639.000
350.000
60.000
140.000
225.000
3.823.000
(36) Hasta el momento actual únicamente la A. C. T .. A... (Asocia­
ción ·de Cordinación-TéCtlica Agrícola) está sometida a un controt·finan­
ciero
del Estado. Pero es de temer .que esta medida se extienda. a todaS
las organizaciones profesionales.
389
Fundaci\363n Speiro

ALAIN THÓRANCHES Y PIERRE BEVILLARD
El Estado propone entonces una nueva ley de servidumbre,
encontrando para alcanzar sus fines nuevas complicidades y ap:>­
yos de circunstancia en el interior de los organismos profesio­
. nales burlándose de los pocos clarividentes.
Asistimos a una operación de fascismo disfrazada. El fascismo
era un sistema en el que el Estado dirigía los cuerpos profesio­
nales, · lo que evidentemente es contrario al orden natural. En
nuestra, país el Estado ya no dirige oficialmente a los "fascios y
corporaciones'' como en tiempos de Musolini: orienta, finanza, su­
giere, vigila, promete, avisa, infoima ... , amenaza. En todos los
casos, cree ser el único dueño. Los organismos profesionales
tienden a convf:rtirse en una especie de partidos que sirven:"
............ Bien para canalizar la oposición corporativa en un sen­
tido favorable al totalitarismo.
~ Bien para orquestar el avance totalitario dél poder.
Dialectización de las divergencias : hemos observado
el pro­
ceso en una reunión compuesta .por militantes agrícolas._ Eran fa­
vorables a tal ley agraria, de la que se señalaban los perjuicios en
· otras regiones. "En nuestro país esta ley ha hecho aumentar el
precio de la tierra''.
Cuando el individualismo campesino -desacreditado, con ra­
zón, por las agrupaciones-se convierte en un individualismo
de región, de pueblo o de producción (37), cuando la solidaridad
de la tierra ya no juega, es que
el campesinado acepta su derrota
y coloca el yugo sobre sus espaldas.
Antes de llegar a esto, ¿por qué
no trabajar con la unidad de
espíritu de los clarividentes, más numi,rosos de lo que ellos
creen?
c) Con~ejo y formación de sus adherentes. El provenir de las
élites campesinas.
Un
dirigente nos decia recientemente: "Vemos con toda cla­
ridad el peligro de estatización. Desgraciadamente, los dirigen­
tes. son pocos y la "base" se desinteresa demasiado de la· acCión
de los dirigentes. Ya sea en la cooperativa o en el sindicato
chocamos con la apatía de las masas campesinas'
(37) Los países hortícolas permanec~n indiferentes ante las leyes
forestales·; las regiones de cría de ganado insensibles ante las que con­
ciernen a los cereales, etc ...
390
Fundaci\363n Speiro

·. VIDA CAMPESINA
¿ Es que no habrá una tarea urgente, más esencial que las fa­
mosas ''reformas de estructtiraS'' ;demasiado. facilmente· orientadas.
hacia la proletarización de los trabajadores de la tierra?
La formación de las élites se. abandona facilmente a los o~ga­
nismos del F.stado, a sus "doctores" o a las escuelas de pensa­
miento que los animan: tecnocrática, marxistizantes, etc ...
En su programa de 1962, el Gran Oriente de Francia se mues­
tra preocupado
en no dejar a. la Iglesia católica la misión de afi­
liar e influenciar a la juventud, en particular a los jóvenes rura•
les, cuya casi totalidad ha pasado bajo su control..."
"Ha decidido desde ahora en adelante animar al desarrollo
de las "Maisons de Jeunes et -de la Culture" -"Casas de la
juventud
y de la cultura"-, que son laicas, abiertas a todos,
sin distinción de sexo, edad, raza, religión, y obtener de las mu0
nicipalidades laicas y republicanas que las creen por todas par­
tes" (38).
Malraux, cuyas tendencias conocemos bien, ayuda en
el mismo
sentido.
En cuanto al Ministro de Educación Nacional, se ha ase'
gurado el control pedagógico de una parte de le. enseñanza dada
en las escuelas dependientes del Ministerio de Agricultura.
i Podemos estar seguros de que las libertades campesinas,
con semejante centralización de la enseñanza y un fuerte porcen­
taje de educadores marxistas estarán bien ''defendidas''!
El gran drama de la vida campesina se juega sobre este te­
rreno de la formación de las élites, todavía más que en el sector
económico. No nos damos bastante cuenta de. ello.
Después de
la desaparición de la antigua nobleza (39}, había
que trabajar en la :promoción de los nuevos cuadros campesinos.
Las escuelas de agricultura, los movimientos rurales católicos se
dedicaron a ello. Desgraciadamente hay que decir' que han "fa­
bricado" sobre todo ingenieros,
:dirigentes sindicalistas, embebi­
dos del "espíritu de .clas~", gentes en las que la -preocupación
de eficacia ·material y financiera prima sobre las perspectivas más
completas
del orden humano. ·
El ideal del "caid" del "gran patrón", ávido de dominar un
(38) Según la -·nation sucialiste, _septiembre de 1962.
(39) Un noble que :sigue -siendo campesino nos escribe: "·No es el
empobrecimiento' y · 1a désconsid-eración :hacia el ·campesinado· lo que. lo
rebajará, es en su origen ta· concentración versallesca ... , después li dimi­
sión ·de las élites de esta aristocracia, que ha: rellegéldo·. de sus orígenes
canipésinos putos,
-que·-ha tenido miedo de manterier'Se en su· lugir:'
391
Fundaci\363n Speiro

ALAIN THORANCHES Y PIERRE BEVILLARD
proletariado agrícola masificado, hay que sustituirlo sin tardanza
por una élite joven, dinámica, decidida a restaurar la civilización
campesina en el mundo modérno. , ,
, No es ésta también una exigencia del porvenir?, Ahora bien,
el ideal moderno de "jefe de empresa" supone un proletariado,
y
nada, en el. fondo, es más contrario a la economfa .. rural.
Se sabe muy bien mostrar · los peligros cuando se trata de
algunas regiones de España en las que el obrero agrícola pobre
se ve obligado a emigrar a Francia, Alemania, Holanda. La pers­
pectiva ¿llegará a ser mirífica cuando los '"Jóvenes Patronos"
o Blonch-Lainé lo profetizan ? ·
No es Con el espíritu "caid" como salvaremos al · campesi~
nado.
Sería mejor, eh lugar de· difundir este espíritu tecnocrático de
algunos· arrivistas, .estimular a las jóvenes élites cam.pesinaS a
tomar VERDADI\RAS responsabilidades.
¿ Pero cómo pueden tomarlas en organismos profesionales y
sindica1es "sin fin. lucrativo"? Si la ley permitiese la constitu.ción
de patrimonios profesionales; los dirigentes estarían al abrigo del
dirigismo
del Estado conctetizado por las .subvenciones. Evitaría­
mos así que se extendiese la mentalidad de beneficiados. Esto
rebota las verdaderas élites rurales'
y facilita el ascenso de los po­
líticos y de eStos campesinos que ria sienten ·demasiados deseos
de arañar la tierra ( 40). · ·
d) Papel territorial.
! Cuántas agrupaci?nes ha~ sid.o nece¡¡,¡rj¡,,s de:'.P';'és del par~e­
lam1ento de las propiedades ,debido al Code ClVll ! Que haga
falta · -respeltando. el derecho de propiedad~ evit¡u-sus, uso
abusivo : acaparamiento, anarquía de las
exploiacfones perjudi­
qal al bien. común, imposibilidad para los jóvenes de establecerº
se, etc. (41), todo esto es normal, indispensable,.aunque su pnesta
(40) Podría llevarse a cabo otra reforma. Se asemeja a la primera_;
que las funciones administrativas de los organismos profesionales dejen
de ser gratuitas, sin lo cual se opera una ; transferencia de las resportsa­
bilidades : los interesados dan sus poiierés a lo asalariados,· ingenieros
agrónomos y agrícolas, a los tecnicos etc ... , mucho más fav-orables á las
ideológías tecnocráticas porque sori ¡ "proletarios>· 1, ... ;
(41) ·El error del liberalismo es haber· coníundii:lo er' derecho -de
propiedad y su uso. El "derecho de usar y de --abusar" es ilegítjmo. Sobre
,392
Fundaci\363n Speiro

. VIDA CAMPESINA
en marcha exige mucho tacto, mucha prudencia ... y competencia.
¿ Cómo pensar que funcionarios del Estado, o incluso de los orga­
mismos profesionales que rigen diversos departamentos sean capa­
ces·
de llevar a cabo tareas que exigen un conocimiento directo de
los hombres, de los terrenos, de los cultivos locales?
u.Conservémonos maestros lúcidos· -y sin ilusión-en los
centros del Estado o paraestatales ---.declara J. Carrel, profesor
de Economía rural (
42}--pero no vacilemos en . llevar, en lo po­
sible, nuestros programas a los ayuntamientos, los sindicatos de
propietarios, las cooperativas de productores o a los mismos in:..
dividuos"~
Los cuerpos intermedios p,-ofesionales y locales, antes que el
Estado (y no después), son competentes para operar las reformas
necesarias de la propiedad territorial (
43).
e) Papel en materia de crédito.
En un estudio sobre el p,-oblerna forestal ( 44) se sugiere
la creación de un Crédito forestal que permita las inversiones de
capitales privados indispensables para la revalorización de las
plantaciones. P_ero el autor precisa que· tal "Crédito" no se pue­
de considerar como una caja de Estado, sino como una agrupa­
ción de organismos privados locales animados -por los sindicatos
de los propietarios forestales, los ayuntamientos y cantones, las
empresas
de explotación, los sindicatos de la madera.
Añadamos que
el papel de los organismos profesionales y locales
de crédito representa, así como para la ordenación territorial, la
ventaja de un conocimiento directo de los hombres, de sus nece­
sidades y de sus capacidades.
Lo hemos dicho ya anteriormente: no se puede permitir que
el orédito enajene se,-iameote la libertad del campesino, ya que
si es así se convierte en un mal mayor que el bien -buscado.
esta_ importante distinción, cf. J~ Ousset, M. Cremet, El trabajo, 1 ª
parte, la propiedad (c.ap. II). Dífusión: C. L. C. París Traducción es-
pafiola de SPlURO, S. A. · ·
(42) B. T. I. núm. 185 (noviembre-diciembre de 1963).
( 43) Sobre el papel de los cuerpos intermediarios en la ordenación
de los: territorios forestal~ se encontrarán interesantes s~estiones en el
estudio: Powr wne -charte de les foret francai;ses. (Ed. -Circulas Rurales de
Acción Doctrinal, Versalles). En venta en el C. L. C. París.
( 44) Ver la nota 3. Opus. cit.
393
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ALAIN THORANCHES Y PIERRE BEVILLARD
f) La cooperación..
En ,el folleto: "Responde a quelques objections sur les SA­
FER" ( 45), leemos : "A pesar de $US inconvenientes, la propiedad
de las colectividades juega un rape! importante allí donde la pro­
piedad privada
personal no es ya viable o parece menos ventajosa
por una u otra
ra,ón. Y este ,papel es sin duda más importante hoy
que ayer por
el hecho de la "multiplicación, de las relaciones
sociales".
"Cuando se evocan las ventajas posibles de la "propiedad co­
lectiva" se subraya, sin darse uno. cuenta, la necesidad de los .. cuer­
pos intermedios, de su p,,rsonalidad jurídica y por consiguiente de
su aptitud
para poseer en propiedad; también sería .normal con,
siderar las "sociedades" bajo
el aspecto de cuerpos intermedios
y
de mirar sus estatutos bajo este aspecto ... Las cooperativas ru­
rales, examinadas bajo estaa
p,,rspectiva, encajan muy bien en el
pensamiento de la Iglesia que sostiene el principio":
La Encíclica
M O!ter et M ar¡,stra, en efecto, llama la aten­
ción sobre
el hecho de que la empresa de dimensiones familiares
es viable, a condición siempre de que pueda proporcionar a estas
familias
una· renta suficiente para un nivel de vida decoroso. A
este efecto,
es indispensable que los cultivadores sean instruidos,
estén cónstantemente al corriente y reciban la asistencia· técnicti
adaptada a su ,profesión. ·
"No es menos desea,ble que estaJblezca,n una red 'de mstituciones
cooperativas va,riiMas, que se organicen · ,profesionalmente, que
ocupen
su lugar en la vida pública, tanto 'en las adniiriistracíones
como en la política" ( 46).
El contexto
de Juan XXIII es claro ; la coop,,rativa es ¡:,na·
institución de los propios agricultores con mi fas a paliar en · Co~ ·
mún las insuficiencias econóIPicas de sus 'explot?ciorie:s familia­
res en la situación actual: De ninguna manera· son, es sí mismas,
"feudalidades" si se' establecen según los ,principios expuestos
,por Juan XXIII.
Habría que escribir un verdadero tratado ·sobre la doctrina
de .la cooperátiva, por la amplitud del tema y sus numerosas pci­
sibilidades de realización: existen cooperativas de_ .compra~ otras
de venta; unas tienen como finalidad-la adquisición · de '.material
(45} Editado por -los Cír~lÓs -Rural~ -de 'Ac~iÓ~· Doctri~l,··· s.'-bd.
de Glatigny V ersalles y difundida ¡ior el Ci' L. C. ralle Renaudes,
núm. 49, París-17.
(46) Tercera parte.
394
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VIDA CAMPESINA
agrícola, otras de abonos o simientes. Al lado de estas formas
especializadas por producto o por servicio, encon.trainos coopera­
tivas polivalentes (especialmente en Alemania, del Oeste) que com­
pletan; en todos los planos, la actividad. campesina privada. Se
pueden crear cooperativas para la mejora
.de la habitación rural,.
otras para asegurar, baj.o la forma, ,mutualista, la distribución,
de gratificaciones familiares, los seguros-médicos,_ los retiros,
de ancianidad, etc. (47). , ,
_Los caracteres comunes a todos estos géneros de cooperativ:as
son los mismos de cualquier cuerpo intermedio de este nombte:;.
__,_ deben recibk,sti "movimiento vital'' :t;le, los individuos y de
las, familias que las constituyen y no procedér del Estado J¡Ue les
delegaría· cStq,oder. Son de derecho privado, mientras que los, at,i,
butos del Estado son esencialmente públicos., Et Estado .n0 tien.e
sobre ellas más que un derecho de suplencia,,,y sn colltrol se
limita a evitar las intromisiones de .las cooperativas ; que .seall
perjudiciales .. al bien común de, la nación.
--·están al servicio :de sus miembros y no al servicio del-Esta­
do, de partknlares o de agrupaciones exteriores. Incluso en las
federaciones .de cooperativas, ést-as. deben mantener -celosamente
sus derechos; no convertirse en los simples· ejecutantes . d.e uru,t
"central" .. masificante, · abierta a. las presiones políticas dé }()s
partidos o del poder.
-
la rormación., de élite campesina es aqJIÍ capital si los
miembros de las cooperativas quieren controlar eficazmente la
gestión técnica y financieia,.,aban cialistas" ......... no campesinos:........·. que se . enriquecen. a sus espen­
sas (48).
Las cooperativas en ~ objeti~ totalú,;;¡_.
Este espíritu "Ctlf"rpos intermedioS" nO es, ·desgr~cJadamenté; ·
el :'Único que anima ·eL movimiento ~ooperativo. · - · ~
· (47} Nada :obliga al· :E~tado-·a apropiarse estas cajas. _Sera irÍc}uso
más ventajMO::.dejar a k>s.·particulares y a los -grupos privados. _la crea­
ción y el uso· de las mis·ma.s, eomo ócurre en U. S. A. Sobre ·los perjuicios
del
1:otalitarismcr sanitario en Francia, Alemania, Italia, .Inglaterra, con­
fróntese -el · folleto del Dr.. J. L. Vidal, Matad es et me.decin.s face .au, tota­
litanisme (&!. Grupos .Sanidad-M~dk.ina, Vaucresson, S.-et-0.) En venta. en el C. L. C. París. _ ,
( 48) Los cuales tienen la permanencia de acción qo:e los presidentes,
encargados
de--·diversas -jefaturas-,:. ·Ro tienen .. -Problema -doble de falta de
hombres y
de fa1ta de tiempo.
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Fundaci\363n Speiro

ALAIN THORANCHES Y PIERRE BEVILLARD
Las ventajas eoncedidas a las cooperativas por el Gobierno
socialista en 1947 tenían
por fin provocar una evolución hacia
formas colectivistas de agricultura (49). El resultado fue en sen­
tido contrario a
las previsiones del legislador: las tentativas so­
cializantes fracasaron
y se crearon numerosas cooperativas, ani­
madas de un excelente espíritu de ayuda mutua, eu
el respecto
de las libertades campesinas.
Pero
el peligro sigue en pie, hay que estar vigilante, hay mo­
tivos para inquietarse cuando Pisa.ni anuncia el fin de la "coope­
rativa de los amigos"
y declara :
uNo queremos dejar a los agricultores franceses, productores
de carne, la libertad de organizarse; queremos, por el sisltema de
contratos col.ectiflJos, OBLIGAR PROGRlSSIV AMENTE A LOS AGRICUL­
TORES a entrar eni un sistema' de organización" (50).
Exagerando, en favor del "gigantismo" y de la. intervención
totalitaria del Estado, añade : "Conviene
c,da,ptar el estllltuto coope­
ratimo al gigwntismo de las nuevas cooperativas:" (5,1).
Pero he aquí la palabra final, en el más puro fanatismo evo­
lutivo, con la atrayente perspectiva de la "colaboración" forzosa.
"No seais demasiados desconfiados con respecto a aquel que trata
de m,aginar la evoktciim, y esto con vosotros; del régimen coo­
perativo, en resumen, no seais demasiados desconfiados, li;'STAMOS
CONDE~ADOS A TRABAJAR JUNTOS''.
Que tales propósitos pasen "como una carta par el correo",
sin provocar una indignación al menos igual
a la que produjeron
en 1963 los tumultos de Albi,
¡ he aquí lo peor !
Pues Pisani, en el fondo, no inventa nada. Se limita a copiar
(49) Sobre las ventajas que benefician actualmente a las ·coopera­
tivas
agrícolas en Europa occidental ver el M emorántW las situaciones comparadas
al 31 de agosto de 1961, de las empresas pri­
vadas y de las coperativas agrícolas publicado .por el Comité de las Ü'l"­
ganizaciones Comerciales, de los países de Comunidad económica euro-
pea (C. E. E.). .
Se ihabla en él de las "ventajas absolutamente exhorbitantes 'para las
cooperativas agrícolas" en Italia y en Francia.
Por ejemplo, "las cooperativas agrícolas (francesas) que representan
un presupuesto de instalación o de construcción permitido por el "Genie
Rural" obtienen regularmente ®1 20 al 25 por 100 del importe total de
dicho presupuesto a título de subvención". "Las cooperativas pueden ob­
tener (del Crédito Agrícola) préstamos a largo plazo al 2,5 y 2 por 100,
mientras que el sector
privado· debe pagar un tanto por ciento que os­
cila del
7 al 1) por 100".
(50)
Reunión 10 de abril de 1964.
(51) Cf. "lnformations et documentacion a,gricoles" Cooperatives La
Fayette núm. 8, abril de 1964.
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VIDA CAMPESINA
-hábilmente, cierto--la concepc1on marxista de las cooperati­
vas
como gradas hacia el colectivismo del Estado y no como
cuerpos intermedios. destinados a ayudar
al campesino libre.
"Hay que conquistar (a los campesinos), no por la fuerza,
sino
por la influencia, el ejemplo, la ayuda de los poderes pú­
blicos, :para que transformen sus propiedades privadas en asocia­
ciones cooperativas. Entonces, un gran ·pa.so, el primero, el más
importante se habrá dado en el camino de la colectivización" ...
leemos
en • Le' grand ·dict;annaire socia/:iste recomendado por
León Blum.
Y Lenin: "parece indispensable
seguir una cierta graduación
eil el paso del c,m,pesinado a la forma colectillla de: explotación.
El modo de paso más sin;ple y accesible del campesino a esta
forma nueva
es la Cooperación" (52).
L'Hecho c,grico/,e describe así el. paso de la cooperativa al
kolkhoze {53). "Después de ,poner
· en común los instrumentos
de trabajo y los animales se agrupan las tierras por los explo­
tadores,
esto ni que decir tiene, en el sentido de una gran coope­
rativa, bajo
la alta direcdón de técnicos que, claro está, no habrá
aportado ni material, ·ili animales, ni· tierras, sino ·su presunta
competencia".
Contra mayores son las cooperativas, mayor es el peligro de
que
el crédito estatal :parezca indispensable. Y esta cooperativa
tendrá menos
libertad real. Hasta los mejores, si están metidos
en este engranaje,' pedirán ellos mismos la -colectivización para
poder hacer frente a las obligaciones· que el Estado habrá em­
pujado Desde este momento
el Estado sólo tendrá que dirigir él
mismo esta empresa de · masificación y de desposesión progresi­
va de los campesinos.
El campesinado tiene, pues, en las cooperativas .un instru;..
1nento eficaz de -su promoción ·si se defiende contra tres abusos
reinantes: el gigantismo en· la organización, las intromisiones
del Estado (54), las artimañas de los aprovechados y politicas-
(52) Citas tomadas del ,artículo de Georges Perret,. ~La sovietization
par ·les Cooperatives · Agricoles", Les libertes francaises, página 31, sep..
tiemhre-octubre de 1956.
(53) Nlúmero de 15 de octubre-IS de noviembre de 1964. Este pe­
riódico recuerda que la palabra. rusa "kolkhoze" Significa "cooperativa".
(54) Las mutualidades agrícolas, por ejentplo, han puesto el grito
en el cielo cuando, se ha querido -asimilarlas al régimen ordinario de
la "Seguridad Social" esta.tizada. Muy bien; -Pero cuando se trata de
hacer entrar dinero
en las cajas de estas mutuas, .¿ no han aceptado que
397
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ALAIN THORANCHES Y PIERRE BEVILLARD
tros, la influencia de los asalariados debido con frecuenciá·'a la
incapacidad de los dirigentes elegidos, sobre todo cuando los
organismós ·son de una importancia excesiva (55).
g) · · Descentralización económica e interproferi6n.
·La descentra.lizadón no es un abandono por parte del Estado
de
· las funciones que sólo él puede cumplir; principalmente la de
árbitro
y promotor del bien común nacional.
Existe descentralización cuando
el Estado deja· a los indi­
viduos y· ·a los cuerpos intermedios regular por sf' .mismos las
cuestiones
en las que no se requiere su intervención.
Es así como problemas como el de la carne, el pan, la leche,
se· regularían· a rhertudo mucho· mejor si .el-Estado interviniese
más directanienté: o-·'a veces -no interviniese en absoluto.
-Si se tratase ·de· d~ender: intereses en una, i,ola dirección: del
productor agrícola al c'o:nsumidor urbano que, ·én definitiva, "paga
la· -factura", ·el problema sería menos -cdmplej-o y el Estado de­
bería defender la cartera d.el comprador "al por menor". Pero
el juego de los intereses se ejerce igualmente en el .otro sentido.
Ya que los agricultores compran los productos de la industria y
ellos también. "pagan la
factura"' a fin de cuentas.
Representantes de lá agricultura; de ·los comercios de alimen.ta­
ción. en 'todas las escalas, pueden muy bien ''. dar la vu_elta al
problema" coh los representantes. de la industria, del comercio,
de los productos manufactttrados
y de los servicios. Habría que
prever , tá.tnbiért de· una representación a los ---nunierosos-·con­
srimidores n.Q..:productores: madres-de' f;nnilia no-asalariadas, niños,
enfermos, ancianos, estudiantes. &to podría hacerse a través de
las asoCiacipnes familiares, por ejemplo.
¿ Se puede afirmar que. encontraríamos siempre los·· "justos
preciOS'-' que· no "perjüdicásen· .·a nadie? -Esto sería un milag.ro.
Al menos estaríamos . mucho· m·ás cerca: de una solución just~,
el Estado haga OBLIGATORIA la cotización por hectárea pará TóOOS los~
propietáríOs,
incluso para aquellos -que no. tenían intención_ -al~,: -de
ingresar· en-. ·una mufua o · para qúlenes' habrían preferido_ constituir· :mia,
menos centralizada, más próxima a ellos? Las mt1.tuas_ que ;t.ceptaron;:
como SOlución fácil, tal · monopolio debe·rán un día u otro pasar ·bajo
las horcas claudirias del· AmO totalitariO, que--nunca . conce¡;le nada : sin
exigir
un salario de dominador.
· (55) En el casó de pequeñas cooperativas esto paret:e menos -impor;-,
tante q~ para los Institútos técnicos, federaciones , de · C:: · E. T. · A., '
G. V A.
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VIDA CAMPESINA
que los planificadores de oficina, los politicastros y sus sostenedo­
res banqtleros· ... , que tienen otros intereses que defender, a veces
muy distintos a los de los · individuos.
Se debe evitar particularmen la política de
las importaciones
de choque innecesarias y que algunas veces se efectúan con pér­
didas que arruinan a la agricultura Íl"ll}lcesa... y el tesoro público.
Si bien revisten la apariencia· de una iniciativa para
la baja de
precios, en realidad constituyen para .el consumidor un_ simple
pago diferido.
En resumen, el Estado debe limitarse a los arbitrajes de últi­
n1a instancia, a la política de la economía nacional en lo· que in­
cumbe al gobernante y debe dejar a la iniciativa de los profesio­
nales competentes la mayor libertad posible, compatible con el
bien comúri del país.
111. CAMPESINADO Y PLANIFICACIÓN,
La .''planificación» es una palabra de . moda.
Pío XII habla, con mayor precisión, de una "política de con­
junto de.Ja .. economía"4,
Vamos a ver que hay dos clases de planificación, según el es­
píritu con qite se la. mire. Veremos, ,por consiguiente, que la
vida campesina, -inteligénte., ·adaptada a llu,estro tiempo, es la que
mrjor corresponde a las exigencias· ·económicas y hum.1:nas, de
la "política de conjunto" en una nación.
l. 0 Los p~ismos ~otalitarios_.
¿ Por qué . hablar de un r~inado del Pian autoritario cuando
la U. R S. S., que' de hecho_ lo ensaya des.de hace cerca de medio
siglo, reconoce su frt1;casb y .compra trigo al extranjero?
¿ Por qué obstinat_se en Un ·camjno tan desastroso.? ¿ Por qué
declararlo "fatal"? ¿Por qué adornarlo con todas las promesas
cuaµ.do sabemos que es el camino de la esclavitud y de la ruina
(sórdida o camuflada)?
¿ Es una locura? Sí, es tina locura. Pero no para los . ideó­
logos,
que sueñan con rehacer un "hombre nuevo" sobre bases
contrarias a las que el Creador ha e~tablecido para el género hu­
mano (56).
(56) Cf. "El. humanismo del trabajo" marxista, bien descrito por
Jean Ousset en el Mai.rismo-Len,í.nismo y por Jean. Daujat en su folleto
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Según Chombart de Lauwe en "Le paysan soviétique", "El
campesinado soviético" la. macro-empresa agrícola (o · vasta
granja colectivista) es un "centro político,
social, cultural y eco­
nómico". Político, ·.es· evidente: toda ·empresa -a:grícol.a de'be ser
una célula del Partido. Social Y' cultural; la macro-empresa agrí­
cola tieoe 11n ,gran presupuesto, una! parte del cual puede financiar
una ayuda social y
una organisación cultural. Pequeño kolkhoze,
pequeño •caserío olvidado ..
, Allí falta el dinero para construir
las instalacwn~s socia/e~ y culturales. . . ¿ Cómo levantar con algu­
noS millones de francos por año, uha sala. de reuniones; un cine,
una guardería? (57). Cuando Khrouchtchev preconiza la creación
de "agrovillas" no lanza una idea absurda. Económico: porque
la macro-empresa dispone, principalmente, a consecueocia de la
mecanización, de un excedente de maniobra que· podrá emplearsé
en los transpo;tes, el ccidado de las carreteras, la construcción,
la fabricación de los materiales de construcción, la transformación
de los productos'
ágrícolás,' 'etc ... 'Uti ''biten kolkhoze o un buen
sovkhoze
dispone de un taller rural que no solamente facilita la
modernización de la agricultura, sino qué puede reyolucionar las
condiciones de vida del campesino. ·
"En resumen: la macro-empresa c9nduce a -unci: nueva estruc-
tura rural". ·
Las razones económicas parecen muy anodinas: InelusO
hacen reír: no ·es necesario ·éJ. Eist;;i.do ni sus "agrovillas" para
que el excedeote de población ·rural se emplee eo tareas al ser-
vicio de la agricultura. ·
En cuanto al artesanado rural ¡ no hemos esperado al comunis­
mo para que se desarrollara! Si fuese -~ .1irilla1,1te. ~ Rusi,a, los
agricultores de las granjas colectivas no
se quejarían, como lo
haceo, de. tener con frecuencia máquinas averiadas y de no poder
repararlas a cansa.
de las complicaciones administrativas para con,
seguir una pieza, tres pernos y _un obrero.
Lo c¡ue.interesa afos marxistas de la "agrovilla" es el control
absoluto sobre
TODAS las. activid,,.des, al, servicio de la tierra y
Para conocer el ccnnunism,o. Estas dos obra$ están. en venta en el
C. L .. C., calle Renaudes, núm. -49, París-17; _Traducción espafiola del
:Miarxismo,.Leninismo .publicada por Iction (Buenos Aires), en venta por SPli:IRO. ' ' ' . ' ' '
(57) ¿ Guardería?, sin· 'duda ·1pata que -·1as muj,eres trabajeíi: en el
cam1XJ, ¡ proletarios como los hombres 1 · Esta forma de "liberación de la
rrrujer" es exaltada fi-iamente por los comunistas chinos. Cf. reportaje de
Poris-Match aparecido en otoño,de,'1%4. Las fotos del "Paraíso" comunista
son sujestivas (nota.-añadida por los: autores).
400
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VIDA CAMPESINA
sobre cada uno de los hombres que las ejercen. Es "la modela­
ción", completa, acabada, del hombre, cuyo único objetivo, todo
su fin, se reduciría a estar al servicio del "gran hormiguero".
· "Mundo cerrado" decía Pío XII... Mundo del totalitarismo
moderno
del que Bertrand de Comines nos ofrece una muestra en
"Jeune Patron"
(58).
"Dos datos que pesarán cada día más: el arbitraje del Plan
y las nuevavs relaciones entre el ciudadano y el Estado, escribe:
"El Plan capta los poderes sociológicos y construye el porve­
nir de, la sociedad. Y para que no rios hagamos ·ninguna ilusión ;
Avanza la idea de hacer coincidir plan y gobierno de legislatura.
Una elección, un presidente, un plan.
El poder de decidir gran­
des opciones, de intervenir en las "situaciones de concurrencia" 1
de dictar arbitrajes: o sea un ejecutivo predominante para eli­
minar los trastos viejos y las resistencias que frenan
el desarrollo.
Por consiguiente noción de líder y nuevo reparto de los po­
deres"
(59).
HEl poder no se controla, se ejerce", continúa el autor.
A pesar del papel que se pretende dejar en la elaboración del
Plan a todos los agentes económicos", a los "hombres de eco­
nom·ía", a los grupos sociales", vemos claramente hacia qué to­
talitarismo político-económico se nos conduce.
Por otra parte,
¿ cuáles serán los "agentes económicos" y los
"hombres de
la economía"? ¿ Un equipo de tecnócratas o los
auténticos representan.tes de los intereses campesinos? ¿ Cuáles
son los grupos sociales en cuestión? ¿ Emanaciones naturales del
campesinado u organizaciones masificantes telernandados lX)r el
poder?
Faltan las precisiones. ¡ Y con motivo !
Contra este planismo de servidumbre, los campesinos sólo
tienen los medios para defenderse gracias a sus organizaciones
profesionales y a los cuerpos locales.
Porque tale planismos no pueden nunca elaborarse
y aplicarse
si no se aceptan al menos por una parte de las agrupaciones
(58) Junio-julio de 1963.
(59) Queremos referirnos más• bien a los economistas fisiócratas del
siglo
XVIII-que a Montesquieu, juristá político~ a condición de que esta
nueva predominancia del plan no signifique la confusión del Poder polí­
tico y del
poder económico. Esta confusión significa:ría el final de la
propiedad
privada y de las libertades que ésta permite. a. el texto de
Loo.is Salleron en Po,u..'VOir et propiete dam t entreprive que ya hemos
ci.tado (nota afiadida por los autores) (tradUQción al castellano por
SPJtIRO iY publicada en V~RBO, núm. 28-29).
401
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ALAIN TEORANCHES Y PIERRE BEVILLARD
agrícolas. ¡ Cuanto mayor es la máquina y más· pesado cl aparato,
eS-·,más fáCil contenerlo! Basta coii 'unos :gtámos de arena. 'Peio
es nece_Sario que eXls~n. ' . " _, · ' ·
Necesitamos utl. campesiriado consciente y formado.
No es ahora ef' momentú' de decir' que· l_a dt>ctrí"n8. no sirve
para nada o de reducir la doctrina a algm1lls recetas políticas.
o llegamos a· totalitarisirto a"bien se :rt'S!aurará el orden campe­
sino, la
civi!iadón campesirla '(60).
2.0 Los microcosinos de la··eco11,()1fU,(J campesina y:-:la "política
de conjunw de la ºeconomia". · ··
Mercados locales, círcü.Io ·de intercan1rbio asegurado en gran
parte. a 0tliVel ·de laS. comarCa-s, provincias·, 'regíones,· tales nds han
parecido ser los factores :
-de equilibrio,
-de representabi!idad de los intereses locales .. : de la eco-
nomí.i carn.¡jeSina. · .
· No hay· qué contentarse cori admitirlos.
Hay que hacerlas conocer, Enseñar el coste del centralismo
económ.ico, las pérdidas de los 'Circuitos demasiado grandes,· la
debilidad de · su rendimiento. · ·
Son hechos qui las estadísticas, aun las peor u orientadas·''",
no ptleden disimular.
Y
·si pensamos· en el porvenir, resulta' que Francia puede
(60) Confesamos nuestra. sorpresa an.te la moción de una federación
na~onal de cooperativas· que... «pide al GobiernQ que incluya el examen
dcl·· problema de la distribución-eri él estudio- en tú.rso .. -:"· "pide que la
S.
N1~ C. F.,-"pide al Sr.: Ministro· que se -ocupe de. "estos· problemas y
que obtenga del Gobierno todas las medidas. ,;1propiadas", l'.que reciba
con_ prioridad", "que. se les suministre. a precios competentes ... ", "pide al
Sr. Ministro que _obtenga: del· Gobierno el · poder conservar esta' reducción
tari:faria" etC'. SiJ la distrilmción.; ·1os transportes, los pÍ'ecios1 los súmi­
nistros etc., están en manos del Estado, la situación es ya grave,
Pero si las federaciones de cooperativas aceptan el estado de cosas y
se. hacen mendicantes del ladrón, es .una ¡ Ol)era:ción.-sud.Cida·! f · :·
Habrá que perder· ta costumbre·_,·de' l}edírselo ·todo al -Estador tuarido se
oonocen·sus miras de omnipotenrja. ·.,.'
"El-primer combate, nos eséi"ibe un agrieultor,. es· óbterier nuestra
líbertad: ·pi-offsional .. Es -un cóm6a.te político· ·Y un combate de doctrina.
Este debería.· ser ,eJ:. fin del sindicalismo ·bien comprendido y positivo.
Desgraciadamente,
,él Sindicalismo-,' ha dadó con deinasia Esta.do armas contra él. Ha. 'incurrido·. en falta.
Es de esta trampa de la que tiene· que salir.,
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VIDA CAMPESINA
alimentar a cien· millones de habitantes. Pero a condición de
tener una economía bien equilibrada. No tener· más que "París
y el desierto francés", según la fórmula de J-F. Gravier, es muy
poco para alimentar a
tanta gente. En lugar de matar a los niños
en
el" seno de su madre o de impedir.'su concepción con el plan­
nting familiar, será mejor dar vida a las regiones abandonadas;
Es una obra de. muerte precipitar su• ruina e incluso acep-
tarla
sin' reaccionar. ' '
Comprendemos
ló que representa para el maíÍana la implanta­
ción
campesiti.a · con su continuidad,' Su solidez, sus virtudes na­
turales.
Hay que impedir el · desarraigo de las plantas que hoy ve­
getan
si' 'queremos que mañana den sus frutos.
La esperanza es el gratio de· mostaza. del campesinado mo-
derno. · · ·
Y quién sabe si algunos jóvenes ciudadanos, cansados de as­
fixiarse'· en ·:las .:ciudades sin alma, correrán en busca de la a:ven­
tura que otros abandonan. Cotlocemos muchos de estos "iñjer­
toS1f;-:: ¡ N_o .produ~e~ tti.alos ··resultados-,
3.0 Papel det Estado.
Nuestras
preo.c1,1,paciohes c.ontra Jas intromisiones del Estado
no
tiene!]· por finalidad_ disminuir su poder, sin9 tOdo lo contrarió.
LejoS ·,de ir en el· set1tido tbtalitarío, un ~stado consciente en
su papel
.debe proteger fas libertades campesinas que son, para
¿1, el contr:3.peso de lo arbifrario.
pe _aquí_ los aspectos. principales de Sus intervenciones'.
.:C:. no ¡ie-rjuilicar: el p cuerpos sóciales n:a!=idos del .,campesinado no es perjudicarlos
con las i11tromisf6"n-es ilegítimás de que heroos hablado.
-procurwr a la vida campesina las mejores coni!icwnes paro: su
desarrollo: Juan XXIII las ennumera en Mater et Magistra (61):
carreteras, mediós de
cóinunicación, higiene, medios de cultivo, etc.
No corresponde al Estado procurar directamente estas con.
diciones; es inútil sob:r:ecargarle de tare.as que no te-·son esencia­
les. Pero puede suscitar, ariímá.f, favorecer, por medio de venta­
jas financieras, fiscales u otras, las iniciativas privadas que -se
(61) Tercera parte.
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AI.AIN THORANCHES Y PIERRE BEVILLARD
ocupen de estas cuestiones. Lo mismo hay que decir respecto a
· la enseñanza agrícola.
-armomza,y la economía general y principalmente evitar los
conflictos ciudad-campo. Es aquí donde se comprende la impor­
tancia de una representación profesional, tanto rural como ciu­
dadana.
Se ha intentado por los sindicatos un esfuerzo en este sentido.
Sin embargo, pertenecerá siempre al
Estado, incluso al menos
totalitario,
el arbitrar en los conflictos posibles y velar para que
los intereses
de grupo o de profesión no predominen sobre el
bien público. Bn ciertos casos el deber del Estado puede ser
coercitivo. Cuando una ley obliga a los propietarios
de grandes
extensiones a residir en la nación, esta medida es plenamente
legítima. La autoridad de los organismos locales o profesionales
ciertamente no
habría sido suficiente para imponer una medida
de esta importancía (62).
Hemos dicho anteriormente que
el poder público puede hacer
mucho
para facilitar la descentralización.
-dvdgir la Política extranjera del país: ya que esta polltica
exige a veces acuerdos comerciales que pueden perjudicar a un
tal sector de la economía.
En este caso el Estado no podrá tomar decisiones económicas
sin consultar a los interesados y sin pensar detenidamente las
consecuencias
de las relaciones internacionales que concierta.
Determinadas importaciones de productos agrícolas pueden
permitir obtener, a cambio, ventajas diplomáticas
para el país.
En este caso, el Estado velará de acuerdo con los agricultores,
para reparar el perjuicio causado con una ayuda apropiada o el
estudio de una nueva política de las producciones víctimas de
la concurrencia extranjera. .
Y:a no es posible en el estado actual de complejidad de las
economías nacionales que haya una "política de conjunto" sin
que el Estado intervenga para defender los bienes superiores co­
munes a toda la nación.
De igual forma debe prever los años de subproducción, in­
cluso cuando hay excedentes .pasajeros; prever el crecimiento de­
mográfico, organizar los intercambios con los países en vía de
desarrollo, etc.
El campesinado tiene una ocasión de hacer oír su voz en el
(62) Olbservemos que no se trata, en este caso, de un atentado al de­
recho
de propiedad. El Estado no despoja; no nacionaliza.. Remedia
un abuso en el uso de la propiedad, qUe coristituye ·una tara para el país.
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VIDA CAMPESINA
país y en el concierto de las naciones gracias a sus representantes
profesionales. Con esta única : condición, la planificación no será
otra cosa que un arbitraje. No vayamos. a decir que las estruc­
turas campesinas ya no se acomodan a la política económica de
los Estados modernos.
Es sin ella, por el contrario, como el totalitarismo dispondrá
de las naciones como de puras abstracciones, despreocupado de
su vida .profundamente humana.
IV. EL CAMPESINADO EN LOS PAÍSES EN VÍA DE DF.SARROLW.
También haremos aquí una simple mención sobre la actuali­
dad del campesinado en este respecto.
Desde que estos
países han obtenido su independencia política,
acusan todos ellos una grave crisis de cnadros dirigentes en todos
loe terrenos. Algunos creen poder remediar esta situación con un
socialismo de Estado y una industrialización a gran escala.
Los resultados no se hacen
esperar. Los pequeños agricul­
tores desertan del campo hacia las nuevas ciudades y las fábricas.
Y es un verdadero drama nacional este aflujo creciente en las
"bidonvillas" (conjunto de chavalas construidas con trozos de
bidones viejos) improvisadas en las puertas de las ciudades. Du­
rante este tiempo -es el caso de Dahomey-los antiguos misio­
neros
muestran tierras anteriormente fértiles y ahora entregadas
a
la maleza por una deserción masiva.
Y no
es que los Gobiernos descuiden la formación de élites.
Pero la encauzan casi siempre, bajo
el ángulo escolar, universi­
tario y técnico, empleando a veces métodos de enseñanza totali­
tarios, incluso la "militarización".
Cuando vemos cómo nuestros países europeos, que tienen, sin
embargo, una vieja infraestructura
campesina, Sufren de desarrai­
go, se concibe a que degradación social llevaría
el totalitarismo
y la industrialización exagerada en los países "nuevos".
La experiencia contraria se hizo en Argelia, cuando era fran­
cesa,
por las secciones especiales del ejército que organizaron
en
los pueblos cursos PRÁCTICOS con miras a formar un campe­
sinado y un artesanado rural.
La cuestión social no se redujo, en los países en vía de des­
arrollo, a ocupar una
,mano de obra ha.rata, sino a formar los cua­
dros necesarios
para la constitución paciente de un tejido social.
Ahora
bieni queramos o no1 este tejido será sólido cuando
405
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ALAIN THORANCHES Y PIERRE BEVILLARD
re¡xise en el trabajo del suelo, primera de las produciones, Un
trabajo libre pesinado ofrece el tipc modelo. ·
No se puede hacer nada· a contra tiempo. Es por aquí por
donde hay que
empezar. Las naciones desarrolladas deben con-
tribuir al sostenimiento
de esta obra. · ·
ASí se formarán estos hombres competentes, arraigados, ca­
paces de tomar las iniciativas necesarias para asegurar a su· país
una vida realmente INDEPENDIENTn:. Si no, la independencia polí­
tica correrá
el riesgo de no ser más que la hipocresía revestida
de un neocolonialismo de
di)?.ero, que ni siquiera tendría pre­
ocupaciones educativas
conio en · tiem]X)s de la-antigua coloni­
zación.
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CONCLUSION
' : J; EL .CAMPESINO CONTRA El, TOTALITARISMO.
En los diferentes capítulos hemos mostrado los valores per­
manentes que la vida campesina repr~en'b,l en los planos: ~o­
nómico, social, moral, religioso.
Hemos visto por qué medios el :;toUl,litaristno mqderno --cual­
quiera que sea su r9stro-se esfuerza para minar es.tos valores
y hacer, sobre todo, del campesino, .el ·destructor del campesinado.
·Pero éste. conserva sus oportunidades. Podemos incluso.
decir
que nunca ha tenido a su disposición un aparato tau poderoso y
bien organizado. Hemos expuesto algunos razonamientos, toma­
dos de la actualidad, que pueden servir para la promoción cam­
pesina en nuestro tien1po.
Sólo falta llevarlos a la práctica. Hay que encontrar, día tras
día, fórmulas prácticas conciliadoras de:
-
la permanencia universal de la civilización campesina,
-y las necesidades de adaptación moderna.
A los hombres que tienen una sólida formación doctrinal
sobre el problema carnpesino, a los hombres que tienen un sen­
tido de la acción bastante agudo para captar las ocasiones y hacer
avanzar la causa campesina con paciencia y habilidad, es a quienes
corresponde apHcar lo que ·hemos descrito sucintamente.
Es urgente que esta · élite campesina aparezca en su justa
medida, indiferente
al canto de las sirenas totalitarias.
Puede hacerlo si los agricultores constituyen entre sí, en el
pueblo, pequeños grupos de formación doctrinal, completando de
este modo la formación técnica recibida en otra parte.
La doctrinal social de la Iglesia, en particular, nunca ha
sido tan rica en enseñanzas. Católicos o no, todos pueden apren­
der mucho de ella. Es "válida para todos", decía Juan XXIII.
No os desaniméis si el camino parece -largo, el método paco
rápido.
Vemos claramente que es por ahí
por donde hay que empezar.
Cuando comenzó el lento trabajo que se hizo en los espíritus
durante el .siglo .xvnr, gracias a las élites de la época, en los
pequeños grupos en los salones, en los "banquetes", por los
4~7
Fundaci\363n Speiro

VIDA CAMPESINA
maestros y mercanchifles de peque. \íos libelos, nadie hubiera
pensado que un orden
s.ocial estaba quebrantado, que se pre­
par¡¡¡ba otro "fundado sobre la voluntad del hombre y no sobre
la voluntad de Dios", como a escrito Albert de Mun.
·Tenemos en contra nuestra mue.has personalidades, periódi­
cos, comités, intereses,
corripr'oínisos. Pero si sabemos no sola­
mente resistir, sino
preparar para el día de mañana un campesi­
nado valedero, tendremos· con' nosotros ·a todOS los qtle no quieren
la esclavitud totalitaria.
Además hay que darles razones para esperar, razones· VERDA­
Dlm.AS, fundadas ~n argumentos· sólidos.
No se forman las voluntades sin :una doctrina.
Esta doctrina, de que· hablabamos anteriormente, es de nues-
tra incumbencia adquirirla
y difundirla. . I
El porvenir del campesinado de Francia, de la civilización
cristiana,- pasa J.X}f esta "vía estrecha" que han seguido siempr-e
todos los grandes movimientos de la i historia.
.. . Con la gracia de Dios, sin la cual todos nuestros esfuerzos
son vanos.
408
Fundaci\363n Speiro

ANEXO
LA. EXPLOTACIÓN FAMILIAR ·AGRÍCOLA, ¿ESTÁ CONDENA.DA?
La explotación familiar, ¿ está condenada? Sí, dice la mayoría.
El porvenir
es favorable a la concentración de los medios ... pre­
ludio, desgraciadamente, perjudicial para los humanos.
Por mi parte, . como soy católico, me remito a la doctrina
social de la Iglesia. Leamos, pues, a Juan XXIII en la Ma:ter
et Magistra:
"Quienes tienen una concepción .cristiana de la dignidad
del hombre y de la familia consideran a la emp y principalmente a la famrilia, como una comunidad de per­
sonas, donde las relaciones internas
de los diferentes miem­
bros y la estructura funcional de la misma han de ajustarse
a los criterios de la justicia y al espíritu cristiano."
(BAC. III, 142).
Estamos,
pues, lejos de la prensa oficial. ¿ Y cuáles son ·sus
argumentos
para condenar a la explotación familiar? Precios de
coste demasiados elevados, nos dice. Incluso: efectivamente, el
arrendamiento, el impuesto territorial, los abonos, las semillas,
los seguros, etc., son gastos proporcionales a la superficie. Entran,
pues, en una misma proporción en los precios de los produq.os
cualquiera que sea la extensión de la explotación.
Queda
la amortización, el interés del capital invertido y la
mano de obra.
Veamos
la amortización : es la suma a deducir cada año para
conservar su capital de explotación inicial, en particular sus
máquinas. Ahora bien, -se dice, una máquina queda anticuada;
sirva
o-no, su valor disminuye. Es cierto para los automóviles,
es falso para el material agrícola. Se compra un coche para
trabajar y también para que lo vean. Todo .el mundo quiere hacer
ver que tiene dinero -para comprar el último modelo. Por el
contrario, en lo que concierne
al material agrícola: desde hace
cincuenta años nuestros tractores
no han experimentado más que
409
Fundaci\363n Speiro

ALAIN THORANCHES Y P1ERRE BEVILLARD
dos perfeccionamientos: el elevador hidráulico y, muy pocos, el
enfriamiento por aire. Nuestros arados de rejas, que vuelven des­
pués de haber sido destronados por los arados de discos, recuer­
dan, hasta el extremo de dar lugar a equivocaciones, la carreta
de los egipcios. Las desnata-doras son las mismas desde prin­
principio de siglo
... , etc. Existen efectivamente, con toda certeza,
máquinas nuevas: la segadora trill'adora, por ejemplo, queda _anti­
cuada,. a~.tes, porque estando --todavía en sus comienzos necesita
transformaciones para alé:anzar la perfección. Pero esto no es
más
que_ una consecuencia de su novedad. Es bien sabido que
es mejor dejar a .otros que ertsayen las 'innÜvacioneS y _no creer
como palabra del Evangelio el cuento de los vendedores de ins­
trumentos.
En suma: las Íormas _de Cultivo, las sembradoras y las má­
qllinas
apenas evoluciortan·. ·_ El pequeño cultiVadoí-tiene así, _pues,
la posibilidad de utilizar plenamente sus máquinas, ·10 mismo
que _una gran explotación. Tal cultivador, tal rastrojo, tal tractor,
habran servido para producir el mismo número de quintales de
trigo, por ejerhpfo.. Habrán empleado solamente más tiempo para
este
resultado, pero el gasto de material en el precio del quintal
de trigo será el mismo, cualquiera que sea la superficie explotada
anualmente. Y
si algunos agricultores osados. se dejan llevar por
el "sentido de la historia", poderosamente empujado por su pro­
veedor de material y cambia de máquina como de camisa, ven­
diendo
1as precedentes a vil precioJ sobre todo que no se enfaden._
Permiten así al pequeño e:,c;plotador ;proveerse a precios inte.
resantes. · '
Urio de mis vecinos
-J1a compradó este año, una segadora-tri­
lladora de gran marca (BM). por · 800 francos. Yo utilizo una
mía, eomprada--, hace cinco año's por 1.600 francos. Por otra
parte, he pregutl~~o -:.sus cif!as de_ amortización' a uno de mis
amigos que cultiva 125 hectáreas de los mismos productos que
yo. Hemos aplicado para· este cálculo el "mismo baremo. Resul­
ta que
él tiene, a este respecto, 120 francos de gastó· por hec­
táreas y yo 62 ...
Per~; se dirá todavía·: las máquinas- que ·no trabajan más
que algunos días por año representan un gran capital invertido.
Es cierto. Pero por una parte el interés del capital-máquina in­
vertidp
no. es más .que una insignificante parte del precio de costo
(0,5 por 100 en mi explotación de 25 hectáreas); por otra parte,·
este sobre-equipo está con frecuencia mny bien aprovechado aL
permitir hacer el trabajo cuando se quiere.
Pefrriitidrne citar, además, una experiencia vivida:·
411t
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VIDA CAMPESINA
Escuché los consejos oficiales y compré con cuatro_ amigos
una segadora-trilladora último grito, siempre. pa.ra. disminuir
es~
fan1osa amortización. Teníamos entre todos cien hectáreas que
segar, la máquina hacía cinco por día, lo que significaba veinte
días de trabajo.
En teoría esto era perfecto. Desgraciadamente
llovió y
la máquina llegó a mi ex;plotación el 7 de octubre. para
recolectarme 100 quintales de trigo
con 25 grados de humedad
y 65 de p. s., o sea una pérdida de cerca de 1.000 francos. Así
al año siguiente compré por mi cuenta una ségadora-trillad9ra
de 1.600 francos, que me hace mi trabajo .en ~os seis dí_as -y cuya
amortización e interés del capital invertido está lejos de alcanzar
1.000 francos.
Queda ahora la objeción de un
·gasto .exagerado de mano de
obra: Es cierto ,para 'algunos trabajadores. Es necesario: -un
conductor para un 20 CV.; un 60 CV. no pide más. Se pueden
ordeñar .cuatro vacas a la vez en una· sala de ordeño moderna,
dos o tres solamente en un establo antiguo. Un hombre lleva
una M. B. de seis metros de altura, uno basta también para
· una de dos metros. Pero, por el contrario, si se trata de cuidar
a los anin1ales, acarrear cosechas, recoger frutos; vendimiar,
arrancar remolachas azucateras, la
parte de la·-mano · de obra
es proporcional al producto recolectado. Es lá misma en los
precio de costo cualqniera que sea la superficie.
· El amigo ya
citado (125 hectáreas)
paga 509,4-0 francos de mano de obra por
hectárea,
yo (25 hectáreas) 600,00.
La diferencia no es considerable. Se absorbe facilmente por el
hecho de que el cultivador familiar trabaja para él y pOr consi­
guiente mejor que el que trabaja para los otros.
\T emos, pues, que la explotación familiar no es una carga
para
el país. Entonces, ¿ por qué acerla desaparecer? ¿No hay
que buscar las razones prof1{ndas en otra parte que en /.a econo­
mía? Pregúntese ¡a quMni 1n-0lesta?
¿ No será a los tecnócratas, humillados de oír a los campesi­
nos decir que sus ecuaciones son una cosa pero
la vida es otra?
¿ O bien a los capitalistas, imbuidos del liberalismo económico
que
no han conocido en la industria más que un placer, el de
hacer saltar" al vecino,
y que sueñan con cultivar la mitad de un
departamento, sin darse cuenta de que
la concentración de las
empresas prepara el camino al comunismo
y que si se apoyan en
el derecho de propiedad, no debería ser para absorber el de
los demás? Minan así sus propios funda,mentos.
Y
¿ qué decir de los marxistas?: todo en el "campesinado''
se opone a su doctrina. Espíritu religioso que viene de una
ílll

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ALAIN THORANCHES Y PIERRE BEVILLARD
larga tradición, reanimado todos los días por el contacto con la
creación. Instinto de propiedad porqne sn bien ha sido cara­
mente adquirido. Independiente también por ser propietarios
(al
menos de su capital de explotación). Buen sentido igualmente:
saben muy bien que un buen trigo
no es el resultado del sentido
de la historia, sino de su trabajo y de su inteligencia.
Vemos claramente que si el "campesinado" es juzgado in­
deseable actualmente
no es .porque cuesta caro a la nación, sino
porque se opone a las grandes corrientes de pensamiento moder­
nas y por consiguiente a la dominación de los que las· dirigen.
R. de C.
P. S.: He comprado 25 hectáreas. ¿ Significa esto que 25
hectáreas sea el ,mínimo para mi región? No. Es demasiado
grande
,para dos personas, demasiado pequeño para cuatro.
Las-pequeñas explotaciones serán siempre muy numerosas
porque bastan :
412
l,o a los "filósofos" que prefieren ser hombres libres
a estar atados a una fábrica.
No importa lo superfluo. Pre­
fieren
lo esencial. En esta categoría entra al menos la mitad
de los campesinos franceses. ¡ Saludémosle muy bajito!
2.io a los ingeniosos que sepan alternar con otro oficio,
asegurarse sus reparaciones,
sus construcciones, etc.
3.0 a los obreros que prefieren quedarse en su pueblo
y trasladarse todos los días a una lejana fábrica. Entre
dos
cuidan su jardín, algunas .parcelas de tierra, algunos anima­
les. Se evita así el desarraigo.
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