Índice de contenidos
1987
Las libertades
- Programas
- Presentación
- Pláticas
- Ponencias
- Crónicas
Autores
1987
Las libertades en la empresa
LAS LIBERTADES EN LA EMPRESA
POR
PATRIC JoBBJlaDuvAL
Para esta XXVI Reunión de amigos de la Ciudad Católica,
Juan Vallet
me ha pedido que les hable de un tema bastante ex
traño a primera vista: Las libertades en la. empresa.
Como si fuera posible que en la empresa puedan existir ver
daderas libertades. Como
si la empresa no fuera, en el día de
hoy, probablemente, el lugar
.donde permanecen los llamados. vie
jos sistemas de gobierno:
- Autoritarismo y paternalismo.
- Obediencia ciega a una jerarquía perfectamente
definida.
-. Donde, a cambio de un sueldo, sacrificas toda libertad de
manifestar tu propia personalidad, a no ser para ponerla al· ser-
vicio exclusivo de la empresa. ·
En fin, un sitio donde lo único que puedes hacer es obedecer
y
callar si quieres cobrar.
Este siniestro cuadro de
lo que es la empresa, ¿no es el que
vemos en todos los textos que publican los partidos políticos o
las personas que
se proclaman como defensores del pueblo, de
la clase obrera? .
En tal caso, ¿cabe decir que en la empresa pueden
existir
libertades?
¿Es posible afirmar que la empresa, cualquiera que sea su
forma jurídica, cualquiera que sea su tamaño, puede ser un es
pacio de libertad?
Libertad de constituir un patrimonio personal.
Llbertad
de ganar su pan de cada día con la seguridad de po-
der vivir decentemente. ·
Llbertad de correr riesgos.
Libertad
de iniciativa.
Libertad
de autogobernarnos.
Libertad
de emprender.
En fin, libertad de ser verdadera persona humana, sujeto de
sí mismo, responsable de sus actos.
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Fundaci\363n Speiro
PATRIC ]OBBE-DUVAL
Es preciso cc;,ntestar a esta pregunta: ¿la empresa puede ser
un espacio
de libertad?
Para ello debemos contestar antes a estas otras:
¿Cuál
es la finalidad de la empresa?
¿Es el mejor medio· de acumular riquezas?
¿Es
el lugar estratégico de enfrentamiento donde la «lucha
de clases» encuentra su terreno más adecuado?
¿Es
la empresa un instrumento de opresión donde el hom
bre es objeto y no sujeto de su propio destino?
Cuando compro, por ejemplo, un coche, ¿cuál es mi inten
ción?
-¿es la de mejorar los resultados financieros de SEAT o
RENAULT?
-¿es intervenir en un debate socio-filosófico y expresar mi
opinión sobre
la definición del hombre en el trabajo.?
-:-,-¿es la de participar a la «lucha de clases»?
Evidentemente, no.
Lo que busco es satisfacer una necesidad y, para ello, bus
co la satisfacción de mis propios intereses;
Trátase, pues, de elegir el tipo
y la marca de coche que me
da· más completa satisfacción gracias a la calidad de su fabri
cación.
Existen tres posibilidades:
-· si la calidad me parece insuficiente, no compro y busco
otra marca;
-si compro y la calidad me decepciona, hago una reclama
ción y desde luego
no volveré a comprar un coche de
este tipo y
de esta marca;
-si, al contrario, estoy plenamente satisfecho y necesito
un nuevo coche volveré a adquirido de esta marca.
Entonces, ¿cuál
es la finalidad de la empresa?
Simplemente,
la de fabricar productos que den plena satis
facción a la clientela,
y es evidente que la calidad del artículo
y del servicio son
la manifestación visible, expresada desde el ex-
terior, de lo que es la empresa. ·
O, .dicho de otra manera, la calidad es el resultado obtenido
por la empresa en su conjunto,
de la alta dirección y de todo el
personal en todos los niveles.
La experiencia del CEE en sus casi 25 años, en miles de em-
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Fundaci\363n Speiro
LAS UBERTADES EN LA EMPRESA
presas grandes y pequeñas, nos ha enseñado que todas ellas de
penden de los resultados· obtenidos en las relaciones que median
entre todas las personas que las integren.
En efecto, cuando más ahondamos en el funcionamiento de
las empresas, vemos mejor
. que estas relaciones no están ligadas
directamente:
-ni a los medios financieros;
-ni a los equipos técnicos;
-ni, incluso, al solo nivel profesional de los que compo-
nen la empresa; ·
-ni tampoco a· los sueldos y otros. beneficios que la em
presa pueda otorgar a sus colaboradorés.
Nuestra
experiencia nos enseña que la calidad de las relacio
nes dentro de la empresa está ligada· directamente a los compor
tamientos de todas
y cada una de las personas que integran la
empresa.
Hemos visto en una. de las anteriores intervenciones que he
mos tenido en otras Reuniones de amigos de la Ciudad Católi
ca (1 ), que los comportamientos negativos pueden traer consigo
resultados catastróficos en
la empresa; y, en el menos maló de
los casos, siempre
se produce una baja de la actividad laboral,
un aumento del absentismo,
bajá de rendimientos, aumento del
rechazo
y siempre un descontento de la clientela.
Si, entonces, la calidad de las · relaciones tiene tan primor
dial importancia para la buena marcha de
la empresa, la preocu
pación de todos --cualquiera que sea su nivel de responsabili
dad--,-deberá ser la de buscar unos comportamientos que pue
dan desarrollarse libremente dentro de un marco empresarial ade
cuado, Comportamientos que serán el fruto de las c0ndiciones
de existencia
y del tipo de organización que faciliten lás réla
ciones entre hombres y mujeres y, en fin, serán el fruto de las
reglas de vida aceptadas por todos.
Lo que se traduce en este esquema:
-los resultados dependen de los comportamientos, fruto de
las reglas de vida.
(1) «La· acci6n de la empresa frente a la subversión», en Verbo, llú
mero 165-166, pág. 639, y CEE Informaci6n, núm. 1, pág. 37; CEE In
formación, núm. 2.
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Fundaci\363n Speiro
PATRIC JOBBE-l)UVAL
Así, pues, la finalidad de la empresa es la de dar satisfac
·ci6n a su clientela; y la forma más eficaz de conseguirlo es la
de establecer:
las reglas de vida que generen
,L.
comportamientos positivos que, a su vez, generen
buenos resultados.
,¡,
Notemos de paso que este esquema es valedero para muchí
simos otros casos de relaciones entre los hombres.
En un Estado donde las reglas de vida de los ciudadanos, es
decir, las reglas morales, son respetadas por todos, y los com
poi:tamientos son conform\és a dichas reglas: el resultado se re
flejará en los resultados económicos.
El bar6n Louis, que fue ministro de Hacienda de
dos reyes
de Francia: Luis
XVIII y Luis Felipe, en la primera mitad del
siglo
XIX, decía:
-Hazedme buena política, os daré buenas finanzas.
El esquema válido para la empresa lo es también para el Es
tado:
POLITICA
,¡,
estado moral
,¡,
economía
Y esto es tan verdad que, cuando en el pasado marzo expu
se en México el tema «La solución: la participación» (2), la reac
ci6n fue inmediata, porque los · mexicanos presentes vieron en
este esquema la simple traducci6n meridiana de sus problemas.
¿C6mo este país, dotado de todos los recursos: 'mineros, agrí
colas, marítimos, etc., sin contar el considemble capital humano
que tiene, puede estar al borde del colapso econ6mico?
- No
es ·papel mío vaticinar sobre México, pero una cosa
cierta es que la política del P. R. l., la moral del Estado, que es
la del P. R. l., después de 70 alíos en el poder, recibe, directa
e indirectamente la sanción de los resultados económicos
..
(2) Verbo, núm. 255-256, mayo-junio de 1987, pág. 665.
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LAS LIBERTADES EN LA EMPRESA
Lech Walesa interrogado por un periodista sobre la situa
ción en Polonia contestó:
-«Miren donde nos han llevado las orientaciones de los
últimos
35 años. ·
»Han .fabricado
pícaros, tramposos, vivales. Miren este jefe
de equipo o este otro:
si es honesto vive mal.
»Es este desorden lo que queremos eliminar».
Porque
Lech Walesa, con su sentido común, ve que los re
sultados económicos son. la parte· emergida del iceberg; la parte
sumergida, la
más_ importante, la causa misma del fracaso eco
nómico es la política nefasta, la amoralidad del Estado, que ha
fabricado
pícaros, tramposos, vivales, cuyos comportamientos son
negativos.
Ahí está el desorden, lo contrario del orden.
Las cosas no son
como antes, la jerarquía de valores se ha
invertido
(3 ). La libertad de actuar según el sentido común de
cada uno, de escoger lo bueno, lo
razonable, lo sano, ya no exis
te; pues, todo aquel que actúa en este sentido se encuentra dis
minuido, incapacitado incluso, por los comportamientos negati-
vos de los que Ie rodean.
·
En efecto, como dice Su Santidad Juan Pablo II, en su men
saje a la Jornada Mundial de la Paz el 1 de enero de 1981:
«El hombre es libre porque posee la facultad de determinar
se en función de lo verdadero y
del bien. Es libre, . dado que po
see la facultad de elección, "movido e inducido por convicción
interna
. personal y no bajo la presión de un ciego impul!lO in
terior
.o de la mera coacción externa!" ( Gaudium et spes, í 7):
-Ser libre es poder y querer elegir, es vivir según su propia
conciencia-» ( 4
). .
Y, en otra ocasión, Juan Pablo
II, en Filadelfia, el 3 de oc
tubre de 1981, decía:
«No puede haber libertad cuando va dirigida contra un hom
bre en aquello que él es, o contra un hombre en su relación con
los otros y con Dios» (5) .
. Estos textos no hacen más que ilustrar y explicar esta pala
bra de Nuestro Señor Jesucristo:
« Y la verdad los hará libres».
(3) Juan Pablo II, el 25 de octubre de 1981, deda en su hornilla:
«Los peligros más amenazadores son los de naturaleza. moral, tanto por
lo que respecta. a los individuos como también a Lis familias y a toda la
sociedad», en Verbo, núm. 223-224, pág. 297.
(4) Verbo, núm. 237-238, pág. 752.
(5) Verbo, núm. 237-238, pág. 754.
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Fundaci\363n Speiro
PATRIC JOBBE-DUVAL
El CEE desde que empezó su labor no tiene más objeto sino
el de plasmar esta constatación universal en el terreno práctico
de la empresa.
Siempre han sido las fuerzas morales
las que han permitido
las grandes realizaciones
de la historia, en todos los países: no
existen grandes empresas, no existen resultados sin la moviliza
ción de las mejores fuerzas morales.
Pero, ¿cómo movilizar las fuerzas morales?
Y, sobre todo, ¿cómo hacerlo sin dejar de respetar la liber
tad de cada uno?
¿Cómo conseguir que la
mayoría dé lo méjor de sí mismo
sin. pasar por la manipulación psicológica o por medios de pre
sión similares a la esclavirud?
¿Cómo ingeniárselas para que los hombres y mujeres, en
gran número, aporten
su valor y su virtud y al mismo tiempo
vean ampliarse sus poderes y su personalidad,
su· campo de ini-
ciativa y su dominio de libertad?
. ·
¿C6mo
reunir el progreso y la libertad de manera diferente
a las palabras huecas de
los eslóganes políticos?
Las empresas que han llegado a este resultado contestan:
No es con los medios económicos
CCJ!l los que se resuelve un
problema eéonómico: la
economía está en estrecha relación con
el nivel moral.
·
Pero no es hablando de moral con lo q,;e se hace progresar
el nivel moral: las costumbres están en
estrecha relación con la
política.
Es una cuestión
de' política, es decir, dd modo de dirigir a
hombres
en las comunidades donde viven;
¿Cómo
se las ingenian las empresas que consiguen buenos
resultados. de
manera duradera?
Procuran que toda persona a qnien
se confía una tarea dis
ponga_ de los poderes cotidianos precisos para cumplir bien con
ella: quien debe clavar un clavo debe disponer del martillo
co-
rrespondiente. .
Respetan, lo mejor que pueden, este principio de gobierno
encaminado a ubicar a cada persona en la siruación donde le
será
más fácil y ventajoso imprimir en obras sus dotes persona
les
y sus cualidades morales, contrariamente al modo en que las
organizaciones procedentes
det economicismo, individualista o co
lectivista, ubiquen al asalarlado en una situación en. la cual su in
terés personal
_ se halla en conflicto con el bien común.
Lo que importa es ayudar a la línea jerárquica en su papel,
porque es
el más difíéil del mundo, porque supone una vigilan-
774
Fundaci\363n Speiro
LAS LIBERTADES EN LA EMPRESA
· cia constante y cotidiana para satisfacer las esperanzas de cada
uno.
Son esperanzas universales: la necesidad de ser personalmen
te reconocido, de
sentitse responsable y, para ello, tener los me
dios de asumir esta responsabilidad.
Y este principio de
. gobierno se traduce en disposiciones prác
ticas:
-Procurar no · separar nuuca la responsabilidad de una ta
rea de los poderes necesarios para realizarla. En particular, reco
nocer a cada cual su dominio de soberanía correspondiente al do
minio de responsabilidad que se .le. confía, ya sea un puesto de
trabajo, el manejo de uu equipo o el servicio de un cliente ...
- Apreciar a cada persona según su mérito, o sea, conforme
a calidades efectivamente aportadas en el cumplimiento de uua
tarea, dando siempre
la ptiotidad a lo cualitativo: mientras que
lo cuantitativo solo
es uua consecuencia de lo anterior.
Reconocerle a cada uuo su esfera de
dominio es evitar· pa
sarle por alto, desautorizarle; es darle la información que re:
quiere, responder a sus preguntas, consultarle para una decisión
que
se refiera a su tarea, dejarle la iniciativa de organizarse, es
cuchar sus sugerencias en su oficio, etc.
Apreciar a cada uno, según su mérito, .es evitar la determi
nación de. su suerte pot vía de arbitraje; es personalizar las re
laciones y dejar el poder de decidirlas al que supervisa directa
mente su tarea y no a un escalafón más elevado. Es hacer que
el que aporta más calidades, que son la marca de un buen ser
vicio, sea tratado, mejqr que el que Se niega a hacerlo; tratando
mejor en el trabajo escogido, en la aplicación de los reglamentos,
en su sueldo
•. Es negarse a ceder a la uniformidad del tratamien
to, puesto que los comportamientos son diferentes.
Lo esencial es que, en este punto, la dirección tenga ideas
claras y un
comportamiento tan claro como sus ideas.
· Esto significa, también, que una decisión solo · es realmente
fecunda cuando está encaminada, primero, a dar importancia a
aquellos a quienes concierne, a ayudarles a progresar y a exten
der su poder para mejorarlos.
Un director, un jefe de servicio, un contramaestre serán apre
ciados respondiendo a esta cuestión: ¿Qué valor agregado han
aportado a
las personas, qué poderes nuevos les han ayudado .a
adquitir para asumir mejor sus responsabilidades?
Esta cuestión debe anteponerse a los resultados cuantitativos,
porque los resultados obtenidos en detrimento de los demás miem
bros de
la empresa esconden un déficit real.
775
Fundaci\363n Speiro
PATRIC JOBBll-DUVAL
Esta preocupación constante en toda. la línea jerárquica debe
ser la de
conseguir una plusvalía profesional de todas las perso
nas bajo su responsabilidad, así como la
de situar a cada una de
estas personas en· las condiciones en que más fácil y más venta
joso les resulte actuar convenientemente, asumir
su propia res
ponsabilidad, decir la verdad en vez de ocultarla.
¿ No implica un proceder tal un desarrollo dentro de la
em
presa del concepto de libertad?
· ¿No es crear, acaso, el clima moral indispensable para ins
taurar las condiciones necesarias a fin de que cada uno pueda,
con toda libertad, dar lo mejor de
. sí mismo, no solo como ser
vicio a la empresa sino más aúri para su propio desarrollo -«épa
nouisseme'nt»-peronal.
El alcance de este desarrollo personal va mucho más allá del
resultado material, que consiste en producir bienes útiles para la
colectividad, porque,
es la persona en su totalidad, en su fami
lia, en su barrio, su pueblo, la que encuentra este equilibrio en
tre trabajo, vida personal y vida en su entorno habitual.
La empresa, mucho más que espacio de libertad, llega a ser
muestra de libertades.
. .
Esta es la responsabilidad del verdadero jefe de empresa, ahí
está también su recompensa, no solo en los resultados financie
ros, sino también en la plusvalia que obten.drá él mismo por el
servicio qm; ha dado a quienes Dios les ha confiado.
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POR
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Para esta XXVI Reunión de amigos de la Ciudad Católica,
Juan Vallet
me ha pedido que les hable de un tema bastante ex
traño a primera vista: Las libertades en la. empresa.
Como si fuera posible que en la empresa puedan existir ver
daderas libertades. Como
si la empresa no fuera, en el día de
hoy, probablemente, el lugar
.donde permanecen los llamados. vie
jos sistemas de gobierno:
- Autoritarismo y paternalismo.
- Obediencia ciega a una jerarquía perfectamente
definida.
-. Donde, a cambio de un sueldo, sacrificas toda libertad de
manifestar tu propia personalidad, a no ser para ponerla al· ser-
vicio exclusivo de la empresa. ·
En fin, un sitio donde lo único que puedes hacer es obedecer
y
callar si quieres cobrar.
Este siniestro cuadro de
lo que es la empresa, ¿no es el que
vemos en todos los textos que publican los partidos políticos o
las personas que
se proclaman como defensores del pueblo, de
la clase obrera? .
En tal caso, ¿cabe decir que en la empresa pueden
existir
libertades?
¿Es posible afirmar que la empresa, cualquiera que sea su
forma jurídica, cualquiera que sea su tamaño, puede ser un es
pacio de libertad?
Libertad de constituir un patrimonio personal.
Llbertad
de ganar su pan de cada día con la seguridad de po-
der vivir decentemente. ·
Llbertad de correr riesgos.
Libertad
de iniciativa.
Libertad
de autogobernarnos.
Libertad
de emprender.
En fin, libertad de ser verdadera persona humana, sujeto de
sí mismo, responsable de sus actos.
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PATRIC ]OBBE-DUVAL
Es preciso cc;,ntestar a esta pregunta: ¿la empresa puede ser
un espacio
de libertad?
Para ello debemos contestar antes a estas otras:
¿Cuál
es la finalidad de la empresa?
¿Es el mejor medio· de acumular riquezas?
¿Es
el lugar estratégico de enfrentamiento donde la «lucha
de clases» encuentra su terreno más adecuado?
¿Es
la empresa un instrumento de opresión donde el hom
bre es objeto y no sujeto de su propio destino?
Cuando compro, por ejemplo, un coche, ¿cuál es mi inten
ción?
-¿es la de mejorar los resultados financieros de SEAT o
RENAULT?
-¿es intervenir en un debate socio-filosófico y expresar mi
opinión sobre
la definición del hombre en el trabajo.?
-:-,-¿es la de participar a la «lucha de clases»?
Evidentemente, no.
Lo que busco es satisfacer una necesidad y, para ello, bus
co la satisfacción de mis propios intereses;
Trátase, pues, de elegir el tipo
y la marca de coche que me
da· más completa satisfacción gracias a la calidad de su fabri
cación.
Existen tres posibilidades:
-· si la calidad me parece insuficiente, no compro y busco
otra marca;
-si compro y la calidad me decepciona, hago una reclama
ción y desde luego
no volveré a comprar un coche de
este tipo y
de esta marca;
-si, al contrario, estoy plenamente satisfecho y necesito
un nuevo coche volveré a adquirido de esta marca.
Entonces, ¿cuál
es la finalidad de la empresa?
Simplemente,
la de fabricar productos que den plena satis
facción a la clientela,
y es evidente que la calidad del artículo
y del servicio son
la manifestación visible, expresada desde el ex-
terior, de lo que es la empresa. ·
O, .dicho de otra manera, la calidad es el resultado obtenido
por la empresa en su conjunto,
de la alta dirección y de todo el
personal en todos los niveles.
La experiencia del CEE en sus casi 25 años, en miles de em-
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presas grandes y pequeñas, nos ha enseñado que todas ellas de
penden de los resultados· obtenidos en las relaciones que median
entre todas las personas que las integren.
En efecto, cuando más ahondamos en el funcionamiento de
las empresas, vemos mejor
. que estas relaciones no están ligadas
directamente:
-ni a los medios financieros;
-ni a los equipos técnicos;
-ni, incluso, al solo nivel profesional de los que compo-
nen la empresa; ·
-ni tampoco a· los sueldos y otros. beneficios que la em
presa pueda otorgar a sus colaboradorés.
Nuestra
experiencia nos enseña que la calidad de las relacio
nes dentro de la empresa está ligada· directamente a los compor
tamientos de todas
y cada una de las personas que integran la
empresa.
Hemos visto en una. de las anteriores intervenciones que he
mos tenido en otras Reuniones de amigos de la Ciudad Católi
ca (1 ), que los comportamientos negativos pueden traer consigo
resultados catastróficos en
la empresa; y, en el menos maló de
los casos, siempre
se produce una baja de la actividad laboral,
un aumento del absentismo,
bajá de rendimientos, aumento del
rechazo
y siempre un descontento de la clientela.
Si, entonces, la calidad de las · relaciones tiene tan primor
dial importancia para la buena marcha de
la empresa, la preocu
pación de todos --cualquiera que sea su nivel de responsabili
dad--,-deberá ser la de buscar unos comportamientos que pue
dan desarrollarse libremente dentro de un marco empresarial ade
cuado, Comportamientos que serán el fruto de las c0ndiciones
de existencia
y del tipo de organización que faciliten lás réla
ciones entre hombres y mujeres y, en fin, serán el fruto de las
reglas de vida aceptadas por todos.
Lo que se traduce en este esquema:
-los resultados dependen de los comportamientos, fruto de
las reglas de vida.
(1) «La· acci6n de la empresa frente a la subversión», en Verbo, llú
mero 165-166, pág. 639, y CEE Informaci6n, núm. 1, pág. 37; CEE In
formación, núm. 2.
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Así, pues, la finalidad de la empresa es la de dar satisfac
·ci6n a su clientela; y la forma más eficaz de conseguirlo es la
de establecer:
las reglas de vida que generen
,L.
comportamientos positivos que, a su vez, generen
buenos resultados.
,¡,
Notemos de paso que este esquema es valedero para muchí
simos otros casos de relaciones entre los hombres.
En un Estado donde las reglas de vida de los ciudadanos, es
decir, las reglas morales, son respetadas por todos, y los com
poi:tamientos son conform\és a dichas reglas: el resultado se re
flejará en los resultados económicos.
El bar6n Louis, que fue ministro de Hacienda de
dos reyes
de Francia: Luis
XVIII y Luis Felipe, en la primera mitad del
siglo
XIX, decía:
-Hazedme buena política, os daré buenas finanzas.
El esquema válido para la empresa lo es también para el Es
tado:
POLITICA
,¡,
estado moral
,¡,
economía
Y esto es tan verdad que, cuando en el pasado marzo expu
se en México el tema «La solución: la participación» (2), la reac
ci6n fue inmediata, porque los · mexicanos presentes vieron en
este esquema la simple traducci6n meridiana de sus problemas.
¿C6mo este país, dotado de todos los recursos: 'mineros, agrí
colas, marítimos, etc., sin contar el considemble capital humano
que tiene, puede estar al borde del colapso econ6mico?
- No
es ·papel mío vaticinar sobre México, pero una cosa
cierta es que la política del P. R. l., la moral del Estado, que es
la del P. R. l., después de 70 alíos en el poder, recibe, directa
e indirectamente la sanción de los resultados económicos
..
(2) Verbo, núm. 255-256, mayo-junio de 1987, pág. 665.
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LAS LIBERTADES EN LA EMPRESA
Lech Walesa interrogado por un periodista sobre la situa
ción en Polonia contestó:
-«Miren donde nos han llevado las orientaciones de los
últimos
35 años. ·
»Han .fabricado
pícaros, tramposos, vivales. Miren este jefe
de equipo o este otro:
si es honesto vive mal.
»Es este desorden lo que queremos eliminar».
Porque
Lech Walesa, con su sentido común, ve que los re
sultados económicos son. la parte· emergida del iceberg; la parte
sumergida, la
más_ importante, la causa misma del fracaso eco
nómico es la política nefasta, la amoralidad del Estado, que ha
fabricado
pícaros, tramposos, vivales, cuyos comportamientos son
negativos.
Ahí está el desorden, lo contrario del orden.
Las cosas no son
como antes, la jerarquía de valores se ha
invertido
(3 ). La libertad de actuar según el sentido común de
cada uno, de escoger lo bueno, lo
razonable, lo sano, ya no exis
te; pues, todo aquel que actúa en este sentido se encuentra dis
minuido, incapacitado incluso, por los comportamientos negati-
vos de los que Ie rodean.
·
En efecto, como dice Su Santidad Juan Pablo II, en su men
saje a la Jornada Mundial de la Paz el 1 de enero de 1981:
«El hombre es libre porque posee la facultad de determinar
se en función de lo verdadero y
del bien. Es libre, . dado que po
see la facultad de elección, "movido e inducido por convicción
interna
. personal y no bajo la presión de un ciego impul!lO in
terior
.o de la mera coacción externa!" ( Gaudium et spes, í 7):
-Ser libre es poder y querer elegir, es vivir según su propia
conciencia-» ( 4
). .
Y, en otra ocasión, Juan Pablo
II, en Filadelfia, el 3 de oc
tubre de 1981, decía:
«No puede haber libertad cuando va dirigida contra un hom
bre en aquello que él es, o contra un hombre en su relación con
los otros y con Dios» (5) .
. Estos textos no hacen más que ilustrar y explicar esta pala
bra de Nuestro Señor Jesucristo:
« Y la verdad los hará libres».
(3) Juan Pablo II, el 25 de octubre de 1981, deda en su hornilla:
«Los peligros más amenazadores son los de naturaleza. moral, tanto por
lo que respecta. a los individuos como también a Lis familias y a toda la
sociedad», en Verbo, núm. 223-224, pág. 297.
(4) Verbo, núm. 237-238, pág. 752.
(5) Verbo, núm. 237-238, pág. 754.
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El CEE desde que empezó su labor no tiene más objeto sino
el de plasmar esta constatación universal en el terreno práctico
de la empresa.
Siempre han sido las fuerzas morales
las que han permitido
las grandes realizaciones
de la historia, en todos los países: no
existen grandes empresas, no existen resultados sin la moviliza
ción de las mejores fuerzas morales.
Pero, ¿cómo movilizar las fuerzas morales?
Y, sobre todo, ¿cómo hacerlo sin dejar de respetar la liber
tad de cada uno?
¿Cómo conseguir que la
mayoría dé lo méjor de sí mismo
sin. pasar por la manipulación psicológica o por medios de pre
sión similares a la esclavirud?
¿Cómo ingeniárselas para que los hombres y mujeres, en
gran número, aporten
su valor y su virtud y al mismo tiempo
vean ampliarse sus poderes y su personalidad,
su· campo de ini-
ciativa y su dominio de libertad?
. ·
¿C6mo
reunir el progreso y la libertad de manera diferente
a las palabras huecas de
los eslóganes políticos?
Las empresas que han llegado a este resultado contestan:
No es con los medios económicos
CCJ!l los que se resuelve un
problema eéonómico: la
economía está en estrecha relación con
el nivel moral.
·
Pero no es hablando de moral con lo q,;e se hace progresar
el nivel moral: las costumbres están en
estrecha relación con la
política.
Es una cuestión
de' política, es decir, dd modo de dirigir a
hombres
en las comunidades donde viven;
¿Cómo
se las ingenian las empresas que consiguen buenos
resultados. de
manera duradera?
Procuran que toda persona a qnien
se confía una tarea dis
ponga_ de los poderes cotidianos precisos para cumplir bien con
ella: quien debe clavar un clavo debe disponer del martillo
co-
rrespondiente. .
Respetan, lo mejor que pueden, este principio de gobierno
encaminado a ubicar a cada persona en la siruación donde le
será
más fácil y ventajoso imprimir en obras sus dotes persona
les
y sus cualidades morales, contrariamente al modo en que las
organizaciones procedentes
det economicismo, individualista o co
lectivista, ubiquen al asalarlado en una situación en. la cual su in
terés personal
_ se halla en conflicto con el bien común.
Lo que importa es ayudar a la línea jerárquica en su papel,
porque es
el más difíéil del mundo, porque supone una vigilan-
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LAS LIBERTADES EN LA EMPRESA
· cia constante y cotidiana para satisfacer las esperanzas de cada
uno.
Son esperanzas universales: la necesidad de ser personalmen
te reconocido, de
sentitse responsable y, para ello, tener los me
dios de asumir esta responsabilidad.
Y este principio de
. gobierno se traduce en disposiciones prác
ticas:
-Procurar no · separar nuuca la responsabilidad de una ta
rea de los poderes necesarios para realizarla. En particular, reco
nocer a cada cual su dominio de soberanía correspondiente al do
minio de responsabilidad que se .le. confía, ya sea un puesto de
trabajo, el manejo de uu equipo o el servicio de un cliente ...
- Apreciar a cada persona según su mérito, o sea, conforme
a calidades efectivamente aportadas en el cumplimiento de uua
tarea, dando siempre
la ptiotidad a lo cualitativo: mientras que
lo cuantitativo solo
es uua consecuencia de lo anterior.
Reconocerle a cada uuo su esfera de
dominio es evitar· pa
sarle por alto, desautorizarle; es darle la información que re:
quiere, responder a sus preguntas, consultarle para una decisión
que
se refiera a su tarea, dejarle la iniciativa de organizarse, es
cuchar sus sugerencias en su oficio, etc.
Apreciar a cada uno, según su mérito, .es evitar la determi
nación de. su suerte pot vía de arbitraje; es personalizar las re
laciones y dejar el poder de decidirlas al que supervisa directa
mente su tarea y no a un escalafón más elevado. Es hacer que
el que aporta más calidades, que son la marca de un buen ser
vicio, sea tratado, mejqr que el que Se niega a hacerlo; tratando
mejor en el trabajo escogido, en la aplicación de los reglamentos,
en su sueldo
•. Es negarse a ceder a la uniformidad del tratamien
to, puesto que los comportamientos son diferentes.
Lo esencial es que, en este punto, la dirección tenga ideas
claras y un
comportamiento tan claro como sus ideas.
· Esto significa, también, que una decisión solo · es realmente
fecunda cuando está encaminada, primero, a dar importancia a
aquellos a quienes concierne, a ayudarles a progresar y a exten
der su poder para mejorarlos.
Un director, un jefe de servicio, un contramaestre serán apre
ciados respondiendo a esta cuestión: ¿Qué valor agregado han
aportado a
las personas, qué poderes nuevos les han ayudado .a
adquitir para asumir mejor sus responsabilidades?
Esta cuestión debe anteponerse a los resultados cuantitativos,
porque los resultados obtenidos en detrimento de los demás miem
bros de
la empresa esconden un déficit real.
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PATRIC JOBBll-DUVAL
Esta preocupación constante en toda. la línea jerárquica debe
ser la de
conseguir una plusvalía profesional de todas las perso
nas bajo su responsabilidad, así como la
de situar a cada una de
estas personas en· las condiciones en que más fácil y más venta
joso les resulte actuar convenientemente, asumir
su propia res
ponsabilidad, decir la verdad en vez de ocultarla.
¿ No implica un proceder tal un desarrollo dentro de la
em
presa del concepto de libertad?
· ¿No es crear, acaso, el clima moral indispensable para ins
taurar las condiciones necesarias a fin de que cada uno pueda,
con toda libertad, dar lo mejor de
. sí mismo, no solo como ser
vicio a la empresa sino más aúri para su propio desarrollo -«épa
nouisseme'nt»-peronal.
El alcance de este desarrollo personal va mucho más allá del
resultado material, que consiste en producir bienes útiles para la
colectividad, porque,
es la persona en su totalidad, en su fami
lia, en su barrio, su pueblo, la que encuentra este equilibrio en
tre trabajo, vida personal y vida en su entorno habitual.
La empresa, mucho más que espacio de libertad, llega a ser
muestra de libertades.
. .
Esta es la responsabilidad del verdadero jefe de empresa, ahí
está también su recompensa, no solo en los resultados financie
ros, sino también en la plusvalia que obten.drá él mismo por el
servicio qm; ha dado a quienes Dios les ha confiado.
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