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La familia. (Crónica de la XXXIII Reunión de amigos de la Ciudad Católica)

CRONICAS:
LA FAMILIA
( Crónica de la XXXIII Reunión de amigos
de la Ciudad Católica)
Acaso porque en nuestra sociedad, la familia es el estrato so­
cial más vejado; acaso porque siendo el vínculo de uni6n más
entrañable y fuerte, es, hoy día, ante el brutal ataque a que•las
altas jerarquías .le someten, el más indefenso; acaso porque la
familia
es la iglesia doméstica, el crisol de la tradici6n, la escuela
del amor, la cultura y el equilibrio de la persona; acaso porque
el primer seminatio surge en la familia ; los amigos de la Ciudad
Cat6lica se han reunido en la Residencia de San Pedro Mártir de
los RR.PP. Dominicos de Alcobendas (Madrid),
los dís 25, 26
y 27 de noviembre de 1994, para devolver a ésta el lugar que le
corresponde en
la sociedad civil.
Con una familia
se inici6 la historia de la humanidad. Por
haber creado Dios
al hombre como un ser sociable, tuvo a bien
darle por compañera otro ser semejante a él, «hueso de sus hue­
sos y carne de su carne», para así format con la uni6n de atnbos
el primer matrimonio, la primera fatnilia; cuyo fin
se desdobla
en una doble proyección:
-una de carácter social, la procreaci6n edncadora de los
hijos.
-otra de carácter individual, la plenitud de ser y la felici­
dad que los que
se aman buscan al casarse.
Pero
lo que el acto volitivo de Dios hizo posible con un FIAT,
llegando a hacer compatible
la atmonía, la subordinaci6n y la
unidad esencial, se convirtió, por obra de ciertos movimientos
ideológicos de la modernidad en la práctica disociaci6n de los
fines del matrimonio, que termioaría por anulat uno de los fines
en beneficio del otro ; llegando incluso a plantearse si
es legítima
la uni6n entre dos individuos del mismo sexo, cuando tal unión
aberrante «resulta contradictoria, ya que una cosa se relaciona
con otra y nunca consigo misma»-. ·
Verbo, núm. 331-332 (1995), 155-163
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CRONICA DE LA XXXIII REUNION DE AMIGOS DE LA CIUDAD CATOLICA
Con gran profundidad, los ponentes nos deleitaron en sus ex­
posiciones que
llegaban a lo nuclear del problema. Francisco José
Fernández de la Cigoña nos hizo la introducción histórico-literaria,
que concluyó Rafael Gambra Ciudad al fundamentar que la
fa­
milia es la primera célula de la sociedad.
José
M. Serrano y Javier Urcelay nos previnieron respectiva­
mente de los peligros que la biotecnología y los medios de comu­
nicación ofrecen en la educación de los miembros de esa célula
social. Concretamente,
se afirmó que toda información implica
un modo de pensar y que la televisión, hoy elemento introducido
en todas las familias, comenzó reflejando lo que la sociedad era;
pero que en la actualidad ocurré lo contrario: la sociedad refleja
lo que es la televisión. Atención, pues, a este invitado que en
muchos hogares recibe un puesto de honor, y que entorpece en
alto grado la educación de los hijos y amansa el carisma y la obli­
gación educadora de los padres.
El sábado 26
se inició con un serie de foros de gran interés
que planteaban los problemas actuales que de modo más sangrien­
to sablean la familia
así como ot.ros al margeo -como es tradi­
cional ya en estas.
reuniones-del tema general de la reunión.
Cabría meocionar el que pronunció Estanislao Cantero sobre la
objeció11 de conciencia; el de .Antonio Urzaiz, que indicaba el pa­
pel que juega la familia en los programas de los partidos políticos;
y
el de Juao Antonio Martínez Muñoz que magistralmente expuso
las razones que tenemos para combatir. la eutaoasia. Frente a estos
dolores que sufre hoy
la familia cristiana, Evaristo Palomar pro­
puso el gozo de que la familia
es y ha de ser el camino para que
la nueva evangelización sea posible y Elio Alfonso Gallego,
el
gozo .de que en la familia se ubica el substrato político de la so­
ciedad actual. ·
Tres conferencias cerraron el día. Cada una de ellas· atendió
a un aspecto
diferente de la familia. Gabriel García Cantero nos
habló de sus relaciones con la
sociología; el notario Francisco de
Lucas Fernández, de los cambios legislativos del Estado y de las
últimas decisiones jurídicas
sobre las uniones heterosexuales ; y,
por fin, Leopoldo Gonzalo, de la actualidad económica del Esta­
do aote la familia.
El domingo nos sorprendió con una serie de foros que no se
centraban en
el tema de la Reunión, pero, que no por esa, dejaban
de ser de vital importancia. Carmen Fernández de la Cigoña ela­
boró un acertado comentario acerca de
la falsa neutralidad del
Estado laico; Araceli Herrera nos ilustró con un sucinto estudio
filosófico de los absolutos morales, tema que provocó una discu-
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CRONJCA DE LA XXXIII REUNION DE AMIGOS DE LA CIUDAD CATOLICA
sión de sumo interés; y, finalmente, Luis María Sandoval presen­
tó su último libro:
La catequesis pol!tica de la Iglesia, desglosando
sus capítulos en una
admirable símesis.
Tres conferencias vinieron a recoger todos los conocimientos
hasta entonces puestos a estudio. Pedro Brunso, con su interven­
ción encerró a la familia en el cofre de la tradición, enlazando de
esta manera, el presente con el pasado, nuestros hijos con nuestros
padres. Juan Vallet dignificó la tarea educadora, única y exclusi­
va, de
la familia y José María Petit puso el broche de oro al de­
sarrollar la doctrina de los últimos Pontífices .sobre la familia.
Fueron tres días inolvidables en los que unos enseñaban y otros
aprendían, unos daban pareceres
y otros los recogían, todo ello
en un ambiente de espléndida caridad cristiana. Tres días en los
que no faltó
-no podía ser de otro modo-el culto que los
hombres deben rendir a
su Señor y Creador. También en la Santa
Misa fuimos .adoctrinados
éon los sabios consejos de tres buenos
y santos pastores. El P. Agustín Arredondo, S. I., nos instigó
para que pusiéramos riuéstras mentes al servicio del Espíritu San­
to, fuente de toda sabiduría. El P. Victorino Rodríguez, O. P.
nos habló de la Madre que tuvo el privilegio de enseñar las pri­
meras palabras a Aquél que
al mundo dio Palabras de Verdad. El
P. Martínez Cano, M.
C. R. puso a la Familia de Nazareth como
modelo para todos: que Cristo vivió en familia; que la Iglesia
es
la Familia de las familias.
Una conclusión se-"impone como resumen de esta Reunión de
amigos de la Ciudad Católica:
Aunque es necesario, no basta con refutar los actuales errores
en el terreno d0ctrinal. No, no es suficiente. Para· hacer frente a
la subversión antifamiliar,
en primer lugar debemos conocer los
planes de esta subversión y darlos a conocer al mayor número de
personas posible, especialmente a los que por ser padres de fami­
lia, educadores, pedagogos o formadores, poseen responsabilida­
des
concretas o participan en la .responsabilidad y autoridades na­
turales. Por eso, la difusión de los trabajos publicados en la re­
vista «VERBO» es una exigencia ineludible.
Trabajar en los cuerpos sociales existentes (asociaciones de
padres, de antiguos alumnos, congregaciones de matrimonios, ... )
para que no sean manipulados a la manera de lo~ revolucionarios,
sino para que
ctimplan más perfectamente su fllnción social;, crear
y potenciar nuevas entidades allí donde no las haya, para éuhrir
los diversos frentes en los que se desarrolla el combate contra la
familia.
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CRONICA DE LA XXXIII-RE.UNJON DE A·MIGOS,DE LA CIUDAD CATOLICA
No tengamos miedo. La Sagrada Familia nos obtendrá de Dios
el coraje y la generosidad necesaria para que
la reconquista de las
familias para
El sea preludio y anticipo del establecimiento de
su Reinado Social
en el mundo entero.
JAVIER AADRÉS FERRER.
HOMILIA DEL P. AGUSTIN ARREDONDO, S. J.
El espíritu de la Iglesia en este tiempo final del año litúrgico se ve
afectado por
la idea de una gran liquidación. Liquidación también indi­
vidual, pero sobre todo liquidación de toda una
gran colectividad. Y esta
colectividad ya sabemos que es doble; la del pueblo judio, aludida me­
diante ciertos datos a ella pertenecientes con toda claridad; y la colecti~
vidad de la humanidad entera al fin de los tiempos, realzada con la
seg~nda venida de Cristo.
La primera ya pasó; y siguieron las crueles persecuciones, casi tres
veces seculares, en que
se ~ncontr6 especialmente suelto en aquel mundo
«el dragón, que es la antigua serpiente, el diablo o satanás» del Apoca­
lipsis, arrojado por fin con cadenas al abismo
para mil años (Apoc 20,2s).
Desde los tiempos de Constantino,
se dice ahora por muchos que vive la
Iglesia esos mil o gran m1mero de años, en los que el enemigo no tiene
tanto poder como tuvo
para «extraviar a las naciones», y el grano de
mostaza de
la Iglesia logra prender en naciones y continentes mediante
su firme asiento en multitud de corazones.
Descartado oficialmente por
la Iglesia el llamado milenarismo, que
creyó ver anunciada en el Apocalipsis una venida de Cristo
para vivir en
la tierra en vísperas del fin último esos mil años de paz y reino público
de Dios,
se nos sugiere la conciencia de que estamos en ese periodo mi­
lenario, previo a
la libertad interina que volverá a dársele el dragón por
un más corto tiempo, antes de la liquidación definitiva del mundo.
* * *
Nuestro puesto es indudablemente el de quien prepara semejante liqui­
dación. Bien nos habla de ella con Juan el también apóstol Pablo repe­
tidamente. Es ese «Reino
de Dios» (Le 21,31), cuya cercania, presentimos,
como la madurez de
la higuera por sus brotes. Si ha de presentarse re­
pentinamente, y se nos encarga por ello vigilar, luego la actitud nuestra
es
la propia de quien lo tiene próximo (Le 21,31ss); y esta actitud no
puede extrañarnos que
se refleje en nuestro empeño por una Ciudad Ca­
tólica.
«Fijaos en la higuera», hemos oido; fijaos en la Ciudad Católica -te­
nemos que oir-, que tanto más acertará en su andadura cuanto más se
oriente, como la higuera, hacia su siempre progresiva madurez.
Como
la higuera. Porque no hay que forzar la alegoría, para descu­
brir en los amigos de
la Ciudad Católica caracteristicas significativas que
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