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Segunda reunión de los amigos de la «Ciudad Católica» en España

Fruta de la perseverancia en el estudio de los amigos de VERBO ha sido esta segunda reunión celebrada durante los días 5 y 6 de mayo en la casa de Ejercicios "Mater Salvatoris", que los Padres Salesianos tienen en el Tibidabo de Barcelona.

Aun cuando la reunión se inició como local y luego se anunció como nacional, se reunieron no sólo amigos de VERBO de distintas diócesis de España, Barcelona Tarragona y Madrid, sino que también los hubo de París y Buenos Aires. Los señores Conde D'Andigne, Penfentenyo y Creuzet, Presidente, Director y Secretario de la Cité Catholique de Francia, y el señor Gorostiaga, Presidente de la Ciudad Católica de Argentina, pronunciaron sendas charlas sobre la finalidad y desenvolvimiento de la Ciudad Católica en los diferentes países.

Comenzaron los actos con uno litúrgico dirigido por el reverendo P. Segura, S. J., Director de Cristiandad, quien el domingo dijo la Misa en la Cripta del Tibidabo; después los organizadores dieron la bienvenida a todos.

Se pronunciaron cuatro ponencias.

  1. Manuel Jordán Solano habló sobre "El Laicismo, herejía de nuestro tiempo", y señaló que existe lo que podemos denominar "el despertar del laicado católico" para cooperar en la gran obra de Jesús mediante la plena sumisión a la Jerarquía eclesiástica y actuando de verdaderos apóstoles de Cristo en las distintas esferas en que se desenvuelven las actividades del hombre.

A continuación examinó las desviaciones de pensamiento y de costumbres que acompañan a todos estos fenómenos de evolución social, que consisten en una supervaloración de lo económico y en un contagioso relativismo moral, que se manifiesta especialmente en nuestra juventud.

A su juicio, esa actitud se identifica con una difusa mentalidad actual llamada "laicismo", que, a su vez, en infinidad de ocasiones se identifica con el ateísmo. La característica de este "laicismo" es una constante oposición sistemática a la influencia de la Religión, en general, y a la jerarquía católica, en particular, sobre los hombres, sus actuaciones y sus instituciones.

La ponencia tendió a poner en claro el confusionismo imperante sobre el laicismo, muy arraigado por desgracia en nuestra sociedad católica, incluso muchas veces de una manera insensible.

En la ponencia sobre "El liberalismo y sus consecuencias en el orden político", D. José María Coronas Alonso subrayó que al ser olvidado que el hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios, el liberalismo niega a la política, como actividad dirigida a la consecución del bien común, todo sentido sobrenatural, estableciendo una autonomía entre las esferas pública y privada, en las que se proyecta la vida del hombre en este mundo. De ahí sus consecuencias en el orden político y social: rebaja el hombre al significado de mero número de una masa anónima sin rumbo ni finalidad; destruye la familia como núcleo y fundamento de la Sociedad; desconoce la existencia de organismos sociales intermedios entre la Sociedad y el Estado y reduce a este último a una mera fórmula de Derecho Positivo.

Por eso concluyó diciendo que en la esfera de nuestras posibilidades los católicos estamos obligados a poner nuestros medios: piedad, estudio y acción, para conseguir se reconozca en el orden político la realeza de Cristo.

El Catedrático de Metafísica de la Universidad de Barcelona, Dr. Jaime Bofill Bofill, disertó sobre "Unidad y Diversidad en el cuerpo social a la luz del concepto cristiano de persona". La Encíclica "Mater et Magistra", tomada como base de esta ponencia, dejó desbordar ampliamente, como es obvio, los límites que el uso vulgar ha impuesto al término "social" en expresiones tales como "cuestión social", "mensaje social", etc., para replantear a la altura de las actuales circunstancias la doctrina católica sobre la estructura general de la Sociedad.

Mas el tema elegido de la articulación de la unidad y la diversidad en el cuerpo social puede considerarse, sin duda, central en este documento, siendo de notar la importancia concedida en su estudio al concepto cristiano de persona, que ilumina la totalidad del texto.

Sobre el concepto de persona subrayó el ponente tres puntos: 1º El nombre de persona es significativo de dignidad. Hay que respetar y fomentar la dignidad de la persona en todos sus aspectos. 2º La persona ha de encontrar por su vinculación al cuerpo social no un obstáculo, sino, al contrario, un apoyo y un estímulo para su dignificación. 3º La dignidad personal se funda, en última instancia, en Dios y alcanza su plenitud en la elevación del hombre a la vida sobrenatural.

Como consecuencia, los poderes públicos deben tener en cuenta en todo tiempo estos principios y regular según ellos su actuación.

La última ponencia fue presentada por el Catedrático de Filosofía de la Universidad Central, Sr. D. Leopoldo Eulogio Palacios, bajo el titulo "Humanismo y Divinismo". El humanismo cristiano, dijo, pone de relieve la fuerza que tiene el cristianismo para mantener al hombre sobre el nivel de las bestias y hacerle verdaderamente humano. El autor piensa que se podría expresar con estas palabras: Factus est Deus homo ut homo fueret homo. Dios interesa a los humanistas cristianos para enaltecimiento del hombre, y la doctrina de estos pensadores debería conducir lógicamente a creer que Dios se ha hecho hombre sin otra mira ulterior que la mayor gloria del hombre. Pero en realidad el cristianismo pica mucho más alto, porque la gracia de Cristo hace a los hombres "consortes de la naturaleza divina". El autor recuerda a este propósito estas palabras de algunos Padres de la Iglesia, como San Agustín: Factus est Deus homo ut homo fieret Deus. Por eso el autor cree que el cristianismo es mucho más que un humanismo y podría llamarse divinismo, según ya expuso en su libro El Mito de la Nueva Cristiandad.

Al final de las ponencias, y en la Capilla de la Casa de Ejercicios, el Rvdo. P. Puig, S. J., dio la Bendición con el Santísimo.

Luis Alcázar