Volver
  • Índice

A. de Soras, Documents d'Église et options politiques

NOTA CRÍTICA

De la sección bibliográfica de "RAZÓN Y FE" números 788-789, septiembre-octubre 1963, página 267, transcribimos, con permiso de su autor, R. P. Eustaquio Guerrero, S. L. la siguiente crítica:

A. DE SORAS: "Documents d'Église et options politiques". París, Edit. Centurión, 1961, 123 págs., 18 cm.

Como, al decir del padre Soras, hay personas que leyendo las publicaciones de La Ciudad Católica experimentan cierto malestar, sin llegar a ver las causas, el autor redacta este opúsculo para mostrárselas. En la primera parte expone a grandes rasgos las características de La Ciudad Católica, se esfuerza por calibrar qué aceptación tiene o deja de tener en la. Iglesia, y suministra algunos criterios para juzgaría: todo con el fin de que los católicos que se inscriben en la asociación adviertan a lo que se comprometen. En la segunda parte se señala uno de los principales defectos de La Ciudad Católica, que es, según piensa el autor, el uso desacertado de los documentos pontificios, y se indican ciertas normas para leerlos y citarlos correctamente.

Be aquí expresado con casi las mismas palabras del autor, el contenido del opúsculo que, en realidad, se Íntegra con artículos publicados en 1961 en las revistas "Choisir" y "Action populaire".

En ninguna parte demuestra el autor nada concreto contra La Ciudad Católica como tal asociación, ni contra alguno de sus miembros; sin embargo, apenas hay página en que no se susciten recelos contra su doctrina, sus métodos y su estilo, y no se desvirtúe cuanto le favorece. El estado de ánimo del autor se patentiza, además, en los subtítulos y en el corbatín de propaganda.

A quienes no conozcan por experiencia propia lo que es La Ciudad Católica, yo les recomendaría que, leídos con sincero amor a la verdad los tres capítulos de la primera parte, vean en seguida los dos opúsculos de Madirán: "La Cité Catholique aujourd’hui" y "Les Machinations contra la Cité Catholique"; las respuestas de Jean Ousset en los números 127 y 129 de "Verbe" y nuestros propios escritos en "Punta Europa", números 68-69, y en "Cristiandad", número 3-74. A mi parecer, advertirán entonces que el padre Soras sugiere, sin fundamentos de peso, desconfianzas hacia una asociación que en sus estatutos no sólo es ortodoxa y laudable, sino muy oportuna y aun necesaria, y en su conducta global y como de tal asociación no da motivos para que se le formulen justas acusaciones. Si alguno de sus miembros yerra, lo que tampoco se demuestra, eso no autoriza a nadie para desprestigiar a la asociación en sí misma y en su conjunto, ni para suscitar alarmas contra ella.

Creemos que este opúsculo es una manifestación más de cierta mentalidad, corriente en conocidos sectores del catolicismo francés, a saber: adversa a lo que aquí entendemos por Estado Católico y Apostolado por el Reinado social de Jesucristo, pero incompatible, según piensan tantos otros teólogos de cuenta, con las enseñanzas tradicionales de la Iglesia y, en particular, de León XIII, Pío X, Pío XI y Pío XII. (Véase la XIV Semana teológica española).

Los dos capítulos de la segunda parte dan normas para captar con objetividad el sentido de los documentos pontificios, ya atendiendo a la doctrina en sí, ya a los adjuntos históricos y a la forma, y, en general, esas normas parecen bien fundadas, pero opino que en el capítulo segundo hay muchos pormenores discutibles, y, en todo caso, no me parece dudoso que los teólogos y directivos responsables de La Ciudad Católica no necesitan tales explicaciones, y, en cambio, ante la masa, no ya de La Ciudad Católica, sino de todos los católicos, algunas cautelas tan recomendadas allí tendrán por efecto la destrucción, en los lectores de los documentos pontificios, de toda propensión a aceptarlos con sencillez filial, y el fomento del escepticismo y de la hipercrítica. Todo lo cual podría probarse con todo detalle, si hubiera espacio.—E. GUERRERO.