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Reseña del Congreso del «Office International» en Sion (Mayo de 1964): El hombre frente al totalitarismo

La "Oficina Internacional de Obras de Formación Cívica y de Acción Doctrinal, según el Derecho Natural y Cristiano", reunió en Sion, del 1 al 3 de mayo, a unos 1.500 congresistas, para ocuparse del arduo y espinoso problema de "El hombre frente al totalitarismo moderno".

Personalidades y agrupaciones del Canadá, Estados Unidos, Argentina, Portugal, Irlanda, Checoeslovaquia, Polonia, Inglaterra, Alemania, Austria, Italia, Liechtenstein, Suiza, Francia, Gabón, España (nuestra bandera estuvo colocada a la derecha de la suiza, que ocupaba el centro en el teatro de Sion, sede del Congreso), han marcado una presencia, han establecido unos contactos y se han intercambiado experiencias valiosas.

Fue intención del Congreso proporcionar en Sion un lugar de encuentro a las obras de inspiración cristiana que en los distintos países del mundo se dedican a una formación cívica o social. La Oficina Internacional ha actuado, pues, como el órgano encargado de relacionar y dar a conocer a los distintos grupos, con un gran sentido de subsidiariedad, y por tanto ajena a toda injerencia en la vida propia de cada una de las asociaciones o grupos que se dieron cita en la capital del Valais.

La sede del Congreso

La ciudad de Sion, en la trasversal alpina que une a París y Constantinopla, ofreció un excelente marco por su gran belleza natural y su llamada a la contemplación, para un congreso que se propuso entablar el diálogo entre fuerzas intelectuales y espirituales que actúan en el mundo de hoy, conscientes de que el cristianismo puede ofrecer remedios a los males de la sociedad.

El Congreso reunió a filósofos, escritores y sociólogos conocidos, pero sobre todo creó un ambiente de fraternidad cristiana, en el que hombres de todos los países convivimos y resultamos próximos por estar unidos con los lazos de una misma fe y por estar empeñados en una común tarea: la construcción de la Ciudad Cristiana.

Los trabajos

Seis conferencias doctrinales, dos mesas redondas, la misa oída diariamente y la recitación del rosario fueron los actos programados por el Congreso.

"El hombre frente al totalitarismo moderno" fue el tema abordado desde los distintos campos del pensamiento. Jean Maridan, director de la revista Itinéraires, desde su actitud de filósofo denunció al totalitarismo, afirmando que éste existe allí donde se niega el fin supremo de los hombres y se lo somete a algo inferior (por ejemplo, al conjunto político-social). Desde el punto de vista teológico, el totalitarismo es, para Maridan, una imitación diabólica y materialista de la comunión y recapitulación de las cosas y del hombre en Cristo.

Sugerente y aguda resultó la conferencia de Luc Baresta, redactor jefe del seminario La France Catholique, sobre los "Condicionamientos totalitarios de la opinión". Si la opinión pública gobierna al mundo, hoy no se encuentra encauzada por filósofos o responsables del poder de la misma. Los condicionamientos totalitarios de la opinión dificultan encontrar en nuestro tiempo el verdadero relieve de la vida intelectual y de la vida espiritual. Michel Uldry, desde el campo de la política, denunció los peligros del totalitarismo, que en el plano intelectual tiende a destruir las civilizaciones particulares, los valores morales y religiosos.

También desde el terreno económico se acusó el error de los totalitarismos: La economía no está concebida para el aprovechamiento o el poder de una clase determinada, sino para que sirva a cada uno y a todos los hombres, sin diferenciación de clases o dé grupos.

La recapitulación de conclusiones se realizó a través de las dos últimas conferencias doctrinales. Henri Rambaud, después de demostrar que Tos totalitarismos no son sino idolatrías, divinizaciones de lo temporal, afirmó la insuficiencia de una crítica puramente negativa: los cristianos de hoy tienen el deber de imponer en el mundo el culto del verdadero Dios, de ser testimonios de la vigencia del espíritu, y, sin renunciar o menospreciar lo temporal, de afirmar la supremacía del espíritu.

Jean Ousset, Presidente de la Oficina Internacional de Obras de Acción Doctrinal según el Derecho Natural y Cristiano, señaló acertadamente el instrumento principal y concreto que resulta válido en la lucha contra el totalitarismo moderno, sea cual fuere la forma con que éste se presente. Sólo los hombres de principios y de acción pueden oponer un dique a los males de la sociedad actual.

En las "mesas redondas" —la del viernes 1 de mayo sobre "Unidad doctrinal y diversidad de acción", y la del sábado sobre "Subsidiariedad y acciones complementarias"— hubo ocasión de conocer las experiencias que han recogido distintos grupos de países diversos, fruto de un trabajo serio, encaminado a la formación 0 a la acción cívica y social cristiana.

Presencia de España en Sion

España ha ocupado un puesto notable en el Congreso a través de una representación numerosa de los grupos de amigos de La Ciudad Católica de Madrid y Barcelona. Eugenio Vegas Latapie presidió la jornada de estudio de la mañana del 2 de mayo. Luis Alcázar tuvo una comunicación en el "forum" del viernes 1 de mayo. Una representante de "Amistad Universitaria", invitada por los amigos de La Ciudad Católica de Madrid, presentó a los congresistas en la mesa redonda del sábado la finalidad y los medios de trabajo de la asociación cultural que representaba.

Completan la vida del Congreso de Sion los almuerzos y cenas de todos los congresistas bajo un mismo techo, el de una tienda de campaña al borde de los Alpes; cenas y almuerzos que dieron ocasión de dialogar de hombre a hombre y de entablar amistad en torno a una misma mesa.

Tampoco faltó en el Congreso un secretariado montado eficazmente, una exposición de libros y otras publicaciones y una oficina para proporcionar el conocimiento y las entrevistas entre los distintos grupos.

M.D.A.