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Trasvase ideológico inadvertido y diálogo

Trasvase ideológico inadvertido y diálogo
por
PLINJO CORREA DE ÜLJVEIRA
Fundaci\363n Speiro

TRASVASE IDEOLOGICO INADVERTIDO Y DIAWGO (*)
SUMARIO·: IN'I'RODUCCIÓN.---.CAPÍ'L'ULO I. La nu.eva táctica comunista: ac­
ción persuasiva en el subconsciente.-La acción psicológica inadvertida,
ejercida sobre la mentalidad de los pueblos no comunistas, se toma con­
dición esencial.
para la conquista del mundo por el comunismo internacio­
nal.-CAPÍTUI.0 II. Trasvase ideológico inadvertido.-Uno de los inedios
más importantes para que el comunismo obtenga el éxito de la acción
persuasiva en el subconsciente es el trasvase ideológico inadvertido.­
CAPÍTUW III. La palabra-talismán, estratagen14 del trasvase .ideológico
:inadvertido.-EI empleo de palabras dotadas de fuer.za talismánica es
11na estratagema muy sutil. y muy eficiente para operar el trasvase ideo­
lógico
inadvertido.--CAPhu:w IV. Un ejemplo de palabra,...talismán.:
"diálogo".-!. "Diálogo": .Sentidos legítimos.-La palabra "di~logo" po­
see diversos sentidos legítimos ¡y no talismánicos; cuáles son ellos. Licitud
de la discusión y de la polémica.-2. La fermentaci6n emocional irenis­
ia.-La utopía irenista provoca una fermentación em:>cional, la cual es
eontraria a la controversia ideológica y ocasiona la germinación de los
sentidos talismánicos de
1a palabra "diálogo".-3. "Diálogo": Sentidos
talismánicos.-La palabra "diálogo", en sus varios sentidos talismánicos,
origina sucesivamente
el deseo de la coexistencia a todo precio y la acep­
tación del relativismo hegeliano.--CoNCLUSIÓN :
El trasYase ideológico
-inadvertido y la palabra-talismán "diálogo",
analizadas· en cuanto nue­
vos instrumentos del comunismo ·
para el éxito de su acción persuasiva
universal.
La,. posibilidad de "exorcizar" la palabra-talismán "diálogo",
inutilizando así
la estratagema comunista.
(*) NP'l'A DE SPlt1Ro ......... EI término portugués "baldea.;a.o" que en .casteita­
no significa transbordo y que ofrece la imagen del viajero que, sin darse
-cuenta de ello, es transbordado de tren y continúa viajando pero en direCción
distinta sin advertirlo, lo tradticlmos por "trá.svase' sustituyendo .así dicha
imagen
por otra imagen que, nos parece, :resulta· más fallliliar para el lector
español: la del cambio inadvertido
y. paulatino, pero. continuado, del con­
tenido de un recipiente, que
sigue con su misma etiqueta pero que, al fin,
ya nada contiene del licor enunciado en "ésta, .sino otro distinto pero q\le sigue suministrándose sín cambiar el nombre y que continúa tomándose
-porque con el cambio paulatino, el paladar no educado ha ido adaptándose
al nuevo gusto poco a poco-, sin advertirlo.
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INTRODUCCIÓN
A veces una circunstancia de pequefia monta puede esclarecer
y explicar todos. los aspectos de una intrincada situ~ción. Esto,
que tan frecuentemente se ve en las no_velas, ocurre -tambiétl en
la realidad de la vida. El presente estudio nació de una de esas
circunstancias. -
1.-Camhio de sentido de los vocablos al servicio de la propa­
ganda comunista.
Desde hace mucho sonaban falso a nuestros oídos los múlti­
ples empleos que en ciertos medios vienen siendo dados a la pa­
labra "diálogo''. En torno del eje fijo de un significado residual
legítimo, notábamos que estaba siendo manejada en el lengua­
je cotidiano de esos medios, y en ciertos comentari.os de prensa,
de modo tan forzado y artificial, con osadías tan desconcertantes
y sentidos. subyacentes tai;i variados, que sentíamos la necesidad,
vehemente como si fuera
un imperativo de conciencia, de protestar
contra esa transgresión de las reglas del buen lenguaje.
Al poco tiempü, impresiones, observaciones, notas recogidas
aquí y allá, iban creando en nnestra mente la sensación de que
ese multiforme cambio
de sentido de la palabra "diálogo" tenía
una lógica interna. que dejaba
ver. algo de intencional, de planeado
y d~ metódico. Y que ese algo abarcaba no sólo ésa, sino otras pa­
labras usuales en las lucubraciones de los progresistas, socialistas
y comunistas, tales como "pacifismo", "coexistencia", "ecume­
nismo", "democracia cristiana", "tercera fuerza", etc. Tales vo­
cablos, una vez sometidos a análogo cambio de sentido, pasaban a
constituir una
es~ie de constelación, en la que unos apoyaban y
completaban a los otros. Cada palabra constituía una especie de
talismán destinado a ejercer sobre las personas un efecto psicolÓ­
gico propio. Y el conjunto de los efectos de esa constelación de
talismanes· nos parecía capaz de operar en
las almas unas trans­
formación ,paulatina más profunda:
.. Ese cambio de sentido, a medida que se nos tornaba más cla­
ro· a través de la observación, se verifi<;aba siempre en ~na mistl1_a
dirección: el de debilitar en los no comunistas la resistencia al co­
mU:niStn.O, inspirándoles un ánimo prof)ffiso a 1a-condescendencia,
a la simpatía, a la no resistencia e incluso al entreguismo. &f ca,
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sos extremos el cambio de sentido llegaba hasta el pnnto de trans­
formar a los no comunistas en comunistas.
Y, a medida que la observación nos iba haciendo vislumbrar
una línea de coherencia nítida y una lógica interna invariable en
el uso variado y hasta desconcertante de aquellas palabras efica­
ces y sutiles como un taEsmán, se iba afianzando en nuestro es­
píritu la sospecha de que si alguien llegase a descubrir y a expli­
citar en qué consiste esa línea de coherencia o esa lógica, habría
p_uesto al desnudo un artificio nuevo y de gran envergadura, en1-
pleado por el comunismo en su incesante guerra psicológica con­
tra los pueblos no comunistas.
Ni aun _así pensábamos entregamos especialmente al estudio
del problema. Un hecho, sin embargo, nos llevó a ello.
2.-Descuhrien En 1963 publicamos un estudio intitulado "La libertad de la
Iglesia en él Estado comunista". Traducido a varios idiomas,
transpnso ese trabajo la cortina de hierro, y el Sr. Zbigniew
Czajkowski, uno de los dirigentes del movimiento "~omunista-ca­
tólico"
Pax, de Polonia, juzgó necesario inmunizar contra él al
público de su país, dando a luz en los periódicos "Kierunki"
y
"Zcie y Mils" de Varsovia, de los cuales es colaborador, una car­
ta abierta dirigida a nosotros, en la cual procuraba oponerle am­
plia refutación. Respondimos por la conocida revista brasileña de
cultura "Catolicismo", derivando de ahí toda una polémica que
aún no fue terminada.
En uno de los lances de su argumentación, en artículo pu­
blicado en "Kierunki" y reproducido en "Catolicismo" (núm. 170,
de febrero de 1%5),
el Sr. Z. Czajkowski enumeró las ventajas
que. veía en. el simple hecho de que discutiéramos, ventajas éstas
que provendrían
de la discusión en cuanto tal, aunque no estu­
viésemos llegando a un acuerdo. En las entrelíneas de lo que el
periodista de "Pax" escribió a este respecto se dejaba ver una
imponderable pero real influencia hegeliana. Y -pequeña cir­
cunstancia rica en perspectivas-a,plicando el presupuesto hege­
liano y .dialéctico a todas las palabras cuyo desvirtuamiento nof
impresionaba, el sentido de -este de,svirtuamiento se esclarecía de
modo sorprendente. I pso facto se nos presentaba claramente el
punto de referencia que explica y ordena todo el conjunto de
nuestras observaciones -y de nuestras ini.presiones anteriores y que~
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daba puesto al desnndo el astuto proceso de guerra psicológica
que hasta entonces
ape_nas nos fuera dado entrever.
Como
el Sr. Z. Czajkowski se refería propiamen:te a la dis­
cusión, nos vino -a la mente, pcr una exp]icable asociación de
imágenes, que todo cuanto él decía sobre
el asunto era estrecha­
mente semejante a
lo que oyéramos o leyéramos sobre el diálogo,
palabra ésta de un significado multiforme y enigmático que así se
nos hacía claro.
En consecuencia se descubría para nosotros la importancia de
ciertos vocablos,
y especialmente de "diálogo", como ardid de
guerra psicológica.
Las lucubraciones de ahí provenientes nos llevaron a redactar
el presente estudio, que sometemos a la apreciación del lector.
En rigor, para ser completo, este estudio debería dar igual
desarrollo al análisis de la palabra-talismán "diálogo" y al de cada
uno de los términos correlativos "torcidos" por el comunismo,
esto
es, "pacifismo", "coexistencia", "ecumenismo", etc. Nos
pareció, sin embargo, suficiente, _para desen~ascarar el sistema,
tratar a fondo de uno de ellos -t' diálogo" -y, a propósito de
éste, decir lo indispensable sobre los otros. Así procedemos, pues,
para ahorrar tiempo y esfuerzo al lector.
Bien entendido quede desde lugo
~y volveremos a este pun­
to más adelante-que no es en el diálogo en sí, ni en el ecume­
nismo
en sí, ni menos aún en la paz en sí, que señalamos algo
de censurable: sería esto de nuestra parte una aberración. Nues­
tro estudio no considera esos vocablos tomados en su sentido nor­
mal y correcto, ni las realidades a que ellos se refieren, sino tan
sólo esos mismos vocablos en la acepción muy especial que los
vuelve talismanes de la estrategia coniunista.
3.-Acción ideológica implícita, -nota capital del proceso.
Parece importante acentuar desde luego que el proceso del que
nos
ocuparemos se destina a predisponer favorablemente para la
doctrina y las tácticas del comunismo, y, después, a transformar
finalmente en inocentes-útiles, cuando no en comunistas convic­
tos, a
personas que de por sí son refractarias a la predicación
marxista
explícita. Por esto mismo, el p·rpceso en cuestión actúa
en las mentalidades de modo implícito.
Es nota esencial y característica de ese proceso que, a lo lar­
go de toda o casi toda su extensión, los pacientes no perciben que
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están sufriendo una acción psicológica por parte de quien quiera
que sea,
y ni que el rumbo hacia el cual caminan sus impresiones
y simpatías es el comunismo. Ellos tienen conciencia, con claridad
mayor o menor conforme
a cada individuo, de que están "evolu­
cionando" ideológicamente. Mas esa
"evolución" se· les figura
que es solamente el descubrimiento o la profundización hechos
paulatinamente por ellos mismos, sin concurso de otro, de una
"verdad" o de una ·constelación de "verdades" que reputan sim"'.'
páticas y generosas.
Por regla general ni siquiera pasa por la mente de esos pa­
cientes, a lo largo de casi todo
el proceso, que al poco tiempo se
van volviendo comunistas. Si en determinado momento el riesgo
de esto
se les hiciese notorio, se darían cuenta, ipso facto, del abis­
mo en que iban cayendo y retrocederían.
La_ evidencia de su transformación interior les hace ver, sola­
mente en la etapa final de la evolución, que es
para el comunismo
hacia donde tienden.
Entre tanto, a esa altura su mentalidad está
de tal manera "evolucionada", que
la hipótesis de que se vol­
viesen
_adeptos del cómunisriJ.o ya no les causaría horror, sino, an­
tes, bien simpatía.
4.-Trasvase ideológico inadvertido: sumario de lo que sobre
ello se dice en esta obra.
Ese fenómeno -o mejor, ese sutil proceso de la propaganda
comunista-nosotros lo denominamos aquí · trasv inadvertido. Nos proponemos describirlo suscintamente en lo que
tiene de esencial
y, como él tiene diferentes modos de ralización,
lo estudiaremos especialmente en cuanto es desá.rrollado a través
de
Jo que llamamos la estratagema de la paJabra-taJis"1ián. En
seguida ilustraremos. el estudio de esa estratagema con un ejem­
po concreto, o sea Con el empleo del -término. "diálogo", para
hacer evolucionar inadvertidamente hacia el comunismo a un nú­
inero incontable de personas no
co~unistas .
.
El fenómeno del travase ideológico inadvertido -bueno es
decirlo desde
luego-tiene diversas modalidades. S• puede des­
arrollar
en toda su amplitud y en su sentido más radical, esto
es, puede llevar al paciente .hasta. el fin del nuevo camino, que es
la aceptación del comunismo.
El mismo pi;-oceso ocurrirá de
modo menos amplio
y radical, cuando su víctima, en lugar de
transforma_rse
én comunista llega, a ser sin1plemer,te .socialista, por
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ejemplo. En uno y otro caso la impregnación es ideológica en la
fuerza del término. Puede aún el fenómeno no referirse propia­
mente a una concepción filosófica del universo, de la vida, del
hombre, de la cultura, de la economía, de la sociología y de la po­
lítica, como es el marxismo, sino solamente e. teorías y métodos de
acción. Así, un anticomunista fogoso puede ser convertido en anti­
comunista adepto exclusivo de las contemporizaciones, de las con-:
cesiones y de los retrocesos. Es un trasvase ideológico en un sen­
tido dtminucae ration.i,s de la palabra "ideológico".
Nos pareció necesario exponer,
al fin del trabajo, de qué ma­
nera se 2uede detenet' la acción de la palabra-t.alismán y el pro­
ceso referido en. las personas en que una y otro se van desarr~
llarido, y hasta prevenir a. tie.mpo contra ellos a los incautos.
CAPÍTULO l
LA NUEVA TACTICA COMUNISTA: ACCION PER­
SUASIVA EN EL SUBCONSCIENTE
Antes de estudiar el trasvase ideológico inadvertido parece útil
poner en relieve toda
la impartancia y actualidad del tema en
función de la más . reciente estrategia de los romanistas para la
conquista del mundo.
1.-Una concepción caduca sobre la eficacia de las técnicas
de persuasión y de violencia, en la estrategia comunista.
No pocos lectores tropezarán. con una dificultad preliminar
cuando se pongan a considerar el asunto. En efecto, la prensa,
la televisión, la radio les presentan continuamente la agresión de
la URSS o de China contra las naciones no comunistas como' prac­
ticable, las más de las veces, con juntaµiente por 13. invasión arma­
da y por las revoluciones sociales promovidas por los partidos co­
munistas de
los diversos países que fueren invadidos. Según esa
concepción la violencia sería sobre todo el principal instrumento
de conquista del comunismo.
Sirt
duda, tarn bién entre los que adoptan tal concepción se
habla de técnicas de persuasión como .medio de conquista. Pero
ellas ocupan en esa perspectiva el lugar que tienen en la guerra
clásica, internacional Q intestina, en -la cuaJ. constituyen álgo indis_
pensable· pero secundario en relación a las operaciones militares.
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2.-Las técnicas de persuasión, más importantes que la fuerza.
A nuestro nwdo de ver, en las actuales condiciones, la per­
suasión ideol.ógica no es considerada por los comunistas Como cosa
colateral o subsidwia en relación a la embestida violenta. Por
el contrario, ellos esperan hoy en día mayores resultados de la
propaganda que
de la fuerza.
3.-EI trasvase ideológico y su importancia actual.
Además, en nwteria de propaganda el esfuerzo úleológico e:r­
plíc-ito y directo del partido comunista no ocupa él solo el primer
plano: el método del trasvase ideológico
inadvertido, técnica de
persuasión mdi:recta e. implícita, no se qued,a atrás, y bajo algu­
nos aspectos hasta lo supera.
Estas dos afirmaciones son indispensables para que muchos
militantes del anticomunismo, que con celo y con mérito se de­
dican a
la tarea indispensable de alertar al mundo sobre el peligro
de la
guerra de conquista del comunismo y de la revolución social
violenta, amplíen sus horizontes e introduzcan en ellos también
la solicitud en denunciar, en prevenir y en detener el proceso men­
cionado
en sus diversas formas, incluso la de la palabra-talismán.
Es a la dilucidación de este punto que dedicamos el primer
capitulo del presente estudio.
4.-El comunis:'llo, secta imperialista.
Para demostrar las aseveraciones que acabamos de hacer es
preciso tener en vista, previamente,
que el movimiento comu­
nista constituye fundamentalmente:
-una secta filosófica atea, materialista y hegeliana, la cual
deduce de· sus erróneos principios
toda una concepción peculiar del
hombre, de la economía, de la sociedad, -de
la palítica, de la cul­
tura y de la civilización;
- una organización subversiva mun-dial: el comunismo no es
sólo
un movimiento de carácter especulativo. Por los imperativos
de su propia doctrina
él quiere transformar en comunistas -a to­
dos los hombres
y amoldar enteramente según sus principios la
vida de todos los pueblos. Considerada· en este aspecto,
la secta
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marxista profesa el imperialismo integral, no sólo porque preten­
de la imposición del ,pensamiento
y de la voluntad de· una mino­
ría a
todos los hombres, sino también porque esa imposición afec­
ta a todo
el hombre, en todas las manifestaciones de su actividad.
5.-0hstáculos con que se enfrenta · el imperialismo comunista.
Para realizar su anhelo imperialista, el comunismo tiene que
enfrentarse a graves obstáculos. A título de ejemplo,
mencione­
mos algunos de ellos.
A.-Insensibilidad de ú,,s multitudes.
Desde hace cien años -en números :redondos-el comunis­
mo viene predicando a las poblaciones obreras del mundo entero
la revolución social, la matanza
y el pillaje. Para esa predicación
dispuso él, casi continuamente, a
lo largo de ese siglo, de entera
libertad de pensamiento
y de acción en casi todos los países.
Tampoco le faltaron recursos financieros inmensos, así como es­
pecialistas y técnicos
de los mejores en materia de propaganda. A
despecho de todo esto, las multitudes se han manifestado, en su
gran mayoría, poco sensibles a las seducciones
-que tan fácil­
mente las podrían fascinar___, de la demagogia marxista. En nin­
gún país logró jamás el comunismo la conquista del poder por
elecciones honestas. La causa de esta insensibilidad está en parte
en el hecho de que en muchos lugares se mejoró considerablemen­
te la situación de las clases necesitadas.
Pero es preciso no exa­
gerar el alcance ideológico de tales mejorías: en algunas regiones
como en el norte
de Italia, por ejemplo, en que las condiciones
de los
trab¡cjadores no dejaron de progresar después de la segun­
da guerra mundial, el comunismo
alcatlzó desconcertantes éxi­
tos electorales.
La causa de la insanable inviabilidad de la victoria
comunista a través
de las urnas está también en algup.a medida en
la resistencia
qtie opone al marxismo el fondo de buen sentido
natural que constituye el patrimonio milenario y común de la hu­
manidad.
Este buen sentido choca con el carácter esencialmente
antinatural que se muestra en todos los aspectos del comunismo.
En los pueblos de civilización cristiana se agrega a ese factor la
incompatibilidad del espíritu, de la doctrina y de los métodos mar­
xistas, con el espíritu, la doctrina y los métodos de la Iglesia. De
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la conjnnción de estos obstáculos se originó el hecho innegable e
inmensamente significativo
de que -repetimos-en cien años de
existencia y acción, ningún pa:r#do comuoota haya logrado cons­
tituirse en mayoritario en -ningún país. Sobre este hecho jamás
será exagerado insistir,
si queremos ver en su real perspectiva los
obstáculos que
el comunismo tiene en frente.
-Respondiendo objeciones.
Ganó
el, es verdad, la elección polaca de 1957, pero esta elec­
ciónJ es evidente, careció-de libertad. Los católicos sabían que, si­
derrotaban ª· Gom-ulka, expondrían a su patria a una represión
rusa
al estilo de la que sufriera la gloriosa e infeliz Hungría. Por
esto, aun constituyendo en Polonia una mayoría decisiva, optaron
por lo que creyeron el mal menor, eligiendo diputados "gomul­
kianos".
No nos pronunciamos aquí sobre la licitud de esa ma­
niobra, ni sobre su acierto desde el punto de vista estrictamente
político. Subrayamos, solamente, que de ningún modo se puede
afirmar qne
el ilustre pueblo polaco haya elegido libremente un
congreso mayoritariamente comunista. La mayoría comunista
existente
en el -parlamento de Polonia no constituye, por lo tanto,
argumento contra lo
que acabamos de afirmar (1 ).
Si los métodos de persuasión hasta aquí empleados por el co­
munismo son tan insuficientes, ¿ a qué debe él entonces el hecho de
(1) Los- progresos del comunismo en Italia en nada invalidan lo que
afirmamos respecto
al fracaso de las viejas técnicas de proselitismo co­
munista explícito. Ellos prueban,
por el contrario, el éxito de las técnicas
nuevas.
El Partid.o Demócrata Cristiano italiano -por_ lo menos en cuanto
considerado en sus corrientes de centro-izquierda, izquierda y
extrema iz~
quierda-está siendo trabajado a fondo por sentimientos de afinidad y
miedo, hábilmente aprovechados
por el PCI. Este encubre, en cuanto le
es posible, en Italia, su carácter materialista y ateo, y apela continuamente
a
un entendimiento con los católicos. Con esto produce un deshielo ien la
Democracia Cristiana.
Al mismo tiempo, el peligro de una guerra continúa
dominando el panorama político peninsular.
De ahí nace una flexibilidad
mayor del
Partido Demócrata Cristiano en relación a la izquierda y la
1.)0litica de buena vecindad entre él y el socialismo. Ambos factores, por
su parte, debilitan las disposiciones anticomunistas de la mayoría de la
población, facilitan la expansión del Partido Comunista y, sobre todo,
operan
un peligroso deslizamiento del centro hacia la izquierda socialista,
dentro incluso de los cuadros políticos demócrata-cristianos.
Un fenómeno
semejante sucede con
otros partidos italianos también llamados centristas,
también trabajados
por análoga estrategia comwiista. De allí el gran riesgo
al que estÍI¡ expuesta Italia en los dias que corren. ·
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ser hoy una fuerza mundial de primer orden? De ningún modo
a la eficacia de esos métodos frente a los cuales la opinión pública
permaneció insensible.
El primer factor de ese éxito, que salta a
la vista, fue la vio­
lencia. En Rusia, el comunismo se impuso por una revolución.
En otros países de Europa, la URRS, como una de las naciones
vencedoras de la guerra, lo instaló a viva fuerza. Entre tanto, la
violencia no operó sólo por sí. Si no fuese por el auxilio presta­
do por las potencias aliadas,
¿ habría logrado Rusia vencer al in­
vasor nacista?
En
1939 sufrieron los ejércitos soviéticos vergonzosa derrota
de parte de la pequeña Finlandia. ¿ Cómo dar por indiscutible
que ellos vencerían
.por sí solos a la poderosa Alemania?
Se agrega todavía a esto que las ventajas obtenidas del Oc­
cidente por los comunistas no s.., restringen al apoyo militar que
les fue dado en el curso de la segunda guerra mundial. La polí­
tica desastrosa del fallecido presidente Roosevelt
en Teherán y en
Y alta, completada, en
lo que respecta a China, por los enigmáti­
cos desatinos de la misión Marshall, contribuyó inmensamente a
la expansión soviética. A su vez, en la pequeña Cuba, Fidel Cas­
tro sintió tan bien la impopularidad del comunismo que se dis­
frazó de católico. clurante todo el tiempo de la guerra civil, seguro
de que sin esto no alcanzaría el poder. Fue sólo después de tener
en sus manos las riendas del poder y del Estado que
se arrancó
]a máscara. Todo deja ver que si los comunistas hubiesen encon­
trado siempre frente a ellos líderes decididos y persoicaces, no
habrían, siquiera de lejos, alcanzado los éxitos de los que ahora
se glorían.
Así, fue por la violencia, por la astucia y por el fraude, y no
por una victoria ideológica sobre las masas, que el comunismo
llegó a su actual grado de poder. .
No obstante, conviene no sobreestimar el alcance de esos
éxitos.
De hecho, si por lo menos después de haberse implantado en
algllnos países ~l comu~ismo se huQiese mostrado capaz de con­
quistar las inteligencias
y los corazones, ¿ cómo explicar que ne­
cesite de un inmenso aparato policíaco para mantenerse?; ¿ cómo
explicar que se vea oblígado a cercenar por todas partes la sa­
lida
d.e los habitantes ele esos países con el mayor rigor? ¿ Cómo
explicar que, a pesar de tantas medidas, haya un flujo continuo
de tránsfugas, que enfrentan los peores riesgos para atravesar la
cortina de hierro? ·
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B.-Fracaso en organizar y promover i,. producci,ón.
El comunismo que ni consiguió convencer ni auténticamente
vencer, también se mostró impotente en organizar y producir. Su
inferioridad en
relación con Occidente es, a este respecto, ·confe­
sada. Tanto los kruchevistas cuanto los post-kruchevistas afirman
la necesidad de reformas fundamentales en la estructnra econó­
mica de
la URS S para obtener un aumento de producción. Y
esas reformas deben consistir, según ellos, en una ampliación de
la libre iniciativa.
En otros términos, es de un principio fundamentalmente opues­
to a su doctrina que los comunistas esperan. obtener alguna ele­
vación de la productividad ... Se puede fácilmente aquilatar cuánto
este fracaso desacredita
al comunismo ante las poblaciones por
él
dominadas, así como ante la opinión mundial.
6.-Inutilidad del poderío termonuclear en la expanaión del
comunismo por la violencia.
De esa impotencia en la persuasión ideológica explícita y en
la producción económica que acabamos de ver, provienen natu­
.rahnente para el marxismo, en la realización de su plan de he­
gemonía mundial, dificultades incontables que reducen a mucho
más modestas proporciones el espectro de su irresistible poder.
En un punto, en un solo punto, el peligro comunista puede pare­
cer grande a los ojos de todos los pueblos.
Es en el blandir la
amenaza de una hecatombre termonuclear de ámbito quizás mun­
dial. Sí en cuanto fuerza de construcción el comunismo nada es,
como fuerza de destrucción es algo.
Es notorio que el poderío atómico soviético es inferior al nor­
teamericano. Pero, por su propia índole la URSS constituye para
·el mundo, como ,potencia termonuclea,r, un ,peligro mayor que cual­
quier otra nación. En efecto,
para realizar sus planes las fuerzas
,del desorden y de la rev_Qlución, JXJr su misma naturaleza, se re­
sisten menos ( cuando se resisten) que las fuerzas del orden en
recurrir a la destrucción. La tendencia normal del asaltante em­
boscado
en un camino es agredir. La de su víctima no consiste en
·1uchar, sino en huir.
Y así es mayor el riesgo de
que una hecatombe atómica sea
desencadenada por los soviéticos o por los chinos que por .ilguna
·nación del Occidente.
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EsLe único punto de "superioridad", intrínsecamente negativo,.
¿ de qué vale para la expansión -comunista? ¿ Serán por él su­
perados los obstáculos que, como vimos, se oponen a esa ex­
pansión?
¿ A qué resultado conduciría, para los propios comunistas, un
conflicto termonuclear? Victoriosos
tal vez en el inicio, serían
ellos las principales víctimas de la hecatombe que habrían desen­
cadenado. Pues siendo su poderío inferior al de1 adverscirio, su~
frirían probablemente, luego después de la agresió:tl, represalias
mayores que el daño que hubiesen causado. Y al fin perderían
la guerra.
Nada en efecto
es menos probable que la victoria de ellos. Y
si la alcanza.sen, ¿ qué les restaría en las manos, sino un mundo
en que Estados Unidos y Europa estarían reducidos a un inmen­
so montón de ruinas? ¿ Cómo levantar sobre esas ruinas humean­
tes e informes el edificio del socialismo, que Marx, Lenin, Sta­
lin y Kruchev anhelaron ver construido sobre la técnica más per­
fecta, más avanzada
y, en una palabra, má.s capaz de emular con
la norteamericana? Aún recientemente, "Pravda", órgano de la
Comisión Central del Partido Comunista de la Unión Soviética,
afirmaba: "Acontece con frecuencia, en la política, que las de­
rrotas sufridas por
un campo no equivalen necesariamente a vic­
torias en el campo opuesto. El ejemplo más sorprendente es el
de la guerra termonuclear, que nada valdría al bloque socialista,.
aunque
en ella el imperialismo fuese literalmente pulverizado"
("Pravda", edición del 6 de enero de 1965,, apud telegrama de
la
AFP de la misma fecha, especial para "O Estado de Sao Pau­
lo"}. Es la confesión de la radical nocividad, ¡,ara las propias
naciones comunistas, de una hipotética victoria termonuclear so­
viética sobre el Occidente.
7.-El imperialismo comunista en un atolladero ( impa,,se}.
Haciendo el balance de tantos datos, !Jégase a la conclusión
de que, a despecho de apariencias en contrario, la expansión mun­
dial del comunismo encuentra ante sí gravísimas dificultades, pro­
ducidas por causas profundas, algunas de las cuales es difícil
y
otras es hasta imposible remover. Y que el plan comunista de do­
minación universal está expuesto a considerables riesgos de
fracaso.
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TRASVASE IDEOLóGICO INADVERTIDO Y DIALOGO
8.-Cómo salir del atolladero (impasse): una vía nueva, la téc ..
nica de persuasión implícita.
El comunismo recela entrar en el camino de la violencia. ·En
el de la persuasión,
por lo menos bajo la forma de persuasión ez­
p,tícita, p,romovida por los partidos comunistas de los diversos paí­
ses, él no obtiene resultados animadores. Como vimos, las masas
se han mostrado frías en relación. a esa técnica de persuasión.
No pux!;endo t?star para el co-,WÍ.Sm,o la salida del atolladero
ni ffl la moikncia ni en la persuaswn explícita, sólo puede estar
en um. nueva vía: la de la persuasión 'implícita. Éste es el punto
central para el cual es preciso llamar insistentemente la atención
de la opinión pública.
9.-Condiciones propicias a la técnica comunista de persuasión
implícita.
Qué posibilidades ofrece la mentalidad occidental para esta
forma de acción?
Dos factores la vuelven
especialmente vulnerable para ello.
A.-El miedo.
El instinto de conservación es muy fuerte en el hombre: pür
eso es muy imperioso en él la fuerza del mliedo. En la imagina­
ción de grandes masas del mundo libre la figura del comunista
agresor, visto sea bajo
el aspecto del revolucionario barbudo, su­
cio, andrajoso, sediento de sangre y de venganza, sea bajo la for­
n1a del soldado sin entrañas, de mirar metálico pronto a accionar
el detonador de la bomba atómica, continúa ejerciendo todo su
poder de intimidación.
Un deseo de ceder casi todo para evitar
una guerra civil o una catástrofe termonuclear, influye consciente
o inconscientemente sobre innumerables personas.
B.-La simpatía.
De otio lado, el comunismo no es tanto la antítesis de lo que
piensan -muchos anticomunistas, sino sólo la
tÜtima expresión, más
coherente
y audaz, de ciertos principios que ellos mismos admiten.
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PUNJO CORREA DE OLIVEIRA
El liberalismn, que triunfó con la Revolución Francesa, diseminó
en Occidente los gérmenes
del comunismo (2). En consecuencia,
al miedo de éste
se alía, frecuentemente, una tal o cual simpatía
por alguno
de sus aspectos. Existen fogosos luchadores del anti­
comunismo, cuya repulsa
recae · más sobre los métodos violentos
y el cuño dictatorial de los regímenes bolchevistas actuales que
sobre los objetivos finales. del comunismo. Paréceles cándidamen­
te que si el Occidente alcanza tales objetivos por métodos in­
cruentos
y logran así una completa igualdad de bienes y condi­
c;ones
sociales, reinarán por fin en el mundo la justicia, la hartura
y la paz (3).
C.-El binomio miedo-simpatía.
Como vemos, hay en la propia psicología de innumerables per­
sonas en el Occidente un bmamio de fuerzas, que llamaremos
de miedo-sini.patía, el cual inspira en influyentes sectores eco~
r.ómicos, políticos, intelectuales y hasta religiosos la propensión
para entrar en componenda con
el comunismo (4).
(2) Desarrollamos este ·pensamiento en nuestro ensayo c:Revolucáo e
Contra Revolur;áo" (Boa Iroprensa· Ltda., Campos, 1959). Tuvimos la sa­
tisfacción de verificar que las principales tesis de ese ensayo relativas a
la Revolución Francesa como causa del comunismo fueron también afir­
madas por 269 Padres del II Concilio Ecuménico Vaticano -,pertenecien­
tes a 66 paises---< en la substanciosa · exposición de motivos de una petición
promovida por dos prelados brasileños, D. Geraldo de P'roehl;a Sigaud,
S. W. D., Arzobispo de Diamantina, y D. Antonio de ·Castro Mayer, Obis­
po de Campos, documentQ que pedía fuese · renovada por el Concilio la
condenación del socialismo
y del comunismo. (El texto íntegro de esa pe­
tición fue publicado en "Catolicismo", número 157, de enero de 1964.)
(3) Trátase de un mito b~~ conocido, presente ya en las lucubraciones
de ciertas sectas protestantes nacidas
en. el siglo 'X.VI, así como en la ideo­
logía de ciertos elementos "avanzados" de
la Revolución Francesa. De él nos
ocuparemos
mrás adelante (ca.-p. IV, 2).
(4) Séanos permitido, al pasar, hacer un comentario al margen del tema,
pero que
puede elucidar un aspecto importante del ,problema comunista en
nuestros días.
Las consideraciones que hacemos en este capítulo revisten importancia
para el estudio de
la verdadera naturaleza del conflicto actual entre la
URSS y la República ',Popular de China.
En virtud de las razones que enunciamos, el cpmunismo debe. para
ser lógico operar tma considerable renov'ación de métodos para ensayar
esa nueva etapa de
su lucha. Así, es. íorzoso pr,eguntar,¡a propósito, de cada
acontecimiento de importancia ocurrido
en el mtmdo marxista --como es
la ruptura de Rusia con China-, hasta qué punto, por encima de las
causas próximas
y visibles, el mismo· se ajusta á los nuevos métodos y
fines de la alta y más reciente estrategia, comunista. Un. observador ·cauto
90
Fundaci\363n Speiro

TRASVASE IDEOLÓGICO INADVERTIDO Y DIALOGO
10.-El entreguismo y el amor a la verdadera paz.
Tal propensión no se confunde, bien entendido, con el noble
deseo, común a todos los espíritus bien formados, de preservar la
paz por medio de negociaciones dignas y acuerdos sensatos, que
no supongan para nosotros la renuncia a los principios fundamen­
tales de la civilización
ciistiana. Ella va mucho más allá, e induce
al Occidente a apetecer
un régimen semicomunista para eliminar,
en sus relaciones con el otro lado de la cortina de hierro, la
debe, p,ties, considerar a esta luz, con el más fino sentido crítico, la discu­
sión chino-soviética.
En
efectO, si bien es indudable que existen puntos naturales de diver­
gencia entre los intereses nacionales de Rusia y
de· China, y razones de
competencia entre el PC ruso y el p·c chino, en cuanto a la dirección mun­
dial del movimiento comunista, es de
notar que la disidencia entre los
"grandes" del comunismo presenta; desde el
punto de vista ])l"opagandístico,
otro aspecto, y éste de gran envergadura. Considerada en función del bino,.
mio miedo-simpatía, se ve que a los ojos de los pueblos libres la China
comunista presenta
la faz sombría y agresiva, capaz de actuar sobre el mie­
do de Otcidente, en cuanto las propuestas de coexistencia pacífica de la
URSS y los síntQmas de "deshielo" allí verificados hacen vibrar, más acá
de la cortina de hierro, las fibras
de las almas que simpatizan con el
comunismo. Estos dos aspectos, el chino y el ruso, formando el anverso y
el reverso de
una \misma medalla, hi.en podrían constituir como W1 dispo­
sitivo de
doble presió11 psicológica sobre el binomio miedo simpatía exis­
tente
en la opinión pública del mundo libre, S1rviendo así ,a los supremos
intereses del expansionismo comunista.
Para comprender la plausibilidad
de esta hipótesis, hay que tener en cuenta que esos intereses son comunes,
en último análisis, a
tQdos los marxistas, sean e~los rusos· o chinos.
Análogas consideraciones
se deb .. n hacer sobre la actual tendencia hacia
tal o cual restablecimiento
de la libre iniciativa en la URSS.
Por una parte, si ésta, desistiendo por ahora de una guerra suicida
quiere
competir con · Estados Unidos en un dima de coexistencia pacífica,
en el
terreno de la producción, debe necesariamente apelar al restablecimien­
to, aunque
muy rudimentario, de la libre iniciativa. Pues la experiencia so­
viética prueba que de
otro modo ningún progreso es posible en los sectores
en que más insuficient~ se muestra la producción.
¿ Pero este restablecimiento no será utilizado propagandísticamente :pará
otros fines? Por ejemplo, ¿ no podría provocar una desmovilización de los· espíritus
en el mundo libre; preparándolos para la ilusión de que la URSS estaría
en camino hacia un régimen democrático apenas semi-socialista, y que los
peligrosos contrastes
entre los dos mundos podrían ser eliminados en el caso
de que Occidente, en el interés ~ la paz, consintiese en "socializarse" fuer­
temente,
a~ mismo tiempo que la UR.SS se "capitalice" un poco?
Esa ilusión, actuando sobre el binomio miedo-simpatía, ¡ a qué retro­
c·esos, a qué capit~laciones podría predisponer a las naciones libres ·,
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PUNJO CORREA DE OLIVEIRA
fricción de los contrastes y facilitar una acomodación entre los
dos mundos.
11.-Miedo y simpatía, persuas1on implícita y explícita, con­
jugados al servicio del comunismo.
El miedo y la simpatía parecen incompatibles. En la situación
psicológica actual del Occidente, no
lo son.
En suma, no es necesario, para el comunismo, renunciar a su
acción de intimidación para suscitar simpatías o viceversa. In­
terésate mantener todo el "prestigio" de su poderío destructor.
Con base
en ese '1prestigio" consigue él ablandar la resistencia
de numerosos adversarios tornándolos propensos a un acuerdo.
Alcanzando este resultado psicológico, se acentúa una cierta sim­
patía de esos adversarios por algunos aspectos del marxismo y
les prepara a recibir una tal capitulación ante él como
un mal me­
nor, realmente soportable.
Pari passu, no se trata para el comunismo de renunciar al
proselitismo explícito hecho por los partidos comunistas del mun­
do entero. Este proselitismo continúa sirviendo sus planes, pues
un partido organizado y dinámico constituye para él un precioso
factor
de intimidación en cualquier país, y una escuela de forma­
ción de los dirigentes del futuro régimen marxista.
El comunismo no espera la conquista de la opinión pública
mundial por los partidos comunistas existentes en los países libres,
sino
de la técnica de persuasión implícita.
12.-En orden al capítulo II.
Evidenciada así la necesidad, para el comunismo, de renun­
ciar a la predicación doctrinaria explícita como principal medio
para la conquista del mundo, patentizada la oportunidad, para
él, de una acción ideológica implícita, e indicados los puntos de
vulnerabilidad que, en el estado de espíritu de vastos sectores del
mundo libre, púeden proporcionar éxitos a tal acción implícita,
'tócanos precisar ahora en qué ~onsiste esta última. Pasamos a
hacerlo estudiando la impregnación ideológica inadvertida.
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TRASVASE IDEOLóGICO INADVERTIDO Y DIALOGO
CAPÍTULO II
TRASVASE IDEOLOGICO INADVERTIDO
Para enfocar con precisión en qué consiste la impregnación
ideológica inadvertida, procede antes de todo mostrar en qué
se diferencia, en cuanto método de persuasión, de la actuación
"'clásica" de un partido comunista.
1.-La técnica comunista clásica de persuasión.
Un partido comunista se constituye, por regla general, con
11n núcleo de intelectuales o semi intelectuales que por los me­
dios bien conocidos --esto es, por el reclutamiento individual en
las universidades,_ en los sindicatos, fuerzas armadas y en otros
ambientes, por reuniones de grupos de adeptos, JX)T conferencias
y discursos, por la actuación en la prensa, en la radio, en la te­
levisión, en el teatro y en el cine---suscita o explota los más
variados factores de descontento y agitación. En el clima así pre­
parado con
el empleo sea de audacia, sea de cautela, el puñado
inicial de adeptos expone, desde luego, o a partir de cierto mo­
mento, la doctrina comunista y de ella hace la apología clara.
Atraída por ese adoctrinamiento, se constituye entonces una co­
rriente de prosélitos fanatizados. El partido está fundado. Este
suscita, estimula y recluta así en .esta primera fase todos los
elementos bolchevizables que hay en el medio en que actúa, pre­
dispuestos, en razón
de múltiples factores ideológicos, morales y
económicos, a adherir al comunismo.
Mas la experiencia prueba que al cabo de algún tiempo ce,
san estos éxitos iniciales, y a veces rápidos", de la técnica mar­
xista de persuasión. Reclutados
en determinados ambientes los
"bolchevizables" ya allí existentes, las filas del partido sólo se
van engrosando pasa a pa·so, a medida que el cuerpo social, en
su proceso paulatino de deteriorización ideológica, moral y eco­
nómica, va "elaborando" otros ·elementos contaminables. La pro­
paganda comunista puede, es cierto, acelerar más o menos este
proceso de deteriorización.
Así, los individuos asimilables por el
rartido pueden hacerse más numerosos. Pero eIIos serán habi­
tuablemente minoría. Y al mismo tiempo que el comunimo se va
93
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PLINIO CORREA DE OLIVEIRA
enriqueciendo con esos adherentes minoritarios, su propaganda
va chocando con una mayoría refractaria a su acción.
¿ Cómo conquistar esta mayoría?
2.-Los matices de la opinión pública y el trasvase ideológico
inadvertido.
Para responder a la pregunta, es preciso tener en cuenta que
en esa mayoría se deben discernir tres categorías: los elementos
que simpatizan en alguna medida con el comunismo, los elementos
categóricamente hostiles a éste y los vagamente hostiles al co­
n1unismo que frente a él toman una actitud de inercia.
En relación a cada una dé esas categorías la estrategia co­
munista presenta un aspecto peculiar:
En cuanto a los elementos que simV,atizar, ew parte con el
comfWnismlD, fueron ellos alcanzados por el proselitismo comunista,
pero de modo incompleto. Aceptan algo del marxismo, y princi­
palmente la hostilidad a la Religión, a la tradición, a la familia
y a ·1a propiedad. Sin embargo, no lo llevan hasta las últimas
consecuencias. Son
los socialistas y los progresistas de todo ma­
tiz, unos inocentes-útiles, otros córn:plices del comunismo. A los
inocentes-útiles trata éste de coaligar
en agrupaciones izquier­
distas no específicamé:nte marxistas. A los cómplices, procura co­
locarlos en cúanto es posible en puestos-clave de esas agrupacio­
nes. Utiliza a tales agrupaciones como aliadas en la lucha para de­
rrumbar el actual orden de cosas y conquistar el poder. Obte­
nido tal resultado, esos infelices comparsas se verán alejados, per­
seguidos y destruidos si no se adhieren desde luego al partido co­
munista y no se someten a él sin reservas.
En cuanto a los elemientos cateyóNcamente hostiles al -comru­
nismo y no raro hasta militant•s con,tra él, cumple hacerlos blan­
co de una ofensiva psicológica total que busque desorganizarlos,
desanimárlos y reducirlos a .]a inacción. Para esto es especialmen­
te útil actuar, contra los líderes anticomunistas. Es preciso que se
sientan espiados fu"era Y· hasta dentro de sus organizaciones, rodea­
dos de traidores, divididos entre sí, incomprendidos, difamados y
aislados
de los otros sectores de la opinión, apartados de las po­
siciones-clave del país y de los m~ios de publicidad, y de tal
manera perseguidos en sus actividades profesionales, que, bastán­
doles apenas
el tiempo. para proveer a la propia subsistencia, se
vean en cuanto es posi61e impedidos de actuar seriamente contra
el marxismo.
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TRASVASE IDEOLóGICO INADVERTIDO Y DIALOGO
Las amenazas de venganza persona] contra ellos y sus fami­
lias también son utilizadas a veces por
el comunismo para im­
pedir su acción.
En cuanto a los elementos indiferentes al problema comunista,
que
no simpatizan con el comuniffl!o en grados diversos, p,ero sin
lfiegar
a la hostilidad militante, son ellos, por así decirlo, la ma­
yoría dentro de la mayoría.
Y como se muestran refractarios a
toda técnica de persuasión explícita, sólo existe para el comunis­
mo un medio de atraerlos. Es -.la técnica de persuasión implícita.
Corno es natural,
para operar esta última, el partido comunista
no puede hacerse visible.
Debe escoger agentes de apariencia no
comu~ista, o hasta anticomunista, que actúen en los más diversos
sectores del cuerpo social. Cuanto menos sospechosos de comunis­
mo parecieren, tanto más eficaces serán. En el plano de la ac­
ción individual, por ejemplo un gran capitalista, un político bur­
gués prominente,
un aristócrata o un clérigo, serán para esto de
mucha mayor eficacia que un pequeño burgués o un obrero.
Sobre este sector de la opinión pública, mucho pueden en
fa­
vor del comunismo los partidos políticos, los periódicos y los otros
medios de publicidad que, presentando las garantías de no ser co­
munistas, sin embargo, no ven en la lucha contra la secta roja
una
necesidad continua y de capital importancia en los días que
corren.
Unos
y otros --esto es, personas y partidos políticos, órganos
de
publicidad-prestan al comunismo un primer y precioso ·con­
curso, por el simple hecho de mantener en el sector en cuestión
un clima de superficialidad de espíritu, así
como de optimismo fá­
cil y despreocupado en lo que respecta a la amenaza comunista.
De este modo, las organizaciones anticomunistas quedan implíci­
tamente presentadas ante la mayor parte de la opinión pública,
que normalmente debería apoyarlas, como apasionadas y exage­
radas. Y de otro lado se
impide que de esa mayoría advertida de
la gravedad actual del peligro,
los indiferentes pasen a la antipa­
tía contra el comunismo y los anticomunistas no militantes en­
tren en la lucha.
Ambos frutos
son_ preciosos para el marxismo, pues le . evitan
un gran mal. Mientras él recluta a voluntad sus cuadros de
mi­
litantes, penetra y se organiza dentro de las organizaciones de
inocentes..:úti1~~'8, y ejecuta contra la sociedad, auxiliado ¡x:ir estos
elementos, su
faet1a destructora continua e. inexorable, la mayor
parte de la opinión pública,. que reaccionaría si tuviese conciencia
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Fundaci\363n Speiro

PLINIO CORREA DE OLIVEIRA
de la real gravedad del peligro, cierra los ojos ante él, cruza los
brazos
y deja libre curso al adversario.
Tal resultado es muy considerable. Pero no basta para el co­
munismo. Esa mayoría, él la adormece porque no la consiguió
conquistar. Mientras· no la conquista, quedará reducido a progre­
sos lentos. Y
si· algún día esos progresos tomaren cuerpo y se
hicieren patentes, habrá siempre el riesgo de que la mayoría dis­
plicente e inadvertida se sobresalte y entre en la lucha.
Así, no puede la secta
rrija contentarse con ejercer sobre tal
·sector la acción neutralizadora
y anestesiante que acabamos de
describir.
El comunismo tuvo mucho éxito en fundar partidos por casi
todo el mundo, en participar bajo su mando a las izquierdás, en
desmantelar e inutilizar incontables organizaciones anticomunistas.
Fracasó cuando quiso hacer aceptar por las mayorías su doc­
irina. Y esas mayorías son precisamente las que necesita no
sólo neutralizar, sino persuadir si quiere vencer en nuestro siglo
su gran batalla.
¿ Cómo hacerlo? Si se trata de persuadir a ese vastísimo sec­
tor, es obvio que hay que actuar sobre él.
La técnica de persuasión implícita más apropiada para el es­
tado de espíritu en que se encuentra la mayoría es el trasvase
ideológico inadvertido.
3.-El método del trasvase ideológico inadvertido: sus tres
grados y sus tres fa-ses.
Tres son los grados de intensidad posibles y tres las fases del
método del trasvase ideológico inadvertido, como diversa puede
ser la intensidad de sus
efectos.
Comporta este método una primera fase de carácter entera­
n1ente preparatorio, consistente en actuar por medio del binomio
'miedo-simpatía en el sentido de disponer a una actitud inerte y
hasta resignada ante los progresos del comunismo a sectores de
opinión que a la vista de esos progresos estarían propensos a alar­
n1arse
y a reaccionar. De esta fase tratamos en el capítulo ante­
rior (ítem 9). En ella el proceso que estudiamos alcanza el míni­
mo de su intensidad.
Éste alcanza un grado más en la fase siguiente. Sin percibirlo,
el paciente del trasvase, sea un individuo, un grupo restringido,
o
una gran corriente de opinión, pasa de la resignación hacia una
actitud de espectativa ya un tanto favorable. El fruto del pro-
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TRASVASE IDEOLÓGICO INADVERTIDO Y DIALOGO
ceso ya no es negativo y preparatorio,--sino tiene algo de positivo.
Por fin, cuando logra transformar al simpatizante en adepto
convencido, el trasva.se llega a su p,lena intensidad y produ~e su
fruto característico.
4.-Definición del proceso analizado; sus artificios.
En su esencia, el trasvase ideológico consiste en actuar sobre
el espíritu de otro, llevándolo a mudar de ideología sin que lo
perciba.
Para llegar a ese resultado es posible echar mano de artifi­
cios diversos.
La mayoría de las veces, esos artificios se reducen a lo si­
guiente:
a) encontrar en -el sistema ideológico actualmente aceptado
por el paciente puntos de afinidad con el sistema ideológico del
que se desea imbuirle.
b) supervalorizar doctrinaria y sobre todo pasionalmente esos
puntos
de afinidad, de tal manera que el paciente acabe por colo­
<:arlos encima de todos los otros valores ideológicos que admite.
e) atenuar tanto cuanto fuere posible en la mentalidad del
paciente la adhesión a los principios doctrinarios que actualmente
acepta y que sean inconciliables con la ideología de la cual se quie­
re impregnarle.
d) despertar en él la simpatía por los líderes y militantes
ver
en' ellos defensores de los principios supervalorizados confor­
me a lo expuesto en el item b ).
e) pasar de esa simpatía a la cooperación para fines comu­
nes
al paciente y a sus adversarios doctrinales de ayer, o quizá
para el combate a una ideología o corriente,

enemiga tanto de
uno
corno de otros.
f) de ahí conducir al paciente a la convicción de que los
principios supervalorizados son más conformes con la ideología
de sus nuevos colaboradores y hermanos de lucha que con su
ideología de ayer.
g) a esta altura, la mentalidad del paciente estará mudada.
y su asimilación a la nueva ideología sólo encontrará obstáculos
secundarios.
A lo largo de casi toda esta trayectoria, él no se dará cuenta
de que está cambiando de ideas. Y, cuando de esto se diere cuen-
97
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PLINIO CORREA DE OLIVEIRA
ta, ya no se asustará con el hecho. De principio a fin, imaginará
estar actuando por movimiento propio, y no advertirá que está
siendo maniobrado.
El proceso es, pues, inadvertido desde dos
puntos de vista:
-porque ei paciente no lo percibe;
-porque no nota que el trasvase es un fenómeno producido
en él por un tercero.
De esta forma, el adversario se transforma gradualmente en
simpatizante y por fin en adepto.
5.-Ejemplo concreto de trasvase ideológico inadvertido.
Ejemplifiquemos sumariamente, con base en la tan difundida
trilogía de la Revolución Francesa, cómo una persona contraria
al comunismo puede ser nnpregnada inadvertidamente por éste.
"Libertad, Igualdad, .Fraternidad" : claro está que ninguna de
estas palabras tienen un sentido intrínsecamente malo. Sin em­
bargo, se puede abusar fácilmente de ellas.
Así, desde que se excita al máximo en un paciente, por n1e­
dio de una hábil propaganda, la pasión de la libertad, se puede
crear en él la apetencia desordenada de un estado de cosas en que
no haya poder público ni leyes. La naturaleza humana decaída
tiende fácilmente a
ello. Y los gérmenes ideológicos legados al
mundo por
la Revolución Francesa están cargados de estímulos
en este sentido. Ahora bien, éste es también el término en que,,
según los doctrinarios del marxismo, debe concluir en su fase fi­
nal el Estado totalitario comunista.
De
la exacerbación del apetito de igualdad -tan fácil, dada
la tendencia del hombre a la envidia y la revuelta,-resultan ló­
gicamente
el odio de toda jerarquía social y económica y el iguali­
tarismo total, inherente
al régimen comunista ya desde la fase del
capitalismo ele Estado y de la dictadura del proletariado.
Una
vez exacerbada la idea de fraternidad, se llega al odio de
todo cuanto separa y diferencia proporcionada y legítimamente a
los
hombres, y, por tanto, al ansia de la abolición de todas las pa­
trias para la instauración de una república universal: otro obje­
tivo del comunismo.
Escogemos como ejemplo esos tres anhelos porque a nuestro
ver· ellos ocupan en la bolcbevización de Occidente un papel ca­
pital. Exagerada
la estimación de estos tres valores en la mente
de alguien, creado
en torno de ellos un clima emocional desequi­
librado, es fácil llevar al paciente,
de etapa en etapa, a un. reforc
98
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TRASVASE IDEOLÓGICO INADVERTIDO Y DIALOGO
mismo liberal e igualitario que, volviéndose siempre más radical,
induzca primeramente a la simpatía
y a la cooperación con los co­
munistas, para llegar al fiual a la aceptación del propio comunismo,
tenido como la realización absoluta
y perfecta de la Libertad, de
la Igualdad y de la Fraternidad.
6.~Las reformas de estructura en cuanto instrumentos acceso­
rios del trasvase ideológico inadvertido.
En la consideración del ejemplo que acabamos de dar es fá­
cil percibir cuánto el trasvase ideológico inadvertido, que en sí
mismo
es un proceso de acción ideológica sobre la opinión pú­
blica, puede ser auxiliado por las llamadas reformas de es­
tructura.
El liberalismo y principalmente el igualitarismo pueden ins­
pirar
---y han inspirado--leyes que conducen a una-siempre más
acentuada transformación
revoluciD¡naria die las instituciones y
de la vida de varios países.
Bajo el laudable pretexto de destruir privilegios y desigualda­
des excesivas, se puede ir más allá y abolir, gradualmente, tam­
bién privilegios legítimos y desigualdades indispensables a la dig­
nidad de la persona humana
y al bien común. A medida que el
rodillo compresor del igualitarismo
se va haciendo así más pe­
sado y más destructor, a través de las reformas socialistas e
igualitarias
-la reforma agraria, la reforma humana, la reforma
de la empresa comercial e industrial (5)-toda la sociedad se
(5) No tomamos aquí las expresiones "reforma agraria", "reforma de
la empresa", "reforma urbana",
en su sentido natural y propio, que. pue­
de significar apenas
una justa y proporcionada mejora-de las condicio­
nes de los trabajadores
de la ciudad y del campo, de los pequeños propie­
tarios rurales y ~de los inquilinos, respetando el principio. de la -propiedad
privada y atendida por
la función social que a ésta compete (cí..·"Reforma
Agraria -Q!uestao de Consciencia", por D. Geraldo de Proélli,;a Sigoud,
D. Antonio de Castro Mayer. Plinio Correa de Oliveir"a -y· Luis Mendon­
at;.a de Freitas, Eciit. Vera Cruz, Sao Paulo, 4a. ed., 1%2, .págs. xrx jr 9). Las
empleamos en el sentido corriente. que les dio la deiµagogia de las leyes
que bajo pretexto de imponer el ej~rcicio de la fq,nción social· de _la pi"'Opie­
dad, mutilan a ésta como si el ejercicio adecuado de. tina función pudiese
importar
la destrucción del respectivo órgano·. La prote6ci6n de 'los traba­
jadores y de los pequeños propietarios rurales, la parti1:;_ipación de los em­
pleados en los beneficios, en la gestión y en la propiedad de la empresa,
en cuanto estimulada, en los
e.asas adecuados, y no -impuesta: por ley, así
como la protección de los inquilinos contra -posibles excesos de parte de
los arrendadores,
nada tiene que ver con las medidas cd-nfisca:torias-de que
acabamos de hablar.
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PLINIO CORREA DE OLIVEIRA
irá acercando al ideal comunista. Y en la proporL1on en que con
esto se habituase la opinión pública, también ella se irá volviendo
comunista. (Cf. nuestra
obra "A liberdade da Igreja no Estado
comunista", Edit.
Vera Cruz, sao Paulo, 7.ª ed., 1965, item VI,
pág. 17). Como se ve, las reformas de base socialistas y confisca­
torias suponen una acción indirecta sobre la opinión pública, que
así se va comunizando poco a poco, e inadvertidamente (6).
7.-Una objeción: incompatibilidad entre liberalismo y socia­
lismo.
Podría objetarse a las consideraciones que acabamos de hacer
sobre las reformas llamadas de base, que estas últimas resultan
de inspiración socialista. Siendo así, ¿ cómo atribuir un papel al
liberalismo en esas transformaciones, ya que el liberalismo parece
ser precisamente lo contrario del socialismo?
Es verdad que un orden de cosas igualitario supondría el di­
rigismo, pues la libertad produce naturalmente desigualdad. Sin
embargo, los comunistas no ven las cosas así. Para ellos, el diri­
gismo total, inherente a ]a dictadura del proletariado, debe estable­
cer de una
vez por todas la igualdad entre los hombres. Alcanzado
esto, el poder político deberá desaparecer, cediendo lugar al or­
den de cosas enteramente anárquico { en el sentido etimológico de
la palabra), en el cual la plena libertad ya no engendrará desigual­
dades. Para los comunistas, no hay sino una incompatibilidad tran­
sitoria entre la igualdad y la libertad. Bajo la dictadura del pro­
letariado se sá.crifica provisionalmente la libertad para instaurar
la igualdad total. Esta operación, entre tanto, prepara la era anár­
quica en que la entera libertad convivirá con la plena igualdad.
De suerte que en su espíritu y en su meta el dirigismo comunista
es ultra]iberal. Además de eso, en pleno régimen capitalista, el
liberalismo prepara el terreno para el comunismo en lo que res­
pecta a ía familia y a las buenas costumbres. A medida que el li­
beralismo moral va abriendo campo al divorcio, al adulterio, a
la rebelión de los hijos, de los empleados domésticos, disuélvese
en efecto el hogar. Y con esto las mentalidades se van habituando
(6) No queremos afirmar con esto que cada persona que promueve
reformas
de esta naturaleza sea necesariamente comunista. El proceso de
trasvase ideológico es inadvertido, no sólo en sus pacientes, sino también
a veces
en algunos de los que lo llevan a cabo.
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TRASVASE IDEOLÓGICO INADVERTIDO Y DIALOGO
cada vez más a un orden de cosas en que no existe familia. En
otros términos, van caminando para el amor libre, inherente al
comunismo.
8.
Lo que hay de nuevo en el trasvase ideológico inadvertido.
Ese deslizar multiforme de la sociedad occidental y cristiana,
de una posición izquierdista para otra, con rumbo final para el
marxismo, es un
fenómeno-antiguo y pronfundo. Constituye él,
por su propia esencia, una impregnación ideológica más o menos
inadvertida, que esa sociedad cristiana viene lamentablemente rea­
lizando, a io largo de siglos, en dirección al comunismo.
En esta perspectiva, pues, el fenómeno no es nuevo.
Sin embargo, es nuevo el aspecto que él asume en razón del
empeño muy especial que aquí y allá ciertos círculos desarrollan
para imprimir a este proceso,
por medio de diversos artificios,
una velocidad sin precedentes. Por otra parte, se trata, ~ahora, no
ya de obtener que ese deslizar se opere por etapas, del centro
para la izquierda, o de una izquierda moderada para otra un
poco más osada, sino del centro o de la izquierda. moderada para
un orden de cosas que, en su contenido, es categóricamente co­
munista.
No sólo, pues, por los ya referidos artificios modernos
con que es provocado, sino también en cuanto drástica,
próxima
y hasta inmediatamente tiende al marxismo, en cuanto marcado
por una celeridad y un atrevimiento sin precedentes, en provecho
directo del comunismo es que tal proceso presenta hoy una nota
nueva,
un tontUS de un rojo intenso que en otros tiempos apenas
se entrevía. Nuevo, sobre todo, es el trasvase ideológico inadver­
tido en cuanto, de colateral que era, se volvió preponderante
en
la táctica usada por el comunismo con vistas a la conquista ideo­
lógica del mundo (7).
(7) Un ejemplo manifiesto de la eficacia de ese deslizarse subreptici'o
de países enteros rumbo al comunismo, mediante el empleo del trasvase
ideológico inadvertido en ciertos sectores
de la opinión, se encuentra en
Argelia, Túnez y, sobre todo, en Egipto, donde éste parece estar en vías
de ejecución más
a-delantadas. Los cercenamientos sucesivos del derecho
de propiedad y de
la libre iniciativa conducirán a aquellas naciones a un
orden de cosas profundamente socialista, el cual propende cada vez más
hacia la extrema izquierda.
Las declaraciones anticomunistas de algunos de sus líderes no prueban
que las transformaciones
,por ellas impuestas no sean comunistas ni tiendan
al comunismo.
Pues el carácter comunista de una transformación surge de
101
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PLINIO CORREA DE OLIVEIRA
CAPÍTUI,O III
LA PALABRA-TALISMAN, ESTRATAGEMA DEL
TRASVASE IDEOLOGICO INADVERTIDO
Estudiamos en el capítulo anterior el proceso de trasvase
ideológico inadvertido. Pasemos ahora a considerar la
pala/Jra-ta­
Usmán.
1.-Estratagema de las más eficaces.
La estratagema que aquí denominamos p uno de los medios más eficaces para efectuar el proceso estudiado.
Consiste, esencialmente, en
emple.ar con una técnica muy as­
tuta ciertos vocablos más o menos elásticos, .propios para actuar
de modo muy
sui géneris sobre la mente de los individuos, gru.­
pos o grandes colectividades.
2.-Método de utilización de la palabra-talismán.
El método por medio del cual se produce a través de la pa­
labra-talismán el proceso ideológico inadvertido, aunque implique
necesariamente adaptaciones a cada
caso concreto, es susceptible
de ser descrito en líneas generales.
la naturaleza de ésta y no del rótulo que le dan los políticos que la llevan
a cabo.
Del
mismo modo, las reformas de Nasser no dejarán de ser muy avan­
zadamente socialistas .por el siniple hecho de qÚe en Egipto está proscripto
el partido comunista. Sería muy infantil quien de allí dedujese que aquel
país está camµlan0o hacia. rumbos opuestos a los del comunismo.
De la utili-dad de la aplicación, a estas tres naciones contemporáneas,
sucesivas "reformas de base", habla elocuentemente la relativa inercia de
1a opinión anticomunista frente a los resultados. N!.i en Egipto, ni en Ar­
gelia, ni en Túnez (hablamos- de lOs nativos), se registraron reacciones
en proporción a las que hubo en
Cuba ante la bolchevización explícita y
hasta teatral .p-romovida por Fidel Castro. Y tam:POCo se impresionó tanto
la opinión mundial con los l}rogresQs de comunismo en el Africa del Norte
como con la bolchevización de Cuba.
(8)
Como es evi también más adelante el vocablo "mágica", en su sentido corriente
y me­
ramente metafórico.
102
Fundaci\363n Speiro

TRASVASE IDEOLÓGICO INADVERTIDO Y DIALOGO
Emprenderemos esa modidad este método en cuanto es aplicado por alguien sobre
un
grupo restringido de personas. Claro está que también es apli­
cable por una persona que actúe individualmente sobre O\l"a, q
por un grupo circunscrito que .actúe sobre otro, inclu_sp·-mucho
mayor.
La aplicación de este método se desarrolla progresivamente
como describiremos a continuación.
A.-U n punto de impresiunabilidad.
Como punto de partida, supone el método, en aquellos sobre
los cuales
se aplicará, una im,presio-nobili4ad especial en cuanto
a determinado asunto.
En el orden de los problemas sociales, ese punto de impre­
sionabilidad será, por ejemplo:
Una injusticia flagrante, como puede haber en ciertos privi­
legios de clase ;
Un peligro particularmente temible, como el de una revo-
lución social;
·
Una desgracia presente, como el hambre, o la enfermedad.
En el orden de los problemas ideológicos -filosóficos, reli­
giosos,
etc.-, el punto de impresionabilidad puede ser, entre
o-tras:
El infortunio de los que están en el error -herejes, judíos,
paganos y otros hermanos separados (9),
por ejemplo -y la apre­
miante necesidad que hay en ilustrarlos e instruirlos;
(9) Usamos varias veces, a lo largo del presente estudio, la expresión
~·hermanos separados", hoy tan en boga. ·La entrelazamos de vez ! en cuando
con las palabras
"hereje" y cismático".

que en ciertos ambientes van
siendo
-cada vez menos usadas. Actuamos as,í intencionalmente, pues "hermanos
:separados" es
una expresión que va I sufriendo, también, un uso talismánico.
Todos los hombres, por haber sido creados
por el mismo Dios y des­
cender
dei la tajsma, primera l)areja, son hermanos. A un título tcx:1.avía más
noble, son hermanos
los que Creen en Jesucristo, Dios y HOmbre verdadero,
Redentor del género
humano,-y en nombre de El fuer-_on · bautizados, Por
más profundas y fuertes que sean las divergericias entre 14,s hombres, estos
-títulos de fraternidad
no por eso desaparecen. Nlada más legítimo, ·pues,
que la calificación de "hermanos sewrados". , Decir "legítimo" es de_cir tpdavía_ poco. La expresión-que contiene una
eviderite
a-centuación en el sustantivo "hermanos", tiene el mérito __ de dar a
los que la usan uria conciencia más , viva y actual de e5a ·sµ~reininencia
de los vínculos fraterµos encima de las divisiones, y a tal: título, con~tituye
u~ fa.é:.tor -útil para, _apro~ma.ciones .apostólicas ,precio~s.
Aún más, si es preciso, a veces, .a-c~nt~r que tantQS.hP-m~res_~epar~oS
103

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PLINIO CORREA DE OLIVEIRA
. La victoria en escala local o mundial, tenida por inminente, de
una ideología errónea
-el marxismo, por ·ejemplo-con toda la
cadena de consecuencias religiosas, culturales y morales de ahí
derivadas;
El peligro· de que, por el embate creciente de las ideologías
y de los regímenes opuestos, se agravaren hasta el paroxismo .de
la guerra termonuclear las peligrosas tensiones que atormentan al
mundo contemparáneo.
B.-Un punto de apatía.
En el principio del .proceso el método supone también, en
aquellos a quienes se aplicará, un punto de apotw, o de despreocu­
pación análogo respecto al punto de impresionabilidad.
En el orden de los problemas sociales, este punto simétrico
puede ser, por ejemplo :
La insensibilidad ante injusticias que de ningún modo son
menos flagrantes o menos numerosas que las ligadas a ciertos pri­
vilegios merecidamente detestados. Recordemos aquí, para ejem­
plificar, las injusticias gravísimas y tan generalizadas, inherentes
a la trituración sistemática de los derechos de personas, familias,
grupos sociales o regiones, llevadas a efecto gradualmente por
la
masificación de las sociedades contemporáneas ( o sea por las trans­
formaciones
de los pueblos en rpasa, según la célebre enseñanza
de Pío
XII en el Radiomensaje de Navidad de 1944-"Discorsi
de nosotros son nuestros hermanos, no menos necesatio es acentuar en
otras ocasiones que esos hermanos no son hermanos cualesqui~ sirio
por· el contrario está_n profundamente separados de nosotros. Pues es
en Ia debida y entera evaluación de ambos elementos ~fraternidad y se­
paración-que está la verdad plena respecto de la situación de los no ca­
tólicos frente a
los católicos.
Ahora
bk-n1 las .palabras "herejía" y "cisma" expresan la naturaleza
de esa separación con admirable precisión moral y canónica, trayendo a
la
mente la autoridad magistral y juridica de la Jglesiá, la enorine gravedad
del error o de la revuelta contra ésta, la severidad de las sanciones eclesiás­
ticas, y
la necesidad de precaverse los católicos del contagio de los in­
fieles. Así, hacer raro el uso
de las palabras chereje" y "cismático", o hasta
suprimi.rlas, para sólo hablar de "hermanos separados", supone una ver<:1a­
dera mutilación talismá.nica del alcance real de esa separación. Mutilación
éSta. particularmente dañosa en un clima infesta.do de irenismo y relativismo
religioso, como es el nuestro.
Esto nos· -podría llevar ta:o lejos, que cierta revista católica holandesa
preguntó, con gracia, cuándo comenzaremos a proscribir la palabra "de­
monio"
para sólo usar "ángel separado".
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TRASVASE IDEOLóGICO INADVERTIDO Y DIALOGO
e Radiomessaggi", vol. VI, pág. 239). Esa masificación puede
tener lugar sea por la transformación de las costumbres, sea por
la acción de las leyes socialistas cada vez ·más numerosas en los
países no comnnistas, sea aún por la implantación de la llamada
dictadura
del proletariado en aquellos eu que vence el comunismo.
Se inmolan así sin clemencia,
en holocausto a lo que muchos de­
nominan socialización, no sólo peculiaridades personales, familiares
o regionales legítimas que constituyen valores inestimables, sino
también desigualdades culturales o sociales proporcionadas, orgá­
nicas, fundadas en justos motivos de
orden moral intelectual o
patrimonial.
La insensibilidad ante la consideración de que si una revolu­
ción social es un mal gravísimo, habitualmente ella
lo es sobre todo
por causa de sus objetivos injustos y ruinosos. Y que, pues,
nada es más absurdo que querer evitar a toda costa la revolución,
haciéndola de arriba hacia abajo " llegando así precisamente a los
objetivos injustos y ruinosos que se trataban
de evitar. En otros
términos, es absurdo realizar de arriba abajo,
por iniciativa de
los mantenedores naturales del orden, las "reformas" qU:e la tác­
tica: comunista ·quiere imponer de abajo arriba, toda vez que esto
significa, para todo el cuerpo social, Hpiropter vitam, vivendi per­
dere causas" (Juvenal, Sat. VIII, 84).
La insensibilidad ante el hecho de que, si contra el hambre
o la enfermedad --gquí considerados como males sociales----:.-se
debe hacer absolutamente todo cuanto es posible, de ningún modo
se debe intentar lo imposible, lo utópico, pues esto sólo agravaría,
a plazo más o menos corto, estos mismos males que se quieren
atacar. En numerosos casos, son lentas las soluciones profundas
y durables de tales males. Esto no contituye motivo
para aplicar­
las sin ,prisa. Deben ¡xinerse en práctica con redoblada solicitud,
para evitar que la natural demora de la cura se sume al censurable
retraso ocasionado por nuestra displicencia. Mas hay que renun­
ciar muchas veces al deseo impaciente de resultados inmediatos.
Este deseo uos expone, en efecto, al peligro de preferir a las so­
luciones auténticas, las panaceas violentas y eficaces sólo en apa­
riencia que la demagogía preconiza.
En el orden de los problemas ideológicos, también simétrica­
mente, pueden ser enunciados
los siguientes puntos de apatía o
despreocupación :
La insensibilidad ante los peligros de un
celo apostólico in­
tempera!}-te. Siendo mayor ventura conocer la verdadera Religión,
por ciertto son dignos
de mucha lástica los que no la conocen. Y
105
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PLINIO CORREA DE OLIVEIRA
son de alabar los que emplean todos los medios para traer a la
unidad de la Fe a nuestros hermanos separados. Representa, pues,
para nosotros un verdadero peligro el que omitamos por displi­
cencia o ignorancia cualquier forma de acción conducente a tal
fin. No obstante, es preciso no ser insensible a
los peligros que
pueden venir de otro lado, esto es, del
ardor desordenado del
apóstol y del carácter naturalista de sus métodos.
El celo des­
ordenado y
el naturalismo pueden inspirar el empleo de técnicas
ilegítimas para atraer a los acatólicos, como la terminología con­
fusa, las concesiones doctrinarias implícitas o
exr,lícitas, etc. Al
no considerar sino la eficiencia apostólica de esos malos artificios,
cumple ponderar que los más agudos y coherentes dentro de nues­
tros hermanos separados, lejos de dejarse
engañar por ardides de
este género, los anotan con cuidado. Precisamente los mejores y
más· aproximables de entre ellos están con los ojos puestos sobre
nosotros, para juzgarnos según nuestra sinceridad y nuestra cohe­
rencia en la
Fe que profesamos. Sólo les podrá causar tristeza
y aversión' ver que, en el afán de obtener conversiones, confiamos
más en técnicas moralniente dudosas que en
lo sobrenatural. Son,
éstos otros tantos peligros,
para los cuales no debemos ser in­
sensibles.
Por último, y sobre todo, no podemos ser indiferentes
al peligro
de exponer a vacilaciones en la Fe a nuestros propios
hermanos católicos, persuadiéndolos
-a título de coexistencia
pacífica con
los hermanos separados-a oir conferencias y dis­
cursos, a leer libros o participar en reuniones en que
la herejía, el
cisma, el ateísmo o la corrupción moral les entre en el alma (10).
Debernos velar
aún más por la preservación de los católicos que
por la conversión de los infieles. Pues en la jerarquía del amor al
prójimo, ninguno merece
rriás amor que el hermano que parti­
cipa de la
misma Fe, como advierte San Pablo: "Por consi­
guiente, mientras haya tiempo hagamos bien a todos, pero es­
pecialmente a los hermanos" (Gal.
VI, 10).
(10) Este riesgo estuvo presente en las preocupaciones del Concilio
Ecuménico
Vaticano 11, el cual dispuso que la tarea de conocer mejor
el pensamiento de los hermanos separados y de ·presentarles de modo más
conveniente nuestra Fe,
'a través de réuniones en las que se trate sobre
todo de cuestiones teológicas,
. no se e~cargarfa á cualquier católico, sino
solamt!nte a ªpersonas verdaderamente competentes", bajo la vigilancia de
los obispos
(et Decreto ·Conciliar "De Oecumenismo", del 2'1 de noviembre
de 11964,· número 9¡ AAS., vol. LVII, núm. 1, pág. 98). Claro -está ·que por 11personas verdaderamente competentes" se entiende las que tienen no sólo
estudios
·bastante seguros para que puedan resistir ile~~ los sofismas de
la
herejía, sino también suficiente vigor en la virtud teologal de la Fe.
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TRASVASE IDEOLóGICO INADVERTIDO Y DIALOGO
La insensibilidad ante la ilicitud de la renuncia a algunos prin­
cipios supremos e impostergables y de la aceptación
de algunos
de los errores del marxismo.
para evitar una victoria total de éste.
La victoria del marxismo es, por cierto, causa de desgracias ca­
tastróficas.
El mayor peligro para nosotros no está, sin embargo,
en que seamos vencidos por, él en el .plano militar o político, sino
en que doblemos la rodilla ante el vencedor. Aceptar un modus
viven,d; que importe la renuncia a los principios .para evitar las
consecuencias funestas· de nuestra derrota, renunciar expresa o tá-:­
citamente a la institución de la propiedad privada, por ejemplo,
para obtener
la libertad de culto (cfr. nuestro estudio "La libertad
de la
Iglesia en el Estado comunista", cit.) es mil veces .más tris­
te que sufrir las persecuciones anejas a
una actitud noble y santa­
mente fiel a la ortodoxia.
La insensibilidad ante el riesgo de que, en el silencio y en la
inercia· de los cristianos, _el comunismo domine al mundo. Si los
comunistas nos colocatÍ brutalmente en la alternativa de renun­
ciar a combatir
sus errores o de aceptar el riesgo de una guerra,
nos exigen implícitamente
.que escojamos entre el cumplimiento
de nuestro deber
··de cristiános, o una verdadera apostasía. En este
caso, es preciso decir como
San Pedro:. cueste lo que costare, "es
preciso obedecer a Dios antes que a los hombres" (Act. S, 29).
C.-U na palabra-talismán.
En esa posición inicial, en que el paciénte,. merced. a la uníla.
teralidad de su estado de espíritu, ya parece preparado para la
acción psicológica que va a sufrir, el etnpleo de una palabra bien
escogida puede próducir efectos sorprendentes. Es. la
palabra­
talismá:n.
Se trata de una palabra cuyo sentido legítimo es simpático
y a veces hasta noble; comfK)rta ella, sin embargo, cierta elasti­
cidad. Empleándose tal palabra
tendenciq~mente, comienza a re­
fulgir
para -e1 paciente con brillo nuevo, que lo fascina y lo lleva
mucho más lejos de lo que podría pensar.
Citemos algunos
de est_os sanos y hasta nobles vocablos. Tor­
cidos, atonnéntados, desvirtuados, violentados, de varios modos,
¡ a cuánto equívoco, .a cu~to error, a cuánto desacierto han ser-:­
vido de rótulo! Podemos incluso decir que los efectos de esa
técniCa spri tanto más noctVqs cuanto. más digno y elevado es
el contenido de la palabra de la cual así se abusa: "corruptio
107
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PLJNIO CORREA DE OLIVEIRA
optimi peesima". Entre las · wlabras portadoras de un conte­
nido digno, transformadas así --en engañosos talismanes al servi­
cio del error, pueden ser citadas : justicia social, ecumenismo,
diálogo, paz, irenismo, coexistencia, etc.
D.-... que suscita una constelacwn de wnpaJ;ías y fobias.
Así incubados por un espíritu nuevo, cada uno de esos vo­
cablos suscita en las personas que se encuentran en el estado
de espíritu arriba indicado en los items A y B, toda
una cons­
telación de im,¡,resiones y em1ociOr1es, de sim1patfas y fol,ias. Esta
constelación, como más adelante veremos, va orientando a tales
personas para nuevos rumbos ideológicos: para el relativismo filo­
sófico, el sincretismo religioso, el socialismo, la llamada política
de la mano tendida, la franca cooperación con el comunismo, y
por fin
la aceptación de la doctrina marxista.
E.-... dotada ,k grandes cualidades publicitwrias.
Para estos rumbos ideológicos la víctima del referido pro­
ceso va siendo cada vez más atraída por el prestigio de la
propaganda.
Las palabras-talism&,, r;orresp'onden a lo q™ los
6rganos de publicidad reputan, en general, moderno, simpátko,
at1'ay,e'nte. Por esto, los conferenciantes, oradores o escritores,
que emplean tales palabras, sólo por ese hecho ven aumentadas
sus posibilidades de buena acogida en la prensa, en la radio y
en la televisión. Es éste el motivo porqne el radioyente, el teles­
pectador, el lector de diarios o revistas encontrará constantemen­
te esas palabras, que repercutirán cada vez más a fondo en su
alma.
F.-... de cuya elastkulad se abusa para efectospublicita:rirn. ·
Ese don publicitario de la palabra-talismán conduce al es­
critor, al orador, al conferenciante a la tentaciów de usarla creciente frecuencia, con cualquier pretexto· y hasta sin pretexto
alguno. De este modo lograrán más fácilmente hacerse aplaudir.
Y, para multiplicar las oportunidades de emplear tal palabra,
la van utilizando en sentidos analógicos sucesivamente más osa-
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TRASVASE IDEOLóGICO INADVERTIDO Y DIALOGO
dos, a los cuales la elasticidad natural de ella se presta casi
hasta el absurdo.
G.-... susceptibk de ser fuertemente radicaJizada.
Constituida así para la palabra-talismán una gran gama de
aplicaciones, cada cual más osada, las más audaces entre éstas,
y por esto mismo más "vedetísticas", van poniendo en desuso
a las más moderadas, sensatas y corrientes. Y quien tiempo atrás
aplaudió o usó como si fuese una sabrosa novedad la palabra­
talismán con su significado apenas deformado, pasará a aplaudir­
la y a usarla en sentido cada vez más extremado, hasta llegar
al colmo. Es el fenómeno de la radicalisación de la palabrarta­
lismoo.
H.-... que opera pur esta forma el traavase úleQMgico
inadvertido. ·
La radicalización de la palabra-talismán va de por sí operan­
do
el trasvase en los que la emplean. Pues, presos por la fas­
cinación del vocablo, van ellos
,¡ceptando sin más, como ideales
supremos y ardientemente profesados, los significados sucesiva­
mente más radicales que él va asumiendo.
Pari p·assu, estos idealesJ con la fuerza de los valores acepta­
dos como supremos, van produciendo en el paciente del trasvase
todos los cambios de actitud interior y exterior en relación al
adversarjo de la víspera, que descubrimos en el capítulo ante­
rior (ítem 4). ·
Ad la palabrartalísmoo sirve para desencadenr,r y llevar a
cabo el proceso.
3.-Cómo impedir el éxito de la estratagema de la palabra­
taliamán.
El lector se preguntará, naturalmente, si hay un !U!)do de
impedir el éxito de la estratagema. que describimos.
Este modo existe. Es fácil comprenderlo. desde que se tenga
en consideración algunas características de la p 109
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PLINIO CORREA DE OLIVE!RA
A.-La palahra,.talismán rehusa, ser aclarada (explicitarse).
La palabra-talismán radicalizada rehusa que se aclare su sen­
tido.
En efecto, su grati fuerza está en la emoción que pro­
voca. Una aclaración, atrayendo para ella la atención analítica
de quien la usa o de quién la oye, perturbaría e impediría ipw
Jacto la fruición sensible e imaginativa del vocablo. La palabra­
talismán, manteniendo así obstinadamente implícito su significa­
do, continúa siendo vehículo y escondrijo de su creciente con­
tenido emocional.
B.-'-La aclaración "exorciza" la fuerza mágica
de la paJ,,,bra.talismán.
La acción de la palabra-talismán puede, pues, ser "exorciza­
da" mediante su aclaración. Es la consecuencia de lo que aca­
bamos de decir. Se comprende así la utilidad del presente tra­
bajo, que busca poner a disposi!Ción de los interesados el miedw
de destruW', por /,a "e':rord,zación" de la palabra-talisnrá:n, el pro­
ceso de imr¡,regradfm idemágico inadvertido.
4.-Salvedad en cuanto al uso de la palabra incubada de sig­
nificación talismánica.
Superfi.t.io serí"a acrecentar que no · se trata aquí de recomen..:..
dar que nunca se use la palabra incubada de significación talis­
m:íníca, sino simplemente que ella sea usada sólo a propósito, y
siempre_ en su sentido .natural y legítimo. ,·,;,·
CAPÍTULO IV
UN EJEMPLO DE PALAl:ÍRA-TALISMAN:
"DIALOGO"
Las índiCaciones sumaría·s ciué -acabamos de hacer parecer~
tal vez demasi;,do. a~i,actas. Por es.o, ~ el presente capítulo,
ejemplificaremos cómo. se emplean las pa/abrás-talismián, anali­
zando
córño una ·de ellas la palabra "diálogo" es utilizada para
110
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TRASVASE IDEOLÓGICO JNA.DVERTIDO Y DIALOGO
promover el trasva-se ideológico inadvertido hacia el relativismó
hegeliano y hacia el marxismo.
1.-"Diálogo": sentidos legítimos.
A.-El método adoptado.
Para la descripción del proceso de trasvase ideológico inad­
vertido operado por medio de los sucesivos significados talis­
mánico de la palabra "diálogo", cumple:
-estudiar prelinúnarmente los sentidos naturales y legíti­
mos de esta palabra ;
- indicar en cuál de ellos se produce la evolución hacia un
primer sentido talismánico ;
--describir cómo, a partir de este punto inicial, y bajo Iá
acción del binomio miedo-simpatía, los sucesivos sentidos talismá­
nicos se engendran unos a otros y operan el cambio ideológico
inadvertido. ·
B.-Los significados rwt'-".roles y legítimos.
a) Carácter preliminar de su estudio.
Esta parte del estudio no tiene sino un alcance preliminar.
Para el análisis exacto del proceso talismánico que más ade­
lante
· haremos :
-es cómodo, para el lector, distinguir con la máyor nitidez,,
en el conjtinto de los sentidos naturales y legítimos de "diálogo",
la diferencia existente, entre aquel en que se prodúc la pri­
mera distorsión talismánica y los den1ás ;
____. es provechoso,· para el lector, tener claramente presentes
los elementos que constituyen ese sentido
legítimo en que ocurre
la primera distorsión, ·para entender
mejor las transformacio­
nes que tales elementos sufren en cada una de las etapas de la
radicalización talismánica.
b) Mult;pliddad de los significados legítimos.
Analizando lqs significados corrientes c;le la palabr~ que ahora
nos oc_up~, con;io por lo demás también de otras _ que tienen
cierta conexión con ella, como "dialéctica", "discusión",
"polé-
111
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PLINIO CORREA DE OLIVEIRA
mica", etc., podemos verificar que se les atribuye significados
muy diversos y a veces, desde cierto punto de vista, hasta con­
tradictorios. Y eso se da tanto en los medios cultos como en
los de instrucción mediana o baja. Con el correr de los años,
la carga emocional que se unió a alguna de esas palabras vino
a alterárles el sentido, haciendo que personas de generaciones
diferentes las entiendan de modos también diferentes. De una re­
gión a otra del Brasil, y con más razón de país a país, se ma­
nifiestan frecuentemente variaciones sensibles.
P'or otra parte, el fenómeno no se circunscribe al uso corrien­
te de la palabra, pues en el propio lenguaje filosófico, la pa­
labra "dialéctica",
por ejempo, tiene sentidos tan diversos que,
según observa el "Vocabulaire Technique et Critique de la Philo­
sophie" de A. Lalande (ver "Dialectique"), no es posible em­
plearla sin determinar muy exactamente cuál es el significado
que se le pretende dar.
e)
Como estudÍia!r esos significados.
Para estudiar bien los diversos sentidos legítimos de "diálo­
go", parecería aconsejable "hacer ·un inventario de ellos, un es­
tudio de cada cual y un conÍrontamiento con los demás.
Pero no teniendo el presente trabajo un carácter prepon­
breve y más claro, poniendo a luz en la etimología de "diálogo"
un elemento fundamental que se encuentra en todas -las acep­
ciones de la palabra y haciendo en seguida una clasificación de
éstas conforme a un doble criterio que más adelante indicafernos.
Ese método nos proporciona un cuadro de conjunto de los
sentidos de ese vocablo y nos permite situar en stt-panorama
propio, con la precisión necesaria, las acepciones legítimas que
será!! corrompidos por el :proceso talismánico.
d) Criterio de la clasificación.
Esa clasificación de los diversos significados de la palabra
"diálogo" se hace:
-desde el punto de vista del objetivo del diálogo ;
desde
el punto de vista de la actitud emocional de las per-
112
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TRASVASE IDEOLóGICO INADVERTIDO Y DIALOGO
sonas que dialogan, de la cual se siguen consecuencias para la
forma del diálogo.
Será fácil verificar cómo, consideradas desde estos puntos de
vista las modalidades del diálogo, a cada una de ellas corres­
ponde un significado del vocablo.
e) Termrinowgfa.
Indicando con una palabra explicativa complementaria -para
mayor claridad-cada uno de los significados clasificados, se
constituye una terminología mediante la cual el lector podrá acom­
pañar, sin gran esfuerzo, nuestro estudio.
f) Selección de lw significados.
Es posible que algunos significados legítimos de "diálogo"
no estén incluidos en
la clasificación .Nuestro deseo no fue con­
siderarlos a todos, sino solamente a los que tienen más impor­
tancia en función del criterio de la clasificación, o sea de la
naturaleza misma del diálogo.
g) Salvedad imif}ortante.
Como fácilmente se verá, no importa mucho, para la com­
prensión de nuestra tesis,
que el lector prefiera otro cri.terio de
clasificación o lamente la omisión, en
el que adoptamos, de algún
otro significado de "diálogo". En efecto, la clasificación que pro­
ponemos tiene carácter meramente propedéutico. Nuestra expo­
sición puede ser fácilmente eomprendida y seguida, ·siempre que
el lector tenga en mente las diversas acepciones de "diálogo"
aquí explicitadas con el auxilio de las palabras complementarias
constantes de nuestra terminología.
h) Etimologla de "diálogd',
En la etimología de la palabra "diálogo" se encuentran los
elementos para determinar su significado.
,El 'vocablo griego au!ko¡o, se compone de a,d, que signi­
. ficá "en separación", "en ·disyunción" y Aó¡oc; qu~ equivale a
113
8
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PLINIO CORREA DE OLIVEIRA
"verbo". De ahí el empleo de "diálogo" en Sócrates y Platón,
para designar la forma de elaboración intelectual en que dos o
más interlocutores, p·rocediendo
por medio de preguntas y res­
puestas,
se esfuerzan en distinguir las cosas según sus géneros (11).
Se comprende que, a partir de esa etimología, la palabra
"diálogo", tomada en sentido lato, haya llegado a abarcar en
los principales idiomas de Occidente, como registran los dic­
cionarios, toda y cualquier forma de interlocución (12).
i)
Modalidades de diálogo según su fin.
En el diálogo en sentido lato hay que hacer una primera
distinción.
En el transcurso de la exposición veremos fácilmente
el alcance que presenta
esta distinción. El diálogo, desde el pun­
to de vista de su finalidad:
l. .Q es tal que los interlocutores no intenten cambiar las
convicciones el
uno del otro, lo tj_ue puede darse:
aj Cuando el diálogo procura el mero intercambio de infor­
maciones, o
el entretenimiento de las partes (a esa modalidad
la denominaremos ''diálogo-entreteilimiento'');
b) Cuando procura la colaboración de las partes para la in­
vestigación o análisis de tu1 asunto que ambas conocen insufi-
cjentemente ("diálogo-investigación") ; _ .
2. O es tal que los interlocutores piensan de un modo diver­
so
sobr~ el asunto en cuestión, y cada cual procura,. por medio
d.e argumentos, persuadir al otro a que cambie de convicción
("discusión") (13).
· ·
j) Diferencias correlativas de actitud ·emorional.
A estos diferentes objetivos e intenciones corresponden, res­
pectivamente, actitudes emocionales diversas
en las p~rsonas que
toman
parte en el diálogo :
(11) La dialéctica, como Aristóteles la concibe, aunque inspirada en
P1a-tón, no nos parece relacionada próximamente con la presente temática
(ci. A. Lalande, op. cit., ibid.).
(12) En la encíclica "Ecclesiam Suam", Paulo VI, al tratar del diálogo,
usa
fa. palabra latina "colloquium" (l{Hlla cum), cuyo equivalente en portu­
gués "coloquio" también
sirv"e para designar en sentido IatO toda y cual­
quier forma de interlocución.
(13)
Al contrario de lo que. ocurre en la discusión y especialmente con
el diálogQ-investigació.n, el diálogo entretenimiento sólo tiene una relación
lejana con
el diálogo según la nocióii. platónica.
114
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TRASVASE IDEOLÓGICO INADVERTIDO Y DIALOGO
l. Cuando cada interlocutor no procura cambiar la opinión
del otro, la actitud emocional es de distensión:
a) Esa distensión es plena y continua en el caso del diáto­
{¡'O-entrenam~nto;
b) Esa· distensión también es plena en el caso del diálogo­
investigación1; pero como a lo largo de la investigación puede
surgir alguna divergencia a~ciden,tal y transitoriamente, es po­
sible que surja en el transcurso del diál(}go-inwstigación, alguna
tensión pasajera (14);
2. En el caso de la discusión, la actitud emocional de los in­
ttrlocutores tiene, habitualmente, .carácter diverso: las diferen­
cias de convicción crean entre ellos una heterogeneidad que cons­
tituye de por sí
un obstáculo a la simpatía; la argumentación
con que
cada cual procura convencer al otro, puede originar fácil­
mente tina especie de relaciones más o menos parecida -con­
forme el caso-a una luchá.
Así, el diálogo comporta dos modalidades fundamentales que
se distinguen por su objetivo y, como corolario, por
la acti­
tud emocional que marca la relación de los interlocutores entre
sí.
k) Diálogo "lato sensu/', diálogo "stricto sen.su" y discusión.
A la modalidad de diálogo antes señalado en el número 2 de
los ítems
"i" y "j", le es enteramente propia la palabra Hdis­
cusión" ( del latín "discutere", esto es, "dis", que indica "sepa­
ración",
y "quatere", "agitar").
Pero, ¿ cómo designar la forma de diálogo indicada en el nú­
mero 1 de aquellos ítems?
Para ella no existe un vocablo dis­
tintivo.
Se llama "diálogo" también.
De ello se deduce uri sentido estricto de la palabra "diálogo",
designando la modalidad número 1

( que a su vez comprende
el
diálogo-entretenimiento y el diálogo-investigación), además del
sentido amplio
y etimológico antes analizado.
Frente a estos dos sentidos de "diálogo", ¿ cuál -es la po-
(14) Si el diálogo-investigación importa eventuales divergencias, ¿ en
qué consiste su diferencia con la discusión? El diálogo-investigación no
vérsa sobre ningt'in tema en ·que los interlocutores estén en desacuerdo,
sino sobre un terna que ignoran, al menos en parte. _ La divergencia es
en él apenas un episodio eventual y esporádico, relativo a{algún ~.specto
de·Ja investigación. La discusión tiene por·objet~ un asunto en el que hay
desacuerdo, comporta_ fundamnetal y continuamente esgrimir argumentos.
115
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PLINIO CORREA DE OLIVEIRA
sición. del vocablo "discusión"? Como vimos, él designa una de
las modalidades del diálogo "lato sensu". Y, por otro lado, como
dentro del género las especies
se distinguen y se oponen, "dis­
cusión" es lo contrario de "diálogo" en sentido estricto.
1) Discusión-diálogo, discus;ón pura y sm,ple, polémica •

Respecto a la discusión también hay que hacer distinciones.
En efecto, ella comprende tres grados de intensidad:
l. La discusión puede tener un carácter extremadamente se­
reno
y cordial de modo que, aunque conservando plenamente el
contenido de una discusión, presenta
la amenidad de forma que
es propia el diálogo "stricto sensu". Nótese bien que, como
cada interlocutor procura modificar la convicción del otro, esta­
mos aquí en presencia
de una discusión auténtica y no de un
diálogo en sentido estricto. Es tan sólo en algo accidental, esto
es, en su forma, en
la suavidad de trato, que esta modalidad de
discusión se asemeja
al diálogo "stricto sensu". Siendo así, no
es sólo en sentido lato que se aplica el término "diálogo" a este
tipo de discusión; sino que también se aplica a un título particu­
lar y específico, derivado, como por ósmosis o -asimilación, de
la mera semejanza accidental que hay entre el diálogo "stricto
sensu"
y esta modalidad de discusión. Por eso, la denominare­
mos ''discusión-diálogo'';
2. La discusión tiene, en un segundo grado de intensidad,
el calor emocional común que es inherente a una interlocución
en que cada parte quiere mudar la convicción de la otra. A esta
modalidad
-- ''discusión't-la llamaremos ''discta.fión pwra y sinrple'';
3. La discusión puede tener,_ finalmente, un calor emocional
muy grande, denominándose entonces "polémica" ( del griego,
guerra). En razón de su vehemencia particular, la polémica tiene,
en general, un carácter estrepitoso
y, cuando versa sobre doc­
trina, también pasa fácilmente al terreno del ataque personal (IS).
(15) Es útil confrontar la terminolog!a aqui adoptada y la que es
usada
por el Santo Padre en la encíclica "Ecclesiam Suam~• (in AAS
vol. LV(!, núm. 10, págs. 609-659).
La temática de ese histórico documento es bien distinta de la que
nos ocupa en el1 presente trabajo. El Papa trata fundamentálmente de
ensefiar lo que él llama el diálogo de salvación, o diálogo a1X)st6Hco de la
116
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TRASVASE IDEOLÓGICO INADVERTIDO Y DIALOGO
m) Cuadro esquemático de lo~ sentidos le!]1!tml1os de "diálogo".
Podemos sintetizar en el esquema siguiente todas esas no­
ciones sobre los diversos significados de "diálogo" :
DIALOGO EN SENTI­
DO LATO Y ETIMOLO­
GPCO
-Indica cualquier tipo de
interlocución.
DIALOGOS EN SENTI­
DO ESTRICTO
-Interlocución en que cada
parte no procura mudar
la convicción de la otra.
Actitud emocional pacífi-
ca.
DISCUSION
-Interlocución en que cada
parte procura
cambiar la
convicción de la otra. Es
lo opuesto al diálogo en
sentido estricto. Actitud
emocional que fácilmente
será de lucha.
DIALOGO-ENTRETE­
NIMIENTO
-Procura informar, dis­
traer, etc. Actitud emo­
cional invariablemente
pa­
cífi.ta.
DIALOGO-INVESTI­
GACION
-Procura investigar, estu­
diar, analizar.
Habitual ..
mente, actitud emocional
pacífica. Sin embargo, son
posibles tensiones acciden­
tales y transitorias.
DISCUSION-DIALOGO
-Calor emocional menor
que el corriente. En cuan­
to al contenido, es autén­
ticamente una
discusión~
pues procura cambiar la
convicción del interlocu­
tor. Se denomina "diálo­
go" sólo debido a la se­
mejanza accidental (ame­
nidad de forma) que tie­
ne con el diálogo en sen­
tido estricto.
DISCUSION PURA Y
SIMPLE
-Calor emocional corrien­
te, esto es, el grado co­
mún de pugnacidad que
es inherente a una inter­
locución en que cada par­
te desea cambiar la con­
vicción de la otra.
DISCUSJON-POLEMI­
CA, o solamente "polémica".
--Calor emocional poco co-
mún ; esto es, particular
vehemencia y carácter es­
trepitoso.
117
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PLINIO CORREA DE OLIVEIRA
n) Rasgo comiún a los diversos sentidos de "diálogo".
Excepto, como es obvio, cuando es tomada en sentido lato,
la palabra "diálogo" presenta en sus diversas acepciones una nota
Iglesia, mostrando principalmente sus características, sus modalidades y la
inmensidad
de SU ámbito, el cual abraza a la humanidad entera.
En consecuencia, la Encíclica Se ocupa a.penas de modo secundario de
ciertos aspectos negativos del diálogo como, por ejemplo, la hipótesis de
un diálogo con los. comtu1istas, que en ellá ·califica de "bastante diifícil, para
no decir imposible. Q .. de la inviahilidad de un diálogo cuando los no cató­
licos "lo rechacen en toda la línea o simulen querer aceptarlo".
Es también a título secundario que el Padre Santo se refiere al peligro
del irenismo y del sincretismo en el diálogo.
Ahora bien, en
el presente estudio, el diálogo que se pretende analizar
y señalar
a. la atención de la opinión pública es precisamente el opuesto.
No es el diálogo deseado por la Iglesia. para atraer a las almas, sino el
diálogo desnaturalizado astutatamente
por el comunismo para desviarlas o
-mantenerlas apartadas
de la · Iglesia. Sólo a título preparatorio y explica­
tivo nos ocupamos del buen diálogo.
Están
,en el panorama. de la Encíclica todas las formas de interlocución
entre católicos y acatólicos, y en lo que se refiere a la discusión pugnaz
y hasta inclusive la polémica, no las rechaza sino cuando sean "injuriosas"
y, como por
otra parte sucede "con frecuencia", "violentas". Por tanto, el
Papa no excluye la buena discusión ni la buena polémica.
Así, en el espíritu de la Encíclica, la interlocución, que
en este es·
tudio llamamos diálogo "lato sensu", comporta como formas moralmente
legítimas
(además de diálogo entretenimiento y del diálogo investigación,
<:orno es obvio) las tres modalidades de discusión que denominamos discU­
:sión-diálogo, discusión pura y simple y poléimca.
Entre tanto, es fácil
notar que el Papa fija más detenidamente su aten~
ción sobre la discusió:n-diálogo, notable por su cordialidad. V que la
considera incluso, como la que "más
genuinamente tiene la naturalez de
diálogo.
En esta perspectiva la -discusión pur~ y simple y la polémica son
formas auténticas y legítimas
de diálogo, si bien menos plenas.
Todo esto lo decimos
para mostrar la armonía entre lo que afirmamos
sobre el diálogo legítimo y lo que ensefía la Encíclica sobre el diálogo
de
salvación.
Varias de las increpaciones que hacemos a1' mal diálogo lo diferen­
cian fundamentalmente del diálogo apostólico de la Iglesia, enseñado
por
la' Encíclica· "Ecclesiam Suam".
Así,
est~ último nada tiene de relativista; procura esencialmente la con­
versión de
·1a parte no católica.
Tampoco
participa de la ilusión irenística de que el interlocutor no cató­
lico está
siempre de buena fe. La Encíclica, al hablar de la posible insin­
ceridad
de ciertos interlocutores, de la dureza de los que cierran el oído
a las tentativa~ de diálogo de la Iglesia, y de los peligros del irenismo y
del' .sincretismo como elemento de falseamiento de · diálogo de salvación,
no ignora que
el pecado original dejó efectos en el hombre.
Por fin, si la "Eclesiam Suam" trata del irenismo apenas de pasada,
118
Fundaci\363n Speiro

TRASVASE IDEOLÓGICO INADVERTIDO Y DIALOGO
Esa nota es inherente al diálogo "Stricto sensu", esto es, al
diálogo-entretenimiento
y al diálogo-investigación, de los cuales
es propia una actitud emocional de entero sosiego.
Y,
oomo vimos, solamente en la medida en que la nota de
armonía esté presente de modo notable en una discusión, ésta
podrá ser llamada "diálogo", por asimilación, constituyéndose así
la discusión-diálogo.
Por más amena que sea una discusión-diálogo nunca será
esencialmente un diálogo "stricto-sensu", porque a toda
y a cual­
quier discusión es inherente
una nota de pugnacidad.
C.-La pugnaci,du,1 en las diversas modalidaJes de discuswn.
¿ Cuál es la naturaleza de esa nota de pugnacidad ? Es inte­
lectual cuando consiste en esgrimar argumentos con los que cada
parte procura persuadir a la otra ; según la fórmula de San
Rernigio, "quemar
lo que adoró y adorar lo que quemó". Es
volitiva y -emocional, cuando al embate de las ideas se suma el
calor
del entrechocar de voluntades y la estridencia de los modos
de sentir dispares.
D.-¿Tienen. un caráoter peyr,rativo /,a discusión pura y si,mpk
y fu polémica?
Esa nota de pugnacidad intelectual, volitiva o emocional,
,¿ constituye un mal en sí ? ¿ Tienen un carácter peyorativo la dis­
cusión pura y simple y la polémica? Es necesario re5¡x>nder a
esta pregunta, porque a patir de la mala solución que muchos le
ljsmán "diálogo".
No nos ocuparemos del problema de la licitud de la nota de
-no es menos cierto que lo rechaza ex.plícitamente, y deja ver las apre­
hensiones que el Pontífice siente cerca de él. De tales aprehensiones, por
otra parte, no podría tener dudas quien, ya antes de la Encíclica hubiese
leído la Exhortación del 12 de febrero de 1964 a los Párrocos y Predi­
-ca.dores cuaresmales de Roma, en la que Paulo VI afilrma con energía "La
,espada del espíritu parece (en Ja hora presente) ·reposar en la vaina de la
-duda y del- irenismo. Pero es precisamente por esto que-el mensaje de la
-ver.dad religiosa debe resonar con mayor vigor. Los hombres tienen nece-
sidad de creer en quien se muestra seguro de aquello que enseña" (in 110sser­
-vatore Roinano", edición semanal en francés, del 21 de febrero de 1964).
119

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PL!NJO CORREA DE OLIVEIRA
pugnacidad en la discusión-diálogo, donde ella es casi imper­
ceptible.
Primeramente veremos lo referente a la · discusión pura y
simple.
a)
Relación del problema con el p,ecado original.
En sí mismos los entrechoques de orden ideológico, volitivos
o emocional
son-frutos del pecado original. Sería deseable que
entre los hombres jamás hubiese disensiones, discusiones o luchas.
Puesto, sin embargo, el pecado original, ¿ es legítima y pro­
vechosa la discusión pura y simple? En. principio, sí.
b) La: lógica, medio de conquistar la verdad y el bien,.
En efecto, si se admite-la existencia objetiva de la verdad y
del eror, del
bien y del mal, y la idoneidad de la lógica para con­
ducir al hombre' ál conocimiento de la verdad y sacarlo de las
trampas del error, para llevarlo a amar el bien y apartarlo de
las garras del mal, es forzoso reconocer el provecho de esa mo­
dalidad de discusión. Porque por medio de ella una persona
puede hacer a
otra el mayor de los beneficios, que es el sacarla
del error y
del mal y de datle la posesión de la verdad y del
bien.
c) La influencia de lo,s factores em,ocionales.
Pero, podrá, decirse, ¿la discusión pura y simple no debe
ser siempre fría y apática, en el sentido etimológico del tér-
mino?·:
;· ·
No pensamos así. Todo hombre tiene un natural apego a.
sus·· convicciones, y por esto, por lo general sólo se desprende
de ellas a disgusto. Este apego es aún muy acentuado por el
hecho de . que ·ciertas convicciones dan origen, lógicamente, a.
todo un conjunto, de hábitos, a t_odo un modo de ser, a todo
un género de vida, y cambiarlos ácarrea
para el hombre la ne­
ce~idai;J fonn~ciones. Movido ,pcir el amor noble, ordenado y fuerte que
tien{Fá !la-verdad, y, al bien, o ,por el miserable, tormentoso y vio-
120
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TRASVASE IDEOLóGICO INADVERTIDO Y DIALOGO
lento amor que tiene al error y al mal, el hombre no se com­
porta a discutir como una mera y fría máquina de razonar.
Por lo mismo que es hombre, al discutir se entrega por entero
no sólo con todos los recursos de su inteligencia, sino también
con todo el vigor de su voluntad y el calor de su pasiones
buenas o malas.
Así entablada la discusión pura y simple, aunque conserve
siempre el primado del raciocinio, del cual le viene su principal
razón de ser
y lo mejor de su dignidad, no consiste en la mera
argumentación. Por un indiscutible derecho de
la virtud, así
como por una interferencia frecuente del pecado, es explicable
que se presente, muchas veces, con
una nota saliente de com­
batividad emocional.
De este modo, si bien es verdad que en ciertas circunstan­
cjas la discusión pura y simple se dignifica revistiéndose de una
noble y superior serenidad, hay otras ocasiones en que sólo pro­
duce fruto si está iluminada por el fuego del celo, de la ver­
dad y del bien.
d) Factores de persuasión colaterales a la argum,e»tación.
A veces, el espíritu humano comienza, con -toda naturalidad,
a percibir la veracidad de una tesis .encontrándola amable o
bella. Como entre la bondad, la belleza y la verdad hay una re­
versibilidad profunda,
el amor muchas veces facilita la percep­
ción
de la verdad. Y la fuerza de persuasión de la persona que
discute no está solamente en el raci6cinio, sino también en todo
su modo de ser y de hablar, que frecuentemente permite apre­
ciar
la belleza o la bondad de la causa que sustenta. Ahora bien,
en el alabar el bien o lo bello entra naturalmente un factor emo­
cional que fácilmente lleva la discusión pura y sitnple a crecer
<'n ardor, llegando a veces, hasta la polémica.
e) Legitimidad de la ira en /,a discusión pura y sim,Ple.
Pero podría objetarse que los argumentos arriba expues­
~os a:bren las puertas a la ira, que jamás deben penetrar en la
interlocución.
Vimos hace poco tiempo que las pasiones del hombre tienen
un lugar legítimo en
el embate de las ideas. Desde el punto de
121
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PLINIO CORREA DE OLIVBIRA
vista moral esto .se explica fácilmente, pues, en sí misma, ninguna
pasión es mala: todas son indiferentes y pueden influenciar le­
g'Ítimamente la discusión pura y simple siempre que no sean in­
temperantes.
La ira no es más que una de esas pasiones. Y,
dentro de los límites de la templanza, puede tnuy bien eomu­
nicar su marca específica al embate de las ideas. Agréguese a
esto, ademá_s-, que la ira santa contra el error y el 1Tlal, en vez
de turbar la perspicacia del espíritu, en muchos casos la aumen­
ta,
y con esto contribuye a la lucidez de la discusión pura y
simple (16).
ÍJ El contraste y la pugnacidad, n,ecesarios para demostrar la
verdad.
Mostrar cuán verdadera, buena y bella es una tesis, es tarea
muchas veces ardua. Hablamos hace
poco de los efectos del pe­
cado original, de los hábitos y de las pasiones en el espíritu
humano, así como de las crisis que ciertos cambios de opinión
pueden acarrearle al hombre. Entonces, en el vértice de tales
crisis, éste duda. La contradicción entre las ideas cuva veraci­
dad entrevé y la vida que lleva le parece insoportable. Se le
cruza en é1 caitiino la famosa alternativa formulada por Paul
Bourget (17) : ¿ confirmará sus ideas con sus actos, o sus actos
con
Sus ideas?
Claro está que en situaciones tan oscuras y dolorosas hay
que echar mano de todos los recursos de c¡1.rgumentación real­
mente convincentes. Y uno de ellos
es, sin duda, el contraste.
Santo Tomás enseña que uno de los motivos por los que
Dios permite el error y el mal
es para que, por el contraste,
resalte mejor
el esplendor de la verdad y el bien (18). De
(16) Véase, en ese sentido, lo que enseña Santo Tomás de Aquino
Sum.
Theol., 2-2, q, 158, a. l.
(17) "Il faut vivre comme on pense, sinon, tot ou tard, on finit par
penser comme. on a vecu" (Paul Bourget, "Le demon de midi", Librairie
Pion,
Paris, 1914, vol. TI, pág. 375).
(18)
"Las demás cosas, y sobre todo las inferiores, se ordenan al bien
del hombre como su p,ropio fin. Si nada de malo existiese en las cosas,
el bien del hombre estaría grandemente
disllr.nuido, tanto en lo que dice
res.pecto
al conocimiento, cuanto al deseo o amor del bien. Pues por· la
comparación- con el mal se conoce mejor_ el bien, y cuando sufrimos algunos
males deseamos el bien
más ardientemente : como los enfermos conocen
mejor que nadie cuán buena es la salud y también la desean con más
122
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TRASVASE JDEOLóGICO INADVERTIDO Y DIALOGO
ninguna manera es lícito en la discusión desdeñar la discrepan­
cia, precioso recurso del Divino Pedagogo que en los planes
de la Providencia compensa de algún modo los innumerables
inconvenientes de la existencia del error y del nml en este muít­
do. Ahora bien, ¿ cómo emplear útihneñte la discrepancia sino
denunciando abierta y categóricamente todo lo que el error tiene
de falso
y el mal de censurable? No basta, pues, alabar la ver­
dad
y el bien. Es lícito desarrollar en lo posible la pugnaci­
dad durante la discusión
pura y simple. Con lo cual resultan le­
gítimos los ataques tanto a las ideas falsas
como a las personas
que las sostienen.
-... sea en lo que se refiere a las ideas.
El ataque a las ideas falsas, en primer lugar: mostrando lo
que ellas tienen de erróneo, de contradictorio, de inmoral, se pro­
duce un impacto saludable en el ánimo de quien las profesa. 'I'odo
un conjunto de prejuicios y apegos desordenados puede resultar
quebrantado
con esto. Y, así, la luz de la verdad, el buen olor
de la virtud, puede penetrar en la pobre alma poco antes entera­
n1ente encarcelada en el error.
-... sea en lo que se refiere a las personas.
El ataque a las personas, en segundo lugar, Cuando ese ata­
que es hecho de n1anera que muestre en la persona atacada tan
sólo
el error y el pecado en que se encuentra, sin extenderse
inútilmente a otros puntos, se puede abrir sus ojos para mos­
trarle el estado en que se encuentra, invitándola eficazmente
a volver a la verdad y al bien. Si el ataque tiene lugar en pre­
sencia de terceros, no sólo es neutralizada· en éstos el efecto
del escándalo, sino
que también se consigue aumentar, por con­
traste, su amor a la verdad y al bien. Es obvio que tales ata­
ques sólo
se legitiman cuando son realmente necesarios, y se de­
ben hacer según las reglas de
la justicia y de la caridad, de
manera que, por más que sean claros
y vayan al fondo de las
ardor que las personas sanas. Por eso, la Providencia Divina no excluyó
totalmente
de las cosas el mal". Santo Tomás de Aquino. "Suma contra
gentiles", III,
71.
123
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PLINIO CORREA DE OLIVEIRA
cosas, no menoscaben, en la persona atacada, su dignidad de
hombre y, eventualmente, de cristiano.
Ataques de esta índole, hechos en el momento adecuado, y
con lenguaje digno, han producido
a: lo largo de la historia un
gran bien, aun cuando hayan sido dirigidos contra los pode­
rosos de
la tierra, habituados a ser tratados con especial res­
peto. Un gran biert, muchas veces, para las personas a quienes
se dirige, y siempre una notable edificación para el pueblo. Son
célebres, por ejemplo, los ataques del Profeta Nathan contra
David,
de San Ambrosio contra el Emperador Teodosio, de San
Gregario
VII contra Enrique IV, o de Pío VII contra Napo­
león.
j Cuántas y cuán oportunas gracias se han seguido de esto,
ya sea en
el sentido de apartar las alnias del error y del mal,
sea en
el de atraerlas a la verdad y al bien ! Cambian los tiem­
pos, pero
el orden profundo de las cosas no cambian. Ni aun de
los déspotas totalitarios de nuestro siglo, aunque ciertamente
más intratables que los potentados de otros tiempos, puede asegu­
rarse que sean tales que ataques de este género no les serán nunca
de ningún provecho.
g)
Artijicialiáad de la a/Jolición de la discusi6n ¡,wra y simple.
Como ya se dijo, la discusión pura y simple no es un mero
entrechocar de argumentos. Bajo algún aspecto es un entrechocar
de personalidades.
En eUa hay un contacto de alma a alma, en
el que por medio de la insistencia, de la repetición ( que N apo­
león consideraba la mejor figura de retórica), de la atracción
de un contendiente hacia el otro, o de la repulsa, una verdadera
influencia
se ejerce entre las partes. El juego de tales factores
contribuyen aún más para dar a esta modalidad de interlocución
una reál semejanza con un torneo y hasta con una lucha.
Todas estas consideraciones hacen ver que _ la discusión pura
y simple responde a necesidades naturales y profundas de la
convivencia humana. Y que proscribirla, para reducir las formas
de esta convivencia al
meto diálogo en sentido estricto (

o a la
discusión-diálogo),
sería artificio grave y peligroso.
Í24
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TRASVASE IDEOLóGICO INADVERTIDO Y DIALOGO
h) Artificúuidad, causa de confusión y de lucha.
Peligrosa decimos, porque
lo es toda artificialidad. En efecto,
las fuerzas de la naturaleza violentadas y expulsadas vuelven
con
redoblado vigor. Lo dice Horacio en forma lapidaria : "N aturam
expelles furca, tamen usque recurret" (Epist., I,
10, 24). No te­
miendo caer
en lo artificial, por un mal entendido amor a la con­
cordia,
se deja de lado un medio indispensable, en la conviven­
cia humana para la elucidación de la verdad. Con esto se des­
liza
hacia la confusi&i, la cual . es uno de los factores más
siniestros y profundos de perturbaciopes, querellas y lucl!as pro­
longadas, inextricables y cargadas de odio;
Corno se' s:ibe, nada
perjudica más la verdadera paz,
. que es la· tranquilidad del or­
den (
cf. San Agustín, De Civ. Dei, XIX, s. 13}, que el que
se desvanezcan entre los hombres la verdad y el bien, fundamentos
únicos
de ese mismo orden. Quien niega la licitud de la discu­
sión pura y simple, imaginando tal vez trabajar por
la concor­
dia, de hecho implanta el reino de la discordia.
i) ¿No arrwina la caridad la discwsián pura y simple?
Al leer estas consideraciones, más de un, lector, influido por
e] irenismo corriente en nuestros .días, sentirá subir desde el fon4
do de su ahna una apr.ehensión: ¿ no habrá imprudencia de. nues­
tra parte en el elogio que aquí hacemos de la discusión J?Ura y
simple? Aunque tengamos razón en el orden 'abstracto · de los
principios, es tal la facilidad ton que se puede· .abusar de esa mer
dalidad de interlocución, que sería mejor proscribirla .del todo.
"'Abusus non ·tollit usum", respondemos con el· yiejo adagia: ju.­
rídico. Si la discusión pura y simple .es lícita en sí misma, y tiene
una función específica en el o"rden natural de. las cosas, por esto
mismo ocupa un lugar en los. planes de la Providencia. "Tempus
tacendi, et tempus loquendi" (Eccle. 3, 7) : aplicando el principio
de la Escritura, podemos decir que hay ocasiones. en que es opor0
tuno no discutir, pero que ·hay otras en que se tiene el dereeho
y hasta la obligación indeclinable
de hacerlo. De eso nos dio
ejemplo
el .Divino Maestro (cf. Jn. 8 y ss.). Por esto/peor abu­
so que el di¡5eutir mal a-veces, es el no discutir_ absolutamente
nunca:
Presentar la discusión pura y simple, por prudencia, como
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PLJNIO CORREA DB OLJVBIRA
siempre ilícita, siempre peligrosa, siempre nociva a las ahnas,.
constituye un verdadero escamoteo doctrinal
Si quien debe discutir es católico, hay en este escamoteo, ade­
más, un síntoma de un acentuado naturalismo. Pues si discutir
es para él un derecho o hasta un deber, ¿ cómo admitir que le
sea
imposible, con la abundancia de las gracias que la Iglesia disc
pensa, hacerlo según los principios de la justicia y de la caridad?
¿ Para él no vale más el "omnia possum in eo qui me confortat'"
(Fillp. 4, 13)?
j) Consecuencia: la discusión pura y smiple no tiene carácter
necesariamente peyar(l)tivo.
No. Es ina.dmisible condenar en tesis la discusión pura y sim­
ple y atribuirla un carácter necesariamente peyorativo.
k) La polémica tampoco tiene necesariamente carácter peyo­
rotWO.
Todo cuanto dijimos en la discusión pura y simple vale tam­
bién para
la palémioo. Esta posee, en el grado. más alto, la pug­
nacidad inherente a aquélla, y por esto
--<:uando es mala-puede
tener en grado superlativo todo
cu.anto tienen de censurables las
exacei:-baciones. de la discusión pura y simple. l?or motivo aná­
logo, también la polémica, cuando es buena, tiene en grado excel­
so todas las cualidades inherentes a la discusión pura y simple
bien conducida (19). Fue
lo que tuvimos ocasión de sostener más
(19) Sea_ dicho de paso que la condenación de la discusión pura y
simple y de· la polémica conduce al rechazo de la ap<>logética. La mala
apologética
es como el sosias de la mala discusión y de la mala, polémicap
Aquélla es el· apriorismo, la unilateralidad, el desarreglo pasional en elo­
giar o defender algo. Como. éstas lo son en vituperar o atacar algurui.
cosa. Peio la. buena apologetica es hermana de la buena discusión y de la
büena polémica. ·.Por eso mismo, la defensa de la apologética se ha de
háeér, '"mutatis mutándis", exactamente en los mismos términos que la de
la discusión pu;a y sim1>1~ y la de la polémica. . . .
Por_ su parte, la mala hagiografía es la. trasposici6n de la mala apolo­
gética
al plano de la historiografía religiosa. Por eso, no es raro ver
·18.' palabra etn¡pleda en · un sentido pey"orativo; como si tóda hagiografía no
fuese sino una leyenda edificante sin valor .histórico, :Una ·especie de cuento
de hadas cristiano, ];;s. fáci.1 ver que la defensa de la. bue~ hagiografía
debe hacerse con argumentos análogos a los
de la defensa de· la buena
apologética,
de la buena discusión y de la buena polémica, de las cuales
ella es una noble hermana.
·126
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TRASVASE IDEOLÓGICO INADVERTIDO Y DIALOGO
extensamente en el libro titulado "Em defesa da Aciio Católica"
(Editorial Ave María, Sao Paulo, 1943),
el cual fue objeto en
1949 de una expresiva carta de alabanza, escrita en nombre del
inolvidable Papa Pío
XII por el Sustituto de la Secretaría de
Estado, Juan Bautista Montini, hoy Paulo VI.
A quien
le causara extrañeza lo que afirmamos de la buena
polémica, recordamos simplemente que, por evidente disposición
de la Providencia para el bien de las almas, el Espiritu Santo
suscitó en la Iglesia polemistas eminentes que gozan del honor
e.e los altares y cuyas obras constituyen altísima gloria de la Igle­
sia y de la cultura cristiana. Mencionemos, entre tantos otros, a
San Jerónimo, San Agustín, San Bernardo, San Francisco de
Sales.
!) La discusión pum y simiple, la polémica y la opini6n pú­
blica.
No podríamos dar por terminadas estas consideraciones sin
hacer
una observación sobre la verdadera dimensión de los pro­
blemas suscitados a propósito de la discusión pura y simple y
de la polémica. En general, se trata de esos problemas tomando en
consideración únicamente a los interlocutores_ que discuten o po­
lemizan. En la realidad, cuando por su tema la discusión pura y
simple
y la polémica interesan a muchas personas y se hacen con
publicidad adecuada, tienen un alcance social, pues provocan una
multitud de controversias similares entre los que toman cono­
cimiento de ellas. La amplitud del fenómeno puede llegar a la
formación de dos o más corrientes de opinión en el seno de la
sociedad. Del vocerío confuso de las disputas individuales van emer­
giendo
entonces, en un ·campo y en otro, voces más altas, más
ricas
de pensamiento y más cargadas de fuerza de expresión, que
a su vez traban entre sí controversias de mayor altura. En unas
y otras se compendia, se define, adquiere mayor densidad de pen­
samiento, toma vuelo y es llevado hasta sus últimas consecuencias
todo cuanto en los diversos campos se vá afirmando.
Así, las corrientes de opinión
se enfrentan y se expresan en
diversas gamas, y, trabadas por los grandes, las discusiones y las
polémicas a , su vez repercuten p.uevamente sobre los pequeñ.os,
los inspiran y .orientan.
En su. forma m_ás ilustre, e histórlcamente más importante,
la discusión pura y simple y la polémica surgen, se desarrollan y
127
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PLJN!O CORREA DE OLIVEIRA
se exhiben ante los ojos de multitudes sobre las cuales ejercen
una ación rectora del mayor alcance. En función de esas multi­
tudes alcanzan su plena
-dimensión.
Considerando todo esto, ya se ve que la estrategia·-apostólica
no puede ser concebida y ejecutada apenas con miras a las perso­
nas o a las corrientes de opinión restringidas con las cuales el
católico discute, sino en relación al público a veces inmenso que
acompaña, como espectador interesado, la discusión pura y simple
o la polémica. Ahora bien, si el uso de la discusión sumamente
amena (discusión-diálogo) ¡puede convenir frecuentemente para
atraer y persuadir a otl'o interlocutor, las legítimas exigencias del
alma del público impondrán, algunas veces, que se refute y fus­
tigue con vehemencia el error y el mal. Pues en determinadas
circunstancias habría riesgo
de que una inoportuna serenidad de
los defensores de la buena causa produjese en el público una ver­
dadera atonía
del sentido católico, o de la sensibilidad moral. En
esto hay un argumento más para probar que la discusión pura
y simple y la polémica son, en ciertos casos, indispensables.
En este sentido es instructiva la lucha dos veces milenaría de
la Iglesia contra los sistemas religiosos
y filosóficos que le son
opuestos. En esa lucha, el diálogo viene significando, con intensi­
dad mayor o m.enor, la discusión pura y simple y la pelémica, to­
mándose en consideración esas conveniencias no sólo en el nivel
de
los contactos individuales, sino también en el de los grupos,
de naciones o de todo el género humano.
m) La discusión pura y simple, liJJ polémica y el carácter mili­
tan.te de la Iglesia.
La ,proscripción sistemática de toda la discusión pura y sim­
ple y de toda palémica. y la reducción de todos los contactos
entre las _par.tes a meras discusiones;.d_iálogos ( esto es, discusiones
sumamente serenas y cordiales), .tendrían para la Iglesia conse­
cuencias de una importancia que nunca sería suficiente. acentuar.
Tales diálogos jamás bastarían a todas las necesidades tácti­
cas de
la Iglesia Militante. En efecto, algo auténticamente mili­
tant.e, en el sentido fuerte de la palabra, es inherente al "inimi­
citias
¡,onam" (Gen. 3, 15) y a la condición terrena de la Iglesia.
Ella jamás dejará de tener delante de sí
en~igos - en el pro­
pio y verdadero sentido de la. palabra-inspirados . por una hos­
tilidad que va, conforme
el caso, desde la simple antipatía hasta
128
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TRASVASE IDEOLÓGICO INADVERTIDO Y DIALOGO
el auge del odio. Esos enemigos jamás serán tan sólo ideas abS­
tractasJ meros factores sociales o económicos adversos: serán
también hombres de carne y hueso,
que constituirán hasta el fin
del mundo
la raza de la Serpiente (20). Y la Esposa de Cristo
jamás ]Xldrá dejar de combatirlos.
Esto no quiere decir que en cada persona o institución no ca­
tólica la Iglesia sólo deba ver un enemigo. Pero es utópico ima­
ginar que Ella encuentre en alguna época histórica, entre ]os que
son ajenos a su gremio, únicamente a hombres llenos de simpa­
tía, que la interroguen sonrientes sobre un punto u otro para el
cual no encontraron explicación, y que de sonrisa en sonrisa, sin
mayores complicaciones, acaben siempre
por conVertirse.
Además llevaría muy lejos el utopismo quien, en este siglo
de campos de concentración y de cortinas de hierro, de bambú o
de lo que sea, imagínase que es sólo gente tan desprevenida y ri­
sueña la que tiene la Iglesia frente a sí.
Además, esa simple discriminación
de los no católicos en dos
categorías, una de
los adversarios, otra de los que ]Xldríamos lla­
mar los ignorantes benévolos, carece de consistencia. En la rea­
lidad son pocos, entre los no católicos, los que llevan al extremo
el odio a la Iglesia así como también los que están exentos de toda
antipatía en relación a Ella.
La mayor parte pertenece simultá­
neamente, y
en proporciones varíables hasta el infinito, a las dos
rntegorías aludidas, de manera que la benevolencia, la antipatía
y la ignorancia se mezclan en ,cada cual de un modo peculiar, en
lo que se refiere a la Iglesia. Y esto lleva necesariamente a cada
c;atólico a usar, en proporciones también diversas hasta el infini-
(20) "Dios no, ha hecho ni formado nunca más que una sola enemistad,
mas ésta irreconciliable, que durará y aumentará incluso hasta el :fin, y
es entre María, su digna 1fadre, y el diablo: entre los hijos y servidores
de la
Salltísima Virgen y los ihijos y secuaces de Lucifer ... " ( ... ) ... "Dios
no sólo
ha creado una enemistad, sino enemistades, y no sólo entre María
y el demonio, sino entre la descendencia de la Santísima Virgen y la del
diablo; es decir, que Dios ha 'levantado enemistades, antipatías y odios
secretos entre los verdaderos hijos y servidores de su Madre y los hijos
y esclavos del
detnonio; por eso no se aman mutuamente ni tienen corres­
pondencia
interior unos con-otros. Los hijos de B-elial, los esclavos de
Satanás, los amigos
del mundo (pues estos distintos nombres significan
una misma cosa), han perseguido incesantemente hasta aquí y per%eguirán
todavía más que nunca a aquellos y aquellas que pertenezcan a la S<4ntísima
VJrgen, así como en otro tiempo Caín ,persiguió a su hermano Abel y Esaú a
su hermano Jacob,-que son
figuras de los réprobos y de los predestinados".
(San
Luis-María Grignon de Montfort, "Tratado de la verdadera devoción
a la Santísima
Virgen",-§§ 52 y 54, en Obras de San l..Mi~ Mm-fa G. Mon-t­
fort, B. A. C., Madrid, 1953.)
129
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PLINIO CORREA DE OLIVEIRA
to, el lenguaje propio de los diversos tipos de interlocución. El
ser ingenioso aquí no consiste en excluir alguno de ellos, sino en
utilizar a cada uno, combinándolo o no con los otros,
y en la
medida en que el caso concreto lo exigiera.
2.-La fermentación emocional irenista.
. Cumple situar en su contexto ideológico y en su cuadro psi­
cológico propio de la tendencia irenista (21) qne, a propósito de
los diversos sentidos
de las palabras "diálogo,, y "discusión", ve­
nimos analizando.
A.-Un orden de cosas evol.ucionado y pa;radisw,oo: la "era
tk la buena 110luntaá''.
¿ Qué utop·Ías, qué estados emocionales singulares son capaces
de llevar a alguien a admitir como deseable y posible un orden
de cosas, una era, que
se podría llamar de la buena voluntad, en
que
los hombres ya no discutirán ni polemizarán entre sí?
(21) Entendemos aquí la. pa,labra "irenismo", no en el sentido de amor
temperante a la verdadera paz, sino el amor desarreglado de una paz ob­
tenida a cualquier .precio, a costa de los ;principios, de los derechos ad­
quiridos, etc. En suma, de una paz inauténtica. De tal irenismo dice Pío XII
en la encíclica "Humani Generis" del 12 de agosto de 1950: "Existe tam­
bién
otro peligro, que es tanto más grave cuanto se oculta bajo capa de
virtud. Muchos hay-que, deplorando la discordia del género humano y la
confusión reinante en los espíritus, así como también llevados por un im­
prudente celo de
las almas, son impelidos vigorosamente por un ardiente
deseo
de romper las barreras que separan entre sí a las personas rectas
y honradas y
abrazan un irenismo tal, que poniendo de lado las cuestiones
que
dividen a los hombres, pretenden no solamente combatir en unión de
fuerzas contra el ateísmo
ava,sallador, sino también conciliar opiniones
contrarias, incluso
en el campo dogmático. ( ... ) Si tales personas no pre­
tendiesen sino adecuar mejor, con alguna renovación, la enseñanza eclesiá_s­
tica y sus métodos a las condiciones y necesidades actuales, casi no habría
razón para temer; con, todo, algunos, arrebatados por un imprudente ire­
nismo, párecen considerar como óbice al restablecimiento de la unidad fra­
terna justamente aquello que se fundarn.enta en las leyes y principios le­
gados
por Cristo y en. las instítuciones por El fundadas, o lo que constituye
la defensa y el sustentáculo de la integridad de la fe. Si esto se arruinase
se unirían
todas las cosas, sí, · pero solamente para la perdición" (Pise. e
Radiomess., vol. XII, pág. 498). De este irenismo también habla en términos
expresivos
Paulo VI en el pasaje de la exhortación a los párrocos y predi­
cadores cuaresmales
de Roma, reproducido en 1 .. nota. IS de este capítulo.
130
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TRASVASE IDEOLÓGICO INADVERTIDO Y DIALOGO
Tal orden de cosas supondría que el género humano, su.pe­
rados por una extensa evolución los efectos del pecado original,
y constando por esto mismo tan solamente de hombres de buena
voluntad, pudiese inaugurar un estilo de convivencia en que los
desacuerdos, si los hubiese, fuesen eliminados por la acción elu­
cidadora de contactos sin pugnacidad.
B.-La era de /,a buena voÚJ.lúcul, el utopismo anarquista
inherente al comunismo y /,a república um.versal.
Supuesta tal "evolución" de la humanidad, del estado actual
-para esa era de buena voluntad, sus efectos no se ceñirían sola­
mente a la esfera de la convivencia privada, sino que pasarían
lógicamente a la esfera jurídica y hasta política. Hombres que no
yerran, ni intelectual ni moralmente, o en los cuales el error es
tan ligero que una elucidación cordial los pone inmediatamente
en el justo camino, tienen necesariamente una vida política sin
enfrent.amientos ni fricciones. Entre ellos las revoluciones son im­
posibles y también los crímenes.
Una nueva perspectiva en las
relaciones jurídicas se abre a
partir de esas divagaciones. Y, de
consecuencia en consecuencia, en la última línea del horizonte apa­
rece, en rigor de lógica, tal debilitamiento-de las funciones de la
ley y de la justicia, que el ¡,oder público queda reducido a un
ámbito meramente administrativo y transformado más o menos en
una cooperativa. Es el orden de cosas anárquico y cooperativista
soñado por el comunismo como ideal posterior a la dictadura del
proletariado.
Por una análoga concatenación de consecuencias, -que se siguen
ineluctablemente unas
a otras, la evolución humana habría de pro­
yectar sus efectos en
una esfera de convivencia aún más alta, o
sea
la de la convivencia de las naciones entre si. Las rivalidades
de intereses y las tensiones de carácter ideológico desaparecerían
de la vida internacional. La misma ONU moriría por innecesa­
ria.
Una supercooperativa conjugaría en el plano mundial los es­
fuerzos de los pueblos, como lo harían en el plano nacional coope­
rativas menores. Sería una manera anárquica de república uni­
versal.
Y así en todas las formas de relaciones entre individuos y
entre pueblos reinaría la concordia, absolutamente inalterable, so­
bre la tierra regenerada y habitada tan solamente por hombres de
buena voluntad.
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PLJNIO CORREA DE OLIVEIRA
No simplifiquemos las cosas excesivamente. El diálogo, en la
era de la buena voluntad, y sobre todo en su comienzo, cuando
aún algo restase de la era anterior, a veces no sería fácil ni cor­
to. Exigiría, no raramente, de una
y de otra parte, una gran pa­
ciencia. Mas la certeza del resultado final pasitivo daría ánimo a
los hombres para desenmarañar paulatinamente y pacíficamente
todos los equívocos y confusiones, y para soportar las aborrecidas
prolongaciones inherentes a esa tarea.
C.-El irenisma religioso en fu era de la buena voluntad.
El irenismo sería una de las consecuencias más importantes.
de
la instauración de la era de la buena voluntad. La discusión en
sus diversas especies ----a fortiori las expediciones guerreras y
religiosas como las cruzadas--deberían ser proscriptas en ella
como intrínsecamente
malas y bajo el más pesado oprobio, dejan­
do lugar exclusivamente a las demás modalidades de interlocución,
que serían la· única forma lícita de contacto entre las diferentes
religiones.
D.-Irenismo, ecumenismo y modernismo.
Es imposible que no aflore a los labios, a esta altura del es­
tudio de irenismo, la palabra
"ecumenismo", tan frecuentemente
empleada cuando
se habla de diálogo.
Conviene distinguir, desde luego, dos formas
de ecumenismo.
Una procura -con el fin de encaminar las almas al único redil
del único
Pastor-reducir cuanto fuera posible las discusiones
puras y simples y las polémicas, en favor de
la discusión-diálogo
y de las otras fbrmas de interlocución. Tal ecumenismo tiene am­
plia
base en. numerosos documentos pontificios, especialmente de
Juan
XXIII y Paulo VI. Pero otra modalidad de ecumenismo va
más allá
y p1"0cura extirpar de las relaciones de la Religión Ca­
tólica con las otras religiones todo
y cualquier carácter inilitante
(cf. nota 21, de este capítulo).
Ese ecumenismo extremo tiene un fondo evidente de relati­
vismo o sincretismo religioso, cuya condenación
se encuentra en
dos
documento de. San Pío X, la .Encíclica "Pascendi", contra el
modernismo,
y la Carta Apostólica "Notre Charge Apostolique",
contra el "Sillon".
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TRASVASE IDEOLóGICO INADVERTIDO Y DIALOGO
E.-Otras f= de irenismo üleológico.
Lo que aquí decimos del irenismo religioso fácilmente. se tras­
pone, mutatis
mutandis, al irenismo en cuanto se aplica a los asun­
tos filosóficos o ideológicos de cualquier otra naturaleza.
F.-lrenismo,. rela.tivismo y hegeüanisrrio.
Como se ve, el irenismo, en sus múltiples formas, conduce ló­
gicamente al relaJivismo.·
De hecho, la apetencia exacerbada de concordia unánime,
omnímoda, universal
y definitiva entre los hombres, lleva al de­
seo de subestimar el alcance
de los puntos de divergencia entre
ellos.
De esa subestimación se llega fácilmente, como adelante
veremos de modo más deteriido, a una posición relativista, q~e,
para suprimir las divergencias, acaba por considerar relativo el
valor de todas las opiniones, y por negar que cualquiera de ellas
sea objetivamente verdadera u objetivamente falsa.
Ese relativismo total
es más negativo que afirmativo. Niega
todos los otros sistemas, aunque .sin em·bargo no ofrece una con­
cepción positiva del hombre, de la vida y del universo. El impul­
so irenístico no se :¡x>dría contentar con esto. Tendiendo por su
natural dinamismo, hacia su propio extremo toma carácter
he·ge­
liano. O sea concibe la marcha del pensamiento, y aun la de la
Historia, como movida por la eterna fricción de doctrinas o de
fuerzas
al mismo tiempo relativamente verdaderas y relativa­
mente
falsas. De esa fricción de la-tesis con -la antítesis nacería
por vía de superación una nueva
"verdad" relativa, la cual a su
vez entraría en fricción con
otra, dando origen a una nueva sín­
tesis, y así indefinidamente. Este es el térmíno final del largo iti­
nerario que, iniciado en el simple irenismo, llevando esó · mismo
irenismo de refinamiento en refinamiento, llega al relativismo
y
por fin al hegelianismo.
G.-Col,,boració11-con la élite de los hermanos separados.
en·
la lucha contra el relativismo irenista.
Cabe, a esta altura, hacer una observación. El ecumenismo ex­
tremo, produce no sólo entre los católicos, sino también entre los
hermanos separados, sean ellos
cismáticos, herejes u otros cuales-
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PLINIO CORREA DE OLIVEIRA
quiera, una confusión trágica, por cierto una de las más trágicas
de nuestro siglo tan lleno de confusiones.
No hay en efecto mayor peligro, en el terreno religioso, que
el
relativismo. El amenaza a todas las religiones, y contra él de­
ben luchar tanto
el genuino católico, cuanto cualquier hermano se­
parado que profese seriamente su propia religión, y tal lucha
-vista desde este ángulo-sólo puede ser llevada a cabo pcr un
esfuerzo de cada uno para mantener
el sentido natural y pro­
pio de su creencia, contra las interpretaciones relativistas que la
deforman y socavan. El aliado del verdadero católico en esa lu­
cha, Será, por ejemplo1 el judío o el musulmán que no tenga la
menor duda, no sólo sobre lo que nos une, sino tampoco sobre lo
que nos separa. Es a partir de esta toma de actitud que el re­
lativismo puede ser expulsado de todos los campos en que pro­
cura entrar.
Es sólo a partir de ella que. la interlocución, en
sus varias modalidades, inclusive la discusión pura y simple y
la polémica, puede contribuir a llevar los espíritus a la unidad.
Las cuentas claras hacen buenas amistadas dice un proverbio.
Sólo la claridad en el pensar y en el expresar lo que se piensa,
conduce verdaderamente a la unidad.
El ecumenismo exacerbado, tendiendo a que cada cual procure
ocultar o subestimar los verdaderos puntos de discrepancia en
relación a
los otros, induce a un régimen de "maquillaje", que
solo, puede favorecer al relativismo, esto ·es, al poderoso enemi­
go común de todas las religiones.
H.-lrenismo, diáwgo y utopismo evolucionista.
La disolución del Estado, en su forma actual, Y.,de la ONU,
la substitución de ambos por un régimen anarco-cooperativista
universal, en cuyo ápice· se encontraría una Súpercooperativa
mundial, la consecuente imposibilidad de las guerras (y, pcr
tanto, la inutilidad de las fuerzas armadas}, el' eéumetiismo · exa­
cerbado, el relativismo religioso y el irenismo son, pues, corola­
rios de un mismo principio comtl.n: . el de .la evoluci{>n de la
naturaleza humana, proi't,ovida hacia ef estádo de lá buena volun­
tad, en que muere la
diséuslón · en todas· sus formaS y los hom­
bres sólo practican entre sí el diálqgo.
Presentada así en su conteX.to ldeoló'gico, la telldellcía irenista
que· procura im!X)n~rse ~ través del diál[!g9 ~a~sm~ni.cO,_ par~ce
superfluo señalar las doctrinas en que se apoya esa tendencia, por
134
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TRASVASE IDEOLÓGICO INADVERTIDO Y DIALOGO
,er ellas tan conocidas. Trátase del uto¡,ism,o, del cnal se notan
rasgos en tantas culturas a lo largo de la Historia, y que irrum­
pió en el Occidente, con particnlar vigor, después de la Edad
Media .. Desde Moro y Campanella hasta los socialistas ntópicos
innumerables veces descrito
(22). ·
l.-lmportancm de /,os aspectos emocionales del utopismo
ireinista.
Ciertamente importa mucho en el pr:esente. estudio analizar
el estado emocional correspondiente a esa utopía, pues --como
veremos-el comunismo,. para derrotar al mui:ido occidental, ex­
-plata en el irenismo, más que las propias ideas en que .éste .se
basa, el estado emocional de que él vive.
El hombre creado para el paraíso terrenal y para un estado
de integridad que perdió en razón del pecado, siente en lo más
profundo de sí mismo una viva ape:tencia :()ara esas condiciones,
<1e las cuales, según el plan divino, jamás se deberla haber apar­
tado.
Esa apetencia es muy explicable, pues cada ser, en virtud
del amor legítimo que se tiene a sí mismo,
amá. su prüpio bien.
Debe agregarse que el término final de todas
las aspiracio­
nes del hombre, invitado
:por Dios a . un destino. superior, ni
siquiera está .en la integridad de su naturaleza, ni en el paraíso
terrenal, sino en la felicidad perfecta y perenne del
par,i.íso ce,
leste. ·
La tendencia que genéricamente podríamos llamar, con algu­
na impropiedad, paradisíaca, pa.lpita, pues, como un~ fuerzá an­
siosa e irrefrenable en el fondo de cada hombre.
Esa fuerza se
hace sentir en todo momentQ, si bien, en grado y formas . diver­
sas, .
y . se mezcla, or~ conscient~, o.ra incon~cienten_1ente, en todo
cuanto a,quél apetece., piensa o qUiere.
(22) ¿ Pbdría la palabra-talismán "diálogo" .. -en un futuro rµ.ás ,;e­
moto-Jlevar a los que la usan a una posición religio.sa _gn.óstico-p).at6nica
en la cual los inte"rlocutores, por el uso de ta: palabra, prOClll"arían despertar
recíprocamente
las' ren:titiisoenciaS del-pasado·. anterior a la.· 'Ca.í~ C.· ·N'o ha.y
duda que, en la palabra "diálogo"~-hay-·.elementos .~titt~bles pa~~, es.e pa_so
de Hegel a Platón. · "Habent sua {ata, libelli" dice el w-ov~bio. "Habent
sua fata verba", diríamos de ·ta ·.palabra en' gélleraf. ;Es~ti:tente' de la
.palabra-talismán. "Qui vivra' verrA"·. 'Es difícil ir· aquí más aUá -de con-
jetur:is. · · ·
1~5

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Orientada por la fe, elevada por la gracia, desarrollada según
las normas de
la moral católica, esa apetencia de lo paradisíaco
constituye una fuerza indispensable y fundamental para la dig­
nificadón del hombre en todos sus aspectos. Ella lo invita a
elevar Y-perfeccionar· su alma y a mejorar, cuanto sea posible,.
las condiciones de su existencia terrena, y sobre todo, lo invita
a aspfrar al Cielo y a pensar en él con frecuencia. Entre tanto,
no por
eso deja el católico de comprender que, como tan bien
enseña la parábola de
fa cizaña y el trigo (Mat. 13,24-30), el
error, el mal, y en consecuencia, el dolor, aunque puedan ser lo­
calizados, no son extirpables de este mundo. Esta vida tiene un
fundamental sentido de prueba, de lucha y de expiación, que
ei fiel sabe que es conforme a altísimos designios de la sabi­
duría, justicia y bondad de Dios.
El fin último del hombre, su
felicidad gloriosa, completa y perenne sólo está en
el Cielo.
J .-La revuelta como elemento emocion irénico.
Porque piensa así, el católico verdadero es lo contrario deI
utopista. Este, ajeno a la luz de la fe, considera el error, el mal
y
el' dolor como contingencias absurdas de la existencia huma­
na, que
lo indignan. El piensa que es natural al hombre rebelarse
contffi_ esta tríada de adversarios. Y, como el utopista no toma
en "consideración la existencia de otra vida, es llevado a juzgar
evidente, forzoso, indiscutible, que se puede acabar por eliminar
el dolor, el mal y ·el error. Pues de lo contrario debería admitir
· que el propio orden del ser es absurdo.
En esto · está esencialmente el fundamento de su utopía. Es
explicable que. para el utopista la vida no pueda tener normal­
mente un sentido legítimo de
Jucha, de prueba y de expiación,
sino solamente de una paz blanda y regalada. El
es así, y por
definición pacifista a ultranza, ultraecurnénico, uitrairénico. Y nin­
guno de sus sueños . tendtía' coherencia· interna:, ninguno sería
ca.paz_ de '5atisti,cerló'énterafuepte, ·g¡ no··incluyeSe 13. suprésión_-de
todag. las luchas y de todas las controversias. · Es claro que el
paraíso . terrenal de liase científica y técnica soñada por el uto­
pista;'. crr.nposta,, la satisfacción de las pasione~. humanas, no. sólo
en. lo ,,q1,1e. ellas tienen de temperado y legitimo, sino también
en lo que tienen de más tempestuoso, desarreglado e ilegítimo.
136
Fundaci\363n Speiro

TRASVASE IDEOLÓGICO INADVERTIDO Y DIALOGO
Pues la mortificación de las pasiones es incompatible con ese ''pa­
radisisrno' '.
Entre las pasiones desordenadas, el orgullo y la sensualidad
ocupan un lugar prominente, Ellas marcan
al autopista con dos
notas principales: el deseo de ser supremo en su esfera, no
aceptando siquiera un Dios trascendente, y la tendencia a una
plena libertad en la satisfacción de todos los instintos y
apeten,­
cias desordenados.
El utopista, por cuanto cree sólo en esta vida, juzga inheren­
te a la naturaleza de las cosas la posibilidad de obtener de este
mundo toda la satisfacción que su ser apetece. Espera conseguir
efectivamente tal satisfacción por medio de sus esfuerzos. Es el
mrundano por excelencia, pues pone en este mundo todas sus
esperanzas (23).
1(.-El utopismo irenístico, rasgo coinún OJl mundano burgués
y al mundano proletario.
En esto, precisamente, los mundanos, sean burgueses o _p1'o­
Ietarios, tienen un denominador común.
El burgtiés mundano espera conseguir para sí mismo, por
su fortuna, por su posición social, ·por su influencia política, la
plena independencia, la estabilidad y el· placer, en último análisis,
el paraíso terrenal que su utopismo le promete.
El proletario mundano espera cOnseguir lo mismo, tomán­
dose burgués o creando para todos los hombres -entre los cua­
les, bien. en el centro, estará él miSmo-un micro-paraíso realiza­
do en condiciones menos brillantes, pero asimismo . bastante apete­
cibles de una sociedad igualitaria. En esta sociedad, el prole­
tariado sería dueño de todo,
y los vestigios de lo que fue el poder
sistencia cartilaginosa de una mera cooperativa.
En el paraíso
igualitario
y cooperativista; el proletario sería independiente, dota­
do de condiciones de vida estables y alegres, y eso, de algún
modo todavía mayor de
lo que lo es ahora un burgués.
(23) Se ve bien que.~ palabra "mundano" no está· aplicada aquí en
el sentido corriente, de persona excesivamente afecta a la vida .de so­
ciedad elegante, refinada y tantas veces. frívola.
La frjvolidad es siempre
nn mal. La elegancia y él refinamiento en sí son laudablés, y si el frívolo es
uno
de los tipos de mundano en nuestro sentido de la palabra, el elegante
y el refinado pueden no serlo.
137
Fundaci\363n Speiro

PLINIO CORREA DE OLIVEIRA
L-El binomio miedo-simpatía opera en el mundano burgués,
Bien sabemos cómo el utopismo_ del proletario mundano, una
vez embriagado por el comunism_o, lo lleva a ver con odio el
paraíso del burgués, del cual él está eo Por su lado, ¿ cómo ve el burgués mundano la perspectiva de
un paraíso obrero? Habituado a sus bienes, no quiere despren­
derse de ellos. Sin embargo, _ extenuado por la lucha de clases,
c;On m~edo de las perspectivas de gu_erras, revoluciones, saqueos y
mortandades, hay momentos en que le sonríe como mal menor
la posibilidad de integrarse pacíficamente en el paraíso proletario,
salvando quizás .algunas pequeñas ventajas. Y después, piensa,
¿ quién sabe si ese paraíso consigue, a diferencia de la sociedad bur­
guesa, eliminar el error, el mal y el dolor? Tal vez compensaría
renunciar a las ventajas de que ahora disfruto, r'eflexiona el bur­
gués mundano, para entrar en un mundo donde nadie estuviese
sujeto a
ese triple juego. Nadie ... ni él núsmo que, en los inter­
valos entre sus negocios
y sus placeres, se siente tan vulnerable a
la enfermedad y los riesgos de todo orden.
Y entonces,
con todo el ímpetu de su apetencia de un paraíso
en
la tierra, el burgués mundano comienza a:. descubrir en sí una
fibra
socíalista. y

a entrever posibilidades de pacto
con el comu­
nismo. Surge en
él un sentimiento pacifista en relación a ese terri­
ble adversario.
El diálogo irénico le sonríe ... A la par del miedo,
comienza a actuar en él la simrpatía.
M.-El binomio miedo-simpatía prepara al, mnndo bwgués
para el trasvase ideológko inudvertido.
Al comunísmo, al cual le importa sobremanera minar pcr den­
tro
la sociedad burguesa~ le sería imposible transformar en con".'"
vencidos discípulos de Marx a la inmensa mayoría de los bur­
gueses mundanos. La tesis y los argumentos de este. profeta de
las tinieblas
sOn áridos, confusos, ásperos,. y el burgués munda­
no no gusta detenerse ni profundizar en nada. Además, la ideo­
logía marxista choca frontalmente
con todos sus hábitos menta­
les e intereses personales. Y a él no le
agradan ni choques, ni
sacrificios.
Pero los dirigentes comnnistas mnndiales están lejos de ig­
norar_ el estado emocional en que actualmente se encuentran tan­
tos y tantos burgueses mundanos.
138
Fundaci\363n Speiro

TRASVASE IDEOLóGICO INADVERTIDO Y DIALOGO
Ese .est.ado es explotable en grado eminente en favor del
comunismo por
el binom.io miedo-sinn,patia. Con esto el burgués
mundano queda preparado
para el cambio ideológico, que lo lle­
vará --como veremos a. través de la ·parada "diálogo", repe:­
tida bajo miles de formas-a tOrnarse comunista sin, percibirlo,
o, por lo menos,. a adoptar frente al comunismo posiciones en­
treguistas que abrirán a éste las puertas de la ciudadela.
3.-"pi_-álogo": sentidos taüsmánicos.
A.-Puntos de impresionabilido,J, 'y de apatía, en el espmtu
mundmw: cuadro pskowgico en que ootuaní la palabra-
talismán. .
Caracterizado el mundanisrno irenísticO como lo hicimos más
arriba, es fácil ver los puntos 'de tm,PreriotuJbilidad y de apatía
que existen en un ireillsta, aunque sea apenas en germen, y que
tan útil lo hacen para el trasvase ideológico inadvertido:
1.0 punto de impresionabilidad: las contiendas, las refriegas,
las guerras son en .sí un gran mal, que e:; preciso .eliminar, ·a toda
costa con miras a inaugurar 'la era de la buena voluntad y de
la paz;
2.0 punto de imi,presionabilidad: para esto, .es menester a todo
precio hacer cesar las controversias, sustituyéndolas
poi-el diálo­
go irenista ;
l:' punto de apatía: esa paz a toda costa, ¿ es posible de ob­
tener?
Para implantarla, ¿ ria -serán necesarios medios drásticos
que representen
un mal aún mayor?
2.0 punto de apatía: la abolición de las· controyersias, ¿ no
crea
.el caos ideológico y moral?, ¿ no _representa .. la victoria del
relativismo?,
¿ no multiplica, entonces, los factores de discordia
y de
guerra?, ¿ no desorganiza la opinión pública?, ¿ no tiende a
desfigurar
el carácter mili.tante de la Santa Iglesia}; etc.
A las preguntas que constituyen los puntos de apatía,
el es­
píritu picado
por la mosca del irenism·O tiende a ni Siquiera· res­
ponder. Simplista, apresurado e irritable como lo es todo espíritu
utópico,
el irenista no es capaz, por a.sí decir, de des.viar-su aten­
ción
de los puntos de impresionabilidad, y se· irrita con quien
le quiere obligar a detenerla
en los puntos de apatía.
Con esto,
se vt,telve propenso a aceptar las .Secuelas del ire­
niSmo, aun aquellas que más repudia,rja -el modernismo, el co-
139
Fundaci\363n Speiro

PLINIO CORREA DE OLIVEIRA
munismo-antes de formarse en su espíritu aquellos puntos de
impresionabilidad.
Para no atenernos sino a las controversias y al diálogo iré­
nico, la solución verdadera del problema que preocupa a nuestro
irenista, consistiría en reconocer la imposibilidad de una con­
cordia ideológica absoluta y eterna entre los hombres, y la ne­
cesidad
de asentar la buena convivencia sobre bases realizables.
Para eso, entre otras cosas, cuidaría de evitar uno y otro ex­
ceso, esto es, tanto la omisión de la discusión-diálogo en los ca­
sos indicados, como la omisión de !a discusión pura y simple o
de la polémica cuando fueran oportunas, y se empeñaría en re­
primir esas modalidades de discusión cuando por cualquier título
fuesen censurables. Pero, bajo la acción de los puntos de impre­
sionabilidad, y sin reacción en los puntos de apatía,
el irenis­
ta ya ávido desde el comienzo, está pronto para entregarse a
toda suerte
de pensamientos, sensaciones y acciones unilaterales,
adhiriendo solamente a las soluciones que le halagan los puntos
de impresionabilidad. La palabra-talismán comienza así a produ­
cir sus efectos sobre él.
B.-Muhiplicidad de efectos de la paúihra-talismán.
La· palabra-talismán, "'diálogo" es tan rica en efectos, que,
para estudiarlos adecuadamente, debemos clasificarlos en dos
grupos:
-los efectos directos, producidos por ella sobre la mentali­
dad de las personas a quienes fascina ;
-un proceso por el cual la mentalidad así transformada, y
la palabra-talismán "diálogo", radicalizándose mutuamente y sir­
viéndose del diálogo como instrumento,
conducen a los "dial(?­
gantes" al relativismo hegeliano.
C.-E fectO:. direotos de la palabra-talismán.
Consideremos antes, el primer grupo de efectos. Son cinco.
a) Prim,er efecto. El diálogo lo resuehte todo.
Sobre el ireuista preparado como mostrarnos arriba (item A),
comienza a actuar la
palabr¡i-talismán. Le hablaron de diálogo.
Según él -observa, ese término es empleado en un sentido nuevo
140
Fundaci\363n Speiro

~'RASVASE IDEOLÓGICO INADVERTIDO Y DIALOGO
y muy especial, sólo indirectamente relacionado con el significado
corriente. La palabra. "diálogo" reluce así ante sus ojos con un
contenido que tiene algo de moderno y elegante. Personas des­
tacadas la utilizan como si fuese una fórmula nueva para mu­
dar convicciones, simple, irresistible. No dialogar es proceder de
manera retrógrada en
el campo ideológico, en plena era atómica.
Dialogar
es estar al día, es destacarse como eficiente y moderno.
El irenista entonces
se pone a pensar : el diálogo resuelve todos
los problemas. Nada de discusiones, ni de -polémicas; es preciso
únicamente dialogar con los que piensan de otra manera, aunque
~ean comunistas. El diálogo, por la afabilidad que lo. caracteriza,
tiene la virtud de desarmar todas las prevenciones. A quien
lo
usa le asegura la gloria de persuadir a todos los opositores.
b) S egw,,do efecto. U na constelarión; de imipresiones y emocio­
nes unilaterales.
Fundado tanto en el temor unilateral y obsesivo de disgu&­
tar a los opositores por la discusión y por la polémica; como en
la certeza de que por el diálogo no hay quien no se oonvenza,
nuestro paciente llega a formar
parí passu toda una con~telación1 de
im1presiones y emociones unilaterales,, de: las cuales no menciona­
remos sino algunas. Son las que se refieren al católico que dis..
cute o polemiza. Según el irenista, tal católico emplea métodos
,ele apostolado anacrónicos y contraproducentes. Actúa así por
ser irascible, bilioso, vengativo, por no. tener caricia~ para con los
que yacen en el error. Los trata con una severidad injusta y no­
civa, y
en último análisis es el verdadero culpable. de que ellos
permanezcan fuera del redil.
Odio a los católicos más ardorosos.
Esta impresión unilateral crea una emoe1on, una anti_patía
contra el apologista o el polernisma católico, la. cual . puede lle­
gar hasta el odio. Tal antipatía, por proceder · del presnpnesto
de qne toda controversia ideológica es mala, envuelve ipso facto
e indistintamente a todos los que discuten o polemizan, sea que
lo hagan debida o fodebidamente. .
Por absurdo que sea, el apologista o .. polemista co.mienza a
ser visto con odio por su hermano en la . Fe. Cada. vez más le
141
Fundaci\363n Speiro

PLIN!O CORREA DE OLIVEIRA
va pareciendo a éste un católico sectario y no caritativo, y su
"error" ei único para-el cual no hay perdón. Es el tremendo
"error" ·de ser "ultracatólico". Contra la ·persona acusada de tal
error todas las armas ·parecen lícitas, la campaña del silencio, et
ostracismo, la difamación, los insultos. Y para probar las acusa­
ciones que se le hacen, todo vale: los indicios más tenues y más
vagos y hasta las simples apariencias sirven de prueba. Para
él, verdadero paria de la sociedad que está en camino hacia
la utopía, y
para nadíe más, está definitivamente vedado parti­
cipar ,del diálogo.
Se diezma así en escala siempre rhayor, en
la Iglesia Mi­
litante, a los
-más ardorosos de entre sus hijos, o sea a los más.
abnegados, los más coherentes, los más perspicaces, los más va­
lientes.
No
es nece_sario ponderar cuánto se benefician con esto los.
adversarios de Ella.
-Admiracwn y confianza mcondicionales para los que estáM
fuera de la Iglesia.
Esta dieimación coincide Con una admiración y una confían-·
za creciente para con los que· están fuera de·Ia Iglesia. No es raro
que esos sentimient9s se transformen en un "complejo" capaz de
Uegar a un inCondicionalismo categórico. Lo que, por otra parte,.
es 'lógico. Pues si -todos nuestros hermanos separados se pueden
convertir mediante sonrisas,
es porque, en último análisis, sólo
2lgunos equívocos y algunos resentimientps los mantienen apar­
tados de nosotros. Su buena voluntad es plena y sin mácula.
Cuando se practica rectamente el diálogo con los que están
fuera de la Iglesia cumple tener in m,mte ya sea lo que nos se­
para de ellos, o lo que nos une. Y, con la destreza de la caridad,
es preciso saber sacar partido de
'lo -que nos une, para crear, en
la medida de lo. posible, un ambiente de cordialidad al tratar,
de manera objetiva y con tacto, de lo que nos separa.
PerO en · él clima irénico la preocupación del "dialogante" ca­
tólico es otra. El sólo ve lo que lo une 1 los de afuera, y nada
de
lo qtie lb separa de ellos. Así, espera todo de la coexistencia
y de las concesiones, y nada de la lucha. Su táctica es pues in­
genua, blanda y entreguista en relación a los que están fuera
del :tedil. Su intransigencia, su energía y su desconfianza son
sólo para los que, dentro de la -Iglesia, resisten al clima irénicdp
142
Fundaci\363n Speiro

TRASVASE IDEOLÓGICO INADVERTIDO Y DIALOGO
c) Tercer efecto. Simp1JJtía y nofor;edad deritvaáas de la reso­
nancia pub&ita;ria de la palabra "diálaga".
Si como consecuencia de esta constelación de impresiones y­
emociones, ·el ap6stol que discute o polemiza es odiado y vilipen­
diado, al mismo tiempo el modo con que el público ve habitual­
mente al apóstol del diálogo
irénico es diametralmente opuesto.
Como hoy, tal vez más que nunca el púbico desea todo cuanto
pueda fomentar su optimis1no y sus ansias de tranquilidad
y bienestar, está predispuesto a admirar enfáticamente al após­
tol irenista.
El hombre medio juzga ver en él una inteligencia dúctil y
lúcida, que le permite discernir a fondo
lo malo de la discusión
y de la polémica, y las inagotables posibilidades apostólicas del
diálogo. Benévolo y afable, el "dialogante" irénico da la impre­
sión de estar dotado de una simpatía. irresistible y casi mágica.
Moderno, se presenta como perfecto y ágil conocedor de las tác­
ticas de apostolado más rec_ientes, y por lo tanto diestro en el
manejo del diálogo, En una palabra, nada le falta para parecer
perfectamente simpático.
Alegre, jovial, prenuncia un porvenir
rosado, preparado por una sucesión de éxitos fáciles y embriaga­
dores.
La simpatía y el optimismo abren para ,w,estro ''dialogante"
las puertas de la wotoriedad. Se tiene placer en hablar de él, en
repetir sus palabras, en elogiar sus acciones. Parece tener el don
de resolver con una sonrisa las cuestiones más intrincadas, de
disipar como si fuese
un sol, con simples coloquios, los prejuicios
y los rencores más inveterados. Por eso, queda naturalmente si­
tuado en el centro de los acontecimientos, en el punto de
-con­
vergencia de todas .las atenciones. La prensa, la radia, la televi­
sión lo ponen en evidencia de buen grado, seguros de agradar
así al público.
d) Cuarto efecto. Se despierta el espejmn'O de la era de la
buena voluntad.
Todo esto va abriendo así, en el espíritu de la persona sujeta
al proceso que estudiamos, horizontes indefinidos. En el límite
extremo de ellos se levanta un espejismo al que ya aludimos en
este capítulo
{ítem 2

A a
C). Espejismo en general muy, impre,
ciso, es cierto, pero cuán radiante y atrayente: la era de _la,, bue-
143
Fundaci\363n Speiro

PLJNIO CORREA DE OLIVEIRA
na vohmtad, esto es, de un orden de cosas "evolucionado" en
-que la simpatía, Y. la plenitud de ésta que es el amor, no sólo
serían capaces de
· desar_mar todas las contiendas, sino hasta de
prevenirlas, por la eliminación de sus causas psicológicas, y tam­
bién de sus causas institucionales.
j Oh, cuánto ganarían la con­
c.ordia y la paz con la supresión de aquello por lo que los hom­
bres vienen luchando desde hace milenios: patrias, intereses na­
cionales, bienes de fortuna, prestigio de clase, atributos
de man­
do! ¿ Oh, si el amor acabase por eliminar las palabras "mío" y
"''tuyo" para sustituírlas, a manera de superación, por la palabra
"''nuestro", por fin reinaría la paz entre los hombres, desapare­
cerían las guerras, los crímenes, las penas y las cárceles! El po­
tuaciones espontáneas y armónicas en pro de la _prosperidad, de
la cultura y de la salud. El completo bienestar terreno de las
sociedades seria
la meta única de todos los esfuerzos de los hom­
bres en la era de la buena voluntad.
Este espejismo, _cuya afinidad con el -mito anarquista inhe­
rente al marxismo
ya señalamos (item 2, B), dotado, como di­
jimos (item 2, I), de todo el poder de sugestión correspondiente
a los más profundos auhelos de hombre es adecuado para des­
pertar .en incontables almas una emoción deliciosa, que las llena
enteramente, y de la cual, como de un tóxico, no quieren des­
prenderse de ningún modo.
De ahí que
la palabra "diálogo", cuando es utilizada en esta
perspectiva, se reviste de destellos particularmente mágicos
y fas­
cinantes. Como un verdadero talismán, comunica automáticamen­
te su prestigio y su brillo a Jog que la usan.
e) Qwinto efecto. La propen,sión a abwsar de la elasticúiad de
la palabra H diálogo".
De esos diversos factores psicológicos proviene una te11.Jta­
ción, siempre más acentuada, de exagerar la natural elasticidad
del vocablo en cuestión.
Realmente, si con el empleo
de una palabra se consigue un
determinado efecto, tanto mayor será éste cuanto más se em­
plea aquélla.
De aquí
la propensión a usar la palabra Hdiálogo" con cual­
quier motivo.
El uso de ella puede tornarse casi un vicio, de tal
-suerte que una entrevista, un artículo, un
diSCurso no parecerán
completos si no
contuvieren una referencia al diálogo.
144
Fundaci\363n Speiro

TRASVASE IDEOLÓGICO. INADVERTIDO Y DIALOGO
D.-Efectos indirectos y reflejos t1e la p«J,,bra-talismán.
Pasemos ahora al segundo grupo de efectos.
En ellos, la fermentación psicológica producida por la palabra­
talismán repercute sobre ésta, y recíprocamente.
Tal interacción, que importa un proceso de mutua radicaliza­
ción, se refleja a su vez sobre el modo mismo de conducir
el diálogo.
Si
imaginamos dos "dialogantes" entre los que ocurra esa in­
teracción, veremos que paulatinamente irán cambiando, no sólo
las sucesivas maneras de dialogar, sino al mismo contenido del
diálogo.
En su conjunto, todo esto lleva a los "dialogantes", por di­
versas fases, del irenismo al relativismo hegeliano.
a) Primer efecto. La radicalización de la pa[O)bra "diáwgo":
sentwos talismáwicas nuevo.; y más radkales.
¿ Cómo se produce la influencia de esa fermentación psicoló­
gica sobre el vocablo? Quien procura subir a los altos firmamen­
tos de la celebridad en alas de la
palabra "diálogo", no tardará
en percibir que sus diversas aplicaciones tienen un rendimiento
desigual de popularidad. Algunas veces, es empleada con poco
fruto. Aparecerá opaca
al público. Otras veces, el talismán bri­
llará a los ojos de todos
y actuará con plena intensidad.
Por regla general, el explotador de la palabra-talismán sen­
tirá este hecho habitualmente -como así también el público~
.sin poder explicarlo. En consecuencia, preferirá ciertas aplica­
ciones de ella
y no otras. Y, si tuviera algún talento, irá for­
zando la natural elasticidad del vocablo
para multiplicar los usos
más fascinantes y productivos. ¿ Cuál es la razón por la que en
-ciertas aplicaciones el talismán se revela más irradiante que en
otras? ¿ Cuál es este polo de máxima refulgencia col.1 el cual, ma­
nipulado- así por los virtuosos de esa
lingüística, aquel tiende a
identificarse?
La fuerza de iiradiación, por así decir, inmanente a la pala­
bra-talismán
"diálogo", se hace sentir más cuando ésta es em­
pleada de modo tal que insinúa ser verdadero, deseable, viable, el
mito de que hace poco hablábamos., del amor sentimental,
rege...:
nerador y colectivistá, imaginado como fuerza organizadora de
un mundo nuevo. Este mito es el polo hacia dond, tiende la pa.
145

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PLINIO CORREA DE OLIVEIRA
labra-talismoo. El diálogo, en el útmw y más recó1'dito de sus
significados niágieos es el ·leng1f0,je ,de .ese amor.
En las diversas etapas de ese caminar hacia su último senti­
do la palabra "diálogo" evoluciona identificándose cada vez más.
con él.
b) Segundo efecto. La, cuatro fases del proceso, haáa el relati­
vismo.
Así descrita, ·de un modo general, la interacéión entre la
emoción irenística y la palabra-talismán, consideramos las diversas.
fases
por las cuales, a lo largo de esa interacción, se van modifi_
canda progresivamente las formas y el contenido de la interlocu­
ción entre personas de
cónvicciones opuestas y, cürrelativamente,.
el significado de la palab-ra-talismán.
Antes de iniciarse el proceso, tales interlocutores desean re­
cíprocamente convencerse el Uno al otro, por medio de argu­
. mentas .
. El objetivo fundamental de cada una de esas partes es así,
conquistar a la otra para la verdad .. De ese modo realizarán entre
sí un bien precioso que es la unidad. Una unidad que se presenta
legítimamente como fruto de la verdad, y que por lo tanto no
puede ser concebida ni alcanzada sino n1ediante la posesión de la
verdad.
Primera fase.-Hipertr_ofia de la cordialidad en la discusión­
diálogo: nace la palabra-talismán.
Imaginemos entre tanto, que .en los -interlocutores ,así dispues­
tos para la discusión se note una fermentación emocional irenis­
ta.
Esa fermentación, que preludia la aparición de la palabra­
talismán "diálogo", consiste en una apetencia emocional vehe­
mente __ de· concordia universal de los espíritus y de paz en todof:"
los campos de las relaciones humanas.
, .
Esta apetencia es de. tal naturaleza, que sólo se sentirá sacia­
d~-cuando
.los int1=rlocutores hayan llegado, finahnente, .a una con­
cepción. enteramente irénica y relativista del hombre, de la vida.
y del co~mps.
-{\si, ;-dese!.~.; -el punto de vista ·emocional, lOs interlocutores en
cuestión 146
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TRASVASE IDEOLÓGICO INADVERTIDO Y DIALOGO
causa del relativismo y, coino veremos, para el más radical de
los relativismos, que el es relativismo hegeliano.
Con todo,
si desde el punto de vista emocional esto es real,
desde el punto de vista de las ideas, aún no lo es.
Los participantes de
la interlocución todavía admiten la exis­
tencia de una verdad objetiva en la cual cada uno de ellos su­
pone encontrarse, y un error objetivo en el cual reputa que está
€1 otro.
En lo que concierne al tema controvertido, lógicamente, sólo
puede
_haber para ellos un tenor de relaciones, que es -Ia dis­
cusión.
Esta, aun cuando sea muy amable, entraña una nota de pug­
nacidad. Ahora bien, esta nota discrepa fuertemente del estado
emocional de los interlocutores.
Hay, pues, un conflicto entre
el proceder impuesto por la ló­
gica __.Ja discusión-y el estilo de relaciones que las _personas en
cuestión gustarían mantener entre sí. Nace· de allí una primera
modificación de ese estilo de relaciones.
·
Aunque no se den cuenta de eso, las partes deseari más la
unidad que la verdad. ·
Como consecuencia de esas disposiciones emocióriales, cada
una de ellas
es llevada a pensar que la otra tiene Siempre huena
fe. El éxito de su esfuerzo de persuaSión le parece depender
solamente de la eliminación de los resentimientos de
la otra.
Por eso ambas rechazan la discusión pura 'y simple, así como
también la polémica,
y sólo conciben la discusión bájo la forma
refinadamente suave de la discusión-diálogo.
Pero esta forma
contiene todavía un elemento de pugnacidad, que desagrada a la
en1otividad irenística.
-
Esta última deforma, en consecuencia, ·e1 sentido de la di's~
cusión-'diálogá, sobrevalorando la nota (fe cordialidad, y· subes­
timando la de pugnacidad._ AC.entúase, entonces, 'la deformación
inicial del estilo de relaciones entre
las· paries. · ·
La discusión-diálogo ya no procura exclusivamente obtener
la verdad,
y sólo por medio de ella la. unida4. Procura sobre
todo la unidad por medio
de la cordialidad de relaciones entre
los interlocutores. Y sólo sec~ndariamente, la con'quista d~ la
verdad a través-de la argumentación.
La palabra "diálogo" sufre 'entonce's la prifuera· diStorsióti~
Pasa a désignar la disCusión-diálogo irenístiauriente concebid3. ..
Queda así impregnada- por un sentido-
ifénico-talísmánicO~ · ·qtt~ ·
reluce con todos los atractivos del mito irenístico.
Í47
Fundaci\363n Speiro

PUNJO CORREA DE OLIVEIRA
El diálogo-talismán (esto es, la discusión-diálogo deformada)
pasa a ser el diálogo par antonomasia.
EJEMPLO CONCRETO: Para facilitar al lector el estu­
dio del proceso de deformación talismánica de la palabra "diálo­
go", considerada en abstracto, lo acompañaremos de un ejemplo
concreto. La enunciación de cada fase del-proceso in abstracto
será seguida de la descripción de la correspondiente fase del
ejemplo in concreto.
Imaginemos un tomista y un existencialista que sean cole­
gas en una universidad, y a ese título tengan frecuentes ocasio­
nes de discutir sobre sus divergencias filosóficas, así como
para
investigar juntos materias no correlativas con esas divergencias,
y aun para mantener las demás relaciones sociales que acos­
tumbra haber entre colegas.
En cuanto a las divergencias que entre ellos existen, el to­
mista se sabe en la verdad y que tiene razón. El existencialista
discrepa con la posición tomista. Cada cual quiere persuadir al otro,
y el medio normal para esto les parece que es la discusión.
Imaginemos que, en el empeño de convencer
a la otra parte,.
el tomista sea movido no sólo por un legítimo deseo de apostola­
do, sino también ]_X)r una ardiente apetencia irenística de unión.
Tal deseo, en determinado momento, toma la delantera sobre
las razones
de celo, y nuestro tomista, en su discusión con el
existencialista, comienza a desear más la unidad que la verdad.
Esta inversión de motivos produce, en su modo de ver al co­
lega,
una · consecuencia inmediata. Cándidamente, se imagina que
este último está apegado a su doctrina por un mero equívoco
así como
por resentimiento contra el tomismo _..:..y en último aná­
lisis-contra la Iglesia.
Para el interlocutor .picado por la mosca del irenismo, la otra
parte se porta siempre en la discusión como si, concebida sin pe­
cado Original, fuese incapaz de un apego desordenado y vicioso
al error.
De ahí una repercusión de tendencia irénica sobre el proceder
del tomista. Si el principal obstáculo para que el existencialista
acepte la verdad es el resentimiento-,. lo más impürtante en la dis­
cusión es evitar que ese
res~ntimien.to se mantenga o incluso .se
ag.rave.
Su interlocutor repudiará, pues, como ,peligro$as y hasta
injustas ya sea la discusión pura y simple, o la .polémica y sólo
aceptará, en el trato de los asuntos controvertidos, la discusión­
diálogo.
148
Fundaci\363n Speiro

TRASVASE IDEOLóGICO INADVERTIDO Y DIALOGO
Con esta última, procurará principalmente la unidad y ape­
nas secundariamente
la verdad.
A este tipo de discusión, lo llamará diálogo, para insinuar
que es
tan carente de pugnacidad como el diálogo-investigación
o
el diálogo-entretenimiento.
Nace así la palabra talismán "diálogo", desbordante· de cor­
dialidad pacifista. Ella designa la primera forma
de relaciones ire­
nísticas entre los interlocutores en cuestiÓn y refulge con las múl­
tiples seducciones del mito pacifista acentuando en nuestro tomis­
ta los ardores del prurito irénico atrayéndole para nuevas mudan­
zas en su modo de
e,icarar el diálogo talismánico y de ponerlo
en práctica.
Segunda fase.-La cordialidad irenística invade el diálogo­
entretenimiento y el diálogo-investigación: la palabra talis­
mán, amplía su sentido.
La palabra-talismán así constituida en la primera fase, reper­
cute sobre
la fermentación emocional .
enística, y esa fermenta­
ción así incrementadai imprimirá a
la palabra talismán un sentido
nuevo
y más amplio. En esto consiste la-segunda fase.
El interlocutor irenista, satisfecho por el contenido recóndito
de la palabra talismán, que
es el mito irénico, la usa a cada mo­
mento como un juguete que le gusta tanto más cuanto más jue­
ga con él.
Las relaciones entre personas separadas una de otra por un
punto de divergencia no se reducen a esa divergencia. Ellas
pueden comportar legítimamente diálogos de investigación so­
bre otras materia.s
y aun diálogos de entretenimiento sobre otras.
Estas formas de relaciones pueden tener también, legítimamente,
una repercusión· favorable sobre la discusión diálogo en
la. me­
dida en que
contribuya!\. a evitar que esta ú,ltima sea perjudicada
p9r resentimü¿ntos .' y aritipatía,s ··personales, desgraciadamente
siempre.f:í.ciles .de. prqducirse. . .. . .
A
causa de esfo, los interlocutores irenistas son llevados a
modificar en séntido irénico sus
, diálogos de invesHgacióll, y .. en­
tretenimiento, extendiendo a éstos
el significado talismánico in­
cubado en la
fase anterior, en la discusión-diálogo.
Importa ·señalar ahora,
en qué consiste la . deformación irenis.­
ta de los diálogos de entretenimiento y de investigación.
En ellos
los interlocptores irenístas.
pasan a subestimar el fin natural de
149
Fundaci\363n Speiro

PLINJO CORREA DE OLIVEIRA
entretener e investigar, y a sobreestimar irenísticamente el factor
cordialidad. D~ esta forma, el diálogo es conducido por ellos
principalmente para obtener un intenso calor afectivo, pasando a
servir al entretenimiento
y a la investigación como meros pre­
textos.
Ese calor, esperan ellos con miras a persuadir, ejercerá sobre
el punto
de divergencia una acción unificante y sincretista más
útil que el intercambio de argumentos, incluso cuando ésta sea
hecha en la suavidad de la discusión-diálogo irenista, pues ésta
aún conserva residuos de pugnacidad.
Como
el irenista exagera cada vez más la importancia del
factor cordialidad para obtener la persuasión, es llevado cada vez
más a confiar en el diálogo-entretenimiento y en el diálogo-in­
vestigación,
y la discusión-diálogo llega a parecerle enteramente
secundaria, y hasta peligrosa y molesta. '
A esta modificación
en el tenor de las relaciones entre los
lnterlocutores irénicos corresponde una nueva
etapa de la palabra­
talismán "diálogo".
Como
el elemento más dinámico del signifrcado de esta úl­
tima
es irenístico, ella se extiende de la discusión-diálogo irenista
a
.las otras dos formas "irenizadas" de interlocución.
Así, la palabra-talismán
pasa a abrazar todas las formas de
relaciones entre los interlocutores1 susceptibles de impregnación
irenística.
En otros términos, fuera de la influencia irenística, el diálogo-
1nvestigación
y el diálogo-entretenimiento pueden ser vistos como
formas de relación instrumentales de la discusión-diálogo, capaces'
de asegurar el buen progreso de ésta. Pero bajo ·1a influencia del
irenismo este orden de valofes se invierte. El diálogo-entreteni­
ri1iento y el diálqgo-investigación comienzan a ser considerados
como
los elementos propulsores de la acció_n persuasiva. La dis­
cusión-diálogo pa_~ a tener Un .papel secundario instr1;1.mental, pero
instrqmental molesto.
La ~4'.bra-talismán "diálogo" .abra.zando en esta. nµeva jerar­
quía' de valores, las tres mencionadas formas de interlocnción ( dis­
cusión-diálogo, diálogo-investigación
y diálogo-entretenimiento).
comienza
~ espolea,; las apete~cias ifení_st~cas, y así da orig~n a
la
t,erce.ra fas~.
EJEM1PLO CONCRETO: Bajo el signo del irenismo es­
poleado pór la p3.labra-talismán "diálogo", ·nuestro tomista ape­
tece·· extender· el · ferménto irénicO a· las otras formas· de sus re:..
laciohes con él existencialista. Hasta aquí las otras formas (diá-
150
Fundaci\363n Speiro

TRASVASE IDEOLóGICO ·. IN.ADVEI(I'IDO Y DULOGO,
logo-entretenimiento y .diáfogo,investigad6n) le !)'
edan extrin­
~ecas a la ~ont.royersia doctrinal y ca~ces· de ej.~r~. en .relación
a ésta ape_nas uria fun.c.ión ~nstrun1ental: el trato cordial _de_ as.un­
tos ajenos a la controversia contribuía. para mantenerlo en una
atmósfera serena y elevada.
El tamis.ta irénico se pone entonces a ver las cosas .de otra
manera
.. Le parece que las ocasiones pa~ la investigación -o el
,entretenimiento apenas tjenen ya su fin natural.
Deseoso de producir en_ su interlocutor h .. codiciada desmo­
vilización emocional, esas
oéasiones pasan a .ser para él nd otra
cosa que un mero pretexto para alimentar y acrecentar;.· .en el
existencialista, el prurito irénico y el anhelo supremo e incondi­
.cional de unidad.
Así, todas
las formas de interlocución susceptibles de impregnas
ei6n irénica ( diálogo-entretenimiento, diálogo-investigación, dis­
cusión-diálogo)
acaban siendo englobadas bajo el signo· del fre­
nismo.
Entre tanto,
la discusi6n-diálogo, por ser menos propia para
el entusiasmo irenístico, y hasta peligrosa por .. su pugnacidad,
viene a perder su papel principal.
En la medida en que disipa
equívocos. doctrinales, acaba teniendo
una función instrumental
molesta
y peligrosa, en un conjunto de relaciones cuya ·nota.·tó­
nica está en encender la cordialidad.
Nuestro tomista, sintiendo
y viendo las cosas así, continúa dia­
logando.
Pero el diálogo, !)'
a él, j cuánto se diferencia de lo que
era en la etapa anterior! ·
Para esa obra evita cuanto puede la controversia con el exis­
tencialista
y dedica. todo su empeño en enfocar, con las luCes de
Úna insistencia infatigable y de una minucia que se complace .en
los más insignificantes pormeno,res, lo que entre tomismo y· exis­
tencialismo hay de común
... lo que se figura son los "aspectos
exiStencialistas
del 'tomisnio". Procura así adornar con un ropa­
je kierkegaardiano el austero hábito del Aquinafe y alinear a
éste en
la cohorte de los admiradores· que Kierkegaard tuvO in­
t:luso antes
de nacer.
IngeniosO,
el tomista irénico cqmpreride que ·una enemistad co­
mún es muchas _veces· el me'jor cimiento para una amistad preca­
ria y naciente. Procurará atacar,: ~on un ~ego mayor que el que
mueve el más ardoroso existencialista, cualquier signo de "esen­
cialismo" que
encuentfe en este, o en _aquél filósofo. En. esa "cru­
zada" sin cruz, él no. es, ,por cierto, irenista en lo que respecta
151

Fundaci\363n Speiro

PLINIO CORREA DE 01.JVEIRA
al "esencialismo" ·en cttalquiera de sus -grados, modos o facetas,
pero
lo es para hacer irenismo en relación al existencialismo.
Sólo le queda un temor. Y es que el existencialista sospeche
que está
en connivencia con algunos malhadados. hermanos dd
tomismo que combaten el existencialismo. Por eso embiste con­
tra éstos
como contra "-esencialistas'1 de los más peligrosos.
Artes del diálogo talismánico en esta segunda fase
...
La palabra-talismán "diálogo" pasó, pues, a designar el con­
jnnto de los diálogos
frenísticos, con preponderancia de los diálo~
gos·. d_e a.it:rttenimiento y de. investigación sobfe. la discusión-
diálogo. ·
Tercera fase.-La cordialidad irenística desemboca en el rela­
tivÍsm~: la palabra-talismán asume sentido enteramente:
relativista.
Las ·dos fases anteriores transcurren bajo el signo del irenis­
nlo. La tercera ya es nítidamerite relativista.
Hasta aquí, bajó la presión ·del irenismo, el objetivo de la
interloc,ución venía siendo cada vez más la unidad y cada vez
menos la verdad. En la presente etapa, el anhelo de unidad lleva
a los interlocutores a saltar sobre sus divergencias para obtener
esta última.
Pafa eso, pasan a considerar que no hay en nin­
guna de las partes verdad absoluta ni error objetivo. Todo es
relativo.
En consecµencia, el tenor de relaciones entre ellos se mo­
difica.
A partir del relativismo, la verdader~ . discusión es impo­
sible; cuando .tratan de la materia hasta aquí controvertida; los
interlocutores, por el propio· hecho de hacerlo bajo el signo del
relativismo~ ya no están procediendo a una· auténtica discusión.
Como muchas veces, este pasaje' del simple irenismo hacia el
relativismo es ·inadVertido; es pasible Clue las partes imaginen estar
discutiendo y llamen. a su interlocución discusión .. En realidad, la
la discusión-diálogo dejó propiamente de existir. De ella subsisten
apenas las divergencias á.ccid'en~les y transitorias que, como vi­
mos (cap. IV, 1, B, j), son inherentes al diálogo-investigación.
Esta niudanza relativista en las relaciünes entre los interlocu­
tores determina .una nueva torsión en
la palabra-talismán "diálo­
go".
La carga que ésta tenía, de simplemente irenista, pasa-. a
ser relativista;
por eso, ella deja de incluir la discusióri.-diálogo,
152
Fundaci\363n Speiro

TRASVASE JDEOLóGICO INADVERTIDO Y DIALOGO
para abrazar apenas el diálogo entretenimiento y el diálogo,in­
vestigación.
Cada vez más próxima al mito de la era de la buena volun­
tad,
se torna cada vez más atractiva y refulgente para los ire­
nistas- relativistas. _ Comunica ardores siempre mayores y apeten.;.
cia de unidad, y prepara ,así la fase siguiente.
EJEMPLO CONCRETO: Impelido de concesión en conce­
sión
en _el camino del irenismo por la palabra-talismán~ ·nuestro
tomista, en su ·afán de d_ialogar, da un paso más.
Ahora empieza a· parecerle {J_ue son inconsistentes -las diver- ·
gencias doctrinales
que en la fase anterior ya tanto subestimara
en beneficio de los puntos de convergencia.
En todas ellas se
pone a ver atisbos de verdad
y error en ambas partes. Las di­
ferencias estarían más en las fórmulas que en el contenido.
En
último. análisis, una misma "verd_ad" global, toda ella relativa, y
presente residualmente en las más opuestas formulaciones, sería
el substrato de una realldad varia e indefinidamente mudable.
Con la lupa en la
mano, nuestro irenista comienza a buscar
textos de Santo Tomás que, tomados aisladamente, parecen jus­
tificar su relativismo. Ya no es tomista sino porque tiene la
esperanza o la ilusión de encontrar preanuncios de
Kierkegaar.d
en Santo Tomás. En realidad, de tomismo nada le queda. Tal
vez sin darse cuenta de lo que ocurre en su mente, es ya un
relativista convencido.
Ese cambio interior es seguido de una modificación en el te­
nor de sus relaciones con
el existencialista. En esta tercera fase,
en que el irenismo desemboca en el relativismo, lo vemos eliminar
la discusión-diálogo, que en la_ fase anterior l~ pesaba tomo la
bola de hierro y la cadena en el pie del forzado. Las relaciones
con
el existencialista se reducen al diálogo entretenimiento y al
diálogo-investigación irenísticos.
Tal vez el tomista que ya no es tomista llame todavía "dis­
cusión" a esas formas
<;le interlocución que ya nada tienen de
común con
la discusión.
La palabra"talismán "diálogo", designando en cada estadio
las relaciones irenísticas como se practican en
él, no abraza. más
la discusión-diálogo
y comprende sólo los otros dos tipos de
diálogo irenístico,
y estos mismos impregnados de concepciones
relativistas. Dialogar talismánicamente
es, pues, en esta fase, practicar un
relativismo radical.
La euforia de dialbgar, el prestigio talismá­
nico-de diáÍogo irénico-relativista, excitando aún más en n~es-
153
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PLINIO CORREA DE OLlVElRA
tro iomista los pruritos irenistas, le preparan ahora para la cuarta
fase.
·
Cuarta fase.-El relativisÍno se · estructura en términos de he­
gelianismo: la pal~bra-talisIDán asume el sentido de "ludus"
hegeliano.
Así como el relativismo no es lo .contrario del irenismo, sino
la pletiitud de éste, así también el relativismo va a recibir en
esta fase un enriqt:1ecimiento que no le es contrario, y que hasta
le confiere su plenitud. Los interlocutores, ávidos de llevar el
relativismo hasta sus últimas consecuencias, ya no se contentan
con. un· relativismo .puramente negativo,_ que-procure apenas
corroer y destruir los conceptos de verdad objetiva y de error
objetivo, porque lo que
es meramente negativo repugna a la na­
turaleza humana. Pasando al plano positivo,· ellos desean es­
tructúra'r toda una vi~ión relativista del hombre, de la sociedad
y del universo.
La verdad, ya anteriormente aceptada como algo relativo,
pa.sa a ser vista en · esta fase comO el prüducto de una eterna
dialéctica.
Después· de -haber asumido el carácter de mero entrenin.1iento
€ investigación, el diálogo comienza a ser practicado como un
"ludus" en el cual ambas partes admiten que, a fuerza de dialo­
gar,
se operará entre ellas una decantacíón· de· la Verdad, como
por la fricción ·de la tesis y la antítesis se llega a· la síntesis.
Nace .así el último estadio de la deformación talismánica de la
palabrá diálogo. Es el estadio hegeliano . .Bien se vé que, lleva­
da a cabo. así por hqmbres de buena voluntad, impregnada del
míto irenístico, la fricción de la tesis con la antítesis será fun­
damentalmente un '1ludus" cordial. Y tantó más cordial cuanto
. más se ·v~ desarrollando en ,lances sucesivos.
La fricción etitre· tesis y antítesis podrá as~niir a veces la forma
de la discusión pura y simple o hasta de la polémka. Pero no
teudrá su substan~ia, pue~ no pres'upone un _.antagónismo abso­
luto entre la verdad y el error, éntre el bien y el ma( Y por
. lo tanto, el diálogo irénístiCo ya .no _'procura mudar a persuasión
c1"e · nÍflguna de las. partes, sino operar la· el'evaci6n de ambas pará.
una "verdad" de. plano superior (24).
(24) ¿Podría decirse que, ell la fa~e _hegelia~, _todas: las formas. de
interlocución entre personas
de·pos~ción ideológica diferente (por lo tanto, el
154
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CUADRO ESQUEMATICO DE LAS CUATRO FASES DE LA DEFORMACION TALISMANICA DE LA PALABRA
.:DIALOGO:. (cap. IV, 31 01 b)
la. FASE 2a. FASE Ja. FASE 1 4a. FASE
Penetración Expansión T'riunfc. irenístico:
Apogeo irenístico-
irenística
irenística .relativismo relativista : hege-lianismo ·
Grados de intensidad dJe La cordialidad irenística La cordialidad irenística La cordialidad irenística La cordialidad irenístico
la emoción irenística. se erige en factor pasa a ser factor pre-se erige en factor ex-relativista se estructu-
complementario indis-ponderante de la per-elusivo de la persua-ra como "ludus" hege-
pensable a la persua-suasión. si6n: relativismo. liana.
sión.
Repercusió'tl, de la emo-En la discusión-diálogo La cordialidad irenística El diálogo-investigación El diálogo pasa
a ser
ción irenística. en
las se exagera -la cordiali- contagia
el diálogo-in- y
el diálogo-entreteni-: concebido como el j ue-
relaciones entre los in-dad. La polémica y la vestigación y el diálo- miento
pasan a ser las go de la tesis, de la
terlocutores. discusión pura y sim-go -entretenimiento. únicas
formas de diá- antítesis y de la sín-
ple quedan proscritas. Estos se
tornan pre-logO admitidas. La ponderantes;
la discu- cusión
-diálogo que-
sión-diálogo es apenas da proscrita.
tolerada.
.
Repercusión 'de la emo-Es a disgusto que el in-El interlocutor irenista El fn-terlocutor irenista El in ter locutor irenista
ción irenística en el ter locutor irenista to-a(n admite que h¡y pasa
a admitir que no pasa
a sustentar que
objetivo de la interlo-davía
admite que hay I una verdad y un errcr hay verdades ni erro-¡ por el "ludus"
de las
cución. una verdad y un error objetivos, y que es res
objetivos (relati-"verdades"
relativas,
objetivos, que es pre- preciso
conyencer ; sin vismo)
por lo que no la
unidad se afirma y
ciso convencer al otro embarg:,, pasa a con- es
necesario convencer progresa.
interlocutor,
y que la siderar que el fin su-para ohte.~.er la uni-
unidad es apenas
nn premo
de Ja ip.terlocu-dad.
fruto del esfuerzo de ción no es la v~rdad, persuasión. sino la unidad.
Reperc-usión de la emo-Primera explicación del Segunda
explicación del Tercera explicación del Explicación total
del mi-
ción irenística en la mito: todos
los hom-mito: tal es la buena mito: el hombre
de to: para los hombres
e:rplicación del mito bres son bien intencio- voluntad de los hom-
buena voluntad toma de buena voluntad, por
irenista. nadas ; las disensiones bres,
que los equívocos conciencia de que los la
fricción amistosa de
resultan siempre de re-doctrinales casi no tie- equívocos
doctrinales las "verdades"
relati-
sentimientos o equívo- nen importancia ; lo son
inconsistentes.
La vas, se obtiene el pro-
cos. principal es apaciguar
I verdad e'i relativa ; la greso en la mitad y en
los resentimientos. cordialidad
por sí sola la verdad.
realiza la unión com-
pleta.
Repercusión de la emo-Surge la palabra-talis-La palabra -talismán La palabra -talismán La palabra -talismán
ción irenistica en el mán "diálogo", desig- "diálogo"
se extiende "diálogo"
pasa a com- "diálogo" pasa a indi-
contenido de la pala-nando por antonoma-
al diálogo-investiga- prender
apenas el diá-car la fracción lúdica
bra -talismán "diálo-sia
la discusión diá-
ción y al diálogo-en- lago-investigación y de
la tesis y de la an-
go".
1
logo irénica. tretenimiento embebi-el diálogo-entreteni-
títesis, para la
desti-
dos de irenismo y casi miento,
colocados en
lación de
la síntesis.
no incluye más
la dis-bases enteramente re-
cusión-diálogo. lativistas.
Se excluye
la di'icusión-diálogo.
Repercusión de la pala-El uso de la
palabra El uso
de la palabra El uso de la palabra La interacción al infinito
bra-talismán "d'iálogo" "diálogo", cargada
de
"diálogo", cargada de ''·diálogo", cargada de de
la palabra-talismán
en la intensidad de la significado mítico-ire-
significado mítico-ire-
significado mítico-ire- "diálogo"
y de la emo-
emoción irenistica. nista y de eficacia ta-nista y de eficacia ta-nista y de eficacia ta-ción i.renístiCa influye
lismánica,
agrava a lismánica, agrava aún lismánica, una vez
más en
el proceso referido
su vez ~ emoción ire-más
la emoción irenís-agrava la tmoción ire-de modo que
éste
se
nística
y prepara así la tica y prepara así la nística y prepara así
desarrolle en una at-
fase siguiente. fase
siguiente. la fase siguiente. mósfera no sólo sin-
cretista, sino de cor-
dialidad creciente.
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TRASVASE IDEOLÓGICO INADVERTIDO Y DIALOGO
EJEMPLO CONCRETO: El tomista irénico que imagina­
mos como ejemplo no puede, en
sú ardor, contentarse con un
relativismo meramente negativo. Procura estructurar una diná­
mica interna que explique las relaciones entre las
mil formula-
ciones en las cuales,
segúll le parece,: habita la "verdad". .
Sobre "'todo, desea encontrar en esas relaciones algo-que· tien­
da a eliminar las oposiciones, rumbo a la unidad.
Esa eliminación no la puede concebir como la concCbiría
antes de iniciarse el proceso ·talismánico, es decir, como·una con­
denación, fundada en taciocitlios, de tod~ las formulaciones, ex­
cepto una, proclamada 1a única e~teramente verdadera.
Por otra parte, está en presencia de un hecho palpable: que
esas formulaciones opuestas se hallan entre sí en un ·estado de
fricción continua e irremediable.
¿ Irremediable ? ¿ O será esta fricción -precisamente el reme­
dio? Nuestro tomista se· complace en responder que sí. De la
fricción de las "verdades" relativas opuestas nacería por vía de
superación una
síntes-is, y de la "fricción universal .de "la tesis
y de las· antítesis, generando siempre síi:itesis que por nuev~s
fricciones con formulaciones antitéticas darían nuevas síntesis,
s~ originaría un grandió.so ·proceso de de~tiÍación universal de las
"verdades"
y de ·1a "verdad".
Bien _entendido, al contrario del proceder "a.Í1tipático" y "dis­
criminatorio" del tomismo medieval, en esa
destil.a.Clón nada Se
condenaría y nada se excluiría. Todo sería fraternal Y amoro­
samente asumido en la producción de las sucesivas síntesis.
Al propio tomismo, nuestro tomiSta irénico lo vé ahora como
una de las formulaciones· de
la Hverdadn a ofrecer con perfuma­
dos inciensos doctrinales ese proceso de composición ideológica
universal.
El se imaginará tal vez que todavía es tomista. Acaso todavía
se entregue a la tarea de mutilar la obra de Santo Tomás, arran-.
cando de ella, con arbitrariedad violenta, los fragmentos que le
d_iálogo-entretenimiento, el diálogo-investigación, lá discusión diálogo, la
discusión pura Y simple, y la. polémica) continúan e.xistiE;ndo en apariencia,
pero se reducen -en la
réalidad a meras formas del "ludús~' hegeliano?
Para responder afirmatiVamente sería preciso, en rigor de lógica, i·n­
sistir en que cada una de estas modalidades de interlocución, en cuanto
impregnada de un sentido lúdico, tiene
tina semej:tnza ~xtrínseca con la mis­
ma modalidad tomada en
su sentido legítimo (cf. cap. IV, 1, B).
Admitido esto, no vemos ningún obstáculo
para respon,der afirm.ativa~
mente a· la pregunta arriba -formulada. -Pero et análisis de estas perspec-
tivas más extensas. exigiría un
trabajo aparte. -
¡55
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PUNJO CORREA DE OLIVEIRA
sir-ven para presentar al siglo xx un "new Iook" del Aquinate,
·que es el Doctor Común visto al revés.
En realidad, no es difícil percibir que, bajo la fascinación
del mito irénico
y volando en alas de, la palabra-talismán, nues­
tro tomista
se transformó en un genuino hegeliano, revestido de
un ligero tinté tomista.
j Que sorpresa hubiera tenido en el comienzo del proceso si
hubiese podido imaginar que al cabo de , una evolución inadver­
tida, guiado por
la palabra-talismán "diálogo" como por una
estrella del
rnal, habría de llegar al hegelianismo! j A ese hege­
lianismo que antes repudiaba como lo .contrario de todo cuanto
en filosofía reconocía como verdcidero !
-CONCLUSION
Si consideráramos sumariamente los elementos principales . de
lo que quedó expuesto en este trabajo, la conclusión surgirá clara
y
fácilmente : el comunismo es el gran beneficiario del trasvase
ideológico inadvertido
y del empleo de las palabras-talismán, es­
peciahnente
de la palabra-talismán "diálogo".
Igualmente quedará patente que esa inmensa maniobra
comu­
nista es susceptible de ser inutilizada por el simple hecho de
que alguien
la descubra a los ojos de la opinión pública.
1.-La palabra-talismán "diálogo" y el comunismo.
Como Se sabe, aunque el marxismo abandonó el carácter
idealista del hegelia.nismo, co11servó su esenCia dialéctica. La mar­
cha -ascend.ente de la evolución de la materia se opera, -según
Marx, a través de la tesis, de la antitesis y de la. síntesis, tal
como
se daba la evolución .del espíritu para Jiegel.
Teniendo en cuenta esto, es oportuno preguntarse aquí cuál
es la ventaja obtenida por el comunsmo con el trasvase ideoló­
gico inadvertido efectuado por la palabra-talismán "diálogo" bajo
el influjo del binomio miedo-simpatía. ·
Sería exagerado decir que la víctima de esa palabra-talis­
mán, por el sólo hecho de aceptar inadvertidamente una filosofía
rlialéctica, se torna materialista.-
Sin
_embargo,_ varias e i~portantes son las ventajas obteni4as
por el comunismo con este cambio ,
156
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TRASVASE IDEOLóGICO INADVERTIDO Y DIALOGO
* La ace¡;tación de una filosofía relativista supone una ruptura
consciente o subconsciente con
la Fe y prepara el alma para la
profesión explícita del ateísmo. ·
* La aceptación de una filosofía que es la piedra angular del
comunismo, a sn vez, prepara
.el alma para 1a adhesión expresa
" este último. ·
* El comunismo no pnede aceptar la coexistencia con quien,
al contrario de lo que él sostiene, profe,;a una filosofía basada
en
el reconocimiento de la verdad y del bien como valores abso­
lutos, inmutables, trascendentes, existentes de un rnodO perfecto
en la esencia divina. A la inversa, él, qne del diálogo entre la
tesis y la antítesis sólo esp_era la síntesis, no puede _ dejar de
esperar buenos resultados del diálogo con el católico relativista,
que admite la doctrina de la Iglesia como una "verdad" relativa,
una tesis en actitud dialéctica delante de la antítesis comunista,
rumbo a una síntesis superior. Esta posición es tanto más acep­
table por
el comunismo cuanto se sabe -'Y ·poco más arriba ya
lo dijimos-- que él no se interesa por tma verdad última y defi-
11itiva_ y . se considera apenas un momento dentro de la eterna
dialéctica de la materia. '
* Pasando al campo propiamente religioso,. ten~os que el
diálogo irénico, favoreciendo el interconfesionalismo, debilita todas
las religiones y las lanza a un estado de confusión absoluta·. Dada
la fundamental importancia que tiene para el marxismo la ani­
quilación de todas las religiones, fácil es compiender cuánto im­
porta este resultado para la victoria del 'comunismo interna­
cional.
Esa preparación para el comunismo, operada por la palabra­
talismán "diá1ogo1', en la Tealidad concreta sólo excepcionalmente
redundará en mera preparación. La afinidad produce la sim­
patía, y la simpatía inclina a
la adhesión. Esta adhesión es tanto
más fácil cuanto la opinión
pública contemporánea está saturada
,por un omnímodo e inteligente . sisteqia de -incitaciones · y atrac­
ciones a favor del comunismo.
2.-Ecumenismo, irenismo y comunismo.
Claró está ~importa repetirlo (cf. Cap. IV, Z, D)c,...,, que
1a palabra '"'ecume.nismo" tiene. de · suyo un Sentido excelente.
Sin embargo, ella también es susceptible de nn significado
irénico. Admitidas todas las religiones como "verdades" ·r$tiyas;
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PLINÍO CORREA DE OLIVE!RA
~l ecumenismo toma et' aspecto de una marcha dialéctica de todas
ellas
hacia. una religión única y universal, integrada sintética­
mente por los fragmentos de verdad presentes en cada una
y
despojada de las escorias de las contradicciones actualmente exis­
tentes.
Así visto, el ecumenism.o es una inmensa -preparación de todaS
las religiones, hecha a través del diálogo relativista para que,
una_ vez· unificadas, entren en ulterior diálogo con la antítesis
comunista.
3.-Diálogo, relativisIQo dialéctico y coexistencia pacífica con el
comunismo. -
En tanto que con los· verdaderos católicos el comunismo sólo
puede coexistir en
lucha ( cf. el interesante artículo de Guiseppe
De Rosa, S.
J., titulado, ."L'impossibile dialogo tra cattolici e
communisti.", en la "Civilita Cattolica", Roma, número del 17 de
octubre de 1964, págs. 110-123), su coexistencia con las religiones
que acepten
el relativismo dialéctico puede ser auténticamente
pacífica. Pues
el diálogo con ellas nada tiene de pugnaz y pre­
senta a~s el carácter de una ·éolaboración.
4.-Diálogo, irenismo y persecución religiosa.
El hecho de que el comunismo acepte la coexistencia pací­
fica eón· 13.s varias religiones qu'e se -le oponen, ¿-indica, por ven­
tura, qhe está cerrado el período de las persecuciones religiosas?
En rigor de verdad, ·no. El comunismo admitirá tal coexis­
tencia cori las religiones o los. grupos religiosos que, colocándose
en posición hegeliana, acepten dialogár con él sobre una base
relativista.
En esto su actitud parecé nueva: sin embargo, la
novedad nos parece que no está en él, .sino en ciertas corrientes
religiosas cuya posición frente al relativismo se va tomando cada
vez más débil y connivente.· El comunismo perseguía las religio0
nes cuando ellas lo combatían. Es coherente, de su parte, dejar
de combatir aquellas qiie se muestran dispuestas a· entablar con
él -llrt diálogo · relativism, en·· uri · clima de coexistencia pacífica
· Éstas aseveraciorteÍ; tienen -interesántes confirmaciones ,en los
hechoil. ·
·¡5¡¡
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No es otra, a · nuestro parecer, la razón por la cual el comu­
nismo polaco apoya al grupo "Pax".
Las personas que integran este último, aunque se afirman cató­
licas, aceptan colaborar con el régimen comunista para
la cons­
trucción del mundo socialista. Así insinúan que
el pensamiento
social de la Iglesia ha evolucionado
y comporta en la actúalidad,
en rélación al socialismo, una flexibilidad que no teriía anteS.
Ahora bien, el pensamiento de la Iglesia de . evolucionar en
materia social· puede evolucionar también en cualquier otro pun­
tq. La posición del grupo HPax" contiene una confesión implí­
cita del relativismo, que procura presentar al público la doctrina
católica como mudable en todos sus aspectos .. Aceptando, además,
e! diálogo irenístico con los comunistas, '1_Pax" acaba mostrán­
dose como un instrumento enteramente dedicado a la difusión
del relativismo en los medios católicos de
la infeliz Polonia.
Ese sentido relativista
se nota también en el ruidoso libro
"11 Dialogo alla Prova" (a cura di Mario Gozzini, "Mezzo.-Se­
colo", Vallechi Editare, Firenze, 1%4), en el cual más de un
colaborador deja entrever que, desde
el punto de vista del diálo­
go,
lo hombres no se dividen en grupos ideológicos, sino en dos
grandes categorías supra-ideológicas. Unos son los que
--en los
varios
cuadrantes doctrinales-sensibles al diálogo y capaces de
p,racticarlo, cáminan ·hacia la coexistencia pácífica y hacia la sín­
tesis. Estos son los buenos .. Los Otros son insensibles a los atrac­
tivos del diálogo
y-se obstinan en la mera controversia de carác­
ter "dogmático"
y por· tanto sin· cuño relativista·. Estos son .los
malas1 Ios duros, los· intransigentes~
No es. preciso tener n>Ucha perspicacia política para percibir.
que para los mt>los no habrá las delicias de la coexistencia pací­
fica,. sino los inflexibles rigores de la· _más feroz per~ecución.
5.-El pacifismo irenista y el diálogo.
Por haber ·nacido del suelo de la utopla irénica, los vocablos
"diálogo" y "coexistencia" forman) con la palabra "paz'.', un
solo anillo.· La paz iréilica no se reduce a la mera inexistencia
de guerras termonucleareS
o_ convencionales, de revoluciones ó
guerrillas. Contiene una doctrina, eS un estilo de vida .. tanto pú­
blica como privada en que todos ·1os elementos de fricción fueron
sustituídos por una coexistencia cordial
y dialéctica de la tesis
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PUNJO CORREA DE OLIVEIRA
con la antítesis, en una continua colaboración para preparar la
síntesis.
El diálogo irenista es la aplicación directa de esa doctrina,
el lenguaje de ese estilo de vida y el instrumento de esa cola­
boración (25).
(25) Una víctima de la palabra~talismán "diálogo", al leer todas es­
tas consideracione's, no dejará de pregú:ntarse si el autor, tan inmune al
irenismo, es indiferente al peligro .de uria h_ecatombe termonuclear.
Esta pregunta es, de por sí, un insulto, pues solamente un loco o un
desalmado puede ser indiferente a tal peligro.
Un católico que nq lo tema con todas las potencias de su alma, no
tiene sinceridad en su fe. En realidad, no será. sino un fariseo.
Sin embargo, para un católi.co sincero hay un mal aún más grave _que
la guerra : es el pecado. San Agustín aclara bien este pensamiento: "¿ Qué
hay de recrimí,nable en ta guerra? ¿ Será ef hecho de que en ella se matan
hombres destinados a morir todos un día, a fin de que los vencedores pue­
dan vivir en paz? Hacer tal censura a la guerra sería cosa de pusilánimes,
no
de hombres religiosos. Lo que se increpa, a justo título, en · las guerras,
es el deseo de causar daño, la. crueldad: en la venganza, un ánimo impla­
cable y enemigo de toda paz, la ferocidad de las represalias, la pasión del
dominio,
y otros sentimientos semejantes" (Cont. Faust;, XXII, 74 -PL 42,
447). Si éstos son los pecados a los que la guerra puede llevar a los hom­
bres, mucho más grave
aún es_ el pecado al cual, en las presentes circuns­
tancias,
los puede llevar el irenismó. Pues es a la apostasía, que en cuanto
atenta contra
la fe, raíz de todas las virtudes, és el más grave de los
pecados.
Si ·la condición para :preservar lá paz consiste en que los hijos de la
Iglesia
acepten una concepción, relativista de la Religión ,----cavilosamente
introducida en· ellOs por la palabra-talismán "diálogo" y otras congéneres­
y una civilización socialista, entonces es preci_so reconocer francamente· que
para
el género hwnatio se plantea la alternativa entre obedecer a Dios, que
nos manda creer cuanto nos reveló. o a
los déspotas; comunistas que, ame­
nazahdo con la bomba de hidrógeno, nos mandan rechazar la revelación.
Frente
a¡ esta alternativa, no. hay, una vez más, cómo dudar: "importa más
obedecer
a Dios que a los hombres", como advierte el Príncipe de los Após­
toles (Act. 5, 29).
En la realidad, sin embargo, negamos que la opción. fr~nte a la cual
se encuentra la humanidad, sea
la apostasía o la¡ destrucción atómica. PIOr
un lado ·está el precepto divino y por otro lado la amenaza comúnista,
ciertamente. Pero
el peligro de la hecatombe termonuclear será mayor si
desobedeciéramos
a Dios en lugar de desobedecer a los déspotas · de Moscú
o Pekín.
Pues
si la opinión pública, dotninada por el binomio miedo-simpatía,
e intoxicada por las palabras-talismán del irenismo, "diálogo" entre ellas,
aceptara una
concepción relativista y hegeliana de la Religión, impondrá
inevitablemente
que-las naciones no comunistas acepten en términos de co­
existencia, y para salvar la paz, la generalización del comunismo en el mundo, .
Ese pecad-o supremo, por el mismo hecho de sér cometido por naciones
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TRASVASE IDEOLÓGICO INADVERTIDO Y DIALOGO
6.-Constelación de palabras-talismán· que producen el -cambio.
''Diálogo'', ''coexistencia'', ''paz'', en cuanto vocablos-talismán,
son usados aquí
y allá en acepciones a veces enigmáticas. Pero,
si son interpretados en un sentido evolucionista, el ··cuño enig­
mático se disipa y esos términos talismánicos pasan a: ser claros,
de contornos precisos y perfectamente congruentes eritre sí.
Esto nos pone en presencia, desde ahora, de la acción trans­
formadora, no de una sola palabra, "diálogo", sino de toda una
constelación de palabras-talismán afines.
Constituída a partir de lucubraciones irenistas sóbre las re­
laciones entre católicos y no católicos, esa constelación conduce
a un relativismo de sabor marxista.
7.-El diálogo y la línea italiana del comunismo.
Consideramos hastá aquí al diálogo como un instrumento de
trasvase ideológico inadvertido.
Ante·s de terminar nuestro estudio_, es el caso ·de preguntar
si, paralelamente con ese cambio, el comunismo internacional no
tiene en vista alguna operación política de gran envergadura,
correspondiente al problema que expusimos en
el comienzo de
_este trabajo, esto es, al mal6gro mundi:~.l de su proselitismo ex­
plícito.
y apenas por individuos, está sujeto a la ] usticia Divina de modo muy
especial.
En efecto, _mientras que los pecados de los individuos. pueden ser cas­
tigados en este mundo o en
el otro, no sucede lo mismo con los pecados
de las naciones. Estas, como dice San Agustín, no ·pudiendo Ser recom­
pensadas
ni castigadas en la otra _vida, reciben aquí _mismo el prém.io de
sus buenas acciones y el castigo de ?(Js crfm·enes.
A un ,pecado supremo de los países corresponde, pues, en términos de
justicia, un castigo supremo en este mundo. Y éste, bien puede ser la
tatástrofe termonuclear.
Así,
más .peligro hay _ de una tal catástrofe en la: apostasía que en
la fidelidad.
Esta afirmación
se prueba_ aún .mejor si coi1sideramoi; rio sólo la
pena, sino también el premio. Las naciones fieles a la te-y de Dios deben
recibir en esta tierra la ju·sta recompensa. -~da, pues, es más propio para
atraerle, a_, -qn pueblo la protección y. el favor de Dios,. aun· en lo que
respecta_ a_ los .l>ienes_ de esta vida,. que _1a fidelidad _heroica frente al ,peli­
'gro teimotiucleaf. ·Esta fide.iida.d ·es el tiledio por excelencia para apartar
tal
péligio. ·
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PLINTO CORREA DE OLIVEIRA
En este casoJ la importancia del cambio ideológico inadvertido
se -volvería aún más. patente al" lector.
Si consideramos la línea de condncta asumida por el Partido
Comunista Italiano,
en lo que respecta a la política ínterna de
la Península, en·contraremos ciertos 'hechos que conducirían a una
respuesta afirmativa.
El PCI intentó, por mucho tiempo, destruir la religión por
medio de una campaña violenta y desabrida. Después de
la se­
gunda guerra mundial, viendo la
influencia electoral avasalla­
dora de
la opinión católica, fue mudando gradualmente de acti­
tud, y hoy en día, sus representantes más calificados afirman
que si los católicos accedieran a colaborar en la edificación de
Una economía socialista, ellos por su lado estarían dispuestos
a admitir a la religión como un-factor válido de revolución social y
a dar a la Iglesia entera libertad de culto. En estos términos
quedaría establecida la coexistencia padfica
con la Iglesia, y el
ateíSmo comunista entraría en· un· régimen de diálogo iiénico con
la Religión Católica en espera de. una nueva síntesis. El libro "Il
Dialogo alla prava" más arriba citado (ítem 4, supra) contiene
en ese sentido textos importantes. También
el aludido artículo
de Giuseppe De Rosa,
S. J. ("L'ispossibili dialogo tra cattolice.
e comullisti", in "La Cívilta Catolica", cit. en el ítem 3, .supra)
transcribe interesantes documentü"s comun_istas ·que dejan trans.,.
parentar el reconocimiento de la actual indestructibilidad de la Re­
ligión Católica en Italia, y sugieren
el diálogo y la coexistencia
pacífica entre católicos y c,omunistas de aquel país.
Por oposición a la llamada línea rusa ( esto es, el camino de
la lucha ideológica y
la persecución policíaca, seguida de un
modo casi continuo en la URSS), se delinea así una Un-ea ita­
liana, inspirada por el sentido oportunista del comunismo y for­
n1Úlada en _ términos ·de irenismo, diálogo relativista y coexis­
tencia.
Documento fundamental de la línea rusa sería el famoso in­
forme Ilytchv. ( discurso pronunciado
por el presidente de la
Comisión Central del
PCUS, el 26 de noviembre de 1963, en la
reunión ampliada de la misma Comisión Ideológica). El docu­
.mento principal de .la línea italiana sería el no menos fatnoso
memorial de agosto de 1964, del· fallecido· secretario general del
PCI, Palrniro Togliatti, sobre el informe Ilytchv.
La línea italiana del comunismo, tiene afinidad con la polí­
tica de contemporización frente a la Iglesia y de entero apoyo al
movimiento "Pax" seguida por el dictador comunista polaco Go-
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TRASVASE IDEOLóGICO INADVERTIDO Y DIALOGO
mulka. La homogeneidad· religiosa· de Pofonia crea para el co-
111unismo, en aquel país, problemas análogos a los que tendría
un gobierno bolchevique en Italia.
En último análisis, la línea italiana muestra la esperanza de los
con1unistas de que, apremiados por el binomio miedo-simpatía los
católicos de la Península acepten_ en gran número una velada apüs­
tasía para evitar· la persecución.
No creemos que _en una nación como Italia esa maniobra lo­
gre su fin respecto a la gran mayoría.
Pero, ya qu_e los comunistas depositan esperanzas para el
caso italiano, Cabe preguntar si no esperan algo también de esa
línea
para los otros países católicos~. para el .Brasil y las nacio­
nes hermanas de América -Latina, por ejemplo.
Ampliando la pregunta, querríamos saber también si para
los países enrolados en otras religiones, ~1 comunismo no tiene
en vista análoga maniobra.
Todo nos hace conjeturar que sí, y en esto .está, a nuestro
parecer, uno de los aspectos
más actuales de la materia tratada
en este estudio.
8.-"-Utilidad
del presente trabajo: la posibilidad de_ "exorcizar"
la palabra-talismán, inutilizando la estratagema comunista.
Como decimos en el comienzo. de este estudio, los sectores
no-comunistas de la opinión pública mundial se hallan en una
situación psicológiéa contradictoria.
En la medida en que miran al comunismo de frente, clara­
mente
exptiesto, lo rechazan por fidelidad a· todo un conjunto
de va.lores -que ellos aún admiten, valores éstos procedentes del
buen sentido. universal o del .legado cristiano.
Pero si miran al comunis1110 de lado, esto es, apenas en sus
manifestaciones diluidas. e implícitas, lo van aceptando
gradual.,.
mente cada vez más. Los mueven hacia esto el mito irenístico
y el binomio miedo-simpatía.
Si, pues,
para el comunismo lo esencial es mantener velado
en la palabra-talisn1án ·el sentido último ·del mito,- por análoga
razón la víctima de éste también se resiste a explicarlo_,.
Para ·la mayor parte de las personas, el mito recordado, e
insinuado
en la palabra "diálogo", y cuya seduc~_ión es 'Cómó la
electricidad de que
ésta se halla cargada, sólo es atrayente cuan­
do se mantiene impreciso, difuso, env:µelto en las nieblas de la
poesía.
¡ Cuán maravilloso es soñar v&,ga.mente con una-concor-
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PLINIO CORREA DE OLIVEIRA
dia defi11itiva y completa en todos los campos en que los hom­
bres tengan relaciones entre sí ! Explicar ese sueño, procurar
estudiarlo, sería matarlo ( d. cap. III, 3). Además, ¿ para qué
explicar?, ·¿para qué entender? Mitos
así.son hechos mucho me­
nos
para ser entendidos que para ser degustados. El fumador de
opio no se interesa por la composición química de éste. No
quiere entender sino sentir el opio.
P.ara "exorcizar'' la palabra-talismán e inrutiHzar_ su efecto
,~1ág-ico, i-mporta, ante todo, descubrir en /.a plurolídad de sus
sen,tidos
e,Z mito que se in.,uba en ella.
Todo cuanto existe tiende a manifestarse. En la. rriente de
sus entusiastas, el mito existe. Teniendo -cerradas delante de sí
las vías de la explicaéión,
el mismo se manifiesta con el máxi-·
mo de su intensidad y claridad, corno ya. dijimos, incubado en·
los matices. más radicales de la palabra talismán "diálogo". Y
así, incluSo cuando se Obst:i:na en permanecer implicito, el mito
puede
ser detectado, caracterizádo, y por fin, .puesto al desntido
por un observador que conozca
-l~s reglas propias de esa labor.
El proceso para descubrir el mito consiste en considerar la
palabra-talismán en sus sentidos más aplaudidos y radiantes, y
compararlos con los sentidos sucesivamente menos mágicos; has­
ta_ el sentido inocente _y trivial; constituída así la gama compara­
tiv~
que contiene significados míticos y no míticos, verificar por
contraste entre los primeros y los segundos cuál es el contenido
recóndito de la palabra que se transparenta en las aplicaciones
míticas
y radicales de ésta. En el caso del término "diálogo".
sjempre surgirá de la. comparación con el irenismo. A medida
que en la gama de los significados la palabra va perdiendo
su
fuerza talisrnánica, se verá que el contenido irénico decrece. En
el uso-iriVial, este Contenido n6 existe. El mito irémco, relati-
1,~.sta y hegeliana es, pues, la fuerza mágica de la palabra­
tali,sm:án ''diálaga''.
En otros -qérminos, el método de esa pesquisa se parece a
una experiencia de óptica, en la cual el ojo humano tiene de­
lante
de sí una tela traslúcida, y más allá de la tela un foco de
luz. Cuanto más próximo está el foco~ más luminosa se ve la
tela. Cuanto más distante aquél, menos luminosa" ésta. Tal ex­
periencia probaría que la luz no está inmanente en la tela, sino
· que procede de un foco móvil que está detrás de ella.
Análogamente podemos decir que
la palabra "diálogo" irra­
dia una luz que no nace de ella, sino de un mito colocado por -
detrás. Cuanto mas
próxima al mito, más luminosa la palabra.
Y cuanto más di
. .;tante, tanto más opaca,
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Una vez que el mito es puesto al desnudo por el observador,
éste puede, divulgando su hallazgo, "exorcizar" la palabra­
talistnán. Pues, expli,cando el mito, proporcionará a los pacien­
tes del trasvase ideológico inadvertido los medios para abrir los
ojos
y percibir la acción que se ejerce sobre ellos, para darse
cuenta de los rumbos hacia l9s cuales son conducidos y para
defenderse de ella.
Explicado el mito, quedará anulado su efecto. Actuará la
natural -repulsa al comunismo de las personas así alertadas, y
la maniobra comunista quedará frustada.
Contribuir para dar a las vícti1nas de ese proceso el medio de
defensa eficaz, es el fin para el ciue este trabajo fue escrito.
* * *
Rogamos a Nuestra Señora de Fátima que reciba como fi­
lial homenaje de amor este estudio y se digne utilizarlo, aun­
que como instrumento insignificante, para la realización de la
gran promesa que hizo al mundo en Cova da Iria:
"Por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará".
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