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Vida campesina y progreso en el mundo moderno. (Primera parte: Caracteres de la vida campesina)

Vida campesina
y progreso en el mundo moderno
por.
Au1N T HORANCHES y PrnRRS füv1LLARD ·
Fundaci\363n Speiro

VIDA CAMPESINA Y PROGRESO EN EL MUNDO·
MODERNO··
ADVERTENCIA.·
Tratar .de -la "vída campesina" es difícil.
No en cuanto a la docttina. Esta se · reduce, i:bmtl se -verá, a
ciertos principios muy sim_ples; demasiado s~mples en·:Ia opinión
de algunos que no comprenden cómo se les podría aplicar· en la
intrincada maraña de los ·problemas agrícolas contemporáneos.
La dificultad complica la fom,a de presentación de la doc-
trit;a. . . .
. -e ' -
Contentarse con anunciarla daría lugar a reproches ,semejantes
a los formulados a propósito de estudios similares: "demasiado
teórico", "-de1nasiada poético' "poco adaptado a las preocllpacio­
nes económicas del·. mundo rural". Y es C:_iertp -q.u~. ~st~ aspecto
del problema es muy importante, hasta
el pun,to de que no se pue<;le
tratar de la "vida campesina" cQn -per~_qnas que tengan de, yeinté
a,cincuel1taafi.os. _ , ____ .. .' __ -~.,.
Pero el error inverso cons_iste ·en ln_sistir demis_iado Sobre los
fa.ctores_ ec9nómic9s, pasando .rá,pidaffiei:ite .s-obre. los .hi.orales, por
temor de. no parec_er b;istante "reali_sta".
Defecto más graveque dprecedente. . . . ,. . . .. ,
Es inás agradable hablara las gentes .dela rentabilidad de su
explotación que
panerlos en guardia ,éontrá los hábitos o. defectos
que
tengan_ una grave repei-Cusión sobre hi. vida sócial.
Es más. fácil imélginar que todo el_.1)rÜblema campesino se re­
duce a una cuestión de diriero más· bien que :decir, AD;MÁ.s, qtle
una reforma de la mentalidad es indispensable.
Es más .agradable y más fácil, pero esto no es __ a_certado.
El hombre es cuerpo y_ alma. Ninguna cuestión f).u;mana se pue_ ..
de resolver cuando se deja de la\lo uno de lo,s dos elementos: el
'llaterial o el espiritual. . . . . , , . .
Hemos querido, r:¡ue. esta edición sea PR,;>VISIONAL, porqi.le so­
mos conscientes
-de_ .las imper.fecciones d.e núestro trabaio. Desea­
mos vivamente
CJ.ué las reacciones de nuestros. le.e.tares_ tlos permi-
ten cor~eg(rlo. ; ·
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Fundaci\363n Speiro

ALAIN THORANCHES Y PIERRE BEVILLARD
Hemos procurado todo lo que nos ha sido posible mantener, en
las referencias doctrinales y en los diagnósticos morales, la mayor
sobriedad.
¿ Es posible que por evitar el patetismo no hayamos
insistido
lo bastante? ·
Por otro lado, hemos indicado multitud de testimonios de eco­
nomistas, datos de cifras y citas de hechos. ¿Bastantes? ¿Pocos?
Desde que se entra en las complejidades de la vida, se corre siem­
pre
el riesgo de escamotear un problema o de exagerar su impor­
tancia. Nosotros hemos querido dar suficiente número
de hechos
para que
la doctrina permanente apareciese a través de la medula
de
los sucesos y dificultades de nuestro tiempo. No hemos querido
dar,_ como· si ese hubiera sido nuestro objeto, soluciones técnicas
o jurídicas.
INTRODUCCION
Cainpesino, campesiµado', vida . campesina, civilización campe­
sina .... , son expresiones que una parte de la opinión pública no
acepta
ya.
Para algunos son despreciativas: campesino es sinónimo de
"bruto", "paleto" ... y otros términos despectivos, según el ca-
pricho de las regiones. ·
Para otros, designan una realidad del pasado. Su empleo re­
sulta hoy retrógrado. Campesino rima con artesano .. Una y otra
palabra
se aplican a realidades. sociales de otra época.
Algunos, matizando más, creen que
al hablar de "campesino"
y de. "campesinado" se evoca una concepción· de la vida rural que
no tiene bastante en cuenta: el aspecto económico. Estas palabras
"no-suben. la cuesta", se nos ha dicho. _
En realidad podemos constatar que se trata más bien de reac­
ciones de sensibilidad que criterioS fundados. El militantismo agrí­
cola o político más activo, cualquiera que sean_ sus posiciones, em­
plea corrientemente palabras "tabús".
Sin remontarnos al "Canto de
_los guerrilleros":
... "Obreros y CAMPESINOS, ¡ a. las armas!, encontramos: "Los
CAMPE.SINOS soviéticos", una encuesta de.: Chombart de Lauwe".
El CAMPESINO de Israe_l ¿ será el campesino de mañana ? , es­
tudio publicado por el "J ournal de la France agricole".
"Sálvanos, CAMPESI.No", folleto de Ives de HautecloqUe.
"Entre
CAMPESINOS" es .un boletín ·de estudios y de formación
cristiana redactado por O!iver Dugon.
Per_o, "Los CAMPESINOS contra el pasado" tiene por. autor a
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VIDA CAMPESINA Y PROGRESO
Serge Mallet, antiguo m.iembró del . partido comunista y que co-·
labora en "France-Observateur ".
. "Na vemos, pues, ;ning,µna _razón .. para ~echaza_r los vocablo_~:
campe~i.no, canipesina~o1 _-vida campesina, civilización,_ campesiµa,
que emplearemos en un sentido muy preciso, diferente de expre­
siones aproximadas cOI.J]O: agricultura, explotación. agrícola, sector
agrícola, economía rural, vida rural,. ·mundo rural, etc .... No_ -está
hueStro interés en las palabras. Nos interesa trataf · exactamente la
realidad que n;presentan. í Y por esta .razón estamos obligados a
aplicar las palabras más
adecuadas a esta realidad! ·
Esta precisión de ·vocabulario nos permite indicar los· lílnites
de nuestro estudio. · ·
No trataremos ni de agricultura en el sentido técnico; ni de
política
-o. de, economía agrícola. Se nos -perdonará, pues, que no
hagamos más que las referencias necesarias.
al objeto de este-Jra~
bajo. No aportaremos de!iberadameµte ni recetas prá.cticas, ni
programas políticós. Harían falta
vplúm!'lles .y uru¡ ep¡npet~ncia
u~versal para tr:a~r sOlamente incidenc~?. ca:néretas d~ 1a cues­
tión campesina en el cli¡na social e ideoló¡;i~o . de cada país.
·
Un estudio doctrinal es insuficiente para resolver los problemas
concretos, si los hombres, en· el ni~el de·· sus Competencias-páfticu­
lareS, ··en su profesión y ei1 su zona de influencia personal; Son_ in­
cá,paces de ti"atisfbrinát. en· actos ·sus principios.
Hace · falta qlle conozcan· estos principios~ · esta -doctrina, este
conjunto de· ·ideas· fundameilt,ales sin las· cuales su acción/ pór
muy generosa que sea; peligra de orientarse mal.
Nuestro objeto es doctrinal y se limita a la vida campesina.
Pero, como veremos más adelante¡
·ta sola. doctrina abre a la in­
vestigación práctica
m.últiples .horizontes. Y, .sobre. todo, aclara
estos horizontes con
una luz _siempre nueva, indispensable a los
técnicos,
a los políticos, a los economistas, .. y

a las honestas
per­
sa.nas que nada comprendeµ de la cantidad de locuras cont~mpo­
rát;ieas.
Permite preparar, fuera de rutínas, d~ ,prejuicios y de opi-·
niones utópicas de intelectualés, un porven.ir de p~ogreso, mzo;i~_~le,
en sentido humano, para "los de. la tierra~'.
PRIMERA :PARTE
CARACTERES DE LA VIDA CAMPESINA
Antes de hablar de alguna cosa hay que saber lo que es.
Antes de discutir
la actualidad o la no actualidad del cam­
pesinado, antes de -preguntarse si está
u su,perado" o· no, si está
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ALAIN THORANCHES Y PIERRE BEVILLARD
destinado _ razorrabl_emente· a desaparecer o es susceptible de Javo­
recer el progreso económico y social de las naciOnes modernas,
tratemos de posar una mirada lúcida sobre este objeto de nuestros
desvelos ... o de nuestros ataques. Simple honestidad de espíritu.
Tanto
peor para las gentes apresuradas. La primera parte de esta
obra describe las características
del campesinado. Hace balance
de los valores que encierra.
Rogamos al lecto"r,· cá,mpesino o. ciudadano,· d1SCurra sin pasión
por esta primera parte, aunque la juzgue a primera vista poco ac,
tual o demasiado teórica. · -
Si el .éampesino es agricultor esencialmente,. µo todo agricultor
es forzosamente campesino.
El obrero agrícola de la Beauce, el gaucho de la hacienda en
Argentina,. el obrero -sovkhoze ruso, .el gran pr6pietario americano
que dirige la empresa agrícola pero no la explota directamente,
éstos no son cam,pesinos.
No es suficiente trabajar la tierra o · ejercer 'una· profesión
que se le relacione directamente para ser _campesino. Ninguno de
los que hemos nombrado lo pretendería. .
En cambio, sin que podamos decir que sean líterariamente cam­
pesino, tanto
el artesano del pueblo que tiene un pedazo de tie,
rrar, su vaca y sus aves de corral, como el guía alpino que divide
su tiempo entre las excursiones y las largas recogidas del heno,
también son campesinos
por varios aspectos sociales de los que ha­
blaremos. Comúnmente se dice que
-tienen Halma campesina",
mientras que muchos
agricultores no .. la .tienen~
De donde resulta que el campesinado no sólo es. una profesión,
.sino un estado, un género de vida e incluso un estilo de vida par­
ticular, al punto que personas que no trabajan la tierra o no la
trabajari·más que esparádicatnente se llaman o ·san llamados "cam­
·pesinos" en la medicla en que participan de este estilo de vida en­
·gendrado por un campesinado más· auténtico.
¿
Cómo se explica esta realidad sociológica allá donde existe?
(-puesto que existen países agrícolas que no tienen campesinos).
V arios factores se completan e influy'eil unos sobre otros para
formar este complejo : el campesinado. Estos factores pueden ser
agrupados bajo tres as
pedos principales:
202
1. Económicos ..
2. Sociales y políticos.
3> Morales y religiosos.
Fundaci\363n Speiro

VIDA CAMPESINA Y PROGRESO
l. CARACTERES ECONÓMICOS.
a) El campesino fabrica vi'da.
"Vida ·celular y microbiana de las tierras, vida vegetal de los
cultivos, vida animal
del ganado, vida humana finalmente de los
cultivadores" ... -escribe Néron Bance!-(!). "Y estas vidas
no se desarrollan aislada ni paralelamente unas de otI'as. Se sos­
tienen unas a otras, ya que la tierra y sus bacterias Viven de Jas
formas de cultivo y de los-abonos animales o vegetales; los vege­
tales viven de la tierra que los alimenta,· tos animales .. de las plan­
tas y de los cuidados del hombre, y,
por último, el hombre matie­
ne
· Su vida por la consumición de los vegetales y de los animales
que su trabajo
y su inteligencia hace vivir y reproducirse."
Banalidades aparentes, pero que interesan directamente a nues­
tro
objeto:
-Hacer crecer o criar al. ser viviente es distinto a transfori;nar
la materia bruta. Los medios puestos en juego es muy posible que
deban ser distintos; las etructuras socio-económicas de esta -"fa­
bricación" de un ser viviente es muy posible también que no deban
identificarse obligatoriamente con las estructuras socio-económjcas
de transformación del mineral.
-El campesino fabrica vida... -:()ara otros seres vivos: los
hombres de otros sectores económicos. Cuando la U. R S. S. en­
vía· a Argentina barcos enteros- de camiones que ·no funcionan,
hay derroche de tiempo y de dinero, injusticia causada a otros, pero
esto. no es tan grave como descuidar o alterar la calidad de los
producto_s destinados a la nutrición de los . seres humanos, a
su vida.
-El hombre debe ·alimentarse. Según las condiciones se ali­
menta poco, mucho
y muchas veces demasiado. Pero hay un tope,
una cantidad
máxima que los mejores estómagos del país más
gargantuesco no podrían ingerir.
La agricultura permite satisfacer una necesidad vital, pero que
no es
susceptible de expansión ilimitada. Si el poder de compra
aumenta, el consumidor comprará posiblemente alimentos de me­
jor calidad. No se puede tratar de hacer doblar la consumición,
mientras que sí se puede incitar a los compradores a poseer dos co­
ches y tres aparatos de radio.
En-.cambio, a ~sar de los.-mejores ctÚdados, el "fabricante
(1) L'écon-Omie rurale familiale et l'argent.
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ALAIN THORANCHES V PIERRE BEVILLARD
de vida" corre el riesgo de 'no poder alimentar a sus semejantes
si sobrevienen calamidades, vegetales·· o áriimales, etc ... , y le im­
piden cumplir conve·nientemente esta misión social.
La economía agrícola podría, púes, tener un'. ~ráctef'tan par­
ticular de flexibilidad, de lenta perseverancia, que inflniría sobre el
estado
de espíritu, el comportamiento .personal y social de los
fabdcantes: de vicia, su modo. de viyir y de traha:jar; · sobre la
b'úsquedá del estatuto jurídico que mejor se adapte a esta condición
particular: · ·
.
Pero se dirá que estas observaciones generales no son, válidas.
solamente
para lo que nosotros llamamos campesinado. Concier0
nen a todoS los que tr_ábajan. -Ert-ge!'-eral,_ es cierto. Sin· ~mbarg.o,
obligan a plantear el siguiente problema. .
¿-Cóm.6 r_esponden a estas exig.encias· las· estructuras sócio­
econ6micas
,lé. la vida campesina? ¿ Responden mejor o pécir .que
otras estructuras? · '
Será muy importante deducir nociones precisas a este respecto
sí quer.emos apreciar en la continuación de este estudio· et .t>a.pel que
corresponde al campesinado concebido en las perspectivas del
muri.do moderno. · ·
b) c,;,.,,cter parúcu1ar del trabajo de 1.á tkrro.
Et que trabaja la tierra no es' un obrero ~omo los otros. Lo
que hemos dicho permite comprender que la apreciación inmedia­
ta del fruto de este trabajo· es imposible. Es suficiente una rioché
de heladas para que una cosecha de fruto se vea comprometida y
para que una vendimia sea aniquilada. Un cuarto de hora de duro
granizo y se van· por tierra meses de tenaz .labor. Demasmda
agua o
su escasez trae tonsign consecuencias incalculables (2).
Juan XXIII resalta en Mater el Magistra (3) que el repar­
tO de los imouestos debe tener en cuenta eSte hecho:· t..os ren­
dim-iento_s del sector agrícola se farma:ri "tnás lentamente. y con
(2)' -_y· la palabra aquí es casi iriadecúá.da en todo su rigor. El· cálculo
de los riesgos o de los beneíicios es ·ciertamente
posible con-los modernos
métodos e_stadísticos, pero mucho más impreciso qu~ ett otras-cu€s6oµés
Puede -permitir determinar una cuota de segu.-o . o valorar el· rendimieQto
glóbal de una ex1J1lotación sobre· varios afias. Peró · todo muy teóricamente.
El "muy probable" puede resultar ·Ja "triSte realidad" si tres, cuatro o
ciqco ·añ.os seguidos son· malos. A· la inversa, condiciones atmosféricas in­
esperadas
~den aumentar en proporciones_ impí-evistas_ la rentabilidad de
la explotación.
(3) Tercer:i parte.
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VIDA CAMPESINA Y PROGRESO
más riesgos" durante su obtenci~n que en los otros secto'res -de
la -economía.
HaCen falta JX)f lo· inen~s tres años para ap_reciar el resul­
tado en la cría bovina: Pero hacen falta airns de ensayos, de e,q,e­
rimentos al ganadero inteligente que quiere mejorar su capital,
adaptar pastos y variedades de animales
al clima, a la altitud y a
fa naturaleza del suelo. ·
La rentabilidad de la tierra -cultivos y crianzas de animales-­
se
háce perceptible a más largo plazo que en la industria. ¿ Y
qué decir de algunos bosques,
en particular los encinares?
Más si el trabajo fructifica lentamente, la ignorancia, la pe­
reza, la negligencia, se hacen sentir ,rhuy -de prisa. Si en 1914 -las
campesinas francesas no ·hubietan em;pufiado el .arado en lugar de
su marido o de sus hijos, habrían sido_ suficientes -tan sólo meses
para ver cómo las malas hierbas cubrían los campos.
La irtva·sión _musulmana fue suficiente para -esterilizar tras_ al-.
gunas generaciones la verde Africa romana. Las ruinas de las ciu­
dades están ahora en pleno desierto.
Hay que suponer que
el campesino no sea más valeroso que
otro trabajador, pero
la naturaleza misma de su trabajo le obliga
a serlo (4).
Se quierá. a· no se quiera, hay que reconocer al campesino la vir­
tud moralizadora de su economía particular.
e) . La posesión del suel-0 cultivai/.o.
"El hombre es de tal condicióu -observa León XIII en Re­
rwm N ovarum-· que el pensamiento. de cultivar una tierra que le
pertenece aumenta su ardor y_ su apli.cación''.
Podemos decir lo mismo de toda propiedad. "Lo que se posee en
común es objeto de una tlegligencia común", enseña un antiguo
adagio.
Por el contrárío·, el hombre aporta más cuidado a lo qué le
es ".propio" y podrá transinitir· a sus descendientes .. El interés
se integra así con el sentido del deber profesional.
¿ Qué decir cuando se trata de la tierra. que, nosotros lo hemos
visto_, exige_ cuidados asiduos, un trabajo sin negligencia, un
esfuerzo competente y un grave valor?
El _que está ~n su ·casa debe tener, p.ormalmente, más_ estímu-
_ · (4) --:-:Parece difícil al agricultor "devolver sobre la marcha" el con­
tragolpe
de las faltas y olvidos que se hacen sentir muy rápidamente.
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ALAIN THORANCHES Y PIERRE BEVILLARD
lo para cuidar su tierra que el trabajador por 'cuenta de una ad­
ministra-c_ión lejana, de un Estado colectivista, de un· patrón efí­
rrierb o incluso de un propietaro que alquila suelo y edificios (5).
El cákulrr. más ·fuaterialista basta para probar que la inesta­
biliclad, sobre todo en agricultura, es el obstáculo principal a la bue­
na rentabilidad de un dominio. Y
rio hablemos de las consecuen­
cias humanas de esta constante -economía.
El vínculo trabajo-propiedad es más notable en el sector de­
nominado "primario"
(6) que en cualquier otro. Un-propietario
nulo que no quisiera intervenir -·de ninguna manerá en la explota.:.
ción ni _correr ning;t,'in_ riesgo, rompienc;lo así el _vfnculo trabajo--
(5) Se observa_: sobre todo, en lo que concierne a la -. habitación rural.
Muchos granjeros s.e _resisten a realizar mejoras_ en edificios que no les
Pertenecen o

a
áotatlós de instalaciones fijas (sanitarias, por ejemplo).
Pero en lo qU:e -concierne al equipa mecánico, se encuentran ante una
paradójica situación.
Los aparceros granjeros y colonos,_ no teniendo que amortizar un ca­
pital .....,._¡y pagando en general rentas relativamente pequeñas al propie­
tario----, son los únicos que pueden invertir para modernizarse, en ciertas
regiones.
En estas condiciones no aspiran a una situación de propietarios,
ciue les resultaría más pesada que beneficiosa. _ ·
·
Esta anomalía, de la que volveremos a hablar en Ia Ségunda parte,
no desvirtúa
náda de lo que decimos, porque el colono o_ el granjero in­
vierten 1:anto más gustosamente cuanto más segui-os están de una estabi­
. lidad que
los hace cuasi-propietarios (sin sus cargas}. Mientras que el
propietario invierte menos, porque la injusticia de la legislación le priva
de una· gran parte de. los beneficios de. su propiedad.
En fin, sería injusto olvidar que un arrendamiento fústico es muy dis­
tinto de un arrendamiento
urbano: Existe· un apego natural del hombre a.
la tierra ,que cultiva, incluso cuando no es suya. Se ,podría decir que eI
grado de ligazón es proporciOnal al grado de posesión del suelo.
(6) Cf. León XIII en la Rerum Novarum:
La tierra produce con largueza las cosas que se precisan para la con­
servación de la vida y aun
para su ._perfeccionamiento, pero no podTía pro­
ducirlas
por sí sola sin el cuJtivo _y el cuidado del ·hombre. Ahora bien,
cuando el hombre
aplica su habilidad espiritual y sus fuerzas corporales
a procurarse los bienes
de la naturaleza,· por este mismo hecho se adjudi­
ca a sí aquella parte
de la naturaleza corpórea que -él_ _mismo cultivó, en la
que
dej_ó impresa una a modo de huella de su persona, de modo que sea
absolutamente justo que use de esa parte como
suya y que de ningún modo
sea lícito que nadie venga a
violar ese derecho del. mismo ...
El campo cultivado
poi" la mano -e industri.i del. agricultor cambia
por completo su fisonomía: de silvestre
se hace fructífero; de infecundo,
feraz.
Mota bien,_ todas esas obras de mejora se adhieren de tal manera
y
Se funden con el suelo, que,_ por lo general, nO hay modo de separarlas
del mismo." (B: A. C., II, 7 y 8.) -
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VIDA CAMPESINA Y PROGRESO
propiedad, no tendría razón para lamentarse si recogiera menos
provecho que otro que sepa "revalorizar la propiedad" (7).
La parábola del Buen Pastor nos suministrará una ilustra­
ción casi literal.
El mercenario no busca más que eludir su res­
ponsabiHdad (incluso si la pérdida de un cordero no es imputable a
su negligencia)-. No raz'ona más que con una justicia estricta.
Los -corderos
no le pertenecen. N 6 los estima como si fueran su­
yos y no .se afana en buscarlos cuandó se pierden.
d) Propiedud de la casa.
TJn campo no es suficiente para una explotación. La habita­
ción familiar
es una condición de trabajo. ·Es allí donde se coloca
el material,_ donde se guarda la cosecha, donde se alberga el ga­
nado,
el lugar donde se hospeda el personal y en donde hace sus
comidas.
La vinculación de la habitación a la empresa es natural, mien­
tras que es_. excepcional en muchas otras actividades.
e) El capital que el agricultor hace fructificar es la tierra.
Explota un capital inri:tobiliario, es decir, fijo, inmóvil, por
oposición a los capitales mobiliarios o movibles: El dinero, los
valores bursátiles, las máquinas, los muebles, etc.
Trabaja sobre "bienes al sol". Esto es muy importante.
La propiedad inmobiliaria es ostensible, explica Jean Ous­
set (8).
"La gestión del que la posee es, por así decirlo, de un
control público ; su carácter de servicio soCial. . . es más particular-
mente discernible.
'
_"Que una casa caiga en ruinas, que las tierrá?, campos, vífias
o jardines- no sean cultivados o mal cuidados, sOn cosas que todo
el muri.do puede constatar, en donde el escándalo ·es .. patente. Por
otra parte, no hay solamente este rasgo.
"La propiedad inmobiliaria no rinde y no se mantiene más que
en la medida en que se la cultiva. El mismo razonamiento no
puede hacerse
a pro.pósito de "los valores mobiliarios... Mientras
que la regla del crecimiento normal de las fortunas financieras
re-
(7) Esto-es lo que no han comprendido bien los adversarios del ·cam­
pesinado
;. ver segunda parte.
(8) El Trabajo, I Parte, cap. IV, págs, 71 y_ sigs., edición española de
SPl!IRO, S. A. (Madrid, 1964).
207
Fundaci\363n Speiro

ALAIN THORANCHES Y PIERRE BEVILLÁRD
side en el mecanismo de las operaciones ·bancarias, el n1ás exten­
dido de los cuales es
el préstamo con interés ... , la fortuna in­
mobiliaria no sólo no se desarrolla, sino que no se conserva más
que a fuerza
de trabajo."
La protección que el Gobierno concede a los súbditos -escribió
Rivarol ~n ·el siglo xvrrr___;__, -debe ser s:iempre inversa a la movi­
lidad de sus riquezas.· Pongo en el último !t,gar al hombre de di­
nero que, como
si se tratara· _de-un m.ago, puede con un -simple
plumazo
transportar su fortuna al fin del mundo y que no hacien­
do más que
agitar signos se-sustrae igÚal1nente a la naturaleza y a
la sociedad. Pedía que
el labrador fuera el que más se favoreciera,
ya que su fortuna
·es inmóvil.
Así, pues, uno. de los ca_ract"ere.s más condantes de !.a econo­
mía campesina es el de unir estrechamente la propiedad del suelo
a
la, producción de las cosas que de él se obtienen.
Aparece también como un elemento de estabilidad y de con­
tinuidad en el conjunto de la economía nacional (9).
Los capitales cosmopolitas se infiltran
más difícilmente que
.en la industria o en una forma industrial de agricultura. Ahora
bien; no hay necesidad de ser especialistas para saber que una
economía nacional tiene necesidad de ser pedestal sólido y
per­
manente, cualesquiera que sean las fluctuaciones de la moneda,
los cambios internacionales
y el vaivén de los _capitales anó­
nimos (10).
Este aspecto que acabamos de describir explica
también que
el campesinado incita a la
adquisición y

a la conservación del sue­
lo como propiedad
personal de quien lo cultiva. Más que un útil de
trabajo, la tiérra del campesino, ¿ no es acaso una simbiosis continua
de la naturaleza y del esfuerzo, de la inteligfncia, del
coraje hu­
mano?
El capital nuestro está demasiádo ligado al "útil de tra­
bajo" .para que el agricultor renuncie con al~gría a transformarse
en
prop~etario, incluso si, por otra parte, su renta le permitiera
adquirir. acciones de una vasta empresa agrícola
"coti~l;>l_e en
bolsa" (11).
Esto es tan evidente que no habria ni que decirlo.
(9) Aunque actualmente la renta de la tierra sea mucho más débil en
Francia y en todo
el mundo, .se denllllcia la apropiacióri de los campos· por
i:io cultivadores que buscan un. Iugªr segu:o. Prueba al revés de la es­
tabilidad más grande del
ca1.}ital rústico. (Incluso si esta denuncia no está
enteramente fundada.)
(10) En ciertos casos, la supervivencia de ·una nación depende incluso
estrictamente de la "verdad" de las riquezas del país, de su realidad
''a.1 sol".
(11) Hablando de las iniciativas a promover en el medio agrícola y ~
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VIDA CAMPESINA Y PROGRESO
f) Relativa autonomía del campesino ccm respecto a los otros
sectores económicos.
Algunos han hablado. de la "autarquía económica del cam'
pesino; es decir, ·de· la posibilidad de extraer de su tierra todo lo
que le es necesario
párá.' vivir: ·Haremos a este respecto varia.s ob­
servaciories : . , ~-· ; : -"
l.ª· E,c:ceptuandó a los primit}Vos, jamás ha existido autar­
quía propiamente dicha. Arte.sanos, comerciantes,
etc-.,· procuran·
al campesinci los útiles, vestidos, mu.eblés, accesorioS; etc. Desde.
que apareció Ia ciVili~ación, los mercadós se· organizaron en lós
pueblos con el negocio de animales, granos; vino, etc. Desd~ inuy
lejos, 'ferias célebres vieron llegar buhoneros y caravanas de mer-
caderes (12).
'
-2.ª
Una ·.relativa autarquía campesina puede servir en loS
períodos difíciles. Po-r -ejemplo: Durante las "restritciones'·' _ de
1940 a 1944, el campesino se puso a hacer su pan·; la c:ampesina
a criar las ovejas y a hilar. Los habitantes de los pueblos vecinos
apro_vecharon esta relativa
0.utarquía gracias al mercado "paralelo" ·
y al cambio autárquico en sí, cort re_lación al gran circuito del co­
;,,ercio vigilado
y devastado por el ocupante.
3'.0 '.En tiempo normal no es deseable. En las épocas en que los
transportes eran lentos y difíciles, regiones enteras tenían ham­
bre,
los_ años malos. Hoy, inclu_so si la industria se descentralizara1
habría zonas urbanas en las cuales se impondrían los cambios_;
países rilenós agrícolas. O inenos desarrollados que habría que abas­
tecer, etc. · ·
También lfemos hablado
de una re/miva autonomía de la eco­
nomía cam,::,esina. Relativa oorque la mecanización· hace -depender
m~s la agricultura de la industria ·que de la tracción por ·animales
triados en la finca; compra de semillas, plantas de selecci6n, abo­
nos,· .evolución
necesaria 4e la habitación agrícola, la elaboración a
nivel
de la competencia, una oolítica de la agricultura. Todos estos
factores contemooráneos
obligan a los campesinos a agruparse
entre sí y a particioar todavía más en la.vida nacional. Tendremos
ocasión de volver sobre este
purito.
los otros sectores económicos y. demás actividades profesionales, Juan XXIII
cOncluyO: 11D-e suerte que las familias rurales encontrarían el medio de in­
corporar
sus rentas en' el mismo medio en donde viven. :v traba,jan," (Ma.ter et
Magistra, .tercera -parte).
(12) Atlt\g"Uamente" -se viajaba mucho, conttariamente -a lo que se ha
dicho o éscrito.
209
.,
Fundaci\363n Speiro

ALAIN THORANCHES Y PIERRE BEVILLARD
No quedan más q.ue tres faétores: agrícola, industrial y los ser­
vicios.
El primero es merios dependiente que los otros de la ec:9no-
1nía general porque
está menos condicionado que ellos por las fluc­
tuaciones de los
"asuntas" nacionales e internacionales.
l. Los otros sectores de actividad forzosamente tienen nece­
sidad de la
agricultura para vivir (y preferentemente de una agri­
cultura de calidad). En cambio muchos campesinos continúan ali­
mentándose, en una grart· mayoría, de sus productos. Al contrario
del parisino, del qne Ives de Hautecloque nos dice que "tiene siem­
pre el monedero en la mano (13).
.
2. A diferencia de la explotación agrícola industrial, el cam_0
pesino vende en gran parte a un mercado local. Prácticaménte,. la
mayor parte de las veces, la venta directa. Conoce al mercader de
animales honesto y al que le. engaña. Tiene suS cl.ien-tes habituales;
abastece al hotel X ... Muchas veces tiene una cuenta en la tienda
de ·ultramarinos. Intercambio en
donde .. el dinero no tiene más que
un papel de complemento (14).
Es én_ el mercado en donde se conciertan precios, en un acuer­
do espontáneo, tácito, que tiene
en cuenta la situación local, -la esta­
ción, las necesidades de la ciudad o de
la región.
Aparerttemente es
más d"ifícil establecer una pülítica de ·conjunto .
de
la economía nacional ·cuando -el .merca.do agrícola está así divi­
dido.
Los cálculos estadísticos están extremadamente simplificados
cuando
la producción agrícola es absorbida por algunos tru.sts o al­
gunas cooperativas gigantes.
Sin embargo; hay que vigilar de cerca la existencia de estos
MICROSCOSMOS ECONÓMICOS (15) tipos de la producción y de los
cambios en
la estructura de la vida campesina (desde la explota­
ción hasta el mercado local y
la cooperativa comunal o cantonal).
Esta existencia tiene muchas ventajas económicas (16).
(13) Y -de Hautecloqne : "¡ Sauve-nous, paysan ! ".
Desgraciadamente, _Cuando ·el_ campesino deja_ la tierra e~ cuando se
da cuenta de
que en la ciudad. "todo se paga". Muchos viven de los produc­
tos
que van a .reéog"er· el domingo, á ·1a propiedad familiar. o tras habér
pasado allí las vacaciones.
(14)
¿ Es más estúpido-ten·er una cuenta en la tienda de ultramarinos
que tener una cuenta
en el Banco? ¿ Qué interés puede tener el · campesino
en querer
imitai-a "los hombres de negocios" ? Antes que enriqucer a los
banqueros o a otros intermediarios del
dinero, ¿ l)Or qué no pasa sin sus
servicios cuando puede?
¿ No está ahí su verdadero interés ?
(15) Microcosmo (de-micro-pequeño y Cos:tno-mundo) : Pequeño mun­
do.
Aqui : pequeñas unidades económicas que constituyen como elemefl.tos de
base de la 'economía nacional.
(16) Vale la pena examinar estas ventajas
en el_aspecto de la econot!Ma
campesina, incluso si, en efecto, actualmente el campesino se halla en tales
210
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VIDA CAMPESINA Y PROGRESO
Limita las intervenciones del sector de los servicios (trans­
portes, despachos,
por mayor, etc.) y por ese lado cuesta menos
al país.
-Conserva la ·economía como base humana: La del contacto
personal entre el productor y el cliente.
- Justifica
la existencia de estos cuerpos intermedios profesio­
nales
y locales cuyas -jerarquías múltiples y variadas crean en una
nación estas
"clase_s medias", escalones de la · ascención natúral,
progresiva. Cuerpos intermedios que son como una "repoblación
forestal social",
un factor de equilibrio y de armonía, la expresión
de la vida de las comunidades situadas entre
la familia y el Es­
tado (17).
No decimos que haya que·vender así la totalidad delos prodnc-
- tos ni tampoco
que esta clase .de intei-cambios con1erciales sea
posible en todas partes y en todas circunstancias. Este es otro
problema. Nos limitamos a pretender que el campesinado reviste
caracteres económicos particulares no despreciables (18) y que
fa­
cilitan, por los intercambios locales y personales, una auténtica des­
é:entralización, una auténtica vida regional.
De ahí esta observación de
Jean Ousset: "El beneficio de un
fuerte y sano campesinado sería tanto mayor en cuanto pudiese ser­
vir de regulador a los desarrollos del comercio
y de la industria. ·
En el cuadro de una economía nacional1 el elemento campesino po­
dría hacer
el oficio de punto fijo, de fuerza reguladora. Contraria­
mente a
la economía industrial y, sobre todo, comercial, en donde
el dinero aparece como un elemento esencial rigurosamente indis­
pensable
.. La economía rural familiar y la econÜmía campesina tie­
nen ·por _objeto, podríamt>s casi decir1 por materia y como fin, la vida
mucho foás que el dinero" (19).
condiciones que carece· de· tiempo y no cree tener inte"rés apa.l"entemente
en los cambíos comerciales de este tipo. Una situación de hecho no es
forzéisainetlte buena. Si estos microcosmos económicOs son un bien. ¿ por
qué no adaptar sus estructuras esenciales a la vida moderna·?
(17) Cf. Michel Creuzet, "Los Cuerpos Intermedios". Edición española
por
SP&IRO, S. A.1 General Sanjur"jo, 38. Madrid-3.
(18)
Se notará que no hacemos intervenir las nociones de monocul­
tivo, policultivo,
cría de ganado-agricultura, ganadería pura. El campe­
sinado no es un cuadro tan rígido como para que algunos monocultivos no
"encuentren sitio en él. Sin. embargo, la economía ~pesina se definió por
las ·dimensiones y los componentes sociales de la explotaciOn como por los
intercambios de carácter local y personal a que
nos referimos.
(19)
Esta observación de dusset debe ser entendida como un principio
de la economía campesina
Y no é:omo un rechazo de este medio1 que es_ el di-
211
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ALAIN THORANCHES Y PIERRE BEVILLARD
El. campesinado escapa mejor que los otros sectOres y ·por
las razones inVocadas a las presiones y atracciones del_ ciclo econó­
mico internacional. Algunos deploran esta estabilidad que toman. por
un repliegue egoísta, µn estancamiento o_ un retroceso.
En tealidad, la economía internacional no tiene sentido si no
es en beneficio de.las economías nacionales, a las cuales-debe servir
y no absorber. Es 1o que Pío XII recordaba al Congreso de po­
lítica de cambios internacionales: "La-economía, decía, en tanto
que economía de un pueblo incorporado en la unidad del Estado,
es
· ella misma una unidad natural que requíere el desarrollo inás
armonioso posibie de todos sus medios de producción, sobre todo
el territorio habitado
por el mismo pueblo. En consecuencía, las
relaciones .económicas internacionales tienen ciertamente una fun.:.
ciÓn práctica y necesaria, _pero solamente subsidiaria. La inv~sión
de· esta relación ha sido uno de los grandes errores del pasado ; l~ ·
condición farzosam·ente soportacla hoy día por un buen número
de pueblos, podría fácilmente procurar el retorno" (20).
4 economía campesina tiene, pues, ANTE Tono, qU.e jugar un
papel nacional antes que iriternaciohal. Será conttario al buen sen­
tido
y a la justicia descuidar su carácter de estabilizador de la
economía nacional en norribre de prétendidos "impé.ra_tivos" mun-
diales. ·
Il .. CARACTERES SOCIALES.
a) Explotación familiar.
Néron· Biacel escribe (21) en un tono cálido al que nüestr¡¡
época ha perdido el gusto : "Igual que es bueno para los trigos 119'
recer y multiplicarse, lo mismo le ocurre al campesino que entuen~
tra su bien casándose, ya que el hombre no sólo tiene necesidad de
la presencia y actividad de la mujer, sino ·que la .explotación trurt­
bién necesita de ella en el corral, en el establo, etf el jardín y en el
huerto. Todo esto son menesteres de. fas mujeres; esto sin ·hablar
nero. El campesino, más que antaño, corre el riesgo dé necesitarlo (a causa
de su dependencia de .los otros-sectores). _ _
. En ninguna pai:'te debería .el dinero ser un _fin. La diferencia entró
campesinado e indtistria es que . el dinero, que debe ser un :medio para lo_~
dos, es un medio mucho más importante para el segundo que para _el
primero.
(20) 7 de marzo
de 1948.
(21) L'economie rurale familia/e et l'argent.
212
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VIDA CAMPESINA Y PROGRESO
de la ayuda que ocasionalmente pueda aportar a su marido en lá
recogida del heno; la trilla
de los cereales, etc.
"En esta unión, esta asociación· entre el hombre y la mujer,
todos
los intereses, tanto los del jardín como los delestablo, los
cultivos y -los_ del hogar, confluyen, se· apoyan, se entrelazan, .. para
asegurar una fidelidad sin la cual todo. se derrumbaría y su cons­
tante intercambio de servicios. que ocupan toda la actividad de cada
uno para todos.
"Y es en ese medio en el que nace el niño, ·ya no como un extra­
ño, ·un parásit6, sino como un fruto cooperador y un -sucesor, pues
si bien el jo_ven matrimonio comienza modestan1ente, tienen la am:-­
bición de ampliar su establo, su rebaño, su gallinero y para eso
necesita ayuda. Esencialmente es cierto que las familias cam,pe­
sinas admiten los hijos tan naturalmente como la propiedad com-
prende a · los animales, tierras...
y prados ... " ·
Hay ·dos maneras de entender estas líneas. No ateniéndose más
que al estilo y los detalles se podría acusar al autor de tratar de
un modo bucólico la labor fatigosa
de la campesina de antaño.
¿ Quién no la ha visto ordeñitr las vacas, llevar el ganado al cam­
po, ·transportar pesados recipientes -con agua y comida para los
cerdos, trabajar los campos en verano hasta
el oscurecer y volver
a casa para servir la
_comida a _los hombres, ocuparse de las aves,
de su trabajo, de la colada, ir al mercado y cuidar de la educación
de sus hijos? Gracias a Dios sl.r vida mejora lentamente co"ñ. !OS
progresos _ técnicos.
La ayuda de los niños no es indispensable tan pronto; lo que
les permite asistir
a. la escuela "(22).
Admitidas estas condiciones nuevas y alabadas. como deben
serlo, aunC}ue imperfectámente, veremos que el propósito de N éron
B_ancel va más lejos que la imagen evócada.
La eSpo_sa del campesino conserva un ,precioso papel en la ex­
plotación. La casa también es el centro de la profesión. Incluso
libre de los trabajos que. los hombres puedan asegurar en 10 suce­
sivo, conserva
la dirección de la granja y la autoridad en los deta­
lles· cotidianos, en la acogida y subsistencia del personal y en la.
venta de pequeñas producciones. Muchas veces el marido descarga
en
élla todo·Io relacionado con el correo y-"papeleo". EJla_ está en
(22) No tratamos de _justificar cori esto una escolarización abusiva que
aleja sistemáticamente
a -los niños de la tierra. Hablamos_ de la formación
elemental.
A pesar de la ley, la. obligación escolar ha sido con frecuen­
cia mal interpret:irla ,,.,, 1~. campiña'.
213
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ALAIN THORANCHES Y PIERRE BEVILLARD
todo; es, en toda la extensión de. la palabra, la colaboradora irreem­
plazable de sn marido.
No todo es servidumbre en este trabajo.
La personalidad de la
mujer gana en fuerza, en coraje, en espíritu de organización y,
por qué no decirlo, es una "clase" que muchas :veces no se encuen­
tra en las ciudades o entre jóvenes rurales cuya ambición se limita
a
imitar-a las "señoras de la ciudad".
N atemos, de camino, que en el: medio campesino es en donde se
dan menos casos de divorcio. Si se pretendiera que el carácter fa­
miliar del campesinado no influye en nada... habría que d.educir
que la concupiscencia es menos
violenta en el camJXJ que en otra
parte.
¡ Para qué hacer reir a todo el mundo en el pueblo ! · ·
En cuanto a. los niños, la enseñanza de la familia tural utiliza
de nuevo sus servicios en la finca pat_erna, puesto que se dcJll cuen­
ta de que una for·mación agrícola puramente escolar produciría in­
genieros burócratas, en muy raros casos ~gricultores de valor (23).
&cplotación familiar ; la del campesino lo es también por la
transmisión del patrimonio.
El hijo o los hijos suceden a su padre.
La jerarquía es lá de la familia. En cuanto al personal asalariado
(uno o varios hombres, una criada, un pastor ... ), nó existe nada
del proletario obrero, puesto que la mayoría de las veces se sienta
a la -mesa de los "señores" y es alojado y considerado como utió
de la casa. Que algunos sean explotados es un abuso deplorabie que
no cambia nada en el orden familiar, esencial, de sus relacjones
normales (24). ·
."No podría determinarse a priori la estructura más conveniente
para la empresa agrícola, escribió Juan XXIII (25). Los medios
rurales varían tanto en
el interior de cada país como de uno a
otro de
los países del mundo. En una concepción humana y cris­
tiana del hombre y de
la fumilia, se considera naturalmente como
ideal la empresa que se presenta como una comunidad de personal.
Entonces
las· relaciones entre sus miembros y sus estructuras res­
ponden a las
norinas de la justicia, más especialmente si se trata
(23) Se vuelve a una fórmula comolementaria doilde la escuela y la
· explotación familiar desempefian, respectiVamente, pa:()eles teóiico y prác­
tico. Ver la feliz expe~iencia de las casas familiares rurales.
(24) No ignoramos los abusos que el liberalismo del siglo XIX y la
pérdida
del espíritu cristiano,. provocaron en las relaciones del patrón cam­
pesino
con sus obre.ros. Sin embargo, el remedio es más fácil de _encontrar,
ya que las relaciones
de homb:e a hombre son el fundamento. El interés
común
és más fácil de descubrir que en una empt"esa de 50, 100 ó 200 obreros.
(25) Mater et .Magistra, .tercera parte.
214
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VIDA CAMPBSINA Y PROGRESO
de empresas de dimensiones familiares. No se habría. dedicado de-.
masiado a que este ideal se haga realidad, teniendo en cuenta .el
medio dado".
h) Consecuencia& sociales y política& •..
A la estabilidad de la economía campesina correspon\ie una es-
tabilidad en la vida campesina..
· · ·
Estabilidad, equilibrio físico: Tiempos menos largos,. despla­
zamientos más cortos, .número de impresiones visuales .Y él::Uditiv~s
al segundo muy inferior al de las ciudades.
Estabilidad moral:
El contacto con la tierra acarrea Ún sano
realismo.
El campesino no se apresura y le da vueltas al problema
antes de decidirse. Tiene
la costumbre de actuar así en su tra­
bajo.
La tierra no se doblega a los impulsos del momento. Exige
larga paciencia. El caprichoso, el i_nconstante, el soñador, no tienen
oportunidad de triunfar.
Esta paciencia no está limitada a la vida del hombre. "Los co.
rnerciantes recalcan que su casa ha sido fundada hace ochenta o
cien años,
pero el campesino, ¿ de cuándo puede decir que data su
casa?
No hay más que hojear los viejos registros parroquiales para
encontrar en el siglo XVII al XVIII y mucho antes lo.s nombres que
todavía figuran hoy en
el mismo pueblo" (26}.
De ahí viene esta menor sensibilidad al acontecimiento de las
gentes de la tierra. Los movimient~s sociales repercuten menos o
son tnás lentos de germinar. Las crisis y los trastornoos pierden en
sí mismos dinamismo cuando llegan al contacto con el campesinado.
Por esenci~ no es revolucionario. Chombart de Lanwe, _que no es
un "re.accionario", ofrece pruebas refiriéndose a Rusia (2-7).
1.0 "En la época zarista el campesinado estaba poco instruído,
era poco trabajador, poco ligado a su tierra.
El Moujik es bestia,
perezoso y cruel, dice fríamente Gorki. Las técnicas agrícolas es­
taban anticuadas, pero
el cambiarlas se hacía imposible por la ig­
norancia que reinaba (tres enartas partes eran analfabetos).
"El
instlnto nómada, escribe Gorki en 1921, parece no haber desapa­
recido en
el campesino ruso, que considera el traba jo de labrador
(26) Aunque el C ode civil, generalizando el reparto de los patrimonios
entre los herederos,
haya provocado el parce1amiento y, finalmente~ la
destrucción
de las propiedades más antiguas. N,o obstante, se hallaba
todavía en la región
de Thiers una explotación que se remonta al si­
glo
XII,
(27) En Les paysa.ns sovietiques.
215

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ALAIN THORANCHES Y PIERRE BEVILLARD
como una maldición de Dios, y al que le atormentan las ganas de
cambiar de lugar." El reparto periódico de las tierras en el inte­
rior del "mir", era un freno para la expansión agrícola ... -"
2.0 "El autor enseña que todas estas condiciones reunidas
crearían un
clima muy favorable a la subversión. "Hubiera sido
normal que este
campes-ina-do hubiera tenido espíritu revolucio­
nario." : i · : : iiJ.~
"·Teóricamente, los campesinos miserables, descontentos y ávi­
dos de tierras, deberían ser de excelente reclutamiento para el
movimiento revolucionario." "Si el "mir" no puede asimilarse al
kolkhoze, bien parece haber sido una iniciación a
la propiedad
colectiva.
3.º No obstante:
"En parte fue a causa de él (del campesinado) por lo que fra­
casó la revolución de 1905.
La negativa de una gran parte de los
campesinos a marchar con los obreros para derribar
el zarismo se
vio tam,bién en la actitud de la armada, en su mayor parte compues­
ta por hijos de campesinos con capote de soldado." (Historia del
partido comunista bolchevique.)
"Los soviets que hicieron la revolución en 1917 no eran cam­
pesinos, a menos que llevaran uniforme. Estos se contentaban con
apropiarse de las tierras allá
en donde podían, ilegalménte.,,
Esta negativa campesina de la aventura y de los sueños del
mañana, mientras que el hoy no esté seguro, la menor vulnerabilidad
a las visiones utópicas y a las grandes algaradas ; estas cualidades
tienen sus reversos.
Igualmente el sentido de la realidad vuelto conservador hace
que la tradición viva se hunda
en la rutina, como, al contrario, que
el campesino se vuelva revolucionario extremista cuando los agita­
dores tienen la habilidad de disfrazar sus objetivos ocultos apelando
a los motivos previsorios acordes con la estabilidad campesina. Res­
pecto al poder establecido (incluso cuando se ha establecido por
ruina del país), perspectiva de ventajas inmediatas, accesión más
fácil a la propiedad del suelo.
Entonces
el sentido del orden, el realismo, el sentido de la pro­
piedad, instintivos en
el campesino, se vuelven hábilmente contra
él, y el que les advirtió del peligro aparece, a su vez, como un uto­
pista. Sobre todo, cuando las minorías. revolucionarias en las cuales
ha puesto su confianza proceden del campesinado, están más ins­
truidos que
él y avalados por su pertenencia a tal movimiento "es­
pecializado".
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VIDA CAMPESINA Y PROGRESO
En la segunda parte de este estudio veremos qué proceso se ha
llevado a cabo para esta "vuelta".
Algún día, ciertamene, el realismo campesino le hará rechazar
lo que se le ha presentado como un bien real. Pero ¿ se estará
todavía a tiempo? Sea lo que sea, vemos que
el espíritu subversivo
no llega
al campesino más que revolviendo contra él sus valores
sociales más seguros. El campesino puede, accidetitalmente, trans­
formarse en
la "correa de transmisión" de un trastorno social. El
campesinado, no. Hay que generalizar entonces el proletariado
agrícola y organizarlo
como fuerza de lucha. Pero haciéndolo así se
destruye el cwn,pesinado.
e) Un vivero de élites.
"Todos nosotros procedemos de la carreta", escribió Madame
de Sevigné.
Más o menos profundas, más o menos lejanas, las raíces te­
rrenas existen
en las élites sociales, en todos los niveles.
Las gentes
de la ciudad ¿ no son acaso gente del campo tras­
plantada?
¿ Cuántos parisinos lo son, de padres a hijos, desde hace
un siglo? Incluso en estos casos se encuentra repetidamente en el
nombre de familia o en los archivos paternos una ascendencia nor­
manda, picarda, auvernesa, bretona, de campesinos. Algurias ve­
ces el paso es más directo. El hijo del campesino se hace ilustre
en las armas, el clero, la política o las letras. San Vicente de Paúl,
San Pío X, Mistral, Pétain, Descartes, fueron hijos de campesinos.
Fuentes de
élites, "vivero", según dijo Pío XII, la civilización
campesina lo es por sí misma y por otros medios.
No es una clase "piloto", incluso para defender lo que le es
más querido. Se vio en las guerras de la V endeé: Cuando termi­
naba
el combate, el campesino volvía al campo; la continuidad de
'las operaciones le hacían sufrir.
E.s de ella de donde se extraen cuerpos intermedios para en­
contrar hon1bres sanos, realistas, valerosos. Sus descendientes ase­
gurarán el relevo de las élites.
"Cada vez que una familia campesina deja la tierra, escribe
De Hautecloque, es un eslabón de civilizacíón natural que sal­
ta" (28). Conclusión lógica de lo que hemos mostrado.
(28) Opus cit.
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d) Campesúws ¡non.eros.
En un tiempo en el que la moda no era renegar del patrimonio
nacional,
se representaba a los soldados del Bugeaud manejando la
carreta en tierras de Argelia.
El soldado se transformaba en campesino como se hicieron
campesinas las colonias militares de los romanos, que lanzaron
las bases de nuestra civilización.
¿Ejemplos viejos? Bien. Vayamos a Israel y veremos
cómo
los judíos, que no han cesado de vivir del comercio y del tráfico
monetario durante siglos sobre las naciones que los toleraban, los
judíos, que eran de todo excepto campesinos cuando no vivían en
la tierra de su patria, trabajaron el suelo de Israel, devastado por
el perezoso Islam, destructor y corrompido.
La agricultura colectivista en algunos kiboutz, que no ha pro­
ducido
los resultados esperados, hacen pensar que Israel acudirá
de nuevo a una fórmula de campesinado adaptada, corno es natu­
ral, a las condkiones actuales de la producción agrícola (29).
Tras el fracaso de las "comunas", China come actualmente
porque el ,poder ha debido permitir una débil posibilidad de retorno
a la vida campesina, aun conservando la pesad.a armadura co­
munista (30).
En fin, no hay que olvidar, considerando la industrialización
agrícola en
las vastas comarcas de los Estados U nidos de Amé­
rica, la a:portación campesina inicial: italianos, polacos, alemanes,
suecos, que se instalaron en el siglo
pasado, como los campesinos
franceses que en el siglo xvn se establecieron en las orillas del
SaintcLaurent.
Por el momento no comparamos la agricultura industrial con la
agricultura campesina. Constatemos que la primera habría sido
imposible sin la segunda, lo que no deja de tener interés.
Ill. CARACTERES MORALES Y RELIGIOSOS.
Hemos hablado de civilización campesina, demostrando que "la
acción
de la ciudad", la civilización, es tanto más beneficiosa para
los hombres cuanto más se nutre del campesinado. El hombre, en
efecto, desarrolla mejor sus aptitudes, sus cualidades, en una va-
(29) Ver tercera parte.
(30) Ver tercera parte.
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VIDA CAMPESINA Y PROGRESO
riedad de cuerpos intermedios al nivel de sus competencia y de sus
relaciones personales que no en un vasto aparato administrativo,
lejano, totalitario, en donde no es más que uno de tantos (31).
¿ Por qué la vida campesina es un "vivero"? Sin duda a causa
de los valores económicos
y sociales que comporta como tal. Sin
embargo, esto
no es suficiente. Ya hemos visto que estos valores
económicos y sociales están íntimamente Egados a las cualidades
inorales más arraigadas en
el campesinado.
:¿ Quiere esto decir que el campesino es mejor que los demás?
Esto sería absurdo. Inicialmente existe
el problema de las per­
sonas; de las mejores familias salen malos sujetos. Luego las
cuali­
dades morales del campesino van

acompañadas de defectos si­
métricos. Al realismo le corresponde la avaricia y, a veces, cierta
dureza; a
la reflexión lenta la astucia no siempre honesta. Cuan­
do la avaricia y dureza se ejercen con los hijos que trabajan en
la labranza familiar no es extraño que los jóvenes prefieran mar­
charse a la ciudad (32). Se le podrían encontrar tantas faltas al
campesinado como a otro ciudadano.
Inversamente, los héroes
y los santos no fueron todos cam­
pesinos. La virtud y la cantidad pueden florecer donde Dios quie­
ra/ es decir, por todas partes. Pero lo inportante es percibir, me­
diante los elementos de conocimiento que poseemos, que la civili­
zación campesina consiste esencialmente en un estilo de vida.
La economía y el tipo de existencia social contribuyen a crear­
la. Estos factores no engendran por sí solos cualidades morales.
Permiten su más fácil desarrollo.
No son causas de virtudes cam.:.
pesinas. Presentan las condiciones más naturales para su desen-
volvimiento.
·
Las cualidades morales del camp¡,sino no son morales porque
sean campesinas. Son cualidades universales que pueden encontrarse
en
el ,profesor, el artesano, ei comerciante, el soldado, pero son
cualidades que la vida campesina y el estilo de vida campesina fa­
vorecen más que los otros medios de existencia y de trabajo.
El respeto al orden natural no es automático en el campesino,
pero todo en su vida le lleva a él porque está más cerca de la natu­
raleza, porque trabaja en familia, porque su tipo de economía está
menos ligado a las ficciones monetarias
y bursátiles, porque su tra-
(31) Cf. Michel Creuzet, "Los cuerpos intermedios". Edición espa­
ñola citada.
(32)
No es la sola causa del éxodo campesino (ver segunda parte),
pero es
W1a.
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bajo le exige tales cualidades, tx>rque no está sujeto a las servi­
dumbres del "tres piezas H. L. M.", standard, etc.
* * *
Lo que decimos respecto a la moral natural lo decimos también
respecto a la religión.
"Amad a la Iglesia", pedía Juan XXIII a los cultivadores di­
rectos (33). "En el transcurso de los siglos, la Iglesia ha enco11-
trado siempre en las poblaciones del campo el elemento sólido y
capaz, con el cual forma la mayoría de sus sacerdotes y de sus san­
tos. Aunque en estos últimos siglos, con el debilitamiento del es­
plendor
de la fe y del "sentire cum Ecclesia", se haya perdido la
estima por el alto don de la vocación religiosa y eclesiástica, la
aportación de la campiña al orden sacerdotal ha
sido y es irreempla­
zable. Igualmente, como consecuencia evidente,
es en las fami­
lias rurales en donde Dios
ha querido escoger un gran número de
santos". "Amad a la Iglesia", pide el Papa. A partir del mo­
mento en que el campesino ya no ama a la Iglesia, sus virtudes
naturales pueden permanecer algún tiempo, pero ya no dará los
frutos que se esperaban.
"Dejad a los hombres sin sacerdotes, decía
el cura de Ars, y pronto adorarán a los animales". A más o menos
largo plazo acarrea una decadencia moral que no ha dejado de in­
fluir en la despoblación de
los campos, la ruina de las élites rura­
les, el hundimiento en un materialismo que abre el camino a las
disgregaciones sociales. Porque "no sólo de pan vive el hombre".
La descristianización de los campos es un mal muy grande (34).
Los incrédulos, si son francos, constatarán que esta regresión ape­
nas favorece la prosperidad de un sano campesinado. Todo sigue.
Pero precisamente porque todo sigue, la gracia cfivina no se derra­
ma de cualquier forma.
Habría que poner sobre
el tapete la lógica del Espíritu Santo
si existiera una oposición, incluso una simple separación normal
(33) Alocución del 22 de abril de 1959 a la Asociación italiana de Ct>l­
tivadores directos (propietarios-explotadores, colonos y arrendatarios).
(34) Nuestra época muestra que él pecado no es una invención de los
teólogos. "Suprimid lo sobrenatural, decía Chestertori; no encontraréis
nada natural." No es que el ¡pecado suprima el orden natural, sino que
hace muy difícil, casi imposible, respetar este orden sin la ayuda de Ias
gracias dispensadas por Ia Iglesia de Jesucristo. Cf. sobre este punto la
primera parte de la Encíclica de Pío XII, Humani Generis (1950) y la obra
de Jean Ousset, Para que El reine, segunda parte, c. 5. (Edición espa.ñofa
de SPErRo, S. A.).
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VIDA CAMPESINA Y PROGRESO
entre el orden natural y el orden de la gracia -Dios respeta el
orden natural que ha creado. ·
Por eso, los valores naturales encerrados en la vida· campesina,
Si
no sustituyen la gracia,
Si no pueden pasar sin la gracia,
Si se debilitan cuando La gracia ya no les penetra,
Estos valores naturales
no son ya el soporte humano de la
gracia divina, de
la -religión, de la influencia benéfica del catolicis­
mo romano.
Un campesinado descristianizado no puede volver a ser cris­
tiano por el solo hecho de ser campesinado.
Todas las astucias económicas y las virtudes naturales mismas
no bastarán si Cristo-Rey ª no edifica 1a casa".
Pero el hecho de que esta vida campesina haya guardado algo de
lo que constituye su valor natural puede permitirse recristianizarse
más aprisa
y más profundamente.
También comprenderemos la indignación de los bretones, por
ejemplo, cuando ven que la lengua, las tradiciones, las artes, todo
lo qne daba nobleza a su alma campesina, ha sido sistemáticamente
separado de
la Iglesia y desterrado de la vida cristiana bajo el
pretexto de "ada,ptación" por clérigos mal formados y doctrinal­
mente subdesarrollados. Celo de
tma falsa "purificación" que
arranca los fundamentos naturales sobre los
cuales le fe se arrai­
gaba.
Hay en la civilización campesina, en el estilo de vida campe.
sina una incontenible predi~sición a la fe cristiana (incluso si
los individuos son víctimas de propagandas antirreligiosas).
·Más que ningún otro, el campesino tiene sentido del ser, res­
peto a los principios imnutables. El movimiento y el progreso no
se conciben más que en la perspectiva de un "más-ser" o de un
"n1ejor-ser". La tradición, :para él, ·es enriquecimiento del Bien,
aumento del
Ser y no cambio puro, n1ovimiento puro, mutación
Continua.
El idealismo revolucionario de los filósofos alemanes, el evo­
lucionismo puro, la· dialéctica marxista con su negativa de todo
lo que dura que fija,
que arraiga en el ser, estas teorías son para los
antípodas de
la mentalidad cam.pesina como son -y por las ·mis­
mas
razones-para los antípodas del cristianismo. Encontrarnos,
bajo el ángulo filosófico y religioso, el horror instintivo del cam­
pesinado
por el espíritu subversivo.
¿ Qué gana la fe con la desaparición de la civilización campe­
sina?
Trasplantado a· 1as "ciudades tentaculares" de las que nos
habla Pío XII, ¿ encuentra el campesino facilidades para practicar
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ALAIN THORANCHES Y PIERRE BEVI/,LARD
su religión? ¿Actúan como estimularttes de la simple moral natu­
ral la promiscuidad humana, la condición de obrero proletario?
Parece más' bien que la verdad es todo lo contrario.
El acto de fe no es "más libre" cuando el agricultor escapa a
la tradición de un campesinado cristiano. No se aparta del bene­
factor "conformismo del bien" sinci _ para caer en un conformismo
del mal"
si no tiránico. En una verdadera civilización campesina,
todo conduce a la armonfa de la vida humana, a su finalidad na­
tural y sobrenatural, a los gestos humildes a las cumbres
de con­
templación (35).
Cuando queremos encontrar esta civilización tenemos que vol­
ver hacia el pasado ; sacar _de nuevo las ropas viejas o copiarlas,
volver a encontrar las canciones, los ·poemas y los cuentos, en la
memoria de los viejos o en los papeles amarillentos por el tiempo,
escarbar
en el granero para encontrar un cofre que el chamarilero
todavía no habria vendido a
los burgueses del distrito XVII.
El folklore se ha situado en donde antes se hallaban las cos­
tumbres, el museo en donde antes babia vida.
¿No hay que ver
en este fenómeno una doble causa?
-Las virtudes campesinas han perdido su vigor, ya que no
están sustentadas por la religión.
-Pero la religión retrocede en los campos en. el siglo xx,
como retrocedió en las ciudades en el xrx, porque no se ha mante­
nido con suficiente fuerza el estilo de vida campesina o no se ha
sabido o no se ha querido adaptarla a las circunstancias nuevas.
La ley, las costumbres y la sociología se han confabulado para
darle un golpe, que querrían fuese decisivo.·
¿ Puede salvarse la vida campesina? ¿ Debe serlo todavía?, ¿ o
hay que pensar que los valores más sanos o los más santos que en­
cierra deben ser descubiertos en_ otra parte, en estructuras nuevas?
:gsto es lo que vamos a examinar.
CONCLUSION.-AI término de esta primera parte, podemos
definir así
la vida campesina:
Un fen,6meno de vida, rural fundado en un orden famüiar, so­
bre
el palrmwmo inmueble tram,misible P'or herencia y sobre una
economía menos servil al circuito del dinero.
Este
· tipo de existencia constituye u.. medio favorable a /,as
virtudes morales y religiosas esenciaJes a la d,vilizaci6n.
(35) Cf. Juan XXIII. Encíclica Mater et Magistra: "Le es fácil cons­
tatar
la nobleza de stt trabajo. Viven en· el templo majestuoso de la Crea­
ción. Están · en frecuente relación con la vida animal y vegetal, inago­
table
en sus manifestaciones, infleyible en sus leyes, que sin cesar evoca la
Providencia del Dios Creador."
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