Índice de contenidos
Número 50
Serie V
- Textos Pontificios
- Estudios
- Actas
- Información bibliográfica
Autores
1966
Los tesoros de la sabiduría católica
"El Conicilio -una nueva. obsermi.ción--tiene dos m'éritos a
"este
respecto-,· el primero haber ofrecido· a la renovada meditacMn
"de la I g/,esia y a la misnuiJ atención del mundo profano una mara'lfi
"llosa abundancia de docl!rina, . coo · una suma de verdadru no s.O
" lam·ente religiosa, simio, hu'1'!1,ana-si· culturales y sociales)· vivas, en
"una palabra; quien tenJ(Ja la pacienc'Úl, o mejor el talento de leer
"el volumen de epseñanz
"Sffl'aáal del Concilio Ecuménico Vaticano 11, no podrá sUstraer
"
se a k, doble senisaóón de, amplitud y belleza que ofrece a la
"intebigencia y a la es¡,irit,umi,fa,d del hombre contemporáneo ;ha
"ced /a. prueba y veréis. El segundo mérito del Concüio a este
"respecto
es invitar a todos los fiieles, a los laicos e.1:presamente,
p a hacer suyos esto_s tesoros de sab,f.duría ca-tólica. 11 Esta. invitación ha de ser docum'IJflitada~ y lo es, pues se tras
"luce en muchas páginas de las decretos conciliiares; tanto es así,
u, que surgen1 esponíáneamente algurna.s pregunta,s en el corazón
"de quien encuentra en ella~ a cada paso el ofreci1niento de /.a
"Iglesia· de sus tesoros doctrinales. Una primera pregunta puede
"ser ésta. ¡Qué quiere la, Iglesia, del Concilio de los /.aícos cultos?
"Y otra, ¡cuál puede ser el desarrollo del pensamiento católico
"después del Concilio t
"La afirmacló" incesante de la d;gnwad del cristiano en cuan
"to tal, la, advertencia continua, casi pedagógica, que a tra.vés de
"todo el gran decurso conciliar, sobre la participación de todo fiel
"en Ul'S acti'l!fdades espirituales y apostólicas del Cuerpo místico
"y sobre la coruiguiente responsa,rnlidad que todo el Pueblo de
"Dios comparte con quien lo tiene como encargo específico, en el
"aposto/.ado cristm,,o, lk,mado "officium et ius" de todo fiel cans
" ciente de su ser y de su vocación) y luego-la invitación insisten
"te a la, coherencia, a la1 simbiosis de la1 vida espiritual con1 ta
"profana, y final.m.ente, sólo para terminar, el reconocimiento de
nla misión de /,os !ai:cos, llamados "sapien-tiae christia.nae adminis
"tri" (De lniós 14), y orros aspectos que se pueden fácilmente
"no digamos espigar, si:no re-colectar en !.os textos conciliares,
"nas sugerirán1 la respuesta, a la primera pregunta,, ¿ qué quiere
"la lgleSKl.f He a.qu-í ei coni.ietzco dei diálogo interior. Y la res
" puésta: la Iglesh quiere muchísimo. Quiere que et laico sea
"despierto,
mstruido, culto; quiere que esté convencido de /.a fun-
589
•
Fundaci\363n Speiro
"ci6n liberadora y sa/,zto;dora de la verdad cristiana; quiere que a
"la po~e,síón de esta; verdad acompañe el sentido de responsabilidad
"de su profesión y de su difusión; quiere que cada avmu, cada
"edad, cada familia, sea capaz de un te·stmtonio propio; quiere
"que la armonía de pensam.ientos, de voces, de obras exalte con
"fuerza y alegria el sent.Jo de In Iglesia en su interior y ofrezca
"al extraño la, fascioo:ción de la vida interpretada en su verdad y
"en su plenitud.
"No hay duda, Por tan1to1 que puede caracterk:ar vuestra vida
"cató&a después del Concüio una nueva confianzm en el pensa..
"miento h-wmano, una nrueva seriedad de estudio, una nueva cer~
"teza m las verdades divinas, una nueva respeto al magisterio
}}eclesiástico, una nueva capacidad de investigación y de crítica,
"una nueva
arigimalídad de estudios y escritos, uoo nuC7Ja vena
n de insp1.rac'Wnl lírka y art1sNca, y una nueva ansia de enseñanza
ny de cultura. Y os -toca a1 vosotros, graduados caitólicos, elaborar
"esta múltiple novedad. Y a estáis en camffl.o. Es 'preciso avanzar,
"cOfll paso más seiguro, con espíritu más alegre. La Iglesia os
"alienta, el mrunáo os espera. Y el prodigio es posiMe si advertís
"que,,
en un determitnado mdmentto, el diálogo que en-tabláis co'IV /,a
"Iglesia se convierte, coma deciamos, en una invitación, o mejor,
"en una voc-arc1'.ón. Bajo .la, voz del interlocutor humwno, rniste
"rio,samente, hay
otra voz que sii se escucha ejerce una fuerza: irre
" sistible. Escuchad con qué palabras so!em,nes y delicadas termina
"el decreto conicwiar que mrls directamente os atañe:
"«El sacrosanto Concilio conjura en el Señor a todos los laicos
"a que respondan a, la vo·z de Cristo, que en esta hora 'tes invUa
"insistentemente,
y a la inspiración del Espíritu Santo, gustosa
"mente,
con generosidad y corfJzón amplio~>>
"No as lo repetimos scbiendo que sois capaces de comprender
"y de responder."
590
Discurso del Papa al XXVII Congreso Na
cional de los Graduados de Acción Católica
Italiana
(4· de enero de 1966¡ texto italiano
en
L'Osservatore Romano del 6); texto al cas
tellano_, Ecclesia, número 1.275.
Fundaci\363n Speiro
"este
respecto-,· el primero haber ofrecido· a la renovada meditacMn
"de la I g/,esia y a la misnuiJ atención del mundo profano una mara'lfi
"llosa abundancia de docl!rina, . coo · una suma de verdadru no s.O
" lam·ente religiosa, simio, hu'1'!1,ana-si· culturales y sociales)· vivas, en
"una palabra; quien tenJ(Ja la pacienc'Úl, o mejor el talento de leer
"el volumen de epseñanz
"
se a k, doble senisaóón de, amplitud y belleza que ofrece a la
"intebigencia y a la es¡,irit,umi,fa,d del hombre contemporáneo ;ha
"ced /a. prueba y veréis. El segundo mérito del Concüio a este
"respecto
es invitar a todos los fiieles, a los laicos e.1:presamente,
p a hacer suyos esto_s tesoros de sab,f.duría ca-tólica. 11 Esta. invitación ha de ser docum'IJflitada~ y lo es, pues se tras
"luce en muchas páginas de las decretos conciliiares; tanto es así,
u, que surgen1 esponíáneamente algurna.s pregunta,s en el corazón
"de quien encuentra en ella~ a cada paso el ofreci1niento de /.a
"Iglesia· de sus tesoros doctrinales. Una primera pregunta puede
"ser ésta. ¡Qué quiere la, Iglesia, del Concilio de los /.aícos cultos?
"Y otra, ¡cuál puede ser el desarrollo del pensamiento católico
"después del Concilio t
"La afirmacló" incesante de la d;gnwad del cristiano en cuan
"to tal, la, advertencia continua, casi pedagógica, que a tra.vés de
"todo el gran decurso conciliar, sobre la participación de todo fiel
"en Ul'S acti'l!fdades espirituales y apostólicas del Cuerpo místico
"y sobre la coruiguiente responsa,rnlidad que todo el Pueblo de
"Dios comparte con quien lo tiene como encargo específico, en el
"aposto/.ado cristm,,o, lk,mado "officium et ius" de todo fiel cans
" ciente de su ser y de su vocación) y luego-la invitación insisten
"te a la, coherencia, a la1 simbiosis de la1 vida espiritual con1 ta
"profana, y final.m.ente, sólo para terminar, el reconocimiento de
nla misión de /,os !ai:cos, llamados "sapien-tiae christia.nae adminis
"tri" (De lniós 14), y orros aspectos que se pueden fácilmente
"no digamos espigar, si:no re-colectar en !.os textos conciliares,
"nas sugerirán1 la respuesta, a la primera pregunta,, ¿ qué quiere
"la lgleSKl.f He a.qu-í ei coni.ietzco dei diálogo interior. Y la res
" puésta: la Iglesh quiere muchísimo. Quiere que et laico sea
"despierto,
mstruido, culto; quiere que esté convencido de /.a fun-
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Fundaci\363n Speiro
"ci6n liberadora y sa/,zto;dora de la verdad cristiana; quiere que a
"la po~e,síón de esta; verdad acompañe el sentido de responsabilidad
"de su profesión y de su difusión; quiere que cada avmu, cada
"edad, cada familia, sea capaz de un te·stmtonio propio; quiere
"que la armonía de pensam.ientos, de voces, de obras exalte con
"fuerza y alegria el sent.Jo de In Iglesia en su interior y ofrezca
"al extraño la, fascioo:ción de la vida interpretada en su verdad y
"en su plenitud.
"No hay duda, Por tan1to1 que puede caracterk:ar vuestra vida
"cató&a después del Concüio una nueva confianzm en el pensa..
"miento h-wmano, una nrueva seriedad de estudio, una nueva cer~
"teza m las verdades divinas, una nueva respeto al magisterio
}}eclesiástico, una nueva capacidad de investigación y de crítica,
"una nueva
arigimalídad de estudios y escritos, uoo nuC7Ja vena
n de insp1.rac'Wnl lírka y art1sNca, y una nueva ansia de enseñanza
ny de cultura. Y os -toca a1 vosotros, graduados caitólicos, elaborar
"esta múltiple novedad. Y a estáis en camffl.o. Es 'preciso avanzar,
"cOfll paso más seiguro, con espíritu más alegre. La Iglesia os
"alienta, el mrunáo os espera. Y el prodigio es posiMe si advertís
"que,,
en un determitnado mdmentto, el diálogo que en-tabláis co'IV /,a
"Iglesia se convierte, coma deciamos, en una invitación, o mejor,
"en una voc-arc1'.ón. Bajo .la, voz del interlocutor humwno, rniste
"rio,samente, hay
otra voz que sii se escucha ejerce una fuerza: irre
" sistible. Escuchad con qué palabras so!em,nes y delicadas termina
"el decreto conicwiar que mrls directamente os atañe:
"«El sacrosanto Concilio conjura en el Señor a todos los laicos
"a que respondan a, la vo·z de Cristo, que en esta hora 'tes invUa
"insistentemente,
y a la inspiración del Espíritu Santo, gustosa
"mente,
con generosidad y corfJzón amplio~>>
"No as lo repetimos scbiendo que sois capaces de comprender
"y de responder."
590
Discurso del Papa al XXVII Congreso Na
cional de los Graduados de Acción Católica
Italiana
(4· de enero de 1966¡ texto italiano
en
L'Osservatore Romano del 6); texto al cas
tellano_, Ecclesia, número 1.275.
Fundaci\363n Speiro