Índice de contenidos
Número 45
Serie V
- Textos Pontificios
- Estudios
- Actas
Autores
1966
Diversidad de significados de la palabra «Mundo»
Diversidad de significados de la palabra "Mundo".
"Hay dos temas que creemos . os podemos sugerir como más
"accesibles a vuesbra. consideración. Son éstos: ¡C~o ·ve -hoy el·
mundo a la Iglesia?, y ;cómo ve la Iglesia hoy .al mundo?
"Aquí, la palabra mundo precisa una breve exégesis, por en
"tri>ñar
un significado polivalente. Vosotros, desde luego, la co-·
"nacéis
y sabéis evitar el equívoco que el empleo de est,a pakbra
,, puede mgetvdrar.· El 'fnrUndo es el cosmos, e'l universo, la mara
"villosa, misterio.ro. e inmensa·obra de Dios creaáO'T'/ el mwndo es
"toda la Humaniiad, toda ú, familia de Adán, que Dws am6, con
"su voroción sobrenatural, con su dramática y heréditaria desven
"tura y con su no menos dramática e inefable redención; lo somqs
"nosotros,
y mundo es el hombre primado de la luz de Dios, y
"plenamente decidido a negarla, a simukrla, a profanarla; con-·
"cepto negalwo.
original del Evangelio. Un 11g.udo pensador y
"poeta (Leopardi) to observa: "Cristo fue el primera que dio cla
"ramente at. hombre el término mundo, cantor y preceptor de
"todas las virtudes fr,lsa.. ... , esclavo de /os fuertes, tirano de los
"débiles, enemigo. de los desgraciados ... , el mundo". Para Cristo,
"el mundo asi entendido es la antíteru de su reino, el reino de la
"negación, de la falsedad; de la astucUl, det egoísmo, del odio;
"ese mu:ndo que, conw dice el Evangelista: "El mwndo no lo co
"noció. Vino a los suyos y lo.; suyos no le recibieron" ( Ju., 10, 11);
"es la e-xpre,;íón, con frecuencia poderosa y seductara, de la vida
n humania que está fuera del alcanJC.e de la .bendición cristiana} aque
" lla por la que Cristo no oró: "No te ·pido por el ·mundo" (Ju.,
"17, 9). I n&ka,mos esta ¡,luraliidatt de significados pura evitar po
" sibles confusiones, pero es plenámente evidente que, en este caso,
"no considera1nos directmnente· este sentido peyorativo de esa pa
"labra tan expresiva, el mundo.
Discurso del Papa al Patriciado romano (13, de
etlero de 1966); textó _italiano en L10sservator_e
Romano del 14,. texto at· castellano en Ecclesia,
número 1.276.
nl~a: realidad qu.e se desigria· con la e.tiqueta· de "mundo co_n
'1temporáneo" es demasiado compleja pa:ra poder dar una res
"
puesta sencüla y unív.oca. La lgksia es p0sit1!Va en _sus juicios,
"no es apriorisla, ni supersticiosa, ni su.perficial. Sabe que en el
"n1undo, es decir, en n-ues.tra "realidad humana, hay. muchos de
"fectos, muchos males'; no. ignora-todas /,a,s razones del pesimismo
"moderno; más aúh, la Iglesia áesiqd,i'e su. causa fatal y radkal,
"el pecado original~· enseña ta;mbién, con todos los más si,nceros
"·y despia,dados ttiagnósticos del alma humana y de la historia
"ten·ena, que los males, ,del hombre son ·profundos, renacientes, son,
"de
por sí, incurables. Conoce los a,bismos del. dolor, del pecado.
"de la muerte; sabe ver Íils profundidades de las injusticias hu-
11 ma.rias, de las misierWs .personales· y so<:ialeis; sabe denunciair la
')temible amenaza de la "potenciJa de las tinieblais"-; sabe llamar a
Fundaci\363n Speiro
"las cosas· por su· nombre, con .frecuenc-ia_-in-noble, doloroso, cri-.
"minal;
sabe llofar. La liturgia de la próxima Se-mana Santa nos
"dirá
pak1Jbr
"Más aún, la Iglesia nos· desmentirá su. pedagogi.a, su .áscé0
"tica "de c
"medieval para la liberación del hombre de la materialidad y de
"la o:nÁMIQll,JaJd de la vida, pagana y bárbara, y continuará mar~
''cando -eJ a1portamionto espiritrz«tl que .debe éxistir entre el cris
"tianio, orientado al "reino de los-ciel,os", es. decir, a la vi"-da-del
"espíritu y a "la vida escatológÍca, más allá de[: tiempo, y la con
n cepción wutosuf'Dicieinte de la vida terrena, esto es, el mundo pa
" gado de sí compktamente repkgctdo sobre los bienes efímeros y
"falaces de la tierra. No en vano je ha hecho habitual hablar de la
""Iglesia de los p·obres" corno de la Iglesia ideal, com·o también
"atribuir a la "Iglesia constantiniana:"reprobables contaminacio111es
"temporales ( aúnque la expresión sea un tanto impropia y parezca
"desconoar el gran acontecimiento h>Stóríco de la libertad inicial
"de .la lgle'Sia). ·
"Todo esto es verdad y permanece. Pero no podemos olvidar
. "el optimiismo -deberíam:O$ decir el amor__. con que la Iglesia
"del C onciJio m,ira al m.undo, en él que ella tWisma se encuentra y
"que la rodea, !.a--supera, la oprime con! -sus gigantescos y pertur
"bcúlores JenófflenviJ1. . _
"Este es uno de los. aspectus salientes del Concilio, considera
"c:l mundo en todas sus realidades con laJ atención amorosa que
"xbe descubrir en todas partes las huellas de Dios, y por ello la
"bondad, la belleza, la verdrid. No es solamente ésta su füosofía;
"es su te·ología. He ahí para qué sirve la Revelación. La luz del
"Evc:n_qelio aclara el panorama del mundo, las sombras están ahí,
"terribles y fuertes, el pecado y la muerle sobre todo. Pero en
"todas pw:tes donde se posa esa luz el reflejo de Dios resalta. La
"Iglesia lo brusca; lo coge, lo goza. Lo etvcuentra. en el. cosmos,
NnadiG como un veidadero cristiano puede que-da.r atraído por
"la f'ascinación .del universo; su mirada se cruza con la luminosa
"de Dios creooor, que dice la E'scritura,: ''Vio toda·s sus obras y
'"eran buenas" (Gém.1 1, 31). Su mirada se detiene en el rostro
"del hombre, y en él descubre, en él especialmente, el reflejo di
" vino. Se deti,me en la historúi de la humonidad y en ella encuen-
1' tra un hito conductor, un sentido qua llega hasta Cristo y en él
"se cen1tra, _y a.sí_ sucesiva.rm,ente. Y se posa,, sí, sobre este mundo
"modirno; -y no te.me, ni ·rehuye sino que cont_e1npla. y. ben.dice.
"Contempla
y bendíce la obra humana: lo ciencia, el trabaje, la
"sockdad. Ve, como siempre, la mi.ería y la grandezro; pero hay
"ade-m,ás otra cosa,· la Iglesia ve -su votación, su misión, lci ne
" cesídad
de su presenci'a, .los hombres t-ienen nJece'sidad de su ver
" dad, de su ca.ridad, de su servicio, de su oración."
S. S. Pablo VI, alocución en la Audiencia Ge
neral de 30 de marzo de 1966 (texto italiano
en
L'Osse1"Vatore ·Ro.tlwno del 31, y texto cas
tellano
en Ecclesia, número 1.286, de 9 de
abril).
Fundaci\363n Speiro
"Hay dos temas que creemos . os podemos sugerir como más
"accesibles a vuesbra. consideración. Son éstos: ¡C~o ·ve -hoy el·
mundo a la Iglesia?, y ;cómo ve la Iglesia hoy .al mundo?
"Aquí, la palabra mundo precisa una breve exégesis, por en
"tri>ñar
un significado polivalente. Vosotros, desde luego, la co-·
"nacéis
y sabéis evitar el equívoco que el empleo de est,a pakbra
,, puede mgetvdrar.· El 'fnrUndo es el cosmos, e'l universo, la mara
"villosa, misterio.ro. e inmensa·obra de Dios creaáO'T'/ el mwndo es
"toda la Humaniiad, toda ú, familia de Adán, que Dws am6, con
"su voroción sobrenatural, con su dramática y heréditaria desven
"tura y con su no menos dramática e inefable redención; lo somqs
"nosotros,
y mundo es el hombre primado de la luz de Dios, y
"plenamente decidido a negarla, a simukrla, a profanarla; con-·
"cepto negalwo.
original del Evangelio. Un 11g.udo pensador y
"poeta (Leopardi) to observa: "Cristo fue el primera que dio cla
"ramente at. hombre el término mundo, cantor y preceptor de
"todas las virtudes fr,lsa.. ... , esclavo de /os fuertes, tirano de los
"débiles, enemigo. de los desgraciados ... , el mundo". Para Cristo,
"el mundo asi entendido es la antíteru de su reino, el reino de la
"negación, de la falsedad; de la astucUl, det egoísmo, del odio;
"ese mu:ndo que, conw dice el Evangelista: "El mwndo no lo co
"noció. Vino a los suyos y lo.; suyos no le recibieron" ( Ju., 10, 11);
"es la e-xpre,;íón, con frecuencia poderosa y seductara, de la vida
n humania que está fuera del alcanJC.e de la .bendición cristiana} aque
" lla por la que Cristo no oró: "No te ·pido por el ·mundo" (Ju.,
"17, 9). I n&ka,mos esta ¡,luraliidatt de significados pura evitar po
" sibles confusiones, pero es plenámente evidente que, en este caso,
"no considera1nos directmnente· este sentido peyorativo de esa pa
"labra tan expresiva, el mundo.
Discurso del Papa al Patriciado romano (13, de
etlero de 1966); textó _italiano en L10sservator_e
Romano del 14,. texto at· castellano en Ecclesia,
número 1.276.
nl~a: realidad qu.e se desigria· con la e.tiqueta· de "mundo co_n
'1temporáneo" es demasiado compleja pa:ra poder dar una res
"
puesta sencüla y unív.oca. La lgksia es p0sit1!Va en _sus juicios,
"no es apriorisla, ni supersticiosa, ni su.perficial. Sabe que en el
"n1undo, es decir, en n-ues.tra "realidad humana, hay. muchos de
"fectos, muchos males'; no. ignora-todas /,a,s razones del pesimismo
"moderno; más aúh, la Iglesia áesiqd,i'e su. causa fatal y radkal,
"el pecado original~· enseña ta;mbién, con todos los más si,nceros
"·y despia,dados ttiagnósticos del alma humana y de la historia
"ten·ena, que los males, ,del hombre son ·profundos, renacientes, son,
"de
por sí, incurables. Conoce los a,bismos del. dolor, del pecado.
"de la muerte; sabe ver Íils profundidades de las injusticias hu-
11 ma.rias, de las misierWs .personales· y so<:ialeis; sabe denunciair la
')temible amenaza de la "potenciJa de las tinieblais"-; sabe llamar a
Fundaci\363n Speiro
"las cosas· por su· nombre, con .frecuenc-ia_-in-noble, doloroso, cri-.
"minal;
sabe llofar. La liturgia de la próxima Se-mana Santa nos
"dirá
pak1Jbr
"tica "de c
"la o:nÁMIQll,JaJd de la vida, pagana y bárbara, y continuará mar~
''cando -eJ a1portamionto espiritrz«tl que .debe éxistir entre el cris
"tianio, orientado al "reino de los-ciel,os", es. decir, a la vi"-da-del
"espíritu y a "la vida escatológÍca, más allá de[: tiempo, y la con
n cepción wutosuf'Dicieinte de la vida terrena, esto es, el mundo pa
" gado de sí compktamente repkgctdo sobre los bienes efímeros y
"falaces de la tierra. No en vano je ha hecho habitual hablar de la
""Iglesia de los p·obres" corno de la Iglesia ideal, com·o también
"atribuir a la "Iglesia constantiniana:"reprobables contaminacio111es
"temporales ( aúnque la expresión sea un tanto impropia y parezca
"desconoar el gran acontecimiento h>Stóríco de la libertad inicial
"de .la lgle'Sia). ·
"Todo esto es verdad y permanece. Pero no podemos olvidar
. "el optimiismo -deberíam:O$ decir el amor__. con que la Iglesia
"del C onciJio m,ira al m.undo, en él que ella tWisma se encuentra y
"que la rodea, !.a--supera, la oprime con! -sus gigantescos y pertur
"bcúlores JenófflenviJ1. . _
"Este es uno de los. aspectus salientes del Concilio, considera
"c:l mundo en todas sus realidades con laJ atención amorosa que
"xbe descubrir en todas partes las huellas de Dios, y por ello la
"bondad, la belleza, la verdrid. No es solamente ésta su füosofía;
"es su te·ología. He ahí para qué sirve la Revelación. La luz del
"Evc:n_qelio aclara el panorama del mundo, las sombras están ahí,
"terribles y fuertes, el pecado y la muerle sobre todo. Pero en
"todas pw:tes donde se posa esa luz el reflejo de Dios resalta. La
"Iglesia lo brusca; lo coge, lo goza. Lo etvcuentra. en el. cosmos,
NnadiG como un veidadero cristiano puede que-da.r atraído por
"la f'ascinación .del universo; su mirada se cruza con la luminosa
"de Dios creooor, que dice la E'scritura,: ''Vio toda·s sus obras y
'"eran buenas" (Gém.1 1, 31). Su mirada se detiene en el rostro
"del hombre, y en él descubre, en él especialmente, el reflejo di
" vino. Se deti,me en la historúi de la humonidad y en ella encuen-
1' tra un hito conductor, un sentido qua llega hasta Cristo y en él
"se cen1tra, _y a.sí_ sucesiva.rm,ente. Y se posa,, sí, sobre este mundo
"modirno; -y no te.me, ni ·rehuye sino que cont_e1npla. y. ben.dice.
"Contempla
y bendíce la obra humana: lo ciencia, el trabaje, la
"sockdad. Ve, como siempre, la mi.ería y la grandezro; pero hay
"ade-m,ás otra cosa,· la Iglesia ve -su votación, su misión, lci ne
" cesídad
de su presenci'a, .los hombres t-ienen nJece'sidad de su ver
" dad, de su ca.ridad, de su servicio, de su oración."
S. S. Pablo VI, alocución en la Audiencia Ge
neral de 30 de marzo de 1966 (texto italiano
en
L'Osse1"Vatore ·Ro.tlwno del 31, y texto cas
tellano
en Ecclesia, número 1.286, de 9 de
abril).
Fundaci\363n Speiro