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Aggiornamento

·-.-. -
AGGIORNAMENTO
La falsas reformas.
"
... la olYra .de reforma y renovación no ha sido siempre fácil "y acorde. Pues desde sus comienzos la Iglesia ha tenido que la­"mentar la aparición de diversas tentativas de falsas reformas e ,J innovaciones .revolucionarias en su seno, realizadas .con frecuencia "so pretexto de conformarla más con el espíritu y la doctrina del p Evangelio y hacerla más .idónea para cumplir su misión en1 el "mundo. El mismJO Señor _anunciP' a sws discípufos :-la _venida de "muchos falsos profetas (cfr. Mat. 24, 11); los APóstoles no deja­,, ron de denunciar su1 prinvera aparición m las comunidades de cre­"ymtes (cfr. Tito 1, 10; 2, Juan, 1, 7), y PaPas, con,cilios y obispos ~'han, llamado con frecuencia la. atención contra los propagadores
"de .funestas novedades. Pero el Redentor Divino instihtyó su "Iglesia una e indefectible, P1'ometió estar conJlla hasta el fin de "los síglos y' le envió del Padre el E,rpiritu de verdad y el Con­
nsótador, y Ella siempre ha proseguido con inconcusa confianza '':su trabajo de renovación espiritual reprobando· al mismo tiempo
"cuanto
hubiera podido alterar su awtén1tica fisonomía. De esta "suerte, persigwi,~o la ·Verdad Con.Óftnor~ ha·· ~anzádo en todo "hacid Cristo, su cabez,1, (Ef. 4, 15) ."
PA"üio V_I, ca,rta ·de sú Secretario de . &.tado al Congreso_ Teo,lógicb Pos·conciliar de Toron­to. · '{Texto ingtes e italiano en 'L'Osservatore Romano d~l 25 de. agosto de 1967; teJCto .etl castellano: Ecclesia-, núm. 1.356; -9 de sep­tiembre.)
No debemos caer en el_ suhjetivismo,-_en el relativismo, en-el hist_oricismo, en __ el -es«;epticiSmo ni en un humanismo ce-­rrado o en_ u:r;r .·esCL~JariEino hermético •.
t'Es necesario tener debidamente en cu.iénta los condiciona1nien­"tos tecnológicos}-Tos cambios· cultwrales, los cambios que se ftro_­"ducm en las estritctúras psicológicas individuales y colectivas. "Pe-Yo tádo · esto _.:.fo repetinlfos~ _no deb"é hacernos' ·caer en el sttb­
" jetivism.o,
-etii el relativisino, en el hístOricismo, en el e·scepticj,smo, ny tampdco en· un· humanitarismo cerrado o en un escularismo '-'hermético: ·posiciones espirituales erróneas o por lo menos in_­v suficientes, incapaces de garantizar de Una manera in'équ,ívoca 1-'y no pasaj'era la cowsecución dé los bienes personales 'V coww,-
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"ntitarios por los qu1e la humanidad inicesantem'ente su'Spira, y qw 11no tie-n1m verdaáera garantia a no ser en una verdadera refe­
"rencia a Dios."
PAULO VI : Discurso a los graduados de
acción
católica italiana. (Texto italiano en
L'Osservatore Romano del 4 de Septiembre
de 1968; texto en castellano: Ecclesia, núme­
ro 1.407, sábado 14 de septiembre de 1968).
El "aggiornamento" no puede ser historicismo disolvente del
compromiso dogmático tradiéional, ni teología conforme a
librea teoría5 subjetivas, ni irenismo, ni libertad de con­
ciencia no corroborada por la autenticidad de una enseñanza
seria.
"U na idea de doble efecto se ha abierto t(lltnlbién cmnino en
"ciertos ambientes católicos: la idea del cambio, que ha ocupado
"el puesto, para algunos, de la idea del "sagiado por el Papa Juan, de ven,erada memoria, atribuyendo
"así, co1'tra la evidencia y conl'ra la justicia, a aquel fideUsimo
"pastor de la Iglesia criterios n10 ya iflAnovadores, sino, a veces,
"hasta subversivos de la enseñanza y de la disciplina de la Igle­
"sia misma.
"Hay muchas cosas que pueden ser corregidas y modificadas
"en la vida católica, ""1chas doctrinas en las que puede pro­
"fundizarse, integradas y e:,-puestas en términos más compren­
" sibles, m1Uehas normas que pueden ser simplificadas y mejor
"adaptadas a las necesidades de nuestro tiempo; pero dos cosas
,, especia/,men1t-e nio pueden ser .sometidas a discwsión: las ver­
"dades de la fe au1torizadamente sancionadas por la l'radición y
"por el magisterio eclesiástico, y las leyes comtitucionales de
"la Iglesia, c.on la consig,dente obediencia al ministerio de go­
"bierno pastoral que Cristo ha establecido y que la sabiduri.a
"de la Iglesia ha desarrollado y e:,-tendido en los di'Versos miem­
"bros del cuerpo místico y visible de la Iglesia misma para
"gui.a y robustecimiento de la multiforme trabazón del Pueblo
}}de Dios. Por ello, reniovación,-sí; cambio arbi:trccrio, n10. Historia
"siem>JJre viva y IIIUe'Va, de la Iglesia, sí; historicismo disolvente
"del compromiso dogmático tradicional, no; integraci61' tevlógica
"según las enseñanzas del Concilio, sí; teologia conforme a libres
"teoria,s subjetivas, a menudo tomadas de fuentes adversarias,
"no; Iglesia abierta a la caridad ecuménica, al diálago respon­
,, sable y al reconocimiento de los valores cristianos entre los
"herma:n1os separados, sí; irénism.o renunciante a las verdades
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"de la fe o bien proclive a identificarse con ciertos prinicipios
"negativos que han favorecido al distancú,m,iento de tantos her­
"manos cristianos del centro dé la unidad de la comunión católica,
"no; libertad religiosa para todos en el ámbito de la sociedad
"civil, sí; como tam/Jién libertad de adhesión personal a la re­"ligión según la elección meditada de la propia conciencia., sí;
"libertad de concienicia, como criterio de verdad religiosa n10 co­
"rrobomda por la autenticidad de una emeñanza seria y auto­
"rizada, ffio. Etcétera.u
PAULO. VI : Discurso a diversas peregrina­
ciones del 25 de abril de 1928. (Texto italiano en L'osser'V llano: Eccle.sia, núm. 1.389, sábado 11 de mayo.)
Falso "aggiornamento" de un historicismo transformador.
"Con el propósito de dar a la religión católica una expresión
"más conforme con el lenguaje habitual y la mentalidad de
"hoy, es decir, de adaptar la enseñanza religiosa, por desgracia
"se trastrueca con frecuencia su Ít>tima realidad y se trata de ha,­
,, cerio «comprenlsible» cambiando primeramente las fórmulas con
"que la Iglesia,-maestra lo ha.revestido y como, sellado para ha·
"cerle abarcar los siglos, conservando celosamente su identidad,
"y alterando luego el con,tenido de la doctrina tradicional, some­
"tiéndola a la ley dominante del historicismo transformador.
"De esta suerte, la palabra de Cristo no es ya verdad, r¡,,te no
"cam1bia y que P·ermanrece siempre idéntica e igual a sí misma,
"si.tmipre 'Vi,va, siempre lwminosa., si,empre fecu"rnda, awnique con
"frecu-encia sea SUíperior a nwestra coim,jJrensión racional; sino n que se reduice a una verdad parcial, com:o las demás, que la
"mente mide y modela den,tro de sus confines, dispuesta, en la
"siguien1te genieración, a darle otra expresión, de acuerdo con
"un libre examen, que la despoja de toda objetiva y trascendente
"autoridad.
"Se
dirá que el Concilio ha iniciado y autorizado este modo
"de tratar la doctrina tradicional. Nada más falso, si queremos
"remitftrnos
a las palabras magistrales del Papa Juan, nuestro
"venerada predecesor, inventar, si es que así podemos llamarlo,
"de
ese «aggiornamenita», en nombre del cual no P"Ocos se atre­
"ven a so1meter el dogma católico a peligrosas, y a veces des­
"preocwpadas, interpret/Jrion,es y deformaciones. El Papa Juan, "en su famoso discurso de apertura del Concilio EC'UMtén'rico Va­
"tica:n,o'Cicano II, proclamó que el Cooocilio mrism.a tenía que re­
"afirmar toda la doctrina católica 749
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nsin tocar a ningum·a de sus partes, aunque hubiera que buscar
"el modo mejor y más acorde can la madurez de los estudios
"modernios para darle una expresión nueva más adecuada v pro­
"funida
( cfr. Acta Apostólica Sdis, 1963, 791-792). Por · tanto,
"la fidelidad al C ondlio nos exhorta ¡,ar un lado a un estudio
"ntuevo y sagaz de los verdades de la fe, y por otro nos lleva
J'a ese wraí.voco, perenne y consolador testim,onio de Pedro, qite
)'Jesús quiso fuera
su voz inifalible en el seno mismo de su Iglesia,
"como garantía de la estabilidad de la fe. y cosi como desafío
"contra /a versatilidad arbitrar'a y demoledora del tiempo."
PAULO VI: en la Audiencia General de 3 de
abril de 1968. (Texto italiano en L'Osser-uator,.,
Romano del 4·; . texto en ca:,;tellano: Ecclesia.,
número 1.388, 'Sábado 4 de mayo).
El deseo de alinearse en el espíritu del mundo., no conforme
con el espíritu del EvangeliO, pO(r .miedo a ·no sentirse
avanzados.
''Algunos pien:san que el C imrcüio ha quedado superado ya,
"y no vfrndo· más quie -su ·-i1npulso reformador quisieran, sin·
Nrespeto a "lo que aquell_as solemwes sesiones de la· Iglesia eSta­
J'blecieron,
ir más allá, proyectando no ya reformas, sino cambios
'2bruscos,
qué creen -Poder autorizar ·por sí m.ism.os y que juzgan
J'ta"nto más geniale:S cuam1ta me11Jos fieles y coherentes Con la
"tradición, es decir, con la vida de.la Iglesia, y tanto más ins­
,, pirados cuanto menos conformies a la autoridad y a la disci­
" plina de la misma Iglesia, o t "diferenciados de la me,,talidad y de las costwmbres del mundo.
"En álguws sectores de la vida católica se ha puesto de
i, m.ioda un esptritU' de crítica corrosiva.
"Se forma así wna extraña m.rntal?'dad, que im renombrado 1'y distingtei.do p-rofesor imiversitario protestante, en una con­
J'versación privada,
calificaba como miedo1 un curioso mtiedo
"de ciertos católicoS p·ar creerse en retrctso dénitro del mo­
"vimiento de las ideas, lo aue les induce a, alinearse de buen
"grado con el espíritu de( nuwrido y adoptar favorablemiente
"las ideas más
nuevas y· más apuestas -a la acostumbrada t'ra­
udición católica, cosa qit!e, en mi opinióñ -decfa--.:., no es
"conforme al espíritu del Evangelio. ¡ Y qwé decir también de
"tiertos "episodios Yecientf:?s de ocupación de iglesias catedrales,
"de la aprobación· de filmes inadmisibles, de protestas colecti:vas
JJ y conceYtadai cOntra 1Íuestra recien:te · encíclica, de propaganda
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"de la violencia política para fines sociales, de conformismo uy manifestaciones anárquicas de protesta global, de actos de "intercomu-nión contrarios a la. ju.s_ta _línea ecumé.nica? ¡Dónde "está la .coherencia y la .dignidq.d de. verdaderos_ cristianos r "¿Dónde el .sentido de responsabilidad hacia la profesión ca­
. "tólica propia y ajena? .¿D6nde el cwior _a la Iglesia?
"Nos ·deseamos tanto más este anior eclesial cuantO mayor n es ~uestra amcrgu··~ c1 observar que rnruchos de esos cat6-"licos inqutieto,s har;, arrancado de una .alta vocación al aposto­"lado, es decir, al servicio ·de y a la.dilatación de la Iglesia, luego,
,, por ese agriO espíritu de crítica_ n1egativ_a y liabitual de qu-e "hablábamos, se han empobrecido y a veces incluso vaciado de "amo-r apostól_it;o, _hasta. rrsy.ltar, en muchos casos, m,Olestos y 1'nocivos a la lgleS/a de· Dios.:'
PAULO VI: Disciwso en la Audiencia General
. (18 de septienibre._ ·dé 1968). (Texto italiano en · L'Osúrvatore 'Romano del 19; texto en caste­. llano:-Eccle&ia, Óúin. 1.4-09, sábado 28 de ,sep­ticmbn, _ de 1()68.)
Los Valores tradjci0:nale8 remedio para la '' desacralización"
y el "se~3:rismo:"· ·
t'Nuestro nzW11!,d01 conw · Se"; ha· dicho en mUJchas ocasfones, "está invadido p·or u~ tendencia muy fuerte hacia la «desa­,, cralización:»; 'al «seculatismo». El Problema de la presencia de "la acción de Dios en el mundo ,l.o _ plantean hoy algwnos en
ntérmtinlos ~evos, nuuchas wces inesperados, con frecuencia
"desviados
y paradójicos. . . 1
' En medió dé e Sea-efervescenicia de ideas e interpretaciones, "vuestra especialización os hace ser, en cierto sentido, "testigos "y heraldos de los váloreS' traditionáles, y del' más . P,-eciaso
"de todos, clave de bó-veda de todo el edificio religioso de la "humanidad: la trascendencia divina. Permitid aue _os lo di­
J'gamos, señores: vuestras in-vest(qaciones, _ vu:e;tros estudios
"científicos,
consagrados a la historia y a la literatura de Israel,
"son para
n10sotros u-n grán 1'Jiotivo para reC'ordar lás más' altos ')valores a la sociedad nueva."
PAVLO VI: Discurso al VI Congreso Inter­naciDlla.1 de Especialistas en el Antiguo Testa­mento del 19 de abril de 1968. (Texto francés en L'Osservatore R,otJW-no del 20; texto en castellano: Ecclesia, núm. 1.389, sábado l1 de mayo).
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