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Pueblo y masa

PUEBLO Y MASA
por
Miguel Ibáñez Pérez.
IGUALDAD ESENCIAL Y DNERSIDAD ACCIDENTAL DE LOS HOMBRES
NadiC pone en duda, la igualdad de todos los hombres si se consideran su común
origen y naturaleza (h_umana), el fin último al que todos están ordenados y los de­
rechos y obligaciones de que aquéllos se . derivan. Por que, · poseyendo la misma na­
turaleza humana,

todos los hombres son iguales en lo-esencial.
Pero no son iguales sus cualidades personales ni sus dotes naturales de cuerpo y
de
alma ni sus costumbres
ni sus voluntades ni sus temperamentos;-por lo que, siendo
todos los hombres iguales, como decimos, en lo esencial, presentan una gran diver­
sidad en lo accidental,
-lo cual
es también completamente natural.
Por eso, nada hay más contrario a
la razón que pretender abarcarlo y confundirlo
todo en una misma medida y llevar a las instituciones civiles una igualdad jurídica
tan absoluta ( 1).
EL PUEELO
El «pueblo» eS la misma sociedad civil organizada en una jerarquía de cuerpos
intermedios naturales y diversos -aldeas, barrios, distr.itos, comarcas, provincias,
re­
giones,

empresas, asociaciones laborales, asociaciones profesionales, etc.- unos más
vastos y elevados que otros, dotados de
una justa aútonomfa. -tanto

económica como
administrativa y de gobierno, de acuerdo con el principio y precepto moral de sub­
sidiariedad- y adecuados a las distintas necesidades, gustos y aptitudes de los di­
versos ciudadanos, en los
que éstos encuentrar::t cauce

idóneo para sus libres iniciativas
y actividades, y sus peculiares medios de vida, de educación, de trabajo, de defen­
sa, etc.; y a cuyo amparo van forjando y perfeccionando sus respectivas personalidades,
cada uno

en su puesto, según los distintos órdenes, diversos en dignidad, en derechos
y en poder, pero todos necesarios entre sí
y-·solícitos del

bien común (2); con un
riquísimo patrimonio de bienes, saberes y tradiciones, fruto preciado y obra capital
de innumerables generaciones que les caracterizan y diversifican.
El pueblo, o sociedad civil corporativa y jerárquicamente organizada, vive y se
mueve con vida propia, fruto de la plenitud de vida de los hombres que la com­
ponen, cada uno de los cuales
-en su propio puesto y según su manera propia- es
una persona consciente de la propia responsabilidad y de sus propias acciones ( 3).
LA MASA
En los modernos Estados totalitarios, ya sean o no democráticos, la estructura je­
rárquica y corporativa de
la sociedad desaparece. El vado creado por la desaparición
de los cuerpos intermedios
naturales autónomos
es ocupado, con sus tentáculos, por
el propio Estado-Administración, que se enfrenta directamente con los ciudadanos,
uno a uno, y con infinitos y
minucios·os problemas

cuya resolución no es de su
competencia, pero que pretende resolver mediante innumerables leyes, siempre in­
justas, por minuciosas y generales, que tienen la virtud de eliminar con violencia
cualquier posible y deseable diversidad
natural, propia de

todo pueblo bien orga­
nizado,
al que transforma en «masa» inorgánica.
Por contraposición

con el pueblo bien organizado jerárquica y corporativamente,
la «masa» es una multitud amorfa, uniforme e igualatoria, resultado de la
mera con-
(I) Cf. LOON XIII: HumaMfm genu.r, 17, BAC. (2) Cf. LEóN XIII: QU<1d aPostiolici muneris, 6, BAC; BENEDICTO XV; Ad beati.sdmi, rn, BAC; Pfo XII: Benignita.s et humanitas, 15-19, BAC.
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tigüidad de los individuos que la componen, sin trabazón ni estructura jerarquizada
alguna, dócilmente apta para ser manejada
desde·, fuera,
con la ayuda de los moder­
nos medios de información, propaganda y publicidad -sobre todo los audiovisuales-, fácil juguete en manos de
cualquiera que explote sris instihtos

o sus pasiones, presta
a
seguir sucesivamente

hoy esta bandera, mañana otra distinta
(3).
En la masa, el individuo se aleja de la familia y de la comunidad eclesial, pierde
su personalidad
propia, que
le distingue
de los demás, y se convierte en un simple
número anónimo, uno más del montón, «hombre masa» incapaz de pensar por sí
mismo y sin sentido de la responsabilidad, que :Viste, piensa, vive
y se mueve como
lo hace
la masa, es decir, como le mandan los que la manejan. Es que la masifica­
ción uniformiza gustos, costumbres y modos de ser, satisfaciendo a la pasión iguala­
toda que domina
al «hombre moderno», un·o -de )os impulsos masificadoi-es de la
sociedad actual; masificación que lleva aparejada la supervaloración de los incompe­
tentes. La falta de responsabilidad de
la masa resulta de que es dirigida desde fuera
y de su condicionamiento por los medios de difusión (4).
La sociedad de masas es una sociedad mecanizada, en la que cada hombre no es
más que
un diente de la máquina tecnológica; y una sociedad burocratizad.a, por su
absoluta centralización en
la cumbre, .orientada únicamente hacia la eficiencia (4).
En todas las
épocas de

decadencia de
la humanidad ha hecho su aparición el
«hombre masa», «hombre
mod!!~O» concebido
como un compendio de ricas esperan­
zas; plebe informe que se desparrama por las grandes ciudades sustituyendo al pueblo;
masa desarraigada que sustituye a la humanidad de los países cultos (
4).
Contra esta plaga sólo hay un remedio: el acatamiento y puesta en vigor del prin­
cipio
y precepto moral de .subsidiariedad, con una auténtica y profunda descentrali­
zación que devuelva a los
-ciudadanos sus legítimas libertades
individuales
y a los
cuerpos intermedios naturales -aldeas, distritos, municipios, comarcas, provincias,
regiones, asociaciones laborales, asociaciones profesionales, etc.- su justa
autonOmía
económica,

administrativa y de gobierno
en el eferci_,io de _todas las funciones propias
de sus respectivas competencias, indebidamente
absorbidas por
el Estado. Por ejem­
plo, descentralizando la enseñanza oficial; constituyendo jurídica y fiscalmente las empresas económicas ante
las autoridades competentes de la aldea, distrito, municipio,
comarca, provincia, región o del propio Estado, de acuerdo
-cdn la
naturaleza
y fines
de cada uno, etc.
A este respecto, la_ ,Secretaría de Estado de Pablo _VI, "en su carta a la XXII Se­
mana Social de España de
1963, dice, entre otr_as cosas: «El tema de la presente
Semana asume una importancia capital en
eSte tiempo
en
que· se asiste a una con­
tinua disolución de las estructuras tradicionales familiares, regionales, profesionales,
y_ a la difusión, cada día más _vasta, del_ fe:;,nómeno llamado < todos los campos de la convivencia
humaná, tanto
en
lo-político
y profesional como
en lo recreativo y cultural. Con todo, este proceso está causado
y va acompañado,
en gran
parte, p_or 1,1.ll poderoso desarrollo ecollómico-social que en sí es.. bueno y
necesario, pero que contiene gérmel.les de grave pelibro para el perfeccionamiento
normal de la persona humana,
en el caso en qué ésta no esté asistida de una adecuada
educación social y cívica ...
»
«Las características de la sociedad de masas están determinadas por la falta de
aquellos órganos naturales de
conviVencia, eb los cuales el· hombre queda integrado
espontáneamente, ...
»
«Mientras

la familia
y las comunidades focales y regionales constituían el am­
biente natural del individuo ... el problema ... del perfeccionamiento personal en ar­
monía con el servicio del bien común; era relativamente fácil de resolver ... »
«La salvación de la sociedad de masas puede encontrarse solamente en la res­
tauración
del orden naturar
y divino de la convivencia humana, .en la que el sujeto,
el fundamento
y el fin es la persona creada a imagen de Dios e incorporada a Cristo ... »
(3) (4) Cf. Pfo XII: Ben.ignitas et h-umatllitas (Mensaje de Navidad de I944), 15-19, BAC. JUAN VALLET DE GOYTISOLO: Sociedad dé ma.sas y Derecho,, Primera parte, Capítulo I. Taurus Ediciones.
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