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Philip Wayne Powell, El árbol del odio

INFORMACION BIBLIOGRAFICA
Philip Way= Powell: "EL ARBOL DEL ODIO" (I).
Tal es el expresivo título de un libro modélico del profesor ca­
liforniano Philip Wayne Powell. Su fin es señalar que la política
norteamericana respecto a Espafüt e Hispanoamérica ha de basarse, para
ser eficaz, en la comprensión. Si se basa en la Leyenda Negra, que
es donde tiene sus raíces el ArboJ del -Odio, resultará una política
maldita.
Anotamos a continuación algunos de los muchos datos e ideas
valiosas que encierra este libro.
Los Estados Unidos también tienen hoy, como España en su día,
su Leyenda Negra. La España de los siglos
XVI y xvn, y los Estados
Unidos de ahora se parecen en ser países con grandeza, generosidad,
fuerza, entusiasmo
y fe en su destino y hasta cierta ingenuidad. La
decadencia empieza cuando se admite el criticismo de
la «religión
de la Patria» (2). Por eso España empezó a declinar cuando Lope
dijo: «Bien mirado, ¿qué me han hecho a mí los luteranos?». Ahora
hemos visto en Francia estudiantes yankis ultracriticistas burlarse pú­
blicamente de su propia bandera.
Busquemos las raíces del Arbol del Odio antihispánico.
España fue la primera potencia de los tiempos modernos ; ella
defendió el Cristianismo y
la CiviliZación Occidental de los infieles
procedentes del Este. En esta tarea se desangró
y arruinó y su puesto
fue ocupado por Inglaterra
y Francia. En los siglos de su poder im­
perial se origina una caterva de enemigos que
la hacen blanco de fe­
roces campañas de prensa
y propaganda denigratoria. La historia de
le Leyenda Negra española presenta gran interés para los norteame­
ricanos, que hoy tienen el máximo poder internacional y, a
la vez, se
enfrent<1n con una persistente campaña antiyanqui. Además,
la his­
toria del crecimiento del Arbol de la Hispanofobia es esencial para
la comprensión del Mundo Hispánico.
Para el norteamericano medio, en
1a América Hispana no hay más
que una aristocracia blanca feudal contra un proletariado y campesina-
(1) Tree of Hate: Propaf{anda of the PrejudiceJ Affecting United StateJ
1·elation1
with SpaniJh World. Basic Books, IDC. Publishes. New York-London, 1971.
(2) Religión de la Patria, tómese aqui como el culto a los valores del
país
y el respeto y amor acendrado al solar nacional.
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do indio o negroide. Cree, además, que con dinero se arregla todo.
El norteamericano empieza a mamar el prejuicio antihispánico en los
libros de texto elementales ; la historia oficial que se ve obligado a
estudiar es hispanófoba; desconoce
el se11tido y significado de la pa·
labra

Mundo Hispánico, y sin embargo se enternece ante el indige·
nismo
y sus altares de sacrificios. Al desprecio por lo español en los
pueblos de habla inglesa, se sumó en los Estados Unidos
el complejo
de superioridad de los nórdicos.
La premisa básica de
la Leyenda Negra es que los españoles que
fueron a América eran solamente buscadores
d~ oro.
El profesor
Powell afirma en su libro que el afán de lucro de los españoles no
alcanzó nunca la avidez de los holandeses, judíos, ingleses e italianos.
Aporta varias noticias que lo demuestran:
Ya en el siglo xv1 hay muchos testimonios de españoles que fue­
ron

jóvenes a América
y que se sentían más americanos que peninsu­
lares. Por otra parte, en
la ciudad de Cáceres sólo hay un palacio
construido con oro americano, -el de Godoy, lugarteniente de Pizarra;
y en todo Trujillo, sólo otro, el de la Conquista, erigido por Her·
nán Pizarro de Vargas. La conquista de América es, en cierto modo,
una conquista de indios por otros indios, bajo la supervisión de los
hispanos; fue más.
Wla labor
diplomática que militar, que aprovechó
las disensiones entre la indiada. La mayoría de los españoles que allá
fueron eran segundones de casas nobles, profesionales, artesanos. Estos, antes de ir a América habían de sufrir un examen severo de
su oficio para evitar que allá fuera gente inútil.. En la conquista es­
pañola de América hubo mucho de iniciativa privada.
Fray Bartolomé de las Casas.~Este religioso ha sido el máximo
responsable de la Leyenda
Negra. Menéndez

Pida! dice que sus
alega­
tos

son propios de un paranoico
.. Pablo

Antonio Quadra (3) comenta
el error del P. Las Casas de oponerse a que fueran soldados acom·
pañando a los misioneros a la conquista de
la-costa atlántica nicara­
güense ; así fueron los frailes
· solos y al carecer-de protección fueron
comidos por los indios que, por este falso celo del P. Las Casas, siguen siendo salvajes.
La primera edición del libro de Las Casas, «Brevísima-relación de
la destrucción de las Indias»,
es de

Sevilla, año de 15 50. Antes de su
publicación, la Corona d.e España había publicado ya en 1542, las «Nuevas Leyes de Indias para
el buen trato y conservación de los abo­
rígenes». El

profesor John Tate Lanning dice:
«Si cada
español de los que
(3) Pablo Antonio Quadra: Hacia la Cruz del Sur, tomo 16 de la revista
«Acción Española»,

núm. 83, enero
de 1936, págs. 93 y 94.
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ZNFORMACION BZBLIOGRAFZCA
saca Bermúdez Pl~ta en su «Catálogo de pasajeros a Indias» en los
cincuenta años primeros de la conquista: hubiera matado dos indios
diarios
y tres el domingo, les hubiera hecho falta más de sesenta años
para hacerlo en la cantidad que escribe Las Casas». Afirma Fray Bar­ tolomé que en la isla La Española (hoy Santo Domingo
y Haití) los
españoles mataron más de tres millones de indios. Ahora bien, parece
ser que
la población no alcanzaba entonces al medio millón.
Fray Toribio
de Benavente, santo misionero de Méjico escribe al
Rey: «Parece mentira
que Su

Magestad
y su Consejo hayan oído a un
hombre como Las Casas, tan inquieto, mentiróso, inoportuno, turbu­
lento, mezquino, revolvedor, mal educado, grosero, injurioso
·e in­
tratable».
Crecimiento de la Leyenda Negra.-La sumisión de Cerdeña, Ná­
poles y Sicilia a Fernando el Católico, provocó el_ odio a lo español
en Italia. El saco de Roma de 1527 nos acrecentó
la enemiga del
Papado.
El Emperador Carlos V irrumpió en Alemania para luchar contra
los protestantes en la Guerra de la Liga de Esmalkalda o Guerra Es­
pañola de 1546 a 1552. Carlos V no fue presentado como campeón
del Catolicismo, sino como enemigo de Alemania. El odio de los ale­
manes aumentó después, en
15_57~ con

la suspensión de pagos de­
cretada por Felipe II, que irritó a los banqueros alemanes,
especial­
mente

a
los Fugger.
Los judíos fueron expulsados de Inglaterra en 1290
y de Francia
en 1306, pero no atacaron a esos países porque en ellos eran pocos
y no muy ricos. En España fueron expulsados unos doscientos
mil
y

quedaron unos cien mil; tenía el país diez millones de habitan­
tes y la considerable minoría judía ejercía el monopolio del crédito y
de gran parte del comercio. Los judíos expulsados financiaron la re­
belión de los Países Bajos
y la de los moriscos. los impresores judíos
se dedicaban a publicar libelos antihispánicos.
En 1560 coinciden la rebelión de los Países Bajos
y una ofensiva
panfletaria contra España, alentada por el Príncipe de Orange. El
más conocido de estos impresos es la «Apología», de Guillermo el
Taciturno (1.580), que es una réplica a su calificación de proscrito
y
rebelde por Felipe II. Guillermo tuvo dos auténticos ministros de
propaganda: Jacob van Wesenbeke y Maxim van Sainte Aldegunde.
En sus panfletos decían que España mató a veinte millones de indios
en América y que el Duque de Alba había descapitado a veinte mil
flamencos; que Felipe II despreciaba a los valones
y que estaba com­
plicado en la muerte de su hijo Don Carlos, y en la noche parisina
de San Bartolomé. En la tradición nacionalista de Holanda, la hispano­
fobia formó parte como elemento constitutivo. Los hofandeses apo-
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INFORMACION BIBUOGRAFICA
yaron al pretendiente portugués Don Antonio contra los legítimos
derechos de Felipe II para conseguir comerciar en las posesiones ul­
tramarinas de Portugal.
En el siglo XVI Francia se resentía del monopolio de España en
América. Y los ingleses y holandeses trataban de explotar las rique­
zas de la América española. En el siglo pasado, los franceses azuza­
ron
el sentimiento de independencia de los hispanoamericanos para
suplantar a España en el caudillaje ideológico y cultural de Iberoamé­rica,
y lo consiguieron. Desde 1820 aquellos países son independientes.
En el siglo XVIII, éoincidiendo con la decadencia, arrecia la Le­
yenda Negra. España cometió el .error de no responder a esta bien
orquestada campaña internacional de difamación con otra propaganda
igualmente intensa y de signo contrario.
La América
&paño/a adopta
ta Leyenda.-«El progreso consiste
en desespañolizarse», escribió el hispanoamericano Francisco Bilbao
en su «Evangelio Americano». Los independentistas se apoyaron en
Las Casas para excitar el odio contra lo español, sin advertir que, de
habe< cometido alguien barbaridades, hubieran sido los ascendientes
de los criollos y no los de los soldados de los ejércitos peninsulares
que fueron a sofocar el levantamiento.
En la gestación de la independencia influyó de mane ideario anticatólico y antimonárquico de la masonería.
Influjo actual de la Leyenda Negra en los Estados Unidos.-En la
Cruzada de 1936 esta leyenda perjudicó mucho a la España Nacional,
pues muchos creyeron en el retorno de la Inquisición y demás ins­
tituciones de
la Monarquía Tradicional. Los demócratas no compren­
dieron que los «leales», a quienes apoyaban, eran marxistas,
y, por
tanto, enemigos de la libertad. La Leyenda Negra antiespañola está muy arraigada en los Esta­
dos Unidos. Sin embargo, algunos eruditos norteamericanos venían
comprobando las falsedades en que se basa el mito de la Leyenda
Negra. Destaquemos entre ellos a William Thomas Walsh. Campeón
de este movimiento es el gran Philip Wayne Powell, autor del libro
que glosamos.
En 1944, el American Co,mcit of Education publicó un «Rapport»
en el que puntualiza lo mucho positivo de la acción de España en el
mundo y en América
y rectifica el error de los Estados Unidos en
basar su política hispanoamericana en la Leyenda Negra. La destrucción del Ar bol del Odio de la Leyenda Negra ha de
ser el primer paso para salvar el prejuicio que separa dos mundos
que han de caminar juntos luchando contra un enemigo común, el
marxismo.
EL DUQUE DE TOVAR.
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