Índice de contenidos
Número 114
Serie XII
- Textos Pontificios
- Actas
- Información bibliográfica
- Ilustraciones con recortes de periódicos
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Autores
1973
I. Agrarismo y urbanismo. II. Perspectivas del socialismo según Jean Paul Sartre
ILUSTRACIONES CON RECORTES DE PERIODICOS
l. AGRARISMO Y URBANISMO
El proyecto de·· nueva ley del suelo ha reavivado una serie de cues
tiones fundamenta1.es: la función -social de . la .propi.edad, la planificación
tecnocrática, la centralizaC:ón, etc., ·etc. En estas ·ilustraciones nos ceffi ..
remos a ocuparnos de ,dos- aspectos_ candentes y contrapuestos: el aban
dono del campo· y el crediniento sin .limite _de las grandes urbes. Es un
problema producido por un desequilibrio erwre la dudad y el agro •
. Aunque este desequilibrio cada dia se halle más acen~ su exigen
no es' nuevo. Spe.ngler señaló que, ya en 1850. al suprimirse los derechos
de importación del trigo, se sacrifk:ó el lairah a1 obrero. Y Henri COJ1ton
ha escrito que con refereTICia el Plá.n Hirsh, se afirmó en Ft'ancia,, __ que
Ía elevación de la renta nacional.--no debía quedar neutralizada con un
alza de los precios agrícolas, con lo cual eta sacrificado el labrador al
industrial, al cometdarrte y ·al financiero. ·
a) LAS PLUSVAÚAS URBANAS Y LA ESPECULACIÓN DEL SUELO.
Este es el gran tema esi,n'mido para buscar soluciones administrativas
más
o menos drásticas. La que más lo es c0nsiste en la llamada sociaH~
zación del suelo.' Pero en Rusia lleva.' realizada más de medio siglo, y la
URSS es un ,pais rico ·ett materias primas, poderoso militarmente, ·que ha
enviado hombres al. espacio interplanetario, cohetes a la Luna, que nos
han r~ansmitido imporlante información. Sin embargo, el problema de
la vfoienda no lo ha podido resol.ver Sino tan sólo 8 dos tercios de la
población
urbana y, a ésta únicamente a razón de 8,50 m• ()Ot' habitante.
La solución no se halla,_ pue$, por este camino, Tampoco la resuelven las
fórowlas que aqui vienen proponiéndose, pues
no hacen sino transferir la
.plusvalia que pasa del propietario de la tierra al urbanizador, o al cons
Crudor, ·o al venturoso primer habitante, o a millares de pequeños es,,
peculadores.
En "SocIIIDAD DE MASAS Y DERECHO", V allet de Goytisol.o analizó los
remedlos propuestos por los urbanistas, ninguno de los cuales ~ece sa~
tisfactorio, y concluía:
«... a estos remedioB propugnadoB por loB autores especiali
zados
vamos
a atrevemos a añadir otros
más para
corregir unos
Fundaci\363n Speiro
males, de los cuales nos parece que debe pasarse el correspon·
diente
tanto de culpa
como"' principalísimo causante· al "ptopio
Estado.
Son,
en particular, estos:
»a) El primer remedio conS:itirfa en · manté-ner estable el
valor de la moneda.
Como ·ha· observado Sauvy :" «A falta de
moneda metálica, a ·falta de moneda de- papel sólidamente Sos
tenida,
los
particulare8 buscan, muy naturalmente, otra sustancia.
y
la hallan en la piedra.»
Si la mala-mOileda desplaza del mer
cado a la buena,
el pÍlpel inflacionario hace finir los ahorros
hacia
los
terrenos.
»b) El
segundo radicaría en que las
~sihilidades de ganan
cia,
én empresas
y negocios,
estuvieran· meno·s reducida& firi1eal y
socialmente, y que
la rentabilidad de los bienes sé hallara menos
tasada o gravada. El dinero que se
desalienta de
negocios y em
presas y no se siente remunerado con
el poco rendimiento que
los impuestos le dejan líquido de
-_ alquileres petrificados y de
los cupones,. se refugia en ()peraciones inmobiliarias en la_s cua
les la inflación
y el crecimieitto urbano juegan a su favor:
»e) El tercero simplemente
consistiría en i¡ue rio
se
favore
ciese
tanto el crecimiento de las grandes
ciudá.de!i, feri.ómenii
malsano a la
vez que
caU1sa principal
de esa carestía.»
El mismo V
allet observaba, a
este
último respecto:
«El
alza del precio del
suelo se
reco_noce como
«un fenó
meno
e_conómico, única
trad_!lcción coherente del crecimiento
urbano»
y que «en tanto no
se, anule
el propio_ desarrollo urbano,
pretender
extirpar. el
incremento -del
precio -implicaría siempre
un
proceso contra
natura». No es posible querer
a la vez una
y
otra cosa fuera de determinados límites prudenciales. »En
ocasiones, el
rápido
encarecimiento del
suelo, ¿no será
una
indicacióll de que la ciudad crece en exceso y demasiado de
prisa?
Se· trata, tal- vez, de un freno saludable si se ve con una
visión no exclusivamente
· urbaní8tica, en
el sentido usual que
a esta palabra imponen quienes monopolizan
Su uso.
Romper
el
freno será impulsar- más el crecimiento · insano ... La solución
debe buscarse en otra parte ...
Resulta incongrnente el conven
cimiento de que en
múltiples aspectos ea malo el
excesivo cre
cimiento ciudadano,
, y
que a la vez se
facilite su
expansión, en
beneficio de sus habitantes,
al asegurarles un nivel superior a
los del
eampo, aunque
esto tal
vez sea cómodo
y
"po'litico" para
el
gobernante.»
419
Fundaci\363n Speiro
b) EL CRECIMIENTO MACROSCÓPICO DE CIERTAS URBES.
Pero este credm-iento u¡bano~-que causa la subida del precio del suelo,
¿e:,, por otra parte, socialmente bue.no y beneficioso para el país? Algún
gerente de urbanismo, hace unos años, aseguró que era óptimo, pues f~
vorecía la socialización, y, ésta, por lo visto-, es la f)Elflacea para todos
nuestros
males y la promesa de un próximo mundo feliz.
Hoy ya no lo cree nadie; aunque todo el mundo pone. su grani:, de
arena, su ladrillo, o mucho más; para qite. el fenómeno siga en aumento
en cuanto favorezca el interés c'oncreto de cada uno. ¡Es muy humano
que así sea! ... Pero las '{Jel'spectivas son preocupantes. Se ofrecen ya al
público imágenes terroríficas de lo que puede llegar. De momento se
viven los ¡,roblem.83 de la congestión del tráfico, de la polución afm.os..
férica, del incremento de la delincuencia, de las drogas; de la cotTupción
de costumbres; etc., etc. Las amenazas son mucho mayores. Podemos leer
algunas en el libro de Roberto Vacca: "LA. PRÓXIMA EDAD MEDIA",
ABC del 21 de febrero publ.ica, en un recuadro, con el título "DELENDA
EST LA CIUDAD", firmado por Miner Otamendi; un comentario al que co
rresponden los dos siguientes recortes:
42~
«El título argumental era «La ciudad de-1 año 2000». Pero
como
ocurre en
los momentos traumáticos de un pueblo,
el ar
gumento
se convirtió en su propio proceso. Lo que estaba
pre
visto como una exposición precursora, como una expectante comedia de
ciencia-ficción, se
vertió en drama. La víctima era
la ciudad. Una ciudad que moría enponzofi.ada, como si una
víbora
se envenenara co~ su
propio veneno. En el foro que
han
sido las jornadas de «La ciudad del año 2000» surgió la mixtura
del grito:
»-¡
Delenda
est
la ciudad!
»No; la
ciudad no
es culpable.
La ciudad es lugar
de encuen
tro, encrucijada de caminos, lugar donde la cultura se transmite, donde el comercio se
desarrolla, donde
la amistad
se hace
amor,
donde el arte trasciende, donde el hombre se realiza ...
»-¡No! ¡La ciudffll no
es culpable! ;Imaginación! ¡Imagi
nación! -gritaba entre admiraciones el arquitecto.
»-JSí! La
ciudad es un ántrax, un quiste, un tumor maligno.
Y cuando me
· encuentro
con algo irreductible, yo lo extirpo
-argumentah~ seTeno, el
médico.
»Si ha quedado algo claro en este primer intento de previsio
nes
urhaní'Sticas es que
no .hay nada claro en el horizonte; que
ni siquiera nos hemos puesto de acuerdo si lo que conviene es
Fundaci\363n Speiro
imitar a los babélicos -nada hay nuevo bajo el sol-y aban
donar la torre y poblar tierras porque la confusión de lenguas,
de interpretacionea,
es insuperable.
O si, por el contrario, ei
mismo ingenio que ensordeció la ciudad y que emponzoñó
el
ambiente será capaz de industrializar aires de sierra, perfumes
de rosas o
semitonos de
órgano y poblar de naturaleza viva, de
bosques y pájaros, de ríos trucheros y salmones en piscina, foros o
ágoras y
caminos.
»Los que debieran
han ,comenzado a hablar. Y deben seguir
hablando.
La
ciudad del año 2000 no puede ser esta
absUl'lda ba
rahúnda de zoco que hemos hecho en
lo-s últiinos treinta
años.
Es.pafia no es sólo
Madrid, ni sólo Barcelona, ni sólo Bilbao, ni
sólo cualquier
ciudad. También
es la meseta,
, las
dos mesetas.
»No; no es la ciudad la eupable. Los culpables somos los
que hemo's deshecho la
ciudad y los que
hemos dejado
deshacer
la
ciudad.»
e) BUSQUEMOS NUEVOS REMEDIOS.
Si existe un Ministerio de la Vivienda es evidente que su misión se
centra
en logr{lt' que haya suficiente número de viviendatl, saludables y al
alcance de todos quienes las necesiten. Pero, como acabamos de ver., el
problema_ ante el que nos hallamos, no sólo no se resuelve sino que, i~
cluso, puede agravarse con la sola actividad de este Ministerio, en tanto
únicamente
aberque un sólo aspecto de la cuestión.
Estos últimos días con ocasión de lo.s intentos de solución de este pro-
blema, hemos leido algunas voces de alarma ante el riesgo de que ésta
pueda originar o act'ecentar otros que escapan de la competen.da de quienes
tratan sólo y a toda costa de solucionar aquél sin mirar al contorno de
su solución.
Y A, el 11 de febrero de 1973, al.udía a uno de los remedios., en un
articulo
de Javier Martin-Arta.jo, LA URBANIZACIÓN DE LOS "MADRILES",
del que entresacamos los párrafos que transcribimo1, a continuación:·
«Cuando veníamos tratando con cierta parsimonia el enfoque
de
los graves
problemas que aborda la reforma de la
ley del
Suelo
se
ha interferido en nuestro campo visual un llamativo
anuncio, publicado por el Ministerio de
la Vivienda en. la prensa
madrileña,
convocando a un concurso para autorizar la
urbani
zación
y edificación de terrenos en la provincia de
Madrid;
tanto
su
presentación como
su contenido es
verdaderamente sen
sacional.
Se trata de definir tres zonas aptas
para urbanizar te-
421
Fundaci\363n Speiro
rr~os capaces de ul>iear un maxuno de cuarenta . mil :viviendas
prevj.stas para
ca
zona, es decir, nn total de ciento veinte mil
viviendas.»
«Por
otra parte, se cometería un grave error
de macrocefalia
si se aumentase artj.ficialmente · el
tamaño de nuestra capital.
Madrid
se devora
a sí
misma y
no
devuel~ a
la - economía na
cional
más que fos restos de
su
conswno. Una
gran
cabeza sobre
_ un
cuerpo raquítico es mala contextura somática. El área agríco
la que le rodea es pobre, salvo las estrechas vegas del Henares,
Tajuña, Jarama y Tajo; y
su provincia
no cuenta con más
ri
quezas que canteras de piedra, yeso y arena. Toda política que
intensHÍque la
emigración interior hacia la
capital aumentará
los problemas de alojamiento y debilitará la vitalidad de los
núcleos de producción y trabajo
localizados por
todo el terri
torio
nacional.»
«No es· argumento
admisible
alegar que el plan se realiza
con
la colaboración de la iniciativa privada. La colosal inversión
que
ha de suponer la adquisición de terrenos, la urbanización
y edificación de tales P1:"oyectos absorberán excesivas disponi
bilidades del
ahorro nacional, que no acude fácilmente a finan
ciar
·lais empresas indus_triales básicas, sino
que
prefiere colocarse
·
en
atractivas
proÍnocÍones inmobiliarias.
Por otro lado,
e1 pr.o
yecto
no previene, sino que estimula la especulación de terrenos,
que ya
. está
en
marcha, desde
que
sé anunciaron
las bases
con
tenid~
en el decreto de 18 de agosto del pasado año ; y sus be
neficios
se
concentrarán en empresas
de «suficiente entidad». para
acometer proyectos de tal
magnitud . ..»
Y ABC, en su editorial del 21 de febrero de 1973, se preocr,p6 por
la seguridad jurídica, concluyendo:
«La necesidad de flexibilizar el mercado del suelo, la con
veniencia comunitaria de abaratar
su precio,
la utilidad social
de disponer pronto
de mucha más superficie de suelo apto para
la edificación, nadie las niega. Pero
nadie tampoco,
y la opinión
es comunitaria,
las desearía·
a costa
de la seguridad jurídica, a
costa- del amparo y protección a que son acreedores los
legítimos
derechos
individuales,
ineluso-en el _proceso que-8e deba seguir
para
modificarlo~, para
alterar su contenido, cuando
se empren
de
una reforma
legislativa.»-
Fundaci\363n Speiro
d) EL DESEQWIJBRIO CAMPO--CIUDAO.
El problema de raíz se halla en un desequilib-rio. V allet de Goytisolo,
en su c,itado volume~ lo comentó:
«Si se defienden con aranceles los productos indUBtrialea y
se
frena,
pese a
la depreciación de la
mon~ el incremento de
los precios
de los productos
agrícolais mediflllte importaciones
de
choque; si se
favorece la
subida de
los aneldos· en
la ciudad
mediante el apoyo
ecouómico o fiscal a las enipresats Ciudadanas,
el campo seguirá -desangrándose y su sangre poblará · los subur
bios de
las ciudades donde
piense hallar otras posibilidades.
Si
los líquidos de
las explotaciones agrarias se inci'ementan y se
prodigan las exenciones a las
construccionea urbanas, el campo
seguirá vaciándose
y las ciudades creciendo. Si ... ,
etc., etc., etc.>
y Hayeck, en su libro, "Los FUNDAMENTOS DB LA LIBERTAD". ad.vez-tia:
«Las gentes, si se deciden a vivir hacinadas ~n destartalados
inmuebles, es tan
sólo porque
de
tal suerte se les depara la an
siada
oportu:ilidad de
beneficiarse de las altas remuneraciones
que la actividad ciudadana proporciona.>
«El
problema de la vivienda en modo alguno
constituye un
probkma independiente
con aislada solución, sino que se halla
·involucrado· con cuant~s temas _la
.pobreza
plantea y
que
úni
camente cabe resolver elevando el nivel · de vida de todas 1'as
gentes.
Ahora bien, este objetivo
se distanciará si acudimos a sub
sidiar a determ.inad_as personas precisam_ente para que abando
nen aquellas comarcas
donde sus ingresos
superan a .sus gastos
y
se instalen
en otras donde ocurrirá lo contrario.»
Por ello, concluía que ciertas medid& que se adopten:
« .•• con la finalidad de ayudar a .determinados sectores ·de la
población ... en realidad
no· son más que
medios y
subvenciones
que
facilitan el crecimiento
· de
las gigantescas aglomeraciones
urbanas más
allá de los
límites· ~onómicamente aconsejables>.
«Es
la
concesión .de ~ecursos , ~co_nómicos -según palabras de
sir·Frederic~ O~boro-~on ~~tiµo.-al -m'W.t-enimiento_ de las aglo-
Fundaci\363n Speiro
meraciones urbanas, financiados mediante la exaec1on fiscal que
ha de
soiport.ar todo el país, lo que provoca y estimula el cre,.
cimiento
antieconómico de
las grandes
ciudades.»
Es muy difícil, sin embargo, que los -pol.iticos se enfi'enten desde su
raíz al fenómeno de desequilibrio que produce el indefinick, crecimiento de
las ciudades. También lo e-xpl.ica "SocIEDAD DB MASAS y DERECHO":
« ... El bienestar de ést-a-s preocupa más que el de los campos,
aldeas
y' pueblos, aunque éstos representen la salud del país,
mientras
las grandes ciudades sean su enfermedad.
Estas son
el
escaparate en
el que se exhibe toda la obra de gobierno, contie
nen una
masa capaz de alterar el
orden público mucho
más
que
todas las dispersas famili-as
campesinas, reúnen
unos inte
reses. creados
que forman núcleos
de presión importantes.
»Siendo
así~ ¿qué se atreVerán a
hacer los gobernantes? Aun
que
sepan que
es verdad lo que el finado vicepresidente de la
Asociación de Alcaldes de Francia y secretario de la
Sección
francesa del Consejo de Municipios de Europa, Raymond Be
rrurier, afirmó en
su informe al L Congreso Nacional de la
Asociación de los
Alcaldes de Franeia de 1966 (Cfr. en Verbo,
56-57, págs. 481 y sigs.): «Hay un germen de ruina humana y
otro de ruina económica
en la
tedencia actual, sistemáticamente
lanzada una
y otra vez hacia una 'ºcivilización de masa" deshu
manizada,
en la que numerosos municipios están en vías de
des
aparición,
cuando,
'1ej~ de ser una carga, son una fuente de
riqueza para la
naci&n y una
·fu.ente
de expansión familim-y
personal
para
sus miembros.>
»Diremos,
ante
todo, que -el problema central no se resuelve
curan-do el
pus de los
suburbios, lo
que no hace sino aumentar
la hinchazón; la curación sólo puede lograrse, tal vez, evitando el
desequilibrio capital-provincias y ciudad-campo.»
e) EL PROBLEMA. DEL CAMPO: EL DESNIVEL DE PRECIOS Y LAS IMPORTA
CIONES DE CHOQUE.
El campo se des.puebla para suministrar mano de obra a la industrie,
al comercio, a los servicios, incrementando nuestra emigración a la Euro
pa del Mercado común y acelerando el crecimiento desmesurado de nues-
tr-as urbes. Pero no
lo hace sin dolor, ni protestas, aunque éstas se ahoguen
con
el
mido de los motores y de nuestros medros audiovisuales y en el
mac de tinta triunfalista-justificada bajo la perspectiva ciudadana.
424
Fundaci\363n Speiro
Oiga,nos, sin embat(go~., por lo menos -en pt#te, al91Jnas lamentaciones.
En CAMPO, núm. 710, de Sevilla, del 3 de ¡unio 0de 1972, apareció
un editorial con el· expresivo título "CANsADOS, ~ESu,us10NADOS'.', durísimo
de_ ~ y_ expresi.vq de una fl'ª!-'ísima .realidad de fo~ por las razones
expuestas, en él qÚe las_ palabras del título_ se_ repite~ _en cada párrafo,
@lteénan.do cÓn otras péltecidas como 'HARTOS, _ATÓNITOS, Á.TERRADOS, Ex ..
TRA~AOOS. MAREADOS, Locos, ·e i~tuso ·c.oN LÁS ---NARICES, LOS O]'OS y
LOS OIDOS HINCHADOS ANTE LA APABULLANTE PROPAGANDA.-Tr8J'l:$ct'Wimos,
solamente. su.s ultimas · párrafos:
«Locos, repetimos, por la i:ó::tportación meñsu:ál de más de
dieciocho millones de litros de leche
fresca; a más de
la leche
en polvo.
»Sin saber-qn.é ·hacer oon--las patatas de la nueva- cosecha,
porque
se .han importado m.ás .. •de ochenta y .cinco niil toneladas
__ d_e __ este prodqctq
y
eu·atro
1,Dil _ quinientas de ma,mi{lnll8' y mil
quinien~s de peras, y ocho mil quinien,tas de garh~os_,. y nueve
mil quinientas d~ lentejas, y diez mil
de_
aJ_uhia~, ·y hasta cinoo
mil
toneladas de
cebollas. , · · ,
»B'oérachos
con la importllció~ · ,-a hecha, de do~cientos mil
hectolitrOs
de
tinto" y
la
d~gÍ-avacióD. ·arancelaria
a
lás impor
taciones
de atún, bacalao, leche
frese.a y
·
ell polvo', café; aceite de
-girasol, ha-has de soja,· cacao, vino, alcohol, gal"hanzo·s ...
»Pensando
en
cambiar· sti ·explotación' agrícola
o ganadera
por un pues-to
en ·la
plaza o·-un lugar
en- cualquier·earial comer
cial
que, al
parecer, go!Z'8.n de hul(l .en--eu_eetfón .de precios o
de
beneficios.
»Deci-didos. en
muchos
cas!)s, a d~~itir, C9sa que,_sólo hacen
en
Espafia los entrenadores de fútbol.
»Con sus_ ilusiones rotas; Con sus ilusiones p!>dridas.
»Dios
los
coja _confesados en tan
~argo ~anee.»
La GACETA RURAL, der"27 de diciembre de 1972, reproducía un
artículo del BOIETIN
ÍNFORMATIVO
DE PIENSOS COMPUES
TOS VISAN, titulado "EL CALLÉJÓN siN sÁunA", al qÜe _Corresponden
!OS siguientes extractos:
•
· Para evitar la subida de IoS pfecios · de la -carne, el Gobierno
ha tomado dos decisiones, que
algunOit quizá ooitsiderárán eficaces:
· » L" Prohibir emdquier subida ·dcf precios.
»2.1 -Permitir -que .fa iniciativa ,privada traiga-earne de im
portadón.
»Pero.;,
el aeunto, que·'tíen.~ .. hastante miga:
il25
Fundaci\363n Speiro
»Se acaba de · autorizar a la iniciativa priva-da para que pue
da
importar' carne. Si es preciso habrá subvenciones a favor de
los importador~.
»Durante años, estás importaciones
de carne congelada y
re
frigerada las ha venido realizando únicamente la Comisaría de
Abastecimientos,
en cont>ra, muchas vee~ dd. cri~erio sindical
y del MiÚisterio de ~gricultura.
»Eepaiía,
junto
con
Israel, eran los dos
únicos países de
Europa que tenían las importaciones· de carne monopolizadas por
el Gobierno.
«Durante los
años paslidos, casi todos los
_
países sudameri
canos
han
estado vendiendo
carne para obtener divisas a
toda
costa. EstoB países; con
sus principales fuentes de
ri:
manos
de otras
tÍaciones y·
con
Gobiernos inestables, oh.tenían en
la
véntas de· caruC · sus principales · ingr~os, para ~alyar el pre,
supuesto
nácional de cftda año.
»En e:stas eondieione!!I, comprar carne er8 cosa fácil. No hacía
_ falta discuri:1r _ mudio_,' · puest~ que
había cola de países intere
sados en
veuder.
»Sin embargo,.
'la falta de .visión económica_ y las apremiantes
necesidaíi'?S de
· dinero hicieron
· que algunos Gobiérnos sudame
f~canos
vendiesen más de lo debido y ahora se encuentran con
necesidades de carne para
su propio consumo.
»Mientras tanto,
aquí, en Europa, se está ·incrementando
la
demanda
de
caró.e, por - causa de los aunierÍtos de·
población y
nivel de vida.
»Coí:nO eonseéueneia, ~ ha· producido una eScasez mundial
de
eariie, y ·1os países sudamericanos,
clásicos proveedores de
_ Eur~a, ~e han
dado
CUf:nta_ d~ q~e, estaban ven~tn:do su ri_que
za
en can;ae a .. precio d~ ganga, y, ,~aturabnente, han canibiado
radicalmente e.u política exportadOra.
»
Y
ahora, cuando el mercado
mundial se encuentra
en
e_s.ta
situación,
cuando ya no hay cola para vendemos carne, se
per
mite A . 1-a iniciativa privada· que se ocupe del asunto, y mientras
tanto,-
.de ~al das: a .la realidad euro-pea, se congelan los precios
de
la
carne, ·sufrien"do, a&í· Jos
vidrios
rotos· el ·gan·adero español.
Mientras
tanto, y
para-·colmo,º nadie
impide que
'al sector agra
rio
le suban los impuestos, el coste de la
Seguridad· Social, la-e
cuotas
sindica-les,
el valor·
de In ·maquinaria agriC"ola y
el coste
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de las, material!: prima.a p11,ra piensos •. Nadie ha evitado· que los
precios de la soja hayan subido en los dos
últimbs meses de
8,90 pesetas a ll,80 pesaras-kilo, la harina de pescado de 18,90
pesetas a 27,50 pesetas-kilo, el salvado de 4,30 a 5,10 y la harina
de
carne de 7,50 a 13,50; por no citar más.
»Esta es
una situación inso8tenible,- -que,
además de·
frenar el
desarrollo· del
país, continuará manteniendo a nuestra ganadería
en ínfimos
niveles de renmhilidad eón perjui~io total para Es
paña, que conti~uará precisando gastar todos los· años ingentes
cantidades
de
divisas en
traer
~me de, impo_rtac~ón.
»Ya
sabemos Q:ue mientras
-tengamos turismo
habrá divisas
disponibles. Pero,
¿no sería mejor· invertirlas dentro del país,
e-n _
nuea,tro propio desarrollo, en carreteras y __ puertos, que tanto
necesitamos,
aÓtes que
estarlas gastando fuera,
año tras
año?»
Y FUERZA NUEVA, núm. 318 del 10. de febrero de 1973, del que
hemos tomado el anterior extracto, publica en: lt:r mi$ma página una cartfl
que firma
Virgi1io. Orensanz,_ del que recortamos estos párrafos:
·« ... poseo una finquita en ·un ptieblo de esta provincia, mixta
de viña y olivar, y desde
hace seis
o siete años
se quedan·
las
_aceitunas en las olivas a disposición de· los pájaros, ya que
"tam~
bién
son
hijos de
Dios y tienen derecho a vivir", pues
cogerlas,
aparte
de las
dificultades que
ello representa, insalvables, cuesta
más que vale el fruto.»
«Este afio,
debido a que hay un gran fruto, he tratado de
recolectarlo, sin conseguirlo,
pues no
hay quien lo
haga, de .una
parte, y de otra, que ni aun siendo
1a mitad para el interesado,
he encontrado
quieil. lo
realice. Creo, por ello, que la cosa está
bien clara.
Y ·
así ocurre que
ha}' piopietariOs l'Jue ten'ían varios
peones asalariados diariai:nente
que
ahora sus hijos han tenido
(lue dejar el .C1llillpO y tr~jan ~n _el mismo Í.u_gar y en la misma
profesión
que los peones que ellos tenían, pues no sabían hacer
otra._
c,osa
qu_e las_
fa.hoies agrícolas .. Y_
peones que, yendo las
fiestas a
«sus pueblos»,
siendo buenas personas, se
llevan en_ sus
coches
a -sus antiguos «patronos», porque éstos. no han podido
adquirirle,
y,a. mayore~ viviendo
de ir vendiendo
aiguna finca
a
algunos de
-los pocos
que quedan en el pueblo.
» Y ·para confirmar
todo ello,
-le doy unoa _datos. concretos; ya
Fundaci\363n Speiro
que ·yo soY hastllnte curioso para esto y llevo las cuentas al
milímetro:
1953 · 1972 Au.mentP
Huebras de hombre y caballería,
arando
vijía ... ... . .. .... ... 55,00 500,00 999%
Jor~ deshojand~
cepas ........ ,,. 23,00 325,00 1.413%
.Acomhrado
_ (a~~r~ado) de cep_as?.
el ciento ... ... ... 5,00 60,00
1.200%
Vent8 ~ uvá (para f~uta)~ 2,47 8,00, 323 %.»
11. PERSPECTIVAS DEL SOCIALISMO, SEGUN·
JEAN PAUL SARTRE
-Un. -aniigO-mexü:~ ·no; h"a e~v~o un ejemplar del díarió de la e~
pi/al Federal EXELSIOR del sáÍ,e,ú, 24 de febrero de 1913, que hace
eoo de las dectaraciones de· Jeari Paul-·Sartre a la reVüita LIBRE aparedila
el
mismo
mes,
reproduciendo sus principales párrafos. De esas respuestas
no.s -inte.ressn, especialmente~· -la.s relativas
al socialismo y a la violencia
y las relativas
el. régimen de la U. R. S •. S. A estos dos temas se 't'eie
rirán· nuestro~ _recortes siguientes ..
A) EL SOCIALISMO Y LA VIOLENCIA.
. En las Ilustraciones con recortes de periódico que publicamos en
VERBO 107-108,
de agosto-sepliembreCoctubre de 1972, págs. 825 y si
i,uiént~s, titulairios ·los priineros
"R!!vói.UCIÓN, SUBVERSIÓN, GUERRA, OBJE
CIÓN DE"" ·CONCIENCIA? EXISTE-UN ORDEN QUE Nos GUÍE PARA SABER CUÁNDO
ES LÍCITA y. AUN DEBIDA LA VIOLENCIA?" t entre los cuales' recogimos la parte
central del arliculo de Manuel de Santa Cruz:, "VIOLENCIA BUENA y VIO
LENCIA
MALA", en el que era explicada la distinción ti-adicional cristiana se
gún {a exposición de San Agustín. J?.ec0mem:l.atnm., también, la lectura
en.
VERBO
113,
de marw último., de la ponencia de Estanislao Cantero,
"foRTALRZA y VIOLENCIA" •. -que_ tréfta .ampli-a y claramente de é~a cuestión.
Hoy,
_sin.
embargo, algµnru clérigos .y al.gún Obispo declaran conde
nable toda -~iolencÍa, 'venÓa de qukn ·venga, sea de l~ autoridad o de te"'
r,oristas. El profesor Francisco Elías de Tejada, en el PENSAMIENTO
NAVARRO del jueves 15 de niaizo de 1973, bajo el título "CHAKA y
HITLER", comparó la carencia de 8.Xiología tanto de la posición de esos
clérigos progresist&· contó
de la contrapuesta· de un amigo zulú de su
42(1
Fundaci\363n Speiro
jti.ventud, Chaka, que.,se ..entusiasmaba. ante las. matanzas .de Hitler, ad
mirando la viDlencia en. si-misma.
«Si
-iui ladrón me arrebata nrl. cartera ·echando man
gumentos
de"· pistola;· emplel fa -· fuerza ·a··: siniestra, malamente;
pero
la
emplu' réctamen~ a' der.e'Cbas, el. -policía que arrebate
al
ladrón el producto
de
su robo, empleando ,e} idéntico argu
mento de la violencia de la pistola amenazante.
En ambos casos
estamos delante
de un hecho
de violencias; mas es-ta_ violencia
aparece
justificada en la circunstancia del
policía dado
que la
respalda el Derecho, justificación que falta
a la fuerza pisto
\-era del
ladrón.
»Digo
e~to, porque nues~os. preshitei;ete& progresistas
ahomi
;n.an de la violencia en todas sq.s m.an_eras, con lo cu~l <;onfunden
.
lamentd>leJDente
al
_r~np del
valor con
el reino
.. de la naturaleza,
al
hecho con la valoración
que lo
califica~ al
animal con el
· _ hombre, al inStinto _ ciego C9'D-la razón clarificadora que con
viene a la condición
específica del hombre·
rac_ional
y libre.
»Con lo qúe, en definitiva~ dan etl el contrapi~ de· los ama
Zulu
de
Africa, tan ~dmirádores del hecho de· la fuerza como
los preshiteretes 1-a
condeJJ.an; en ambos cásOs ateniéndose a la
naturaleza sin la Menor noción de la más elemental axiología;
re"nunciandó a razonar," los zniúes porque
no sabén
nada, nues
tros preshiteretes · i>orque se creer:i saberlo todo.>
Sin embargo, entre él clero progrésista vuelve a distinguirse la vio
lencia buena ·y la violencia mala,· pero al i-e'?és; o bie·n llamán viclenda a
la
ejercida por la autoridad y' sus 'Bgen:teS y niegan que lo seá 1á 'que ejer-
cen
los
secuestradores, los terroristas y "los agitadores. Muestra de ello
tenemos en la fam.osa· homiliá qúe un clomin.go, pocOS días desi,ués del
iecu.~· y liÍJeiación. ck ·p"eNpe· 'Huárt~, ·se repitió-en -buen número de
Pan-CX/Uiás de PamplonB. La axiología; el juicio de val,or se ·frrdm.a··en
ellos por el cambio de esfructuras -y bajo esa perspectiva Cs · mala toda.
fuerza utilizada por la autoridad para salvaguardar las instituciones so
dales actuales y buena la que sea -empleada en favor del cambio de es-
truduras, la· que tienda ·a· llévarrios- al paraiso· socialista profetizado par
Ca.rlos Marx. -
Bn este
punto. coinciden con J ean Pau.:l Sartre, a juicio del. c_ual para
alcanzar · el Socialismo es precisa ·· ta Viel_enc.ia. Pero leamos -sus declara
ciones a este respecto:
« ... La violehcia¡. al mellos cierta forma- de violencia, es ne-
Fundaci\363n Speiro
cesaría. Mi punto de vista al respecto es muy simple: nO puede
haber
revolución
sin revolución, es decir, sin violencia;
»¿
Cómo
pretender que los que
tienen la
riqueza
se dejen
despojar-de-ella
tranquilamente? Una revolución supondría la
supresión de
fortunas.
índustriales y
de'l
contexto social que las
hace
posibles, y
lograr esto por la
vía 'legal me
parece franca
mente
utópi-co.»
El filósofo francés rw se ,contenta cDn está apreciación, sino que se
éxtiende én · c-onsderaciones estratégicas:
«Carlos Marighela concebía la guerrilla: urbana Como un me
dio para neutralizar la presión militar sobre los· focos guerri
lleros surgidos· en ~l campo. Su g'raü. ConCeipeión es que si se
crean focos glleirilleros en
las
ciudades,-· el ·ejército debe inmo
·viHzar ~llí gran
parte de sus efectivos, lo que á su vez permite
la
acción de
los· grupos
_armados del campo.
Pá.rece evidente
que
esa concepción «foqui.sta» ha desap&reéido en
Hispanoamérica;
es
deCir, la
concepción
del lo~ con un coinando militar y otro
político localizado en
el campo, como lo preconizaba Regis De
bray en. su libro.
»Hoy día, cuando se habla de guerrillas,
se piensa
en la
guerrilla urbana y
~ampesina, porque
la primera puede tener
mucha mayor
movili,dad, y fluidez. Evidentemente, esa táctica
fracasó
en Brasil, porque allí los revolucionarios tropezaron con
innumerables dificultades. Pero los tupamaros representan ahora
una altenativa, pues son
lo sµÍioientemente fuertes como para
que la
·situación se
defina entre ellos
·Y -el gobierno.»
¡ Vivimos en una sociedad que es-"tan liberal" que permite_ la instiga,.
clón
a la violencia para coartar la_ libertad!-·Pero,- sigamos leyendo. Sartre
indica seguidamente que las guetTillas deben adaptase a la:s situaciones
concretes del país ...
«... ·porque, po!r ejemi;>lo, en Bolivia· se cometió el error de
creer que
los campesinos
estaban listos
para apoyar a la
·gue
rrilla, siend,o que ellos habían recibido pequefi.as ventajas· de
pai-té del gobierno~ por
lo
qlle no estaban dispuestos a involu
crarse en Ulla lucha armada. "Algo parecido oéllt-rió con ciertós
sectores
agrarios en
Cuba, al principio.
»Si, es
evidente que los campesinos
son diferentes según las
regiones.
Por ejemplo:· en el nordeste brasileño hay
posihiHda-
Fundaci\363n Speiro
des de una guerrilla; los campesinos de esa zona so~ más · tevo
lucionarios que los obreros del sur, digamos los trabajadores de
Sao
Paulo,
que son ex campesinos a los cuales la situación actual
los inelina
más. Pieo hacia .el reformismo.»
B) "EL SISTEMA SOVIÉTICO ES UNA BUROCRAOA EN·EL PODER", DICE SARTRE.
Pasemos a la segunda Parle de la entre.vista de LIBRE a Jean Paul
Sartre
y tomemos nota de su' respuesta:
«Digamos q1:1e el sistema Soviético ·es el de unil burocracia
en el
poder.»
«La burocracia es la que define el carácter de la actual so
ciedad soViética, ·
lo
que le da su aspecto de dictadura pequeño
burguesá.
Pero en realidad no es· pequefio-burgues&. sino dicta
dura· burocrática; Cuando a uno le hablan de ·sus privilegios, no
hay
que in:te'rpretarlos eh térmirios de ri.qú.eza,, sino de arribismo.
· Lo qile importa allí, lo que cuenta, es situarse -y situarse bien;
para
oht~er un buen cuarto de hotel, un 'puesto, cualquier cos~
hay
que
estar -bien ubicado en la jerarquía burocrática. Cuando
he éstad'á en la URSS, noto ·qt'.le el Parti,do Coinunista no se
renueva, o se ·
renueva mal. Quienes
entraban en
é'l eran evi
dentemente· arribistas y no · gente convencida
de que el partido
podía ha"eer algo. No ·sé córilu sérá · ahora. Lo que quiéro decir
es que si esta bu.rócraeia tiene el aspecto de-wta peqUeiía-bur
g\:te'sí~-·no debe sin· embargo, concluir11e que sea una c1lase; para·
mí no · eS '.todavía una clase.»
«Lo
que la_ URSS necesita es una revolución cultural como
la de China. En Rusia se há apoderado de los inedios de pro
. d~cción, , peto, p~r así decirlo, lo han hecl:io ·-de una manera
c-api_talista;
esto
es: Corieervando· las fórntils, las jerarquías y·los
pocler'eS que
existen
en ese sistéma. De
tal suerte
qué lo qlle hay
~lí ~S una:' "especie
·de cai>italismo de estado administratiVo por
la burocracia, pero no hay socialismo. P'or esta razón a,Prohé
y
encontré muy bien lo que pude entender de la
Revolución
Cultural
China, en cuanto que implicaba un rechazo de la
je
rarquía burocrática.»
Finalmente Sartre critica la postcton de los intelectuales ro.sos que, a
su vez, hacen la critica del régimen soviético y de los que, antes, han
431
Fundaci\363n Speiro
insinuado que no-cwiocen. el .·pensamiento · del pueblo que, afinna él, está
satisfecho _con .el régimen ¿Lo ,sabrá él mejor que los intelectuales rusos?
«Es evidente que hay dificultades· pa:ra·.qne esos -revolucio
narios se entiendan, no
tanto.. en
razón de la
existencia de
regí
menes
po'licíacos, sino también porque
la ideología de quienes
luchan por
la, de:rµocracia .en_ el Este, ,a falta· de textos e~nciailes,
se
orientan más
haeia un
liberalismo clásico que hacia la
de
iµocracia. »Cuando
uno
habla con los
intelect,ua:1,es. rusos
que critican
el régimen soviético, es
sorpr~ente advertir
que
confllD.den el
Jibera'lismo burgués c~n_. la democracia~ Es decir: -están más in•
teresados. en obÍener lih~r'lad ·para escribir ,lo q~e: ~eren, que
en
promover
~l desarrollo de un proceso revolucionario.
»E5Crihir ~ólo lo .que_, .. uno quiere, sin tener en CUC!)-~ lo que
sucede a su. alreded~r, __ es h1:11'-gués~ VJVÍr en, un p_aís revolucio
nario y
querer paqicipar en la _revolución no sólo supone es,,
cribir
en un
sen.tido _ revolu~ionario,. _s~no ta0l-9'ién recb:mar que
la realidad,,se transfo.~ de _acuerdo a una. concepción igual
mente
revolucionaria. ~sta debería
ser
_esencialmeµt_e . la asp-iril
ción
de los
revoltJcionarios intelectuales de todas p_a~s, pero
es
pecial_mente de. los
Soviéticos; pero-.
no_ es así:_ se
·conforman
con reclamar su derecho_· a
.escribir
libremente.
»En
términos. gen~~l-~~. es lamentable
ver.
cóiµo' _los inte!lec
tul,lles del Este
sólo aspiran. a
imitar a
Oocid~nte,_ ~~que por
s_1,1 falta
de
infonnació11, muchas
veces ni
si
logran.- Dir.é por _Óltimo que eon;io dicen fos_ pa~dJlfios.de Mao:
la sociedad soviética ya no es socialista,_
.Se _trata·''de- ~a "ex})e
riencia frustrada; sin embargo, debe ser tomada en cuenta.»
¡ La realidad de los. hechos ,resulta menos evidente para los ideólogos
que su fe en las qtopiast .. La .-t,i~¡a rev_olucionari~ no si¡ve para a[,.
canz81.' un Péft'~ÍSO sino para instlµJrer una dictadura burocrática. Pero,
para intelectuales com0 _ Sartre, . .Jo más importa:nt.e es _seIJl.lk empleando
la
violencia
contra los _regimenes que no ~ caiclo 'totalment~ en ese
totalitarismo. Ahora el
mito
s~ centra
en
China,, que está. más lejos
y es
menos asequible ...
~-
Fundaci\363n Speiro
l. AGRARISMO Y URBANISMO
El proyecto de·· nueva ley del suelo ha reavivado una serie de cues
tiones fundamenta1.es: la función -social de . la .propi.edad, la planificación
tecnocrática, la centralizaC:ón, etc., ·etc. En estas ·ilustraciones nos ceffi ..
remos a ocuparnos de ,dos- aspectos_ candentes y contrapuestos: el aban
dono del campo· y el crediniento sin .limite _de las grandes urbes. Es un
problema producido por un desequilibrio erwre la dudad y el agro •
. Aunque este desequilibrio cada dia se halle más acen~ su exigen
no es' nuevo. Spe.ngler señaló que, ya en 1850. al suprimirse los derechos
de importación del trigo, se sacrifk:ó el lairah a1 obrero. Y Henri COJ1ton
ha escrito que con refereTICia el Plá.n Hirsh, se afirmó en Ft'ancia,, __ que
Ía elevación de la renta nacional.--no debía quedar neutralizada con un
alza de los precios agrícolas, con lo cual eta sacrificado el labrador al
industrial, al cometdarrte y ·al financiero. ·
a) LAS PLUSVAÚAS URBANAS Y LA ESPECULACIÓN DEL SUELO.
Este es el gran tema esi,n'mido para buscar soluciones administrativas
más
o menos drásticas. La que más lo es c0nsiste en la llamada sociaH~
zación del suelo.' Pero en Rusia lleva.' realizada más de medio siglo, y la
URSS es un ,pais rico ·ett materias primas, poderoso militarmente, ·que ha
enviado hombres al. espacio interplanetario, cohetes a la Luna, que nos
han r~ansmitido imporlante información. Sin embargo, el problema de
la vfoienda no lo ha podido resol.ver Sino tan sólo 8 dos tercios de la
población
urbana y, a ésta únicamente a razón de 8,50 m• ()Ot' habitante.
La solución no se halla,_ pue$, por este camino, Tampoco la resuelven las
fórowlas que aqui vienen proponiéndose, pues
no hacen sino transferir la
.plusvalia que pasa del propietario de la tierra al urbanizador, o al cons
Crudor, ·o al venturoso primer habitante, o a millares de pequeños es,,
peculadores.
En "SocIIIDAD DE MASAS Y DERECHO", V allet de Goytisol.o analizó los
remedlos propuestos por los urbanistas, ninguno de los cuales ~ece sa~
tisfactorio, y concluía:
«... a estos remedioB propugnadoB por loB autores especiali
zados
vamos
a atrevemos a añadir otros
más para
corregir unos
Fundaci\363n Speiro
males, de los cuales nos parece que debe pasarse el correspon·
diente
tanto de culpa
como"' principalísimo causante· al "ptopio
Estado.
Son,
en particular, estos:
»a) El primer remedio conS:itirfa en · manté-ner estable el
valor de la moneda.
Como ·ha· observado Sauvy :" «A falta de
moneda metálica, a ·falta de moneda de- papel sólidamente Sos
tenida,
los
particulare8 buscan, muy naturalmente, otra sustancia.
y
la hallan en la piedra.»
Si la mala-mOileda desplaza del mer
cado a la buena,
el pÍlpel inflacionario hace finir los ahorros
hacia
los
terrenos.
»b) El
segundo radicaría en que las
~sihilidades de ganan
cia,
én empresas
y negocios,
estuvieran· meno·s reducida& firi1eal y
socialmente, y que
la rentabilidad de los bienes sé hallara menos
tasada o gravada. El dinero que se
desalienta de
negocios y em
presas y no se siente remunerado con
el poco rendimiento que
los impuestos le dejan líquido de
-_ alquileres petrificados y de
los cupones,. se refugia en ()peraciones inmobiliarias en la_s cua
les la inflación
y el crecimieitto urbano juegan a su favor:
»e) El tercero simplemente
consistiría en i¡ue rio
se
favore
ciese
tanto el crecimiento de las grandes
ciudá.de!i, feri.ómenii
malsano a la
vez que
caU1sa principal
de esa carestía.»
El mismo V
allet observaba, a
este
último respecto:
«El
alza del precio del
suelo se
reco_noce como
«un fenó
meno
e_conómico, única
trad_!lcción coherente del crecimiento
urbano»
y que «en tanto no
se, anule
el propio_ desarrollo urbano,
pretender
extirpar. el
incremento -del
precio -implicaría siempre
un
proceso contra
natura». No es posible querer
a la vez una
y
otra cosa fuera de determinados límites prudenciales. »En
ocasiones, el
rápido
encarecimiento del
suelo, ¿no será
una
indicacióll de que la ciudad crece en exceso y demasiado de
prisa?
Se· trata, tal- vez, de un freno saludable si se ve con una
visión no exclusivamente
· urbaní8tica, en
el sentido usual que
a esta palabra imponen quienes monopolizan
Su uso.
Romper
el
freno será impulsar- más el crecimiento · insano ... La solución
debe buscarse en otra parte ...
Resulta incongrnente el conven
cimiento de que en
múltiples aspectos ea malo el
excesivo cre
cimiento ciudadano,
, y
que a la vez se
facilite su
expansión, en
beneficio de sus habitantes,
al asegurarles un nivel superior a
los del
eampo, aunque
esto tal
vez sea cómodo
y
"po'litico" para
el
gobernante.»
419
Fundaci\363n Speiro
b) EL CRECIMIENTO MACROSCÓPICO DE CIERTAS URBES.
Pero este credm-iento u¡bano~-que causa la subida del precio del suelo,
¿e:,, por otra parte, socialmente bue.no y beneficioso para el país? Algún
gerente de urbanismo, hace unos años, aseguró que era óptimo, pues f~
vorecía la socialización, y, ésta, por lo visto-, es la f)Elflacea para todos
nuestros
males y la promesa de un próximo mundo feliz.
Hoy ya no lo cree nadie; aunque todo el mundo pone. su grani:, de
arena, su ladrillo, o mucho más; para qite. el fenómeno siga en aumento
en cuanto favorezca el interés c'oncreto de cada uno. ¡Es muy humano
que así sea! ... Pero las '{Jel'spectivas son preocupantes. Se ofrecen ya al
público imágenes terroríficas de lo que puede llegar. De momento se
viven los ¡,roblem.83 de la congestión del tráfico, de la polución afm.os..
férica, del incremento de la delincuencia, de las drogas; de la cotTupción
de costumbres; etc., etc. Las amenazas son mucho mayores. Podemos leer
algunas en el libro de Roberto Vacca: "LA. PRÓXIMA EDAD MEDIA",
ABC del 21 de febrero publ.ica, en un recuadro, con el título "DELENDA
EST LA CIUDAD", firmado por Miner Otamendi; un comentario al que co
rresponden los dos siguientes recortes:
42~
«El título argumental era «La ciudad de-1 año 2000». Pero
como
ocurre en
los momentos traumáticos de un pueblo,
el ar
gumento
se convirtió en su propio proceso. Lo que estaba
pre
visto como una exposición precursora, como una expectante comedia de
ciencia-ficción, se
vertió en drama. La víctima era
la ciudad. Una ciudad que moría enponzofi.ada, como si una
víbora
se envenenara co~ su
propio veneno. En el foro que
han
sido las jornadas de «La ciudad del año 2000» surgió la mixtura
del grito:
»-¡
Delenda
est
la ciudad!
»No; la
ciudad no
es culpable.
La ciudad es lugar
de encuen
tro, encrucijada de caminos, lugar donde la cultura se transmite, donde el comercio se
desarrolla, donde
la amistad
se hace
amor,
donde el arte trasciende, donde el hombre se realiza ...
»-¡No! ¡La ciudffll no
es culpable! ;Imaginación! ¡Imagi
nación! -gritaba entre admiraciones el arquitecto.
»-JSí! La
ciudad es un ántrax, un quiste, un tumor maligno.
Y cuando me
· encuentro
con algo irreductible, yo lo extirpo
-argumentah~ seTeno, el
médico.
»Si ha quedado algo claro en este primer intento de previsio
nes
urhaní'Sticas es que
no .hay nada claro en el horizonte; que
ni siquiera nos hemos puesto de acuerdo si lo que conviene es
Fundaci\363n Speiro
imitar a los babélicos -nada hay nuevo bajo el sol-y aban
donar la torre y poblar tierras porque la confusión de lenguas,
de interpretacionea,
es insuperable.
O si, por el contrario, ei
mismo ingenio que ensordeció la ciudad y que emponzoñó
el
ambiente será capaz de industrializar aires de sierra, perfumes
de rosas o
semitonos de
órgano y poblar de naturaleza viva, de
bosques y pájaros, de ríos trucheros y salmones en piscina, foros o
ágoras y
caminos.
»Los que debieran
han ,comenzado a hablar. Y deben seguir
hablando.
La
ciudad del año 2000 no puede ser esta
absUl'lda ba
rahúnda de zoco que hemos hecho en
lo-s últiinos treinta
años.
Es.pafia no es sólo
Madrid, ni sólo Barcelona, ni sólo Bilbao, ni
sólo cualquier
ciudad. También
es la meseta,
, las
dos mesetas.
»No; no es la ciudad la eupable. Los culpables somos los
que hemo's deshecho la
ciudad y los que
hemos dejado
deshacer
la
ciudad.»
e) BUSQUEMOS NUEVOS REMEDIOS.
Si existe un Ministerio de la Vivienda es evidente que su misión se
centra
en logr{lt' que haya suficiente número de viviendatl, saludables y al
alcance de todos quienes las necesiten. Pero, como acabamos de ver., el
problema_ ante el que nos hallamos, no sólo no se resuelve sino que, i~
cluso, puede agravarse con la sola actividad de este Ministerio, en tanto
únicamente
aberque un sólo aspecto de la cuestión.
Estos últimos días con ocasión de lo.s intentos de solución de este pro-
blema, hemos leido algunas voces de alarma ante el riesgo de que ésta
pueda originar o act'ecentar otros que escapan de la competen.da de quienes
tratan sólo y a toda costa de solucionar aquél sin mirar al contorno de
su solución.
Y A, el 11 de febrero de 1973, al.udía a uno de los remedios., en un
articulo
de Javier Martin-Arta.jo, LA URBANIZACIÓN DE LOS "MADRILES",
del que entresacamos los párrafos que transcribimo1, a continuación:·
«Cuando veníamos tratando con cierta parsimonia el enfoque
de
los graves
problemas que aborda la reforma de la
ley del
Suelo
se
ha interferido en nuestro campo visual un llamativo
anuncio, publicado por el Ministerio de
la Vivienda en. la prensa
madrileña,
convocando a un concurso para autorizar la
urbani
zación
y edificación de terrenos en la provincia de
Madrid;
tanto
su
presentación como
su contenido es
verdaderamente sen
sacional.
Se trata de definir tres zonas aptas
para urbanizar te-
421
Fundaci\363n Speiro
rr~os capaces de ul>iear un maxuno de cuarenta . mil :viviendas
prevj.stas para
ca
viviendas.»
«Por
otra parte, se cometería un grave error
de macrocefalia
si se aumentase artj.ficialmente · el
tamaño de nuestra capital.
Madrid
se devora
a sí
misma y
no
devuel~ a
la - economía na
cional
más que fos restos de
su
conswno. Una
gran
cabeza sobre
_ un
cuerpo raquítico es mala contextura somática. El área agríco
la que le rodea es pobre, salvo las estrechas vegas del Henares,
Tajuña, Jarama y Tajo; y
su provincia
no cuenta con más
ri
quezas que canteras de piedra, yeso y arena. Toda política que
intensHÍque la
emigración interior hacia la
capital aumentará
los problemas de alojamiento y debilitará la vitalidad de los
núcleos de producción y trabajo
localizados por
todo el terri
torio
nacional.»
«No es· argumento
admisible
alegar que el plan se realiza
con
la colaboración de la iniciativa privada. La colosal inversión
que
ha de suponer la adquisición de terrenos, la urbanización
y edificación de tales P1:"oyectos absorberán excesivas disponi
bilidades del
ahorro nacional, que no acude fácilmente a finan
ciar
·lais empresas indus_triales básicas, sino
que
prefiere colocarse
·
en
atractivas
proÍnocÍones inmobiliarias.
Por otro lado,
e1 pr.o
yecto
no previene, sino que estimula la especulación de terrenos,
que ya
. está
en
marcha, desde
que
sé anunciaron
las bases
con
tenid~
en el decreto de 18 de agosto del pasado año ; y sus be
neficios
se
concentrarán en empresas
de «suficiente entidad». para
acometer proyectos de tal
magnitud . ..»
Y ABC, en su editorial del 21 de febrero de 1973, se preocr,p6 por
la seguridad jurídica, concluyendo:
«La necesidad de flexibilizar el mercado del suelo, la con
veniencia comunitaria de abaratar
su precio,
la utilidad social
de disponer pronto
de mucha más superficie de suelo apto para
la edificación, nadie las niega. Pero
nadie tampoco,
y la opinión
es comunitaria,
las desearía·
a costa
de la seguridad jurídica, a
costa- del amparo y protección a que son acreedores los
legítimos
derechos
individuales,
ineluso-en el _proceso que-8e deba seguir
para
modificarlo~, para
alterar su contenido, cuando
se empren
de
una reforma
legislativa.»-
Fundaci\363n Speiro
d) EL DESEQWIJBRIO CAMPO--CIUDAO.
El problema de raíz se halla en un desequilib-rio. V allet de Goytisolo,
en su c,itado volume~ lo comentó:
«Si se defienden con aranceles los productos indUBtrialea y
se
frena,
pese a
la depreciación de la
mon~ el incremento de
los precios
de los productos
agrícolais mediflllte importaciones
de
choque; si se
favorece la
subida de
los aneldos· en
la ciudad
mediante el apoyo
ecouómico o fiscal a las enipresats Ciudadanas,
el campo seguirá -desangrándose y su sangre poblará · los subur
bios de
las ciudades donde
piense hallar otras posibilidades.
Si
los líquidos de
las explotaciones agrarias se inci'ementan y se
prodigan las exenciones a las
construccionea urbanas, el campo
seguirá vaciándose
y las ciudades creciendo. Si ... ,
etc., etc., etc.>
y Hayeck, en su libro, "Los FUNDAMENTOS DB LA LIBERTAD". ad.vez-tia:
«Las gentes, si se deciden a vivir hacinadas ~n destartalados
inmuebles, es tan
sólo porque
de
tal suerte se les depara la an
siada
oportu:ilidad de
beneficiarse de las altas remuneraciones
que la actividad ciudadana proporciona.>
«El
problema de la vivienda en modo alguno
constituye un
probkma independiente
con aislada solución, sino que se halla
·involucrado· con cuant~s temas _la
.pobreza
plantea y
que
úni
camente cabe resolver elevando el nivel · de vida de todas 1'as
gentes.
Ahora bien, este objetivo
se distanciará si acudimos a sub
sidiar a determ.inad_as personas precisam_ente para que abando
nen aquellas comarcas
donde sus ingresos
superan a .sus gastos
y
se instalen
en otras donde ocurrirá lo contrario.»
Por ello, concluía que ciertas medid& que se adopten:
« .•• con la finalidad de ayudar a .determinados sectores ·de la
población ... en realidad
no· son más que
medios y
subvenciones
que
facilitan el crecimiento
· de
las gigantescas aglomeraciones
urbanas más
allá de los
límites· ~onómicamente aconsejables>.
«Es
la
concesión .de ~ecursos , ~co_nómicos -según palabras de
sir·Frederic~ O~boro-~on ~~tiµo.-al -m'W.t-enimiento_ de las aglo-
Fundaci\363n Speiro
meraciones urbanas, financiados mediante la exaec1on fiscal que
ha de
soiport.ar todo el país, lo que provoca y estimula el cre,.
cimiento
antieconómico de
las grandes
ciudades.»
Es muy difícil, sin embargo, que los -pol.iticos se enfi'enten desde su
raíz al fenómeno de desequilibrio que produce el indefinick, crecimiento de
las ciudades. También lo e-xpl.ica "SocIEDAD DB MASAS y DERECHO":
« ... El bienestar de ést-a-s preocupa más que el de los campos,
aldeas
y' pueblos, aunque éstos representen la salud del país,
mientras
las grandes ciudades sean su enfermedad.
Estas son
el
escaparate en
el que se exhibe toda la obra de gobierno, contie
nen una
masa capaz de alterar el
orden público mucho
más
que
todas las dispersas famili-as
campesinas, reúnen
unos inte
reses. creados
que forman núcleos
de presión importantes.
»Siendo
así~ ¿qué se atreVerán a
hacer los gobernantes? Aun
que
sepan que
es verdad lo que el finado vicepresidente de la
Asociación de Alcaldes de Francia y secretario de la
Sección
francesa del Consejo de Municipios de Europa, Raymond Be
rrurier, afirmó en
su informe al L Congreso Nacional de la
Asociación de los
Alcaldes de Franeia de 1966 (Cfr. en Verbo,
56-57, págs. 481 y sigs.): «Hay un germen de ruina humana y
otro de ruina económica
en la
tedencia actual, sistemáticamente
lanzada una
y otra vez hacia una 'ºcivilización de masa" deshu
manizada,
en la que numerosos municipios están en vías de
des
aparición,
cuando,
'1ej~ de ser una carga, son una fuente de
riqueza para la
naci&n y una
·fu.ente
de expansión familim-y
personal
para
sus miembros.>
»Diremos,
ante
todo, que -el problema central no se resuelve
curan-do el
pus de los
suburbios, lo
que no hace sino aumentar
la hinchazón; la curación sólo puede lograrse, tal vez, evitando el
desequilibrio capital-provincias y ciudad-campo.»
e) EL PROBLEMA. DEL CAMPO: EL DESNIVEL DE PRECIOS Y LAS IMPORTA
CIONES DE CHOQUE.
El campo se des.puebla para suministrar mano de obra a la industrie,
al comercio, a los servicios, incrementando nuestra emigración a la Euro
pa del Mercado común y acelerando el crecimiento desmesurado de nues-
tr-as urbes. Pero no
lo hace sin dolor, ni protestas, aunque éstas se ahoguen
con
el
mido de los motores y de nuestros medros audiovisuales y en el
mac de tinta triunfalista-justificada bajo la perspectiva ciudadana.
424
Fundaci\363n Speiro
Oiga,nos, sin embat(go~., por lo menos -en pt#te, al91Jnas lamentaciones.
En CAMPO, núm. 710, de Sevilla, del 3 de ¡unio 0de 1972, apareció
un editorial con el· expresivo título "CANsADOS, ~ESu,us10NADOS'.', durísimo
de_ ~ y_ expresi.vq de una fl'ª!-'ísima .realidad de fo~ por las razones
expuestas, en él qÚe las_ palabras del título_ se_ repite~ _en cada párrafo,
@lteénan.do cÓn otras péltecidas como 'HARTOS, _ATÓNITOS, Á.TERRADOS, Ex ..
TRA~AOOS. MAREADOS, Locos, ·e i~tuso ·c.oN LÁS ---NARICES, LOS O]'OS y
LOS OIDOS HINCHADOS ANTE LA APABULLANTE PROPAGANDA.-Tr8J'l:$ct'Wimos,
solamente. su.s ultimas · párrafos:
«Locos, repetimos, por la i:ó::tportación meñsu:ál de más de
dieciocho millones de litros de leche
fresca; a más de
la leche
en polvo.
»Sin saber-qn.é ·hacer oon--las patatas de la nueva- cosecha,
porque
se .han importado m.ás .. •de ochenta y .cinco niil toneladas
__ d_e __ este prodqctq
y
eu·atro
1,Dil _ quinientas de ma,mi{lnll8' y mil
quinien~s de peras, y ocho mil quinien,tas de garh~os_,. y nueve
mil quinientas d~ lentejas, y diez mil
de_
aJ_uhia~, ·y hasta cinoo
mil
toneladas de
cebollas. , · · ,
»B'oérachos
con la importllció~ · ,-a hecha, de do~cientos mil
hectolitrOs
de
tinto" y
la
d~gÍ-avacióD. ·arancelaria
a
lás impor
taciones
de atún, bacalao, leche
frese.a y
·
ell polvo', café; aceite de
-girasol, ha-has de soja,· cacao, vino, alcohol, gal"hanzo·s ...
»Pensando
en
cambiar· sti ·explotación' agrícola
o ganadera
por un pues-to
en ·la
plaza o·-un lugar
en- cualquier·earial comer
cial
que, al
parecer, go!Z'8.n de hul(l .en--eu_eetfón .de precios o
de
beneficios.
»Deci-didos. en
muchos
cas!)s, a d~~itir, C9sa que,_sólo hacen
en
Espafia los entrenadores de fútbol.
»Con sus_ ilusiones rotas; Con sus ilusiones p!>dridas.
»Dios
los
coja _confesados en tan
~argo ~anee.»
La GACETA RURAL, der"27 de diciembre de 1972, reproducía un
artículo del BOIETIN
ÍNFORMATIVO
DE PIENSOS COMPUES
TOS VISAN, titulado "EL CALLÉJÓN siN sÁunA", al qÜe _Corresponden
!OS siguientes extractos:
•
· Para evitar la subida de IoS pfecios · de la -carne, el Gobierno
ha tomado dos decisiones, que
algunOit quizá ooitsiderárán eficaces:
· » L" Prohibir emdquier subida ·dcf precios.
»2.1 -Permitir -que .fa iniciativa ,privada traiga-earne de im
portadón.
»Pero.;,
il25
Fundaci\363n Speiro
»Se acaba de · autorizar a la iniciativa priva-da para que pue
da
importar' carne. Si es preciso habrá subvenciones a favor de
los importador~.
»Durante años, estás importaciones
de carne congelada y
re
frigerada las ha venido realizando únicamente la Comisaría de
Abastecimientos,
en cont>ra, muchas vee~ dd. cri~erio sindical
y del MiÚisterio de ~gricultura.
»Eepaiía,
junto
con
Israel, eran los dos
únicos países de
Europa que tenían las importaciones· de carne monopolizadas por
el Gobierno.
«Durante los
años paslidos, casi todos los
_
países sudameri
canos
han
estado vendiendo
carne para obtener divisas a
toda
costa. EstoB países; con
sus principales fuentes de
ri:
de otras
tÍaciones y·
con
Gobiernos inestables, oh.tenían en
la
véntas de· caruC · sus principales · ingr~os, para ~alyar el pre,
supuesto
nácional de cftda año.
»En e:stas eondieione!!I, comprar carne er8 cosa fácil. No hacía
_ falta discuri:1r _ mudio_,' · puest~ que
había cola de países intere
sados en
veuder.
»Sin embargo,.
'la falta de .visión económica_ y las apremiantes
necesidaíi'?S de
· dinero hicieron
· que algunos Gobiérnos sudame
f~canos
vendiesen más de lo debido y ahora se encuentran con
necesidades de carne para
su propio consumo.
»Mientras tanto,
aquí, en Europa, se está ·incrementando
la
demanda
de
caró.e, por - causa de los aunierÍtos de·
población y
nivel de vida.
»Coí:nO eonseéueneia, ~ ha· producido una eScasez mundial
de
eariie, y ·1os países sudamericanos,
clásicos proveedores de
_ Eur~a, ~e han
dado
CUf:nta_ d~ q~e, estaban ven~tn:do su ri_que
za
en can;ae a .. precio d~ ganga, y, ,~aturabnente, han canibiado
radicalmente e.u política exportadOra.
»
Y
ahora, cuando el mercado
mundial se encuentra
en
e_s.ta
situación,
cuando ya no hay cola para vendemos carne, se
per
mite A . 1-a iniciativa privada· que se ocupe del asunto, y mientras
tanto,-
.de ~al das: a .la realidad euro-pea, se congelan los precios
de
la
carne, ·sufrien"do, a&í· Jos
vidrios
rotos· el ·gan·adero español.
Mientras
tanto, y
para-·colmo,º nadie
impide que
'al sector agra
rio
le suban los impuestos, el coste de la
Seguridad· Social, la-e
cuotas
sindica-les,
el valor·
de In ·maquinaria agriC"ola y
el coste
Fundaci\363n Speiro
de las, material!: prima.a p11,ra piensos •. Nadie ha evitado· que los
precios de la soja hayan subido en los dos
últimbs meses de
8,90 pesetas a ll,80 pesaras-kilo, la harina de pescado de 18,90
pesetas a 27,50 pesetas-kilo, el salvado de 4,30 a 5,10 y la harina
de
carne de 7,50 a 13,50; por no citar más.
»Esta es
una situación inso8tenible,- -que,
además de·
frenar el
desarrollo· del
país, continuará manteniendo a nuestra ganadería
en ínfimos
niveles de renmhilidad eón perjui~io total para Es
paña, que conti~uará precisando gastar todos los· años ingentes
cantidades
de
divisas en
traer
~me de, impo_rtac~ón.
»Ya
sabemos Q:ue mientras
-tengamos turismo
habrá divisas
disponibles. Pero,
¿no sería mejor· invertirlas dentro del país,
e-n _
nuea,tro propio desarrollo, en carreteras y __ puertos, que tanto
necesitamos,
aÓtes que
estarlas gastando fuera,
año tras
año?»
Y FUERZA NUEVA, núm. 318 del 10. de febrero de 1973, del que
hemos tomado el anterior extracto, publica en: lt:r mi$ma página una cartfl
que firma
Virgi1io. Orensanz,_ del que recortamos estos párrafos:
·« ... poseo una finquita en ·un ptieblo de esta provincia, mixta
de viña y olivar, y desde
hace seis
o siete años
se quedan·
las
_aceitunas en las olivas a disposición de· los pájaros, ya que
"tam~
bién
son
hijos de
Dios y tienen derecho a vivir", pues
cogerlas,
aparte
de las
dificultades que
ello representa, insalvables, cuesta
más que vale el fruto.»
«Este afio,
debido a que hay un gran fruto, he tratado de
recolectarlo, sin conseguirlo,
pues no
hay quien lo
haga, de .una
parte, y de otra, que ni aun siendo
1a mitad para el interesado,
he encontrado
quieil. lo
realice. Creo, por ello, que la cosa está
bien clara.
Y ·
así ocurre que
ha}' piopietariOs l'Jue ten'ían varios
peones asalariados diariai:nente
que
ahora sus hijos han tenido
(lue dejar el .C1llillpO y tr~jan ~n _el mismo Í.u_gar y en la misma
profesión
que los peones que ellos tenían, pues no sabían hacer
otra._
c,osa
qu_e las_
fa.hoies agrícolas .. Y_
peones que, yendo las
fiestas a
«sus pueblos»,
siendo buenas personas, se
llevan en_ sus
coches
a -sus antiguos «patronos», porque éstos. no han podido
adquirirle,
y,a. mayore~ viviendo
de ir vendiendo
aiguna finca
a
algunos de
-los pocos
que quedan en el pueblo.
» Y ·para confirmar
todo ello,
-le doy unoa _datos. concretos; ya
Fundaci\363n Speiro
que ·yo soY hastllnte curioso para esto y llevo las cuentas al
milímetro:
1953 · 1972 Au.mentP
Huebras de hombre y caballería,
arando
vijía ... ... . .. .... ... 55,00 500,00 999%
Jor~ deshojand~
cepas ........ ,,. 23,00 325,00 1.413%
.Acomhrado
_ (a~~r~ado) de cep_as?.
el ciento ... ... ... 5,00 60,00
1.200%
Vent8 ~ uvá (para f~uta)~ 2,47 8,00, 323 %.»
11. PERSPECTIVAS DEL SOCIALISMO, SEGUN·
JEAN PAUL SARTRE
-Un. -aniigO-mexü:~ ·no; h"a e~v~o un ejemplar del díarió de la e~
pi/al Federal EXELSIOR del sáÍ,e,ú, 24 de febrero de 1913, que hace
eoo de las dectaraciones de· Jeari Paul-·Sartre a la reVüita LIBRE aparedila
el
mismo
mes,
reproduciendo sus principales párrafos. De esas respuestas
no.s -inte.ressn, especialmente~· -la.s relativas
al socialismo y a la violencia
y las relativas
el. régimen de la U. R. S •. S. A estos dos temas se 't'eie
rirán· nuestro~ _recortes siguientes ..
A) EL SOCIALISMO Y LA VIOLENCIA.
. En las Ilustraciones con recortes de periódico que publicamos en
VERBO 107-108,
de agosto-sepliembreCoctubre de 1972, págs. 825 y si
i,uiént~s, titulairios ·los priineros
"R!!vói.UCIÓN, SUBVERSIÓN, GUERRA, OBJE
CIÓN DE"" ·CONCIENCIA? EXISTE-UN ORDEN QUE Nos GUÍE PARA SABER CUÁNDO
ES LÍCITA y. AUN DEBIDA LA VIOLENCIA?" t entre los cuales' recogimos la parte
central del arliculo de Manuel de Santa Cruz:, "VIOLENCIA BUENA y VIO
LENCIA
MALA", en el que era explicada la distinción ti-adicional cristiana se
gún {a exposición de San Agustín. J?.ec0mem:l.atnm., también, la lectura
en.
VERBO
113,
de marw último., de la ponencia de Estanislao Cantero,
"foRTALRZA y VIOLENCIA" •. -que_ tréfta .ampli-a y claramente de é~a cuestión.
Hoy,
_sin.
embargo, algµnru clérigos .y al.gún Obispo declaran conde
nable toda -~iolencÍa, 'venÓa de qukn ·venga, sea de l~ autoridad o de te"'
r,oristas. El profesor Francisco Elías de Tejada, en el PENSAMIENTO
NAVARRO del jueves 15 de niaizo de 1973, bajo el título "CHAKA y
HITLER", comparó la carencia de 8.Xiología tanto de la posición de esos
clérigos progresist&· contó
de la contrapuesta· de un amigo zulú de su
42(1
Fundaci\363n Speiro
jti.ventud, Chaka, que.,se ..entusiasmaba. ante las. matanzas .de Hitler, ad
mirando la viDlencia en. si-misma.
«Si
-iui ladrón me arrebata nrl. cartera ·echando man
de"· pistola;· emplel fa -· fuerza ·a··: siniestra, malamente;
pero
la
emplu' réctamen~ a' der.e'Cbas, el. -policía que arrebate
al
ladrón el producto
de
su robo, empleando ,e} idéntico argu
mento de la violencia de la pistola amenazante.
En ambos casos
estamos delante
de un hecho
de violencias; mas es-ta_ violencia
aparece
justificada en la circunstancia del
policía dado
que la
respalda el Derecho, justificación que falta
a la fuerza pisto
\-era del
ladrón.
»Digo
e~to, porque nues~os. preshitei;ete& progresistas
ahomi
;n.an de la violencia en todas sq.s m.an_eras, con lo cu~l <;onfunden
.
lamentd>leJDente
al
_r~np del
valor con
el reino
.. de la naturaleza,
al
hecho con la valoración
que lo
califica~ al
animal con el
· _ hombre, al inStinto _ ciego C9'D-la razón clarificadora que con
viene a la condición
específica del hombre·
rac_ional
y libre.
»Con lo qúe, en definitiva~ dan etl el contrapi~ de· los ama
Zulu
de
Africa, tan ~dmirádores del hecho de· la fuerza como
los preshiteretes 1-a
condeJJ.an; en ambos cásOs ateniéndose a la
naturaleza sin la Menor noción de la más elemental axiología;
re"nunciandó a razonar," los zniúes porque
no sabén
nada, nues
tros preshiteretes · i>orque se creer:i saberlo todo.>
Sin embargo, entre él clero progrésista vuelve a distinguirse la vio
lencia buena ·y la violencia mala,· pero al i-e'?és; o bie·n llamán viclenda a
la
ejercida por la autoridad y' sus 'Bgen:teS y niegan que lo seá 1á 'que ejer-
cen
los
secuestradores, los terroristas y "los agitadores. Muestra de ello
tenemos en la fam.osa· homiliá qúe un clomin.go, pocOS días desi,ués del
iecu.~· y liÍJeiación. ck ·p"eNpe· 'Huárt~, ·se repitió-en -buen número de
Pan-CX/Uiás de PamplonB. La axiología; el juicio de val,or se ·frrdm.a··en
ellos por el cambio de esfructuras -y bajo esa perspectiva Cs · mala toda.
fuerza utilizada por la autoridad para salvaguardar las instituciones so
dales actuales y buena la que sea -empleada en favor del cambio de es-
truduras, la· que tienda ·a· llévarrios- al paraiso· socialista profetizado par
Ca.rlos Marx. -
Bn este
punto. coinciden con J ean Pau.:l Sartre, a juicio del. c_ual para
alcanzar · el Socialismo es precisa ·· ta Viel_enc.ia. Pero leamos -sus declara
ciones a este respecto:
« ... La violehcia¡. al mellos cierta forma- de violencia, es ne-
Fundaci\363n Speiro
cesaría. Mi punto de vista al respecto es muy simple: nO puede
haber
revolución
sin revolución, es decir, sin violencia;
»¿
Cómo
pretender que los que
tienen la
riqueza
se dejen
despojar-de-ella
tranquilamente? Una revolución supondría la
supresión de
fortunas.
índustriales y
de'l
contexto social que las
hace
posibles, y
lograr esto por la
vía 'legal me
parece franca
mente
utópi-co.»
El filósofo francés rw se ,contenta cDn está apreciación, sino que se
éxtiende én · c-onsderaciones estratégicas:
«Carlos Marighela concebía la guerrilla: urbana Como un me
dio para neutralizar la presión militar sobre los· focos guerri
lleros surgidos· en ~l campo. Su g'raü. ConCeipeión es que si se
crean focos glleirilleros en
las
ciudades,-· el ·ejército debe inmo
·viHzar ~llí gran
parte de sus efectivos, lo que á su vez permite
la
acción de
los· grupos
_armados del campo.
Pá.rece evidente
que
esa concepción «foqui.sta» ha desap&reéido en
Hispanoamérica;
es
deCir, la
concepción
del lo~ con un coinando militar y otro
político localizado en
el campo, como lo preconizaba Regis De
bray en. su libro.
»Hoy día, cuando se habla de guerrillas,
se piensa
en la
guerrilla urbana y
~ampesina, porque
la primera puede tener
mucha mayor
movili,dad, y fluidez. Evidentemente, esa táctica
fracasó
en Brasil, porque allí los revolucionarios tropezaron con
innumerables dificultades. Pero los tupamaros representan ahora
una altenativa, pues son
lo sµÍioientemente fuertes como para
que la
·situación se
defina entre ellos
·Y -el gobierno.»
¡ Vivimos en una sociedad que es-"tan liberal" que permite_ la instiga,.
clón
a la violencia para coartar la_ libertad!-·Pero,- sigamos leyendo. Sartre
indica seguidamente que las guetTillas deben adaptase a la:s situaciones
concretes del país ...
«... ·porque, po!r ejemi;>lo, en Bolivia· se cometió el error de
creer que
los campesinos
estaban listos
para apoyar a la
·gue
rrilla, siend,o que ellos habían recibido pequefi.as ventajas· de
pai-té del gobierno~ por
lo
qlle no estaban dispuestos a involu
crarse en Ulla lucha armada. "Algo parecido oéllt-rió con ciertós
sectores
agrarios en
Cuba, al principio.
»Si, es
evidente que los campesinos
son diferentes según las
regiones.
Por ejemplo:· en el nordeste brasileño hay
posihiHda-
Fundaci\363n Speiro
des de una guerrilla; los campesinos de esa zona so~ más · tevo
lucionarios que los obreros del sur, digamos los trabajadores de
Sao
Paulo,
que son ex campesinos a los cuales la situación actual
los inelina
más. Pieo hacia .el reformismo.»
B) "EL SISTEMA SOVIÉTICO ES UNA BUROCRAOA EN·EL PODER", DICE SARTRE.
Pasemos a la segunda Parle de la entre.vista de LIBRE a Jean Paul
Sartre
y tomemos nota de su' respuesta:
«Digamos q1:1e el sistema Soviético ·es el de unil burocracia
en el
poder.»
«La burocracia es la que define el carácter de la actual so
ciedad soViética, ·
lo
que le da su aspecto de dictadura pequeño
burguesá.
Pero en realidad no es· pequefio-burgues&. sino dicta
dura· burocrática; Cuando a uno le hablan de ·sus privilegios, no
hay
que in:te'rpretarlos eh térmirios de ri.qú.eza,, sino de arribismo.
· Lo qile importa allí, lo que cuenta, es situarse -y situarse bien;
para
oht~er un buen cuarto de hotel, un 'puesto, cualquier cos~
hay
que
estar -bien ubicado en la jerarquía burocrática. Cuando
he éstad'á en la URSS, noto ·qt'.le el Parti,do Coinunista no se
renueva, o se ·
renueva mal. Quienes
entraban en
é'l eran evi
dentemente· arribistas y no · gente convencida
de que el partido
podía ha"eer algo. No ·sé córilu sérá · ahora. Lo que quiéro decir
es que si esta bu.rócraeia tiene el aspecto de-wta peqUeiía-bur
g\:te'sí~-·no debe sin· embargo, concluir11e que sea una c1lase; para·
mí no · eS '.todavía una clase.»
«Lo
que la_ URSS necesita es una revolución cultural como
la de China. En Rusia se há apoderado de los inedios de pro
. d~cción, , peto, p~r así decirlo, lo han hecl:io ·-de una manera
c-api_talista;
esto
es: Corieervando· las fórntils, las jerarquías y·los
pocler'eS que
existen
en ese sistéma. De
tal suerte
qué lo qlle hay
~lí ~S una:' "especie
·de cai>italismo de estado administratiVo por
la burocracia, pero no hay socialismo. P'or esta razón a,Prohé
y
encontré muy bien lo que pude entender de la
Revolución
Cultural
China, en cuanto que implicaba un rechazo de la
je
rarquía burocrática.»
Finalmente Sartre critica la postcton de los intelectuales ro.sos que, a
su vez, hacen la critica del régimen soviético y de los que, antes, han
431
Fundaci\363n Speiro
insinuado que no-cwiocen. el .·pensamiento · del pueblo que, afinna él, está
satisfecho _con .el régimen ¿Lo ,sabrá él mejor que los intelectuales rusos?
«Es evidente que hay dificultades· pa:ra·.qne esos -revolucio
narios se entiendan, no
tanto.. en
razón de la
existencia de
regí
menes
po'licíacos, sino también porque
la ideología de quienes
luchan por
la, de:rµocracia .en_ el Este, ,a falta· de textos e~nciailes,
se
orientan más
haeia un
liberalismo clásico que hacia la
de
iµocracia. »Cuando
uno
habla con los
intelect,ua:1,es. rusos
que critican
el régimen soviético, es
sorpr~ente advertir
que
confllD.den el
Jibera'lismo burgués c~n_. la democracia~ Es decir: -están más in•
teresados. en obÍener lih~r'lad ·para escribir ,lo q~e: ~eren, que
en
promover
~l desarrollo de un proceso revolucionario.
»E5Crihir ~ólo lo .que_, .. uno quiere, sin tener en CUC!)-~ lo que
sucede a su. alreded~r, __ es h1:11'-gués~ VJVÍr en, un p_aís revolucio
nario y
querer paqicipar en la _revolución no sólo supone es,,
cribir
en un
sen.tido _ revolu~ionario,. _s~no ta0l-9'ién recb:mar que
la realidad,,se transfo.~ de _acuerdo a una. concepción igual
mente
revolucionaria. ~sta debería
ser
_esencialmeµt_e . la asp-iril
ción
de los
revoltJcionarios intelectuales de todas p_a~s, pero
es
pecial_mente de. los
Soviéticos; pero-.
no_ es así:_ se
·conforman
con reclamar su derecho_· a
.escribir
libremente.
»En
términos. gen~~l-~~. es lamentable
ver.
cóiµo' _los inte!lec
tul,lles del Este
sólo aspiran. a
imitar a
Oocid~nte,_ ~~que por
s_1,1 falta
de
infonnació11, muchas
veces ni
si
la sociedad soviética ya no es socialista,_
.Se _trata·''de- ~a "ex})e
riencia frustrada; sin embargo, debe ser tomada en cuenta.»
¡ La realidad de los. hechos ,resulta menos evidente para los ideólogos
que su fe en las qtopiast .. La .-t,i~¡a rev_olucionari~ no si¡ve para a[,.
canz81.' un Péft'~ÍSO sino para instlµJrer una dictadura burocrática. Pero,
para intelectuales com0 _ Sartre, . .Jo más importa:nt.e es _seIJl.lk empleando
la
violencia
contra los _regimenes que no ~ caiclo 'totalment~ en ese
totalitarismo. Ahora el
mito
s~ centra
en
China,, que está. más lejos
y es
menos asequible ...
~-
Fundaci\363n Speiro