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Verdad, mentira y poder en los mass-media

VERDAD, MENTIRA Y PODER
EN LOS MASS-MEDIA
POR
MIGUEL ÁNGEL BELMONTE
La verdad, en sentido absoluto, según la conocida exposición
de Santo Tomás al comienzo de la
Suma Teológica (1), consiste
en la adecuación de la cosa al entendimiento de que depende.
De
alú que en el orden de la naturaleza la verdad consista en la
adecuación
de cada ser al entendimiento creador de Dios, mien­
tras
que en el caso de los productos de la técnica humana, la ver­
dad consiste en la adecuación del objeto construido al proyecto
de su constructor.
Los medios de comunicación de masas han popularizado en
los últimos años-la expresión "realidad virtual" para referirse a
algo
que es, de hecho, producido artificialmente por diversos
mecanismos frutos del ingenio humano más o menos sofisticado.
Dicha realidad virtual incluye tanto las autopistas de la informa­
ción como los viajeros que
por ellos transitan, sean mensajes par­
ticulares, propaganda, noticias, eslóganes, consignas, ficciones,
etc. Si esa realidad virtual es una creación absolutamente nueva,
un producto sutilísimo de la técnica moderna, entonces su carác­
ter de verdadero no dependerá, siguiendo el esquema anterior,
de su conformidad con la "realidad real" que intentará supuesta­
mente reflejar sino con las intenciones "artísticas" de los propios
medios de comunicación. Éstos pasarían de ser "medios" a ser
(1) ª ... unaquaeque res dicitur vera absolute, secundum ordinem ad inte­
llectum a qua dependet ... ". SANTO TOMÁS DE .AQUINo, Summa Theologiae, I pars,
q. 16, art.L
Verbo, núm. 391-392 (2001), 39-50. 39
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propiamente "principios" de la información. Y ésta no seria ya
algo
que nos acerca a la "realidad real" sino algo mucho más cer­
cano a una etimología fantasiosa
en que la "información" resul~
tara ser precisamente una "materia informe" que puede ser mode­
lada a gusto del "comunicador de masas", sea éste
un individuo
particular,
una cadena de televisión o una gran concentración
empresarial, consiguiendo cualquier efecto deseado entre los
receptores: basta con comprar la materia informe necesaria y pro­
porcionarle
la forma adecuada a nuestros intereses (2).
Todo esto supondria concebir la tarea de los
mass-media
como una mera técnica en que poco importa la fidelidad a lo
que
.es realmente y mucho lo que se quiere producir, vender o
imponer.
En otras palabras, dejando de lado el condicional, los
mass-media son auténticos órganos de un poder nuevo, una
fuerza -siguiendo el lenguaje de Spengler-espiritual enorme
que mantiene la conciencia de los pueblos.
La distribución del
poder real --entendido como la capacidad de influir en las acti­
tudes, decisiones y conductas ajenas de manera directa o indi­
recta, por medio de órdenes, sugerencias, consejos o simple­
mente de modo "simbólico" -en el mundo actual de las teleco­
municaciones encuentra
una clave de comprensión en el juego
de las
· grandes multinacionales adentradas en un dinamismo de
absorciones, fusiones, Concentraciones, etc., que vinculan a sec-
(2) " ... la politica europeo-americana ha creado por la prensa un campo de
fuerza, con tensiones espirituales y monetarias, que se extiende sobre la tierra
entera y en el que todo individuo está incluso, sin darse cuenta, de modo que ha
de pensar, querer y obrar como tiene por conveniente cierta dominante persona­
lidad en un lejano punto del globo. { ... ) No se habla de hombre a hombre; la
prensa, y con ella el servicio de noticias radiotelefónicas y telegráficas, mantienen
la conciencia de pueblos y continentes enteros bajo el fuego graneado de frases,
lemas, puntos de vista, escenas, sentimientos, y ello día por día, año por año, de
modo que el individuo se convierte en mera función de una •realidad• espiritual
enonne. El dinero hace su camino político, bien que no como metal que pasa de
una mano a otra. No se transfonna en juegos y en vino. Se transfonna en ener­
gía
y determina por su cuantía la intensidad de la propaganda ... ". SPENGLER, O.,
La decadencia de Occidente, trad. M. García Morente, Ed. Espasa-Calpe, Madrid,
1998, vol. 2, pág. 710. Estas palabras escritas hace casi un siglo son de plena
actualidad: leyéndolas vienen a nuestra
mente expresiones hoy tan oídos como
"globalización", "realidad virtual", "sociedad de masas" o "poderes económicos".
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VERDAD, MENTIRA Y PODER EN LOS "MASS-MEDIA'
tores en principios alejados entre sí (3). La tendencia es a abar­
car
todos los sectores del mercado que tengan una relación más
o menos remota con la información: así se "fusionarán" compa­
ñías eléctricas, empresas de transporte, operadores de telefonía,
agencias
de noticias, diarios, cadenas de televisión ... La informa­
ción
se convierte en un bien de consumo ideal porque es inago­
table y genera
una necesidad artificial creciente en el consumi­
dor.
El Estado, incluso, llega a convertirse en una especie de filial
empresarial
por la dependencia de los partidos políticos que
ocupan los órganos ejecutivos respecto a las subvenciones y
financiaciones más o
menos legales. Como última función del de­
clinante Estado-providencia, resta el garantizar al individuo el acce­
so a la información,
aun a sabiendas de que será incapaz de asu­
mirla, descodificarla o,
ni tan siquiera, abarcarla remotamente (4).
Lo peligroso de todo esto no es que este producto de consumo
llegue adulterado sino que él mismo actúa como instrumento
"adulterador" o "reconfigurador"
de las conciencias. Resulta así
que el presunto objeto de consumo se torna "consumidor", por­
que consume las conciencias, devora lo que sale a su paso como
(3) Esta nueva técnica de la información se adelanta al desarrollo cient'd'ico
y le guía y orienta: recientemente se creó una filial mixta dependiente de dos
empresas, una de electrodomésticos y otra de telefonía móvil; todavfa. no se sabe
qué nuevas aplicaciones descubrirá la moderna tecnología pero de entrada esa
nueva empresa invertirá en un determinado campo de investigación científico-tec­
nológica.
( 4) " ... el mundo ha producido en 30 años más información que en el trans­
curso
de los 5.000 años precedentes ... Un solo ejemplar de la edición dominical
del New York Times contiene más información ·que la que durante toda su vida
podía adquirir una persona del siglo XVII. Por poner un ejemplo, cada día, alre­
dedor de 20 millones de palabras de información técnica se imprimen en diver­
sos soportes (revistas, libros, informes, disquetes, CD-Rom). Un lector capaz de
leer 1.000 palabras por minuto, ocho horas cada día, emplearía un mes y medio
en leer la producción de una sola jornada, y al final de ese tiempo habría acu­
mulado un retraso
de cinco años y· medio de lectura ... La información, durante
mucho tiempo dificil y costosa, se ha tornado prolífica y pululante. Junto con el
agua y el aire, se trata indudablemente del elemento que más abunda en el pla­
neta. Cada
vez menos cara, en la medida en que aumenta su caudal, pero como
sucede con el aire y el agua, cada vez más contaminada ... ". RAMoNET, l., La tira­
nía de la comunicacldn, Ed. Debate, Madrid, 1998, pág. 218.
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la artillería lanza su fuego graneado sobre el enemigo. Bajo una
capa de honestidad entendida como neutralidad y objetividad,
incluso bajo
el nombre de realismo, se nos presenta una cons­
trucción grotesca velada
por su capacidad seductora. Esa cons­
trucción, grotesca
en su confusión entre virtualidad y realidad,
seduce
por su puesta en escena fascinadora que despierta lo que
Kant hubiera catalogado como conmoción sublime-terrorífica
frente al encanto
de lo bello (5). Lipovetsky ha destacado el
papel de la información en la disolución de los valores deonto­
lógicos occidentales, siendo éstos sustituidos
por "el suspense
posmoralista de las noticias":
" ... la información es una mercancía que se vende buscando
un público cada vez mayor: en esas condiciones, lo que presen­
tan los medios de comunicación, comprometidos en una compe­
tencia comercial permanente, es una mezcla de neutralidad y de
sensacionalismo, de objetividad y de espectacularidad. Desde
hace mucho los "grandes titulares", los escándalos y los diferen­
tes hechos han ocupado frecuentemente las páginas de los dia­
rios; en la actualidad la televisión toma su relevo con la explota­
ción de las imágenes impactantes, las "pequeñas frases", los
debates explosivos, la fiebre del directo; lo primero de todo, la
teatralización, distribuir la emoción, cautivar al público con el
desfile acelerado
de imágenes más o menos inauditas. No sólo
consumimos objetos y películas sino también la actualidad esce­
nlficada, lo catastrófico, lo real a distancia. La información se pro­
duce y funciona como animadón hiperrealista y emocional de la
vi.da cotidiana, como un show semiangustiante semirrecreativo
que ritma las sociedades individualistas del bienestar'' (6).
(5) Frente a la belleza de la naturaleza creada, los mass-media construyen
una naturaleza nueva terrorífica llena de imágenes conmovedoras mucho más
atrayentes
que la película de acción más taquillera. La audiencia siempre preferi­
rá la transmisión en directo de un naufragio real, por pequeño que sea el barco,
antes
que el estreno televisivo de Titanic. Desde la distinción kantiana entre lo
bello y lo
sublime, la película puede proporcionar una agradable sensación de lo
bello, pero
la mayoría preferirá el extraño sentimiento de agrado ante la sublimi­
dad terrorífica de la tragedia real.
(6) LIPOVETSKY, G., El crepúsculo del deber, Ed. Anagrama, Barcelona, 1994,
pág. 54.
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VERDAD, MENTIRA Y PODER EN LOS "MASS-MEDIA"
Lo curioso es que el envoltorio en que viene este extraño
producto espectacular
es el del respeto a los hechos y su prima­
da respecto a los valores. Precisamente en nombre de la neutra­
lidad y la objetividad se renuncia a la verdad y
al bien, valores
superiores, como dignos
por si mismos de ser buscados. Asi que
en nombre de los hechos se difunde una visión escéptica y tole­
rante
de la realidad en que todo vale con tal de que sea atracti­
vo, entretenido y vagamente humanitario (7).
Hay
una forma sutil de imponer una visión escéptica de la
realidad: consiste
en yuxtaponer todo tipo de aseveraciones;
sucede esto
en debates mediáticos sobre temas diversos (por las
opiniones diversas en un mismo debate, por el sucederse unos
debates a otros dedicando tiempo semejante a uno y a otro, etc.),
sucede también
en esas secciones fijas de los periódicos donde
cada dia se entrevista a alguien
---desde el personaje más estram­
bótico al folclórico de turno pasando
por el cura recalcitrante--.
Se percibe en el aumento del espacio dedicado a los oyentes,
previamente filtrados,
en los programas de radio o a las cartas al
director
en la prensa así como en la sucesión de noticias del más
diverso calado. Especialmente
en la televisión la información se
t7) "Nacida con la prensa moderna, se desarrolló una cultura específica que,
en princi.pio, excluye el juicio moral en único benefi,cio de los hechos concretos,
de la imparcialidad y de la objetividad. Sin duda, la prensa de opinión ha domi­
nado durante mucho tiempo, en muchos países, sobre la prensa de información;
sin duda, la intE:rpretación y la defensa de una idea a menudo ha estado por enci­
ma de la exposición de los hechos; sin duda, aún en nuestros días los comenta­
rios expresan juicios
de valor. Falta que se establezca una cultura inédita difun­
dida
de manera masiva a la que puede calificarse de posmoralista, porque es ver­
dad
que se trata en primer lugar de testimoniar, de estar al servicio de los hechos,
no de magnificar ideales. La filosofia de la información no es ni moralista -el
ideal que la anima es exponer lo que es, no decir lo que debe ser-ni amoral
-un deber de verdad y de imparcialidad dirige su práctica-, sino posmoralista:
el principio de neutralidad y de objetividad ha destronado a las lecciones de
moral." ]bid., pág. 53. (La cursiva es del autor) Las expresiones "la verdad" y "lo
que es" son meros rescoldos lingüísticos puesto que se trata de un ser y una ver­
dad desvinculadas del bien y
que acaban, por tanto, siendo reemplazadas por la
neutralidad ante diferentes opiniones contrarias. En nombre de la neutralidad hay
que respetar
el hecho de que existen diversas opiniones.
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convierte en un desfile carnavalesco de actitudes vitales contra­
puestas (8). Como señala Sartori:
"con la televisión cambia radicalmente el criterio de selec­
ción de las informaciones o entre las informaciones.
La informa­
ción que cuenta
es la que se puede ~ mejor; y si no hay ftl­
mación no hay ni siquiera noticia, y, -~si, pues, la noticia no se
ofrece, pues no es video-digna" (9).
La actitud escéptica, que pone a la masa a disposición de sus
moldeadores, supone
una especie de esquizofrenia que debilita
la salud mental:
" ... la falta de lógica, es decir, la pérdida de la capacidad de
reconocer al instante lo que es importante o menos y lo que es
del todo irrelevante; lo que es incompatible y aquello que, por el
contrario, puede ser complementario sin más; todo lo que impli­
ca tal consecuencia o tal otra y lo que ésta, en el mismo acto,
impide: esa enfermedad ha sido inoculada a la población delibe­
radamente y en grandes dosis por los anestesistas-reanimadores
del espectáculo ... " (10).
En resumen, la tolerancia para con todo tipo de opiniones y
el escepticismo sistemático se constituyen como principios domi­
nantes
en la configuración de las visiones contemporáneas de la
realidad: la verdad, aniquilada, es sustituida paulatinamente pri­
mero
por la objetividad y la neutralidad, a la larga por la multi­
tud inconexa de opiniones.
Ese escepticismo sistemático persiste
en plena connivencia
con la creación artificial de los grandes mitos contemporáneos, lo
(8) ªLa información televisada ha acentuado además esa dimensi_ón posmo­
ralist.a: un informativo diario se construye idealmente requiere la estricta neutralidad de tono, flashes concisos, emisión en directo, en
el lfmite, un desfile de informaciones sin comentario, mostrarlo todo, exponer
todos los puntos de vista, dejar al püblico libre de opiniones multiplicando yace­
lerando las imágenes e informaciones del mundo." Ibídem.
(9) SARTORI, G., Homo vldem. La sociedad teledlrlgida, Ed. Taurus, Madrid,
1998, pág. 81.
(10) DEBORD, G., Comentarlos sobre la sociedad del espectáculo, Ed. Ana­
grama, Barcelona, 1999, pág. 42.
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VERDAD, MENTIRA Y PODEK EN LOS "MASS-MEDIA"
que podríamos llamar la "mentira instirucionalizada", El mero
análisis lógico de tales mitos nos
mostrarla la absoluta heteroge­
neidad e incompatibilidad de los mismos (11), Tal contradicción
sólo es posible
en un trasfondo de un esoepticismo esquizoide.
En la evolución
de los mitos los mass-media juegan el papel deci­
sivo. Ellos engendran las noticias, las haoen rodar y crecer para
acabar fagocitándolas cuando · se convierten
en inoporrunas, En
España somos testigos constantemente de cómo
es fabricada,
dirigida y manipulada la noticia religiosa (12), Otro tanto sucede
con la noticia
cientffica: a la vez que en las páginas de opinión
política se identifica continuamente la democracia y la libertad
con el "bien supremo" resulta
que de vez en cuando aparece en
titulares "el gran experimento" materialista del siglo con el que se
demuestra que las decisiones morales dependen de un sustrato
psicobiológico determinante; o
que la aparición de la vida huma­
na fue simplemente una cuestión de azar que puede repetirse de
modos más o menos similares,,, Entonces ¿en
qué quedan los
grandes logros de la modernidad? ¿Resultará
que la Revolución
francesa respondió a prooesos químicos incontrolables o
que el
fin del nazismo fue una circunstancia casual de la que debemos
congratulamos? Fue tan ruidoso y duradero
el famoso caso de la
"oveja Dolly" que es de admirar lo silencioso y efímero
que fue
un comunicado de los científicos directores del experimento en
que reconocían que no se habia conseguido una clonación tal
como ellos mismos hablan interpretado al principio.
(11) Uno de entre los muchos ejemplos de la incompatibilidad de los mitos
sobre
los que .se asienta la cultura actual consistiría, por ejemplo, en la defensa a
ultranza
de la integración social de los disminuidos fisicos o psíquicos acompa­
ñada de la despenalización del llamado aborto eugenésico.
(12) En El País (1-XI-99) pudo leerse, a raiz del documento sobre la justifi­
cación firmadó por la Iglesia Católica y la Luterana, que "la Iglesia católica firma
en Augsburgo una declaración que justifica la Reforma protestante". Y en el edi­
torial del día siguiente se afirma que "Roma ha sido obligada a aceptar las tesis
de Lutero de que la salvación no se obtiene a través de las donaciones a la
Iglesia ... la Iglesia católica admite ahora que la gracia es esencial para salvarse ... ".
Estas barbaridades moverian sólo a risa si no fuera por el daño que pueden hacer
a personas
sin buen criterio en cuestiones religiosas.
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La fortaleza y eficacia de los mitos contemporáneos exigen
una visión fragmentada y discontinua de la realidad. Sólo asi se
garantiza el misterioso "silencio sobre lo esencial" que enerva el
ánimo, debilita y deforma las conciencias e incapacita para el
descubrimiento
de lo auténticamente importante:
"la falta de interés por los cambios imperceptibles, es decir,
por todos los procesos que, como la deriva de los continentes,
pasan inadvertidos y resultan imperceptibles en el instante actual,
y
que tan sólo dejan sentir sus efectos con el tiempo, contribuye'
a multiplicar los efectos de amnesia estructural propiciados por la
lógica del pensamiento al día y la competencia que impone la
identificación de lo importante y lo nuevo (la primicia informati­
va) para condenar a los periodistas, a esos jornaleros de lo coti­
diano, a ofrecer una representación del mundo en la que predo­
minan absolutamente la instantaneidad y la discontinuidad" (13).
El interés por esos "cambios imperceptibles" sólo aparece
cuando se pueden expresar en forma de noticia sociológica
espectacular. En la noticia sociológica, las encuestas
se convier­
ten en un instrumento privilegiado para la labor creadora del
modelador de la información. A través de ellas y del análisis pre­
suntamente
científico que les acompaña, se conduce y recondu­
ce
no sólo la opinión pública sino también hasta lo más íntimo
de la vida cotidiana.
La cuestión es que los mass-media, como
tales, no realizan esa tarea en la mayor parte de los casos más
que inconscientemente o bien cuando no son medios sino real­
mente principios
de la información. Por tanto, la gran pregunta
sigue siendo
no sólo quién fomenta una cierta línea editorial o
una cierta transformación de la conciencia colectiva sino quién
genera un montante de información barata, disponible y comer­
cial al servicio
de presiones perversas sobre la sociedad y su
desarrollo:
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"Una gigantesca ola de material «recibido y publicado~ está
llenando
los diarios y los telediarios del mundo. Agencias, igle­
sias, centros de investigación, gobiernos, oficinas de prensa,
(13) BoRDIEU, P., Sobre la televisión, Ed. Anagrama, Barcelona, 1997, pág. 133.
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VERDAD, MENTIRA Y PODER EN LOS "MASS-MEDIA •
organiZaciones internacionales, grupos organizados de presión y
de divulgación dan noticias, ofrecen revelaciones, indican orien­
taciones, proponen resultados no controlados de cómo debe ser
la relación con nuestros hijos, con nuestra familia, comenzando
por la procreación" (14).
Se desencadena asi una lucha irracional por la producción de
la mayor cantidad posible de información que sirva a los intere­
ses inconfesados de unos grupos u otros. Sin embargo, la resul­
tante
de todas esas fuerzas es una aniquilación de la verdad. A
pesar de
que la credibilidad de los mass-media vaya en descen­
so según diferentes estudios sociológicos,
en la práctica el públi­
co consumidor de información sigue alimentando su deseo inna­
to de conocimiento a partir de ellos;
si todos los medios repiten
machaconamente
una idea, un valor o una actitud vital, resulta
casi imposible resistir a su influencia. Algunos analistas actuales
han señalado esa profunda transformación del concepto mismo
de lo verdadero y lo falso: aniquilada
la verdad como corres­
pondencia entre las cosas naturales y el entendimiento creador
de Dios, sólo queda la verdad mutable,
en continua metamorfo­
sis, de la construcción técnica de la información:
" ... el sistema actual transforma el propio concepto de ver­
dad, la exigencia de veracidad tan importante en información.
¿Qué es verdadero y qué es falso? El sistema en el que evolucio­
narnos funciona de la manera siguiente: si todos los media dicen
que algo es verdad, es verdad. Si la prensa, la radio o la televi­
sión dicen que algo es verdad, eso es verdad incluso si es falso.
Los
conceptos de verdad y mentira varían de esta forma lógica-
(14) CowMBo, F., Últimas noticias sobre el periodismo, Ed. Anagrama,
Barcelona, 1998, pág. 20. La información demográfica, área pantanosa por exce­
lencia, proporcionada a través de los informes de diferentes entidades institucio­
nales
tan uprestigiosas" como Unicef, las políticas internacionales de control
demográfico, etc.,
imponen a todo el mundo, sea occidental o no, y en nombre
de la libertad y la democracia, una manera de entender la vida familiar incompa­
tible
con sus tradiciones y costumbres. Lo curioso es que toda esa política va teñi­
da de un cierto indigenismo romántico. Sobre esta interesante cuestión, véase
BARRAYCOA, ]., La ruptura demográfica, Ed. Balmes, Barcelona, 1998 y también del
mismo autor, El trabajador inútil, Ed. Balmes, Barcelona, 1999, págs. 63-71.
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mente. El receptor no tiene criterios de apreciación, ya que no
puede orientarse más que confrontando unos media con otros. Y
si todos dicen lo mismo está obligado a admitir que ésa es la ver­
dad" (15).
Ya Balmes previó la insuficiencia de comparar unos medios
con otros,
de alú su insistencia en la necesidad de criterio para
juzgar
no sólo los acontecimientos inmediatamente vividos sino
los que llegan a nuestros oidos mediante intermediarios.
El que
creyera
poder hallar la verdad comparando unos medios con
otros,
andarla inmerso en una ilusión engañosa:
"Creen algunos que, con respecto a los países donde está en
vigor la libertad de imprenta, no es muy dificil encontrar la ver­
dad,
porque teniendo todo linaje de intereses y opiniones algún
periódico que
les sirve de órgano, los unos desvanecen los erro­
res de los otros, brotando del cotejo
la luz de la verdad. «Entre
todos lo saben todo y lo dicen todo; no se necesita más que
paciencia en leer, cuidado en comparar, tino en discernir y pru­
dencia en juzgar~. Así discurren algunos. Yo creo que esto es pura
ilusión; y lo primero que asiento es que, ni con respecto a las
personas
ni a las cosas, los periódicos no lo dicen todo, ni con
mucho, ni aun aquello que saben bien los redactores, hasta en
los países más libres (16)".
Por supuesto que hace falta tino en discernir y prudencia en
comparar, eso no lo niega Balmes, lo que pasa es que hay que
ser conscientes de la institucionalización de la mentira, construi­
da y consolidada ya desde la ideologia ya desde la inconscien­
cia. Revel destaca sobre todo el papel de la ideologia izquier­
dista
en la conformación de los tópicos y mitos finiseculares.
Hasta antes de
la calda del muro los ideólogos occidentales de
la izquierda lamentaban
no poder subordinar sus postulados teó­
ricos a la acción política real y se refugiaban
en un distancia­
miento todavía mayor entre
sus posiciones ideológicas e inter­
pretativas
de la situación histórica y la realidad de la situación
(15) RAMONET, l., op. di., pág. 51.
(16) BALME.5, J., El criterio, Ed. Balmes, Barcelona, 1948, pág. 79.
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VERDAD, MENTIRA Y PODER EN LOS "MASS-MEDIA #
histórica misma (17). Colombo destaca, desde un cierto afán legi­
timador
de la tarea del periodista actual, las dificultades de los
periodistas para sacudirse el yugo de este círculo de mentiras,
para
no copiarse unos a otros cayendo en la repetición de tópi­
cos y consolidando los mitos
que desde no se sabe dónde van
siendo inoculados en las conciencias. Esta situación contribuye
aún más a la espectacularización de la tarea informativa (18).
Asi como la definición de Santo Tomás de la verdad sirve
para iluminar el problema de la verdad
en los actuales medios de
comunicación de masas
-puesto que en la medida en que los
mass-media, se erigen en constructores de una nueva realidad,
queda
en manos de ellos determinar cómo ha de ser; la tarea
periodística queda limitada a una técnica productora de mercan­
cías-también encontramos unas reflexiones sobre la falsedad
que nos permiten juzgar
la situación presente. Afirma el Aquinate
que "la imagen o semejanza defectuosa no reviste falsedad a no
ser en cuanto da pie para una falsa opinión. Por lo tanto no se
dice
que sea falso aquello donde se encuentra la semejanza; sino
allí donde hay una semejanza tal
que induce a que haya una falsa
opinión
no en algunos, sino en muchos" 09). Como hoy día es
(17) " ... la ideología es la principal fuente de perturbación de la información,
porque precisa de una mentira sistematizada, global y no solamente ocasional.
Para permanecer intacta debe defenderse sin tregua del testimonio de los senti­
dos y de la inteligencia, di! la misma realidad". REvEL, J-.F., El conodmiento inú­
til, Ed. F.spasa-Calpe, Madrid, 1993.
(18) "El peligro es que un síndrome de impotencia se apodere de los profe­
sionales
de la información ( ... ) es una actitud que induce -a falta de investiga­
ciones originales, y de una selección autónoma de acontecimientos y comenta­
rios-a buscar materiales capaces de provocar escalofríos e indignación, e indu­
ce a buscarlo.s en depc:5sitos ajenos (poderes o personas), que con frecuencia los
han fabricado como cebo para el uso de la información con fines no desintere­
sados. Es la tendencia, por conveniencia, por facilidad -pero también en busca
del efecto y, por tanto, de la audiencia-, a asociarse a cualquier •revelación•, a
cualquier
-denuncia•, con tal de aparecer entre los protagonistas del clamor .
. •Revelacion~ y -denuncias• se acumulan sucesivamente sin verificaciones, se
anuncian y se borran recíprocamente (o se olvidan) sin t1ue una mente critica bus­
que su causa, registre su efecto o se entregue a la búsqueda de la intención que
provoca la ráfaga de informaciones producidas y difundidas por razones que el
público no acaba de saber''. Cor.o.MBo, F., op. cit., pág. 22.
(19)
SANI'o TOMÁS DE AQUINO, op. cit., I, q. 17, art. 1, ad 4.
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patente que la información reviste cierta semejanza con la reali­
dad pero sin embargo lleva a juzgar erróneamente sobre ella a
una gran mayoria sin criterio, resulta que la falsedad está instala­
da de pleno
en el dinamismo de la comunicación de masas. Algo
es falso cuando da a muchos
una impresión distinta a lo que real­
mente es. Siendo que la imagen del mundo transmitida
pro los
mass-media resulta ser engañosa para una gran mayoria, se
deduce que
es esencialmente falsa. Incluso lo peor de esa false­
dad
es que ha desaparecido incluso de la tarea informativa la
cuestión nuclear de qué sea verdadero y qué sea falso:
"La verdad, incluso si no es siempre fácil de determinar níti­
damente, es un criterio que deberla seguir teniendo una gran
trascendencia en materia de información. Pero hoy el sistema es
ajeno a esta cuestión. Considera que la verdad y la mentira no
son criterio pertinentes en materia de información y permanece
totalmente indiferente al problema" (20).
En definitiva, los mass-media constituyen el hilo conductor a
través del cual los grandes grupos de
poder engendran una acti­
tud vital
en las masas --q_ue podriamos catalogar de escéptica­
en orden a la conformación de las conciencias bajo modelos
cambiantes de grandes mitos ideológicos que incapaciten al indi­
viduo para la comprensión serena y auténtica de la realidad
humana, política y social a
que pertenece. Dichos grandes gru­
pos de poder se entremezclan en una extraña carrera de fusiones
entre grandes empresas, partidos políticos, intelectuales, etc.,
que
suprime la naturaleza de las cosas, altera arbitrariamente la reali­
dad y construye un nuevo hombre, el hombre mediático, hijo de
la mentira y la falsedad pero incapacitado para percibir su propia
situación.
(20) RAMONET, l., op. cit., pág. 55.
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