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Salutación y exposición de fines (en la IV Reunión de amigos de la Ciudad Católica)

SALUTACION Y EXPOSICION DE FINES
Hace poco más de tres años que un pequeño grupo de lectores
de la revista francesa VERBE organizó la I reunión de amigos
de
la Ciudad Católica, en los acogedores muros del Monasterio de
Santa María del Pauklr gozando de k, tradicional hospitalidad de la
Orden Bene,dictina. Un año después un grupo dé (]}migas catalanes
organizó k, JI _reunión en la Cumbre del Tibidabo, a la sombra
tutelar
de San Juan Bosco, acogidos por sus hijos en la luminosidad
mediterránea; entre pinos, teniendo a nuestros pies en panorámica
Barcelona. La primavera siguiente, la III reunión tuvo lugar en
este mismo marco, bajo la, protección de tan Santo y tan Sabio
padre
de la, Iglesia como San Agustín, en este magnífico Cole'gio,
arropados por /,a generosidad y la cordi!alidad de maiestros tan ecri­
mios como los PaJdres Agustinos.
A ellos tengo que darles las gracias en primero y más preemi­
hente
lugar, rogándoles< que en sus preces pidan a Dios, por media­
ción de su Santo Patrono, que nos ilumine y nos guíe en nuestros
trabajos en busca de la Verdad y de la mayor Gloria de Dios.
En segundo lugar, quiero dar las gracias a nuestros amigos
franceses que nos han guiado y acompañado en. nue"Stras reuniones
desde el primer encuentro, entre las piedras del Paular, bajo una
continuada lluvia que ayudaba a la meditación y el recogimiento.
j Bienvenidos, queridos maestros, que nos brindáis en vuestros
libros
y en vuestros folletos síntesis tan ac(l)badas, a las cuales la
claridad francesa sabe dar ese valor tan eminentlfm.ente didáctico l
Gracias a nuestros amigos lo~ Ponentes, que han. aceptado so­
fortar el principal esfuerzo intelectual de esta reunión. Gracias
a todos los amigos que
harn venido de tan lejos como de-Santa
Cruz de Tenerife y de Las Palmas, y a los que' han llegado de Bar­
celona,
Va'lencia, Segovia, Gerona, Tarragona, Alcoy, Oviedo, Cá­
diz, Jerez de la Frontera, Santander, Logroño, Córdoba, Cuenca,
Toledo, Burgos
y también a los que han enviado su adhesión des­
de Sevilla, San Sebastián, Murcia, Pamplona y Granada.
Todas nos reunimos con un mismo deseo de forniarnos en la
reiterada doctrina social · de la Iglesia, en el más amplio sentido
de la palabra social, comprensivo de todas las relaciones humanas
y en el mismo espíritu que aquí nos junta a los Franceses, Eslava-
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cos, Argentinos, Bolivianos, Chilenos, Chinos y Españoles que
nos reunimos hoy aquí .en e'ste Colegio. Pero sólo como hombres
de buena voluntad, que no formamos asociación ni orgcmización
alguna, que sólo estamos un.idos por un ideal común, por una la--­
bor común de estudio y, ¡ ck:cro es!, por una misma fe, una misma
esperanza
y urn mismo wmor.
No tenemos absolutamente ningún carácter político. La políti­
ca concrl!ta es ajena a nuestro quehacer.
No tenemos jefes ni juntas directivas, sino tan solo vínculos de
amistad que nos han sido forjados o acrecentados precisamente por
esta comunidad de fines, de
ideales y de trabajo.
Nos une nuestro deseo de co'fl)()cer y difundir, por acción ca­
pilar,
por irradiación, por repetición como un. eco en sucesivas on­
das de
fa doctrina social de la Iglesia a través de las enseñanzas
de nuestros
Sumos Pontífices y de' la Filosofía perenne, por ellos,
reiteradamente reconumdada.
No hace mucho, con ocasión de una ponencim que desarrollé
sobre el tema de
la formación cultural religiosa, tuve ocasión de
· departir en l.os pasillos con antiguos compañeros y amigos míos.
Insistían
en la necesidad inaplazable de la acción, aunque fuera
con
una preparación menos profunda. Y

o les
insistia· en que,
dentro de la conve-nienite diversidad de vocaciones, la formación
comportaba
tatmbién un deber de ca,ridad, la de buscar, no sólo
para uno
mismo, sino tarmhién para los demás, y difundir la Verdad,
porque con ella se pueden remediar tantos males y hacer tanto bien.
por
lo menos, como socorriendo necesidades materiales. Pero he
aquí, que alguien ajeno a nuestro círculo,-afirmó que, tanto más
que la busca de nuestra: doctrina, hada falta penetrwr en los am­
bien,tes más adverso~,
escucharlos y tratar de comprenderlos. Esta
propuesta., es claro, co11JVenció a mis contradictores, mejor que mis
argumentos, de la necesidaJd que yo propugnaba, pues... si no
conocemos
nuestra propia doctrina,

si no
nos. formamos conforme
a ella,
y en cambio escucháramos y tratáramos de comprender
los ambientes más opuestos ... ¿n:o obraríamos como un lego, puesto
a juez,
que no escuchara m·ás que una parte? ... que, en ese caso.
además, sería uma parte contraria a lo que represen.taban, con sitr
creencias y cultura, nuestros padres, nuestros viejos maestros_, a los
qu'e ni siquiera nos dignárax,,nos darles la oportunidad de ser escu­
chados, Por nosotros.
Est; es lo que queremos evitar los que nos preocupamos por
nuestra formación
cultural religiosa y por el conocimiento de la
doctrina social que la Iglesia ha ido enseñando, especialmente
a través de
las Enriclicas de los Papas moderwos.
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La necesidad de es,te conocimiento es tanto mayor, hoy día, p·or­
cuanto la especialización y la orientación técnica de· los estudios,
ha:cen que nuestro vacío de conocimientos teológicos, filosóficos,
sociales y hum@lísticos, lo queremos llenar y de hecho lo llene­
mos con
las jrOJSes hechlJ!s y los slogans que se pongan de' moda­
Como ha dicho Jacques Ellul, el hombre moderno actúa por refle­
jos, producidos en él por
ciertas señales, determinadas por ra­
zones globales, y reacciona ante ellos -como zet-al igual qu·e un automovilista ante luce.s'i verdes o rojas ..
H ary calificativos que cierran las barreras a todo cuanto se, le ponga
su etiqueta ... hay otros que las franquean de par en par ... Se
dice de algo o de a!l[¡wien qw.! es integrista ... y ya no se lee, ye·
no se le· escucha, ¿por qué.? ... Et cambio, se dice' de (]Jlgo que es
progresivo, o que hw de· ser así porque responde al movimiento di!'
· 1a historia, a la dirección hacial donde a,vanza el mundo ... y ... tam-·
poco se le discute ya ... porque se estima indiscutibk.
Por eso -porque no estamos conformes con esa superficia­
lidad-, con ese modo de opinar apoyado sólo en nombres, sin
acabar de conocer su significado y sin razonar sobre dato re11t
alguno, es por lo que nosotros tratamos especialmente de desentra­
ña.r lo que hay de1trás de ciertos signos gráficos, de ciertos soni.dos
bucales, de ciertas palabras que particuk,rmente producen aquellos
reflejos.
El año pasado, con esa misma fin(J)lidad, examinamos, con-·
trastándolas, las palal!,ras libertad y liberalismo, autoridad y tota-­
litarismo, socialización y socialismo, laicismo y lacidad ... En. el
presente trataremos de ver lo que hay detrás de los nombres, tan
en boga, de "integrismo" y H progresismo" y de k.Js adjetivos·
"integrista" y
"progresista"... y, con el fin de iluminar mejor
la explicación de su significado, e·xaminaremos lo que se expresa
cuando
se habla, con conocimiento, det orden natural y de ese mo-·
vimiento
de la hi.rtoria tras la cual, según algunos afirman, avanza-­
mas con un indefinido progreso.
Ese es nuestro programa
en lo sustancial, junto al, cual inter­
calaremos cuestione's de método de trabajo. Pero más que expli­
cároslo de antemano, e~ mejor que os deje oír, sin retardároslas
más,
las explicaciones de los ponentes.
JuAN VALLET DE GovTrsow.
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