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Crónica del Congreso de Lausanne

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CRONI(;Ai;
.,-DEL ,;·:. '.
CONGRESO DE LAUSANNE
Nuestros cantos de acción de gracias pueden unirse a los ale­
luyas de Pascua de Resurrección. El congreso de Lausanne, enco-­
mendado
por sus -orgal!,izaclores a.,·-la:.' especial custodia de San.
Miguel, señala
un ~nuevo cadelanto,_ a. pttSar _dé -las dificultades, el
progresismo
invasór, ·el d~saliento d'e .algunos y ,Jos obstáculos ma­
teriales, como el elegir ~Ja fecha de Semana Santa, que motivó:
varias ausencias.
n -.1
Asistierón máS' 23-naciones. ·Aumentaron;:.-pues, 1-os'.:asistent~s;::pero también pro-·
gresó
la organización. -: e:·
. Aunque el año .pasado; el paséo por• las •tranquilas calles de
Sion-·'no haya carécido de encanto;' este··año'.--hemos apreciado en
Lausanne las ventajas de la. "unidacl de .ltigar" : congresos aumentada por la disposición deh¡ialacio de Beaulieu ..
Desde el gran salón .dé fiestas, fransfoimado en capilla, hasta la
sala·, del teatro, donde hablaban los oradores, se pasaba por la li­
brería, donde numerosos corigresistas p_odían hojear y hacer de­
dié:ár 'los libros, pedir explicaciones a ·los animadores, apreciar
lá · cantidad y la calidád de los· instrumentos aptos ·para una acciórr
ideológica.
Ahí también estaba. la caseta de.L~ Conjugaison, donde
uni~i·podía suscribirse a las· t~vjstas y peri~dicos representados.
· ·un poco más-abajo, eLirp1iensQ·, vestl'pulo de entrada constituia.
otro centro de reunión con los servicios del secretariado, el des~­
pacho de la prensa, la sala de descátis en calma, y por fin, las casillas de los· congresistas.
· Para un trabajo de reladones hutnañas comO el nuestro, este­
último dispositivo fue muy ú.ti1: eri vez· de tener que correr en vano
detrás de
una per~oná: resultó sumamente fácil dejar un billete
en su casilla, fijan do una entrevista.
También hay que inenéionar las ,salas-, -grandes y pequeñas, para
Giscusíones y, reuniones.
· En· suma;
el ·lugar có:rhodo; agratlabte·y hasta· lujoso, contribuy&
i:oucho,
a. -pesar del lnal tiempo, a' qu~·"fStableciefan mutuos lazos
pe'rson"as y orgariiZaciones -lo ·cual, junto· 'Con e1 fortaledmientcr
psiCoJógi-co, es -·una--mtta esenCiál _·-:dé los-con,gresas de 1a Oficina ..
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Fundaci\363n Speiro

MICHEL CREUZET
Igualmente, fue una feliz iniciativa la de vender en la cafetería,
por poco precio, comidas-bocadillos. Todo el mundo la aprobó.
El equipo organizador, que trabajaba desde hacía meses, me­
rece nuestro agradecimiento por su discreción
y su actividad, sin
olvidar a la dirección y al personal del palacio de Beaulieu, que
hicieron todo lo püsible ,para ayudar a los organizadores.
SÁBADO 17
A mentldo hemos participado en congresos y no recordamos
que alguno de ellos haya empezado de otro modo que por la santa
misa. Pero éste no ~rnpezó así, puesto que estábamoS en sábado
santo. Sin embargo, los congresistas no estuvieron por ello menos
recogidos mientras cantaban el
Veni Creator. Meditábamos en la
tumba de Nuestro Sefior. Pensábamos en la Iglesia ahogada por
el odio del interior y del exterior, en tantas naciones, tantas
civilizaciones, tantos esfuerzos misioneros aparentemente frustrados
para siempre. Sólo la fe en la Virgen María sostiene y sostendrá
a sus hijos, que también cuentan con
la buena voluntad de la gente
honrada que vence
la desesperación y aprovecha enérgicamente
fas ocasiones propicias.
Como el año pasado, Bemard Couchepin, delegado general de
1a Oficina, inauguró el congreso, subrayando finalmente que esta
reunión
no es una encrucijada por la que todo el mundo pasa
necesariamente para alejarse·.después, ni mucho menos es "el sitio
donde los vehículos se encuentran para abollarse". Y se refirió
al verdadero papel de la Oficina, a las condiciones generales que
exige (ver
el artículo de Jean Ousset, "Después de Sion", publi­
cado en
VERBO, núm. 31), al espíritu del congreso, su situación
política y religiosa, etc.
Louis Barras, Consejero Nacional de las Cámaras Federales
Helvéticas, antiguo
prresidente del gobierno de Friburgo, comen­
tando el célebre dicho de Jesucristo, "Dad al César lo que es del
César y a Dios lo que es de Dios", sostuvo que le parece tarea
propia de los laicos de nuestro tiempo el reconstruir la cris­
tiandad.
Jean Madiran afirmó que se contentaba planteando
el "proble­
ma". Su ponencia fue, en efecto, la meior introducción de las
siguiente. Pero el orador hizo todavía mis: mostró la evolución
de la llamada opinión pública y cómo un pequeño y poderoso grupo
de intelectuales y políticos la moldean bajo cuerda convirtiéndola
en instrumento de ese grupo. La información es un medio de in-
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EL CONGRESO DE LAUSANNE
1luir sobre dicha opinión pública. Pero en este caso aquélla se de­
grada, ¡x>rque ya no guía a la opinión proporcionándole ideas, sino
difundiendo noticias tendenciosas.
< Cómo transformar a esta opinión pública masificada y tele­
dirigida, de cuya influencia escapa uno difícilmente? El diálogo,
1a predicación, la enseñanza1 etc., no bastarán si no se rehacen es­
tructuras sociales cristianas que no se funden en la actual opinión
pública.
No se concibe un congreso sobre la información que no trate
de esas técnicas de avasallamiento ideológico utilizadas por el co­
munismo. Este no emplea solamente la fuerza o la diplomacia.
Manipula todo
lo que le permite progresar, incluso las "fuerzas
espirituales", las religiones. Michel de Penfentenyo se refirió al
1riple trabajo de la subversión: volver locas a las virtudes cris,..
1ianas, como decía Chesterton, despojándolas de su carácter per­
.:sonal; utilizar esquemas conceptuales muy apreciados por muchos
católicos ("reconciliar" la ciencia y la fe, ir hacia los que se han
alejado de la Iglesia, adaptar al catolicismo la dialéctica marxista,
-etcétera), instalar dispositivos de presióti totalitaria en el propio
seno de la Iglesia (centrales, despachos, prensa, etc.). Así hemos
ddo a Fidel Castro alabar nada menos que la pobreza evangélica ...
a favor de la revolución.
La sesión en que habló Michel de Penfentenyo estaba presidi­
tla por Georges Sauge, director del Centro de Estudios Superio­
res de Psicología Social, quien evocó unos momentos la elevada
personalidad del P. Fillere y su mensaje de esperanza y de lucha.
Louis Salieron, profesor honorario
del Instituto Católico de
París, ha publicado numerosos trabajos sobre la difusión de la
propiedad, en
los que se propugna desde hace treinta años cuanto
formuló Juan
XXIII en la encíclica Mater et magistra. Su expe­
-riencia sociológica hace que Salleron insista en las dificultades
-psicológicas de una información buena y honrada. Por una parte,
se trata en este caso de un próblema de oficio, y por otra, de una
1:onciencia
moral rect~ .. Después de analizar detalladamente las re­
laciones entre informador e informado, así como la influencia
de
la información sobre la propaganda, la polé~ica, el secreto, Sa}le­
ron terminó sosteniendo que es imposible inform~r honradamente
si no. hay informadores honrados.
Coloquios.
Digamos ahora una palabra sÓbre los coloquioS, inaugurados
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MICIIEL CREUZET
en ·ese c0tigreso y destinados a hacer más efectiva la relación en­
tre los organismos presentes y el público.
Quizá la fórmula de los mencionados coloquios no es perfecta.
Sin embargo, ofrece un campo más amplio que los trabajos prác­
ticos de Sion para que organismos y personalidades se relacionen.
Por otra parte, en todos los coloquios se llenó la sala; por ejemplo,
en
é:l que· versó -oobre la información católica, que estuvo animado
por
J ean Madiran. (En principio tenía que animarlo Michel de
Saint-Pierre, péro como · estaba enfermo no pudo asistir al con­
greso.) Por su lado, Géoffrey Lrwman, Bertrand de la Belliere
y Michel Creuzet presidieron las discusiones sobre Derecho na­
tural---·de la ·familia y enseñanza. ·E.lJ. colectivismo agrario fue el
tema· elegido entre· lo.s que concernían a los problemas campesi­
nos, en·. tanto que un coloquio sobre educación cívica establecía,.
contestando a las preguntas de los oyentes, las grandes leyes que
es necesario obedecer. para actuar eficazmente en este aspecto en
nuestra época. Por su lado, sindicalistas, scouts y antiguos scouts
se ponían de acuerdo para cbordinar sus esfuerzos.
Para que el auditorio pudiera plantear dificultades o pedir
aclaraciones a los or~dores, éstos, después de-sus charlas, se pres­
taron a. ello de muy buena gana y el diálogo fue muy animado.
Aún no se puede sacar una lección de las nueve reuniones
cotidianas, unas públicas y
otras destinadas sólo a los responsa­
bles
-de las organizaciones. Sin embargo, ahora notamos un -ver~
o-en jiras, reuniones e intercambios proyectados. Si· las· charla&
dieron·
el tono doctrinal al congreso, no es equivocado pretender
que. los Coloquios ·enardecieron voluntades e incitaron· a todos para
que se formen y :puedan actuar en favor de nuestras ideas.
"In hymnis et canticis".
En 1964, la prensa suiza subrayó el recogimiento de los con­
gresistas, su ·fervor
en la misa, su sentido litúrgico. Una vez tnás,.
la-·celebración de la Pa·scua de Resurrección confirmaría esa ·fama
de buen augurio gracias a la misa mayor cantada por los asistentes
y
el coro que dirigía André Charlier, apóstol del canto gregoriano.
Y también la confirmarían la misa
del lunes, el rosario del Sá­
bado Santo y el saludo al Santísimo Sacramento, con el que ter­
minó el lunes el congreso.
¡ Qué emoción siempre nueva suscita el canto de las letanías
carolingias! Christus vincit, Christus regnat, Christus imperat !
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EL CONGRESO DE LAUSANNE
Esto es una imploración, el deseo de los corazones -más aún,
es cuando se cerraba el congreso, el objetivo de voluntades reanima­
das por ese ambiente de amistad donde se sirve a la verdad.
DOMINGO 18.
Marce! de Corte analizó el proceso de la información defor­
madora, que no es un fenómeno aislado, sino un instrumento ne­
cesario para que la mala democracia transforme al hombre. La mala
democracia -decimos-; no, par tanto, esa jerarquía natural de
los cuerpos sociales, de la que hablaba Pío XII, sino la masifi­
cación de las personas en una sociedad en la que son diluidas,
privadas de libertad real, transformadas en autómatas que obede­
cen a reflejos condicionados.
La información da al hombre la ilu­
sión de que reina en una
socied es más que un número. Así, los hombres llegan a vivir como si
soñaran, gwados por intelectuales y políticos que también están
apartados de
lo real, idealistas ( en el sentido filosófico del térmi­
no) que persignen una utopía.
Quien no haya escuchado
al profesor de Corte podría acusar
al congreso de ser demasiado negativo. En cambio, qnien oyese
esta ponencia, rica, clara, sumamente pedagógica, habrá compren­
dido \!"e es más que una mera crítica de la sociedad masificadora:
describe la forma en que se puede formar a los ciudadanos, ex"
plica la urgencia de un trabajo como el nuestro, expresa mediante
conceptos muy elevados
lo que no cesamos de reclamar: que se
reconstituyan cuerpos intermedios vivos, que
élites bien formadas
actúen si querernos evitar que los progresistas destruyan el medio
social y esclavicen al hombre.
La conciencia del peligro dicta im­
perativamente el deber.
Se comprende que André Charlier fuese severo respecto de
cierto "mundo moderno".
El orador trató de un tema difícil,
puesto que explicó por qué rechaza lo que para nuestros contem­
poráneos es tan atractivo : el gusto
de la información sensacio­
nal.
En efecto, esta información, ¿ no es acaso la droga que nos
enajena, llevándonos "donde no
hay peligro de que encontremos
nunca la fuente de la renovación interior, la fuente oculta que,
según la palabra evangélica, salta hasta la vida eterna"? Henos,
pues,
en el meollo del problema: "Obstinarse de tal modo en es­
tar en el mundo es el mejor medio de ausentarse de la eternidadH-.
Después de André Charlier, poeta y hombre de silencio,
Joseph Dupin de Saint-Cyr, técnico de la información mundial-
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MICHBL CREUZBT
mente conocido, juzgó el maravilloso insfrwnento que es la má­
quina de información autoniática. André Mal1:erre, presidente de
la
.Confédération Générale des Cadres, que presentó al orador, re-·
cardó que los descubrimientos modernos liberan
.al hombre de·
tareas penosas y envilecedoras.
También Dupin de Saint-Cyr lo observó, pero sin dejarse se.:...
tenden cambiar al hombre mediante la técnica, o reemplazar la
relación del maestro con el discípulo gracias a una máquina que
dístribuya información.
La técnica de información (t'informati­
que} por máquinas tiene límites. Se piensa siempre en los resul­
tados de aquélla, pero se olvida que una máquina de información.
absorbe antes de proporcionar tales resultades trabajo y actividad.
Concretamente, durante dos años, 3.200 personas tienen que per-·
fofar ·fichas -para que funcione una máquina traductora. Se puede,,
pues; concluir que la máqúina n.o sustituirá nunca al cerebro hu­
mano. Blla -"recuerda" mucho más rápidamente que _el hombre,,
es decir, que éste evita trabajos largos y pesados. Pero el papel
de· los · seres ·pensante·s· es siempre irreemplazable. Una máquina
puede jugar a las damas con un campeón, ganándolo al cabo de
unas partidas, pues ella misma corrige sus errores. ¡ Pero perderá
si jugare con im principiante que no sabe respetar l<>s reglas del
juego!
Otro límite de·-la· técníca informativa estriba en que hoy 1os
mensajes· son emitidos con la velocidad de la luz. Se puede, pues,
pensar que se alcanzará un límite que no se podrá vencer. Por
tanto, resulta insensato concebir una filosofía de ·1os "hombres def
máñana" fundándola sobre el progreso indefinido de las técnicasc
informativas. Como los oradores ·precedentes, aunque desde· un
punto de vista técnico, Dupin de Saint-Cyr concltiyó que es :im­
posible reemplazar a la inteligencia humana. Este testimonio nos
tranquiliza un poco respecto del futuro : los límites naturales de!
progreso técnico frenan la sistemática deformación del espíritu
humano.
La conferencia de Gustave Thibon fue de lo mejor que tuvo
el congreso. En medio del fuego ·ártificial de citas, aforismos y
anécdotas, el filósofo estableció la profunda diferencia que separa
cultura. de instrucción, distinguiendo después información y cul­
tura.
La insiru:céión es un equipaje, y como todo equipaje, molesta,
carga, pesa.
Por d contrario, el alimento asimila-do fortalece, da
actividad, peio rio pesa. La culturá. es un conocimiento persónal,
peirsado y vivido t;Jbr quien lo recibe. "Soy una vaca", decía
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EL CONGRESO DE LAUSANNE
Nietzsche, comparando el ejercicio intelectual ·con el rumiar.¿ Quién
sabe rumiar todavía hoy?
La mala información hincha, satisface el apetito, pero, al ·caer
én un organismo enfermo es inmediatamente expulsada. Es "te­
ner"· que no aprovecha al "ser" -ciencia vana, como diría Santo
·Tomás.
Los diagnósticos de Thibon, Charlier, Dupin de Saint-Cyr y
de Corte subrayan la gravedad del peligro (¿ no es necesario ad-­
vertir a los caminantes. que OOrdean el precipicio?). En cambio,.
Jean Beaucoudray hizo la lista de "nuestras oportunidades y nues­
tras fuerzas" en todos los campos: iniciativa de padres de fami-·
lia que pagan la edificación de una escuela católica y consiguen­
Qué la -diócesis no cierre la escuela existente aÍltes de que la cons­
trucción "familiar" esté terminada, sindicalistas que rechazan -el
socialismo e intentan agruparse de acuerdo con la doctrina cató­
lica, obras sociales
para el_ alojamiento en Alemania, Francia, etc.;·.
esfuerzos de quienes no aceptan
un ciego fatalismo y procuran
cambiar los espíritus y alimentarlos con la verdad, trabajo políti-­
co, en el sentido más elevado de la palabra, com9 el del coronel
G-Q,evára, que nos trae· su testimonio.
En ·la Argentina, al derribar a Perón, el país creyó que esca­
patía' del totalitarismo, pero cayó en lás manos de liberales ani-·
ruados por teorías parecídas. Aquí estriba la oportunidad .que
tiene ·una minoría ·activa ·que COI111)renda: ·a muchos jóvenes. So-­
br:e la -·base del Derecho natural y cristiano puede organizarse una
fuerza· que con fa ayuda de la gracia divina sea capaz de oponer
un dique a la marea revolucionaria y contraatacar esperando
veneer.-
LUNES 19.
Hablar de las intervenciones del Estado en la información pa-·
rece· una queja ya muy trillada contra el total.itarismo. Y hablar
de· las intervenciones .de la Iglesia evoca las caricaturas de la In­
quisición.
Correspondió a Roger Lovey, abogado suizo, tratar este punto•
delicado e importante, porque estas intervenciones son legítimas
si son bien definidos sus límites. Esto hizo el orador. En la pri­
mera parte recordó los derechos del Estado; aplicando luego a la
información ·el principio general de la autoridad civil. Subrayemos
además el interesante desarrollo sobre las respectivas facultades
de los informadores: cuerpos intermedios y Estado, de los que
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MICHEL CREUZET
·unos informan al poder central de las necesidades locales y profe­
sionales, mientras qne
el Estado indica los fines que persigne la
nación de acuerdo _ con el bien c;omún.
La segunda parte de la exposición trató de los derechos de
la· Iglesia y de la forma en que éstos pueden aplicarse en la in­
formación. Guardiana de las costumbres y de
la fe, la Iglesia
tiene doble motivo para intervenir en un campo donde se puede
influir tan fácilmente "para bien o para .mal de las almas". En
stuna, la ponencia fue densa, muy rica de buena doctrina y siste­
máticamente expuesta.
El congreso terminó con las conferencias de Fran~ois Gous­
seau
y Jeaµ Ousset.
El pri~ro, más técnico, delineó un método de acción válido
tanto para los hombres comprometidos en organismos locales, pro­
fesionales, políticos, cttlturales, como para quienes disfrutan de
más tiempo
y se interesan sobre todo en transformar su medfo
difundiendo ideas verdaderas, orientando, influyendo ideológica­
mente.
Esta acción sirve a los jóvenes y a los adultos, y a todos con­
viene proporcionar documentos de trabajo elaborados pedagógi­
camente para la acción, y consejos y un
método de trabajo en
pequeños grupos, verdaderos crisoles de esta acción doctrinal a
la que se dedican hombres y mujeres "que no dan sólo sus tardes
libres, sino toda su vida'', según
decía Lenin. El ejemplo del
médico permite comprender qué tipo particular de trabajo pre­
coniza la Oficina Internacional en cualquier medio o actividad en
<¡ue uno intervenga.
Abramos aquí
un paréntesis : también las finanzas de una or­
ganización son importantes, pues si se las deja al azar, uno se
expone a fracasar o someterse a otros. Por esto, la intervención
de M. Millevoye sobre este asunto fue importante, comprendién­
dose que el papel de La C onjugaison, es indispensable en nuestro
combate.
Correspondió a
J ean Ousset clausurar el congreso, pidiendo
<¡ue se tomen y mantengan resoluciones y se estimulen voluntades
Dios
es fiel y no nos abandonará. Pero, ¿ qué hacemos para
obtener la salvación de nuestros respectivos países, salvación que
fü¡>eramos de la gracia divina? Nos quejamos porque el enemigo
progresa. Pero, ¿ no habría que acusar más bien a nuestra impie­
dad,
a nuestros relajamientos sobrenaturales y también a nues­
tras faltas contra el orden natural por pereza, desánimo, torpeza,
ligereza? "¿ Por qué la realidad responde tan mal a nuestras in­
tenciones? Nos esforzamos, pero
el edificio se cuartea cada vez
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más. ¿ Por qué sucede esto y quién piensa en preguntarlo?" "El
problema estriba en saber cuánto valen nuestra· fe, nuestra edu­
cación, nuestra resolución cristiana, la inteligencia de nuestros
principios, medios y fuerzas".
Si no triunfamos no es responsable de nuestro fracaso la doctri­
na1 natural y cristiana, la mejor arma para evitar que el hombre se
masifique. Tampoco es responsable el que seamos pocos, parque los
grandes movimientos han comenzado siempre con un pruñado de
hombres, pero decididos a vencer. ¿No bastará esto para reanimar
a tantos "buenos" que se ignoran?
Dentro de algunas semanas podremos leer
el texto completo
de las ponencias y las
reseñas de las secciones en las "Actas"
del congreso de Lausanne. Recomendamos a todos que se sus­
criban rápidamente para obtener un precio especial.
* * *
Al final del congreso, los participantes adoptaron por aclama
ción la siguiente moción:
"Mil quinientos animadores y militantes de obras y organi­
zaciones cívicas, sociales, culturales, profesionales, procedentes
de
veintitrés naciones, rennidos en Lausanne los días 17, 18 y 19 de
abril de 1965 bajo el patronato de la Oficina Internacional de
Obras de Formación Cívica y de Acción Doctrinal Según el De­
recho Natural y Cristiano, para estudiar el fenómeno sociológico
moderno de la
información~ son conscientes de que esta actividad,.
t::sencial en las sociedades actuales, ha adquirido un carácter com­
pletamente nuevo, universal por su extensión
. y profundamente
desordenado por
lo que se refiere a las finalidades humanas.
"Al final de las tres jornadas de estudio, los congresistas de­
claran que la supuesta información neutra es una ilusión o un en­
gaño. La información no es ni puede ser una actividad autóno­
ma. Depende forzosamente de las intenciones del informador y
de
lo que espera o necesita el informado. Depende también muy
estrechamente de la naturaleza de las sociedades y civilizaciones
donde se realiza, al mismo tiempo que ella contribuye a orientar
o a extraviar a unas
y otras. Por esta interdependencia, la nece­
saria reforma de las costumbres y modalidades actnales de infor­
mación no puede ser separada de la reforma intelectual, moral y
social por la que clama la honda crisis
espiritual que afecta aJ
mundo contemporáneo.
"Conscientes de los estudios doctrinales
y de la actividad prác­
tica que es necesario realizar para esto, los congresistas declaran
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que se guiarán sobre todo por el discurso de Pío XII sobre la
üpinión pública, de 18 de febrero de 1950, y por el decreto con­
ciliar Inter mirifica, sobre los medios de comunicación social. Ade­
·más, exhortan al laicado cristiano a que se percate de sus respon­
sabilidades, se una y se organice para poder ejercitar el poder
temporal que es el suyo".
MrcHEL CREUZET.
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