Índice de contenidos
Número 59
Serie VI
- Textos Pontificios
- Encíclicas
- Estudios
- Actas
Autores
1967
Para interpretar bien los textos del Concilio
-------------~~-----------,--------
PARA INTERPRETAR BIEN LOS TEXTOS
DEL CONCILIO
Puesta en guardia al Pueblo de Dios contra las visiones in
adeéuadas o capciosas del C?Ilcilio.
"Hemos recordado ~ V'ectts µ todos los que escuchan nuestra
"humilde y sincera palabra qúe se formen del C
oncüio un con
n cepto exacto doctrinal, de confirmación) coherencia, de desarro
"llo dogmático de la Iglesia, evitando el peligro de ciertas opi
,, niones difusas, que insinúan una valoración arbitraria de_l Con
,, cilio, como si este gran acontecimiento eclesial pudiese justificar
"una concepción del catolicismo diferente de aquélla, ya bien
"definida, y autorizar libres hipótesis de diversas y disconfor
,, mes ideologías religiosas -si bien conservan siempre de la re
"ligión católica el sentido y amor-. Y por eso hemos puesto en
"guardia al Pueblo de Dios contra visiones inadecuadas o cap
" ciosas del Concilio, y todavía lo hacemos y harem.os confiando
"en el consenso colectivo del Episcopado, en la ayuda solicitada
"por Nos incluso con ocasión del Congreso Internacional de Teo
nlogia,, de los estudiosos y 111.aestros en la Iglesia de Dios, y con
"fiando igualmente en el sentido de la fe, especialmente de las
"alrnas
buenas, creyentes y seguidoras de la pálabra de Cristo,
"como la Iglesia, madre y maestra., se la anuncia e interpreta.n
Alocución de PABLO VI en el día de su ono
mástica al
Sacro Colegio Cardenalicio (24 de
junio; texto italiano en L'Osservatore Romr:m.J
del 25; texto en casteIIa-no: Ecclesia, núm. 1.347, 8 de julio).
Intento de atribuir al Concilio toda clase de novedades, po
niendo en tela de juicio doctrinas fundamentales del· cato
licismo, con peligro de ·sustit:up" la conciencia genuina del
católico p-Jr la del que no lo es.
"HOy se habla mucho, y se escribe, incluso fuera de los am
"bientes
eclesiásticos, de te-mas religiosos, de cliscusiones teoló
" gicas, de
movimiento.'i espirituales. Se intenta atribuir al Con-
595
•
Fundaci\363n Speiro
"cilio toda clase de novedades, especialmente en el modo de
"concebir
la fe y de presentarla al mundo contemporáneo, po
nniendo
con frecuencia en tela de juicio doctrinas fundamentales
!)del catolicismo1 declarando opinables verdades definidas por la
"Iglesia y reivindicando para la libertad de. conciencia y para la
''inspiración del Espíritu Sa.nto el juicio arbitrario y personal
)}sobre principios importantes y
a
Veces constitucionales del pen
"samiento
y de la disciplina eclesiástica. Una especie de fervor
"crítico parece justificar esta inquietud espiritual y proporcionar
"esperanza de renovaci6n cristiana
al nerviosismo intencionado
"de una impaciente incomodidad con respecto a
la norma tradi
,, cional de la vida católica y con respecto a las formas autorizadas;
"que la recomiendan y la promueven.
"
" para re
"novar la Iglesia) piensan algunos) es preciso abandonar 111JUchas
"y graves cosas, que) aunque suyas, parecen ahora embarazar y
1.' enlentecer su paso, si es que quiere andar con los nuevos tiem~
"pos, y Uegar al mundo contemporáneo: tradición, autoridad,
"filosofía) cultura, derecho canónico, instituciones y hasta ciertos
"dogmas, ciertas formas de interi&idad y culto; en una palabra,
"se dice, es preciso liberarse de las «estructuras» y acercarse a la
n'l!ida vivida, a la forma de pensamiento y costumbres de la moda
"actual, hasta renunciar a lo Sagrado, al aspecto confesional del
"catolicismo, etc. Esta dirección parece seductora;
y ciertamen
"te que nadie puede negar, siguiendo al Concilio, que muchas for
"mas contingentes de la vida de la Iglesia pueden y deben ser,
"con prudencia
y coraje, abandonadas y sustituidas por otras me
"
jores. Pero si esta operacilm de abandono, en la que los res
" ponsables de la jerarquía y del laicado en la Iglesia de Dios
"están atendiendo laboriosamente, se lleva a cabo de forma sufi
"cie1?,te teniendo en cuenta las iniciativas de todos, puede suceder
JJ que el católico sustituya su conciencia genuina por la del que
"no es católico, y puede suceder que sustituya la presencia del
"misterio de Cristo, como un supuesto casi obsesivamente bus
n cado) la -presencia mítica de ese mundo al que se quería llevar el
')mensaje de la salvación, y del cual se toma, en cambio, como de
"un nuevo y profano maestro, la norma y el estilo de la vida cris
"tianaJ
con la probable y desoladora consecuencia de errar, en la
"metamorfosis peligrosa, la fe, su seguridad, su fuerza, su paz.
"
Con
"esto no se dice que todo sea perfecto y definitivo en las famosas
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Fundaci\363n Speiro
'1 «estructuras»; al contrario,
esta búsqueda y descubri1'Jl/4ento de
}J sus raíces interiores aumentan !,a necesidad y agudizan el genio
1'de su progresivo y coherente mejoramiento,· pero su dirección,
"nuí;s que externa, es interna}· más que sugerida por las faltas
"de la Iglesia, está persuadida por su indefectible fecundidad; más
"que moi,id,a por el enojo o la crítica de la vida eclesiástica, o por
}J alguna presunción carismática, está guiada por el. amor h.wmil-
1' de, incansable, gozoso de su perfeccionamsiento."
S. S. PAB1.,o VI, Alocución en la audioocia
general del 9 de agosto de 1967. (Texto en ita
liano
de L'Osser-vato-re Romano del 10 de agos
to de
1967. Texto en castellano de Ecclesia del
19 de agosto de 1967, núm. 1.353.)
No. hay, en las actas conciliares novedades referentes-a la doc
trina, al culto, a la disciplina, a las formas de apostolado
y acción de la Iglesia en el mUndo que supongan reformas
e innovaciones sustanciales.
"Bajo la influencia cada vez más evidente del espíritu de ver
ndad,
invocado todos los dfas en el sacrificio eucarístico y en /,a
"conmovedora oración recitada par toda la Asamblea Conciliar,
"el Sacro Sínodo «ha reflexionado en todos los documentos de
la
"tradición sagrada y de la doctrina de la Iglesia, de donde ha sa
,, cado nuevos elementos siempre en armonía con los ya existen
"tes» (declaración sobre la libertad religiosa número 1). No hay,
"por tanto, que lamentar en las actas conciliares novedades refe
"rentes a
la doctrina, al culto, a la disciplina, a las formas de apos
"tolado y acción de
la Iglesia en el mundo que supongan refor
"mas e innovaciones sustanciales, como para hacer pensar que
"ella haya faltado a su
nvisión de custodiar fielmente la doctrina
"de la fe, que le ha confiado como divino depósito su fundador,
"o que haya errado explicándola y aplicándola a las necesidades
"intelectuales
y morales de las generaciones humanas de nuestro
"tiempo (
cfr. constitución dogmática «De
filie catolica», capítu
"lo
4.º)".
"PAULO VI, carta de su Secretario de Estado
al Congreso Teológico Posconciliar de Toron
to. (Te-xto inglés e italiano en L'Osservatore
Roman,o del 25 de agosto de 1967; texto en cas·
tellano: Ecclesia,, núm. 1.356, 9 de septiembre.)
597
Fundaci\363n Speiro
Es una falsa interpretación del Concilia pretender conformar
la ley de Cristo al mundo y no el mundo a la ley de Cristo.
"Ciertamente, hemos sabido, no sin un gran dolor, que circu
"lan pareceres no recomendables de algunos, que, posponiendo el
"magisterio de
la Iglesia, y basándose en falsas interpretaciones
"del Concilio, adaptan incautamente la doctrina cristiana de las
"costumbres a las inclinaciones
y perversas opiniones de este si
" glo, como si h,ubiera que conformar la ley de Cristo al mundo
"y no el mundo a la ley de Cristo. ·
"Tratándose de un problema de tanta importancia, permítase
"nos expresar nuestro parecer,-del que, con toda seguridad, de
"duciréis normas
y directrices para vuestros escritos y enseñanzas.
"El recto cam.ino a seguir aparece evidente en las mismas pa
"labras del Concilio: «Su exposición científica (de la teologia
"moral)) más alimentada en la doctrina de la Sagrada Escritura,
)'ilustra la excelencia de la vocación de los fieles en Cristó y su
"obligación en caridad de producir los frutos en beneficio de
la
"vida del mundo» (1/¡jdem). Al realiwr esto, poned suma aten
" ción en que aparezca la estrecha conexión y la concordia que
"existe entre la doctrina del Concilio y la doctrina propuesta en
"tiempos anteriores por el magisterio eclesiástico.
"De ningún modo es admisible que los fieles sean inducidos a
"una forma de pensar distinta, como si hoy dia se permitieran al
" gunas cosas por el magisterio del Concilio, antes declaradas por
"la Iglesia como intrínsecamente malas. ;Cómo no ver aquí sur
,, gir el malvado relativismo moral y -ser puesto plenamente en
"entredicho todo el patrimonio doctrinal de la.Iglesia?
Por ellio,
"hoy más que nunca, es preciso adherirse con plena fidelidad y
"dócil y humilde
obsequio de la mente al magisterio vivo de la
"Iglesia, que «debiendo ser norma próxima y universal de ver
,, dad para cualquier teólogo» ( carta encíclica «H umanis gene
" ris»), no se ha de tener como injusto freno a la investigación
"dentífica, sino como condición necesaria de verdadero progreso
"en !,a doctrina sagrada."
598
PAULO VI, Alocución al capítulo general de la
Congregación del Santísimo Redentor. (Texto
latino en L'Osserva:tore Romano del 24 de sep
tiembre de
1957; texto en castellano: Ecclesia,
núm. 1.360, 7 de octubre,)
Fundaci\363n Speiro
PARA INTERPRETAR BIEN LOS TEXTOS
DEL CONCILIO
Puesta en guardia al Pueblo de Dios contra las visiones in
adeéuadas o capciosas del C?Ilcilio.
"Hemos recordado ~ V'ectts µ todos los que escuchan nuestra
"humilde y sincera palabra qúe se formen del C
oncüio un con
n cepto exacto doctrinal, de confirmación) coherencia, de desarro
"llo dogmático de la Iglesia, evitando el peligro de ciertas opi
,, niones difusas, que insinúan una valoración arbitraria de_l Con
,, cilio, como si este gran acontecimiento eclesial pudiese justificar
"una concepción del catolicismo diferente de aquélla, ya bien
"definida, y autorizar libres hipótesis de diversas y disconfor
,, mes ideologías religiosas -si bien conservan siempre de la re
"ligión católica el sentido y amor-. Y por eso hemos puesto en
"guardia al Pueblo de Dios contra visiones inadecuadas o cap
" ciosas del Concilio, y todavía lo hacemos y harem.os confiando
"en el consenso colectivo del Episcopado, en la ayuda solicitada
"por Nos incluso con ocasión del Congreso Internacional de Teo
nlogia,, de los estudiosos y 111.aestros en la Iglesia de Dios, y con
"fiando igualmente en el sentido de la fe, especialmente de las
"alrnas
buenas, creyentes y seguidoras de la pálabra de Cristo,
"como la Iglesia, madre y maestra., se la anuncia e interpreta.n
Alocución de PABLO VI en el día de su ono
mástica al
Sacro Colegio Cardenalicio (24 de
junio; texto italiano en L'Osservatore Romr:m.J
del 25; texto en casteIIa-no: Ecclesia, núm. 1.347, 8 de julio).
Intento de atribuir al Concilio toda clase de novedades, po
niendo en tela de juicio doctrinas fundamentales del· cato
licismo, con peligro de ·sustit:up" la conciencia genuina del
católico p-Jr la del que no lo es.
"HOy se habla mucho, y se escribe, incluso fuera de los am
"bientes
eclesiásticos, de te-mas religiosos, de cliscusiones teoló
" gicas, de
movimiento.'i espirituales. Se intenta atribuir al Con-
595
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Fundaci\363n Speiro
"cilio toda clase de novedades, especialmente en el modo de
"concebir
la fe y de presentarla al mundo contemporáneo, po
nniendo
con frecuencia en tela de juicio doctrinas fundamentales
!)del catolicismo1 declarando opinables verdades definidas por la
"Iglesia y reivindicando para la libertad de. conciencia y para la
''inspiración del Espíritu Sa.nto el juicio arbitrario y personal
)}sobre principios importantes y
a
Veces constitucionales del pen
"samiento
y de la disciplina eclesiástica. Una especie de fervor
"crítico parece justificar esta inquietud espiritual y proporcionar
"esperanza de renovaci6n cristiana
al nerviosismo intencionado
"de una impaciente incomodidad con respecto a
la norma tradi
,, cional de la vida católica y con respecto a las formas autorizadas;
"que la recomiendan y la promueven.
"
" para re
"novar la Iglesia) piensan algunos) es preciso abandonar 111JUchas
"y graves cosas, que) aunque suyas, parecen ahora embarazar y
1.' enlentecer su paso, si es que quiere andar con los nuevos tiem~
"pos, y Uegar al mundo contemporáneo: tradición, autoridad,
"filosofía) cultura, derecho canónico, instituciones y hasta ciertos
"dogmas, ciertas formas de interi&idad y culto; en una palabra,
"se dice, es preciso liberarse de las «estructuras» y acercarse a la
n'l!ida vivida, a la forma de pensamiento y costumbres de la moda
"actual, hasta renunciar a lo Sagrado, al aspecto confesional del
"catolicismo, etc. Esta dirección parece seductora;
y ciertamen
"te que nadie puede negar, siguiendo al Concilio, que muchas for
"mas contingentes de la vida de la Iglesia pueden y deben ser,
"con prudencia
y coraje, abandonadas y sustituidas por otras me
"
jores. Pero si esta operacilm de abandono, en la que los res
" ponsables de la jerarquía y del laicado en la Iglesia de Dios
"están atendiendo laboriosamente, se lleva a cabo de forma sufi
"cie1?,te teniendo en cuenta las iniciativas de todos, puede suceder
JJ que el católico sustituya su conciencia genuina por la del que
"no es católico, y puede suceder que sustituya la presencia del
"misterio de Cristo, como un supuesto casi obsesivamente bus
n cado) la -presencia mítica de ese mundo al que se quería llevar el
')mensaje de la salvación, y del cual se toma, en cambio, como de
"un nuevo y profano maestro, la norma y el estilo de la vida cris
"tianaJ
con la probable y desoladora consecuencia de errar, en la
"metamorfosis peligrosa, la fe, su seguridad, su fuerza, su paz.
"
Con
"esto no se dice que todo sea perfecto y definitivo en las famosas
596
Fundaci\363n Speiro
'1 «estructuras»; al contrario,
esta búsqueda y descubri1'Jl/4ento de
}J sus raíces interiores aumentan !,a necesidad y agudizan el genio
1'de su progresivo y coherente mejoramiento,· pero su dirección,
"nuí;s que externa, es interna}· más que sugerida por las faltas
"de la Iglesia, está persuadida por su indefectible fecundidad; más
"que moi,id,a por el enojo o la crítica de la vida eclesiástica, o por
}J alguna presunción carismática, está guiada por el. amor h.wmil-
1' de, incansable, gozoso de su perfeccionamsiento."
S. S. PAB1.,o VI, Alocución en la audioocia
general del 9 de agosto de 1967. (Texto en ita
liano
de L'Osser-vato-re Romano del 10 de agos
to de
1967. Texto en castellano de Ecclesia del
19 de agosto de 1967, núm. 1.353.)
No. hay, en las actas conciliares novedades referentes-a la doc
trina, al culto, a la disciplina, a las formas de apostolado
y acción de la Iglesia en el mUndo que supongan reformas
e innovaciones sustanciales.
"Bajo la influencia cada vez más evidente del espíritu de ver
ndad,
invocado todos los dfas en el sacrificio eucarístico y en /,a
"conmovedora oración recitada par toda la Asamblea Conciliar,
"el Sacro Sínodo «ha reflexionado en todos los documentos de
la
"tradición sagrada y de la doctrina de la Iglesia, de donde ha sa
,, cado nuevos elementos siempre en armonía con los ya existen
"tes» (declaración sobre la libertad religiosa número 1). No hay,
"por tanto, que lamentar en las actas conciliares novedades refe
"rentes a
la doctrina, al culto, a la disciplina, a las formas de apos
"tolado y acción de
la Iglesia en el mundo que supongan refor
"mas e innovaciones sustanciales, como para hacer pensar que
"ella haya faltado a su
nvisión de custodiar fielmente la doctrina
"de la fe, que le ha confiado como divino depósito su fundador,
"o que haya errado explicándola y aplicándola a las necesidades
"intelectuales
y morales de las generaciones humanas de nuestro
"tiempo (
cfr. constitución dogmática «De
filie catolica», capítu
"lo
4.º)".
"PAULO VI, carta de su Secretario de Estado
al Congreso Teológico Posconciliar de Toron
to. (Te-xto inglés e italiano en L'Osservatore
Roman,o del 25 de agosto de 1967; texto en cas·
tellano: Ecclesia,, núm. 1.356, 9 de septiembre.)
597
Fundaci\363n Speiro
Es una falsa interpretación del Concilia pretender conformar
la ley de Cristo al mundo y no el mundo a la ley de Cristo.
"Ciertamente, hemos sabido, no sin un gran dolor, que circu
"lan pareceres no recomendables de algunos, que, posponiendo el
"magisterio de
la Iglesia, y basándose en falsas interpretaciones
"del Concilio, adaptan incautamente la doctrina cristiana de las
"costumbres a las inclinaciones
y perversas opiniones de este si
" glo, como si h,ubiera que conformar la ley de Cristo al mundo
"y no el mundo a la ley de Cristo. ·
"Tratándose de un problema de tanta importancia, permítase
"nos expresar nuestro parecer,-del que, con toda seguridad, de
"duciréis normas
y directrices para vuestros escritos y enseñanzas.
"El recto cam.ino a seguir aparece evidente en las mismas pa
"labras del Concilio: «Su exposición científica (de la teologia
"moral)) más alimentada en la doctrina de la Sagrada Escritura,
)'ilustra la excelencia de la vocación de los fieles en Cristó y su
"obligación en caridad de producir los frutos en beneficio de
la
"vida del mundo» (1/¡jdem). Al realiwr esto, poned suma aten
" ción en que aparezca la estrecha conexión y la concordia que
"existe entre la doctrina del Concilio y la doctrina propuesta en
"tiempos anteriores por el magisterio eclesiástico.
"De ningún modo es admisible que los fieles sean inducidos a
"una forma de pensar distinta, como si hoy dia se permitieran al
" gunas cosas por el magisterio del Concilio, antes declaradas por
"la Iglesia como intrínsecamente malas. ;Cómo no ver aquí sur
,, gir el malvado relativismo moral y -ser puesto plenamente en
"entredicho todo el patrimonio doctrinal de la.Iglesia?
Por ellio,
"hoy más que nunca, es preciso adherirse con plena fidelidad y
"dócil y humilde
obsequio de la mente al magisterio vivo de la
"Iglesia, que «debiendo ser norma próxima y universal de ver
,, dad para cualquier teólogo» ( carta encíclica «H umanis gene
" ris»), no se ha de tener como injusto freno a la investigación
"dentífica, sino como condición necesaria de verdadero progreso
"en !,a doctrina sagrada."
598
PAULO VI, Alocución al capítulo general de la
Congregación del Santísimo Redentor. (Texto
latino en L'Osserva:tore Romano del 24 de sep
tiembre de
1957; texto en castellano: Ecclesia,
núm. 1.360, 7 de octubre,)
Fundaci\363n Speiro