Volver
  • Índice

Desequilibrios, errores y peligros actuales

DESEQUILIBRIOS, ERRORES Y PELIGROS ACTUALES
Raíz de los desequilibrios lógicos, morales y sociales del mundo moderno. Peligros de querer adaptar a éste la doctrina ca .. tólica despojándola de su espíritu de fidelidad tradicional.
"A vosotros, venerables hermanos e hijos caríS14'1110s, os es co­~'nocuio de qué manera ta evolución de'l mwnilo moderno, lanrzado "hacia las admirableS conquistas del dmniwi:o de las cosas exte­
"riores, y orgulloso· de una. concie11ÁC1,'(J, cada vez mayor de sí mismo, "se muestra propenso al olvido y a la negación de Dios, sintién­,, dose luego atonrumtado por los desequilib.-ios lógicos, morales -"y sodales q~ la decade"ncia religiosa trae consigo m.kma.:y. re1-,, si,qnándose al ver al hombre /lfjitado por twrbias pasiones e im­
,,
placables an'(JUStias; donde falta Dios, falta la razó., swprema de "las cosas, falla la luz prim.,ra del pensameiento, falta e/ iwdiscu­.utible im,Perat1foo moral, del cual el orden hwrnano tienie necesi­"dad (Cfr. S. Aug.: «De civ. Deei», 8, 4; PL. 41, 228-229; "Cfr. «Contra Faustum», 20, 7; PL., 42, J72). "Y mientras decae el sen1tido religioso entre los hombres de "nuestro t;em,po, priva,vdo a la fe de su fundamenfo natural, opi­nniones exegéticas o te'()l.!1ógicas, tomadas muchas wces de los más "audaces, pero ciegas filosofia;s profanas, se' insinl'úa,n' acá y allá "en el campo de la doctrina católica, poniendo en duda o defor­"mando el sentido obje"f11Vo de verdades autorizadamente' ense'ña­"das Por la Iglesia, y con el pretexto de adaptar las ideru reli­,, gi'.osas a la mentalidad del murndo, mroderrvo, se preicinde de la "guia del magisterio edesiást'VC-o, se da a la ·esP,ecwlación teológi­,, ca-una. dirección radicalmente historicista, se tieffle !a osadía de "despojar el /estimando de la S/lf]rada Escritura de su carácter "histórico y S/lfjrado y se /:nten,ta introduár en el pueblo de Dios "una menta/Jidad que llaman «pasconc/Jiar», que del C otVC'ilio deja "a im lado kn firm,e· coherencia de sus amplios y magníf;co,s des­"a.rrallos doctrinales y legislativos, con el-tesoro d(:" ideas y de "normas-prácticas de' la Iglesia, para despojar'las de su1 espíritu "de fidelidad tradicional y para dijundir la ilusMn de dar del "cristianismo uina nueva ·irn1terpret;ación:,_arbitraria y estéril. ¿Qué "quedaría del canten.do de nuestra fe y de las virtudes leologates,
"que en ella se pn,fesan, si estos intentos, lejos de la aprobación "de{ magisterio eclesiástico-, hubiera4'D de pr'eval(Jlcer.?''

PAULO VI en una exhortación en el XIX Cen­
tenario del· :Martirio de los Príncipes de los
Apóstoles (22 de febrero de 1967, en la fiesta de la Cátedra de San Pedro; texto en castella­no: Ecclesia, núm. 1.331, 4 de .marzo).
509
Fundaci\363n Speiro

El rostro de la Iglesia de hoy ante el estallido de los problemas
actuales favorecidos por las· conquistas de las realidades
terrenas.
"También (YCemJ()S que si os_ guiáis, Por un lado, P,or •vuestra
"cult'u:ra, y, por otro, por vuesbra fidelidad, y tméis paciencia, sí,
"para fija,r la m' napostólica, que es _ce-nitro y prueba de la Iglesia, descubriréis irn,­
nmedi.aJ.tamente dos fenómenos característicos que al mismo tiem~
''po son corn,trariois y complmientarios, casi exigidos el uno del
"otro; el pró,nero, al que se ha referido expresamente el intérprete
"de vuestros pensamientos, '1as gran1des, las nuevas, las imu·pera.­
"bles (humamwmente hablando) d;ficultades en que hoy se encuen­
"tra la religión,, lOJ católica especialmenite ( por ser más p,ositWa
"en SUlS doctrinas y más or gan'rzaida en sus estructuras) a causa
"del materialismo diletante, o, mwjor, del temporalisnw difu11dido
"por todas parte's, del interés preva/ente y en mwchos exclusvvo por
"el reino de la tierra, carnpo dan'de· el hombre es dweño con su
"razón y con su aTte; del mundo donde se niega todo cuanto
"trasciende la cienicia humana ( coima si ésta fu·ese suficiente para
"justificar la causalidad. de lo q'UJe descubre y conoce), la negación
"de Dios, con lodo lo, que lleva con~igo este desprecio por la luz
"centra/ del cosmos, de /,a vida y del pensamiento. Dificultades
"enormes, agigan,tadas por los profetas del ateísmo y por los pro­
" pagandistas de¡ laicismo, favMecidas por /u conquista positiva y
"plausibl,e de las realidades terrenas, y secundadas por la pereza
'J espiritual de cuantos ven en la religf!ón un, prfflcipio misterioso,
"una ley imperiosa, una forma de vida demasiado sofisticada y
"espiritual. Dificultades enormes que
flifflen repercusión en el
"m,ismo interior de /,a Iglesia, con el estallido de prol,le'mas a ve­
,, ces tan rad$cales que-, sz1 no encuentra111 pronta y firme respue·sta,
"p«eden arrasar todo el edificio doetrmal, moral e in'Cluso eclesial
"del cristianismo. Dificultades enormes que hacen, en no po,cos
"países del m'UJn1do, muy p·enosa y ¡,erseguida la "Si miráis búm1 e/ rostro de la: Iglesia de hoy, lo veréis surcado
"por el s«frimiento, .la amiedad y las lágrimas, que no pi,eden de­
" ja,r inse»sible a quien se 1Mn1e por Mjo y apóstol de la Iglesia."
510
PAUI..O VL Discurso al Patriciado y a la No­
bleza Romana (texto italiano, 14 enero 1967, en
L'Osservatore Ronu:mo del 15; texto en cas­
tellano: Ecclesia, núm .. 1.327, 4 de febrero).
Fundaci\363n Speiro

El actual '"espíritu de vorágine" que pone en duda la certeza de la verdad objetiva y en tela de juicio todo dogma que no agrade, pretendiendo conservar el nombre de cristiano.
"Algo extraño y doloroso está sucediendo no sólo en la. men-
""talidad profana, arreligiosa y antirreligiosa, sino también en. el "camtpo cristiano, sini excluir el católico, y a menwdo casi por i'WBX­"crutable «espíritu, de vorágine» (Is., 19, 14), incluso entre aque­"llos que conocen y esludimn la palabra de Días; viene a menos "la certeza en la verdad objetiva y en la capacidad_ del piensa­"mkn1to hwm1ano de alcan'iZarla; se altera et sen1ti.d_o d)e la fe única "y genuffi; se admitm las agresiones más radicales a verdades n sacrosan1tas de nuestra doctrina, siempre creídas y profesadas "por el pueblo cristian10; se pone en tela de juicio todo dogma "que no agrade y que exija.el humilde obsequio de /,a mente para "ser aceptado; se prescinde de la autoridad insustituil,le y pro­"videncial del M.agisterro, y se pretende conservar el nombre "cristiawo llegando a las negaciones extremas de todo contenido
"religioso.
"
. corresponde a "nosotros, en los momentos de cris-~s más grave, repetirr a Et, a "Cri":sto, por todos, las palabras de Pedro: «¿Señor, a quién ire­·"mos? Tú sólo tienes palabras de-vida eterna» (lo., 6, 69). Nos ,, con1fiamos que «el año de la fe» por Nos anunciado para honrar "el centenario del marf'tírio de los Apóstoles Pedro y Pab!O' dará JJ ocasión1 a cada uno de nosotras para estudiar los problemas inhe­nren1tes a la fe y dar a nuestra fe la adhesión in,terior y la pro­"fesión exterior qwe esta hora de tinieblas y de relámpagos re­m quiere de nosoifJrosJ sucesores de los APóstoles.n
PAULO VI en la Conferencia Episcopal Italia­na (7 de abril de 1967; texto italiano en L'Osser­vatore Romano del 8; texto en castellano: Eccle­sia, núm. 1.335, 15 de -abril),
La actitud del hombre moderno nada grata a la concepc10n militante de la vida cristiana en combate ------siempre muy importante-contra el demonio, el mundo y la carne.
"La pa!obra victorÍO es re/,ativa a /,a idea de un com/Jate; que ''piarece ser la característica de nuestra' condición y de la dw-ación JJ de nuestra existencia presente/ una, idea nada grata al hombre J~m1oderno, que pone su ideal, sus deseos y actividad en quitar de
511
Fundaci\363n Speiro

JJla concepción de la. vida, y de· su desenvolmnlien,tv práctico cuai­
"quier disturbio, oposición y tOffl!/1 de posición fuerte y militante.
"La vida cómoda, la vida libre, la vida pacífica es el tip<> mejo•r de
"existencia, l{J) cumbre admirada y ansiada. Un hed<>nismo funda.­
"mental inspira la filosofía práctica de todo ind'widuo. El bienes­
"tar alegre y descuidado parece la cumbre de las aspiraciones ñu­
~Jtn:a.inas. E incluso cuando se admite como noble-y necesaria el
JJesfuerzo, el coraje, .el riesgo-, la lucha, se nota una tendencia a
"etim~r el fin (si na el ca,rácter) moral de una actividad conr­
"bativa; se habla de m1oral sin pecado, se p>retende justificM tora
"suerte de acciones psicológica y sociológicmr.ente; no se quiere
"el comiba.te contra el denzionio, · cuya existencia; se niega, .ni contra
"el-mtundo, .cuyos fascinantes valores se ensalzan,· ni contra
"la carne, co,vvertida en el ídolo del placer y de la lil>re p,,­
perieneia.
n La vida cristiana no es así-. Continúa,. afirmando la necesidad
"de un conflicto n:,oral i,»1ip.Za.cable. Todos vosotros, creemos, ha­
"Ur'éis reoovado, con n:1otivo de la Pa,scua, las renuncias y prome­
''sms del ba;u.tism10, y todos recordáis !.as enseñanzas de Cristo, el
"cual no silencia la aspere·za d"e-· su. segui»'i.ento, que exige llevuJY
"la cruz con El, y que, por voz del apóstol, nos a,mvnesta: «No
"queráis c<>nformaros con la vida del siglo» (Rom·., 12, 2), y
JJ«No -será curonado miás que quien· haya. combatido ·cmno se
~'debe» (2 T'Vm1., 2, 5). Esta concepción militante de la vida C1'·i.s­
"tiaoo es muy irrnportanr-e P'orque la caracteriza, la distingue, i-a
"tonifica de forn!ta inat'iena-ble y original. Todo .cristiano es 1m
"soldado del espíritu, un aspirante a la santidad, com,Promtl1do
'J en el testi11:11onio;''
512
S. S. Pablo VI: Alocución en la audiencia
general del
5 de abril. (Texto en italiano de
L'Osservatore Roma4io del 6. Texto en castella­
no de Ecclesia del 29 de abril de 1967, núme­
ro 1.337.)
Fundaci\363n Speiro