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Algunos mitos de nuestro tiempo

ALGUNOS MITOS DE NUESTRO TIEMPO
No todo cambia, algo permanece; el tiempo es lo efímero.
"La imp,urtancia dada prácticamiente a este valor primario y
"ejímerv, que es e'l tiempo,

pone de reliroe en
qran esca,la, para
"el
hombre

de
hoy, la actuaUdad, la mvda, la novedad, el culto d~
"k, velocidad ... ; se wue en el t;empo y el tiempo engendra y de­
"vora aJ todos sus hijos. El fliempo es tfinero, se dice, el tiemp,o, con­
"diciona todas las cosais. Es

el
dueño de
todo.
"
"... evitar las consecuencias catastróficas que surgirían al admitir "que ninguna norma y ninguna doctrina ti,ene título para perm "necer en
el tiempo, y que todo cambio, por radical que sea, puede
"ser perfeetannente adoptado
como norma de proqreso, de

contes­
n tación o de revolución.
"
"Tod-a,s nosotros, especialmente los creyentes, advertimos que
"al,go permanece en la

sucesión del tiempo y que debe
p,ermane­
)> cer, si no queremos que lo c'ivilizarción se transforme en caO's
"y que el cristianismo pwrda toda razón de ser en /,a. mela mo­
"derna."
PAULO VI : Alocución en la Audiencia general del 28 de octubre de 1970. Original italiano.
Traducción de Ecclesia texto en castellano Ec­clesia, núm. 1.516 del i de noviembre.
Ni el op,timismo ingenuo y apriorístioo del naturalismo mo­
derno,
ni el pesimismo angustioso de existencialismo.
"Debemos twer conciencia del maJ; de nuestro nz..al, del mal
"que existe en el mtundo. No es p,esimismo desesp1erado, es rea­
nzismo,· y p,ara noso,tros, creyentes en la saltvaciJón,, que nos llega
"de Cristo Sabvador, es el dia,gnóstko sincero, y sal,udab/e que
"precede a /,a; terapia de la salvación. Sobre este aspecto de /,a; ver­
"dad humana harremos bien aclarando nuestras ideas, las cuales
"se ven afectadas por los desórdenes por una doble confusión,, /,a;
3
Fundaci\363n Speiro

"proiJuciida por un optimismo ingenuo y aprioristico, al cual nos
"ha acostumbrado el naturalismo moderno; y aquella otra pro­
" du'C'ida por urn P'esinvismo angustioso, de la cual es origen triste
"cierto e:dstenciaüsmo, que ha desvelado despindadamente la mi­
"seria radical de la exp,eriencia humana, sin saber presentar otro
"consuelo que el de un fattdi.smo resignado, o el de un hedonismo
"droga'd.o."
PAULO VI : Alocución en la Audiencia gene­
ral del 25 de marzo de 1970 (texto italiano en
L'Osservatore Romano del 26 de

marzo, texto
en castellano:
Ecclesia, núm. 1.458 del 4 de
abril).
Riesgo para la libertad del hombre en sus propias opciones
tecnológicas.
" ...
es conocido que el hombre jamás se ha sentido tarn eman-­
"dpiklo como hoy de las n,usidades materiaks y jamás ha tenido
JJ una conciencia, t(lfft. profunda d"e sus der@chos y de sus deberes
"juntamente con una tan amplia posibilidad de ejercerlos.
"
... qu,e el peli{!ro procede m4s bien de las opciones que él libre­
n mente está llamado a reali-zar en el deseo de humanizar al m,J:xi­
"mo las dwersas aplicaciones permitidas por las adquisiciones
"científico-técnicas.
Si el progreso se' transforma por sí mismo,
"la teenofog,a no puede liberar al hombre, sino que se conmerte en
"la tumba de

su
/;bertad; la vasta disponibilidad de los bienes de
"consumo no resuelve /,as esperanzas más profundas de los seres
"hwmanos ...
PAULO VI : Carta del Secretario de Estado al
Arzobispo de Génova, con ocasión de la XL
semana social de Italia, del
28 de
octubre de
1'970 (original italiano. Traducción de Ecclesia,
texto en castellano: Ecclesia, núm. 1.517 del
14 de noviembre).
La abundancia de bienes econom1cos no -coincide con el ver­
dadero bienestar humano y efecto deshumanizado de las
sociedades industriales y tecnológicas.
"Gran p,arte de los países del mundo han entrado ya en una
"eta,pa de industrirlización, en la que incluso la gran masa del
"pu.eblo go,;a de

un
ni'l!el de vida aula vez más elevado,. Pero,
4
Fundaci\363n Speiro

)} justamente} con este progreso econom1co y técnico crecen tarm­"bién los motÍIZJos de preocupación y de disf!U,StO. Los esfuerzos
'Jhwmanas para aiuimentar
la praducción, /,a tensión por el éxito, "la incertidumbre precedente de la condu,cta negatilZJa que con­"ducen frecuentemente

a
la sumisión de la persona y de la fa­"müia al ritmo impuesto por las nuevac, técmcas del trabajo, a "la aglomeración humana de

los
barrios industri,,les, plantean
"graves mterrogarntes
desde

el
j>unto de vista humano. Debemos
}}preguntar·
si los consiguientes sacrificios, difícilmente ca/Jcula,­
"bles

en
térmmos cua;nt>tat-imos --la congest>ón y el rwi.do en las '' ciudades, la violación de la belleza de /,a, naturaleza, la contami­"nación atmosférica y de las aguas- searn verdaderamente con­"trapesadas por el progreso económko. Se comprueba un progreso
"enorme de la técnim de las ciencia-s positivas y de In, econonvía. "El dommio del homlne sobre las fuerzas

de
la naturaleza crece "de día en día. Pero

no
siempre se puMe decir que crezca de "i/jUlll modo con las conquistas té(1vÜ;·ac, también la capacidad de "hacer buen uso

de ellos. He
aquí wlg,unos problema-s que se p•lan­
"tean a todos los pOJí.ses
con alto grado de desarrollo industrial y "que demwestra que la abundancia de bienes económicos, pm· sí "sola, na coincide con el verdadero bienestar hurnarno.
"
" ... el Santo Padre des~a que en la present, Semana Social de "Brescia se reclame la atención sobre los efectos peligrosUJmente
"deshummnizadcwes
de /(JIS sociedades indiustriaUzadas, los cuales "tienen conw motivo la eficiencia considerada come el criteriio
"prim;a,ri.o de vtdorac0n
y

de juicio;
la pre·eminencia atribwida .d "consumo sobre otras considenxiones de orden hwmano,; y la "subor~ón t!Je la persona a las exigenciru de la organi=i6n.
"La prioridad
de la tficiencia se ha convertido· ya en un m#o: }} qui,en no trabaja en términ.os de rendimienito viene colocado
"al margen de la
sociedad, aislado, destruido; la hegemonía del "consumo da más poder, O).tención y estima a quien consume nvás, "sin relación a los val{Jlf'es m,fYY'ales; la suip-remacía de la orgam.iza,..
"ción, con perjuicio de la persona, viene favorecida por los pro0
n cesos atomizados en la economía y en la vida sociai.
"Otros p-eligros ma~ores, q,u;e se ciernen sobre el h.omlne de "hoy a caUS/JJ de las estructuras típicas de kr, sociedad industria­
"lizada, son la creciente man;puJacíón del

hombre y
la apancwn
"de una sociedad sin alma,
que puede ahoga:r la cuJtura y /a;s más "nobles man,;festaciones del espíritu humano.
n En kr, sociedad. tecno.zógica el hombre no consigue escaparse
5
Fundaci\363n Speiro

"mi dilema o de adaptarse totalmente, acep,tando ser condicionado
"en
su conducta ¡,or el ambi:ente en

que
vive o
de
nego,rse, con el
"peligro

de
Uego,r a
un
completo oolMniento.
"La socwdad no üene
Y" como fin aJ hum/Jre y a su desarrollo
"integral, para
los cuaüs, más que resolver en favor del homl,re
"los problemas que

proceden del progreso cintífico
y técnico,
"ella trata más bi:en de e'lfitar que surjan tales problemas."
PAULO V1 : Carta del Secretario de Estado al
Arzobispo de Génova, con ocasión de la. XL
semana social de
Italia, del

28 de octubre
de
1970 (original italiano. Traducción de Ecclesia,
texto en castellano: Ecclesia, núm. 1.517 del 14
de noviembre).
Falacia del método de encuesta sociológica.
"... la
op,n;ón pública tiende hoy a mmnifestar se también con un
"método, qu,e P'odemos llamar nuevo, c0111t0 es el de la encuesta
"sodológica. Esté, de moda; y se presenta con la severidad del
"método, que p(JJ/"ece totahnenle positvvo y C'ientíjk:o, y con la
"autoridad del

número;
rJe tal

suerte,
que el resuJtado de u,w en­
" cuesta tiende a cOWlJertirse en deciswo, no solamente en la obser­
''vac'lión
de un hecho colectiruo, sino en la indicación de unas nor­
,, mas a adaptar al resultado mismo. El hecho se convierte en ley.
"Podrla tratarse de
un hecho negatvvo, y la encuesta tiende igwal­
"mente a just,frfkairlo conw normo,tivo. Sin tener en cuenta que el
"objeto
de una en.cuesta es) de ordinario-, pOJYcial y ca.si aisl,ado
"del contexto social y moral, en el que se halla inserto, y que
"nvira frecuentemente. al aspecto sola,rm,ente subjetivo, es dedtr,
"el del interés ¡,rvvado o psicológ "interés general
y

de
una ley a obseromr. La

encuesta
entonces
"puede engendrar una incertidumbre m01'al, sociaJ,menM
muy

P'e­
"ligro-sa. Será siempre útil com-o aná;N,si.s de una situación particu,­
"lar; pero para nosotros, seguidores del reino de Dios, ella del:krá
"smneter
sus resultados a criterios diversos y sup1eriores, cam·o
"los de las exigen.das doctrinales de la fe y de la D1'ientarión pas­
"toral PD1'
los senderos del EvMl{Jelio."
6
PAULO VI: en la Audiencia general del miér­
coles
3 de diciembre de 1969 (texto italiano en
L'Osservo.tore Roman,o del 4 de diciembre, texto
en
castell'a.110: Ecclesia, núm. 1.470, del 13 de
diciembre).
Fundaci\363n Speiro