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  • Índice

I. Los fracasos de los socialismos. II. Las clases sociales en los países comunistas. III. «Propiedad y responsabilidad» versus «Poder sin propiedad»

ILUSTRACIONES CON RECORTES DE PERIODIOOS
J, Los FRACASOS DE LOS SOCTAUSMOS.
En VERBO., núm. 89, hicimos referencia. en esta misma sección, al eco que en la prensa tuvo el espectacular fracaso del socialismo cubano.,
y no sólo en su pcegonada operación "Zafra 1970", sino, en general,
en toda
su economía,
pese a los esfuerzos efectuados y a los sacrificios exigidos a la población.
Hoy tenemos, ante nuestros ojos, noticias y comentarios de otros f,ra,.,
casos socialist~ sesn del socialismo tecnoc:rático aplicado a países en vías de desarrotlo, del socialismo impuesto en un país subdesan-ollado
del Africa negra. y del socialismo marxista al otro lado del telón de acero. V ale la pena repasarlos.
A) EL EXPERIMENTO TECNOCR-Á.TICO DEL SOCIAUSMO AGRARIO EN TúNEZ,
Su resr.tltath:, ha sido publicado en ·' Los Studes Sociales et Syndica.­
les", núm. [178,
agosto 1970 (86 b. J. Hau.smltTlm París 8). Nuestra re~ vista fraterna Permooenrces rnúm. 74, de noviembre últtmo, reproduce en flash, OOt1l cl título L'affaire Ben Salah, unos pátTafos de aquella noticia:
186
«Es la historia del -socialismo agrario en Túnez en los años
alrededor

de 1968. El sindicalista Ben
Salah fue investido de ple­
nos

poderes económicos para realizarlo. Y su mano no
se detuvo
ante

nada.
Las cinco sextas partes de las tierras laborables fueron
puestas de golpe en cooperativa. Los propietarios no empresa­
rios de la
explotación de sus tierras

fueron simplemente
expro­
piados

sin
indemnizació°' a
los
demás se les otorgó
la gracia
de seguir en ellas como obreros de sus propias tierras. Hacer
catastrar los bienes a título de salvaguardia
fue considerado
como

un delito.
»Los rebaños desfilaron hacia Argelia
y Libia. Para destruir
toda
sefial -del antiguo trazado se arrancaron las hayas-. Pero co•
mo éstas servían no solamente para delimitar las
prQpiedades,
sino

para prÓtegerlas del viento,
la tierra laborable voló y fue
reemplazada por
la, arena.

Para los tecnócratas el cultivo del
Fundaci\363n Speiro

olivo no ero suficientemente '!'entable: convenía reemplazar-lo por
el de albaricoqueros. 650.000
olivos fueron
arrancados. Vieja
ri­
queza

romana ya destruida en
el pasado
por el invasor árabe
y restaurada por Francia. En el momento do plantar, faltaron los
créditos para comprar las plantas
de albaricoqueros.
»Se nombraron contables que no sabían contar ni siquiera
con los dedos. Los
campesinos recalcitrantes
eran amenazados,
e incluso castigados con prisión. Como por doquier, la «genero­
sa» experiencia socialista terminaba por los suelos.
»Sin embargo la inspiración «ideológica»

vino de un profesor
francés progresista, de convieciones cristianas proclamadas, lo cual
había hecho esperar a esos musulmanes la instauración de
un
socialismo «con
rostro humano».
"Permanences", resume cómo terminó el ensayo:
Fue necesario poner precipitadamente término a la catástrofe.
Ben
Salab pagó su fracaso con la pena de diez años de cárcel. El
profesor, por
su parte,

continúa enseñando ...
B) LA EXPERIENCIA SOCIAUSTA BN •MAti,
La revista misional Mundo Negro núm. 118, de diciembre 1970, nos
relata el intento de Modibo Keita en. la república de Mali, intento al
cual el gobie,nn surgido del golpe de Estado de 19 de noviembre de 1968
parece que está dec:idi.do a enteC"rar clefimtivamen.te.
«Malí fue el segundo país del Africa francófana, después de
la Guinea de Seku Ture, que eligió el camino del socialismo para
la construcción
nacional, Después -de su

acceso a la independen­
cia, su vida política y económica tuvo
que hacer frente a las di­
ficultades derivadas de una opción socialista en un país donde
las actividades comerciales, tradicionalmente predominantes,
crea­
ron

una fuerte clase de mercaderes que han formado siempre, con
los funcionarios de educación
europe~ la

flor y nata de las
élites locales. Rodeados de países predominantemente
abiertos a
las

inversiones extranjeras (Costa de Marfil, Senegal, Alto Volta,
Mauritania, Argelia), se obstinó en cerrar
sus fronteras,

consi­
guiendo con ello aislar
la moneda, Sólo con la ayuda del Este
logró

Keita poner en
mauha la industria. A
pesar
de ello,
la
economía de
Malí estaba

en franca bancarrota, y Keita dejó, tras
su caída, una fuerte deuda con el
exterior. Dejó

también una
187
Fundaci\363n Speiro

agricultura postrada, tanto que Malí, que había sido el granero
del Africa Occidental Francesa, tuvo que importar miles de to­
neladas, de mijo de Argentina y de arroz
de Thailandia

para
paliar el
hambre en

las ciudades.»
C)
EL REITERADO Y ESTRUENDOSO FRACASO POLACO.
La prensa del jueves 17 de diciembre tcajo la noticia. Se habian pro.
ducido sublevaciones populmes en tres ciudades polacas por la et10rme
subida de precios~ y el gobierno comunista de Varsovia había enviado
carros
de combate contra las masas.
Reproducimos tres
párrafos

de la
crónica de Alfonso Barra desde
Londres, publicada por ABC de dicho dia 17:
«La revuelta ha sido provocada por el 20 por 100 de aumento
de precios, por
término medio,

que decretaron las autoridades
el último fin de
semana. Afecta

al carbón, los productos alimen­
ticios y los arrendamientos de viviendas. La subida de muchos
alquileres, efectiva desde primeros de
afio, será

del 100 por 100.
El precio del café sube un 92 por 100. Infinidad de comercios
han sido saqueados e incendiados
y los revoltosofl se apoderaron
en especial de las existencias de naranjas.»
«En los últimos meses se habían registrado numerosos actos
sediciosos para protestar contra. las dificultades económicas, que,
al parecer, no pueden ser res-ueltas por
el" régimen marxista de
Varsovia.

Hace algunos meses, los mineros
y los obreros de otras
industrias se declararon en huelga a pesar de las- sanciones im­
puestas por las autoridades.»
«En Londres se dice que los disturbios actuales se han produ­
cido .de forma similar a la
r-evuelta de
1956 en Pozman. En aque­
lla ocasión los obreros reaccionaron contra las autoridades marxis­
tas y contra una reducción del 30 por 100 de los salarios decre­
tada por el Gobierno. Al grito de «¡Pan, pan, pan!», los vecinos se lanzaron a la calle para iniciar la
lucha.»
De Hoja del Lunes, de la capital española del día 21, transcri~
bimos algunos datos acerca
de la situación económica polaca:
188
«No obstante las rosadas promesas de los dirigentes a través
de unos ·sucesivos planes económicos siempre aceptados esperan
zadam~te por

la
poblaci§n, la
ya
endémi~a crisis
se ha acen-
Fundaci\363n Speiro

tuado en los dos años últimos. Y los actuales acontecimientos constituyen propiamente una explosión
de desesperación entre
unas multitudes ya exasperadas por la
escasez de los más ne­
cesarios productos y por
las interminables horas de espera en
las colas para adquirirlos en los almacenes del Estado.»
........................................................................\
........................
«Esas elevaciones de los precios son verdaderamente exor­
bitantes.
Citaremos unos
cuantos ejemplos. La de
manteca de
cerdo,

en un país
que exporta
centenares de miles de canales,
es del

orden del 33 por 100; la de los quesos, del 25
; la
de
la
carne, del 18; la del pescado, del 12; la de la leche, del 8 ..• Más
significativo es todavía que en pleno invierno, y en un país tan
eminentemente carbonífero como Polonia, la del carbón sea de
más de un 15 por ciento.»
«En fechas aún recientes, cierta firma italiana -instaló una
fábrica de automóviles
«utilitarios», que cuestan· nada
menos
que 180.000
zloty& la

unidad;
·para considerar
lo que
esta co­
tización

supone, precisamente en tiempos de
la popularización
del automóvil

en las naciones no
comunista~ baste
tener en
cuenta que el salario medio viene a
ser en

Polonia del orden
de los 2.200 zlotys mensuales,
lo que, para adquirir un coche,
exigiría la inversión de ochenta mensualidades
íntegraSJ>
Y la misma Hoja, en . la cronica del delegad.o de la Agencia Efe en
Bon, Miguel Moya Huertas, añade unos comentarios glosando el incen-­
dio, por tos obreros, de la cen6ral, del partido comunista en Danzig, de los
que nos parece útil reproducir algunos:
«Catorce años después de que las juventudes polacas se alza­
sen en Poznan (Posen), la ciudad de las ferias, contra los ahu­
sos del stalinismo y llevasen al poder a Ladislao Gomulka en
Varsovia, como promotor de las
reformas urgentes,

catorce
afios
después

de aquel primer
intpulso popular,
las amas de casa,
gesticulando desesperadas entre la muchedumbre de los obreros
portuarios, levantan las cestas
vacías de

la compra frente a la
hoz y el martillo, y una briosa juventud
¡prende fuego

a las ofi­
cinas del comunismo. Pero no sólo en
Dantzig, sino

en Stettin,
donde estaba

un periodista
sueco para
verlo y contarlo. Nos­
otros, en Bono, no cabe duda, hemos contemplado en
la peque-
189
Fundaci\363n Speiro

ña pantalla la fachada del edificio comunista de Stettin cha­
muscada

y con los
cristales rotos
de
sus ventanas.»
·············•····\
··················\
····•·············\
··················\
········•·········\
······ «-El hecho meramente jurídico de que la mayoría de las ex·
plotaciones agrícolas de Polonia se encuentran en poder _de sus
dueños particulares nada
significa, porque
producen en un país
socializado y sujeto a la formidable maquinaria imperialista rusa
del Comecon, que marca los precios y esclaviza la
expansión
exterior

de
la riqueza de J.os países satélites de Moscú. «Te com­
pro
a bajo precio lo que puedes vender
contra divisa
libre en
el mercado mundial y me compras caro lo que vale poco en los
centros occidentales.» Tal es la fórmula fraternal
que aplica la
Unión Soviética a sus empobrecidos aliados. Gomulka y Cyrankiewicz han sacado
los tanques

a la
calle,
pero

han subido
el 20 por 100 el precio de los comestibles. Es una estratagema para disimular el racionamiento de víveres.»
Luego han seguido, los comentarios. Pedro Gómez Aparicio> el lunes 28.
también en la Hoja de ese dia de la cspital, {X)fflenta sucesivamente:
-LAs PROMESAS DE GoMULKA HACE CATORCE ~OS.
190
«Hace catorce afíos, y en circu.ns-tancias no muy desemejantes
a
la-s de
hoy,
h~ía afirmado
Gomulka: «Para cambiar todos
los malos

aspectos de nuestra
vida; para sacar a nuestra Economía
del
estado en que se encuentra, no hasta con cambiar a esta o
a aquella
persona. Eso es incluso fácil .. Para eliminar de nuestra
vida política y económica· todo el mal que se ha acumulado des­
de

hace años y que frena su desarrollo, serán precisos muchos
cambios en

nuestro
si-stema de
.poder popular, en el sistema de
organización de nuestra industria, en los métodos de trabajo del
aparato del Estado y del Partido.»
«Han transcurrido desde entonces

catorce afíos, siempre bajo
el Gobierno de los mi-smos hombres propugnad.ores de ese refor­
mismo, y las
cosas no
sólo no han mejorado, sino que han
em­
peorado

ostensiblemente. Y es qne el fracaso no es tan-to de las
personas como de un sistema que pone en evidencia las
insuíi­
ciencias

fundamentales del
marxismo.»
EL DESP,RECIO A LOS TRABAJADORES,
«No reside, sin embargo, solamente el fallo en ·el defectuoso
sistema econ6mico marxista, sino también en el político, igual-
Fundaci\363n Speiro

mente plagado de defectos, En sus palabras de hace catorce años
sostenía Gomnlka:
«El camino
de la democratización
es, en
nuestras
circunstancias, el

único que
puede conducir
a la edi­
ficación del mejor modelo del
socialismo.» Transcurridos esos
casi
tres lustros, Gierek

viene a emplear muy parecidos térmi­
nos:
«Lo.e recientes

acontecimientos nos han revelado la verdad
fundamental de que el Partido debe siempre mantener una vincu­
lación estrecha con la clase obrera y la nación entera y
que no
debe

perder el contacto con
los trabajadores.»
«No

puede
darse un

más
-explicito reconocimiento
del
des­
precio

absoluto con que el comunismo contempla a
los traba­
jadores

y a la
clase obrera,

lo que explica a su vez la violencia
con
que esa clase . obrera, defraudada al cabo de un cuarto .de
Siglo de

régimen comunista y tres
lustros de
promesas _incum­
plidas, exige

la ad.opción de un sistema
que, por completamente
afirmativo y nuevo, el comunismo es incapaz de darle.»
Y la revista de economía BALANCE, en su numero 401 de enero de 1970,
también comenta:
,........, EL FRACASO DEL SISTEMA.
«La caída de Gomulka es una muestra del fracaso del comu­
nismo en el
Suministro de
bienes -escribía un periódico inglés
al comentar los graves
sucesos hace dos semanas

en Polonia-.
Vacíos de idealismo y adversarios de la religión, los comunistas
polacos
sólo tenían una· pretensión púa mandar

-aparte de los
tanques
soviéticos--. La

pretensión era la promesa de mejorar
el nivel de vida del pueblo. Hoy yace destrozada. Gomnlka paga
la pena. Pero el verdadero
culpable es
el sistema que sofoca la
empresa
y aplasta la libertad.>
INCAPACIDAD ECONÓMICA Y ESTRECHO DOGMATISMO.
«Sin duda como consecuencia de los fallos del sistema, agra­
vados por el aludido dogmatismo rígido de Gomulka, comunis­
ta de estricta
observancia, y de su colaboradores, la situación
económica empeoraba paso a paso, y de
fDTma tal que para
cier­
tos observadores bien informados no
ha sido una -sorpresa la
191
Fundaci\363n Speiro

erupción de Gdansk. El Comité Central se negaba una y otra
vez a aflojar los controles sobre la producción, siguiendo así
las lineas de la ortodoxia doctrinaria, impermeable a toda clase
de
pragmati-smo.s, incluso
a aquellos que dentro del campo socia­
lista habían arrojado un balance favorable. Todos los males del doctrinarismo, algunos agravados, se han dado en la máquina
industrial de Polonia. La eficiencia en las
fábricas ha ido decli­
nando de forma paulatina, y paralelamente la mano de obra ha dado muestra· de estancamiento, tanto en el orden técnico como
en el de
entusiasmo, mientras

que la preponderancia de la
buro­
cracia

ha
seguido creciendo.»
Y Ya, el 22 de enero de 1971, recoge la conclusión de un artículo de
Raymond Cartier aparecido en PARJs..-MATCH acerca del tema que comen-­
tamos!
192
«Porque el comunismo ha fracasado. Ha fracasado totalmente
y en todos los sitios y aflige pensar que pueda representar to­ davía la
esperanza de

tantos millones de hombres honrados,
mientras qne no
es más

que un cadáver encadenado a una· doc­
trina muerta, vigilado por viejos estados mayores, ahítos de poder
en una
arquitectura de

totalitarismo
y de policía de Estado, que
si
resiste a la presión de los desengañ.os es gracias a un aparato
de
fuerza hasta el momento inquebrantable.
Ha arrebatado, ade­
más, al hombre la libertad, sin darle a cambio el bienestar.
Se
precia de una economía científica, y económicamente va de mazo en calabazo.
Es positivamente fantástico que Polonia, harta de
tierras

que alimentaban el imperio de Guillermo _
11; experimente
en

1970 una insurrección por .hambre. Cuba se muere de miseria.
La ex fértil Rumania no tiene carne ni pescado y apenas pan.
Rusia, gracias

a sus minas de oro, compra víveres en el mundo
entero sin poder remontar
sus periódicas escaseces. Todos

los
productos de consumo son menos abundantes,
menos variados,
menos

refinados, peor distribuidos y más caros en los países co­
munistas que

en
el mundo de la empresa libre. En llegando al
poder, todos los nuevos
equipos, como ahora

en Polonia, prome­
ten que descentralizarán, que favorecerán las iniciativas, que
multiplicarán los bienes. de consumo, pero todas las tentativas
s.e hunden

en la burocracia
y el estatismo. Las sociedades huma­
nas se caracterizan y se diferencian
Por su
capacidad de produ­
cir riquezas, siendo la
8hundancia -dé éstas el gran fa:ctor que
Fundaci\363n Speiro

promueve su difusión por todas las ca-pas ~ociales. El v1c10 pro­
fundo y, sin duda, incurable del comunismo es que es un pésimo
productor de riquezas,
porque: indudablemente

no hay
fe-cun­
didad

sin libertad.
Debe reconocerse al comunismo que ha acele­
rado,

por lo que supone de amenaza y competencia, la evolución
de las sociedades liberales hacia un reparto a la vez
más equi­
tativo

y más juicioso del producto social. Es un mérito consi­
derable, pero
es el único.»
11. LAS CLASES SOCIALES EN LOS PAÍSES COMUNISTAS.
La sociedad sin clases es uno de los mitos marxistas. Según sus teo­
rías
por sí sola daría lugar, al realizarse# a la desaparición del derecho y
del
Estado. Tres mitos que, lejos

de
cwnplirse, res:ultan cada vez más le~
¡anos.
"La nueva clase" de Djilas, las memorias de Svetlana Stalin son
muestras. VERBO, en su núm. 77, -publicó el trabajo de Juan V allet "El
mito de
la desaparición del

Derecho".
En el núm. 55, con el título "Las
clases en la U. R. S. S.", recogimos una referencia. a las diversas categorías
existentes en los ferrocan-iles soviéticos.
Aqui ofrecemos dos rrecorles de periódicos que aluden a las clases,
respectivamente,
en
Polonia
y en Rusia.
Uno

de la
citada Hoja

del Lunes,
del 21 de" diciembre último, que co­
menta:
,..., Los DESNIVELES SOCIALES Y LA BXISTF.NCIA DE CASTAS EN POLONIA
«Tiene, evidentemente, que sorprender que en un país co­
manista
la masa obrera se vea obligada a plantear conflictos la­
borales por el desequilibr_io entre la inmovilidad de unos sala­
rios

de por sí reducidos
y el progresivo aumento de los precios,
y ello con la formulación de reivindicaciones tan absolutamente
superadas en los países no comunistas como la reglamentación del
trabajo de la mujer. Y es que el
comuni·amo no

sólo no
ha aca­
bado con las clases
sociales, sino que,

incluso, ha acentuado
,sus
diferenciaciones

mediante la creación de
ver.daderas castas. Con
la

colectivización de las empresas
agraria& e

industriales, la pro­
ducción se ha burocratizado
y, consiguientemente,

ha descendido,
mientras
esas familias

numerosas
y obreras a que aludiera Gierek
ven
comprimirSe tms posibilidades de

existencia. Las huelgas
de
Polonia

-las de
1956 y las de 1970--care¡cieron de un móvil ini­
cialmente político: vienen determinadas por la exasperación.»
193
Fundaci\363n Speiro

LAS· CLASES EN-IA U. R. S. S.
Y otro. .recorte de El Pensamiento Navarro, del 12 de eñero, recoge
una crónica de la Agencia FieJ..Deri, desde· Viena, que titula: ¿Dónde
está la "sociedad sin .clases" de.la U. R. S. S.-?, dé.la que entresacamos
éstos pá.n.-afos,, en·
los que se comenta la afluencia de público y el aumento
de
precios en

los
grandes almacenes rusos durante el período compren~
dido entre las fiestas de San Nicolás, Navidad y Fin de Año (trece días
retrasadas de las nuestras en el calendario Gregoriano):
194
«Tres personas entre cuatro miran sin comprar o escogen
artículos baratos, lo que en
lo referente a la ropa equiVale a
mala
calidad, y
res()ecto a ·los-juguetés
significa defectos, Por
·desgrácia, etiando 'los· jU.guetes ·s~ ·-''roín.pen· ~ los Pocos minutos
de
uw. y se reclama a la tienda, o no se admite la prótesta, bajo
~i pr'etexto de que fos p·a'dres no 81.li,ieron explicar ~ los niños
cómo ~-manejaD: · loS juguetes o, euand~ et"· defecto de fabrica­
ciOn ·es flagrante, la mercanCía se envía

a ser reparada al taller
o a la fábrica, que se
enCuentra a

3.000 kilómetros de distancia
Y desde --dólld·e Quizás devuelVan el jugllé-~---para las fiestas ,del
año que viene ..
Delici~s _ de· la bitrocracia.
»Los

juguetes
Ímportádoa, en
especial de Alemania
dél Este
y

Checoeslovaquia,
son de
mejor calidad, pero mucho más caros.
Como la
URSS ha dejado de -ser hace mucho tiempo una socie­
dad
-s.in clases, el

problema de los precios no apura a los que
ganan no ya los 80, 100 o 120 rublos del común de los rusos,
sino 10, .20, o

30 veces más. Para estas
personas nada
hay
demasiado caro _en los grandes almacenes
estatales ni

en las
j.oyerías, donde
-se encuentran ;brazaletes, collares

o sottijas que
_ cuestan

500, 1.000 o 5.000 rublos.·
»Lo
_mismo puede decirse respecto a los vestidos y abrigos de
J;)ieles. L.os

pr_ecios no son - muy inferiores a los de París, Londres
o Nueva York. Pero
la espos.u de un

diplomático escandinavo
que quiso encargar a mediados de diciembre
un abrigo

de pieles,
recibió
"la respuesta

de que la tienda estaba recargada de traba­
jo
has-ta tal

punto que no podía entregar ningún artículo antes
del 15 de febrero.
»¿En· un país don~e--un ingeniero, un. profesor o un médico
no ganan más -de 200 rublos al. mes, quién puede permitirse re· galar joyas
y pieles que valen · miles de rnhlos? Las nuevas cla­
ses, es decir, lós altos funcionarios, dir'ectores de fábricas y
Fundaci\363n Speiro

, cooperativas, y también cierto número de ~rtistas ~e., tno~ y po·
líticamente bien considerados.»
11!. "PROPIEDAD Y .RESPONSABILIDAD" VERSUS ."PODER SIN PROPIEDAD".
El paso del sistema de propiedad privada al capitalista; y mucho más
al socialista,. ya ha Foducido, y tiende a pr:oclud.r: en mayor escala aú~
impottantes consecuencias,
Una de ellas se r:efier:e al. retroceso a la con.­
fusión medieval entr:e sobeorania y propiedad, . que comporta a su vez una
paralela confusión entr:e poder politi-cQ y poder económico. De ellas se
ha ocupado Loui.s SaJJeron. en un tr:abajo public:ado por: VERBO, 28--29,
titulado predsamente Poder y propiedad en la -empresa .., Sobre un libro de
Bloch Laine, y también V allet de Goyti_solo en el capítulo .Poder po­
lítico y poder económico de su volumen Sociedad de masas y derecho.
Pero_aq_uí, en esta "ilu-stración", nos interesa hacer_ hirvcapié en otra canse..,
cuencia que no deja de estar íntimamente relacionada oon aquélla. Se
trata de la ecuación que media errtte propiedad y. _res-ponsabHidad y .pode!.
sin propiedad y responsabilidad d11uida.
El propiet@l'io es personal e ilimitadamente responsable en un régimen
genérico de propiedad privada; y no solo lo es jurídicamente, sino tam-­
bién

moral y socialmente, pues "nobleza obliga". El
capitalismo ha tendido
a disociar esta responsabilidad,, y a limitarla y circunscribir:la a cifras con-­
cretas: La sociedad
anónima; con su inherente distribución del capital en
acdones~ ha sido el iMrumento .empleado para elfo. En el socialismo la
disociación es mayor: paga el país, mientras_ el dirigente que ejer:ció el
mando qiando se sufrieron las pérdidas, a veces incluso, es ascendido a
puesros de menos compromiso pero mejores. La rebelión de los directores
y el poder tecnocrático discutiren sobre la separación. de pod_er y propie..,
dad, que en quien ejerce el poder implica la liberación, en buena parte,
de aquella CW.t:a responsabilidad que sufre el propietario que pierde.
Estas reflexiones nos

han
venido en
la
.mente _al Peer los ~ articules
de los que hemos tomado los recortes que reprodudmos a co~inuadón.
"Los TRABAJADORES DE LA RENAULT,,--NO AL ACCIONARIADO OBRERO
(EN FRANCIA)".
Con este sugestivo título y con las subtítulos. "QUIEREN DINE~O CON-­
TANTE

Y SONANTE
y "AL SINDICALISMO NO LE IN1'ERESA LA PROPIEDAD DE LOS
MEDIOS
iJE PRODUCCIÓN, SINO

EL EQlllTATIVO REPARTO DE LOS BENEFICIOS",
195
Fundaci\363n Speiro

el diario de esta capital, Pueblo, del lunes 14 de diciembre de 1970,
publica
una
crónica de su corresponsal en París, Pilar Narvión·, de la.
que reprcxlucimos sus prime-ros párrafos:
«El 22 de septiembre de 1963, el Presidente Pompidou, en
el curso de una de sus conferencias de Prensa del Elíseo, hizo
Pública su

decisión de
distribuir entre
los obreros de la empresa
nacionalizada Renault, y en función de su antigüedad_ en la em­
presa
y su jerarquía en el trabajo, un cierto número de acciones
de la sociedad.
Desde
entonce~ la polémica no ha cesado, más o menos PÚ·
hlica,

según las vicisitudes de
la actualidad sindical. La realidad
es que
el proyecto presidencial nunca levantó entusiasmos en
los Sindicatos franceses y
que, por
ejemplo, la C. G. T.,
lo ha
combatido a fondo desde
el primer día.
En Alemania, las experiencias que se han hecho en este sen­
tido se han saldado con un
fracaso. Los
obreros quieren el di­
nero contante y sonante para hacer frente a sus necesidades
in­
mediata~ y no un capital en acciones, que no pueden vender
en condiciones normales.
Como la relación entre el capital y el trabajo, entre el obre­
ro y los medios de
producció~ la

relación es
el fin
de la em­
presa, evoluciona a pasos agigantados, y las
tesis del

Sindicalismo
moderno se desinteresan de
la propiedad de los medios de pro­
ducción de una manera que dejaría asombrados a los viejos sin­
dicalistas históricos. Al Sindicato lo que le interesa es
la gestión
de los medios de distribución y el equitativo reparto de
los be­
neficios

que producen esos medios de producción.
Con estas tesis por delante
se comprende

la reacción de mu­
chos obreros de la Renault, que han dicho: «No nos interesan
las acciones, porque son un ahorro que nos impone la empresa,
que centraliza e invierte en el propio capital de la empresa y
que
no

sirve de manera efectiva para que se oiga la voz de los traba­
jadores
"en las

juntas
de accioni-s-tas.»
,...., .. MISTERIOS REVOLUCIONARIOS"
Es el título con el que ABC del 11 de diciembre publicó en su ter ..
cera página, un artículo de Javier ,M. de Bedoya. autor del reciente libro
Marcuse y el .socialismo. El .socialismo imposible. De ese artículo recor ..
196
Fundaci\363n Speiro

tamos los párrafos que siguen que se refieren al. deseo creciente que hay
de bienestar y de poder, pero sin riesgos:
«De Chile llega es~os días la noticia de que los trabajadores
de las minas de cobre
-se han
pronunciado contra
la nacionaliza­
ción que pretende
Allende, alegando

que del capital privado ha­
bían obtenido

constantes mejoras gracias al libre juego de sus
exigencias, pero

que frente
al Estado, como propietario, les van
a
faltar los resol'1e8 para hacer valer 8118 demandas, ya que el
Estado invoca siempre su soberanía
y las razones abstractas de
una política determinada.
Marcuse es

el .marxista que ha visto con más claridad el
fe­
nómeno de que el socialismo ya no puede contar con los tra­
bajadores de creciente consumo porque,
aplicándafie a ellos mis­
mos las teorías del materialismo, quieren las satisfacciones tan·
gihles y personales que les ofrece el sistema masivo de produ­
cir, que llamamos capitalismo, al
asegurarles, necesariamente,
una
capacidad de compra siempre aumentada.»
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«La atención de los neomarxistas se fija, pues, en las dos
ramas de

toda clase media bien
retribuida o

bien prestigiada:
la que viene del Estado, como altos funcionarios,
y la que pro­
viene del
«staff» de

las empresas
mi-smas. Estos

hombres, por
temperamento o por formación, aman la
estabilidad, el

trabajo
sin
tens-ió~ la

objetivación del poder
y de la organización; por
otra parte, por su cultura
y por una tradición familiar religiosa
y ordenadamente sacrificada, sienten intranquilidad de concien­
cia ante
las anhigüedades de

la injusticia social.
¿ Qué ofrecerles
en función de estos datos?
Una .planificación total de la gestión
económica
y la consiguiente nacionalización o estatificación de
las empresas. »Con esta oferta, característica del
verdadero socialismo,

los
altos empleados del Estado y de las empresas ven, de repente,
toda la riqueza productiva controlada por ellos sin grandes res­
ponsabilidades personales, sin los riesgos económicos
del vivir
con

rentabilidad, sin las inquietudes de la creatividad competi­
tiva; se ven, en
fin, con más poder y más estables y seguros.»
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«--en aquellos otros países que no aciertan a implantar el
desarrollo del sistema de la producción para las grandes masas,
para el
con&tl.Illo generalizado, la atención de la estatificación apa­
rece como un tranquilizante de la conciencia de esas clases me-
197
Fundaci\363n Speiro

diás que, sin ~n'Íesga-r nada 'material, antes al contrario, se pue­
den

presentar, después
dfl la
nacionalización de las
empre&as,
ante los trabajadores

desde los mismos puestos que ocupaban
~ desde otros' más decisórios, encamando, a la vez, la autoridad
estatal y la susiituci6n del capital privado, en nombre de un es­
píritu aparentemente socializador, como si fuesen -grandes re­
volucionarios,-justicieros y progresistas.»
Sin embargo... las naclonalizsciones, que crean un sector deficitario
socializado,
por una ·parte, y, de ·otra, el continuo· BUTnento de consumo
de

la
masa que, a veces, al araffar reservas g disminrt6r cuotas de amot ...
tfaación, pueden reducir e incluso impedir la repcsici6n de los medios pro,,
ductivos, y dar lr,gar al resaltado f{ml advertido po,-LUÍ8 de Olariaga,
en su coirutnicadón ·a la Real Academia de Ciencias Moral.es y Políticas,
Bt· Jllateriá.Hsino de ,laS masas:
198
«-, el socialismo no se puéde b8cer a ·ta medida; el socialismo
no puede consistir sencillamente en
·la· dilapidación

de los tesoros
de capital acumulados
por régimen al qu8 se va

poniendo en
liquidación precisamente cuando más capital se necesita para
satisfacer a un mundo ansioso de progreso material
y sin otros
horiZ'ontes de·

ilusi6n ...
».
« ... el socialismo tendrá que aceptar sus propias responsabi­
lidades . y convertirse sin remedio en tirano de la masa, el nuevo
capitalismo -estatal, pero
capitalismo--que exigirá, reduciendo
Salarios

o
~levando precios, lo.e i-ecnrsos necesarios

para pagar los
agigantados gastos del Estado y
laS enormes

inversiones que
hacen falta para mantener los nuevos niveles de la vida y, ade­
más, mejorarlos.

..
».
« ... la edad de oro de la política socialista --que hoy suges­
tiona también a
mjnorias que
no se
eonsil'.]eran masa-
es el
período en que puede de_cirse que el socialism.o vive del capita•
lismo, en que absorbe las ganancias que este último aporta al
fisco o a la
i~versión. Después viene

la
· dura realidad,

cuando
no
hily enemigo

que
afronte responsabilidades
y pague cuentas,
Y es inevitable crear una· autoridad que imponga legalmente las
condiciones de trabajo
que adapten
el nivel de consumo al nivel
de producción».
Fundaci\363n Speiro