Índice de contenidos
Número 123
Serie XIII
- Textos Pontificios
- Estudios
- Actas
- Ilustraciones con recortes de periódicos
Autores
1974
La verdad sobre Chile
ILUSTRACIONES CON RECORTES DE PERIODICOS
Esta vez nuestros -cecorles van a circunscribirse a uno, solo, que por si
mismo constituye una
buena
ilustración -por las -fuentes directas que re..,
coge. No añadiremos, por esta razón, comentario alguno, En les ilustraciones
con recottes de
periódicos del
anterior número de VERBO (12J..,J22)
presentamos
algunas
muestras ·de cómo han sido falseados los acanteci•
mientos chilenos
por la gran prensa intemaciónal, secundada en nuesfi'o
país
por muchos periódicos incluso algunos oficiales; y, pá.ra ello, sope ..
samas sus informaciones con las noticias directas que
nos
llegaban y con
su análisis hecho en otros periódicos. Ahora, en la · Revista trimestral
AYUDA A LA IGLESIA NECESITADA (c. Ferrer del Río, 1, Msdríd-
28),. ·núm. 'J de este añ.o {enere>febrero 1974), y encabezados por un breve
comentario
de la propia ,revista, leemos · extractos de ocho cátta.s recibidas
en
sucesivas
fechas y procedentes de personas div"ersas ( alguna de las
cuales muestra claramente
que ho simpatiza con la que denomílla extrema
derecha,
lo
que
hace .más significativo su
testimonio contra el
régimen
derrocado).
POl'
su elocuencia> nos
limitamos
a tt'a.ru;ct:ibir íntegi-amente los extrac
tos y el breve comentario de la Revista> sin _ añadir nal{a por_ nuestra parte.
LA VERDAD SOBRE CHILE
«El golpe de Estado en Chile y la calda de Alle,;de han sido
objeto de informaciones que, seglÍn nuestros interlocutores chi
lenos, ·no C-OJ?esponden ll
la "realidad. Conoce,rws Chile desde
hace doce años y l
llares de amigos cuya honradez está por encima, de· toda sospecha.
Sabemos
con
certeza que
ni
el, nunoio apostólico, ni los obispos,
ni el 95 % de los sacerdotes, ni la mayoría aplastante de la po
blación chilfma pueden suscribir la campaña denigrailora de que
está
inundada Europa. ·Deploramos todo ~ de la violencia y
toda infracción a 'las liberiades · democráticas ---en Chile como en
otras partB!r-, ·
Pero consideramos injusto es-tigniatizar solamente
los e/eétós sin conden«r las éaUsas que
..
los han priiducido. Todas
las carros, i'nfonnes'··y testinwnio-s que
hemos
recibido están en
contradiccií,n
con lo qúe la.-prensa y fu televisión ..,....salvo roras
351
Fundaci\363n Speiro
352
e~epciones-difunden desde hace meses. En largas conversa
ciones con
el cardenal de Santiago hemos verificado la veracidad
de nuestros interlocutores. Por amor a· la justicia -nos sentimos
,obligados a _no silenciar sus testimonios. Por e.ro publicamos al,
gunos de los que nos llegan cada día. ¡Que triunfe la verdad!»
• • •
«En marzo de 1972, _el. corresponsal, de "Val.ksrant" (periódi,co
izquierdista hol.andés) escribe desde Santi,ago:
En dieciséis meses
el gobierno de Allende ha conducido al país a una situación
económica casi desesperada.
La industria no se ha desarrollado
y las empresas nacionalizadas funcionan aún conforme al viejo
sistema, sin aplicar las técnicas modernas y sin método racional.
Técnicos experimentadós y directores son sustituidos por figuras
políticas.
La producción ha bajado. En el s~tor agrícol~ el pro
grama de
reforma de Allende afecta a
loo intereses de
los que
no pueden emigrar a Buenos Aires o a París y se defienden. El
malestar económico en Chile se explica por
el he.cho .de que el
gobierno aplica
fór~ulas económicas
sacadas de la Rusia de los
años veinte y_ de Cuba. La estrategia económica apunta a obtener
el poder y destruir la hase económica de las clases
medias.»
• • •
«El 22 de febrero de 1973, el Padre ]. ]. escribe desde Owrno,
En Holanda, el Padre Werenfried es denigrado por estar en contra
de la
coexistencia con
el. comunismo. Siempre estuve con la iz
quierda porque amo a los pobres. Por eso
fui a Chile como sacer
dote. Ahora le doy la razón en un ciento por ciento.
· La
colabo
ración con
loa comunistas
es imposible. No tienen escrúpulos.
Aquí, todo el mundo no los puede tragar ya desde hace tiempo. Cada día se aprietan más las tuercas. La juventud, los pobres y
las mujeres que· no tienen con qué nutrir : a sus hijos se levantan contra
ellos.»
• • •
«El 15 de agosto de 1973, el Pllme H. C. escribe desde Prmta
Arena:
Me ha hecho muC'ho bien recibir su Boletín desde Euro
pa. Compensa por
-los recortes de periódicos
que recibo
de vez
en cuando y cuyos datos
-son unilaterales,
superficiales y faltos
de
objetividad en
cuanto a la situación
aquí. Después de vivir
cuatro años con los chilenos, no me siento de ningún_ modo coni-
Fundaci\363n Speiro
,,
petente para hacer un juicio sobre el presidente Allende y su
gobierno. Sus intenciones son quizá buenas. Pero no liberan a
los pobres, cuya angustia es siempre más grande. Muchos atri
buyen esto a
la incompetencia, a la corrupción y a la pereza de
los funcionarios.
Otros, a
una especie de
hloqtieo de
los Estados
Unidos.
'No puedo
hacer un juicio. Naturalmente, ciertas pro·
mesas de Allende se asemejan a las palabras del Magnificat: «Colmó de
hienés a
los hambrientos
y despidió a los ricos con
las manos vacías». ¿Por _qué, después de tres
afios, se está aún
en
la realización de
la segunda parte sin que la expropiación de
los ricos beneficie.realmente a los
pobres? ¿No será porque
en
esta sociedad de masones
y marxistas falta el· principio del Mag
nificat, donde
la humilde Virgen María _ da toda la gloria al Pa
dre celeste y declara en verdad: «Dispersó a los hombres de
corazón soberbio»?».
* • •
«El 3 de septiembre ~ 1973, la señorita A. G. escribe desde
Saniiago:
Estoy cada día más convencida de que ningún pueblo
tiene más aguante que el pueblo chileno. La tensión
crece a
cada
instante y sin emhargo la tormenta tanto tiempo esperada no explota. Las colas de gente que, durante cuatro, cinco o seis
horas, esperan su turno para comprar pan, jabón en polvo para
lavar, alimento para los
niños, combuatihle, aceite,
etc., se alar
gan más y
más, y
sin emhargo nadie reacciona. Mientras que la
situación económica está al más bajo nivel y muchos esperan
la guerra civil o el golpe de Estado para
septiemhre u
octubre,
todos se alegran de que por lo menos, el
18 de septiembre, día
de fiesta nacional,, comeremos carne de caballo de Méjico. Los
barros han llegado ya a V alparaf.so ... »
• • •
«El .16 de septiembre de 1973 el Sr. C. W. escribe desde San
tiago: El día· del golpe de Estado todo el mundo debía estar
en su casa a
las tres
de
la tarde. Al principio había muchos fran
cotiradores. En el barrio de La Legua un autocar con policías
fue atraído a una emboscada y
fueron todos asesinados. Esto
tuvo
como consecuencia que cuatro carros- de asalto viniéron
después
para
exterminar
un nido
de
«resistentes». ¿Sabe
Vd, que durante
el mes anterior
al golpe de E-stado hemos padecido verdadera
hambre? Desde la huelga de los camioneros, que duró seis se
manas, el pan se hizo extremadamente escaso. Antes de esto de-
353
Fundaci\363n Speiro
354
bíamos
formar cola durante tres horas a veces para obtener una
libra de pan. Ya no había leche desde hacía un mes. Cuando una
vez
al mes hab·ía carne, debíamos relevarnos en la cola, que du
raba de cuatro a
cinCo horas.»
• • •
«El 4 de octubre de 1973, el, Padre R. P. escribe desde San
tiago: Antes pensaba que una solución con Allende como jefe
de Estado y algunos militares fuertes que lo mantuviesen dentro
de limites razonables era la mejor solución en el caos del mo
mento.
Se ha hecho evidente ahora que los comunistas y los so
cialistas
tenían muchas
más armas de las que podíamos suponer
y que el peligro de una guerra civil era inminente. Por eso el
Ejército no tenía otra solución que la de tomar el poder. Hasta
ahora, unos
siete mil
fusiles ametralladores se han entregado -la
mayoría
de las veces por intermedio de sacerdotes que deben
guardar silencio en
cUarito al brigen de estas armas-, pero todo
el mundo está convencido
de que
hay todavía, por lo menos, once
mil armas automátic_as en manos de los marxistas. Su organiza
ción
clandestina, dirigida
por extranjeros, no está
liquidada. Por
eso,
desgraciadamente, la vuelta a la libertad democrática normal
no es todavía posible. Días sombríos nos
esperan todavía,
pro
bablemente. El peligro de que elementos de extrema derecha
tengan demasiada influencia
sobre la
junta, -de que las reformas
sociales sean saboteadas y de que los militares, empujados hacia
un
ai-slamiento injusto
por
la opinión mundial que ha perdido
toda medida, lleguen a actos _ de violencia catastróficos, no es
ilusorio. Que Dios nos salve de ello.»
• • •
«El 23 de octubre de 1973, el .Padre J. S. e,scribe desd,e San
tiago:
Después de tres años de gobierno de Allende, la tensión
entre sus
adictos y
los de la oposición no podía
ser comparada
más
que a un volcán listo para entrar en
actividad de
un mo
mento .a otro. Los desórdenes
escapaban a
todo control. Había
nnmerosísimos grupos armados. Penuria de
víveres~ falta
de te
jidos y de muchos otros productos base, indispensables para la
vida humana. El panorama económico era espantoso. No queda ban
más que
tres posibilidades: 1) el gobierno modifica su
po
lítica;
2) guerra civil; 3) ·intervención del Ejército. El 11 de
sep
tiembre,
los generales tomaron el poder, proclamaron
el estado
Fundaci\363n Speiro
de guerra y manifestaron una severidad propia del Código mi
litar. Santiago fue
la única ciudad que opuso urul resistencia
seria.
~sta ahora se estima
el número de víctimas de 1.000 a
1.500, incluidos los fusilados. Unos cincuenta sacerdotes y reli
giosos, casi
todos
extranjeros, tuvieron
.que ahandonar el país
a
causa de
su colaboración con el régimen de
izquierdas. Hay
personas
que fueron arrestadas arbitrariamente;_ otras fusiladas:
son hechos debidos al estado de guerra ... La experiencia .de
Allende fracasó. Sería ingenuo atribuir este fracaso exclusiva mente
al imperialismo norteamericano o al caos provocado por
la oposición para suscitar la intervención de las Fuerzas Armadas.
Está probado _ que Allende cometió faltas graves y que en muchos
casos violó la Constitución. Una vez más nos preguntamos, no sin miedo: ¿Dónde se encuentra el camino de la
liber..ación del
pobre
anunciada por el
Señor?»
• • •
«En un informe fechado el día 6 de noviembre, el, señor R. V.
escribe desde Santiago: He vivido tres años aquí hajo un régi
men
marxista y ahora tengo la certeza
absoluta de
que el mar•
xismo es opio para el cristianismo. En Chile también se hizo
patente
que no se ha podido construir nada positivo con los anti
valores que
Son el
odio, la mentira, la destrucción y el sectarismo.
La colaboración o
el
diálogo con
gentes que mienten por principio
y que no
mantienen su palabra, es
imposible. Los marxistas acep
tan dialogar únicamente para ganar tiempo. Las lágrimas de co codrilo, vertidas en Europa para llorar el fracaso de la demo·
cracia chilena, no pueden impresionar más que a gentes estú
pidas o ciegas. El 11
de septiembre de 1973, la democracia chi
lena estaba ya muerta desde hacía mucho tiempo, la Corte Su
prema, la «Coritrolería» y la Cámara de Diputados -los tres
ói-ganos supremos
de nuestro sistema democrático-- habían de
clarado oficialmente que el gobierno de Allende era ilegal. De
hecho, vivíamos bajo un régimen totalitario. El gobierno no
es•
peraha más que el momento en que el Ejército paralelo estuviera
listo para
tOmar el
poder
con violencia
y
destruir a
la oposición
democrática. Esto
fue impedido
por la intervención del Ejército
regular, consciente de que el totalitarismo no podía ser parado
sino con la fuerza. Al negarse a luchar por Allende, la inmensa
mayoría de las organizaciones sindicales y del pueblo han pro
bado que compartían este punto de vista. No encontró práctica
mente defensores si no es en los revolucionarios profesionales
355
Fundaci\363n Speiro
356
extranjeros que había introducido fraudulentamente en el país.
Lá.s ruinas
espirituales y materiales que dejó tras sí son
espan·
to_sas.
El pueblo chileno tiene pocas virtudes familiares, pero mu
chas virtudes cívicas. Estas han sido sistemáticamente destruidas
pór la
corrupción en la vida económica y por
el. sistema de
trabajo inmoral en las fábricas ocupadas. La disciplina del tra
bajo se ha perdido.- Todas las elecciones han sido falsificadas.
Los sacerdotes
marxistas" -una
pequeñ.a minoría- constituyen un
capítulo entristecedor en los recientes acontecimientos. Primero
predicaron
la viol~cia y ocultaro_n las armas. A la hora del
peligro, huyeron inmediatamente. No a
Cuba o a Polonia, sino
a los estudios de televisión de Europa. Han dejado morir a Ios
francotiradores
indud.dos a
error y se pusieron a salvo desde
el primer día ...
»
• • •
Fundaci\363n Speiro
Esta vez nuestros -cecorles van a circunscribirse a uno, solo, que por si
mismo constituye una
buena
ilustración -por las -fuentes directas que re..,
coge. No añadiremos, por esta razón, comentario alguno, En les ilustraciones
con recottes de
periódicos del
anterior número de VERBO (12J..,J22)
presentamos
algunas
muestras ·de cómo han sido falseados los acanteci•
mientos chilenos
por la gran prensa intemaciónal, secundada en nuesfi'o
país
por muchos periódicos incluso algunos oficiales; y, pá.ra ello, sope ..
samas sus informaciones con las noticias directas que
nos
llegaban y con
su análisis hecho en otros periódicos. Ahora, en la · Revista trimestral
AYUDA A LA IGLESIA NECESITADA (c. Ferrer del Río, 1, Msdríd-
28),. ·núm. 'J de este añ.o {enere>febrero 1974), y encabezados por un breve
comentario
de la propia ,revista, leemos · extractos de ocho cátta.s recibidas
en
sucesivas
fechas y procedentes de personas div"ersas ( alguna de las
cuales muestra claramente
que ho simpatiza con la que denomílla extrema
derecha,
lo
que
hace .más significativo su
testimonio contra el
régimen
derrocado).
POl'
su elocuencia> nos
limitamos
a tt'a.ru;ct:ibir íntegi-amente los extrac
tos y el breve comentario de la Revista> sin _ añadir nal{a por_ nuestra parte.
LA VERDAD SOBRE CHILE
«El golpe de Estado en Chile y la calda de Alle,;de han sido
objeto de informaciones que, seglÍn nuestros interlocutores chi
lenos, ·no C-OJ?esponden ll
la "realidad. Conoce,rws Chile desde
hace doce años y l
Sabemos
con
certeza que
ni
el, nunoio apostólico, ni los obispos,
ni el 95 % de los sacerdotes, ni la mayoría aplastante de la po
blación chilfma pueden suscribir la campaña denigrailora de que
está
inundada Europa. ·Deploramos todo ~ de la violencia y
toda infracción a 'las liberiades · democráticas ---en Chile como en
otras partB!r-, ·
Pero consideramos injusto es-tigniatizar solamente
los e/eétós sin conden«r las éaUsas que
..
los han priiducido. Todas
las carros, i'nfonnes'··y testinwnio-s que
hemos
recibido están en
contradiccií,n
con lo qúe la.-prensa y fu televisión ..,....salvo roras
351
Fundaci\363n Speiro
352
e~epciones-difunden desde hace meses. En largas conversa
ciones con
el cardenal de Santiago hemos verificado la veracidad
de nuestros interlocutores. Por amor a· la justicia -nos sentimos
,obligados a _no silenciar sus testimonios. Por e.ro publicamos al,
gunos de los que nos llegan cada día. ¡Que triunfe la verdad!»
• • •
«En marzo de 1972, _el. corresponsal, de "Val.ksrant" (periódi,co
izquierdista hol.andés) escribe desde Santi,ago:
En dieciséis meses
el gobierno de Allende ha conducido al país a una situación
económica casi desesperada.
La industria no se ha desarrollado
y las empresas nacionalizadas funcionan aún conforme al viejo
sistema, sin aplicar las técnicas modernas y sin método racional.
Técnicos experimentadós y directores son sustituidos por figuras
políticas.
La producción ha bajado. En el s~tor agrícol~ el pro
grama de
reforma de Allende afecta a
loo intereses de
los que
no pueden emigrar a Buenos Aires o a París y se defienden. El
malestar económico en Chile se explica por
el he.cho .de que el
gobierno aplica
fór~ulas económicas
sacadas de la Rusia de los
años veinte y_ de Cuba. La estrategia económica apunta a obtener
el poder y destruir la hase económica de las clases
medias.»
• • •
«El 22 de febrero de 1973, el Padre ]. ]. escribe desde Owrno,
En Holanda, el Padre Werenfried es denigrado por estar en contra
de la
coexistencia con
el. comunismo. Siempre estuve con la iz
quierda porque amo a los pobres. Por eso
fui a Chile como sacer
dote. Ahora le doy la razón en un ciento por ciento.
· La
colabo
ración con
loa comunistas
es imposible. No tienen escrúpulos.
Aquí, todo el mundo no los puede tragar ya desde hace tiempo. Cada día se aprietan más las tuercas. La juventud, los pobres y
las mujeres que· no tienen con qué nutrir : a sus hijos se levantan contra
ellos.»
• • •
«El 15 de agosto de 1973, el Pllme H. C. escribe desde Prmta
Arena:
Me ha hecho muC'ho bien recibir su Boletín desde Euro
pa. Compensa por
-los recortes de periódicos
que recibo
de vez
en cuando y cuyos datos
-son unilaterales,
superficiales y faltos
de
objetividad en
cuanto a la situación
aquí. Después de vivir
cuatro años con los chilenos, no me siento de ningún_ modo coni-
Fundaci\363n Speiro
,,
petente para hacer un juicio sobre el presidente Allende y su
gobierno. Sus intenciones son quizá buenas. Pero no liberan a
los pobres, cuya angustia es siempre más grande. Muchos atri
buyen esto a
la incompetencia, a la corrupción y a la pereza de
los funcionarios.
Otros, a
una especie de
hloqtieo de
los Estados
Unidos.
'No puedo
hacer un juicio. Naturalmente, ciertas pro·
mesas de Allende se asemejan a las palabras del Magnificat: «Colmó de
hienés a
los hambrientos
y despidió a los ricos con
las manos vacías». ¿Por _qué, después de tres
afios, se está aún
en
la realización de
la segunda parte sin que la expropiación de
los ricos beneficie.realmente a los
pobres? ¿No será porque
en
esta sociedad de masones
y marxistas falta el· principio del Mag
nificat, donde
la humilde Virgen María _ da toda la gloria al Pa
dre celeste y declara en verdad: «Dispersó a los hombres de
corazón soberbio»?».
* • •
«El 3 de septiembre ~ 1973, la señorita A. G. escribe desde
Saniiago:
Estoy cada día más convencida de que ningún pueblo
tiene más aguante que el pueblo chileno. La tensión
crece a
cada
instante y sin emhargo la tormenta tanto tiempo esperada no explota. Las colas de gente que, durante cuatro, cinco o seis
horas, esperan su turno para comprar pan, jabón en polvo para
lavar, alimento para los
niños, combuatihle, aceite,
etc., se alar
gan más y
más, y
sin emhargo nadie reacciona. Mientras que la
situación económica está al más bajo nivel y muchos esperan
la guerra civil o el golpe de Estado para
septiemhre u
octubre,
todos se alegran de que por lo menos, el
18 de septiembre, día
de fiesta nacional,, comeremos carne de caballo de Méjico. Los
barros han llegado ya a V alparaf.so ... »
• • •
«El .16 de septiembre de 1973 el Sr. C. W. escribe desde San
tiago: El día· del golpe de Estado todo el mundo debía estar
en su casa a
las tres
de
la tarde. Al principio había muchos fran
cotiradores. En el barrio de La Legua un autocar con policías
fue atraído a una emboscada y
fueron todos asesinados. Esto
tuvo
como consecuencia que cuatro carros- de asalto viniéron
después
para
exterminar
un nido
de
«resistentes». ¿Sabe
Vd, que durante
el mes anterior
al golpe de E-stado hemos padecido verdadera
hambre? Desde la huelga de los camioneros, que duró seis se
manas, el pan se hizo extremadamente escaso. Antes de esto de-
353
Fundaci\363n Speiro
354
bíamos
formar cola durante tres horas a veces para obtener una
libra de pan. Ya no había leche desde hacía un mes. Cuando una
vez
al mes hab·ía carne, debíamos relevarnos en la cola, que du
raba de cuatro a
cinCo horas.»
• • •
«El 4 de octubre de 1973, el, Padre R. P. escribe desde San
tiago: Antes pensaba que una solución con Allende como jefe
de Estado y algunos militares fuertes que lo mantuviesen dentro
de limites razonables era la mejor solución en el caos del mo
mento.
Se ha hecho evidente ahora que los comunistas y los so
cialistas
tenían muchas
más armas de las que podíamos suponer
y que el peligro de una guerra civil era inminente. Por eso el
Ejército no tenía otra solución que la de tomar el poder. Hasta
ahora, unos
siete mil
fusiles ametralladores se han entregado -la
mayoría
de las veces por intermedio de sacerdotes que deben
guardar silencio en
cUarito al brigen de estas armas-, pero todo
el mundo está convencido
de que
hay todavía, por lo menos, once
mil armas automátic_as en manos de los marxistas. Su organiza
ción
clandestina, dirigida
por extranjeros, no está
liquidada. Por
eso,
desgraciadamente, la vuelta a la libertad democrática normal
no es todavía posible. Días sombríos nos
esperan todavía,
pro
bablemente. El peligro de que elementos de extrema derecha
tengan demasiada influencia
sobre la
junta, -de que las reformas
sociales sean saboteadas y de que los militares, empujados hacia
un
ai-slamiento injusto
por
la opinión mundial que ha perdido
toda medida, lleguen a actos _ de violencia catastróficos, no es
ilusorio. Que Dios nos salve de ello.»
• • •
«El 23 de octubre de 1973, el .Padre J. S. e,scribe desd,e San
tiago:
Después de tres años de gobierno de Allende, la tensión
entre sus
adictos y
los de la oposición no podía
ser comparada
más
que a un volcán listo para entrar en
actividad de
un mo
mento .a otro. Los desórdenes
escapaban a
todo control. Había
nnmerosísimos grupos armados. Penuria de
víveres~ falta
de te
jidos y de muchos otros productos base, indispensables para la
vida humana. El panorama económico era espantoso. No queda ban
más que
tres posibilidades: 1) el gobierno modifica su
po
lítica;
2) guerra civil; 3) ·intervención del Ejército. El 11 de
sep
tiembre,
los generales tomaron el poder, proclamaron
el estado
Fundaci\363n Speiro
de guerra y manifestaron una severidad propia del Código mi
litar. Santiago fue
la única ciudad que opuso urul resistencia
seria.
~sta ahora se estima
el número de víctimas de 1.000 a
1.500, incluidos los fusilados. Unos cincuenta sacerdotes y reli
giosos, casi
todos
extranjeros, tuvieron
.que ahandonar el país
a
causa de
su colaboración con el régimen de
izquierdas. Hay
personas
que fueron arrestadas arbitrariamente;_ otras fusiladas:
son hechos debidos al estado de guerra ... La experiencia .de
Allende fracasó. Sería ingenuo atribuir este fracaso exclusiva mente
al imperialismo norteamericano o al caos provocado por
la oposición para suscitar la intervención de las Fuerzas Armadas.
Está probado _ que Allende cometió faltas graves y que en muchos
casos violó la Constitución. Una vez más nos preguntamos, no sin miedo: ¿Dónde se encuentra el camino de la
liber..ación del
pobre
anunciada por el
Señor?»
• • •
«En un informe fechado el día 6 de noviembre, el, señor R. V.
escribe desde Santiago: He vivido tres años aquí hajo un régi
men
marxista y ahora tengo la certeza
absoluta de
que el mar•
xismo es opio para el cristianismo. En Chile también se hizo
patente
que no se ha podido construir nada positivo con los anti
valores que
Son el
odio, la mentira, la destrucción y el sectarismo.
La colaboración o
el
diálogo con
gentes que mienten por principio
y que no
mantienen su palabra, es
imposible. Los marxistas acep
tan dialogar únicamente para ganar tiempo. Las lágrimas de co codrilo, vertidas en Europa para llorar el fracaso de la demo·
cracia chilena, no pueden impresionar más que a gentes estú
pidas o ciegas. El 11
de septiembre de 1973, la democracia chi
lena estaba ya muerta desde hacía mucho tiempo, la Corte Su
prema, la «Coritrolería» y la Cámara de Diputados -los tres
ói-ganos supremos
de nuestro sistema democrático-- habían de
clarado oficialmente que el gobierno de Allende era ilegal. De
hecho, vivíamos bajo un régimen totalitario. El gobierno no
es•
peraha más que el momento en que el Ejército paralelo estuviera
listo para
tOmar el
poder
con violencia
y
destruir a
la oposición
democrática. Esto
fue impedido
por la intervención del Ejército
regular, consciente de que el totalitarismo no podía ser parado
sino con la fuerza. Al negarse a luchar por Allende, la inmensa
mayoría de las organizaciones sindicales y del pueblo han pro
bado que compartían este punto de vista. No encontró práctica
mente defensores si no es en los revolucionarios profesionales
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extranjeros que había introducido fraudulentamente en el país.
Lá.s ruinas
espirituales y materiales que dejó tras sí son
espan·
to_sas.
El pueblo chileno tiene pocas virtudes familiares, pero mu
chas virtudes cívicas. Estas han sido sistemáticamente destruidas
pór la
corrupción en la vida económica y por
el. sistema de
trabajo inmoral en las fábricas ocupadas. La disciplina del tra
bajo se ha perdido.- Todas las elecciones han sido falsificadas.
Los sacerdotes
marxistas" -una
pequeñ.a minoría- constituyen un
capítulo entristecedor en los recientes acontecimientos. Primero
predicaron
la viol~cia y ocultaro_n las armas. A la hora del
peligro, huyeron inmediatamente. No a
Cuba o a Polonia, sino
a los estudios de televisión de Europa. Han dejado morir a Ios
francotiradores
indud.dos a
error y se pusieron a salvo desde
el primer día ...
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