Índice de contenidos
Número 291-292
Serie XXX
- Textos Pontificios
-
Actas
-
Recuerdo de nuestra IX Reunión, y presentación del tema de esta XXIX, de amigos de la Ciudad Católica: La «praxis» democrática
-
La religión democrática
-
Contradicciones de la partitocracia
-
Psicología de masas y manipulación política
-
Los medios de comunicación de masas en la democracia
-
Democracia y educación
-
La praxis democrática en las grandes instituciones del Estado
-
Moralidad y democracia
-
Parlamentarismo y realidad extraparlamentaria
-
El coste económico de la democracia
-
El lenguaje en la práctica democrática
-
La democracia educativa en EGB
-
Democracia educativa en BUP
-
- Información bibliográfica
- In memoriam

Autores
1991
Hermandad Sacerdotal Española. Historia de un gran amor a la Iglesia no correspondido
INFORMACION BIBLIOGRAFICA
Hermandad Sacerdotal Española: HISTORIA DE UN GRAN
AMOR A LA IGLESIA NO CORRESPONDIDO
(*)
La Hermandad Sacerdotal Española, asociación de sa=do
tes tradicionales que lleg6 a tener gran número de afiliados en
los confusos días eclesiales del postconcilio, acaba de
publicar
un libro que es a la vez denuncia y protesta y que será de con
sulta imprescindible para quien quiera cono= dentro de unos
años, un período no demasiado glorioso de nuestra Iglesia.
Es la historia colectiva de un buen número de sacerdotes,
muchos de los cuales hoy
ya fallecidos, que, ejerciendo ejemplar
mente su ministerio, enseñando lo que la Iglesia
enseñó siem0
pre y defendiendo lo que siempre defendió, se han visto recha
zados por
sus pastores. Y no de modo abierto y claro, sino con
procedimientos tortuosos y muy lejanos del sí o no que Cristo
bebía recomendado.
A
la vista de tanto desamor, que se hacía mucho más evi
dente ante las obsequiosidades de la misma jerarquía ante otros
sacerdotes que parecían mucho más alejados de
la ortodoxia ca
tólica, uno no puede menos de recordar aquellas divinas pala·
bras: ubi caritas et amor, ibi Deus est. O aquellas otras: si un
hijo pide
pan, ¿ qué padre le dará una piedra? Pues piedras y de
grueso calibre son las recibidas por este colectivo sacerdotal que
por sus años y sus servicios a la Iglesia bien
se merecían otro
trato. No puede extrañamos su queja dolorida.
El paso del tiempo ha venido a dar la razón a estos sacerdo
tes
y creo que si Id ocurrido en 1984-1986 hubiera pasa ahora,
la actitud de los obispos hacia ellos hubiera sido mucho más
positiva. Aquellos prelados que llevaron a nuestra Iglesia a una
atonía realmente preocupante van desapareciendo o han perdido
casi toda su influencia. La mayoría conseguida por un nuncio
que acaba de fallecer
es hoy ya, gracias a Dios, minoritaria. Pero
en el camino, ¡ cuánto dolor!, ¡ cuántas tristezas!, ¡ cuántos desea.
labros eclesiales !
La Hermandad Sacerdotal ha dejado constancia de su gran
amor a la Iglesia y de
cómo no fue cor;espondido. Al final, en
su fracaso, ellos han sido los triunfadores. Y los otros, los gran
des fracasados. La última declaración de los obispos españoles
sobre la moralidad pública,
por citar sólo un ejemplo, viene a
dar toda la razón a lo que durante tantos años, incomprendida
y despreciada,
venía diciendo. Ellos, los que no la comprendie
ron, los que no la amaron, araban sobre el mar.
FRANcrsco JosÉ FERNÁNDEZ DE LA CIGoÑA.
{*) S. l., 1990, 472 págs.
271
Fundaci\363n Speiro
Hermandad Sacerdotal Española: HISTORIA DE UN GRAN
AMOR A LA IGLESIA NO CORRESPONDIDO
(*)
La Hermandad Sacerdotal Española, asociación de sa=do
tes tradicionales que lleg6 a tener gran número de afiliados en
los confusos días eclesiales del postconcilio, acaba de
publicar
un libro que es a la vez denuncia y protesta y que será de con
sulta imprescindible para quien quiera cono= dentro de unos
años, un período no demasiado glorioso de nuestra Iglesia.
Es la historia colectiva de un buen número de sacerdotes,
muchos de los cuales hoy
ya fallecidos, que, ejerciendo ejemplar
mente su ministerio, enseñando lo que la Iglesia
enseñó siem0
pre y defendiendo lo que siempre defendió, se han visto recha
zados por
sus pastores. Y no de modo abierto y claro, sino con
procedimientos tortuosos y muy lejanos del sí o no que Cristo
bebía recomendado.
A
la vista de tanto desamor, que se hacía mucho más evi
dente ante las obsequiosidades de la misma jerarquía ante otros
sacerdotes que parecían mucho más alejados de
la ortodoxia ca
tólica, uno no puede menos de recordar aquellas divinas pala·
bras: ubi caritas et amor, ibi Deus est. O aquellas otras: si un
hijo pide
pan, ¿ qué padre le dará una piedra? Pues piedras y de
grueso calibre son las recibidas por este colectivo sacerdotal que
por sus años y sus servicios a la Iglesia bien
se merecían otro
trato. No puede extrañamos su queja dolorida.
El paso del tiempo ha venido a dar la razón a estos sacerdo
tes
y creo que si Id ocurrido en 1984-1986 hubiera pasa ahora,
la actitud de los obispos hacia ellos hubiera sido mucho más
positiva. Aquellos prelados que llevaron a nuestra Iglesia a una
atonía realmente preocupante van desapareciendo o han perdido
casi toda su influencia. La mayoría conseguida por un nuncio
que acaba de fallecer
es hoy ya, gracias a Dios, minoritaria. Pero
en el camino, ¡ cuánto dolor!, ¡ cuántas tristezas!, ¡ cuántos desea.
labros eclesiales !
La Hermandad Sacerdotal ha dejado constancia de su gran
amor a la Iglesia y de
cómo no fue cor;espondido. Al final, en
su fracaso, ellos han sido los triunfadores. Y los otros, los gran
des fracasados. La última declaración de los obispos españoles
sobre la moralidad pública,
por citar sólo un ejemplo, viene a
dar toda la razón a lo que durante tantos años, incomprendida
y despreciada,
venía diciendo. Ellos, los que no la comprendie
ron, los que no la amaron, araban sobre el mar.
FRANcrsco JosÉ FERNÁNDEZ DE LA CIGoÑA.
{*) S. l., 1990, 472 págs.
271
Fundaci\363n Speiro