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Número 531-532

Serie LIII

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Miguel Ayuso (ed.), La res publica christiana como problema político

Miguel Ayuso (ed.), La res publica christiana como problema político, Madrid, Itinerarios, 2014, 200 págs.

Durante muchos años las actas de las reuniones anuales de amigos de la ciudad Católica se fueron publicando a lo largo del año en los sucesivos números de Verbo y luego reunidas en un volumen aparte. Por razones económicas y, sobre todo, por las dificultades de distribución que encontraban los títulos de Speiro, a finales de los años ochenta del siglo pasado, tras un único intento de edición separada que en cambio excluía la publicación en la revista (Los católicos y la acción política, reunión correspondiente al año 19801, publicado en 1982), se optó por lo contrario, esto es, prescindir del libro pero publicar los textos en un único número de la revista. Así hemos seguido hasta ahora. Este año 2014, en cambio, al haber resultado particularmente orgánico el conjunto del congreso, se ha decidido experimentar la edición autónoma de nuevo.

Los lectores atentos de Verbo ya conocen, pues, el contenido de este libro. Saben por tanto que su finalidad no es otra que ilustrar, en primer lugar, el abandono gradual del régimen de Cristiandad ocurrido en los últimos siglos, analizando las causas, así como –en segundo término– hacer brotar las razones para un retorno, renovado y consciente, a la doctrina política católica tradicional, que al tiempo que acoge las mejores instancias de la razón evita toda suerte de ilusiones. A tal fin profundiza también algunas cuestiones transversales a la cultura católica contemporánea (entre las cuales se encuentran, por ejemplo, tanto la de la «conservación» como la de la «revolución») y examina las características de las sociedades concretas, a menudo secularizadas con la contribución determinante de los católicos. Y es que con la posteridad del II Concilio del Vaticano prevalecieron en el mundo católico orientaciones que habían sido condenadas constantemente por la Iglesia; a veces incluso se propusieron como opciones auténticamente católicas: el liberalismo, el americanismo, el radicalismo, el socialismo, se presentaron así (y todavía se presentan hoy) como doctrinas que se deben compartir y sostener. Y no sólo en abstracto, es decir, en el plano teórico, sino concretamente, esto es, constituyendo y apoyando partidos y movimientos que han contribuido a la instauración de ordenamientos jurídicos neutrales, indiferentes y a veces hasta laicistas de hecho.

Todos los capítulos se desenvuelven en el terreno de lo histórico, que criban o ciernen teoréticamente. De la experiencia francesa, como es sabido, tras el impacto de la Gran Revolución, no es posible prescindir, por su valor paradigmático. Tampoco podía ignorarse el caso italiano, singular por la tardanza de su unidad política, condicionada inexorablemente por el contexto emponzoñado en que se produjo. Lo mismo cabría decir de las vicisitudes del Ultramar español, que se examinan sin perder de vista las semejanzas y las diferencias con lo acontecido en la vieja Península. Todo ello entre una introducción problemática y una conclusión omnicomprensiva.

José DÍAZ NIEVA