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1969

Poder y libertad

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Formación doctrinal

FORMACION DOCTRINAL
POR
GoNZALO CUESTA MORENO.
Comenzaremos recordando brevemente la misión de los seglares
en 1a edificación del orden temporal. Veremos a continuación 1a necesidad de una amplia formación doctrinal, para contrarrestar las corrientes materialistas en boga. Nos referimos finalmente a cómo podemos tener ideas claras sobre los principios del orden social cristiano.
1I1sróx DE LOS SEGLARES.
En el Decreto sobre el Apostolado de los Seglares, del Con­
cilio Y""aticano II, se nos recuerda: "A los seglares les corres­ponde el considerar como obligación suya el establecimiento del orden temporal; conducidos por la luz del· Evangelio y por 1a mente de la Iglesia, y movidos por la caridad cristiana, han de actuar directamente y en forma precisa ... , han de buscar en todas panes y en todo la justicia del reino de Dios. J?e tal modo se ha de establecer el orden temporal que, en plena observancia de .sus propias leyes, se ajuste luego a los superiores principios de la y'.da cristiana, adaptado a las variadas circunstancias de luga­
res, tiempos y pueblos.;.
"El apostolado en los medios sociales, es decir, el esfuerzo por rellenar con espíritu cristiano la mentalidad y las costumbres, las leyes y las estructuras de la comunidad en que cada uno vive, es un deber y una obligac:ón tan propios de 1os seglares que nunca
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los demás lo pueden realizar según conviene... Esta m1s1on de
la Iglesia en el mundo la cumplen los seglares, ante todo, po­
niendo acorde su vida con la fe, puesto que así se convierten en
luz del mundo ... , con la plena conciencia de su papel en la edi­
ficación de la sociedad,
por lo que se esfuerzan en desarrollar
ltoda
su actividad familiar, social y profesional con una cristiana
generosidad ...
"El apostolado puede conseguir su plena eficacia sólo con
una formación multiforme y completa, exigida no sólo por el
continuado progreso espiritual y doctrinal del mismo seglar, sino
también por las varias circunstancias de cosas, de personas y de
deberes a que su actividad
ha de acomodarse."
Se resumen aquí diversos aspectos de la misión de los seglares.
Todos debemos esforzamos eti. desarrollar con espíritu cristiano
toda nuestra actividad familiar, social y profesional. Todos te­
nemos posibilidades de influir en la edificación del orden tem­
poral, según el puesto que cada uno ocupe en la sociedad. Lo
limitado de nuestros medios y capacidades no puede servimos
de excusa para la inacción. Sería un pretexto para liberamos de
los deberes más engorrosos, y de no cumplir sino los más cómo­
dos o agradables. Recordemos que se nos pedirán cuentas de los
talentos recibidos y que, sobre el servidor con un solo talento
dejado infructuoso, de que nos habla el Evangelio, pesa la re­
_probación del
Se!íor a su regreso.
S. S.
Pablo VI, al recordarnos en Ecclesiam Suam que el
apostolado es arriesgado, afirma: "La vida interior sigue siendo
como el gran manantial de la espiritualidad de la Iglesia, su modo
propio de recibir las irradiaciones del espíritu de Cristo, expre­
sión radical insustituble de
su actividad religiosa y social e invio­
lable defensa y renaciente energía de su difícil contacto con el
mundo profano ... La vida cristiana, que la Iglesia va interpretando
y codi!icando en sabias disposiciones, exigirá siempre, fidelidad,
empeño, mortificación y sacrificio; estará siempre marcada por
el "camino estrecho" de que nuestro Se!íor nos habla... Sólo el
que es totalmente fiel a la doctrina de Cristo puede ser eficazmente
apóstol. Y sólo el que vive con plenitud la vocación cristiana puede
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FORJ\IACION DOCTRINAL
estar inmunizado del contagio de los errores con los que se pone
en contacto."
Para trabajar eficazmente por la recristianizacióu de la sociedad,
necesitamos tener ideas claras
sobre los principios del orden social
cristiano. La sociedad está fuertemente influenciada por las co­
rrientes del materialismo, se advierte un gran confusioni.smo ideo­
lógico, asistimos a la disolución de las estructuras tradicionales
familiares, regionales y profesionales. El análisis de algunos as­
pectos de esta sociedad nos hará ver la necesidad de una forma­
ción doctrinal
que oriente nuestros pasos e impida el contagio de
los errores con los que nos ponemos en contacto.
N SC~IDAD Dit LA FORMACIÓN DOCTRINAL.
Los constantes y espectaculares avances científicos y técnicos
parecen comunicar al hombre un conocimiento de autosuficiencia
y
de satisfacción de sus aspiraciones ilimitadas de conocer y poder.
Pío XII, al referirse a ello en el Radiomensaje de Navidad de
1953, advierte: "Al técnico, maestro o discípulo ... , es necesaria no
sólo
una educación profunda de la mente, sino, sob!"e todo, una
formación religiosa que, contra lo que a veces se afirma, es la más
apta para defender su pensamiento contra los influjos unilaterales ...
En caso contrario, la era técnica llevará a cabo su monstruosa obra
de transformar al hombr,e en un gigante del mundo físico, con
detrimento de su espíritu, reducido a pigmeo del mundo sobre­
natural y eterno".
Se advierte, en distintos países, una gran inquietud por des­
arrollar y mejorar la situación material de sus ciudadanos, esta­
bleciendo programas y planificaciones. S. S. Pablo VI señala a
este respecto en Populorum Progressi-o-: "Los programas son nece~
sarios para animar, estimular, coordinar, suplir e integrar la acción
de los individuos y de los cuerpos intermedios ... Los poderes pú­
blicos han de tener cuidado de asociar a ,esta empresa las iniciativas
privadas
y de los cuerpos intermedios. Evitaráti así el riesgo de
una colectivización integral o de una planificación arbitraria que, al
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negar la libertad, excluiría el ejercicio de los derechos fundamenta­
les de la persona humana ... La tecnocracia del mañana puede engen­
drar males no menos temibles que los del liberalismo de ayer.
Economía y técnica no tienen sentido si no es por el hombre, a
quien deben servir
... Toda acción social implica una doctrina. El
cristiano no puede admitir la que supone una filosofía materialista
y atea, que no respeta ni la orientación de la vida hacia su fin
último, ni la libertad, ni la dignidad humana."
Asistimos en nuestra época a una continua disolución de las
estructuras tradicionales familiares, regionales y profesionales, ex­
tendiéndose
la masificación a los distintos sectores de la sociedad.
En la Carta de la Secretaría de Estado a la XXII Semaua Social
de
España de 1963, se dice al referirse a ello: "Mientras la fa­
milia y las comunidades locales y regionales constituían el am­
biente natural del individuo en el cual prestaba su
trabajo y del
que se sentía
parte integrante, el problema de individuo y sociedad,
esto es, del perfeccionamiento personal en armonía con
el ser­
vicio del bien común,
era relativamente fácil de resolver. La
industrialización de un país rompe o hace peligrar estos ligámenes
naturales
y orgánicos ...
"La salvación de la sociedad de masas puede encontrarse
solamente en
1a restauración del orden natural y divino de la
convivencia humana, en
la que el sujeto, el fundamento y el fin
es la persona creada a imagen
de Dios e incorporada a Cristo ...
Para llevar a cumplimiento esta ardua empresa, de la que de-:­
pende el desarrollo humano y orgánico de la sociedad y la paz
en todos los niveles de convivencia
1 es indispensable una educa­
ción
social y cívica, con <;onciencia de responsabilidad y que sea
capaz de hacer que se penetren del sentido social las distintas
categorías
de edad, profesión y condición social de la comunidad
nacional."
Se observan en la sociedad continuos cambios en las costum­
bres
y en las estructuras; parece como si no hubiera nada estable
y seguro a nuestro alrededor, y hasta la doctrina y creencias re­
ligiosas tradicionales parecen
estar sujetas a revisión. S. S. Pa­
blo VI afinna a este respecto en la Audiencia General del 2 de
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FORMACJON DOCTRINAL
julio de 1%9: "Lo nuevo no puede ser en la Iglesia producto
de
una ruptura con la tradición. La mentalidad revolucionaria ha
entrado incluso en la mentalidad de muchos cristianos ... La rup­
tura concedida a nosotros es la de la conversión, la ruptura con el
pecado, no con el patrimonio de fe y de vida, del que somos
herederos responsables
y afortunados... De este modo, la nove­
dad para nosotros consiste, esencialmente y de ordinario, preci­
samente en un retorno a la tradición genuina
y a su fuente, que
es
el Evangelio."
Juan XXIII señala en M a ter et 1vlagistra: "El aspecto más
siniestramente típico de la época moderna consiste en la absurda
tentativa de querer reconstruir un orden temporal sólido y fecun­
do prescindiendo
de Dios, único fundamento con el que sostener­
se, y de querer ensalzar la grandeza del hombre secando la fuente
de donde brota aquella grandeza
y de la que se alimenta, es decir,
reprimiendo
y, si posible fuera, extinguiendo sus ansias de Dios ...
"La Iglesia católica enseña y proclama una doctrina de la so­
ciedad
y de la convivencia humana que posee indudablemente una
perenne eficacia ... Sin embargo, hoy más que nunca, es necesario
que esta doctrina
social sea no solamente conocida y estudiada,
sino además llevada a la práctica en la forma y en la medidá que
las circunstancias de tiempo
y de lugar permitan o reclamen.
::\Iisión ciertamente ardua, pero excelsa, a cuyo cumplimiento
exhortamos no sólo a nuestros hermanos e hijos de todo
el mundo,
sino también a todos los hombres sensatos."
A todos se nos pide dar testimonio de fe y de vida cristiana
en el ámbito familiar, social
y profesional. Pero la Iglesia nos
recuerda insistentemente que, para que nuestra labor alcance plena
eficacia,
necesitam?s tener una formación multiforme y completa,
un amplio conocimiento de la doctrina social cristiana. V amos a
Yer seguidamente cómo podemos llegar a adquirir estos conoci­
mientos.
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MÉTODO DS FORMACIÓN.
Los puntos esenciales de la doctrina social de la Iglesia e::-tc1n
contenidos en las Encíclicas y documentos pontificios_ Para faci­
litar su conocimiento hay publicaciones especialmente preparada:,
cuyo estudio permite formarse ideas claras. en un tiempo pru­
dencial, sobre los distintos aspectos del orden social cristiano.
V amos a recordar brevemente las líneas generales de un
método
de formación sencillo y cuya eficacia está bien demo:.­
trada. Se trata del estudio de la doctrina en grupos ele trabajo
reducidos, donde, en un ambiente de amistad y famiEaridad.
los asistentes exponen su opinión sincera sobre el tema tratado. A
través de las objeciones y aclaraciones que se suscitan, se asi­
mila la doctrina de forma más viva, se van formando criterios
claros sobre el
tema de estudio.
Se recomienda que el grupo se reúna una vez por semana.
ya que reuniones
más espaciadas dificultan la continuidad en la
marcha del trabaio. El lugar de reunión puede ser el domicilio
de
un miembro del grupo, una oficina, u otro local fácil de encon­
trar dado el reducido número de asistentes.
Conviene iniciar el
trabajo estudiando los temas de mayor
interés para los asistentes. La continuidad del trabajo permitirá
ir asimilando la doctrina sobre la familia, .enseñanza, empresa,
agricultura, organización de
la economía, etc. Puede haber grupos
interesados en profundizar de manera especial en un determinado
tema.
Las publicaciones a estudiar se seleccionan normalmente entre
las editadas por SPEIRO, los trabajos publicados en VERBO u otras
adecuadas para el estudio en grupo, según el tema elegido. Se
recomienda asimismo conocer el contenido de las Enclídicas y
documentos pontificios de particular interés para el trabajo del
grupo.
En el folleto titulado "Funcionamiento de las células y crea­
ción
de nuevas células", editado por SPEIRO, figuran una serie
de trabajos y publicaciones adecuadas para el estudio de los
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FORMACION DOCTRINAL
distintos temas. Se analizan allí, también, los detalles del funcio­
namiento de una célula, creación de
nuevas células y reuniones
de información, por lo que recomendamos su detenida lectura a
las personas interesad.as.
Esta formación doctrinal nos permitirá conocer y respetar la
justa jerarquía de valores y el orden natural de las cosas. Dis­
cernir lo esencial y lo accidental, lo inmutable y lo que puede
cambiar.
Para buscar a los problemas soluciones q1;1e respeten
los valores realmente
importantes y duraderos.
Pero no basta con el estudio de la doctrina. Debemos difun­
dirla,
hablar a nuestros amigos de nuestro trabajo, traer nuevos miembros al grupo, tratar de crear nuevos gupos, llevarla a la práctica en la forma y en la medida que las circunstancias de tiempo y de lugar permitan o reclamen.
Los errores modernos progresan porque se habla de ellos,
tienen amigos
y servidores apasionados. Para la recristianización
de
la sociedad, se necesitan hombres con una buena formación
intelectual
y moral, que conozcan la verdad, la amen y estén dispuestos a sen·irla con entusiasmo. Sin desanimarse ante las difictúades de la tarea. Con la gracia y ayuda de Aquel que nos
: r,:;m:tió ··pedid y recibiréis", nada nos será imposible.
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