Índice de contenidos
1969
Poder y libertad
- Programas
- Pláticas
-
Ponencias
-
Discurso inaugural de la VIII Reunión de amigos de la Ciudad Católica
-
De la libertad rousseauniana a la «desalienación» marxista y al «desacondicionamiento» marcusista
-
Formación doctrinal
-
Autoridad y libertad en la Iglesia
-
El intento de liberación del hombre por la técnica
-
Información
-
La libertad en la sociedad tradicional cristiana y en la sociedad de masas
-
Acción
-
Familia y libertad
-
Las libertades municipales
-
Neomarxismo y libertad
-
Origen y fundamento del poder
-
Poder y autoridad: concepción tradicional cristiana
-
Enseñanza y educación
-
Planificación y libertad
-
La comarca, soporte de la libertad campesina
-
Libertad y poder en la doctrina social de la Iglesia
-
Derecho, poder y libertad
-
Organización de la Universidad
-
Comercialización en la agricultura. Entre el liberalismo y la tecnocracia
-
Para una armonía social orgánica de libertad y autoridad
-
- Crónicas
Autores
1969
Planificación y libertad
PLANIFICACJON Y LIBERTAD
Ponencia de
Lurs GoNZÁLEZ RooRfouxz.
Es preciso reconocer que existe un orden jurídico natural,
que
el derecho positivo no puede desconocer y que el Estado
debe respetar, bajo pena de ilegitimidad. Y este respeto debe
ser defendido de
la única manera posible: de una parte, mediante
la convicción de que ese orden natural existe y debe ser -inviola
ble, incluso
para todos los órganos del Estado, y, de otra, me
diante un pluralismo jurídico-político, coronado
por el Estad'o
bajo el principio de subsidiariedad, formando de abajo a arriba
por una escalonada gama de cuerpos intermedios lo más natu
rales que sea posible.
Pierre de Calan, en su obra Renacimien1to de lms libertades
económicas
y sociales, ex.plica .la apliCación del principio de subsi
diariedad a la vida económica, y que es como el trazo distintivo
de una economía libre.
Desde
el momento en que la finalidad de las actividades hu
manas se sitúan al nivel del hombre, deben situarse, lo más
próximos
al hombre, los derechos y las responsabilidades. Su
transferencia al nivel de colectividades cada vez más vastas no
se justifica sino en la medida en que el hombre, en
primer lu
gar, las colectividades primarias, en seguida, resultan
incapaces,
de satisfacer las exigencias del bien común ...
Lo esencial en todos los dominios no radica en que el Estado
no intervenga; no lo es tampoco que, en todo lugar
y en todo
tiempo, intervenga poco. Consiste en que intervenga subsidia
riamente a la actuación, primero
de las personas, seguidamente
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Fundaci\363n Speiro
LUIS GONZALEZ RODRIGUEZ
de los grupos elementales : familia, empresa, profesión, colecti
vidades
locales (1).
Rápida y brevemente vamos a exponer sobre estas bases al
gunas ideas acerca de la relación que debe existir entre la pla
nificación de la economía por el Estado y la libertad de los ciu
dadanos, integrados en dicho Estado, en el ejercicio de sus de
rechos naturales.
El Estado está constituido por la agrupación de las personas
que en él cumplen sus necesidades naturales; corno conjunto or
ganizado socialmente, a través de distintos cuerpos intermedios,
que designan. de
entre ellos a los individuos más idóneos para
gobernar.
La administración es el órgano, al servicio del Estado, por
el que se canaliza y ejercita la acción de gobierno. Pero el go
bierno no es la administración; supondría una concentración de
atribucÍones que
convertirían al Estado en totalitario, en domi
nador de todos los hilos y resortes de la nación.
Un plan debe ser un conjunto de programas dirigidos a un
doble sector: al sector público, competencia propia del Estado,
en
el que debe existir un cálcnlo perfectamente .cifrado de pro
yectos y programas. Al sector privado, para el que el Estado sólo
¡x>drá marcar unos cauces informativos de posibilidades, orien
tadores.
El conocimiento de las ,posibilidades y metas establecidas en
el plan permitirá al individuo y a la empresa ,preparar sus pro
pios programas y encauzar debidamente su gestión, es decir, per
mitirá una "acción concertada" de los cuerpos intermedios que
forman el Estado, con el poder público, que mantendrá su papel
de "experto supremo".
'~E1 error de nuestros gobiernos es confundir el gobierno con
.la administración", ha dicho ·Henri Charlier en L'Ewrope y le
Christ (2).
(1) Pierre de Calan, R'l?tUJi,ssance des libertés econom.iques et socWiles,
II, B. 2, págs .. 42 y sigs.
(2) Cfr. en VERBO, núm 55, un extracto de ese trabajo de Henri
Charlier,
con el título Error de confundir gobierno y administradón y
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Fundaci\363n Speiro
PLANIFICACION Y LIBERTAD
El papel del gobierno es suscitar y proteger todas las inicia
tivas útiles al bien
común. El papel de la administración es re
glamentar aquella acción, buscando los caminos más sencillos
y
generales. Ciertamente son tareas .difíciles de separar, a veces, y,
cuando ello no se produce, surgen errores graves.
La .primera consecuencia de la confusión de gobierno y ad
ministración sería la fiscalización excesiva-de la acción del ciuda
dano,
tratando de llevarlo por el camino que el Estado de:;ea.
El Estado acabará acumulando todo el poder político y eco
nómico
y el ciudadano quedará sojuzgado, como ocurre en los
países marxistas.
La administración tenderá a crecer en forma descomunal y
la "funcionarización" paralizará la máquina económica. El fun
. cionario llegará a no preocuparse nada más que de hacer cum
plir el reglamento correspondiente
y el poder decisorio quedará
en manos de unos pocos, cuya labor no podrá ser objeto de crí
tica o corrección.
Estas serían, a no dudarlo, las consecuencias de una planifi
cación tecnocrática a ultranza.
Es necesario tener en cuenta lo
que
Pierre Calan afirma (3): "En una economía libre, la pla
nificación
no puede ser, ni es, la obra ni la responsabilidad del
Estado; es la obra y la responsabilidad de la Nación."
necesidad -de restG!Urar las corporaciones y los demás organismos natura
les, pág. 361.
(3) Pierre de Calan, op. cit., ca.p. IX, A, p-ág·. 252.
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Ponencia de
Lurs GoNZÁLEZ RooRfouxz.
Es preciso reconocer que existe un orden jurídico natural,
que
el derecho positivo no puede desconocer y que el Estado
debe respetar, bajo pena de ilegitimidad. Y este respeto debe
ser defendido de
la única manera posible: de una parte, mediante
la convicción de que ese orden natural existe y debe ser -inviola
ble, incluso
para todos los órganos del Estado, y, de otra, me
diante un pluralismo jurídico-político, coronado
por el Estad'o
bajo el principio de subsidiariedad, formando de abajo a arriba
por una escalonada gama de cuerpos intermedios lo más natu
rales que sea posible.
Pierre de Calan, en su obra Renacimien1to de lms libertades
económicas
y sociales, ex.plica .la apliCación del principio de subsi
diariedad a la vida económica, y que es como el trazo distintivo
de una economía libre.
Desde
el momento en que la finalidad de las actividades hu
manas se sitúan al nivel del hombre, deben situarse, lo más
próximos
al hombre, los derechos y las responsabilidades. Su
transferencia al nivel de colectividades cada vez más vastas no
se justifica sino en la medida en que el hombre, en
primer lu
gar, las colectividades primarias, en seguida, resultan
incapaces,
de satisfacer las exigencias del bien común ...
Lo esencial en todos los dominios no radica en que el Estado
no intervenga; no lo es tampoco que, en todo lugar
y en todo
tiempo, intervenga poco. Consiste en que intervenga subsidia
riamente a la actuación, primero
de las personas, seguidamente
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de los grupos elementales : familia, empresa, profesión, colecti
vidades
locales (1).
Rápida y brevemente vamos a exponer sobre estas bases al
gunas ideas acerca de la relación que debe existir entre la pla
nificación de la economía por el Estado y la libertad de los ciu
dadanos, integrados en dicho Estado, en el ejercicio de sus de
rechos naturales.
El Estado está constituido por la agrupación de las personas
que en él cumplen sus necesidades naturales; corno conjunto or
ganizado socialmente, a través de distintos cuerpos intermedios,
que designan. de
entre ellos a los individuos más idóneos para
gobernar.
La administración es el órgano, al servicio del Estado, por
el que se canaliza y ejercita la acción de gobierno. Pero el go
bierno no es la administración; supondría una concentración de
atribucÍones que
convertirían al Estado en totalitario, en domi
nador de todos los hilos y resortes de la nación.
Un plan debe ser un conjunto de programas dirigidos a un
doble sector: al sector público, competencia propia del Estado,
en
el que debe existir un cálcnlo perfectamente .cifrado de pro
yectos y programas. Al sector privado, para el que el Estado sólo
¡x>drá marcar unos cauces informativos de posibilidades, orien
tadores.
El conocimiento de las ,posibilidades y metas establecidas en
el plan permitirá al individuo y a la empresa ,preparar sus pro
pios programas y encauzar debidamente su gestión, es decir, per
mitirá una "acción concertada" de los cuerpos intermedios que
forman el Estado, con el poder público, que mantendrá su papel
de "experto supremo".
'~E1 error de nuestros gobiernos es confundir el gobierno con
.la administración", ha dicho ·Henri Charlier en L'Ewrope y le
Christ (2).
(1) Pierre de Calan, R'l?tUJi,ssance des libertés econom.iques et socWiles,
II, B. 2, págs .. 42 y sigs.
(2) Cfr. en VERBO, núm 55, un extracto de ese trabajo de Henri
Charlier,
con el título Error de confundir gobierno y administradón y
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PLANIFICACION Y LIBERTAD
El papel del gobierno es suscitar y proteger todas las inicia
tivas útiles al bien
común. El papel de la administración es re
glamentar aquella acción, buscando los caminos más sencillos
y
generales. Ciertamente son tareas .difíciles de separar, a veces, y,
cuando ello no se produce, surgen errores graves.
La .primera consecuencia de la confusión de gobierno y ad
ministración sería la fiscalización excesiva-de la acción del ciuda
dano,
tratando de llevarlo por el camino que el Estado de:;ea.
El Estado acabará acumulando todo el poder político y eco
nómico
y el ciudadano quedará sojuzgado, como ocurre en los
países marxistas.
La administración tenderá a crecer en forma descomunal y
la "funcionarización" paralizará la máquina económica. El fun
. cionario llegará a no preocuparse nada más que de hacer cum
plir el reglamento correspondiente
y el poder decisorio quedará
en manos de unos pocos, cuya labor no podrá ser objeto de crí
tica o corrección.
Estas serían, a no dudarlo, las consecuencias de una planifi
cación tecnocrática a ultranza.
Es necesario tener en cuenta lo
que
Pierre Calan afirma (3): "En una economía libre, la pla
nificación
no puede ser, ni es, la obra ni la responsabilidad del
Estado; es la obra y la responsabilidad de la Nación."
necesidad -de restG!Urar las corporaciones y los demás organismos natura
les, pág. 361.
(3) Pierre de Calan, op. cit., ca.p. IX, A, p-ág·. 252.
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