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1993

De la modernidad romántica a la postmodernidad anticristiana

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Homilía del P. Manuel Martínez Cano

CRONICA DE LA XXXII REUNION DE AMIGOS l>E L'A.. CllJDAD CATOLICA
hemos de Ver la calda·de nuestra civilizcicióii católica,-camo algo·que.tws
ha de enriquecer a travh :de los misterio~ -~ioS-' de.Dios: «Dios. no
ha desechado al pueblo, que JU eligió». Dios quiete enriquecernos con la
esperanza en sus
promesa& infinitamente· misericordiosas. ·
La. esperanza exig(!, en primer lugar, el deseo de lo es~rddó •. Y· en­
·tonces
lo primero qae-·debemos 'fomentar: deseos, ·grandes deseos--de la
cristianización del mundo; ·empezando::pór nostras mismos; .Deseos de· ser
cristianos cabales
en la fe y en la conducta, para poder-ser instrumentos
del Reino de Cristo.
cuyo advenimiento ·debemos ardientemente desear.
En
segun_do _lugllr. ta esperanza· implica.confianza._ Aquella erección
fiducial que nos hace levantar por encima de las evidentes dificultades
de nuestra emprt&a,'-apoydndonos no ·en nuestras fuerzas, sino en -la in­
finita
potem:ia dé la misericordia de Dios.
Pasemos ya al evangelio (Le 14,1.7-11). El evangelio nos habla de la
humUdad: «Todo el" que sé enaltece serd humillado; y el que se humilla
serd enaltecido». La humildad es una Virtud típicamente -cristiana, como
antes se nos
ha dicho. El cristiano sabe que su vida y labor se mueven
·en un dmbito sobrenat_ural en el que nada puede sin el favor· de Dios, su
·gracia. Hemos de ser humildes si queremos ·-ser salvados e instrumentos
de la voluntad
salvífica de Dios en Cristo.
· Estamos
en sábado, dla dedicado a la Santísima Virgen. Ella ha sido
~1 gran instrumento colaborador en la redención, con:edentora, porque
e;:-a-la humilde por excelencia, la esclava del Señor. Mejor dicho; porque
el Señor la quiso corredentora, por esto 'la hizo tan-humilde, totalmente
receptiva de su
Pqlabra: «¡HágaS"e en mi-según tu palabra!».
Ella, que nos dio e;emplo, nos obtenga del Señor el don de la humil­
dad. Y
también el de la esperanza. Ella supo ésperar contra toda espe-­
ranza,-al sufrir, como nadie~ la experiencia de que su divino Hijo_ ·es signo
de contradicción. Que
ella, desde la experiencia gozosa de su · victoria,
nos aliente en nuestra lucha.
Amén~
HOMILIA DEL P. MANUEL MA~TINEZ CANO
Desconocida pero querida Comúnidad áe Mon;as ·Mtnimas de.este San­
to-monasterio de Je_sús María, empiezo· con esta apatente·.cohtradicci6n en mis palabras -pues no se puede atnar lo que no· se ·-canoée-· ·porque~
aunque es la primera vez que vengo a. este OasiS de paz; desde que la
Madre
S. M. T. Alonso publicó la vida de Sonia Dfaz Parga. joven mi4
litante de nuestra Unión Seglar de San Antonio Maria Claret, de quien ha
dicho el Cardenal Narciso _Yuba-ny que es una santa de nuestros tiempos,
mi pensamiento ha volado muchas veces por este santo :nionasterio.
Queridos
amigos de la Ciudad . CatdliCa' y ; hermanos en los purísimos
Corazones de Jesús
y Maria. Este año nos hemcis· reunido para conocer,
estudiar
y_ desenmascarar al Romanticismo. ·El tenia no pUede ser más
sugestivo: de la modernidad romántica a la postmodernidad anticristiana.
En otras ocasiones nos reunimos para analizar el naturalismo, liberalismo~
socialismo, comunismo, democratismó ...• «is-mos» que siempre desembo~
can en rabiosos ataques contra la Iglesia de Cristo, movimientos inferna­
les que culminan -en agnosticismo, ateísmo o antiteismo.
No puede ser de
otra manera. hermanós, ·porq_ue el hombre no puéde
conocer la realidad Objetiva de las · cosas, no putide ni conoéérse a si
mismo,
si no conoce y acepta la revelación· divina, lá Verdad absoluta, Has
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CRONICA DE LA 'XXXII .REUNION DE AMIGOS l}E LA CIUDAD _CATOUCA
de, creer· para . -entender, :decia· .San .Anselmo. ·Porqu.e la. verdad no es me­
rameiiie la .adecuación de la .mente a la cosa ._o la cosa en ,s_í misma. La
verdad es aquel Niño nacido de ,la Virgen Maria, en la cueva descubierta
por San
José, cerca de Belén. Yo soy la Verdad, dirla más tarde aquel
Niño divino.
Indiscutiblemente: hay que creer . para entender, y entiéndase bien,
·porque de ninguna manera .rechazamos el. conocimiento natural, ya que
la Je presupone. el conocimiento natural, como-la gracia presupone la.-na­
-turaleza. Pero hemos de creer como creian los santos, para entenderlo
todo a
la luz de Dios. Porque la fe impura o condicionada -más que la
·,hostilidad-conduce a muchos· a· la ceguera ·espiritual. La fe. se clari}ica
·en ta medida que el hombre se purifica y crece en la. virtud.
Hermanos: vivamos de fe, coino .vivían los santos. Y. tener fe, es ver
a
Dios en todas partes; ·como decía Santa Bernardita. Ver a Dios en la
ternura de una madre, eti el almendro florido o ·en_ el enfermo de sida
'abandonado; porque .la fe, sin obras es fe muerta, como nos estd ense­
iiando:
la Madre Teresa de Calcuta y tantos-miles y millones de cristianos.
Sf, tener-fe es ver a Dios en -todas partes, como lo .vivía San Ignacio
de Loyola cuando decla a las florecillas: «¡callad, callad, ya sé que me
estais hablando de Dios/». Y cuando lloraba de emoci6n ~o que
el pan que comía y el agua que. bebía los habla creado su Padfe celestial
expresamente
para él.
Dios· estd en todas partes, «entre los. puchero.s» también, -como decia
nuestra_
Teresa de fesús. · Y Dios estd en el esposo y la esposa, en los
hiios y en los padres, en la riqueza y en la pobre~e4 en la salud y en la
enfermedad, en el éxito-y en el· .fracaso. Dios nos. cuida,. su divina Pro­
videncia no nos, deia ni un inst.ante.
Y DioS está· hoy entre las matriculas de los coches. Me ocurrió .hace
dos dias. Iba a coger el tren, pero una amenaza de bomba· en la estación
de
Sans impidió el via;e. Deambulé por las calles rezando el Rosario,
cogi
el metro y, en uno de los pasillos, alguien me cogió del brazo mien­
tras me decia: «yo también soy sacerdote». Hablamos. Me dijo que estd
escandalizado_ porque_ sabia que hay , sacerdotes que no con/iesan, ni
rezan
la Liturgia·de las Horas, y porque oye muchas acerbas críticas del
clero
y religiosas contra el Papa. Sin embargo, él vive contento y feliz
porque
.siempre· estd pensando en .. Dios. «Mire usted, me dijo, ve esa
matricula, B0557 NM* yo sumo,los -números: cinco mds cinco, diez; ,más
siete, diecisiete, ·y digo: Señor, te -amo diecisiete mil millones de veces,
te
pido· perdón por-mis muchos pecados, y asi continuamente». Me pidió
confesión y al marcharse me dijo: «este podrido mundo· sólo puede rsal­
:varse por la oración»; Me hizo .recordar las pabras de Madre Maravlllas:
.«Espaiia se,salvard
por la oraci4n».
No .lo· olvidemos nunca, hermanos, la oración, sólo la oración,. salvará
al -mundo. Lo entendió muy bien .nuestra Son~¡ que se quedaba- estática
lwras enteras ante
fes-fts Sacramentado. Sonia -decía: «Jesús es fiel, mds
fiel que nadie. ¿Qué mejor manera de aprender los mandatos de Jesrls
que ir a• 81, ya que está con nosotros hasta el fin del mundo? ... Obse­
quiar
a Jesús con las flores de los pequeños sacrificios, gar,arle-.con ca­
ricias. ¡Oh fesús, mi divino Esposo/ Tomadme antes de dejarme manchar
mi alma. cometiendo la más pequeña falta vol~~taria ... Marta es _la Madre
que nos abre
las puertas para ir a· /esas, el cual es todo, es decir, ca­
mino, verdad y vida, para _quien desee la santidad».
Sf, Dios estd. aqU.t Junto a nosotros, en el Sagrario." El divino Prisio­
nero. se ha encarcelado en la tierra-para estar siempre con sus hennanos.
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CRONICA DB LA XXXII RBUNION DE AMIGOS DE LA CIUDAD CATOLICA.
Cristo nos está viendo· con los mismos ·ojos con· los que contemplaba a su
Santtsima Madre,
nos está escuchando con los, mismos oidos-con los ·que
oia · las plegarias .de· los ciegos, los lisiados .y los· leprosos. Cristo nos está
amando con el mismo -corazón con que ama·al.-Padre y .al Esplritu Santo.
Sí, Dios vive entre nosotros. Dios nos -ama._ «Dios .me ama, esa es la
única verdad» (Beata Isabel de la
Santisima Trinidad).
Amemos nosotros a Dios como lo amaron los santcis. Como .las. mon·
jas mínimas de este santo monasterio que fueron martirizadas ¡,or su
amor a
Cristo, por su fe heróica. Imitémaslas intrépidamente, porque
quien
teme a los enemigos de Cristo no tiene_ la Je verdadera. Juan XXIII
lo decía con estas ·palabras: «El miedo no existe, lo que hay -es falta -de
fe en· Dios». Y San Ezequiel Moreno .afirmaba rotundamente: «Este es el
sello de
la verdadera fe, la persecucl6n,. No seremos dignos del nombre
de cat6licos si, como fesucristo, no somos blanco de odio y perseCuci6n
por parte -de los malos».
Que los bienaventurados del cielo, cuya fiestá hoy celebramos, nos
alcancen del Dios Altisimo la ·gracia de la santa intransigencia ·en -la fe
de nuestro padres y la valentía heroica de los
mártires de nuestra última
Cruzada.
HOMILIA DEL P. JOSE MARIA ALBA, S. J.
Es tradición inmemorial visitar los cristianos el dta de Todos los San·
tos los cementerios, para orar por nuestros difuntos y avivar su recuerdo
entre los que aún peregrinamos.
En este
dia de Todos los Santos, es conmovedor para todos los «Ami·
gos de la Ciudad Católica», releer el articulo-memorial del ríltimo número
de VERBO, que ha escrito Francisco-José Fernández de la Cigoña, «Mis
amigos muertos», en el que con noble emoción repasa sus recuerdos
de amistad
y de veneración agradecida hacia tantas figuras próceres por
su talento, patriotismo
y virtudes, que sintieron hondamente la Ciudad
Católica, se identificaron con sus ideales y. en último término, fueron
«amigos de la
Ciudad Católica».
Hoy, que es tan rara la flor de la gratitud, y el desagradecimiento se
ha hecho connatural, incluso entre personas que se profesan religiosas,
conforta que hombres como Fernández de
la Cigoña, de la «Ciudad Ca·
tólica», quieran fundar su vida intelectual como miembros de la «Ciudad
Católica», en
la gratitud y en el reconocimiento. Dios le bendecird, como
ya bendice a la «Ciudad Católica» y a todas sus empresas par la exten·
sión del Reino de Dios, porque quiere ser «Ciudad Cat6lica» y también
«Compañía y Ciudad de la Caridad».
La solemnidad de hoy es la gran fiesta de la Iglesia. Es la gloria es­
plendorosa de la Iglesia. Ella celebra el triunfo de su hiios en la gloria.
La que llamamos Iglesia Triunfante, es la que tiene
ya en el cielo a sus
hijos en número
sin número. Tantisimos cristianos justos, formando so­
ciedad con todos los dngeles buenos. Esa muchedumbre grande que nadie
podia contar, aclama a Dios y le da gracias por el misterio de la Iglesia
que
ya se ha desvelado para todos los bienaventurados en la plenitud
de los predestinados. Si los ángeles
se diversifican en tantas jerarquías,
categorías
y ministerios, los hombres se señalan por toda tribu, lengua,
pueblo, nación,
edad, sexo, condición, en tan distintos grados de gloria,
santificados por tan distintos caminos.
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