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Recuerdo vivo del P. Piulachs, S.J.

RECUERDO VIVO DEL P. PIULACHS, S. I.
¡ Que la paz, la alegría y la comunicación de los dones del Es­
píritu Santo reinen en vuestros corazones !
Queridos hermanos: Quiero haceros participantes de las úl­
timas noticias y del gozo que nos proporciona desde el cielo
el P. Piulachs.
Estáis todos enterados de la peregrinación que hizo a Vich,
el día 12
de mayo, nuestra "Asociación de sacerdotes y religiosos
de San Antonio María Ciare!", fundada por el P. Piulachs.
Siempre
el P. Piulachs había deseado esa peregrinación para ve­
nerar los restos mortales de nuestro Patrono y hacer colectiva­
mente un acto
de fe sacerdotal. Lo que no vio el P. Piulachs en
vida, lo presidió desde el cielo. Fieles a su idea, peregrinamos
trescientos sacerdotes de casi todas las diócesis catalanas. Un
ambiente de caridad y de alegría espiritual era la tónica general.
La "Declaración de principios y criterios sacerdotales", en la
que se manifestaba el espíritu y la ideología de nuestra asocia­
ción
ha hecho un gran bien en todas partes. Conocen, sin duda,
el texto. Lo que no sabrán es que se han adherido a ella cerca
ya de los dos mil quinientos sacerdotes y varios arzobispos y
obispos de toda España. Prácticamente puede decirse que de to­
das las diócesis españolas han escrito a nuestra Asociación po­
niéndose incondicionalmente a nuestro lado. Y las adhesiones si­
guen viniendo día tras día. La importancia que esto supone en
orden al fomento de vocaciones, ustedes mismos la adivinan.
En la actualidad se ha constituido la Asociación en cuatro
diócesis catalanas: Barcelona, Gerona,
Tarragona y Vich. Hay
núcleos en Solsona, Lérida, Seo de Urgel y Tortosa. De otras
regiones españolas nos llaman y ojalá pudiéramos estar más libres
para atender a sus deseos: Alicante, Navarra, Valencia, Norte ...
j La semilla está en el surco !
Hora San,ta en, la Merced.-Muchos seglares, conocedores de
la Declaración sacerdotal de Vich, quisieron organizar un acto
paralelo por parte del Pueblo de Dios. Así, tuvo lugar, el día 26 de
junio, la Hora Santa de la Merced, abarrotada de fieles, que al
final leyeron
la "Declaración del Pueblo de Dios". Es_tá siendo
muy difundida y cada día recibimos nuevas adhesiones a ella.
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Pero hay algo más importante aún. Del acto de la Merced ha
surgido un movimiento seglar, típicamente seglar, pero en ínti­
ma conexión con
1a Asociación sacerdotal. Ahora están en estu­
dio sus estatutos, régimen espiritual y actividades. Siempre el
P. Piulachs soñó en una organización seglar, fuerte y bien es­
tructurada, espiritual y activa, que se alimentara. en la Asociación
sacerdotal.
A los seis mieses e:ractos de su santa muerte, como
un. regalo suyo del cielo, la Asociación seglar tomaba cuerpo y
se ponía en marcha bajo la bendición de la Santísima Virgen de
la Merced. Pasados los meses veraniegos, dedicados a organiza­
ción, ,empezarán sus actividades comunes y reuniones. i Dios sea
loado, que sin nosotros darnos cuenta nos va dirigiendo firme
y suavemente rpor el camino de su gloria, igual que su siervo
el P. Pi ulachs !
Homenaje nacional al P. Piulachs.-Tanto el acto de Vich,
como
el de la Merced, han levantado el entusiasmo y los ánimos
quizá un poco decaídos algunos. Con objeteo de que se diera a
conocer. la Asociación de
San Antonio María Claret en todas las
diócesis españolas,
se convocó en la ciudad de Segovia, para el
9 de julio, una reunión de sacerdotes y religiosos de toda España
ante el sepulcro de San Juan de la Cruz. La reunión estaba con­
vocada
por la Hermandad sacerdotal que funciona en Madrid,
constituida en vida
aún del P. Piulachs. Nos reunimos en Se­
govia más de seiscientos sacerdotes. Prácticamente todas las dió­
cesis estaban representadas. Presidió
el Sr. Cardenal de Tarra­
gona, con los Sres. Obispos de Sigüenza y Segovia. Otros mu­
chos más obispos, entre los que se contaba nuestro
Sr. Arzo­
bispo, se adhirieron a los actos, y más de mil sacerdotes, que se
sumaron, imposibilitados de desplazarse allí. En un autocar y
algunos coches particulares fuimos cuarenta
y uno de nues­
tra asociaCión. Pero hacia lo que quiero atraer vuestra atención
es a lo siguiente: Tras _los actos religiosos emocionantes, en los
que nuestra
Asociación tuvo la parte directiva, se comenzó la
Asamblea en el Seminario. Después de alguna otra:. intervención
se levantó a hablar nuestro Presidente Mons. Bachs.
Una atrona­
dora salva de aplausos
le recibió. Todos veían en Mons. Bachs al
continuador en la Asociación del
P. Piulachs. Era el P. Piulachs
el que desde el cielo había convocado aquella santa Asamblea de
sacerdotes que llenaba
el gran templo del Seminario. Durante
nueve veces se le interrumpió con aplausos y en todas las oca­
siones en las que fue citado
el nombre del P. Piulachs.
Pero la cosa no terminó_ aquí. Se propuso una federación
nacional de asociaciones sacerdotales
y, concluidas las interven-
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ciones de los representantes de ellas, tomó la palabra un sacerdo­
te venido expresamente de Méjico, quien
propuso una federa­
ción internacional de todas las asociaciones que se fueran fun­
dando en las distintas naciones.
Los aplausos rubricaron aquella
intervención.
Por lo que a mí respecta, no podía casi creer lo
que oía.
La obra iniciada por el P. Píulachs para la santificación
sacerdotal con tantos trabajos
y fatigas adquiría dimensión ¡in,­
ternacional, universal,!
Pero cuando el Sr. Cardenal de Tarragona, ya con el ambien-
. te caldeado, se levantó para hablar, inesperadamente escuchamo:,
de sus labios el elogio más grande que he oído del P. Piulachs,
que se suma a los que otras voces, también
muy autorizadas, hi­
cieron de
él. El panegírico del P. Píulachs fue inesperado, mag­
nífico, ante sacerdotes venidos
de toda España que oyeron el
canto de sus virtudes, de su espíritu de entrega, de su regalo a
todo
el clero de las Asociaciones sacerdotales que vinculan a los.
sacerdotes entre sí
para buscar más fácilmente la perfección de
su estado. Aquella Asamblea
se convirtió, por la voluntad de
Aquel que exalta a los humildes, en un homenaje nacional al
P. Piulachs por boca de un cardenal de la santa Iglesia, ante sa­
cerdotes venidos incluso de naciones lejanas.
No os quiero ha­
blar de canonizaciones
por aclamación, corno quieren algunos
hoy día.
Pero sí quiero deciros que toda Segovia se llenó del
suave perfume de las virtudes del
P. Piulachs, y que en la boca
de ya miles
de· sacerdotes de toda España su nombre es venerado,
considerado como santo. Desconocido, ocultado en vida, su muer­
te
ha sido gloriosa para la Iglesia y gloriosa ipara el incremento
de cuanto su inmenso corazón alimentó
para la gloria de Dios.
¿No es un milagro todo esto que os estoy contando? Pero el
P. Piulachs me parecía decir mientras en la Catedral afirrnába­
bos nuestra
fe de sacerdotes, unidos en una gran Federación que
él no vio: "¿ de esto te admiras?, mayores cosas veréis". Con el
corazón rebosante de esperanza, quiero haceros participantes de
mi testimonio. Trabajemos por Dios, como lo hizo
el P. Piulachs.
Vuestro en Jesús y María.
P. ALBA.
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